Carla se levantó como todos los días, eran las 6 de la mañana, cuando entro a la ducha, al salir, se vistió con algo sencillo, pero abrigado el día pintaba frío, al estar lista, bajo a preparar el desayuno de Mauricio, su esposo.
5 años de casados, 5 años en los que Carla, se había entregado en cuerpo y alma, dejando de lado, sus sueños y metas. De nada había servido graduarse con honores de la escuela de leyes. Aún recordaba las noches de trasnocho en la facultad. Todos eso había quedado atrás, su sueño de dirigir el bufete de su padre, era parte de su pasado.
Ahora su vida se limitaba a cuidar de su esposo, con 29 años, una casa de ensueño y un esposo dedicado, que más podía pedir, ese era el sueño de más de una.
_ buenos días, cariño.- la saluda Mauricio, con un beso en su frente.
_ hola cielo.- le respondió ella, Carla, sirvió una tasa de café y se la entrego.
_ que harás hoy.- le pregunta él, mientras toma un sorbo de su café y Sentándose en la isla de la cocina.
_ la verdad, no mucho, visitaré a mis padres y desayunaré con ellos.- Carla le sirvió el desayuno, un poco de pan tostado, huevos fritos y fruta.
_ saldré de viaje en unos días, había pensado que podía ir a la cabaña con tus padres, en lo que estoy por fuera.- le sugirió él.
Carla conoció a Mauricio, en la escuela de leyes, él era mayor que ella por tres años y estaba en su último año, por lo que fue de gran ayuda para ella, a los pocos meses de conocerse iniciaron una relación, al terminar su carrera Mauricio ingreso a trabajar el bufete de su suegro, tres años después llegaron al altar. Mauricio se dedicó a ejercer su carrera, haciéndose cargo del bufete de Antonio, padre de Carla, y vaya, que si lo había hecho bien, ganándose el reconocimiento de muchos en Manhattan, así mismo Mauricio llevo su nombre a los titulares de muchas revistas como uno de los mejores abogado y de los mejores pagados.
Carla sonrió ante la propuesta de su amado esposo, la verdad si necesitaba un respiro, amaba a su esposo, pero la rutina también la cansaba, cambiar de ambiente le ayudaría.
Me encantaría.-Carla se acercó y se sentó en su regazo, causándole un poco de disgusto a su esposo, cosa que el disimulo muy bien. gracias por pensar en mí.
_ Te amo cariño, siempre pensaré en ti.- Carla lo beso.
Después de conversar un rato más, Mauricio se despidió y salió rumbo a su trabajo, Carla subió a la habitación, debía arreglarse e ir a desayunar con sus padres.
…
Carla.
Desde que me inicie la preparatoria, me visualice cómo la mejor abogaba de toda Manhattan, mi sueño era hacerme cargo del bufete de mi familia, así que me esforcé y me gradué cómo la mejor de mi clase, pero eso dejo de importarme después de casarme. Mauricio, él se había convertido en todo para mí, vivo por él.
Él es un hombre maravilloso, el amor que me da a diario me llena de vida, aunque si les soy sincera, no todo ha Sido color de rosa, en nuestro 5 años de casados, no hemos logrado tener hijos, él dice no importarle, pero sé que se muere por ser padre. He ido a muchos especialistas, pero todos dicen lo mismo, mis ovarios tienen baja producción de óvulos, he seguido los tratamientos, pero nada ha funcionado.
Mauricio salió de viaje, como lo había dicho y yo hice exactamente lo que él recomendó, me fui por una semana a la cabaña con mis padres.
Tengo un hermano mayor y al parecer soy la única interesada de pasar tiempo con mis padres, ya que Camilo solo se han dedicado a la compañía que él y su amigo Mateo crearon.
Los días pasaron y volvía a casa, así mismo llegó el día de nuestro aniversario, había planeado toda la semana que estuve en la cabaña, como sorprender a mi esposo, así que el primer paso era ir a su oficina a recogerlo, después lo llevaría a cenar, él solía trabajar hasta tarde y lo había hecho desde que regreso de su viaje, pero hoy le pediría que saliéramos a cenar. Había elegido un lindo vestido rojo, mi figura resaltaba en él. Unas de las ventajas de no tener hijos era que aún Lucia muy bien.
…
Pero no todo podía ser perfecto, en la vida de carla, siempre ahí, tropiezos y verdades dolorosas, y Carla estaba a punto de ver la verdad de su vida.
Ella condujo su Mercedes hasta el bufé Montiel, fundado por su padre Antonio y ahora dirigido por Mauricio, su esposo, eran cerca de las 7 de la noche, cuando llegó al edificio.
Parqueos el coche al otro lado de la calle, cuando estaba por bajar, vio a su esposo salir, este llevaba un ramo de flores en sus manos, cosa que la hizo sonreír. Trato de llamarlo, pero este subió a su coche a toda prisa, así que no tuvo de otra que seguirlo, llevaba casi 20 minutos conduciendo, pero no se dirigía a su casa, a dónde iba con tanta prisa, se preguntó Carla, Casi media hora después llegaron a una zona muy exclusiva de Manhattan, no muy lejos de su casa.
Quizás visitaría a otro cliente, pensó Carla, pero cuál fue su sorpresa cuando, vio que de una de esas hermosas casa, sale un pequeño de unos casi 4 años.
Papi.- grito el pequeño lleno de emoción.
Hola, mi campeón.- respondió Mauricio, mientras lo alzaba en sus brazos.
Carla estaba estática, no daba crédito a lo que veía, pero su sorpresa aumento y la destrozó, al ver salir una hermosa mujer de unos 30 o 33 años de la casa.
_ Cariño, ya estás en casa.- le dijo la mujer a Mauricio, mientras le daba un tierno beso.
_ Hola, linda, te extrañé.- Mauricio la abrazo, sin soltar al pequeño que tenía en sus brazos.
Carla observó todo con detenimiento, quería estar segura de que todo lo que estaba viendo era real, después de verlos ingresar a la casa, subió de nuevo a su coche y se quedó un largo rato en silencio, cómo buscándole una razón o más bien una respuesta a lo que estaba pasando. Que debía hacer, cuál era el primer paso a seguir, porque le estaba pasando eso.
Carla.
Nunca me había preparado para algo como esto, había dedicado varios años de mi vida a estudiar y vaya que si era inteligente o eso pensaba, cómo era posible que algo así me estuviera ocurriendo a mí, con lo cuidadosa y desconfiada que era, en qué momento ese bastardo me había engañado de esa manera.
Esa mujer la conocía perfectamente, era Sofía, la conocía desde la universidad, ella había estudiado con Mauricio y se habían graduado juntos.
Mi mente era un completo caos, aún no sé cómo me contuve para no acercarme y romperle la cara a ese mal nacido.
Después de presencia tal escena y sentirme la otra, conduje hasta el centro de la ciudad, debía aclarar mi mente, el lugar era bastante transcurrido, pero de igual forma me sentía sola, así que me aparqué y baje del coche. No sabía a donde ir o a quien acudir, ustedes caminado un largo rato hasta que llegue a un parque, el cual estaba algo solo, en él me senté y llore hasta sacar todo el dolor que llevaba dentro, en un abrir y cerrar de ojos toda vida perfecta se había derrumbado.
_ carla.- dijo una voz que conocida, pero llevaba años sin escuchar.
Alce la mirada y me encontré con los ojos marrones de Alexa, mi mejor amiga, esa con la que había crecido. Pero que lleva años sin ver.
En sus ojos vi preocupación, ella se veía algo cambiada, como toda una profesional, mucho más madura.
_ Alexa.- susurré.
Ella, al ver mi estado, me abrazo, vaya que si necesitaba ese abrazo, fue como volver a nuestra época de adolescencia en donde nos consolamos cuando teníamos alguna ruptura amorosa.
_ que ocurre linda.- pregunto cuando se separó de mí.
_ mi vida es un desastre.- le confesé, a ella no podía mentirle.
_ ven vamos a casa.- me dijo.
_ vive por aquí cerca.- le pregunté.
Ella tomó mi mano y tiro de ella, la había extrañado tanto, después de mi matrimonio con Mauricio ella tomó distancia, con el tiempo dejamos de hablar.
_ si a solo dos cuadras, estaba sacando a pasear a tito.- en ese momento fue que mire al pequeño cachorro que estaba a su lado.
Fue exactamente como me había dicho, a solo dos cuadras estaba su casa, era hermosa, más pequeña que la mía, pero muy acogedora.
Al ingresar pude sincero la calidez, en cada parte de ella podía ver su toque personal, los colores café y amarillo se veían por todos lados.
_ vives sola.- le pregunté, mientras observaba todo.
_ sí.- grito desde la cocina.
Unos minutos después regreso con dos copas y una botella de vino, ella encendió la chimenea y nos sentamos en la alfombra.
_ ahora sí, cuéntame.- me dijo.
Por un momento había olvidado el desastre de vida que tenía, deseaba que todo fuera un sueño y que al despertar todo estaría bien, pero no era así, esta es la dura realidad, había sido engañada por años, el hombre que consideraba el ser más maravillosos había resultado un completo imbécil.
Le conté a mi amiga con lujos y detalle todo loo que había sido mi vida los últimos cinco años, ella me escucho con total atención, durante mi relato ella así, gestos, como de enojo, tristeza e ira.
_ sabía que era un completo idiota.- me dijo, antes de abrazarme.
_ te he extrañado.-le dije.
_ yo igual, amiga.- me dijo mientras limpiaba mis lágrimas.
Así estuvimos hasta la media noche, nos habíamos tomado cerca de tres botellas de vino, pero yo seguía regia, al parecer mi tolerancia al alcohol era buena, en cambio, Alexa ya estaba como loca, ella bailaba sin música y se reía de cualquier cosas.
La verdad era que volver a verla me hacía bien, aún no sé el porqué se alejó, pero ya tendremos tiempo para hablar de eso.
Esa noche decidí quedarme en su casa, la verdad era que no tenía fuerzas, ni ánimo de enfrentar a Mauricio, así que por el momento lo evitará.
…
Carla, antes de ir a la cama, le envió un mensaje a sus padres, para informarle en donde estaría, no quería, pero hizo lo mismo con Mauricio, ella no quería ponerlo sobre aviso. Después pensaría la mejor forma de enfrentarlo. Alexa y carla durmieron como cuando eran niñas y hacían sus pijamadas.
…
Mauricio.
Conocí a Carla en la escuela de leyes, ella siempre destacó entre todos, era una mujer muy competitiva, odiaba ser reconocida por ser hija de Antonio Montiel, uno de los mejores abogado de Manhattan.
Así que demostró en todo momento que no era solo el apellido, que ella, era más que la hija de Antonio Montiel.
Nuestra relación fue evolucionando con los meses, me gustaba, sabía que al estar con ella, podía lograr mis objetivos de manera rápida y segura, así que decidí hacerla mi esposa, si quizás piensen que soy un bastardo, pero los dos ganaríamos, ella estaría con el hombre que ama y yo conseguiría el poder y reconocimiento que deseaba.
Y si conseguido todo eso, pero odiaba ser la sombra de Antonio, odiaba que mi nombre fuera reconocido por ser el yerno de Antonio Montiel, Había dejado a Sofía el amor de vida, para conseguir todo. Fue un año en que no la vi, hasta que me la encontré en un evento, claro yo estaba en compañía de Carla, Sofía estaba con su jefe, el dueño de un pequeño bufete en los ángeles.
Apenas tuve oportunidad, me acerque a ella, en sus ojos vi que aún me amaba tanto como yo a ella, así que sin ser visto, la tome de la mano y la saqué de ese lugar, no muy lejos había un hotel, en dónde la volvía a ser mía, era una completa locura, la amaba, cómo nunca llegaría a amar a alguien más.
Desde ese día, no pude dejar de verla, dos meses después me casé con Carla, Sofía sufrió por haberme casado, pero le expliqué el porqué lo hacía, al principio no quería saber nada de mí, pero ella a la final entendió
Con Carla las cosas son tranquilas, ella es una mujer maravillosa, pero no la amo, ella solo fue la catapulta para conseguir mis metas, sé que no merece nada de estos, ella ha Sido una esposa entregada y muy amorosa, y que decir de su forma de darme placer, es magnífica.
Mauricio.
Ni con los años y con todo el placer que carla me da, ha logrado, despertar en mí algo más que no sea solo eso, placer, espero que Sofía nunca se entere, ya que eso sí sería un problema, ella no me lo perdonaría, además le echo creer que nunca tocó a Carla.
Hoy fue un día como cualquier otro, entre atender algunos clientes e ir al juzgado, al finalizar el día salí del bufete con un hermoso ramo de flores que le había pedido a mi asistente que comparara, moría de ganas por ver a mi hijo y al amor de mi vida.
Al llegar ellos me recibieron como siempre con alegría, después de cenar en familia, estuve jugando con mi campeón, hasta que se quedó dormido, esa era mi parte favorita, el poder estar con ellos, pero lastimosamente debía volver a la realidad.
Había estado tan ocupado que me había olvidado que hoy era mi aniversario de bodas con carla, por suerte Sofía me lo recordó, así que salí deprisa rumbo a la casa, en el camino compre otro ramo de flores, pero al llegar vi que todo estaba apagado, pensé que quizás me esperaba en la habitación una alguna lencería sexy, pero tampoco estaba ahí.
La estuve esperando por horas, pero ella nunca apareció, eso si me pareció extraño, ya que cada año ella preparaba una rica cena, luego lucia algo sexy para mí, pero hoy no había sido así.
Eran la media noche cuando me llego un mensaje, en donde me decía, que se había encontrado con Alexa y que pasaría la noche con ella. Decidí no darle importancia y fui a la cama.
…
Carla no logro dormir en toda la noche, sus ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar, su amiga se levantó temprano y le preparó un rico desayuno para animarla.
_ Te ves terrible.- le dijo Alexa al entrar a la habitación con la bandeja en las manos.
_ Lo sé.- respondió carla, sentándose en la cama.
Las dos se acomodaron en la cama e iniciaron el desayuno.
_ Que piensas hacer.- le pregunto Alexa.
Carla suspiró, mientras llevaba un pedazo de fruta a su boca.
_ aún no lose, son cinco años de matrimonio más tres de noviazgo, es difícil dar por terminado algo así.- respondió ella.
_ te puedo entender, pero ten presente que nada de esto es tu culpa, diste lo mejor de ti.- la consoló Alexa.
_, pero que tal y sea, mi culpa, cinco años de matrimonio no le he dado hijos, quizás por eso busco a alguien más.- dijo entre llanto carla.
_ Stop, carla, te estás escuchando, le has dado los mejores años de tu vida, has sido una esposa entregada, incluso dejaste tu profesión que era lo que más amabas por él, como puedes decir algo así.- Alexa se sentía indignada por la forma de pensar de su amiga.
_ De pronto no fue suficiente.
_ no puedo crecer lo que estoy escuchando, que ha pasado con mi amiga, la que defendía a las mujeres, la que decía que nunca debíamos dejarnos humillar por ningún hombre, por más enamoradas que tuviéramos, en definitiva te han cambiado el cerebro.- Alexa se había levantado de la cama y caminaba de un lado a otro.
_ Alexa, amo a Mauricio, no quiero perderlo.- el llanto de carla era desgarrador.
Alexa se acercó a ella y la abrazo, le dolía ver a su amiga así, ella más que nadie sabía cuándo amaba a Mauricio.
_ Tú lo has perdido a nadie, es él, el que ha perdido a una maravillosa persona, nadie lo amara como tú lo has amado, eres fuerte, puedes superar cualquier cosa, será difícil, pero no estás sola.- carla se sentía afortunada por tener a Alexa de nuevo a su lado.
…
Carla.
Pase el resto de la mañana con Alexa, ella me contó lo que había hecho los últimos cinco años, ella seguía soltera, pero disponible para cualquier hombre que quisiera probarla, desde que éramos adolescentes, nunca le gusto las relaciones sería, pero eso no evito que se enamorará en varias ocasiones. Ahora era una mujer profesional, segura de lo que quería para su futuro.
A decir verdad, en estos momentos la envidiaba, había logrado ejercer con éxito su carrera, vivía al máximo, sin apego a nada y sin ataduras.
Mientras yo, estoy aquí sin saber qué hacer con mi matrimonio, sé que lo que me ha hecho Mauricio es imperdonable, pero mi amor por él es grande.
Como les decía, después de pasar la mañana con Alexa, decidí volver a casa, como era de esperarse, él no se encontraba en casa, así que subí a la habitación y tome una larga ducha, esta noche hablaría con él y lo enfrentaría, necesitaba escuchara de su boca lo que había pasado, necesitaba que el fuera sincero.
El resto del día estuve haciendo lo que normalmente hacía, prepare la cena y lo espere, pero una vez más llego tarde, era difícil o pensar que quizás venía de ver a esa mujer y al niño, pero debía mantener la calma.
_ Hola amor, no sabes la falta que me hiciste.- me dijo, apenas entro a la casa y me vio.
Yo no dije absolutamente nada, lo amaba,
_ como la pasaste, como esta Alexa, te amo amor.- dijo para luego besarme.
En ese momento olvidé todo, sus manos recorrieron cada centímetro de mi cuerpo, cada toque me hacía vibrar, de mi boca salía su hombre entre gemidos. Lo hicimos una y otra vez hasta quedarnos dormidos, ni siquiera probamos la cena que había preparado y peor aún ni siquiera hablemos.
Cerca de la dos de la mañana su teléfono sonó, él se levantó corriendo para contestar, pensé que quizás era una emergencia de algún cliente, pero no era así.
_ hola cariño, que ocurre, tú y el niño están bien.- dijo muy preocupado en voz baja.
Era ella, era esa mujer la madre de su hijo.
_ ya salgo para allá.- dijo él.
No sé qué le había dicho ella, pero él se notaba muy preocupado, yo seguí habiéndome la dormida, él se vistió rápidamente, luego se acercó y beso mi frente.
Una vez que escuche la puerta, cerrarse no pude evitar llorara, ahora entendía sus salidas a media noche, y yo pensando que eran asuntos del trabajo, pero no.
Esa mujer tenía ese poder sobre él, cada que ella quisiera, él saldría corriendo a verla, que era yo en su vida, si ella y ese niño era su familia, qué puesto ocupaba yo.
…
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