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Blood Virgin

Sinceramente, Casandra

Mis padres están muertos, no me preguntes cómo sucedió, por qué nadie sabe la verdadera razón de sus muertes. Algunas personas dicen que fue un animal, otros supusieron que quizás alguien los asesinó e incluso algunos llegaron a pensar que mis padres tenían alguna enfermedad rara.

La cuestión es que están muertos.

Y aunque el alguacil trató de investigar la causa de sus muertes, nunca la encontró. Por lo que el caso quedó archivado en la carpeta de casos sin cerrar.

¡Lo puedes creer!

Mis padres murieron de una forma espantosa, sus cuerpos fueron drenados de sangre hasta casi ser convertidos en momias.

Y el caso nunca se cerró.

¡Cuán jodido es el mundo!

Y eso no es lo peor, solo es la punta del iceberg. Porque desde aquel incidente mi vida ha cambiado por completo. Digamos que dio un giro de 180° grados, lo que conocí e incluso lo que creía saber, todo estaba mal.

Sé que te sorprenderías y quizás pienses que estoy loca, pero déjame decirte que este mundo es mucho más vasto de lo que parece.

Olvídate de los animales endémicos o incluso aquellas especies que están en peligro de extinción, eso solo es un juego de niños, incluso la existencia de extraterrestres es mucho más creíble que lo que te diré.

Ya te dije que vas a pensar que estoy loca, bueno, solamente promete que al menos me darás el beneficio de la duda, lo necesito en serio, tú eres mi única esperanza para ganar esta batalla.

Volviendo al punto, descubrí que en este mundo los humanos no son la raza más fuerte. Existen otros seres que lo son, esos son llamados seres de la oscuridad o «Los Olvidados».

Quizás has escuchado de Drácula, de Frankenstein, incluso de las brujas de Salem y si no lo has hecho, tal vez has visto las películas de Crepúsculo o alguna serie de mierda que te muestra el amor entre seres sobrenaturales.

Bueno…

El punto al que quiero llegar es que aquellos seres existen en la realidad.

Ya sabes, esos vampiros, hombres, lobos, brujas e incluso otros seres extraños que no te puedo enumerar en este momento debido a la falta de tiempo, definitivamente existen, están ocultos en la oscuridad, vigilándonos, aguardando su momento. Es solo que no son tan bonitos ni tan amigables como lo muestran aquellas series, son aterradores y dan mucho, mucho miedo.

Si alguna vez te han interesado el tema de los psicópatas, bueno ahí tienes la respuesta, estos seres de la oscuridad son igual de aterradores, pueden parecer amigables, incluso te pueden atraer con su buena apariencia, sin embargo, recuerda eso solo es una máscara porque lo que hay debajo es horrible.

También recuerda que siempre se acercan con un motivo oculto, ellos no pierden el tiempo, así que si alguna vez te topas con uno de estos seres, ten esto en mente por más amigable que lo encuentres. Recuerda que son expertos en fingir, mi consejo personal es que huyas, que corras lo más lejos posible.

Al menos así puedes tener una oportunidad de vivir.

Quizás te estés preguntando la razón por la que te estoy diciendo todo esto. A ti un desconocido, del que ni siquiera sé su nombre, género o edad.

La respuesta es simple.

Me presento, mi nombre es Casandra Nethers, ahora que me he presentado, tú y yo podemos llamarnos amigos. Así que como muestra de mi amistad hacia ti te voy a decir algo que no le he dicho ni siquiera a mi hermana, Iara. No porque no le tenga confianza, sino porque tengo miedo de que ella no me crea, así como sé que tú estarás dudando de mí en este momento. Pensando si mis palabras son reales o falsas.

Lo que te quiero decir es que estoy siendo cazada por uno de esos seres oscuros. Uno que ha vivido durante mucho tiempo, quizás más tiempo del que alguna vez tú y yo vayamos a existir.

El motivo, bueno, eso es algo que te lo diré más adelante.

Pero, debes saber que si él me llega a encontrar este mundo que conocemos se convertirá en ruinas.

Olvídate de la devastación de las guerras mundiales que han acontecido a lo largo de la historia, incluso sobre los desastres naturales, porque el caos que se desatará sobre nuestras cabezas será horrible.

Lo he visto en sueños.

Quizás toda la humanidad se destruya. Y eso es algo que no permitiré.

Ya he perdido a mis padres, así que no pienso perder a nadie más. No puedo hacerlo.

Te dije que necesitaba tu ayuda. No mentí, realmente necesito tu ayuda querido desconocido y tú eres el único que me puede ayudar.

Quizás te preguntarás qué es lo quiero de ti, del que ni siquiera sé su nombre, género o edad.

Bueno, no seguiré dando más vueltas y te lo diré en este momento.

Yo quiero que me ayudes a transmitir lo que te estoy diciendo en este momento, deseo que las personas sepan sobre la existencia de estos seres de la oscuridad, para que ellos no estén tan indefensos como yo lo estuve alguna vez.

Las palabras tienen poder, es por eso que confío en ti para esta tarea. Creo que harás un gran trabajo.

Sabes antes de escribirte esta nota, lo pensé demasiado, evalúe los pros y los contras. Incluso pasé noches enteras preguntándome si estaba haciendo lo correcto al hablar sobre este asunto con un extraño. Al final, decidí que esto era lo mejor por si algo me llegará a pasar en el futuro.

Quizás así la otra persona que tomará mi lugar cuando yo dejé de existir en este mundo no estará tan perdida como yo lo estoy en este momento, tal vez ella pueda encontrar lo que he estado buscando durante mucho tiempo y pueda poner fin de una vez por todas a esto.

Aunque prefiero que todo terminé conmigo. Que ya no haya más vidas en juego.

Por lo que me voy a atrever a contarte mi historia, solamente espero que cuando llegue al final, este sea uno feliz.

No botes esta carta, no la destruyas, solo guárdala.

Sinceramente, Casandra.

Nota de Autora.

Hola, bienvenid@s a la historia de Casandra, les comento que esta historia ya la había estado escribiendo, sin embargo, algunas partes no me gustaron, por lo que la eliminé y empecé a escribirla de nuevo.

Esta historia me pertenece, así como sus personajes. Recuerden que todo es ficción, así que no se tomen tan a pecho ja, ja, ja.

Muchas gracias por la oportunidad ❤ ️ y no se olviden de votar, comentar y darle me gusta. Eso me haría muy feliz y cuando soy feliz puedo darles pequeñas sorpresas jajaja.

Las actualizaciones son diarias.

Grandiel

Grandiel, es un pueblo alejado del mundo, con un clima espantoso, cuando es invierno el frío puede congelar tus huesos y cuando es verano el calor puede incinerarte. Incluso dudó que tenga un lugar en el mapa, no estoy exagerando, después de todo, cuando mis padres decidieron mudarse a este lugar hace cinco años, anduvimos perdidos durante un mes entero tratando de llegar a este sitio olvidado de Dios.

Es más como alguna especie de pueblo fantasma. Del que nadie ha oído hablar o siquiera conoce.

Sin embargo, no puedo negar que no sea agradable vivir aquí, hay muchos lugares hermosos, lagos e incluso cascadas por explorar, claro está si eres amante de la naturaleza, pero para alguien como yo que estaba acostumbrada al internet es un infierno.

Porque déjame decirte que no hay internet, la razón es simple, je, es porque es un lugar que está ubicado en el culo del mundo.

Así que olvídate de las redes sociales e incluso las series de Netflix o alguna otra plataforma de streaming. Aquí hay electricidad a duras penas, incluso la televisión por cable tiene los mismos cinco canales que pasan las mismas programaciones durante la mayor parte del año. Sin embargo, los habitantes están bien con eso. Después de todo, ellos han pasado la mayor parte de su vida en este pueblo, por lo que no conocen nada más, no como yo que tuve que renunciar a mis hermosos bebés, ya sabes a mi laptop, iPad e incluso iPhone porque aquí no servían de nada.

El mayor entretenimiento que encontrarás son el café bar del pueblo, el mirador y la iglesia, la cual está hecha de una manera exquisita, casi parece sacada de algún cuento de la edad medieval.

Durante estos últimos cinco años, aunque fue algo difícil, al final logré acostumbrarme a vivir aquí. Aunque si soy sincera, aún deseo volver a la gran ciudad, que ahora parece un recuerdo lejano en mi mente, es solo que, creo que será algo difícil en el corto plazo debido a que mis padres aún tienen muchos asuntos pendientes que resolver, quizás me quedé aquí para siempre.

— ¡Cassie! Deja de estar perdiendo el tiempo y ayuda a tu hermana a sacar la basura — gritó mi madre haciendo que saliera de mi ensoñación.

Ante su llamado tuve que dejar a un lado mi tarea de matemáticas para salir a ayudar a mi hermana.

Después de todo, no podía ignorar a mi madre o el infierno se desatará sobre mi cabeza. Aquella mujer de cuerpo esbelto y rostro angelical escondía un genio terrible. Aunque sus ojos azules la hacían ver cómo alguien dulce, esa solo era su fachada exterior porque su interior era el de un dragón.

Pero, así, con su genio de los mil demonios la quiero como a nadie más quiero en esta vida.

— ¡Ya voy, jefa! — grité mientras bajaba las escaleras.

Mi madre, que se encontraba a punto de subir un escalón al notar mi presencia, frunció los labios antes de sonreír.

— Apúrate, mocosa o le diré a Iara que no tire la basura, sino que te tire a ti, mira, no más como te truenan las rodillas, ya parece que te me vas a desbaratar — comentó con un aire lleno de diversión.

Solté una carcajada para luego estampar un beso sonoro en su mejilla.

— No seas mala, mamá — le dije haciendo un puchero.

Mi madre negó con la cabeza antes de volver a sus labores. Mi padre que se encontraba viendo televisión soltó una carcajada como si le hubiese causado gracia algo, lo que hizo que no pudiera evitar mirarlo.

Je…

A mí no me puedes engañar papá, sé que te estás riendo de mí porque no creo que te cause tanta risa ver a un león rugir.

— !Eres tan malo! ¡Tú y mamá son una pareja hecha en el cielo! — susurré de manera inaudible antes de ir hacia la cocina para ayudar a mi hermosa y algo torpe hermana mayor.

Cuando llegué no pude evitar sorprenderme al ver su manera de empacar la basura. Ahora entendía por qué mi madre me había dicho que le venga a ayudar, porque al paso en que estaba clasificando la basura mi hermana, quizás terminemos mañana.

— ¿Qué crees que estás haciendo? — le pregunté.

Iara levantó su mirada azulada con algo de desconcierto. Ante la vista de sus ojos azules no pude evitar sentirme celosa, debido a que yo también quería tener los ojos de ese color, no este color mierda que era conocido como ojos cafés claros que me habían sido heredados por mi padre. Incluso mi cabello era de un color horrible, bueno, aunque quizás estoy siendo algo dramática con el asunto, pero yo también quería ser una rubia despampanante de ojos azules.

¡Aish!

Papá, ¿por qué tuviste que ser el activo cuando me procreaste?

— Estoy reciclando, es la nueva moda, ya sabes, debemos cuidar el medio ambiente para evitar la destrucción de nuestro planeta — mencionó mientras revisaba la basura de manera minuciosa — Sabías que…

La interrumpí antes de que empiece a explicarme las ventajas y desventajas de reciclar.

— ¡Hermana! ¡Para! Eso de reciclar casi nadie lo hace en Grandiel. Solo hace unos diez minutos vi como nuestro vecino estaba quemando un montón de fundas plásticas. El fuego era tan grande que casi llame a los bomberos. Así que, ¿por qué nosotros debemos hacerlo?

Iara se levantó del suelo antes de colocar sus manos en la cintura como si me fuera a regañar.

Tragué saliva ante su acción.

— Bueno, él no lo hace, pero nosotros sí, no somos todo el mundo, somos la familia Nethers. Así que no seas vaga, Cassie y ponte a clasificar esas botellas. Ya sabes vidrio en dónde es vidrio, plástico en dónde es plástico y la basura orgánica en dónde es basura orgánica.

Torcí los labios antes de sentarme en el suelo y empezar a clasificar la dichosa basura.

— Nuestros padres se irán durante varios días, esta vez — comencé a hablar luego de un par de minutos — ¿Qué tal si hacemos una fiesta? No hemos hecho una desde hace mucho tiempo.

Iara sonrió ante mis palabras.

— No lo creo — canturreo — Alguien debe estudiar para su examen de matemática — sentenció lanzándome una mirada burlona.

Apreté los dientes ante su burla.

— Eres tan mala, al igual que papá y mamá, puedo ver porque eres su hija — le dije haciendo que se ría — Pero…— dudé un momento antes de continuar hablando — ¿Cuándo podremos irnos de este pueblo? Ya sabes, pronto deberías ingresar a la universidad, pero ellos no han dicho nada sobre el asunto e incluso cuando les preguntó cambian de tema. ¿Será que tendremos que vivir aquí por siempre?

Mi hermana dejó de clasificar la basura antes de mirarme fijamente.

— Tienes tantos pensamientos en esa cabeza, ni siquiera yo me he preocupado por el asunto. Sabes escuché a mamá decir que quizás el próximo año nos mudaremos, sin embargo, es algo que no es seguro, por lo que no te ha dicho nada porque conociéndote como te conoce supuso que empezarías a despedirte de todo el mundo.

Tsk.

— ¿Qué clase de persona creen que soy? Pero, lo que dices, ¿es cierto? — cuestioné — En serio, nos iremos de aquí.

Iara sonrió ante mis palabras y el entusiasmo que escondí en ellas.

— Solamente si el viaje de negocios que van a realizar hoy sale bien. Parece que encontraron algo grande que cambiará nuestras vidas. Creo que eran algunos vestigios de alguna cultura que ha existido en el bosque de Grandiel — me explicó.

Respire hondo como si las palabras que me había dicho Iara me hubieran inyectado una buena dosis de adrenalina. Incluso la basura me pareció algo linda.

Después de todo, había estado esperando esta noticia durante mucho tiempo.

Aunque aquí tenía amigos, no podía verme viviendo toda mi vida en este lugar.

El tiempo pasó rápidamente y luego de una hora y algo más pudimos de una vez por todas de terminar de clasificar la basura.

Miré la hora en el reloj de pared que marcaba las 6:00 pm. Pronto iba a ser el momento en que mis padres se vayan.

Dejé que Iara terminará su buena acción de salvar al medio ambiente mientras me dirigí hacia la pequeña sala. Mi padre se había ido hace mucho tiempo, quizás estaba en su habitación terminando de empacar sus pertenencias.

— Leidy, cariño, ¿por qué odias tanto mis bóxer de Bob Esponja? Incluso lo destruiste enfrente de mí, esos eran mis favoritos — comentó mi padre con la voz llena de agravio.

Desde mi posición escuché la risita de mamá que sonaba como el sonido que las campanas hacían.

— Porque no son nada sexis. Además, odio a ese bicho amarillo que sonríe como si todo en la vida estuviera bien — se explicó haciendo que no pudiera evitar fruncir el ceño ante este tipo de conversación extraña.

De todos modos, ¿cuál era el punto en esta conversación?

— Estás pensando en hacer cosas sucias, cariño, no te preocupes que agregue un par de bóxer negros, esos que tienen un agujero…

Me aclaré la garganta para que noten mi presencia, después de todo, no quería escucharlos hablar de su historial sexual.

El solo pensar en mis padres haciendo eso hacía que mi estómago se revuelva.

— Cassie, estás aquí — mencionó mi madre con el rostro plano — Nosotros estamos bajando nuestras maletas.

Mi padre que se encontraba a su lado tenía el rostro rojo como si fuera explotar en cualquier momento.

Así que como digna hija de él no pude evitar soltar una carcajada.

— Lo siento, un mosquito me picó — me excusé con la expresión seria.

Mi madre negó con la cabeza antes de tomar la mano de mi padre.

Ante su acción protectora no pude evitar soltar otra carcajada.

— ¡Casandra! — me regañó mi madre mientras se sacaba una sandalia — Si ese mosquito te sigue picando, te ayudaré a matarlo, solo que no seré suave. Lo sabes.

Alcé mis manos en son de paz mientras sellaba mis labios y veía con satisfacción la salida vergonzosa de mi amado padre.

¡Cuánto lo amaba!

Iara salió de la cocina mientras hacía una mueca como si algo la estuviera molestando.

— Quería clasificar los papeles del baño, pero al final desistí — dijo con la cara apenada para luego aclararse la garganta — Confío en que todo está en orden.

¿Qué había hecho qué?

— Bueno, ayer tiré en aquel bote algunos envases de champú y cremas que estaban vacíos — le dije haciendo que su rostro palideciera — Parece que el mundo no es algo que pueda evitar ser destruido.

Iara me dio un coscorrón antes de echarse en el sofá.

— Eso ya lo veremos — replicó.

— ¿Qué piensas ver? — le pregunté — Vas a elegir de nuevo entre un documental o una película.

Iara levantó la ceja antes de colocar el canal local.

— Entonces verás las noticias — susurré.

Justo en ese instante mamá entró de la mano de papá, parecía que ya habían terminado de arreglar su equipaje.

— Niñas, ya nos vamos — anunció mamá mientras me daba una mirada mordaz. ¿Ahora qué hice? — Nada de fiesta mientras no estamos, ¿entendido? Iara confío en ti para cuidar de este pequeño terremoto.

— Está bien, mamá — contestó Iara.

Papá me dio un abrazo fugaz antes de que pudiera protestar las palabras de mamá. — Olvida lo que escuchaste, sí, te traeré muchos regalos — susurró en mi oído.

Sonreí de lado antes de asentir.

— Trató.

Luego abrace a mi mamá, la cual me dio un aluvión de besos en el rostro.

— Pórtate bien, sí.

Coloqué los ojos en blanco ante sus palabras debido a que se preocupaba demasiado por mí. Aunque mi personalidad era la de una alborotadora no era tan extrema. Además, entre Iara y yo, claramente yo era la más responsable. Olvídate de su apariencia dulce como chica buena, ella no lo era, je, solo el cielo era testigo de todas las veces que tuve que detenerla, de cometer alguna locura. Esa hermana mía una vez que se soltaba la rienda se convertía en un completo huracán.

Luego de despedirnos, miré por la ventana como su auto se alejaba de casa. Sin querer sentí un apretón en el corazón.

Si hubiese sabido que esa sería la última vez que los vería con vida, quizás los hubiese abrazado un poco más.

¡Eran ellos!

A la mañana siguiente, mientras mi hermana y yo desayunamos. Recibimos una visita inesperada. Era el alguacil del pueblo, un hombre de mediana edad, de aspecto algo rechoncho, con unos ojos color café, que parecían ser penetrantes.

Él era la ley en Grandiel, era amigo de todo el mundo y conocía a todo el mundo, inclusive a nosotros, los extranjeros, como comúnmente nos llamaba cuando nos encontraba. Era, como aquel vecino que sabía la existencia de todo lo que pasaba con los demás, la mayor fuente de información en este pueblo alejado del mundo.

— Buenos días, señoritas — saludó con una expresión algo confusa en el rostro.

Desde que contemplé la mirada nerviosa en su cara supe que algo no iba bien. Después de todo, él estaba acostumbrado a bromear y sonreír en cualquier lugar. Por lo que verlo serio me dejó un mal sabor de boca.

— Buenos días, alguacil — lo saludó Iara con una sonrisa cortés en su rostro — ¿A qué debemos el honor de su visita? — cuestionó.

El alguacil guardó silencio ante su pregunta, haciendo que mis nervios crezcan en mayor intensidad.

— Solo escupa lo que tiene que decir — le dije luego de un par de minutos en los que nadie dijo nada.

Iara que estaba a mi lado me dio un pisotón en el pie.

— ¡Auch! — gruñí dándole una mala mirada.

— No seas grosera, Casandra — dijo Iara para luego mirar al alguacil con una expresión llena de disculpa — Tómese su tiempo, no le haga caso a mi hermana, es más, no gusta una taza de té.

¿Taza de té? ¿Incluso tenemos té?

Sabía que debía detenerla de ver esa película de época, mira nomas como había empezado a comportarse como una joven doncella.

Torcí los labios mientras miraba al alguacil como si él fuera el culpable de mi regaño.

— No es necesario, Iara. Me temo que no traigo buenas noticias para ustedes, niñas. No sé ni siquiera como decirles esto, debido a que en Grandiel nunca ha pasado un caso tan atroz como esté en mucho tiempo ya sabes, pero… — luego de dudar por un momento dijo. — Sus padres están muertos — soltó con la cara seria.

¿Qué?

— ¿Qué dijo? — cuestionó Iara mientras agarraba mi brazo con fuerza.

— ¿Es esto alguna especie de broma por el día de los inocentes? Si es así, no es para nada graciosa — dije mientras le daba una mala mirada.

El alguacil cerró los ojos haciendo que mi corazón empezará a latir rápidamente.

¿No podía ser cierto lo que dijo? ¿Verdad?

Mis padres no podían estar muertos. Ellos estaban bien ayer, incluso bromeamos.

— Eso es lo que más quisiera, Casandra, que esto solo sea una broma, sin embargo, es verdad, tus padres están muertos.

Ante sus palabras, Iara a mi lado se derrumbó en el suelo mientras empezaba a sollozar.

— ¡No puede ser! Si hasta ayer ellos estaban bien. ¿Cómo pueden estar muertos? — musitaba con la voz llena de tristeza.

Negué con la cabeza antes de agacharme a abrazarla, mis ojos se llenaron de lágrimas.

Cerré los ojos tratando de contener mi llanto, pero me era imposible. Quería desesperadamente que esto solo sea un sueño, pero no lo era. Era real.

Quizás lloramos por un par de minutos o tal vez mucho más tiempo, la cuestión es que luego de calmar un poco nuestras emociones me enfrente al alguacil que nos había dado nuestro espacio para llorar nuestra pérdida.

— ¿Está seguro que son nuestros padres? — le pregunté con la voz ronca.

El alguacil bajó la mirada antes de asentir.

— Sí, ellos fueron encontrados dentro del auto a las afueras de Grandiel, cerca del bosque. Un cazador fue el que reportó el caso, según su declaración él dijo que había estado dando vueltas durante algún tiempo sin encontrar la salida del bosque. Por lo que, cuando vio un auto se acercó a solicitar ayuda, sin embargo, pronto se dio cuenta de que las personas en el interior estaban muertas.

Iara levantó la mirada cuando el alguacil terminó su explicación.

— Yo necesito verlos, necesito saber qué fue lo que pasó con ellos, ¿cómo fue que murieron?, ¿acaso fueron asesinados?

Ante el aluvión de preguntas que salieron de sus labios, no pude evitar pensar en ello.

— ¿Qué fue lo que en realidad pasó con nuestros padres? — cuestioné.

El alguacil suspiró mientras nos miraba. — Eso también me gustaría saber. Deberían verlo con sus propios ojos. Vamos, las llevaré, es solo que deberían prepararse un poco.

Iara me tomó de la mano mientras se levantaba del suelo. Al ver nuestras manos unidas no pude evitar pensar que ahora solamente nos teníamos la una a la otra.

Pronto, nos dirigimos hacia el auto del alguacil para ir hasta la morgue. En el trayecto del viaje, miles de pensamientos invadieron mi mente. Sin embargo, en cuanto noté el pijama que estaba usando Iara casi me rio en voz alta.

Después de todo, ella estaba envuelta en un pijama de osito color rosa, más que un pijama parecía un disfraz que la hacía ver tierna, lo cual no iba acordé con su imagen de chica mala que le gustaba tanto mantener.

También me di cuenta de que ni siquiera me había lavado los dientes, debido a nuestra desesperación salimos tal como estábamos, a pesar de que el alguacil nos dio la oportunidad de ir a cambiarnos.

Sin embargo, al recordar nuestra situación, ¿qué importaba guardar las apariencias?, no era como si nos pudieran devolver a nuestros padres.

Cuando llegamos a la morgue, contuve el aliento. Miré durante algún tiempo la puerta sin dar un paso hacia adelante. No quería entrar. No quería que todo lo que había dicho el alguacil sea real.

Pero, de nuevo, no era como si pudiera dejar a mi hermana sola.

A pesar de que ella era dos años mayor que yo, eso no significa que podía colgar todas las responsabilidades sobre su espalda. Así que aunque algo reacia me acerqué a aquella puerta y la abrí.

— Puede que no sean ellos — susurró Iara — Tal vez alguien que se les parece.

— Sí, el alguacil es medio ciego, así que tal vez se confundió — le dije, aunque sabía en el fondo de mi corazón que eso no era cierto.

No era como si alguien más pudiera tener el mismo auto de nuestros padres.

¡Aish!

¿Por qué tenía que pasar esto? ¿Por qué? ¿Por qué ellos?

— Ellos están ahí dentro — susurró el alguacil mientras señalaba una puerta — No pierdan la calma — añadió antes de abrir la puerta.

Luego de aquello, Iara y yo nos miramos antes de tomarnos de la mano para luego seguirlo.

Cuando vi aquella manta que cubría sus cuerpos no pude evitar contener el aliento.

¡Eran ellos!

Yo podía reconocer a mis padres incluso con los ojos cerrados. Incluso Iara se dio cuenta de esto, por lo que antes de levantar la manta que los cubría, ella ya estaba llorando.

Sin embargo, en cuanto mis ojos captaron la apariencia de ellos, casi vómito en el proceso.

Las personas debajo de la manta no parecían seres humanos, ni siquiera estaba segura de lo que eran. Sus cuerpos se veían secos como si solo fueran piel y huesos, incluso las cuencas de sus ojos parecían vacías, pero no lo estaban, era solo que sus ojos se habían hundido de una forma espantosa.

Incluso sus labios se veían pálidos, casi blancos, como si no tuvieran ninguna gota de sangre. Sin embargo, lo que hizo que casi me volviera loca era la expresión que tenían en su rostro. Ellos se veían como si estuvieran en paz, como si hubieran muerto sin sentir dolor alguno, incluso podía ver una sonrisa en el rostro de la mujer que se suponía que era mi madre.

— ¡Ellos no pueden ser mis padres! ¿Qué les pasó? ¿Por qué se ven así? ¿Qué fue lo que les pasó? — cuestioné mientras me tapaba la boca tratando de contener el grito que quería salir de mis labios.

Iara a mi lado negaba con la cabeza mientras los abrazaba.

— ¡Papá! ¡Mami! Soy yo, despierten por favor.

El alguacil miró hacia otro lado antes de hablar.

— Es eso lo que estoy tratando de averiguar. La forma en la que fueron encontrados incluso cuando hicimos el levantamiento del cadáver nos da la ilusión de que murieron de manera natural. Incluso llegamos a sospechar del cazador, también de un posible ataque animal, pero todo lo que queda son suposiciones.

Negué con la cabeza ante sus palabras.

— Entonces lo que nos trata de decir es que no se puede llegar a una conclusión con respecto a la forma en que murieron. ¡Ellos pudieron ser asesinados por ese cazador! ¡Tal vez un animal fue el que los mató! ¡No puede hacer bien su trabajo! ¡Investigué!

Iara dejó de abrazar a nuestros padres ante mi explosión para luego acercarse a mi lado.

— ¡Cálmate, Cassie!

El alguacil negó con la cabeza.

— Incluso si quiero investigar, debe al menos hacer un indicio de ataque, sin embargo, la escena estaba limpia. Así que lo más probable es que el caso quedé archivado en la carpeta de casos sin cerrar — sentenció antes de salir de la habitación.

Iara miró su partida con una clara señal de pérdida.

— ¿Qué vamos a hacer, ahora que nuestros padres no están? — le pregunté mientras me echaba al suelo a sollozar — ¿Qué vamos a hacer, Iara?

Mi hermana suspiró antes de abrazarme.

— Vamos a tener que sobrevivir — contestó.

— No puedo creer que estén muertos. Puedo aceptar que hubieran muerto debido a un accidente e incluso debido a un ataque animal o de algún loco al azar. Pero, no saber ni siquiera qué fue lo que pasó con ellos, me está volviendo loca.

Iara me dio palmaditas en la espalda a modo de consuelo.

— Casandra, debemos ser fuertes, ya sabes, mamá… mamá — su voz titubeó por un momento antes de continuar hablando — ella siempre decía que en este mundo hay que aceptar la derrota para obtener una victoria. Y aunque ahora estemos algo confundidas, tengo fe de que al final podremos descubrir lo que en realidad pasó con ellos. Sus muertes no quedarán impunes.

Ante la convicción en su tono, opté por asentir.

— No me dejes nunca, hermana — le dije — No quiero que me abandones.

Iara sonrió de manera triste antes de hablar.

— Está bien, pero tú tampoco lo hagas. No podría soportarlo

Luego de aquello, Iara se encargó de todos los trámites para retirar sus cuerpos. Ella, que hasta ayer era una chica que solo debía preocuparse por cuidar el medio ambiente, hoy tuvo que convertirse en una adulta que debía preocuparse por un centenar de cosas.

Cuando llegamos a casa, no tuvimos tiempo ni para comer, incluso si lo hubiéramos tenido, tampoco creo que hubiéramos comido.

Miré con tristeza el recipiente en dónde se encontraban las cenizas de nuestros padres.

— Incluso en la muerte estuvieron juntos — susurré.

— ¿Qué dijiste? — cuestionó mi hermana.

— Nada. Me voy a dormir — le dije antes de empezar a subir las escaleras, cuando iba por el décimo escalón, no pude evitar voltear y decirle — Dormiré contigo, así que no tardes tanto.

Iara sonrió al escuchar aquello, su expresión acongojada se iluminó por un momento.

— Solamente si te bañas — comentó — Me di cuenta de que no te has bañado durante tres días.

Ante su comentario fruncí los labios.

— ¡Oye! Soy un gato, cuando has visto a un gato bañarse — refute.

Seguí subiendo las escaleras mientras pensaba como nuestra vida iba a cambiar por completo de ahora en adelante. Debíamos empezar a adaptarnos, a estar sin nuestros padres, empezar a vivir de manera independiente. Yo no quería ser una carga para mi hermana, por lo que me prometí escuchar sus palabras y comportarme de manera madura.

Tampoco quería que ella notará lo triste que estaba con la partida de ellos, pude notar como a lo largo del día ella trató de aparentar ser fuerte debido a mí. Por lo que no quería agobiarla, así que también me prometí no mostrar mi dolor delante de ella. Deseaba que se diera cuenta de que ella no tenía que cargar con todo sola, y que notará que yo también podía ser su roca en la que podía apoyarse.

Después de todo, ahora solo nos teníamos la una a la otra.

En cuanto a bañarme, bueno, eso lo haría mañana.

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