Soy Lía Morozov González, hija de Jasha y Rubí, un Ruso y una Italiana, ¿Qué combinación no?
Tengo 17 años y junto a mí, nació mi mellizo, Iván. Me apasionan las motos y a mi otra mitad, los autos. Ambos tenemos nuestros prototipos personalizados prontos, pero solo los podremos usar cuando seamos mayores de Edad.
Somos los segundos al nacer, primero fue nuestra hermana mayor, Luz; y para cerrar la fábrica, nació Boris, un año más tarde.
Naturalmente, mis hermanos y yo, somos rubios, como mamá, pero a mí me gusta teñirme y pasar por diferentes estilos.
Asisto a la Universidad para estudiar Administración, también hago modelaje en una de las empresas de mamá, pero solo para manejarla en un futuro.
Soy alegre, en exceso; optimista y cariñosa, una romántica de las antiguas, me gustan las cartas, las citas al cine o simplemente, sentarnos en un parque y ver a los niños jugar.
Salgo cada fin de semana con mis hermanos Iván y Boris; y sí, somos menores, pero tenemos un "amigo"… que el papá es dueño del Bar y nos permite la entrada solo si vamos acompañados de seguridad porque no quiere problemas con Empresarios tan importantes como nuestros padres, imagínense si supiera a lo que se dedica mamá realmente. -- Mafia --
Yo sé que tengo la personalidad de mi padre, ya que soy tierna y él igual, pero es más explosivo y también peligroso, en realidad dudo tener algo de ese carácter; a todo le veo lo positivo y mi familia no, especialmente, Mi hermana Luz, ella es la descendencia de "La Diabla" la que se hará cargo de todo cuando mamá desee retirarse y hasta ahora es la que más trabaja.
Somos cercanas, le he contado todo y mucho no me aconseja porque no sabe, pero me escucha y guarda mis secretos, me parece valioso.
Hasta ahora no tengo novio formal, pero conocí a Máximo Lombardo en una fiesta... A mis celosos hermanos, les cayó mal enseguida, dijeron que es muy grande y quiere aprovecharse de mi Inocencia.
Tiene 20 años y trabaja como Arquitecto Principal en una empresa del centro, ¿Cuál? No sé, pero tendremos tiempo de conocernos más.
Obviamente, que no conozco a su familia, ni él la mía, sería muy apresurado y por más que sea optimista o romántica, tengo claro que el tiempo dirá.
Cada vez que salgo con mis hermanos, no tomo alcohol, soy de las limpias, mientras ellos toman hasta el agua de los floreros. Y no, no nos retan, mamá vio que Un día el chófer bajó a Boris inconsciente de la borrachera y solo nos dijo "Vivan su vida y aprendan lecciones, El alcohol los divierte ahora, pero después los puede destruir, siempre tengan control, antes que sea tarde"
Con mi mellizo solo asentimos y nos fuimos a dormir, mientras se encargaban de Bora, y al otro día, le contamos todo, ya que siempre tuvimos cuidado al regresar para que no nos descubrieran. Algo un poco absurdo, porque el chófer trabaja para mamá y cobra un sueldo por ella, así que debe pasarle toda la información.
Ha habido muchas coincidencias con el chico Máximo, tantas, que terminé aceptando una cita con él.
La verdad es que todo empezó en un Bar, baile con él mientras mis hermanos se distraían con mujeres; entonces, un baile, un agarre firme en mi cintura, una caricia y me robo un beso, ¿Me enoje? No, fue mi primer beso y encima robado, pero él es bueno, atractivo y cariñoso, así que no lo pude tomar a mal.
Un bar, luego otro, y otro, y otro... Así, interminables fueron nuestros encuentros, donde no había número telefónico, solo coincidencias de la vida, diferentes lugares, pero el destino lo ponía enfrente de mí. Por eso, lo presente con Boris e Iván, quienes siempre me acompañaban a bailar.
Pocos encuentros después, bailando, me pidió las redes sociales para agregarme y también el contacto.
Dos meses de conocernos y hoy, tendremos nuestra primera cita.
No viene a buscarme hasta la Mansión porque no quiero que se cruce a mi familia, ya que todavía no hemos formalizado y no quiero confundir a nadie.
Por eso, nos vamos a encontrar en el cine del centro comercial.
- ¿A dónde vas? - Me intercepta papá en la escalera de la puerta principal
Lía- Iré al cine con amigas. - Mentí, por primera vez en toda mi vida
Jasha- ¿Debo creerte? - Levantó una de sus cejas
Lía -¿Por qué dudas?
Jasha- Sé como son los Adolescentes.
Lía- Tranquilo, papi. Voy con dos amigas, veremos una película romántica y luego vendré.
Jasha - Bueno...
Lía- Me iré con el chófer.
Jasha- Bien.
Huí de mi padre antes de que descubriera la verdad.
Subí al auto con el chófer y voy en camino a ver al chico más lindo que he conocido en mi vida, sus ojos son hipnotizantes.
Unos 20 minutos después, bajé del vehículo y me dirigí adentro del lugar, sola, no podía dejar que el conductor viera a Máximo, sino le iría con el chisme a mis padres y me castigarían por romper la confianza que nos tenemos, pero es que... Hay algo que me hace ocultar a Máximo.
Lo encontré en la puerta, con su pelo bien peinado, su ropa impecable, un perfume delicado y su sonrisa hermosa. En sus manos, tiene un pequeño, pero bello, ramo de flores.
-Hola, princesa- Me saluda con un beso en la mejilla.
Lía- Hola, perdón la tardanza.
Máximo- no pasa nada, no te preocupes. ¿Qué película deseas mirar?
Lía- Mmmh, Titanic.
Máximo- Me encanta, buena elección.
Lía- ¿De verdad te gusta? -Estaba incrédula ante sus palabras, pensé que era sarcástico.
Máximo- Obvio, ¿A quién no?
Lía- Tenemos algo en común.
Máximo- Que bueno... Iré a sacar las entradas, piensa mientras tanto, que deseas comprar para comer.
Lía- Claro. -
Luego de mi corta respuesta, él se dio la vuelta y entró al cine para ir a boletería, ¿Qué quería comer? Mm, palomitas de maíz, solo por placer, ya que hambre no tenía.
También entré porque veo innecesario estar fuera y me acercó a él.
- Quisiera palomitas
Máximo- Y, ¿un refresco?
Lía- Sí, buena idea.
Volvió a alejarse y compró lo ya pedido. A veces creo que le molesta mi cercanía, pero debe ser cosa mía, es la primera vez que asisto a una cita y no sé cómo comportarme.
-"Atención, señores, La película *Titanic* empezará en cinco minutos, les recomendamos tomar asiento y hacer silencio" - Anunciaron por altavoz.
Máximo tomó mi mano y me dirigió a la puerta de la sala 1, donde pasarían la película elegida, dio los boletos a un hombre y entramos. Nos colocamos en los últimos asientos, sobre un rincón, bastante privado.
Ya he visto esto antes, pero eran pocas opciones las que había en cartelera.
La película la sé de memoria y pude ver cara de disgusto en Máximo, pero, ¿Sí no le gustaba, por qué Mintió? ¿Será para cumplir un capricho? Ay, es tan hermoso ese gesto de su parte.
Poco después de terminarla, salimos a recorrer el centro comercial. Y por último, decidí irme, aunque quería quedarme más tiempo con él, pero no podía sino mis padres se darían cuenta.
-Máximo, debo irme.
Máximo- ¿Te llevo, princesa?
Lía- no es necesario. El chófer me espera afuera.
Máximo- Claro. No hay problema. ¿Nos vemos otro día?
Lía- Sí.
Máximo- Te estaré mandando mensaje.
Lía- Bueno - Él se acercó a mí, agarro mi cara entre sus manos y me dio un casto beso.
Le sonreí tímida y lo dejé solo. No quería que viera mi sonrojo. Salí de allí casi corriendo y me subí al auto.
En el camino, miré mi celular varias veces y no tenía mensajes de él, y tampoco me había dicho que lo hubiese pasado bien. Pero, como dije antes, es mi primera cita y no sé cómo se comportan las personas, tal vez en las películas exageran todo tipo de atenciones.
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Varios días estuve tranquila y sin salir, hasta hoy que iremos a bailar con mis hermanos. De Máximo no he sabido nada, tampoco le he escrito, espero a que él lo haga primero, como un caballero a su enamorada.
Un precioso vestido azul con flores blancas, ajustado al cuerpo es lo que usaría hoy, más unas ondas, comúnmente en mí, para estar cómoda.
Boris- ¡HERMANA! - me Grita desde el otro lado de la puerta.
Lía- Voy Bora.
Boris- Apúrate que nos iremos.
Lía- Cinco minutos más. - Sólo me faltaba ponerme perfume y agarrar una pequeña cartera para meter mi celular.
...
El mismo chófer que me llevó a la cita con Máximo, es el encargado de llevarnos a Bailar a nosotros tres, ¿Por qué? Por su paciencia y fuerza. Mis hermanos siempre terminan bastante tomados y él tiene paciencia para soportarlos cuando ellos quieren volver a entrar.
Algo admirable, realmente. De igual manera, cobra un generoso sueldo por trasnochar y soportarnos. Cada mes le damos una semana de descanso, ya que hay veces que casi no duerme y no queremos que su cuerpo colapse.
-Señorita, adelante - Dice abriéndome la puerta de atrás, mientras Iván sube delante y Boris por el otro lado.
Lía- Gracias.
En el camino Bromeamos y escuchamos el consejo que cada fin de semana nos da el hombre.
-"Por favor, no tomen tanto, no es bueno para la salud"-
La verdad es que no sabemos si lo dice por nosotros o por él , que es quien lucha con el peso muerto de estos dos bobos.
...
Al llegar al Bar, entramos sin pagar entrada ni hacer fila, beneficios de nuestro "Amigo" y digámoslo así porque él no era muy popular, pero por ser compañero de Boris y darle unas entradas gratis, se volvió conocido y nos otorgó pasé libre a cada Bar que sea de su padre. Hasta ahora ha cumplido con el favor, pero sabemos que en algún momento eso va a terminar, ya sea porque el chico lo eligió o porque su padre lo creyó necesario, para así ganar plata, más viniendo de nosotros que podemos pagar por el VIP. No abusamos, ni lo usamos, solo venimos como niños a Bailar y tomar, ya que pagamos, pero no hay más beneficios.
Lo primero que hacemos es ir a la Barra porque Iván dice que así se puede "Cazar" y eso significa, ver quien será la próxima víctima.
Boris empieza a pedir bebidas y yo estoy como mi mellizo, mirando para todos lados, en busca de Máximo, tal vez volvamos a coincidir, o tal vez no.
Bora se acerca con una botella de refresco para mí y a Iván le da una cerveza, mientras él está con un Mojito.
...
Iván- Encontré. Te estaré vigilando.
Clara referencia a que me cuidará por más ocupado que esté con una chica.
Boris solo asiente y yo lo ignoré, siempre es lo mismo.
Pocos minutos después, Bora me golpea el brazo y me señala con quien estará, así que me quedé sola.
Resignada y sin encontrar al chico lindo, fui a la pista y empecé a Bailar. Muevo mis caderas, levantó mis brazos, corro mi pelo de la cara y siento unas manos en mi cintura. Me doy vuelta y choco con sus ojos claros.
-Máximo- Susurré feliz, pero por la música, él no escuchó.
Se acercó a mi oído y me habló fuerte...
Máximo- Coincidimos otra vez, al destino le encanta ponerte en mi vida.
Asentí como respuesta porque creo lo mismo, aunque debería estar un poco enojada por no escribirme después de nuestra cita, pero sé que trabaja y debe estar ocupado. Seré comprensible.
Lentamente, se acercó a mis labios y me dio un casto beso para luego seguir bailando conmigo. Miré en dirección a mis hermanos y ninguno tenía una cara bonita, en sí, ambos negaron con sus cabezas. Sé que Máximo les cae mal, entiendo sus celos de Hermanos.
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