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Una Vida Que No Quiero Vivir

1- Pedida al nacer.

Hola espero que esta nueva novela sea de su total agrado, esta cera un poco diferente pero sin dejar de lado, el amor, el romanticismo, la venganza y el que siempre hay segundas oportunidades, mil bendiciones y comenzamos...

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Han escuchado hablar de la reencarnación, pues eso me sucedió a mí, esta es mi historia y se las contaré desde el principio.

Me llamo Zaidane Hamdi, soy musulmana, nací en las principales ciudades más millonarias y poderosas de los Emiratos Arabes, pero mi vida desde que llegué aquí a sido horrible, siendo obligada a todo lo que yo no quiero hacer.

Desde que nací, me comprometieron con el primogénito del jeque, conforme fui creciendo e sido criada y educada conforme lo dicta nuestra religión, ser sumisa, obediente y sobre todo que uno como mujer no tiene voz, ni voto, ni cuando eres hija y mucho menos cuando eres esposa.

Sé que son pocas las familias que son más relajados en esa cuestión, pero mi familia, es tan apegada a su religión, son muy tradicionales y tan regidos por su cultura que estoy viviendo bajo el yugo familiar a pesar de que estamos viviendo en el siglo XXI.

Soy la menor y única mujer de seis hermanos, he vivido rodeada de riqueza, regalos costosos y mucho dinero, pero sin mi libertad, es tan injusta la vida, que siempre me he imaginado que soy de otro lugar, donde me sienta feliz, libre de lo que yo quiera hacer y amar a quien yo quiera, pero como todo, solo son sueños y un anhelo que jamás podre cumplir.

A la edad de diez años fue mi primer encuentro con Samir, el hijo del jeque, hicieron una gran fiesta por nuestro primer contacto, yo no tenía conocimiento con que fin era esta celebración, solo fueron unas cuantas miradas y nos separaron dándome cuenta que era más grande que yo, después de que se terminó la celebración no lo volví a ver y fue el inicio de mi tormento.

Ya no continúe con mis estudios, mi madre Nayle comenzó a ser más estricta conmigo, de lo que podía hacer y lo que no, cambiando mi vestimenta, cubriendo mi cabello, tenía que hacerlo si o si eran órdenes de mi padre el señor Bahir.

A la edad de catorce años, tenía que pedir permiso con anticipación si quería ir algún lado, y si aceptaban mi peticion siempre tenía que salir con una acompañante, por qué yo ya no era libre de andar sola, aparte que no era bien visto, muchas veces prefería quedarme encerrada en mi habitación, a sufrir en silencio porque era una vida que yo jamás queria vivir.

Cuando tenía dieciséis fue que mi padre me dijo del compromiso de Samir y yo, siendo un gran impacto en mí, le supliqué a mi padre, pero solo recibí golpes y castigos, mi madre al verme alterada nunca me dijo una palabra de amor o consuelo, solo me decía que era por mi bien.

Es lo que yo no entendía, como era posible que una madre en vez de luchar y proteger a sus hijos ante esta estupidez, solo decía que era por mi bien, nada que sea impuesto por culturas y creencias absurdas sería para tu bienestar.

Pero después de enfadarme y culparla a ella, solo entendía que ella vivió la misma situación que hoy estoy pasando, yo no quería casarme aún, es mi anhelo claro y creo que es de la mayoría de las mujeres, casarse con quien te ama, formar una hermosa familia y tener los hijos por amor, no por obligación.

Al cumplir mis dieciocho comenzaron a mandar invitaciones para la gran fiesta de compromiso y próxima unión de las familias Abadallah y Hamdi, esa ya era un gran paso para el inicio de mi calvario y sufrimiento.

El día llegó tan esperado para muchos,, pero odiado para mí, me arreglaron con un gran vestido tradicional, yéndonos a un gran salón con cientos de personas que no conocía, pero antes de entrar fui llevada a un pequeño salón donde estaba mi padre junto a mis hermanos y Samir.

Era la firma de contrato matrimonial donde solo mi padre sabría que decía ese papel y solo lo vi firmar ya que por ley y por no tener la edad suficiente para decidir así que tenía que ser el tutor el que haría esta negociación por que eso era una negociación y más que tutor o mi padre, él señor Bahir era mi dueño y hoy firmaba solo para entregarme a alguien más, él me sonrió yendonos camino a la gran celebración, que fue más que eterna para mí, quería que terminará para quitarme este vestido, pero eso jamás pasó y solo tenía que poner mi mejor sonrisa frente a todas esas personas.

Casi al finalizar, el anuncio la gran dote que se me daría, pero eso lo administraría mi padre por ser mi tutor y por fin se daba por terminada la "estupenda celebración" haciendo énfasis en mi sarcasmo, al llegar a casa solo me fui directa a mi habitación, pasando unas cuantas semanas.

Cuando se apareció él, en mi casa para qué lo acompañará a un evento, yo no tenía ganas, pero fui obligada por mi padre junto a mi madre, me arreglé con el vestido que él me había traído y solo nos fuimos, era la primera vez que estaría a solas con él y era el momento más incómodo del mundo, en este punto, no sabía, si hablar era lo correcto o no.

Al bajar de su auto lujoso nos dirigimos a un gran salón donde al entrar fuimos el centro de atención, ya que por todos los medios de comunicación éramos la noticia de nuestro gran compromiso, toda la velada fui presentada como su prometida, pero yo me sentía más como una nueva adquisición, lo elogiaban por mi belleza, sintiéndome más incómoda de lo que ya estaba.

Al salir me relajé porque ya terminaría mi calvario, pero estaba muy equivocada porque ese solo era el principio de muchos eventos en los cuales tenía que acompañarlo si o si, sin tener el derecho de réplica, aparte que tenía que ir con los mejores atuendos, arreglada al máximo solo para ser mostrada como muñeca en aparador ante sus conocidos, ya sean socios, amigos, familia y otras personas, haciéndome sentir más que humillada por solo nacer siendo niña, para crecer y ser un objeto de alguien con fines egocéntricos, narcisistas, machistas y con un toque de vanidad.

Algo que yo jamás vería bien, yo solo quisiera que mi vida fuera diferente, casarme con alguien que en realidad amara y me amará sin fines de lucro, tener hijos a decisión de ambos no solo de uno, pero lo más importante ser regidos por el amor, apoyo mutuo y la confianza, pero esta vida me toco y aunque no quiera tengo que seguir al pie de la letra aunque llegue a sufrir.

ZAIDANE HAMDI

SAMIR ABADALLAH

2- Boda por imposición.

ZAIDANE.

Avanzaron los meses, yendo y viniendo a eventos, fiestas y cenas con Samir en el que yo tenía que estar junto a él, ya no me incomodaba estar a su lado, pero aún existía el gran abismo de solo ser yo mujer y el hombre.

Hasta que se cumplió el año y dando el inicio a los exagerados preparativos para mi muerte, perdón mi boda, el gran vestido era tan grande, pesado en fin muy exagerado y ostentoso, el sitio donde sería la gran boda, la comida, bebida, la música, invitaciones y los demás preparativos para las fiestas antes de el gran día, yo no participe en nada, todo fue a decisión de mi padre y pocas veces de mi madre.

Después del mes, hoy sería la pequeña fiesta con las señoras de experiencia, me arreglaron poniéndome un vestido como lo dicto mi padre, saliendo hacia un salón donde solo estarían mujeres, al llegar todas me felicitaban, en verdad yo no entiendo como pueden tolerar que las manejen a su antojo y aun así dicen ser felices, las horas pasaban, y la entrega de regalos estaba presente al igual que los buenos deseos en mí tan inevitable "matrimonio".

Al día siguiente fue igual, pero ahora solo serían las más jóvenes y en un jardín teniendo el permiso, en mi caso de mi padre y él de ellas de sus maridos de poder bailar, tomar y vivir por tres horas la vida, por un momento se me olvido lo que estaba pasando hasta que termino y regrese a mi cruda realidad.

Hoy sería el último día de fiestas porque la boda ya estaba a la vuelta de la esquina, me arreglaron y este día sería la fiesta de henna con las más allegadas, pero no tenía amigas, ni nada por el estilo, así que solo serian invitadas de la familia Abadallah y de mi padre, era la primera vez que las veía pero me hicieron sentirme tan cómoda, la fiesta fue amena hasta que llego la que me decoraría las manos y los pies, pasando las horas entre risas a pesar de ser unas desconocidas, estaba a gusto, pero lamentablemente ya se daba por terminaba la velada y todas nos despedimos.

Al llegar a casa fui directo a mi habitación estaba cansada, estresada y demasiado desanimada porque mañana me casaría con Samir, al dormir tuve el mismo sueño desde que recuerdo, donde me veía con un hombre quien me demostraba que me amaba, ese hombre siempre es el mismo en mis sueños, es guapo, muy alto y bastante fornido con ojos claros, y esta noche no era la excepción, al menos en mis sueños si era bastante feliz.

El día llegó y afuera se escuchaba gran alboroto, mi madre entró para que me duchara y así lo hice, al salir ya estaban los que me arreglarían, durando horas hasta que me terminaron, al verme al espejo estaba más que hermosa, mi madre me ayudó a ponerme el enorme y pesado vestido, al salir de mi habitación fue una gran odisea, camine hasta la sala donde estaba mi padre, afuera se podía escuchar música y claramente sabía que ya estaba el aquí y venía por mí.

Mi padre hizo un rezo y un ritual antes de salir de casa, mi padre me tomó de la mano hasta que salimos viendo a un montón de gente, Samir tomó mi mano y baile junto a él por tradición mostrando mi mejor sonrisa, pero por dentro estaba que me moría de miedo al no saber que me deparaba la vida de aquí en adelante.

Nos fuimos hasta el gran salón donde había un enorme jardín con luces y adornos espectaculares, entramos y la ceremonia dio inicio, yo solo tenía mi vista hacia el suelo, hasta que me pidieron unir mis manos a las de él, y una hora después ya estaba casada con Samir, dando inicio al gran banquete, la música y el baile, pero cada quien en su sitio, yo estaba con todas las mujeres y ellos aparte.

Y solo en tres ocasiones fue él a mi lado de la fiesta, hasta que termino, él tomó mi mano llevándome hasta su auto y fue cuando por fin había roto el hielo hablándome.

- ¿estás bien?, en unas horas nos iremos, pero antes tenemos que ir a la habitación a cambiarnos y por las maletas- asentí sin verlo.

Y así lo hicimos fuimos a un hotel lujoso y entramos a la habitación donde apenas el cerro la puerta y se abalanzó sobre mí besándome con fuerza, yo aún no estaba preparada para perder mi pureza, y él solo al ver que no correspondía sus besos solo se fue, más que molesto al baño escuchando la regadera, solo minutos después lo vi salir envuelto en una toalla y era la primera vez que veía el torso de un hombre al descubierto, bueno el de mi sueño no cuenta, ya que en este momento es en vivo y a todo color.

Entre dándome un baño y cambiándome, al salir él estaba en el sofá con su celular, solo yo me senté a la orilla de la cama a esperar la hora, pues antes de haber salido de casa, papá me despojo de mis cosas y entre esas era mi teléfono, argumentando que ahora él es mi proveedor de lo esencial y él decidirá si uso teléfono o no.

Pasaron las horas hasta que lo vi levantarse y solo salí tras de él, subimos al auto camino a la pista, subí el jet y solo fueron cuestión de minutos para emprender el vuelo y tener más que presente que en este viaje tendría la obligación de tener relaciones con él, quiera o no, la incertidumbre y el miedo fueron mis fieles compañeros, teniendo el resto del vuelo más que de escudo para no hablarle, pero al pisar tierra sabia que todo cambiaría y sería obligada nuevamente a algo que yo nunca quise.

3- Sumisión forzada.

ZAIDANE.

Cuando aterrizamos mis miedos se hicieron nuevamente presentes, no sé de que sería capaz Samir si me llego a negar a tener intimidad con él, solo me levante y él tomó mi mano hasta descender del jet, subimos a una camioneta que nos esperaba e íbamos en camino.

Todo el camino fuimos en total silencio iba un poco incómoda porque su mano estaba sobre mi muslo quien solo lo apretaba ligeramente, al llegar era un gran edificio subimos hasta el último piso, al abrirse las puertas pude ver un gran departamento mientras caminaba, el de inmediato hablo.

- bienvenida a Londres- solo asentí recorriendo el lugar, cuando de un jalón me detuvo.- Zaidane, sabes que tienes que cumplir, ¿verdad?.

- si, Samir- al decir su nombre su mano se estampó en mi mejilla.

- no te vuelvas a dirigir a mí de esa manera, soy tu esposo y como tal me tienes que respetar- asentí a punto de derramar mis lágrimas por el dolor en mi mejilla.

- discúlpeme, ¿puedo ver el segundo piso?- asintió apretando su agarre en mi brazo, llevándome hasta la segunda planta.

No me dio tiempo a nada y solo me llevo casi a rastras a la habitación, aventándome en la cama, se subió arriba de mí besando mi cuello con desesperación, yo estaba más que asustada y pasmada, era la primera vez que tenía un acercamiento con un hombre así de esta manera.

Hasta que él solo volvió a darme un golpe porque no me movía, ni respondía, se levantó más que molesto viéndome fijamente.

- disfruta estos días, porque cuando lleguemos a casa tendrás que hacerlo- no respondí a sus palabras y solo salió de la habitación.

Los días siguientes solo estuve en este departamento mientras él salía por las tardes, hasta que nos fuimos a la siguiente parada de este viaje, llegando a las playas de México, donde de los cuatro días que estuvimos solo dos pude salir y los otros dos no tenía permitido, ni asomarme a la ventana.

La siguiente parada fue en Canadá, luego Alemania y por último África, pero en todas estos hermosos países no tuve el tiempo, ni el permiso de recorrerlos, Así que solo fui de cárcel en cárcel hasta que en escasas horas llegaría a mi prisión definitiva.

Estábamos por los cielos cuando las horas pasaron relativamente rápido, y en cuestión de segundos aterrizamos bajando la escalerilla del jet, recibiéndome el cálido clima de Dubai, nos subimos a la camioneta, yéndonos a toda velocidad hasta llegar a una inmensa casa con grandes jardines, una fuente enorme, al parquear bajamos de la camioneta, el tomo mi mano entrando por las puertas inmensas de la casa.

Ya todos los sirvientes estaban reunidos en el recibidor hablo fuerte para que todos le prestarán atención, solo les dijo que deberían estar a mi servicio, pero jamás dijo que yo era su esposa.

Después de que todos se fueron me llevo a mi habitación, observando que casi era idéntica a la que tenía cuando vivía con mis padres, camine viendo cada detalle de la habitación cuando solo cerró la puerta, camine a prisa y me percate que le echo llave, solo suspiré sentándome cerca del gran ventanal pasando un par de horas, hasta que me decidí darme un baño al salir me estaba cambiando cuando abrieron la puerta y era una muchacha que traía mi comida la dejo en la mesa de la habitación y salió sin siquiera dirigirme la mirada.

Me senté a comer pasando las horas, viendo caer el sol y llegando la hermosa noche, me acosté y en solo minutos me estaba quedando dormida hasta que solo sentí un movimiento sobre la cama, al abrir los ojos me di cuenta de que era el quién solo estaba en bata, sé que ya no había vuelta atrás y solo no puse resistencia, no quería sentir de nuevo su mano pesada sobre mi mejilla.

Y solo lo hizo sin ninguna consideración por ser aún virgen, no duró mucho pero aun así fue una total tortura, sentía dolor, cuando termino solo se levantó y se fue sin decir una sola palabra.

Me hice la fuerte no quería llorar, no quería sentirme débil ante él, me tragué mi dolor, me levanté dándome un baño por casi una hora y solo me fui a acostar, soñando en ese mundo de fantasía donde ese hombre guapo me hacía sentir amada.

Los días pasaron haciéndose meses, donde ya podía salir a recorrer la casa, y dándome cuenta que Samir no se quedaba en la casa, solo venía dos o tres días a la semana y solo a tener relaciones conmigo, hacía eso y se volvía a ir.

Y aunque no quisiera me sentía más que utilizada, porque parecía que solo era su juguete de algunos días, me usaba y solo me desechaba como nada, hasta que me sorprendió que llego un día que no era habitual para el venir, se acercó a mí dándome un beso, sorprendiéndome.

- vine a quedarme una semana- solo asentí y por instinto lo llevé al comedor ordenando que sirvieran.

- ¿por qué no se a quedado?, esposo- baje la mirada y el tomo mi mano.

- por unos asuntos Zaidane, levántate y tú atiéndeme- suspiré y solo asentí.

Y ya no volvió a cruzar palabra conmigo, le serví y espere a que comiera y como siempre me llevó a la habitación y solo tuvimos relaciones, pasando la semana donde solo hacía eso mañana, tarde y noche, me sentía mal porque solo era más como compromiso porque él no utilizaba el romanticismo y lo que duró aquí solo me imagine al hombre de mis sueños para poder sobrellevar la humillación.

Hasta que por fin se había ido, sintiéndome mucho más tranquila y libre en cierta manera, ya que él no vendría por un tal viaje de negocios, no sé cuanto me dure la tranquilidad, pero me conformaba que aunque sean días o una cuantas semanas aun asi serian solo para mí, sin ninguna perturbación y eso era algo que me hacía feliz.

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