Amalia siempre fue una niña muy amaba para sus padres desde el momento que llegó a sus vidas, sin embargo ella sintió que algo estaba mal en ella su madre Monserrat era muy distinta a ella y su padre Diego tampoco tenía parecido físico a lo cual ellos le explicaban que era por qué ella se parecía uno de sus bisabuelos durante algún tiempo la niña no volvió a preguntar nada pero con el tiempo la niña tuvo que ir a la escuela y los niños hacen comentarios que escuchan de sus padres y está vez no fue la excepción, los niños comenzaron a decir que era adoptada, que su verdadera madre estaba loca y muchas cosas más, por más que Monserrat quería descubrir que era lo que sucedía con su niña ella siempre decía que nada.
Por otra parte Esteban el hijo primogénito de la familia desde que llegó Amalia a sus vida sabía que debía protegerla y cuidarla más no sentía ese amor de hermanos, para el fue muy difícil estar cerca de ella por eso evitaba cada día estar lejos de ella, cuando el tenis dieciocho años, Esteban era perseguido por las chicas de su escuela sin embargo Ami a penas siendo una niña las ahuyentaba Monserrat y Diego pensaban que era normal que solo eran celos de hermanos incluso había veces que Amalia había hecho varias rabietas en una ocasión Esteban había llevado a una chica a su casa cuando está lo beso apareció Amalia sin que nadie se lo esperara la jaló del cabello, comenzó a gritar.
—¡No lo toques él es mío!—
Esteban se encontraba muy furioso.
—¡Ya Ami!, Tranquila— dijo él mientras quitaba a la chiquilla de su amiga en turno, la chica se sobaba la cabeza pues el dolor era muy fuerte, Esteban se encontraba muy apenado con la chica, dejo a la pequeña Ami con la niñera ya que sus padres no se encontraban, al dejarla salió con la chica del lugar mientras que Amalia estaba muy molesta.
Esteban cada vez estaba más molesto de esas situaciones pues Ami si que eres un dolor de cabeza siempre quería estar s su lado y no permitía que nadie se le acercará, cansado de todo eso decidió que lo mejor para el era irse a estudiar a otro lugar suiza guardando distancia el podía ver a Ami como su hermana, Estaban había tomado la decisión de ir al ejército pues así estaría apartado más tiempo de su familia.
Los años siguieron pasando Esteban pocas veces iba de visita a su casa dedicaba todo el tiempo al estudió mientras que Ami había cumplido diez años, ella lo extrañaba bastante pero Esteban siempre que hablaba con ella era muy frío, la chiquilla por su parte cada vez que lo escuchaba sentía como si miles de mariposas jugarán dentro de su estómago pero no todo era lo que parecía Ami a pesar de sentirse muy amada por sus padres no podía evitar sentirse triste cuando sus compañeros hablan de ella a sus espaldas pues ellos decían que era una recogida de la familia Montreal, un día mientras llegaba de la escuela fue al despacho de su madre cómo era costumbre ese día fue lo peor para ella pues escucho como su padre estaba preocupado y su madre no dejaba de llorar.
—Apareció el padre de Ami, al parecer no era uno de los custodios del penal, el padre de Ami era un poderoso recluso perteneciente a la mafia, María José era su amante en turno, el ahora la anda buscando—
—Debes de hacer algo ese hombre no me puede quitar a mi niña— Lloraba desconsolada Monserrat pues le aterraba la da idea de que le pudieran quitar a la niña.
—No debes preocuparte ya tomé cartas en el asunto ese hombre jamás dará con el paradero de Ami, tranquilízate amor— le decía Diego a Monserrat mientras la consolaba, aunque Diego también tenía mucho temor que ese hombre llegará a reclamar a su hijo debía mostrarse sereno ante Monserrat, la pequeña Ami que acaba de escuchar todo aquello se encontraba muy triste y se fue a su habitación, ella sabía que debía amar más a sus padres pues ellos estaban en cada momento de su vida y trataban de hacerla feliz, así que tomo la decisión de no decirle a sus padre de lo que se acaba de enterar .
Diego no iba a permitir que le arrebataran a su hija iba hacer todo lo humanamente posible para tenerla a su lado.
—¿Escuchaste algo?— dijo Monserrat, Diego se asomo a la puerta pero no había nada.
—Debemos de estar tranquilos Ami, no tarda en llegar y no es conveniente que te vea llorar— le dijo de Diego a Monserrat, ella se limpio la cara y salió del despacho a los pocos minutos bajo Ami y le dio un fuerte abrazo.
—Mami te quiero mucho, eres la mejor mamá —
—Y para mi no hay un abrazo — dijo Diego, Ami fue enseguida para abrazarlo.
—Claro que si, no te pongas celoso papi, sabes que te quiero mucho a ti también ustedes son lo mejor que me pudo haber pasado —
Ami se había convertido en una niña ejemplar siempre sobresalía en la escuela con sus notas altas pues ella quería orgullecer a sus padres pues aunque ella sabía la verdad para ella sus padres eran Diego y Monserrat, el tiempo fue pasando Amy se había convertido en una hermosa jovencita tenía una gran belleza y se había desarrollado al punto que su cuerpo tenía las proporciones adecuadas y aunque tenía muchos pretendientes para ella solo le importaba Esteban pues ahora que sabía que no eran hermanos tenis la esperanza de que el se fijará en ella, Esteban estaba por llegar a casa de sus padres pues se iba a festejar los quince años de Ami se haría una celebración por todo lo alto, Esteban ya había terminado sus estudios en el ejército pero ahora se quería unirse a las fuerzas especiales de este, así que solo iba para la celebración, cuando Ami lo vio llegar se le fue a los brazos ella estaba tan feliz por verlo ahora le parecía más guapo, su cuerpo estaba ejercitado Esteban era el hombre perfecto y que decir de su sonrisa blanca, su mirada que aunque pareciera fría tan llena de ternura para Esteban ese abrazo no le fue indiferente sintió una gran corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo así que hizo lo posible por alejarla, ella sintió el rechazo fue como si miles de cuchillos se encajaran en su corazón, Monserrat llevó a su hijo hasta su habitación, Esteban se quedó pensativo en ese lugar el era un hombre de 27 años el cual se descontrolaba al ver a una niña de quince, su conciencia le decía que debía de alejarse de ella que lo mejor sería estar lo más retirado de ella, así que los días que estuvo trato de estar lejos de ella fue hasta el día de la fiesta que la volvió a tener entre sus brazos al bailar con ella, Ami trato de controlar sus emociones no quería volverlo ahuyentar trato de estar tranquila, pero está vez fue Esteban el que perdió el control al ver que varios chicos se acercaban a ella, se podía ver que aquellos chicos tenían un interés más grande que el de una simple amistad, Ami comenzó a bailar con Braulio un compañero de la escuela, Ami sonreía mientras bailaba con él, Esteban sentía como el estómago se le revolvía sentía como la sangre hervía quería golpear aquel chico pues sentía ¿celos?, Salió del lugar para tomar aire pues sabía que si permanecía en aquel lugar iba a perder la cordura, Ami vio cuando el salió al parecer el sentía algo por ella o al menos es lo que quería creer.
La fiesta se había terminado y solo quedaba la familia cercana sus abuelos y su tío Roberto con su familia, después de poco tiempo Esteban entro él siempre había admirado a su tío Roberto.
—Que gusto verte Esteban, espero que estés por más tiempo con tu familia— dijo Roberto.
—No lo creo tío, solo estaré un par de días más el deber me llama—
Ami se sintió muy triste pues para ella era muy doloroso verlo partir de nuevo, Ami subió a su habitación argumentando que se sentía muy triste, ella espera que por lo menos se quedará más tiempo, esa noche lloro un poco pues como ella podría lidiar con todo ese que sentía trato de dormir pero le era imposible ella seguía dando vueltas en la cama pensando la forma de como hacer para que Esteban estuviera más tiempo con ella. Por otra parte Esteban no podía dormir pensaba en lo hermosa que se había puesto Ami, pero una parte de él decía que no podía tener ese tipo de pensamientos.
A la mañana siguiente bajaron a desayunar los dos se veían terribles con grandes ojeras las cuales no pasaron desapercibidas por sus padres.
—Al parecer no pudieron dormir bien se ven fatal — dijo Diego.
—Gracias, papi tu si sabes levantar el ánimo a una mujer— dijo Ami.
—Pues yo me siento fatal, creo que necesito descansar— dijo Esteban.
—Pues nosotros iremos a la casa de los abuelos, Ami y tu ¿Cómo te sientes?— pregunto Monserrat.
—Mami un poco mal creo que lo mejor será que yo también descansé —
Después de algunas horas Diego y Monserrat salieron rumbo a la casa de los abuelos, Ami y Estaban se habían quedado cada uno en sus respectivas habitación, pero cuando Esteban se di tío mucho mejor decidió bajar a la piscina, Ami había despertado de su siesta así que se asomo por la ventana donde pudo observar a Esteban en la piscina ella pensó que está sería una gran oportunidad para ella, fue hasta la habitación de su madre y busco un traje de baño algo atrevido pues quería que Esteban se fijará en ella, se lo puso, bajo a la piscina se metió, Esteban al verla sintió una gran excitación pues ella era el pecado en persona, la tentación andante y por si no fuera poco ella comenzó acercarse más a él.
—¿Qué haces aquí niña?— dijo Esteban de mal modo sin embargo esto no la desánimo ella siguió acercándose más a él, Esteban podía sentir la respiración de ella, percibir su fragancia ella siguió acercándose más a él hasta tenerlo cerca ella se acomodo para poder besarlo en la boca, el beso fue tímido Estaban podía ver la inexperiencia de ella sin dudarlo el recibió aquel beso pero justo cuando esté estaba más apasionado la conciencia de Esteban despertó, no podía seguirle el juego ella era su hermana además ella prácticamente una niña así que la desaparto.
—¿Qué haces estás loca?, Tu eres mi hermana— dijo Esteban mientras se alejaba de ella y salía de la piscina, Ami sabía que ese beso había surgido efecto en él que no le era tan indiferente, salió rumbo a su habitación para cambiarse, cuando volvió a buscar a Esteban este ya no estaba en su habitación se había ido.
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