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No Es Rey, Es Reina.

Capitulo 1: " Castilla y Él Rey Loco"

Castilla, la tierra del dios único, así era conocido esté Reino, que a diferencia del resto de los reinos del continente, era monoteísta.

Un Reino en el que la religión era parte fundamental de su constitución, tanto él papa que era como se le conocía al líder de la iglesia, y él Rey eran personas elegidas por ese dios único.

Aunque había una diferencia entre ambos, él papa podía provenir de cualquier lugar del Reino, de cualquier clase social, ya que aquel niño que tuviera la marca que indicaba que era él elegido por dios, se convertiría en él próximo al mando de la iglesia.

Ese Niño elegido por dios, aparecía cada cincuenta, o sesenta años, cuando él papa anterior estaba en sus últimos años de vida, y mientras él papa estubiera con vida, enseñaría a ese niño sobre su deber, una vez falleciera, él nuevo papa asumiría su cargo, a veces siendo aún un niño.

En cambio, él Rey era sucedido por su primogénito varón.

La historia dice que él primer Rey de Castilla, fué la persona más devota al dios único, en la batalla de los primeros hombres, este hombre defendió a su dios y pelo en su nombre, haciéndole saber a todos que no existía otro dios verdadero que no fuera el suyo.

Por ello él dios único, lo bendijo con toda su gracia por su devoción, y lo reconoció como diferente a los demás hombres, y lo diferenció dándole unos ojos color palta al igual que un cabello de ese color, como nadie además de los que descendían de aquel hombre tenían, dicen que ese era el color de las criaturas amadas por dios.

Desde entonces la familia Real de Castilla fué fundada, siendo los descendientes varones de él hombre reconocido por él dios único los que ocuparian el lugar de Rey para gobernar el Reino.

Un Reino abocado a su dios, con estrictas reglas que lo regían, fueron muchos años de prosperidad, paz y tranquilidad, pero siempre eso puede ser irrumpido.

Él Rey Johan, fué él encargado de terminar con la paz y tranquilidad de Castilla.

Él Rey Johan quién pasaría a la historia, por su crueldad, por su locura, y por ser él Rey con el reinado más corto, llegó al trono con veinticinco años.

Johan se casó con Lady Judith hija del Conde Mounthbain, en menos de un año la reina dió a luz a él principe Drew.

Lejos de estar feliz por su hijo recién nacido, él Rey Johan se sintió disgustado, en un comienzo no lo entendía bien, pero más tarde se daría cuenta, Johan era tan inseguro de si mismo que no quería ni aceptaba a su hijo porque lo veía como aquel que ocuparía su lugar, como su reemplazante, y eso no le gustaba.

De igual forma él pequeño Drew creció espectacularmente hasta cumplir los cinco años, pero Drew no tenía idea de que por años su padre había tenido pensamientos de lastimarlo, y no tardó mucho en hacerlo.

Él Rey llamó por primera vez a su hijo, y le pidió que le recitará los pasajes del libro sagrado del dios único, era imposible que un niño de cinco años pudiera recitarle tales pasajes.

Aún sabiendo esto, cuando él niño no fué capaz de responderle adecuadamente, él Rey Johan, disciplinó de forma violenta al pequeño príncipe.

Evidentemente la reina se quejó por aquello, pero las mujeres prácticamente no tenían ningún poder en el Reino de Castilla, y menos tenían algún tipo de poder ante él Rey, incluso cuando ella era la madre, no pudo hacer nada.

Tres años después, una noticia increíble llegó a los oídos de los nobles, la iglesia y el pueblo entero, él Principe Drew, de apenas ocho años, estaba siendo acusado de planear una rebelión en contra de su padre, él Rey Johan.

La pena para la traición y rebelión no era otra que la muerte, siempre y cuando se probará la culpabilidad de él acusado o los acusados.

De alguna forma, él Rey Johan llevo a su hijo ante la corte, en dónde pudo probar que él pequeño junto a otros nobles planeaban su asesinato para que él niño ocupará el trono.

A los ocho años, Drew de Castilla y muchos otros nobles fueron acusados de traición, condenados, y ejecutados.

Aquel suceso conmocionó a todo el Reino que nunca había visto algo igual, y aún después de probarse el supuesto intento de rebelión, a las personas les costaba creer que un niño fuera a hacer eso, y el hecho de que su padre fuera quién lo condenará a muerte, fué demasiado conmocionate.

La noticia de que su hijo sería ejecutado, volvió loca a la Reina, quién al mismo tiempo que su hijo era despojado de su vida, se suicidó.

El hecho de que la Reina se suicidara era incluso entendible, no habría madre que soportara la perdida de un hijo, y menos cuando él mismo padre del pequeño fué quien lo condenó, de que forma Judith podría volver a ver a Johan, era imposible.

No pasó ni medio año desde la muerte del pequeño Drew y la Reina, cuando él Rey volvió a contraer matrimonio, está vez con Lady Sofía de Astapor, hija del Marqués de Astapor.

Pronto la nueva Reina cumplió con su deber, y dió a luz a otro varón, él principe Aston había nacido en perfectas condiciones, con sus ojos plateados y su cabello en el mismo color.

La Reina Sofía pensó que está vez sería diferente, que él rey amaría incondicionalmente al pequeño que trajo al mundo, pero también se equivocó

Él Rey no miró de forma diferente a Aston de como había mirado al Drew, es más, podría decirse que está vez él Rey no escondió su despreció por él niño.

Y la vida del pequeño Aston fué más corta que la de Drew, y la forma en que murió denotaba la locura del rey.

Él Rey ordenó al pequeño Aston de apenas cinco años a que participará en el torneo de caza, que se realizaba en honor al cumpleaños del Rey, y le exigió que como regalo le diera la bestia más imponente que estaba a disposición de la caza.

Nadie podía contradecir las órdenes del Rey, y por más que le dijeron que era una locura, que la vida del niño estaba en riesgo, por más que la reina se arrojó a sus pies y suplicó desesperadamente que cancelara su orden, o que incluso la enviará a ella en su lugar, él Rey hizo como si no hubiera escuchado nada, y continúo firme con su orden.

El resultado de enviar a él pequeño príncipe a un bosque donde había animales y bestias de todo tipo, fué desastroso, él pequeño Aston fué atacado y herido de gravedad por la bestia que su padre le ordenó cazar, y por más que lo sacaron con vida del bosque, cinco días después debido a la gravedad de sus heridas, él principe Aston murió.

La Reina Sofía, enloqueció debido a su dolor, y la familia de la Reina pidió el divorcio y se la llevó de regreso al territorio de Astapor, con sus padres, para nunca más volver a aparecer en la sociedad.

Otra vez no habían pasado seis meses cuando él Rey volvió a contraer matrimonio, está vez con Lady Olivia de Borgia, pero en este punto él Rey ya había perdido cualquier hilo de cordura que le quedase.

Día a día él Rey despertaba escuchando voces en su cabeza que le decían que su hijo no nacido aún le quitaría el trono, entonces lo que él Rey hizo superó cualquier atrocidad conocida.

La Reina Olivia creyó que él Rey estaba muy enamorado de ella, y que estaba feliz por él hijo que estaban esperando, ya que él Rey le dedicaba mucho tiempo, la atendía con dedicación y se veía sobreprotector con su reina, comían juntos en el almuerzo y la cena, y él rey no dejaba que se le diera nada a la Reina que no viniera de su cocina.

Pero lo que él Rey estaba haciendo era envenenar a su esposa embarazada, día con día aumentaba la dosis, y la Reina pronto comenzó a sentir los efectos del veneno.

Hasta que un día, mientras cenaban, la Reían cayó al piso con un fuerte dolor y comenzó a desangrarse, bajó la atenta mirada del Rey que había sacado a todas las personas del comedor Real, y veía como su esposa y él hijo que llevaba en su vientre, se morían.

A está altura en Castilla, ya todos sabían que él rey no estába cuerdo, y que todas aquellas muertes de sus hijos y esposas, se debían a él.

Los nobles temerosos de que sus hijas fueran las siguientes víctimas del Rey, acudieron a la iglesia y le imploraron que interviniera.

La iglesia tomo parte en aquello, y lo que hizo fué elegir una nueva esposa para él Rey, con la promesa de que luego que la Reina concibiera un hijo, ellos la protegerían a ella y al bebé con el que cargaba.

Elena de Braganza, la hija del Marqués de Braganza, una joven de apenas dieciocho años fué casada con un Rey de cuarenta años, la familia Braganza no estaba de acuerdo de ningún modo, pero la iglesia uso su poder para doblegar la voluntad de los Braganza y hacer que terminarán aceptando.

Elena de Braganza fué la única mujer que él Rey amó, tal vez por la dulzura de la misma, su personalidad tranquila, y la amabilidad que la caracterizaba, sin dejar de lado la belleza de la joven de cabello rubio y ojos verdes.

Pero la locura del rey era más fuerte que su amor por ella, cuando él Rey supo que Elena estaba embarazada, su actitud hacia ella cambió, pero algo inesperado sucedió.

Él Rey cayó en cama, una enfermedad desconocida lo había llevado al límite, pero incluso así, en medio de su dolor, él Rey gritaba que su hijo debía morir porque por su culpa él estaba en aquella condición.

Cómo la iglesia prometió, los paladines y caballeros templarios de la Santa cede resguardaron día y noche a Elena de Braganza, hasta que dió a luz.

Pero ni la iglesia, ni nadie en el Reino, pensó siquiera en lo que sucedería.

Él día que Elena dió a luz, fué el mismo día que él Rey Johan murió, y no sólo él, Elena también murió después de dar a luz.

Él papa de ese momento, estuvo presente cuando Elena dió a luz, y fué por él que la historia tomo un giro inesperado.

Elena dió a luz a una hija, pero al Reino no le servía una hija, sino un hijo, o eso es lo que cría él papa Benedic, entonces el Reino enteró se enteró que él Rey falleció pero que al mismo tiempo nació su sucesor.

- Alexander de Castilla, él nuevo Rey es Alexander de Castilla!

Este fué el anuncio que se escuchó en todo el Reino, por qué el papa que se haría cargo de la crianza del Rey recién nacido, le hizo creer al Reino enteró que Alexandra era Alexander.

El fin del Reinado de Johan, fué un alivio pero a la vez dejó una incertidumbre en el Reino, como podría el Reino mantenerse estable si su gobernante era un recién nacido.

Muchos problemas surgieron a partir de entonces, con soluciones poco comunes, a medidas o momentáneas.

Capitulo 2: " Nació Siendo Rey "

En la madrugada, en el palacio de la Reina podían escucharse los quejidos de una mujer, era Elena la Reina, que estaba en trabajo de parto.

Él papa Benedic fué informado de ello, y rápidamente partió de la Santa Cede hacía el palacio Real.

Con la Reina Elena, estaban tan solo dos criadas de extrema confianza, esto era para evitar que actuarán en nombre del Rey y pudieran hacer daño al recién nacido.

Las mujeres eran doncellas que vinieron con ella desde el Marquesado de Braganza, y fueron las únicas que asistieron a la Reina en su parto.

En el palacio del Rey, un ambiente desconcertante se vivía, él Rey había colapsado totalmente en esa madrugada, la fiebre había subido tanto que estaba delirante, y a gritos decía.

- Johan: maten a ese demonio! Es por su culpa! Es por su culpa! Codicia mi trono antes de salir del vientre de su madre!

Los gritos hagonicos del Rey se fueron apagando mientras perdía sus fuerzas.

En el palacio de la reina, las doncellas, comenzaban a notar que algo no estaba bien, la reina estaba tardando demasiado en dar a luz, y perdía la conciencia a cada instante, en cualquier momento, tanto la reina como su bebé podrían morir.

Una de las doncellas se acercó hasta poder hablarle al oído a la reina, tomó su mano y le dijo.

- Doncella: usted puede majestad, haga un último esfuerzo, así podrá ver el hermoso rostro de su bebé, podrá cargarlo, podrá escucharlo, pero para ello debe hacer un último esfuerzo.

Elena pareció entender lo que la criada decía, y con sus últimas fuerzas, dió a luz a su bebé.

La doncella que lo recibió sonrió ampliamente al ver que el recién nacido estaba en perfectas condiciones, pero al darse cuenta de que era una niña, no sabía como reaccionar.

- Doncella: Majestad es una...niña

Dijo la doncella mientras acercaba el bebé a la Reina, que sonrió con alivió, pero al mismo tiempo se veía muy mal.

La doncella puso a la niña medió envuelta en un paño al lado de la Reina, que no podía siquiera levantar la cabeza.

La Reina giró hacía la pequeña, y con aquella sonrisa de alivio y lágrimas en sus ojos, le dijo las únicas palabras que su hija escucharía de ella.

- Elena: una niña, gracias a Dios es una niña, no sabes cuánto le pedí a dios para que fueras una niña, " sí es una niña vivirá", pensé, así que le pedí a Dios que fueras una niña, él cumplió, te permitió vivír, entonces vive mí pequeña Alexandra.

Con aquellas últimas palabras y una suave sonrisa en su rostro, Elena comenzó a cerrar los ojos para no volver a abrirlos.

Cuando las doncellas, se dieron cuenta de que la Reina estaba muriendo, una de ellas salió corriendo en busca de un médico, pero en el camino se encontró con él papa, que le impidió hacerlo.

- Papa: es la voluntad de Dios.

Dijo él papa, mientras hacía que la doncella regresara con él.

Al acercarse a la habitación de la Reina, él papa pudo escuchar un llanto persistente.

La doncella no le dijo nada al papa sobre el sexo del recién nacido, solo se lo dijo cuando estuvieron en la habitación.

- Doncella: es una niña...

Dijo la doncella mientras veía el cuerpo inmóvil de la Reina, y paralelamente a la niña recién nacida.

- Doncella: Alexandra..la reina la nombró Alexandra .

Él papa se encontraba inmóvil, viendo a la Reina y la pequeña sin decir nada, entonces alguien golpeó frenéticamente la puerta de la habitación.

Una de las doncellas fué a ver de que se trataba, y se encontraba con un caballero de la guardia Real, que le dió una noticia, que hizo incluso perder el equilibrio a la criada, que trastabillo hacia atrás,y vio al papa con enorme angustia en su expresión, para luego con una voz temblorosa decirle

.

- Doncella: él Rey...su Majestad ha fallecido.

Solo entonces la expresión calma del papa se perturbo, y camino hacia la Reina a la que también se le había escapado la vida, y tomo al pequeño bulto que estaba a su lado.

El pequeño bulto se retorcía y chillaba, parecía sufrir por algo, tal vez podía sentir que acababa de quedar huérfana.

Él papa la observó con detenimiento, su cabello aunque aún era poco, era de un plateado brillante, y sus ojos también.

- Papa: tú eres... él Rey Alexander.

- Doncella: Rey? Su santidad le ha dicho que es una niña...

La mirada escalofriante de él papa se posó en la doncella, que al notarlo tembló por el miedo que sintió, instintivamente agachó la cabeza y se disculpo.

- Doncella: Lo-lo lamento su santidad, por hablar sin que me lo haya ordenado...

Él papa ordenó a las dos doncellas que levantarán la cara y les dijo.

- Papa: la reina Elena dió a luz a Alexander de Castilla, futuro Rey de Castilla, y ustedes dos lo cuidaran por un tiempo, entendieron.

- Doncellas: sí su santidad!

Las mujeres comprendieron de inmediato lo que estaba ocurriendo, para un Reino como Castilla, en el que solo los hombres sucedían los títulos nobles, y en el que acababa de perder a su Rey y Reina a la vez, una niña sólo traería más problemas.

Si el pueblo y principalmente los nobles , creían que un niño había nacido estarían conformes, puesto que por el simple hecho de ser varón, sus capacidades para ocupar el trono no serían cuestionadas, además que no habría tanta incertidumbre en cuanto a la gobernación, ya que los hombres lo habían hecho siempre.

Al amanecer, la noticia de la muerte del Rey Johan y la reina Elena, sacudió a todo el Reino, pero seguidamente la noticia del nacimiento de un herdero, brindó cierta calma.

Él papa no permitió que nadie más a parte de las doncellas que asistieron a la Reina en su parto, tuvieran contacto con la recién nacida.

Esto al menos hasta que una reunión de emergencia de nobles se llevará a cabo.

Debían decidir acerca del futuro de Alexandra, y reestructurar el Reino para que pudiera seguir funcionando sin un Rey.

Un mes después del nacimiento de Alexandra, la capital estuvo abarrotada por todos los nobles que llegaron de todo el Reino, para la gran reunión.

Pero él papa, que en ese momento tenía mayor autoridad, incluso que los Duques, redujo la gran reunión, a una mesa de debate conformada por diez personas.

Cuatro Duques, cuatro marqueses y dos Condes, ellos eran las díez personas más poderosas después del papa, entre ellos estaba él hermano de la difunta reina Elena, él Márquez Aryan de Braganza.

Por horas las puertas de la oficina del Rey estuvieron cerradas, y en la plaza frente al palacio real, se habían reunido miles de personas, esperando saber que es lo que ocurría.

Cuando los últimos rayos del sol estaban sobre Castilla, las personas que esperaban, vieron abrirse las puertas del balcón del Rey.

Él que ahí salió fué él papa Benedic, y por más que estaba alejado, las personas pudieron notar que tenía algo en sus brazos.

Al llegar al borde del balcón, él papa alzó por encima de él al pequeño bulto que cargaba, develando que era un bebé, aquel bebé fué reconocido de inmediato por su cabellera plateada.

Él papa habló fuertemente al pueblo y les dijo.

- Papa: he aquí él niño que nació siendo rey! Alexander de Castilla! Rey de Castilla! Nuestro único rayo de esperanza!

Al ver al pequeño Rey el pueblo recuperó la esperanza de que Castilla saldría adelante, todo bajo las mentiras del papa.

Capitulo 3: " El Consejo Real"

En la mesa de reunión, por un lado estaban los que pensaban que él recien nacido no podía ser nombrado rey, los que querían hacerse cargo de él, y los que querían tomar el poder de la corona, con la excusa de ocupar ese lugar hasta que él pequeño Rey fuera capaz de manejarlo por si sólo, irónicamente a parte del papa que escuchaba el debate, en silencio, la otra persona que no dijo una sola palabra, fué el Marqués de Braganza, que era tío del recién nacido.

En la mesa, los que debatían, trataban de elevar su tono de voz, uno más que otro, como si eso validara sus argumentos.

Los hombres hablaban como si fueran la máxima autoridad, olvidando la existencia del papa, que los observaba y escuchaba con atención.

El debate se había prolongado por demasiado tiempo a los ojos del papa, y no había escuchado nada convincente.

Él papa habló, provocando un silencio sepulcral en la mesa de debate, sólo entonces, los hombres recordaron que él que tenía más autoridad que nadie en ese momento, era él.

Las miradas de los hombres se dirigieron al que ocupaba el lugar principal, con su característica sotana de un blanco puro, su cabello castaño que ya estaba perdiendo el color por la edad, y sus intensos ojos negros, él papa habló.

- Papa: desde que entramos a la mesa de debate, no he podido escuchar a nadie articular una oración con sentido... y me sorprende, me sorprende que personalidades como ustedes estén siendo tan incoherentes en este momento.

Él papa que siempre tenía un rostro amable y suave, ahora se veía serio y dominante, su cambio de actitud denotaba la seriedad del asunto.

Él Duque Osier Justine, gobernaba grandes tierras al este de la capital, poseedor de minas de diversos metales que se utilizaban en la creación de armaduras, espadas, escudos, y muchas otras cosas, tenía un pensamiento crudo y expuso sin reparos su postura.

- Duque Osier: Siempre he admirado su santidad, por la forma en que ha llevado al frente la iglesia, siempre correcta y tomando sus decisiones en base a un bien común, sin duda un digno representante de nuestro Dios, pero... ahora me temo que él juicio de su santidad está errado, ¿de qué forma cree qué un niño en el trono es una buena idea? Lo mejor es que alguien capacitado ocupé ese lugar definitivamente, y tal vez por fin

- Papa: ¿Por fin que Duque? Y a quién propone para ocupar ese lugar? Cuándo se refiere a alguien adecuado habla de usted? Recuerde Duque, aunque no lo diga en voz alta, nuestro señor conoce incluso tus pendientes, así que reeplantese que está mal con ellos... Y hay algo que todos parecen olvidar, la familia Castilla es diferente a nosotros, fueron bendecidos con la gracia de Dios, y elegidos para guiarnos...

- Duque Osier: Es así, qué ironía, tan bien nos han guiado que uno de ellos es conocido como un hombre sin escrúpulos que asesino a su propia sangre y debilitó al Reino arrastrándolo con su locura.

- Papa: ¿Y las acciones del rey, son culpa de este niño? Nadie defendería las atrocidades del Rey, pero definitivamente nosotros no podemos juzgarlo, ya que estamos por debajo de él, pero al igual que Dios ve lo que hay en nuestros corazones, no es diferente con la familia Real, él Rey actuó de mala forma y lo pagó... Y Duque usted sabe porque la sangre de Castilla debe permanecer en el trono, todos lo sabemos así que me parece que es estúpido discutir el hecho de la ocupación del trono... Nadie sabe cuándo se desatara la gran guerra, y si es este niño quién tendrá que guíar al ejército santo? Nadie lo sabe, solo nuestro Dios... entonces solo los que tengan esa sangre pueden ocuparlo.

Las palabras del papa eran fáciles de interpretar, daba a entender que él Rey Joshua murió como castigo de Dios por sus actos, y la muerte del Rey no fué algo tranquilo, él Rey sufrió y agonizó por mucho tiempo, realmente parecía un castigo.

Él Duque Osier intentaba proponer destituir completamente a la familia Real y reemplazarla, pero eso no era posible, había una profecía en Castilla que decía que un día el mundo intentaría revelarse contra el Dios verdadero, y solo aquel guerrero que portaba la sangre bendecida por él Dios verdadero podría detenerlos y someterlos, por ello es que hubo tanta tolerancia de parte de la iglesia con las acciones del Rey Joshua.

- Conde Karman: entonces su santidad... cuál es el propósito de esta reunión si usted ya sabía que la ocupación del trono era algo indiscutible...

- Papa: Claro que hay otro propósito, ustedes Lores, deberán encargarse de los asuntos de estado hasta que él Rey sea capaz de ello... Aunque solo yo podré firmar con el sello Real.

- Marqués de Casares: El sello Real, redobla su poder santidad, no quiero creer que su santidad está siendo tentado por la miseria de los instintos terrenales...

- Papa: nadie está libre de ser juzgado, puede que a sus ojos me vea así pero esto es porque yo seré él tutor de su Majestad Alexander...

- ¿Alexander?

Dijeron todos a la vez.

- Papa: si ... Alexander es como lo nombró su Majestad la Reina... ¿Qué le parece Marques de Braganza? Alexander que significa " defensor de hombres" es un buen nombre para un rey, su Majestad Elena a pesar de su edad era sabia.

Él aún joven Marqués de Braganza, miró con ojos lleno de enojo al papa, y sin dudarlo dijo.

- Marqués de Braganza: Si mi hermana fuera sabia no hubiera dado a luz a quien la mato, no tengo nada más para decir, cumpliré con mi obligación.

Después de una larga charla en la que se ajustaron detalles del rol que cumpliría cada uno, él papa procedió a salir con " Alexander" en brazos para mostrarle al pueblo a su nuevo Rey.

Él papa mostró por unos minutos al recién nacido, y regreso, Alexander de Castilla, nació siendo Rey y a falta de sus padres, la máxima autoridad de la iglesia se hizo cargo de él.

La confirmación de un consejo real, formado por las diez personas más influyentes del Imperio, y él líder de la iglesia, pareció traer tranquilidad a Castilla, al menos durante cinco años fué así.

Un rumor corría en el Reino y era repetido a vivas voces, él pequeño Rey Alexander, está enfermo o es tan feo que por ello debe utilizar una máscara.

En realidad nadie había visto al joven Rey, solo él papa y las dos doncellas que estaban a su cuidado.

" Es por su seguridad", dijo él papa en un comunicado para calmar al pueblo.

Pero la agitación no paraba, y la curiosidad del pueblo y la impaciencia de los nobles que exigían ver al Rey, incluso el consejo Real presionó al papa para que mostrará al pequeño, él papa de vio obligó a mostrar por primera vez al pequeño Rey.

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