Comenzó un nuevo ciclo, dicen que será el que nos impulsará al mundo artístico con ayuda de nuestras habilidades. Estoy muy emocionado, ya que fue muy difícil llegar hasta aquí, sobre todo porque es muy peligroso. Hay rumores que dicen por ahí, acerca de que hay personas que aparecen muertas, sobre todo en las noches. Lo más extraño, es que tienen unas marcas características en el cuello y a veces en todo el cuerpo.
Vivo al día, al máximo, divirtiéndome como yo quiero, porque sé que la muerte nos atrapará en cualquier momento. Como sea, salí con unos compañeros a un bar para pasarla bien. Esto me hace reflexionar que hace tiempo no tengo pareja, no estoy activo y comienzo a oxidarme. Me propuse encontrar a un chico por aquí, quizás alguno esté muy solo.
Supongo que no tengo suerte. Dicen que los ebrios la pasan mejor, ahora veo que es pura mentira. El chico que me gustó e intentaba llevarlo a mi casa, me atacó con una botella que él mismo rompió. Me ha lastimado un poco. ¿Por qué la violencia? Bastaba con decir “no”, no es que lo estuviera obligando a ir conmigo. Mejor me fui con mi grupo; sin embargo, sin venir a cuento, sentí un jalón que me llevó a la parte de atrás del bar y justo cuando pude mirarlo, me puso contra la pared. Pensé que se trataba de ese mismo chico, pero, lo que vi me dejó perplejo.
Esta persona era muy hermosa. Es el chico más bello que jamás vi, su cabello rojo combina a la perfección con sus ojos azules y su piel de porcelana —ligeramente pintada por algunas pecas—, pero lo que más me hechizó, fueron esos labios acorazonados que se abrían poco a poco hasta… ¿Qué sucede? ¿Por qué mira la herida de mi brazo de esa manera? Era como si tuviera tanta hambre. Ahora, pensé en que posiblemente iba a matarme. ¿Era yo la próxima víctima que saldría en los diarios?
No puedo hacerle eso a mis padres. Ellos deseaban que viviera muchos años y alcanzara mis sueños. Es por eso que lo empujé con todas mis fuerzas para irme corriendo. Afortunadamente, llegué al mismo bar y me refugié allí.
—Vaya, volviste. ¿Qué te pasó? —preguntó el cantinero.
—Quiero seguir tomando.
Encogió los hombros y comenzó a preparar mi bebida. Quiero irme con alguien, me dio mucho miedo ese hombre.
—Toma esto, y déjame curar tu herida. Ese chico no quería contigo, no le gustan los hombres —dijo el cantinero.
—Ya me di cuenta.
De verdad que me odiaba. Aún continuaba mirándome desde su asiento en la esquina, donde claramente hablaba mal de mí con su grupo de amigos. ¿Qué les estará diciendo? "No se junten con ese gay" o posiblemente "quiso llevarme a su casa". Idiota, solo hablando se entiende la gente. Ya sea así, el cantinero terminó de curarme y procedí a irme. Supuse que ese hombre ya no estaba por aquí.
¡Qué gran mentira!
En un ágil movimiento, ya me encontraba en un bosque que no reconocía, pero que sabía que sería mi tumba. Ese mismo hombre de cabello rojo estaba aquí.
—¡¿Qué quieres de mí?! —Grité.
—Perro, te atreviste a huir.
Acercó su rostro a mi cuello y cerré mis ojos. No puede ser, entonces… Quienes atacaban a esas personas son… Moriré.
—Así es, correcto, soy un vampiro.
Eso no es verdad. Es un cuento de hadas. Bajo ningún motivo existen los vampiros, es imposible. No, no existen, no existen, no.
—Así que no existimos, ¿no? Entonces no sabrás quién te mató.
Esta persona lamió mi cuello y respiró de mí como si fuera un panqueque.
—Tu aroma y sabor son deliciosos. Voy a disfrutar cada gota de ti.
—Por favor, si es una broma, basta.
—¿Quieres que me detenga? ¿En serio? Vamos, solo será un momento.
¿Qué le pasa a este chico? ¿Toma drogas, acaso? Abrí mis ojos y lo contemplé con una súplica descrita en mi mirada. Esos ojos son rojos. Ese color no existe, es imposible, entonces si es un vampiro. Por Dios.
—Podemos buscar ayuda. Te arreglarán tus ojos si...
—¿Buscar ayuda? Solamente necesito comer, lindo, nada más.
¿Comer? Oh, no, se refiere a…
—Ven conmigo. Serás mi alimento esta noche.
El aullido de un lobo me sobresaltó y de pronto, aparecimos en una cama dentro de una cabaña con una limpieza cuestionable. Probablemente me dejará muerto aquí, porque seguramente nadie vendrá a este lugar.
—No quieres morir, ¿verdad? —preguntó.
—No, por favor, no me mates.
Podía verlo encima de mí, a punto de devorarme, pero eso me hizo calentar mis orejas. ¿Qué es lo que usualmente hacen los vampiros cuando beben sangre? De repente, estaba pensando en cosas que no debería.
—Veo que tienes una mente muy sucia.
Mi corazón latía rápidamente y no podía detenerlo. Quería cerrar mis ojos para ya no verlo, pero su rostro era muy hermoso, contrario a su lujuriosa sonrisa. Destacaban sus incisivos que le daban un toque terrorífico junto con la ropa que utilizaba, y ese largo y rojo cabello… No, era un anaranjado rojizo que a la luz de las velas se veía muy rojo. Era de otro mundo, quizás de otra época.
Su suspiro me sacó de mi fantasía; no obstante, él me contempló de pies a cabeza, dándose cuenta de que mi cuerpo estaba muy vestido. Me arrancó todo, dejándome sin ropa alguna y admiró mi musculatura sutil.
—Solamente mirarte así, es excitante en verdad. No sé si comerte primero o cogerte… Creo que me daré placer primero.
—Tú… ¿De verdad eres un vampiro?
—¿Quieres comprobarlo?
Apretó con fuerza mi cuello y me presionó contra la cama. Era increíble su fuerza, ni siquiera podía moverme. De pronto, vi cómo estrechó la mirada y sus colmillos se mostraron aún más. No importaba cuánto hiciera, él se veía muy atractivo a pesar de todo.
—Tienes miedo, pero con tan poco ya estás erecto. Dime, ¿acaso eres virgen?—dijo mordisqueando mi cuello.
Mi evidente excitación lo hizo burlarse de mí con su mirada lasciva. Su comportamiento me hizo prever que algo malo iba a suceder y no me equivoqué. Llevó su mano a mi sensible falo, causando que me sacudiera.
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Aviso:
¡Hola! Me resulta muy difícil actualizar "Rodeado de Vampiros" por Chat Story, por lo que he decidido subir la historia en formato novela. He corregido muchas faltas de ortografía y he añadido algunas cosas nuevas.
Si han leído mis otras novelas, sabrán que mi tema favorito es el amor tóxico. A veces es leve y a veces es sádico, y confirmo que esta historia no es para cualquiera.
¡Agradeceré su apoyo!
—Bueno, entonces tendrás experiencia —dijo con una sonrisa.
Estaba congelado en mi lugar, lo miraba disfrutar solamente de mis expresiones y eso era bueno, ¿no? Eso podría significar que no me matará.
—¿Me matarás?
—Cállate, o lo haré ahora mismo.
Tenía mucho miedo. Quise comenzar a llorar, pero sabía que todo sería peor si lo hacía.
—Bueno. Aún no sé si te mataré, todo depende si me complaces, debo comer un poco.
Ante lo que dijo, acercó rápidamente su rostro a mi cuello y me mordió con fuerza. Nunca antes sentí tanto dolor, era como si me clavaran una estaca en el pecho; sin embargo, después de unos segundos, el dolor pasó para ser reemplazado con placer puro. Creo que eso fue un detonante peligroso, ya que el vampiro se volvió salvaje. De repente, mis manos ya estaban atadas con mi corbata y segundos después…
—¡Detente!
La agonía apenas comenzaba, el vampiro no pensaba detenerse hasta alcanzar el clímax; no obstante, conforme pasaban los segundos, mi cuerpo sentía un cosquilleo en cierto punto donde él golpeaba. Pero no, no puedo sentir placer, él estaba profanando mi cuerpo. Apreté mis dedos hasta que quedaron blancos y grité a los cielos por ayuda. Aunque conocía bien la respuesta: no iban a ayudarme.
—En los cielos no hay nadie, niño.
Lo escuché decir. No hubiese sido tan vergonzoso si mi cuerpo no demostrara el placer que estaba sintiendo, lo sabía, porque él me miraba de esa manera tan molesta.
—No puede ser que con tan poco estás tan motivado.
Dijo burlándose y dándole golpes a mi excitación. No sé si porque estoy ebrio, pero siento que todo es muy mágico. Era tan extraño como placentero y justo ahora quería terminar, pero no quería ganarme sus burlas… Y no lo pude evitar. Él estaba satisfecho, al parecer.
—No te mataré hoy —Resopló y se acomodó a un lado.
Al fin la agonía terminó. Y me sentía triste.
—¿Me dejarás ir? —pregunté.
—Es posible. Allá hay ropa y lo necesario para que te limpies. Vete cuando termine la tormenta.
Miré a ese vampiro cuando se vestía y me ordenaba como si nada, como si no hubiera pasado tan buen rato como ahora. Supongo que después de tantos años comenzó a olvidar los sentimientos.
Apenas reparé en el exterior cuando me trajo, no me percaté de la tormenta que se desató. ¿Tanto tiempo tardamos? Cuando me trajo no estaba lloviendo. Creo que no me podría pasar nada más extraño que esto, pero me equivoqué, de pronto él me besó la frente y desapareció ante mi vista. Gemí por todo lo que estaba sucediendo, sigo sin creer que me haya dejado tan pronto como alcanzó el placer. Estaba en una cabaña perdida en quien sabe donde, ni siquiera sé si es de alguien.
Me levanté dispuesto a encontrar el baño, pero lo que sentí fue un dolor en la espalda que se extendió a la cadera y en todo el cuerpo. De verdad que ese vampiro fue muy bruto conmigo, ni siquiera midió su fuerza, no creo aguantar otro asalto de estos. Acto seguido me miré en el espejo. Lo que vi me dejó en shock. Esas marcas las iba a llevar para siempre, solamente espero que nadie me pregunte acerca de eso, porque no sabré qué decir.
Había leído en la biblioteca algunos libros acerca de vampiros, solamente para pasar el tiempo y en uno de ellos mencionaba que pueden leer la mente. Este vampiro pudo hacerlo, ¿no? Por eso parecía adivinar lo que pensaba. Otra cosa, ellos pueden borrar la mente y manipularla, eso sería catastrófico. ¿Cuántos no han sido víctimas de este ser del infierno?
Espero no me agarre como alimento cada que él quiera, porque no quiero morir, quiero ser un artista muy famoso algún día. Aunque… No me arrepiento de esto, al menos ya sé algo más que nadie más sabe.
Suspiré y salí de la cabaña, noté que ya estaba amaneciendo. No se podía ver muy bien el sol debido a los altos árboles que cubren el cielo. Comencé a caminar hacia donde brillaba el sol, dándome cuenta de que estaba en la carretera, solamente espero que pase algún taxi. No ayuda en nada la resaca que tengo.
Al menos tuvo la decencia de no llevarme hasta donde no existe civilización. Esa cabaña estaba en el bosque más cercano a la zona de bares, por lo que no me tomó mucho tiempo llegar a casa. Me sentía hambriento y cansado, quería dormir un poco. Lo único malo es que debo ir a clases ahora mismo.
En el castillo Sinclair.
Leland.
—Ya sé lo que dirás, ¿bien? No quiero escucharlo —dije tapando mis oídos.
—No son horas que vengas, ¿comiste al menos? —reclamó Min.
—Ya, déjame tranquilo.
—Claro, eso se nota por tu ropa y ese asqueroso olor a humano.
—¡Basta! ¡Soy tu amo! ¡Sabes perfectamente que seré uno de los grandes sabios y también tu rey!
Comencé a caminar hacia mi habitación, tratando de ignorar a ese idiota.
—No me hagas reír, tú solo eres un mocoso inmaduro. —Gritó Min.
—Inmaduro o no, tú eres mi perro.
No obstante, sentí un jalón que me tiró al suelo. Miré con furia a ese tonto.
—¡Suéltame!
Me apretó el cuello con fuerza brutal, no podía apartarlo.
—Ahora, volverás a ser mío.
Me alzó con solamente una mano y me llevó a mi habitación.
De nuevo ahí, como la última noche, donde terminé gimiendo su nombre.
—Estuviste con un humano. ¿Quieres que te recuerde quién manda aquí?
El mayor arrancó mi ropa y ató mis manos dejándome sin poder escapar.
—Ahora verás, mocoso.
Sujetó mi largo cabello y lo jaló hacia atrás, dejando mi cuello a la vista… y mordió sin compasión.
Min era un general, solamente eso, y pretende estar con alguien como yo, lo cual es imposible. No quiero pensar en eso, no más, no ahora. Los sabios no lo perdonarán, ha profanado el alma del futuro rey.
Siendo vampiros no tenemos ninguna piedad entre nosotros. Nos dábamos con todo hasta destrozar la habitación.
—¿Ya lo ves?
—Dijiste que serías más cuidadoso que la última vez. —Sollocé.
—Perdón, amor. Te dije que te dejaría estar con cualquiera, siempre y cuando fueras mío después.
No quería dormir, pero sus caricias en mi cabello me encantaban. No importa que tanto haga, Min es y será el amor de mi vida. Lo amo, jamás amaré a nadie como a él. Y si algún día aparece un nuevo amor, yo mismo le daré un final.
Nathan.
Aunque no quisiera ir a la universidad, debo hacerlo. Estoy fuera de práctica, me duele el cuerpo; aun así, debo prestar atención a la clase de hoy. Me sorprende que la mayoría de los chicos sean tan guapos como yo, me siento algo intimidado.
Deseando ser artistas y cantantes, es normal ver a las personas más bellas del mundo reunidas en el mismo lugar, el problema es que la mitad del salón me odia. ¿Será porque soy el único asiático? Exactamente, soy tailandés. Después de mi nacimiento, mi familia y yo nos vinimos a Estados Unidos… Hasta que fueron asesinados.
—¡Atención, jóvenes! —El profesor Kim se levantó de su asiento para hablarnos a todos—. ¡Se les recordó que iniciamos el ciclo con un evento escolar! ¡Espero hayan leído el correo que se les envió!
Todos se quejaron, creo entender que nadie practicó en las vacaciones, excepto yo.
—¡Basta, silencio! Se les recordó y sobre aviso no hay engaño. Esto servirá para que se den a conocer. Quienes arruinen el evento, permanecerán en el sótano por un año.
Cuando el profesor dice eso, se refiere a que un artista pasa tiempo sin bailar o salir en algún evento público. Nada de eso me importa, yo fui bailarín principal la vez pasada y es probable que gane el premio de nuevo.
Sin embargo, mientras todos protestaban, yo recordaba mi noche pasada. Ese vampiro me atacó y bebió mi sangre sin ningún tipo de cuidado. Aunque fue consensual a la mitad, no dejaba de ser un asalto. Bueno, tuve un novio tan lujurioso como él, pero hace años no lo veo.
Suspiré saliendo de mi fantasía mientras miraba con detenimiento al profesor. ¿Por qué todos los maestros de aquí sin atractivos? Sobre todo los que enseñan danza. No obstante, cuando me percaté de la realidad, él me miraba fijamente.
—Nathan, ¿tienes alguna idea para su presentación? —preguntó.
Y ahora, todos estaban mirándome, genial. Ahora mismo me veo horrible. No dormí, me dolía el trasero y me sentía con ganas de vomitar, a la vez quería devorarme una hamburguesa gigante.
—Podríamos hacer el baile del ciclo pasado, nos salió muy bien y todos conocemos la coreografía.
De pronto, todos comenzaron a murmurar, sobre todo la tonta de Jenna. Siempre tan ardida.
—¿No será porque eres el bailarín principal? —acusó.
—Por supuesto, querida —respondí calmadamente—. Si te esforzaras más, serías la principal.
Sus amigas y amigos se quejaron también, resultado de eso, el profesor los regañó.
—Nathan tiene razón. Chicos, deben practicar más.
Jenna y sus amigas estaban claramente inconformes. El profesor aprobó mi idea y salió hacia la sala de maestros para hablar del evento. Era de esperarse que en cuanto saliera el profesor, los tontos del salón me iban a molestar.
Dicho y hecho. Jenna y sus amigos me rodearon.
—¿Se les ofrece algo? —pregunté sin interés aparente.
Jenna sonrió de lado y me tocó el hombro con su esquelético dedo, el mismo lado en donde el vampiro dejó una de sus tantas mordidas. Ya no recuerdo cuantas veces me perforó la piel y cuantas bebió de mí, solamente sé que me duele todo el cuerpo.
—¿Qué te pasó? Te ves horrible —preguntó Jenna.
—¿Seguro puedes bailar? —Harley añadió—. Luces como un cadáver que sacaron del río.
Ni si quiera voy a preguntar cómo sabe eso. No me había percatado del collar extraño que ella tiene, pero es muy bonito, tiene un color rojo que me recuerda la mirada de ese vampiro.
—¿Nathan? —llamó nuevamente.
—Por supuesto que puedo bailar —respondió—. No dejaré que Jenna ocupe mi lugar. Lo siento, olvidé que no puede. Le falta mucho para ser como yo.
Todo esto se lo dije a Harley, quien estaba más cerca de mí. Jenna gruñó y se fue a sentar a su lugar. Esa nunca entiende que por más que se enfrente a mí, jamás ganará. Pero tiene razón en algo, me veo horrible.
Decidí ir por un café y ponerme algo de maquillaje para no verme tan mal, espero que me dé tiempo antes de que el profesor Lee entre al salón.
Castillo Sinclair.
Leland.
Ser un vampiro solitario no está tan mal, igual tiene una gran desventaja: tengo prohibido enamorarme. Sé lo que le pasará a Min, pero no quiero pensar en eso ahora. Debo ir a la universidad debido a un acuerdo del reino, y fingir que soy un humano más. Es aburrido, lo sé, pero al menos puedo sentir diferentes aromas.
Caminaba por los pasillos sin ver a ningún lugar en especial y entré al salón. No sé por qué todos hablan de un evento, no me interesa. Y demonios, yo sé bailar, pero nunca se los mostraré. Es una de las desventajas de ser el futuro rey, no puedo hacer nada humano porque eso significa ser tan insignificante como ellos.
—Alumno, llega muy tarde —regañó el anciano—. Que sea la última vez que lo hace. Usted es nuevo en este lugar y debería aprovechar que está ocupando un puesto que muchos desean.
Solamente asentí y entré al salón para ocupar mi lugar. Me recosté sobre la mesa y cerré mis ojos. Escuchaba la mente de todos e intentaba ignorarlos; sin embargo, muchos estaban mirándome y pensando tonterías como “es tan guapo”, “los pelirrojos son sexis”, “quisiera que fuera mi novio”, esta última voz tan chillona casi me hace sangrar los oídos, creo que se trata de la zorra de minifalda.
—Alumno Sinclair, ya que tanto duerme, diga un resumen acerca de lo que acabo de explicar.
Resoplé y alcé mi mirada sin moverme.
—Usted narró un poema de Pablo Neruda. El poema habla de amor juvenil, prohibido y alocado.
Después di un resumen rápido de eso, a lo que todos me miraron sorprendidos. Seguí con los ojos cerrados hasta que terminó la clase. Nadie se atrevió a despertarme siquiera, ni siquiera el anciano del profesor Lee.
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