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Desde Que Nos Conocimos

Nuestro encuentro

Mi nombre es Hiro Miyano tengo 16 años y la verdad es que llevo más de una semana sin ir al colegio...Mi padre está de viaje y mi hermana está más ocupada en sus asuntos que en lo que hago yo. Tampoco como si fuera un chico que le guste estudiar, prefiero disfrutar la vida que pasarlo encerrado en un sitio lleno de persona que detesto...La única suerte que tengo es que mi padre tiene dinero y no tengo la necesidad de trabajar para mantenernos.

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Era miércoles y yo aún estaba durmiendo hasta que el timbre de la casa resonó en mi habitación y me obligó a levantarme de la cama y abrir.

—¿Qué haces aquí? ¿No tienes escuela pequeñaja?—Le dije a mi amiga Naomi que me miraba enfadada, siempre que venía a recogerme la rechazaba y volvía a dormir y hoy no sería la excepción.

—Vamos al colegio y no te vas a negar porque tengo que mostrarte algo—Habló acompañando sus palabras con un sonrisa.

—Si es interesante lo que me mostrarás, no tengo porque negarme así que dime ¿Qué es?—Me recosté en la puerta mirándola, se notaba emocionada a saber cuál es el motivo de tanta felicidad.

—Hay un profesor nuevo, vino hace unos días pero no lo había visto y ayer lo ví en los pasillos y dios...Es un dios griego~—Reí notando su sonrojo y la manera tan empalagosa de hablar.

—Si es así como dices entonces iremos al colegio.—Su sonrojo se fue y su mirada enfadada volvió otra vez.

—Hiro, no, sabes que no, por dos cosas...Ese chico tiene 25 años y aunque te gusten mucho mayores que tú, él es mío y segundo...No te metas en líos que es nuestro profesor—Ahh de nuevo con ello, eso me pasa por contarle sobre mi vida privada a una niñata. Suspire para entrar a mi casa y comenzar a subir las escaleras.

—Espérame aquí, iré a ducharme y preparar mis cosas.—

—De acuerdo, te espero aquí.—

Un rato después

—Hey, pero miren quien salió de su casa.—

—¿Hiro? Hace tiempo que no te veía por aquí...Y eso que aún no es época de exámenes.—

—Eso es porque su padre regreso de viaje y lo obligó a venir.—

—¿Tú crees?...Bueno supongo que es así, ya que la verdad si es muy raro verle por aquí.—

Los comentarios de mis compañeros me molestaban, sus miradas sobre mí me molestaba., en fin el solo hecho de estar aquí me molestaba. Caminaba junto a Naomi a nuestro salón, dejé mi mochila sobre la mesa y me propuse a dormir un rato, Naomi se fué, supongo que sus amigas la llamaron para algo....Seguí recostado sobre la mesa cerrando mis ojos lentamente...Ding Dong, la campana sonaba y sonaba y yo metí mi cabeza en la mochila tratando de evitar oírla, sentía los pasos de mis compañeros entrar al salón y junto con ellos los sonidos insoportables.

—¡Jajaja! ¡Eres un idiota!—

—Eso fué lo que me dijeron a mí, no me digas así—

—¡¡Cállense ya o sino metanse algo por el trasero!!—Estallé con mi cabeza aún escondida en la mochila, no tenía ganas de levantarme, tenía mucho sueño y poca paciencia.

—Calladito Hiro que llevas un montón de tiempo sin venir.—Una de mis compañeras golpeó mi cabeza furiosa, de verdad no soporto este sitio.

—Déjalo Brisa, sabes cómo es, de seguro no vino porque estaba ocupado es sus asuntos...Pobre debe tener el trasero aparte de rojo, lleno de guarradas.—Al escuchar lo que dijo me levanté furioso para ir dónde él, tomándolo del cuello de la camisa para empujarlo contra la pared, maldito homofóbico, cree que puede decir eso y quedar sin ningún golpes en su asquerosa cara.

—Mira imbécil yo puedo ser gay pero al menos tengo personas a las que les gusto a ti ni las más horribles te miran de reojo...¡Además que te importa lo que hice o dejé de hacer!—El sonrió y a mí solo me hervía la sangre de solo mirarle.

—Pero si todos saben cómo eres Hiro...Te encanta abrirte de piernas al primer adulto que pase por delante tuyo..Me das tanto asco.—Golpee su rostro sin más tirándolo al suelo llenando su nariz de sangre, odio que me hablen de esa manera ni siquiera me conocen lo suficiente como para hablar tantas estupideces.

Uno de mis compañeros me alejó de él tratando de calmarme, yo solo miraba al maldito cobarde que trataba de simular su golpe con una sonrisa.

—Hiro cálmate un poco sabes como es Hasai, le encanta criticar a otros por su manera de ser, no te lo tomes a pecho—El chico que me sujetaba trataba de calmarme, cosa que no lograba porque ese niñato ya me tenía demasiado molesto.

—¡Si va a criticar que lo haga con otros, conmigo que no se meta más en su puta vida!—Me solté de su agarre sentándome en mi asiento y girar mi mirada, joder que día de mierda esta siendo.

—Bien chicos siéntense en sus asientos que es turno de la clase de Ruso...Saquen ya sus libros.—Seguía en mi mundo, prestarle atención al profesor obviamente no era lo mío y menos si acababa de tener una pelea.

—He dicho...Saquen ya sus libros, al parecer uno de ustedes no escucho.—¿Se refería a mi? Vamos ni siquiera traje los demás libros, voy a traer los de ruso, ni que me interesara su clase. Al alzar la mirada y ver al profesor...Joder creo que era el mismo hombre del que hablaba Naomi...Caí rendido a sus pies con solo mirarle pero bien tiene 25, es mi profesor y me está obligando a hacer algo que no quiero.

—No traje los libros.—Fue lo único que dije sin dejar de mirarle.

—¿No sabes que la primera clase era Ruso? Bien, debes ser nuevo ya que nunca te he visto.—

—Yo no soy nuevo simplemente venir aquí me daba mucha pereza. El nuevo debes ser tú ¿Verdad?—Seguía examinandolo de arriba a bajo, yo quiero que este hombre me toque...Malditas hormonas que tienen mi mente hecha un completo lío.

—Me llamo Alexander Ivanovich, soy tu nuevo profesor de ruso y tú ahora me vas a acompañar a la dirección por no traer los libros—Me levantó de mi asiento rápidamente mientras que todos mis compañeros observaban como me iba con él, ja, vamos ni que me diera miedo lo que me hiciera este hombre.

—Aunque no vengas al menos trata de traer los libros, y no te vuelvas a dirigir a mí como, tú, que no soy uno de tus compañeros.—Caminabamos por los pasillos y seguía dando la charla, ahh me harto.

—Yo lo llamaré como quiera usted.—Dejé una leve sonrisa en su mirada y me alejé de él lentamente.—Me voy a mi casa ya me cansé de estar aquí...Mi mochila, dígale a Naomi que me la llevé después—

—Sabes que esto se le dirá a tu tutor legal, es una gran falta de respeto lo que estás haciendo muchacho... Iré a hablar personalmente con él—

—Bien, bien...Cuando lo haga avíseme para estar arreglado para usted—Me despedí saliendo de su campo de vista con el propósito de alejarme de allí lo antes posible.

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Bien, así fue la manera tan patética en que lo conocí, ganándome su odio desde el primer día, pero me daba igual que me odiara tarde o temprano caería entre mis redes, un hombre tan hermoso no se puede ir así como así...Yo lo haré completamente mío.

Propuesta

Al otro día no tenía pensado volver al colegio...Hasta que sentí la puerta de mi habitación abrirse y con ella entrando mi padre....Al parecer terminó el viaje.

—Volví de viaje...No me quedé más tiempo porque los extrañaba mucho—Habló manteniendo una sonrisa.—¿Aún no estás vestido para irte al colegio? ¿Qué esperas? Llegarás tarde—

—¡¡Papá!!—Se escuchó la voz de la pequeña renacuaja de cabellos castaños que gritaba por toda la casa hasta llegar a mi recamara—¡Qué bien que volviste! Te extrañe mucho~.—Habló Saory mientras lo abrazaba con fuerza.

—Yo igual mi pequeña. ¿Quieres que te lleve al colegio?—

—¡Si, vamos!—Ella lo agarró fuerte del brazo llevándoselo de la habitación.

—Hiro, ve a clases, tienes prohibido faltar hoy.—Dijo antes de que fuera arrastrado por Saory del lugar.

Suspire estirándome un poco para levantarme de la cama y entrar al baño que se encontraba a pocos pasos de mi cama—Joder, no me dieron tiempo ni de decir una palabra—

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Pasó un tiempo relativamente breve en que terminara de alistarme y comenzara a caminar hasta el colegio, o eso pensaba yo.

—¡Hiro! ¿Quieres ir al parque con nosotros?—Jono, el chico que siempre que me veía me invitaba a escaparme de clases, tampoco me negaba ya que todo era mil veces mejor que esa mierda de sitio.

—De acuerdo, ¿Por qué no?—Me acerqué a ellos portando una sonrisa, una de las chicas que estaba con él no dejaba de mirarme, no tenía ni la menor idea de porque lo hacía pero bueno tampoco le presté mucha atención.

—Oye, ¿Puedes ir conmigo?—Esa chica que no dejaba de mirarme hablo tartamudeando, la verdad, no entendía.

—Vamos todos al mismo sitio, ¿A dónde quieres que vaya contigo?—Dije sin mucha gana respondiendo a su pregunta.

—Bueno, tienes razón...Ya no importa—Katsu otro chico que se encontraba allí se acercó a mi tocando mi hombro sin dejar de reír.

—Que malo eres para pillar indirectas, bien vamos ya.—Ahh, a eso se refería, bueno aunque la hubiera entendido no le haría caso por dos cosas, no es mi tipo y tengo en mente otra persona.

Más tarde:

Todos estábamos en el parque riendo, bebiendo y fumando...Se que estas cosas no son buenas pero mi vida necesita un poco de diversión y esto es lo mejor que hay.

—¿Quieres otro cigarrillo Hiro?—Habló Jono brindándome uno.

—No, ya no puedo más~ El alcohol me está haciendo efecto ya~...Bien, bien no insistas, dame—Agarré el cigarrillo fumando este, sentía que era lo mejor del mundo...Ja, supongo que ya estoy ebrio.

—¿Eso es lo que haces en vez de ir al colegio?—Esa voz ¿Quién era? En un abrir y cerrar de ojos todos los chicos que estaban a mi lado salieron corriendo como gallinas.

—El colegio es aburrido~—No presté mucha atención a esa voz y seguí fumando hasta que de mis labios el sabor a nicotina fue llevado a otro lugar en un momento.

—Eres un desastre de muchacho, si sigues así harás de tu vida una mierda a tan corta edad.—Me giré y ví a mi profesor...Ahh que hermoso estaba fumando el mismo cigarrillo que me había quitado ¿Acaso nos acabamos de dar un beso indirecto?, no sé si era el alcohol pero yo necesitaba estar cerca de este hombre.

—Quiero destruir mi vida, ¿Algún problema?—Sonreía sin dejar de mirarle, es que era muy hermoso...Estas son las hormonas de la edad que no me dejan estar tranquilo ni un segundo.

—Para mi ninguno, pero soy tu profesor y no puedo dejar que arruines mi carrera por esa tontería....Hablaré con tus padres para que al menos te pongan ciertos límites—Arrojó el cigarrillo al suelo apagándolo de un momento a otro con su zapato...Se posicionó a mi altura agarrando mi brazo y comenzando a caminar lejos de allí.

—Suelteme~—Me costaba mucho caminar estaba demasiado ebrio como para mantenerme en pie.

—Carajo, ¿Por qué tienes que ser tan problemático?—Me terminó cargando tras su espalda, esto era como el cielo comencé a inhalar su aroma tan tentador, quedando embelesado.

—Profesor...¿A dónde iremos?—Susurré en su odio sintiendo como mi rostro se sonrojaba levemente.—Yo, quiero ir a un hotel con usted y pasar el mejor momento de mi vida a su lado~—

—Vamos a tu casa, no quiero que te vean en el colegio en ese estado de embriaguez...Te llego a ver más tarde y posiblemente te encuentre completamente drogado..Así que irémos a tu casa.—Seguíamos caminando, había ignorado lo que había dicho..—¿Dónde vives chico?—

—Uhm....La dirección, creo que está de mi móvil—Puse mi cabeza en su cuello quedando completamente dormido.

—¿Y ahora se duerme? ¿Desde cuándo me convertí en niñero de alguien que ya sabe cambiarse de ropa interior? Joder, te odio demasiado.—

Narra Alex:

Se quedó dormido y no tuve otra opción que tomar su móvil y ver la dirección... Pasó un tiempo y ya había llegado a su casa, joder ahora con que cara le digo a su padre lo que hacía su hijo...Sin más llamé a la puerta esperando a que contesten.

—¿Quién eres?—Al alzar mi mirada ví a un hombre, creo que es su padre.

—Señor, debe ser el padre de Hiro...Verá, necesito hablar con usted—

—Entra, primero dejaré a mi hijo en su habitación y luego le atiendo.—Su padre separó a Hiro de mí cargándolo y llevándoselo a la habitación.

—Si señor, yo le espero.—

Me senté en uno de los inmensos asientos que allí se encontraban, no paraba de mirar su casa, hace mucho tiempo que no veía una casa así...Desde que perdí todo mi maldito dinero he tenido que ser profesor para mantenerme aunque sea un poco con vida...Miraba el techo sin mucha gana hasta que ví a aquel hombre bajar las escaleras con cierta rudeza.

—Ya estoy aquí, dime ¿Qué querías hablar?—El se sentó frente mío, sin dejar de observarme con esa mirada tan fría que poseía.

—Bueno, señor, yo soy el profesor de Ruso de su hijo y desde que lo conozco, él no para de faltar a clases, hoy estaba con su ropa de colegio fumando y bebiendo en el parque con algunos de sus "amigos"—Me estoy dando cuenta de lo imprudente que soy pero no quiero que su vida tome un mal rumbo.

—Mierda...Ese niñato, no se que más hacer con él....Porque se que ni llevándole a un internado ayudará a su comportamiento.—Él suspiró con pesadez acomodando sus cabellos.

—Me tomé la molestia de revisar sus calificaciones y ninguna supera las puntuación de 60 puntos...Me parece una pena que un chico tan joven desperdicie su vida de esa manera.—No sé porque me metía en asuntos que no me interesaban pero no quiero que ese chico termine mal, se le nota en su mirada que puede hacer lo que quiera con solo chasquear uno de sus dedos y lo está aprovechando demasiado bien.

—Profesor, ¿Le puedo pedir algo?—Volví de mis pensamientos al notar la voz afligida de un padre tan desesperado por el bienestar de su hijo.

—Digame.—

—Hiro, ese chico, siempre he querido hacer de su vida un sueño al igual que con su hermana pero en cambio, él siempre me desobedece comete actos que me hacen pensar que mi hijo como podría ser así...Cuando era un niño era tan corrector que no entiendo su cambio..Profesor, no quiero que mi hijo pierda su año escolar por sus tonterías...Usted, ¿Podría darle clases extras?—

Esas últimas palabras me estaban proponiendo lo imposible, no puedo hacer eso, ni siquiera sé cómo enseñarle a alguien que no a ido ni un solo día al colegio desde que tengo presencia en esa institución.—Perdone pero yo no puedo hacer algo así, es mucha responsabilidad y yo estoy muy ocupado.—

—Si es por el dinero yo le pagaré lo que necesite, ¿Cuánto quiere? ¿mil, diez mil? Solo dígame, yo le pagaré lo que sea.—Se veía desesperado y no diré que su propuesta no me interesaba porque si lo hacía, dinero, es lo que me falta en estos momentos.

—De acuerdo haré lo que esté en mi mano con tal de educar a su hijo.—Extendí mi mano y él la estrechó con la suya portando una sonrisa.

—Bien, entonces ¿Cuándo puede darle clases?—

—Vendre todos los días en las noches, no se preocupe, yo ayudaré a su hijo a que sus notas mejoren.—

—Gracias profesor—Me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

—No es nada.—

Sobredosis

Narra Alex:

Me llamo Alex Ivanovich, tengo 25 años y nací en Rusia para ser precisos en la ciudad de Moscú. Mi familia no era de las más ricas de todas pero al menos teníamos algo para vivir, todo gracias a mi madre ya que mi padre nos abandonó cuando la situación se vio complicada para todos....Resultó que teníamos una deuda con unas personas que no eran de confiar, ellos terminaron llevándose a mi madre para que les apagara vendiendo su cuerpo, fue por eso que pudimos vivir un tiempo en buenas condiciones.

Todo se acabó cuando mi madre se suicidó por la desesperación, quedándonos solos mi hermano de 9 años y yo que acababa de cumplir 18. Fué en ese momento en que tuve que tomar las riendas de nuestro camino, yo no podía dejar que el futuro de Gael tuviera algo que ver con muertes o dinero.

Terminé aliándome con las mismas personas que algunas vez mi madre interactuó, ellos me enseñaron a usar armas, controlar a las personas y matar si era necesario, se que podía ser obvio pero lo hacía por Gael, no era un buen hermano mayor, no sabía cómo cuidarlo y esta fué la única manera de ganar el bastante número de billetes para que pudiéramos vivir en las mejores condiciones, claro, él nunca lo supo aunque se que siempre lo sospecho.

Para no hacer la historia muy larga terminé convirtiéndome en maestro en otro país debido a que terminé cayendo en la ruina por un fallo que cometí, mi hermano se quedó en Rusia, ya que no quería que corriera riesgo al lado mío...Pero, ya no se ni que hacer, necesito el dinero para vivir el tiempo que sea necesario aquí y si puedo traerlo para acá porque ya se que en mi país no puedo volver por todos mis delitos.

Pero desde que llegué aquí no me han pasado cosas agradables, las chicas del colegio donde trabajo no paran de perseguirme y lo peor aún, ese chico....Hiro Miyano, desde que lo conozco no a parado de molestar, aunque quiero ayudarlo, su forma de ser, me recuerda tanto a los grandes jefes con los que trabajé en algún momento, ese chico, sabe controlar a las personas, conseguir lo que quiere con solo una leve sonrisa, Por ello se cómo puede terminar una vez que llegue a la adultez...

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—¿Cómo te fue hoy en la escuela?—Hablaba por el móvil mientras caminaba a casa de Hiro, su padre me pagaría bastante dinero por enseñarle algunas cosas, debe ser sencillo...Quiero creer que si.

—Pues, no fue nada fuera de lo normal...Hey Alex, te extraño mucho ¿Cuándo nos volveremos a ver?—Aquella voz tan dulce que me hablaba a través del móvil me saco una sonrisa, yo, también quería verle..

—No lo sé, pero ten por seguro que te llamaré todos los días, yo también te extraño Gael, pero ya te dije me salió un trabajo con mucho dinero aquí y de verdad lo tuve que aceptar—Si, era mentira pero no le diría la verdad, aún no.

—Ya lo sé, pero quiero estar contigo otra vez...¡Ahh sabes que te amo mucho y estar sin ti me duele!—

—Con 16 años y tan infantil...Gael, tengo trabajo, hablamos luego.—Colgué el móvil riendo un poco antes, siempre a sido así ese pequeño.

Llamé a la puerta de la gran mansión de los Miyano, suspiré un poco observando la puerta, y pensar que yo una vez tuve todo esto y lo perdí por una estupidez...Está misma se abrió y de ella una pequeña niña de cabellos castaños observándome curiosa.

—¿Quién eres? ¿Acaso eres el nuevo novio de mi hermano?—¿Novio? ¿Qué dice?...Después de escuchar lo que dijo negué rápidamente para que no malinterpretara.

—No pequeña, soy su maestro.—Acaricié su cabello tratándola con sutileza.—¿Él está en casa? ¿O tú padre?—

—Mi padre tuvo que ir de nuevo de viaje, y mi hermano, bueno, él está en su habitación....Él en estos momentos debe estar ocupado ¿Puede ir usted hasta allí?—Por un momento su mirada se notó triste pero la cambió al instante ¿Por qué?

—Bueno vale, ¿Dónde es su habitación?—

—Es la primera puerta del segundo piso—Ella cerró la puerta de la sala mientras que yo comencé a caminar en rumbo a la habitación de Hiro...Toqué la puerta varias veces y no hubo respuesta, seguí insistiendo hasta que está se abrió un poco pero siguió sin haber respuesta alguna.

—¿Hiro? ¿Puedo entrar?—Todo estaba en silencio y me dió igual lo que iba a pasar, entre sin más y él no estaba. Pero había otra puerta en la habitación, supongo que era el cuarto de baño...Este si estaba cerrado con llave, por lo tanto llamé para ver si respondía.—Hiro...¿Te estás bañando?...Mierda, si no quieres dar clases dímelo y me voy, si al final lo único que quiero es el dinero—

—¿Está en el baño? Necesitas la llave, ten—La pequeña hermana suya apareció en mi lado como por arte de magia mostrando un rostro sonriente pero a la vez se notaba la tristeza en sus ojos...

—Debe estar ocupado, no puedo irterrumpirlo así como así—

—Él no está ocupado, creame—Me entregó la llave y salió de la habitación volviéndo a cerrar la puerta.

Yo le hice caso y abrí la puerta del baño, al entrar a este, caminé un poco, y al notar, Hiro estaba dentro de la bañera con la ropa puesta y creo que inconsciente..¿Qué mierda? Llegué hasta él, poniéndome a su altura para despertarle—¡Hey! ¿¡Qué carajos haces aquí!?—Miraba al rededor y lo único que ví fue un montón de jeringas en el suelo junto a unas pequeñas bolsas de color blanco...—¡¡¿Cómo pudiste hacer algo así maldito imbécil?!!—Lo cargué saliendo de la bañera y dejándolo sobre su cama, ¡¿Cómo pudo hacer eso?! Joder...Ni siquiera puedo llamar a la ambulancia porque terminaríamos en problemas.

—¡Hiro despierta de una maldita vez!—Golpeaba su rostro para que reaccionara, mierda su hermana lo sabía, ella sabía lo que hacía él metido en ese baño y aún así lo oculto ¡¿Acaso ella no sabe lo que le puede ocurrir?! Mira cómo está ahora. Está desmayado, su rostro está blanco y sus brazos llenos de pinchazos y sangre.—¡Hasta desmayado eres un problema maldito imbécil!—

Agarré mi móvil y marqué el número de un amigo, él había estudiado medicina a lo mejor ayudaría en algo.

—¿Necesitas alguna cosa Alex?—El teléfono lo contesto rápidamente. eso fue bueno porque en estos momentos no cuento con tiempo.

—Milo, dime rápido por favor ¡¿Cómo puedo despertar a una persona drogada?!—Estaba nervioso nunca había pasado por esto, lo había visto pero nunca me había afectado tanto ¿Por qué él me hace sentir tan desesperado?

—Es sencillo debes tratarla con delicadeza, gira su cabeza hacia atrás para que sus vías respiratorias se mantengas abiertas. Si aún la persona esta consiente afloja un poco su ropas, mantén su pecho caliente para que le brindes un poco de calor corporal...¿Para que nece....—Colgué tirando el móvil en cualquier parte de la habitación y haciendo lo que me indicaba, mi corazón estaba a mil, cuando posé su cabeza hacia atrás pude notar como abrió los ojos, lo que me hizo calmarme un poco bastante, eso indicaba que estaba bien y fuera de peligro....Quiero creer.

—Despierta de una vez mierda...Me tienes lo nervios a flor de piel—Quité su camiseta abrazándolo contra mi pecho, joder, por favor que no te ocurra nada.

—A-Alex~—Esa simple palabra hizo que volviera a mi estado normal, mire su rostro el cual me miraba sin mucha gana.

—¿Por qué lo hiciste?—Fue lo único que pude decir después de todo lo que me hizo pasar.

—Me gusta la sensación que me pro-—

—¡¡Eres un imbécil!! ¿¡¡Si te llegas a morir como crees que estarían tu hermana y tú padre!!?...¡¿Nunca piensas la cosas o qué?! Eres un irresponsable, un idiota que piensa que por beber, drogarse o fumar estaría bien...¡¡No tienes ni la menor idea de lo que pase!! Tenía miedo joder, si te hubiera ocurrido algo, no te lo perdonaría en la vida—Lo volví a apretar contra mi pecho, su temperatura había comenzando a aumentar y él me abrazo comenzándo a llorar.

—Perdóname Alex, tienes razón, soy un imbécil...No lo volveré hacer, creeme por favor~—No sé porque pero sonreí al escuchar sus últimas palabras.

—Más te vale hacerlo niñato.—

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