Nicolás Rizzo, es el heredero de uno de los imperios internacionales, reconocido a nivel internacional, de aire altivo, arrogante, dominante, con su poder es capaz de conseguir todo lo que quiera, sin embargo, las cosas que vivió desde muy pequeño lo obligaron a formar una coraza fría en su interior, con apenas 18 años toco asumir el rol de jefe de todo un imperio después de que sus padres hayan sido arrebatados en un brutal asesinato…

Se forjó durante mucho tiempo ganando la confianza de todos sus socios, llegando a posicionarse como el “Demonio Financiero” …

Nicolás le hace buen tributo a su apodo, porque no tiene compasión, es capaz de arrasar con todos aquellos que traten de interponerse en su camino, porque…

Aún recuerda la sangre derramándose mientras sostenía el cuerpo de su madre y los gritos de su hermana mientras trataba de hacer que su padre despierte...

Haciendo que todas las noches se carcoma con millones de demonios que lo acechan, despues de que la primera mujer que amó lo traicionara de la manera mas despreciable posible.

Pero quizás ese sentimiento de venganza cambie por completo al conocerla, logrando derribar cada capa que construyó como mecanismo de defensa…

¿Quizás Andrea Gonzales, sea quien logre que el demonio salga de su propio infierno?

¿O talvez no?

El pueblo de Siona, México, siempre ha sido caracterizado por mantener las diversas costumbres y reglas infundadas desde generaciones…

Andrea, una chica de 22 años que ha crecido siendo educada e inculcada en cada estereotipo del pequeño pueblo, ella se distingue por seguir las reglas y ser una buena chica, esto con el fin de mantener la “imagen perfecta” de su poderosa familia y no perder su reputación…

·       Siempre sé prudente y nunca hables de más, mantén perfil bajo.

·       No te dejes llevar por tus impulsos y deseos, controla tus emociones, porque si no serás considerada una pecadora.

·       Nunca hagas perversiones que te condenarán al fuego eterno.

·       Y sobre todo mantén todas las reglas anteriores…

Pero, ¿qué pasará cuando en su vida aparezca un chico rudo, de aspecto misterioso y frío el cual le haga romper todas las reglas impuestas y enseñadas desde su infancia?…

Y, sobre todo, que este guapo chico que perturba sus pensamientos y sueños sea nada más y nada menos que …

El mejor amigo de su prometido.

Andrea...

Desde muy pequeña mis padres han trabajado conmigo inculcándome todas las reglas de etiquetas necesarias para convertirme en una buena chica.

Todo esto con el fin de mantener nuestra buena reputación de la “familia perfecta”, prometo que yo siempre había sido buena, jamás había desafiado ninguna de estas reglas ni tampoco había puesto en duda la crianza dura de mis padres.

Hasta que un día por primera vez en mi vida quise rebelarme solo por una noche, sintiendo la adrenalina y nuevas emociones de libertad. Así que una noche mi mejor amiga y yo nos fugamos para salir a divertirnos llegando a un bar clandestino para perder la cordura por completo.

Pero, no contaba con que en esa noche lo conocería y descubriría muchas cosas oscuras que jamás en mi vida me había imaginado. Me dije a mi misma que solo sería por esa noche y que luego quedaría en el olvido.

Pero todo se fue abajo cuando semanas después, EL, aparecería en mi puerta con su aire de elegancia y arrogancia, pretendiendo no recordar nada de esa noche.

El deseo siempre puede más que la cordura y la voluntad, pensé que no volvería hundirme en su oscuridad, pero es que me atrae demasiado y hace que me olvide todas las enseñanzas y reglas santas impuestas desde mi infancia.

Ese hombre me hace arder solo con su voz y sus toques en el pequeño infierno que hemos construido nosotros mismos, del cual me he es imposible saciarme, porque con cada nuevo encuentro mi perversión aumenta a tal punto de volverme loca y me incita a continuar ardiendo en llamas de placer con él.

Un hombre, bien dicho, ESE HOMBRE, se ha convertido en mi deseo confuso hecho persona…

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Andrea.

El hilo aprieta mi vestido haciendo que mi cintura se moldee a su forma, mientras yo contengo todo el aire en mis pulmones con el fin de lograr que este quepa perfectamente.

Mi madre me mira con su típico gesto duro, frío y sin emociones, sentada en uno de los sillones de mi habitación mientras yo hago una mueca de dolor al sentir como el vestido me aprieta al punto de cortar mi respiración…

Hago un puchero triste mientras le digo a mi mamá con poco aire

--Madre, no puedo respirar.

Quita su mirada de su teléfono, me mira por unos instantes con indiferencia y responde mientras toma su taza de té

--¿No has escuchado que la belleza cuesta querida?

Sin embargo, a mí me vale madres, yo prefiero los pantalones y camisas holgadas que permitan moverme con facilidad, no esto, tomo un largo suspiro girándome nuevamente hacia el espejo. Pero sé que no debo contradecirla…

Termino de ponerme el vestido y me giro hacia a mi madre con una sonrisa fingida en mis labios, ella se levanta con su rostro sin demostrar emoción alguna, se pone a mis espaldas girándome hacia el espejo y comienza a escanear cada parte del vestido puesto en mí.

Me lanza una mirada glacial, sin simpatía

--Te dije que no comieras demasiado, ahora te das cuenta--señala mi abdomen-- esos rollos que tienes ahí dañan toda la forma del vestido…

Miro con atención el área, plana, estos días no he comido más que lechuga y agua, según mi madre debo lucir perfecta y radiante, pero estos eventos siempre me dejan cansada y hambrienta.

Pero lo peor es que no es cualquier evento, sino que en dos semanas es …

MI FIESTA DE COMPROMISO.

La cual se realizará en unas semanas. Frunzo mi entrecejo mientras miro atentamente el área

--Madre, no veo ningún rollo.

Mi madre me mira con dureza a través del espejo, yo inclino mi cabeza fijando mi mirada en el suelo, me muerdo el labio sabiendo que ahora vendrá un gran regaño por haberla contradicho. Ella pasa su dedo índice por mi espalda, sisea

--Espalda recta.

Enderezo mi espalda aun manteniendo mi cabeza hacia el suelo…

Mi madre camina posicionándose a mis espaldas y empieza a ajustar salvajemente el corset de mi vestido cortando aún más mi respiración, un gemido de dolor se escapa de mis labios mientras mi madre susurra muy ansiosa entredientes

--MI HIJA DEBE SIEMPRE VERSE PERFECTA Y NO HABLAR DE MÁS CUANDO NO LE PREGUNTAN NADA…

Un nuevo gemido se escapa de mis labios al sentir como mi madre continúa apretando mi vestido. Cuando de repente se escuchan pequeños golpes en la puerta de mi habitación, mi madre se detiene y la criada dice desde el otro lado de la puerta

--Señorita  tiene visitas…

Mi madre rápidamente afloja el vestido, tomo todo el aire necesario que me estaba faltando y respiro erráticamente mientras toco mi pecho, ella me gira y alza mi mandíbula haciendo que la mire a los ojos mientras susurra

--Debes. Lucir. Perfecta…

Hace una pausa mientras me mira con dureza y frialdad, alza su mano para empezar a rozar su mano por mi mejilla en gesto maternal pero que es tan ajeno a eso mientras continúa susurrando

--- Hoy no vas a comer nada más que lechuga y agua ¿me entiendes?

Paso saliva sabiendo que mi estomago está pidiendo comida hace más de 1 semana completa, miro a mi madre con dolor, pero al sentir como ella me toma fuerte de los hombros en gesto amenazante, decido responder mientras asiento a velocidad

--Si si si mama…

Se vuelven a escuchar golpes en la puerta, mientras yo grito

-- ¡Puedes pasar!

Mi madre retrocede unos cuantos pasos alejándose de mi haciendo que su dureza deje de doler…

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