Imaginen esto: mi madre, una princesita de Konoha, hija de un importante señor, y mi padre, un simple empleado con grandes sueños. ¡Vaya combinación explosiva! Desde el momento en que se conocieron, el universo conspiró a su favor y el amor floreció como un ramo de flores en primavera.
Pero, oh, aquí viene el giro trágico: mi madre tenía un prometido impuesto por mi astuto abuelo. ¡Qué horror! Sin embargo, el destino les tenía preparada una sorpresa. El día de la boda arreglada, en un acto de valentía y locura, mi padre irrumpió en escena con una moto, desafiando a los escoltas y rescatando a mi amada madre en apuros. ¡Vaya héroes!
Para evitar ser descubiertos por mi poderoso abuelo, que ni Sherlock Holmes los hubiera encontrado, decidieron esconderse en el rincón más humilde de Konoha. ¡Qué astucia la suya! Cambiaron sus nombres a Hiyori y Kentaro Tatsumoto, como en una novela de misterio, y se casaron en secreto, falsificando documentos y burlando a todos los que intentaban separarlos.
Y así, en medio de la clandestinidad y la pasión desenfrenada, nació nuestra historia de amor familiar. ¡Qué grandeza la de mis padres, luchando contra viento y marea por su amor prohibido! Una historia que seguirá siendo contada por generaciones, entre suspiros y risas, como un cuento de hadas con un toque de locura y mucha, mucha pasión. ¡Bravo por Hiyori y Kentaro, los rebeldes del amor eterno!
¡Ah, qué época más gloriosa la que vivimos en aquel humilde barrio! Yo llegué al mundo dos años después de la épica fuga de mis padres, y crecí entre risas, amor y un toque de rebeldía que solo ellos supieron transmitirme. Mi padre, convertido en un héroe de las finanzas en una asesoría, ayudaba a todo el vecindario a mejorar sus bolsillos y a endulzar sus vidas con un toque de sabiduría y simpatía.
Entre los vecinos que se beneficiaron de sus consejos estaba la adorable Koko Uchiha, una anciana sabia como un búho y con un corazón de oro. Vivía con su nieto Obito, un chico dos años mayor que yo, que se convirtió en mi fiel compañero de travesuras y aventuras.
Recuerdo el día en que conocí a Obito, mientras llevaba la comida a mi padre en su oficina a solo dos manzanas de nuestra casa. Nuestros ojos se encontraron, y en un instante, supe que estábamos destinados a ser amigos inseparables. ¡Qué conexión tan especial la nuestra!
A medida que crecíamos juntos, nuestra amistad se fortalecía, convirtiéndonos en confidentes y cómplices de travesuras. A pesar de que Obito hizo nuevos amigos en el colegio, como Kakashi y Rin, nunca me dejó de lado, demostrando que nuestra amistad era inquebrantable y llena de complicidad.
¡Ah, juventud dorada de travesuras y risas compartidas! ¡Qué tiempos aquellos en los que éramos invencibles, Obito y yo, enfrentando juntos el mundo con una sonrisa en los labios y un brillo de complicidad en los ojos! ¡Que viva la amistad eterna de dos almas unidas por lazos indestructibles!
Pero el destino nos tenía preparado algo peor para nosotros:
Una noche tranquila se ve interrumpida por un giro oscuro del destino. Mientras yo dormía plácidamente, fui despertada de golpe por mi madre, quien con ojos llenos de angustia me obligó a esconderme en el compartimento secreto de un armario en la cocina. ¡Qué misterio se cernía sobre nuestra humilde morada!
Desde mi escondite, pude ver con terror a unos hombres misteriosos entrar en la casa, y para mi horror, reconocí entre ellos a mi propio padre, maltrecho y ensangrentado. Las sombras se movían, las voces resonaban en la oscuridad, y mi corazón latía con fuerza al presenciar aquella escena desconcertante.
Uno de los desconocidos destacaba por una marca en forma de cruz en su barbilla y un bastón de madera con una empuñadura extraña. ¿Quiénes eran estos hombres? ¿Qué oscuro propósito los había llevado hasta nuestra puerta en medio de la noche? Mis pensamientos se agolpaban en mi mente asustada, incapaces de comprender la magnitud de lo que estaba sucediendo.
¡Oh, el misterio y la intriga se apoderaban de mi ser, sumiéndose en un torbellino de emociones confusas y temores insondables! ¿Qué secretos ocultos se revelarían en las sombras de aquella noche fatídica? ¡Prepárense para descubrir la verdad en el próximo capítulo de esta apasionante saga familiar llena de suspense y peligros inesperados!
¡Oh, el horror y la tragedia se apoderan de esta historia, llevándonos por un sendero de dolor y desesperación! ¡Prepárense para un relato lleno de giros siniestros y emociones escalofriantes!
La escena se vuelve aún más sombría y terrorífica cuando unos individuos aterradores irrumpen en nuestra humilde morada, desatando el caos y la tragedia en un instante. Mis ojos incrédulos presencian cómo esos brutales hombres agarran a mi madre, mientras el siniestro individuo con la marca en cruz en la barbilla desenfunda un puñal con un dibujo reconocible, revelando su siniestro propósito.
Con voz cargada de veneno y rencor, el hombre misterioso se dirige a mi madre, Hiyori Senju Uzumaki, con palabras llenas de odio y crueldad. ¡Qué espanto! Amenazas de muerte, promesas de herencia macabra y un aura de posesión y locura envuelven la escena, haciéndome temblar de pavor en mi escondite.
Mis ojos atónitos ven caer a mi valiente padre, herido de muerte con un corte profundo en la garganta, derramando su sangre en un acto de brutalidad inhumana. El llanto desgarrador de mi madre llena la estancia, mientras ella misma es víctima de la furia desatada del despiadado atacante, clavando el puñal una vez y otra vez, sin mostrar piedad ni remordimiento.
En medio de la impotencia y el miedo, mi pequeño corazón se estremece, sintiendo el peso abrumador de la tragedia que se cierne sobre mi familia. ¡Oh, cruel destino, cómo me haces testigo de esta atrocidad sin poder hacer nada para evitarla! Mis lágrimas se mezclan con el miedo y la angustia, mientras el mundo se desmorona a mi alrededor, dejándome sola en la oscuridad de la desesperación.
En medio de la desesperación y el dolor, comprendí que mi deber era contener mis lágrimas y mantener la calma, pues mi valentía y astucia serían necesarias para hacer justicia por mis padres. ¡Qué carga tan pesada para mis pequeños hombros, enfrentar a los asesinos de quienes me dieron la vida!
Con determinación y miedo latente, aguardé en silencio hasta que los viles criminales abandonaron la escena, dejando un rastro mortal de aceite y gas que amenazaba con desatar una tragedia aún mayor. Mis ojos no podían apartarse de mi madre moribunda, aferrándome a la esperanza de que aún pudiera salvarse, aunque en mi corazón sabía la dura verdad que se avecinaba.
Las palabras de mi madre, llenas de amor y resignación, resonaban en mi mente mientras intentaba ayudarla a escapar del peligro inminente. Su valentía y amor inquebrantable me daban fuerzas para actuar, sabiendo que su espíritu estaría siempre conmigo y con mi padre en el más allá.
Con el corazón en un puño, me despedí de mi madre, prometiéndole que buscaría ayuda con Obito y su abuela, confiando en su bondad y sabiduría para enfrentar la tragedia. ¡Corrí hacia la seguridad, con la esperanza en el corazón y el miedo en los talones, pero el destino cruel decidió intervenir una vez más!
¡Una explosión devastadora sacudió el aire, arrojándome al suelo del jardín de la abuela de Obito en un instante de caos y destrucción! ¡Qué giro inesperado del destino, qué prueba tan dura para mi joven corazón! ¡Prepárense para descubrir cómo esta tragedia transformará mi destino y el de aquellos que amo en el próximo capítulo de esta saga de dolor y redención! ¡Que la luz brille en medio de tanta oscuridad!
Narra Obito Uchiha
¡Oh, qué mañana más movidita! Desperté de repente con un estruendo que parecía sacado de una película de acción. Resulta que todo el lío estaba en la casa de Khira, ¡menuda fiesta se estaban montando allí!
Sin pensarlo dos veces, salí disparado hacia allá. Mi abuela, que ya estaba despierta por los ruidos raros que venían de esa casa, se unió a la misión de descubrir qué demonios estaba pasando.
Al llegar, me encontré a Khira en la puerta, con la cara hecha un cuadro: llena de sangre, hollín y polvo, casi en modo zombi. ¡Ni que hubiera salido de un episodio de Walking Dead! Rápidamente le dije a mi abuela que llamara a un médico, ¡no fuera a ser que la pobre Khira se quedara en el intento!
Como la calle estaba fresquita y Khira llevaba un pijama más fino que una hoja de papel, le envolví en una manta para que no se nos congelara en plena calle.
Y entonces, entre sollozos y temblores, Khira soltó la bomba: "¡Mis padres, mis padres! Estaban en casa y no pude salvarlos. Quise pedir ayuda, pero no fui capaz de rescatarlos. Ahora me he quedado sola". ¡Vaya dramón, amigos! Khira se sentía como si hubiera perdido en el último nivel del videojuego de la vida.
Tranquila Khira, la abuela y yo te vamos a cuidar y proteger siempre - le dije con voz firme mientras ella se aferraba a mis brazos como un koala en un árbol.
En medio de toda la confusión, llegaron la policía y los bomberos porque aún había llamas en la casa. Un médico también hizo su entrada triunfal para revisar a Khira, que estaba inconsciente y parecía haber pasado por un campo de batalla con todas esas heridas en la cara. La pobre estaba hecha un cuadro, tanto física como emocionalmente.
La policía, como no podía faltar en un buen drama, también se presentó para interrogar a Khira. Pero la chiquilla estaba tan traumatizada, había presenciado cómo asesinaban a sus padres y se sentía impotente por no haber podido hacer nada para evitarlo.
"¡Dejen a la niña en paz!", exclamó mi abuela con determinación. "Ha pasado por algo horrible y no tiene a nadie más que a nosotros. La conocemos desde hace tiempo y la queremos mucho". Sus palabras resonaron en el aire como un recordatorio de que, en medio de la oscuridad, siempre hay una luz de esperanza.
Me invadió una sensación de profunda tristeza. No lograba entender cómo algo así podía haberle sucedido a Khira y a sus padres, personas tan buenas y queridas por todo el barrio. La vida a veces nos golpea sin piedad, recordándonos lo frágiles que somos y lo impredecible que puede llegar a ser.
Pasaron varios días y finalmente llegó el día del funeral, que se hizo esperar más que la cola en la tienda de los helados en pleno verano. Los cuerpos de los padres de Khira tuvieron que pasar por la incómoda experiencia de la autopsia, y la policía se dedicó a recopilar más pruebas que un detective en una novela de misterio. Mientras tanto, Khira seguía sumida en su dolor, apenas capaz de articular palabra. La investigación quedó en pausa, pero mi abuela y yo seguimos a su lado, siendo su roca en medio de la tormenta.
En el funeral, la iglesia estaba más llena que en la final de la Copa Mundial. Compañeros de la escuela, clientes habituales del negocio de sus padres y un montón de gente buena y amable que había sido tocada por la tragedia, se congregaron para despedir a esos seres queridos que ya no estarían físicamente entre nosotros.
"Uno de los hombres que llevaban este dibujo en un bastón fue quien mató a mis padres", dijo Khira con la voz temblorosa, casi tartamudeando debido al trauma que la había afectado últimamente.
"¿Estás segura? Los Senju Uzumaki son una de las familias más importantes. No puedes acusar a gente así sin pruebas", intervino la abuelita con su sabiduría de años y su corazón lleno de bondad.
"No te preocupes, Khira. Si tú dices que fueron ellos, yo te creo", susurré en voz baja, tratando de transmitirle mi apoyo y solidaridad en ese momento de incertidumbre y dolor.
Después del funeral, Khira parecía encontrar un poco de paz al rememorar momentos felices viendo fotos de sus padres que teníamos en nuestra casa, pues era lo único tangible que le quedaba de ellos. Ni siquiera tenía ropa ni pertenencias, todo se había consumido en el incendio. La abuela se encargó de proveerle con todo lo necesario y, además, mis amigos y yo le dimos un poco de nuestro material escolar para que no le faltara de nada.
Con el tiempo, Khira comenzó a adaptarse a su nueva vida sin sus padres, asumiendo el reto con valentía y determinación. En su mente persistía la idea de que algún día lograría obtener justicia por el terrible crimen que había arrebatado a sus seres queridos. Con esa promesa en su corazón, Khira seguía adelante, enfrentando el futuro con la esperanza de que la verdad saldría a la luz y se haría justicia. ¡Qué valiente y decidida era nuestra querida Khira!
Hace unos añitos, después del dramático acto final de mis padres en esta obra llamada vida, empecé a capear el temporal gracias a Obito y su abuela Koko, que me acogieron como si fuera la joya de la corona (¡o más valiosa aún!). Claro que, aunque ellos me trataran como realeza, mi cuerpo y mi cara aún guardaban las huellas del explosivo encuentro que me dejó marcada, ¡literalmente! A veces me sentía como un cuadro de arte moderno, ¡una obra maestra en carne y hueso!
Pero ahí estaba Obito, mi héroe personal, siempre listo para defenderme de las miradas curiosas de los mortales en la secundaria. "Tranquila, Khira, eres una diosa y yo seré tu guardián eterno", me decía con ese brillo de valentía en los ojos. Y yo, entre tanto alboroto, me di cuenta de que mi corazón latía más fuerte por él cada día, ¡como un tambor en un concierto de rock!
"Obito, sabes, la belleza está en el interior. Estas cicatrices son mi firma personal, mi marca de autenticidad. Y algún día, los malhechores que se llevaron a mis padres pagarán por sus malvados actos", le confesé en un abrazo que selló nuestra complicidad para siempre. ¡Vaya par de dos, enfrentando juntos el mundo con cicatrices y valentía!
¡Vaya pandilla la nuestra! Además del increíble Obito, tenía a Rin y Kakashi, dos fieles amigos de la escuela que eran como el trébol de la suerte en mi vida. Rin y yo éramos como hermanas de otra madre, compartiendo secretos de amor y desventuras del corazón, ya que ella suspiraba por Kakashi y yo... bueno, yo tenía mi mirada puesta en Obito, ¡qué sorpresa! ¡El amor estaba en el aire, o más bien, en los pasillos del instituto!
En cuanto a mis estudios, siempre fui la cerebrito del grupo, sacando notas de otro planeta y con una mente inquieta que no paraba quieta. Decidí fundar un club de detectives, ¡sí, como lo oyes! ¡Sherlock Holmes que se cuide! Quería resolver crímenes y descubrir la verdad detrás del oscuro capítulo que marcó mi vida: el asesinato de mis padres. También me lancé de cabeza a las artes marciales, ¡porque nunca se sabe cuándo vas a necesitar un buen golpe de karate en la vida!
Obito y Kakashi eran dos torbellinos de energía, siempre en busca de emociones fuertes y amantes de cualquier deporte extremo que se les cruzara por delante. Rin, en cambio, era la futura Florence Nightingale del grupo, con su pasión por los primeros auxilios y el deseo de convertirse en médico para salvar vidas. Y Kakashi, con su pasado marcado por la tragedia al igual que el mío, soñaba con ser policía y hacer justicia en este loco mundo. ¡Qué equipo, qué sueños, qué determinación para cambiar el mundo y plantarle cara a la adversidad! Juntos éramos imparables, una fuerza de la naturaleza lista para enfrentar cualquier desafío y escribir nuestra propia historia. ¡Que tiemble el destino, que aquí llegamos nosotros! ¡A por todas!
¡Vaya giro inesperado en esta novela familiar! Decidí plantar bandera y dejarles claro a esos recién llegados que para mí, mi verdadera familia eran Obito, su abuela y mis amigos, ¡punto final! Les agradecí de todo corazón por el amor y la felicidad que me brindaban, mostrando mi gratitud por cada sonrisa, cada gesto de cariño y cada abrazo que me hacían sentir en casa. Y esos parientes recién descubiertos, ¡pues que esperen sentados porque Khira no está para juegos de azar!
"Está bien, abuela", le dije con la voz serena pero firme, "aquí estaré, con ustedes, mi verdadera familia que me ha acogido con los brazos abiertos y el corazón rebosante de amor. Es aquí donde pertenezco, donde soy feliz y donde quiero quedarme". Y entonces la abuela, con su sabiduría y su corazón de oro, me soltó unas palabras que hicieron temblar mi mundo interior.
"Khira, cariño, aquí siempre tendrás un hogar, porque eres nuestra hija en el corazón. Y sabes, Obito me hizo prometer que no te diría esto, ¡pero no puedo guardarlo más! Él te quiere con locura y sueña con un futuro juntos, ¡como novios!" ¡Ay, madre mía, mi corazón empezó a bailar salsa en mi pecho! ¡Obito, el chico que siempre estuvo a mi lado, el héroe de mi historia, el amor que florecía en medio de la adversidad! ¿Qué deparará el destino para nosotros en esta travesía llena de emociones y sorpresas? ¡Que empiece el siguiente capítulo, que aquí hay amor en el aire y un corazón que late con fuerza!
Narra Obito Uchiha
¡Ay, amigo! ¡Qué días tan intensos he vivido últimamente! Resulta que Khira ha vuelto a brillar con esa sonrisa que me hace sentir como si estuviera flotando en una nube de algodón de azúcar. ¡Nunca pensé que vería esa sonrisa de nuevo, sobre todo cuando estamos a solas! Desde hace tiempo, siento ese cosquilleo amoroso por ella, ¡y parece que últimamente ella también tiene mariposas revoloteando en el estómago por mí!
Un día, decidí armarme de valor y pedirle consejo a mi abuelita sobre cómo declararle mi amor a Khira. ¡Vaya que fue todo un espectáculo! La vergüenza me hacía dar más vueltas que un trompo, pero esta vez, ¡la valentía se apoderó de mí! "Te quiero, Khira", le solté de sopetón. Su respuesta fue una sonrisa tan dulce que podría derretir el Polo Norte. Sin embargo, noté que unas lágrimas se escapaban de sus ojos castaños, ¡casi rojizos como dos rubíes brillantes!
"Obito, también te quiero con locura, pero parece que unos parientes míos andan buscándome y se van a poner como locos cuando se enteren de nosotros. ¡Pero tranquilo, amor mío! ¡Buscaré la forma de que nadie nos separe! Y si todo falla, ¡cuando seamos mayores, nos buscamos y hacemos nuestro propio camino juntos!", me dijo mientras yo le plantaba un beso en la mejilla que podría haber encendido fuegos artificiales.
¡Y en ese instante, nuestros corazones latían al unísono mientras nos mirábamos fijamente, y sin necesidad de decir una palabra más, ¡nos lanzamos al abismo del amor con nuestro primer beso! Fue como si el tiempo se congelara a nuestro alrededor, y el universo entero conspirara para que solo existiéramos Khira y yo, sellando nuestra promesa de amor con un beso que parecía sacado de una película romántica de alto presupuesto.
La abuela, que estaba presente y es más lista que el hambre, nos sorprendió con dos colgantes en forma de corazón, ¡como si fueran un amuleto mágico para proteger nuestro amor de los embates del destino! ¡Qué detallazo! Nos aseguró que ese símbolo nos mantendría unidos pase lo que pase, incluso si el mundo entero intentara separarnos.
Y entonces, la abuela soltó una perla de sabiduría que nos dejó a todos con la boca abierta: "Mi querido Obito, este colgante es más que una joya, es un legado de amor que trasciende generaciones. Mi esposo y yo lo tuvimos, tus padres también, ¡y estoy segura de que en el más allá siguen brillando juntos! ¡Así que llevadlo con orgullo, porque el amor verdadero es eterno y supera cualquier obstáculo que se cruce en vuestro camino!"
Y así, con el colgante en nuestro cuello y el amor en nuestros corazones, Khira y yo nos miramos con complicidad, sabiendo que juntos podríamos enfrentar cualquier desafío que la vida nos pusiera por delante. ¡Que tiemble el mismísimo Cupido, que Obito y Khira están destinados a conquistar el mundo con su amor eterno y sus colgantes de corazón! ¡Qué viva el amor, caray!
¡Oh, amigos míos, el fin de curso estaba a la vuelta de la esquina y yo ya estaba maquinando un plan para la historia! ¡Antes de embarcarnos en la locura universitaria, decidí que Khira, Kakashi, Rin y yo necesitábamos un viaje épico para despedirnos a lo grande! Total, ellos tenían que dispersarse por el mundo en busca de conocimiento, mientras que a Khira le quedaba un añito de instituto por delante. ¡La emoción nos invadía a todos, especialmente porque habíamos arrasado en nuestros estudios!
Estábamos a tope preparando todo para nuestra aventura, investigando los mejores destinos para sacarle brillo a nuestros últimos días juntos antes de separarnos. ¡Nos faltaba tiempo para tanta emoción! Aunque la tristeza nos hacía ojitos en la esquina por tener que decirnos "hasta luego", la emoción por la juerga que se nos venía encima era indescriptible. ¡Sabíamos que el amor que nos unía era más fuerte que el mismísimo Chuck Norris y que ninguna distancia podría con nosotros!
Así que armados con nuestras mochilas, nuestras ganas de comernos el mundo y el amor que nos sostenía, nos lanzamos a la aventura con la certeza de que esos días serían inolvidables, ¡y que nuestros lazos de amistad y amor resistirían cualquier vendaval que la vida nos pusiera por delante! ¡Que tiemble el mundo, que Obito y su tropa están dispuestos a conquistarlo todo con risas, abrazos y algún que otro desastre en el camino! ¡Que empiece la aventura, amigos! ¡Vamos a hacer historia! ¡Wujuuu! 🚀🌍💫
Han pasado unos cuantos meses desde que Khira y yo nos enredamos en esta maraña de amor y desventuras. Sí, porque cuando empezamos a salir, estábamos al borde de finalizar ese circo llamado año escolar. Yo, emocionado como un pavo en Navidad por graduarme de la preparatoria y zambullirme de cabeza en la universidad, al igual que Kakashi y Rin. Pero mi Khira, pobre alma, aún en segundo año de prepa, se sentía más triste que un pato en un día lluvioso. ¿Por qué? Porque veía venir el momento en que nuestros caminos podrían bifurcarse como calcetines en una lavadora endiablada. Además, la pobre estaba más nerviosa que el gato en una habitación llena de cucarachas, ¡sí! porque unos parientes desaparecidos en combate estaban al acecho y podrían llevársela de vuelta al nido.
Así que, en un arranque de genialidad (o locura, quién sabe), organicé un viaje para las dos parejitas, con la intención de sacar a nuestras damiselas del pozo de la melancolía. ¡Oh, sí, mi plan tenía más vueltas que una montaña rusa diseñada por un demente! Kakashi y yo queríamos ver a nuestras chicas brillar con la luz de la felicidad, así que allá fuimos, rumbo a la aventura.
Y ahí es donde las cosas se pusieron interesantes. ¡Sí, señor! Porque yo, Obito el romántico empedernido, tenía en mente estrechar lazos con mi amada Khira de una manera... íntima. ¿Cómo? ¡Con aguas termales, por supuesto! Así que sin pensarlo dos veces, nos lanzamos en busca de ese lugar mágico donde el vapor y el amor se funden en un torbellino de emociones.
Alquilamos dos habitaciones en un lugar tan bonito que hasta las piedras suspiraban de admiración al vernos llegar. Nos juntábamos de vez en cuando para alguna excursión, pero la verdad sea dicha, también disfrutábamos de planes separados entre parejas, ¡como si fuéramos detectives en busca de pistas en un caso de amor sin resolver!
¡Ay, la noche en el Onsen! ¡Una velada más ardiente que una sartén en pleno incendio! Khira y yo, decididos a sumergirnos en las aguas termales y en el torbellino del amor. Aunque al principio ella parecía más colorada que un tomate en pleno verano al ver la perspectiva de vernos desnudos, recordé esos días de inocencia infantil en los que chapoteábamos juntos en el río sin preocupaciones.
"Tranquila, mi musa de las termas", le dije con esa voz de seda que me caracteriza, "podemos cubrirnos con toallas y, cuando te sientas cómoda, nos deshacemos de ellas". ¡Y vaya si aceptó mi sugerencia!
Una vez dentro del agua, el vapor se mezclaba con nuestros besos apasionados, aunque ella aún parecía tener una nube de incomodidad flotando sobre su linda cabecita. Entonces, con timidez y un dejo de misterio, me soltó esas palabras que me hicieron sentir como un pingüino en el desierto:
"Obito, sé que tus hormonas están alborotadas y las mías también, ¡pero detente ahí, buen hombre! Prefiero que por ahora nos limitemos a cosas íntimas, pero sin pasarnos de la raya. No quiero que, al final, te aburras de mí como un niño con un juguete viejo una vez que termines tus estudios. Además, está el pequeño detalle de mi familia metiche, que podría arruinarnos el pastel de bodas antes de que lo horneemos". Y así, entre susurros y burbujas de agua caliente, Khira dejó claro que la pasión tenía sus límites, al menos por el momento.
¡Oh, el dulce sabor del respeto mutuo en el aire! Khira había hablado y yo, como un caballero de la era moderna, escuché su voz con atención y respeto. ¡Qué mujer tan sabia y valiente la que había capturado mi corazón!
"Mi amor, entiendo y respeto tu decisión", le susurré mientras ella me rodeaba con sus brazos cálidos. "De todas formas, nuestra conexión está más asegurada que el candado del tesoro del pirata Barbanegra gracias a estos colgantes. ¡Pero espera, hay más! ¡He estado maquinando en secreto la idea de tatuarme nuestras iniciales para sellar nuestro amor en la piel!".
Y entonces, con ojos brillantes de emoción, Khira me respondió con palabras que hicieron que mi corazón bailara un tango de alegría en mi pecho: "¡Yo también quiero uno! ¡Un tatuaje con nuestras iniciales para que, aunque los colgantes se pierdan, nuestro amor esté grabado en nuestra piel para siempre! Además, prometo solemnemente que solo tus ojos serán testigos de él".
"¡Qué maravilla, mi amada Khira!", le dije, con la voz cargada de emoción y cariño, mientras la estrechaba entre mis brazos. "Un tatuaje que simbolice nuestro amor eterno, una promesa sellada en tinta. Y no importa si el reloj avanza un año, cien años o mil, lo importante es que un día, juntos, desafiemos al destino y estemos unidos para siempre". Y en medio de esa declaración de amor, Khira me regaló un beso tan dulce que podría haber derretido el hielo más frío del mundo. ¡Qué hermoso era estar enamorado!
¡Oh, la magia del Onsen bajo la luz de la Luna llena! Khira y yo nos sumergimos en ese remanso de agua caliente y paz, dejándonos llevar por la serenidad que nos rodeaba, mientras la Luna nos observaba con su resplandor plateado.
Y en ese momento, en medio de esa atmósfera mágica, Khira soltó una de esas frases que te hacen sentir como si estuvieras flotando en una nube de amor y poesía: "Cuando estemos separados y contemplemos la majestuosa Luna llena, podemos comunicarnos a través de ella. Aunque nuestras voces no se escuchen, nuestras almas se entenderán, nuestros corazones se conectarán en un lazo invisible".
Mis ojos se llenaron de asombro y admiración por la belleza de sus palabras, por la profundidad de sus pensamientos. ¡Qué mujer tan única y especial era Khira, capaz de tejer sueños y realidades con solo unas palabras!
"¡Oh, mi dulce Khira, qué idea tan maravillosa y romántica!", le respondí, con el alma vibrando de emoción. "Esa conexión cósmica a través de la Luna llena nos unirá siempre, recordándonos que nuestro amor trasciende la distancia y el tiempo. Cuando veamos esa brillante esfera en el cielo, sabremos que el otro está pensando en nosotros, que nuestros corazones laten al unísono en la vastedad del universo".
La abracé con ternura y pasión, sintiendo cómo mi amor por ella crecía como la Luna en el firmamento. Estaba seguro de que nuestra historia sería épica, llena de momentos mágicos y eternos. ¡Qué fortuna la mía de tener a Khira a mi lado, mi musa, mi amor eterno!
narra Khira
¡Ah, qué día tan complicado! ¡Parecía que íbamos de paseo hacia la desgracia en lugar de a casa! Obito y Kakashi se creían los reyes del volante, ¡pero vaya lío que montaron esta vez!
El sol se despedía en un espectáculo de colores en el cielo, y ahí estábamos, Rin y yo, durmiendo plácidamente en la parte trasera del coche. De repente, ¡ZAS! Un golpe que nos sacudió como si nos hubieran lanzado un jutsu de despertar ninja.
Me desperté sobresaltada y miré por la ventana para encontrarme con un coche que nos había tirado fuera de la carretera, ¡justo al lado de una ladera tan empinada que hasta las cabras se hubieran mareado! Rin y yo salimos ilesas,
Pero la tragedia estaba al acecho. Mientras Kakashi salía del coche con unos cortes en la cara que le daban un aire más misterioso todavía, ¡Obito no tuvo tanta suerte! Una roca gigante decidió que su destino era caer justo sobre él, ¡aplastándolo como si fuera un panini de carne y hueso! Oh, pobre Obito, ¡siempre metido en líos! ¡Al menos ahora tiene una excusa para llevar una máscara de por vida!
Rin, con su calma y destreza de siempre, se convirtió en la heroína del día al evaluar a Obito y confirmar que, a pesar de parecer un sándwich de roca, estaba en realidad bastante bien.
Kakashi, con su ojo misterioso y su habilidad para improvisar, no tardó en pedir ayuda a un coche que pasaba por allí. ¡Y qué suerte! ¡En un abrir y cerrar de ojos llegaron la ambulancia y un equipo de rescate digno de una misión de alto riesgo!
Una vez aseguraron que Obito no estaba en peligro inminente, nos dirigimos al hospital a toda velocidad, con sirenas y todo, ¡como si estuviéramos en una persecución de película de acción !
Yo, Khira, en medio de todo el caos, me sentía como un pulpo en un garaje, sin saber ni por dónde empezar. ¡Llamar a la abuela de Obito era una tarea que me tenía temblando más que un gato en baile de tambores! Pero Rin, con su sabiduría y tranquilidad ñ, me dio el empujón que necesitaba.
"Tranquila, Khira", me susurró Rin con esa voz suave pero firme que solo ella tiene. "Obito está bien, solo unos rasguños y magulladuras. Nada que no haya visto antes, ¡tú misma pasaste por algo similar cuando tu casa decidió hacerse explotar por diversión!"
Respiré hondo y le agradecí a Rin con la mirada. Pero la siguiente tarea no era menos aterradora. "Pero ¿cómo le digo a la abuela de Obito que su nieto tiene que ser operado?", le pregunté con un nudo en la garganta.
Rin, sin perder un segundo, tomó el teléfono y marcó el número de la abuela. En un abrir y cerrar de ojos, la abuela estaba allí, abrazándome con una fuerza que me recordaba a la protección que sentía cuando era una niña y mis padres aún estaban conmigo. ¡Nunca había sentido tanto miedo desde aquel trágico día! ¡Pero juntos, como un equipo de ninjas unidos por el lazo del corazón, sabía que podríamos superar cualquier desafío que se nos presentara!
¡El drama en el hospital estaba alcanzando niveles épicos! ¡La tensión en el aire era más densa que el chakra de un bijū! Yo, Khira, me sentía como un ninja novato en su primera misión de alto riesgo, tratando de transmitir calma a la temible abuela Uchiha.
"Señora Uchiha, no se preocupe, Rin me aseguró que Obito está en buenas manos", le dije con la esperanza de que mis palabras fueran como un jutsu de tranquilidad ninja. La abuela, con su sabiduría y aplomo, me devolvió la calma que tanto necesitaba en ese momento de incertidumbre.
"Mantén la calma, cariño", me dijo la abuela Uchiha con una serenidad que me sorprendió. "Estás más nerviosa que un gato en un baile de ratones. Toma, aquí tienes un poco de té para que te tranquilices", agregó, ofreciéndome una taza con una sonrisa reconfortante. ¡Qué abuela tan increíble!
Mientras tanto, Kakashi, el ninja misterioso con su ojo legendario, se unió a la escena después de que le atendieran sus heridas, incluido un corte cerca del ojo que podría causarle problemas de visión.
"Y cuando seas policía, ¿no tendrás ningún problema? Quizás tengas que rockear unas gafas de sol como un verdadero agente secreto", bromeé con Kakashi, tratando de aligerar un poco el ambiente tenso. Él, con su típica tranquilidad, me tranquilizó con una mirada enigmática que solo él podía tener.
¡El hospital estaba siendo testigo de un verdadero festival de emociones y situaciones inesperadas! ¡Pero como verdaderos ninjas, sabía que juntos podríamos superar cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino!
¡La trama se estaba volviendo más retorcida que un jutsu de genjutsu de alto nivel! Mientras mi mente se preocupaba por Obito, Kakashi, con su aura misteriosa y determinación de acero, me prometió resolver el crimen de mis padres. ¡Vaya compromiso de un verdadero ninja!
"Tranquilo, Kakashi, ¿viste algo del coche que nos chocó?", le pregunté, con la esperanza de que su ojo ninja sharigan hubiera captado algún detalle útil. "Apenas vi la matrícula, anoté unos números y letras, ¿crees que eso servirá a la policía?", agregué, deseando que esos datos fueran la clave para atrapar al responsable.
"No te preocupes, Khira, yo lo memoricé todo", aseguró Kakashi con su habitual calma. "Afortunadamente, no era de noche cuando ocurrió el accidente, así que pude retener todos los detalles", añadió, infundiendo un poco de esperanza en mi corazón preocupado.
Después de un tiempo de incertidumbre, el cirujano finalmente salió para informarnos sobre el estado de Obito. Con una mezcla de alivio y preocupación, escuchamos atentamente sus palabras.
"Está bien, no corre peligro", comenzó el médico, pero su tono serio hizo que mi corazón diera un vuelco. "Sin embargo, no puedo hacer mucho por su brazo. Existe la posibilidad de que lo pierda", continuó, con una noticia que cayó como un balde de agua fría. "Además, tendrá que usar una silla de ruedas por un tiempo", concluyó, dejando un silencio pesado en la habitación.
La noticia era difícil de asimilar, pero como verdaderos ninjas, sabíamos que debíamos mantener la calma y estar preparados para los desafíos que aún teníamos por delante. ¡Juntos, como un equipo unido, podríamos superar cualquier adversidad que se interpusiera en nuestro camino!
¡El espíritu valiente de Khira brillaba como un fuego ardiente en la oscuridad de la incertidumbre! Con determinación en sus ojos, expresó su amor y preocupación por Obito, demostrando que el verdadero poder reside en el corazón.
"Sí, se va a salvar, Khira Obito Uchiha es un guerrero fuerte y vivirá mucho tiempo", respondí con firmeza, reconociendo el lazo especial que los unía. "Él te cuidó cuando más lo necesitabas, y ahora es nuestro turno de estar a su lado", sintiendo el peso de la responsabilidad pero también la fuerza del amor que los unía.
El médico arrojó una sombra de preocupación con su siguiente declaración. "Hay una doctora muy competente que puede ayudar con sus lesiones, pero el tratamiento será largo y costoso", informó, señalando un desafío más en el camino hacia la recuperación de Obito.
La abuela, con su sabiduría y determinación, aportó una nueva perspectiva a la situación. "Mi esposo nos dejó una buena herencia, pero debo hablar con el hermano de mi difunto esposo para acceder a ella. Ese dinero está destinado a mi nieto, pero no podrá usarlo hasta que cumpla treinta años", explicó, revelando una nueva pieza del rompecabezas que debían resolver.
Ante estos desafíos financieros y emocionales, Khira, la abuela y Kakashi se enfrentaban a una nueva etapa de la aventura, una en la que el amor, la determinación y la solidaridad serían sus mejores armas. Juntos, estaban listos para luchar contra cualquier obstáculo que se interpusiera en el camino de Obito hacia la recuperación y un futuro lleno de esperanza.
¡Oh, querido doctor, necesito con urgencia el nombre de esa doctora asombrosa para salvar a Obito! ¡No quiero que paguemos un ojo de la cara si no hay garantías de que se recupere! Estoy dispuesto a trabajar como un burro si es necesario para ayudar en lo que sea, ¡abuelita querida! No me hace ninguna gracia la idea de que tengas que derrochar esa fortuna sin ton ni son.
"Tranquila, cariño, el dinero es para Obito de todos modos, así que no te preocupes si perdemos una parte", me consoló. Mientras tanto, el médico me pasó los datos de la doctora y me di cuenta de que sus apellidos me resultaban familiares. ¡Resulta que se trata de Tsunade Senju, la doctora con el nombre más épico y apellidos que suenan a gloria! ¡Esto promete ser una aventura emocionante y llena de giros inesperados! ¡Vamos a salvar a Obito con la ayuda de la increíble Doctora Tsunade Senju! ¡Que empiece la locura curativa! 🚑💉🎉
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