La noche estaba oscura y fría. Un viento gélido soplaba a través de las calles desiertas de la ciudad, y los edificios parecían mirar silenciosamente a los cuatro extranjeros que acababan de bajar de un avión. Los cuatro se reunieron en la salida del aeropuerto, con sus maletas en mano y sus pensamientos en una sola cosa: encontrar al responsable de la destrucción masiva que había arrasado con gran parte del mundo. En primer lugar, estaba Omar, un joven de nacionalidad mexicana, de aspecto decidido y ojos largos y oscuros. Con una amplia sonrisa en su rostro, se acercó a los otros y extendió su mano amistosamente hacia ellos. Sus pasos eran firmes y decididos, como si estuviera decidido a encontrar al culpable, no importa lo que tuviera que hacer para lograrlo. Después de él, se encontraba Santiago, un hombre de nacionalidad colombiana, con los ojos oscuros y las cejas gruesas. Tenía una expresión seria en su rostro, como si estuviera tomando en serio lo que estaba a punto de suceder. Su caminar era más lento y seguro, como si estuviera evaluando el terreno y midiendo las posibilidades. Junto a ellos, estaba Iván, un joven croata con la tez olivácea y una nariz prominente. Aunque estaba tranquilo y sonriente, sus ojos destilaban una determinación y un coraje que llamaban la atención. Parecía estar listo para cualquier cosa que pudiera suceder. Por último, estaba Miko, un hombre de nacionalidad japonesa, con el cabello corto y la piel pálido. Sus ojos eran ligeramente rasgados y su expresión era estoica, como si fuera inmune a la emoción. Caminaba con una energía suave, como si estuviera sumido en sus propios pensamientos. Los cuatro habían recibido una invitación para unirse a la operación especial conocida como "Sin Rostro", organizada por la Unión Internacional de Control Global de Desastres. La operación tenía como objetivo detener al responsable de la destrucción mundial, un individuo sin nombre que había sido identificado únicamente como "sin rostro". Los cuatro habían sido elegidos por su habilidad y experiencia, y ahora se encontraban juntos en este lugar, dispuestos a llevar a cabo su misión, sin importar el costo. Pronto, un vehículo apareció y toda la atención de los cuatro se dirigió hacia él. Un hombre alto y delgado bajó del auto y se acercó hacia ellos, extendiendo una mano amistosa. "Bienvenidos al equipo de Sin Rostro," les dijo con una sonrisa. "Es un honor tenerlos aquí. ¿Están listos para trabajar?" Sin decir una palabra, los cuatro se subieron al automóvil, sabiendo que el camino que tenían por delante sería difícil y peligroso. Pero estaban unidos en su misión, y juntos, se comprometieron a luchar hasta el final para poner fin al caos y la destrucción que habían dejado detrás de sí.

Los cuatro se encontraban ahora en el automóvil, atravesando una carretera oscura y silenciosa en busca de pistas que les llevaran al responsable del caos mundial. Mientras el croata y el colombiano discutían sobre la mejor ruta a seguir, Omar y Miko se encontraban en el asiento trasero, charlando en voz baja.

"¿Qué habilidades crees que tenemos que ser útiles en esta misión?" Preguntó Omar

Bueno, creo que tus habilidades físicas podrían ser muy útiles. Tu cuerpo está entrenado, mucho más que el mío, y eso te convierte en una fuerza poderosa en la lucha física." Miko reflexionó por un momento

Sí, he tenido que entrenar bastante para mantenerme en forma. Siempre me ha gustado mantenerme en movimiento. Y tú, ¿cuáles son tus habilidades?" Omar sonrió

Mis habilidades son más mentales que físicas. Tengo una gran capacidad de concentración y enfoque, y eso me permite analizar situaciones de manera muy profunda. Creo que eso podría ser útil en esta misión." Miko se quedó pensando por un momento antes de responder

Eso suena fantástico. Creo que juntos, podemos hacer frente a cualquier cosa que nos venga." Omar asintió, admirando las habilidades de su compañero.

Mientras tanto, Iván y Santiago discutían sobre el destino de su búsqueda, mientras el conductor se encargaba de mantenerse alerta en el volante, buscando algún indicio que pudiera llevarlos al objetivo de su misión.

Santiago, ¿tienes alguna idea de en dónde podríamos dormir esta noche?" preguntó Iván, frotándose los ojos cansados.

Santiago pensó en silencio por un momento antes de responder. "Honestamente, no lo sé. No estamos en un centro turístico, y los hoteles podrían ser un riesgo. Pero si encontramos una zona segura, podemos armar un refugio improvisado y pasar la noche allí.

Iván asintió, satisfecho con la respuesta, y volvió a estirarse en su asiento. Los cuatro sabían que la misión que tenían por delante sería peligrosa y agotadora, pero estaban comprometidos a terminarla a cualquier costo. Eventualmente, el cansancio comenzó a pesar en ellos, y el conductor encontró una zona apartada en el camino, donde se detuvieron para poder pasar la noche. Los cuatro armaron un campamento improvisado, compartiendo historias y risas mientras se preparaban para descansar antes de enfrentar los peligros que les esperaban en el camino. Mañana sería otro día, y el equipo estaría juntos, listo para enfrentar cualquier reto que les pusiera el destino.

El sol brillaba en lo alto cuando de repente aparecieron en el cielo un par de aviones de guerra enemigos. El equipo se preparó rápidamente para la batalla, dispuestos a hacer lo que fuera necesario para impedir que los aviones enemigos destruyeran la ciudad lejana.

¡Prepárense, chicos! Tenemos que detener esos aviones antes de que causen estragos

Estoy listo. ¡Vamos a mostrarles lo que somos capaces de hacer!

No permitiremos que dañen a los inocentes. ¡Es hora de actuar!

No hay tiempo que perder. ¡Vamos a darlo todo!

El equipo sacó sus armas y se posicionó estratégicamente. Ahora era cuestión de tiempo antes de que los aviones enemigos lanzaran sus bombas en la ciudad, y era vital que pudieran interceptarlos.

La tensión aumentó cuando los aviones enemigos comenzaron a descender y soltar bombas sobre la ciudad. Las explosiones llenaron el aire y las calles se convirtieron en un caos. La gente corría desesperada buscando refugio.

El equipo corrió hacia los aviones y comenzó a dispararles con determinación. El sonido ensordecedor de las ametralladoras se mezclaba con las explosiones de las bombas que caían. Los aviones enemigos empezaron a tambalearse y fallaron, estrellándose en un charco cercano. La amenaza había sido neutralizada, pero la ciudad yacía en ruinas.

Al amanecer, el conductor se despertó, pero en lugar de la luz dorada del sol, fue recibido por la oscuridad de la noche. Una explosión fuerte lo sacudió y los gritos de auxilio resonaban en la distancia

Al salir del automóvil, vio en el horizonte una ciudad en llamas. Los edificios estaban destruidos y las calles estaban llenas de escombros y fuego. Podía ver desde ahí el humo que se elevaba al cielo.

Desesperado, comenzó a buscar a los demás miembros del equipo. Corrió hacia la ciudad, esquivando los escombros y el fuego. Escuchó el sonido de los disparos y los gritos de dolor de la gente. Finalmente, encontró a Omar, Santiago e Iván y miko en un edificio devastado. Habían logrado rescatar a algunas personas, pero se dieron cuenta de que estaban en medio de una guerra que no era suya. Mientras Omar, Iván, Santiago,miko y el conductor ayudaban a las víctimas, notaron que varios soldados enemigos se acercaban. Rápidamente salieron del edificio y se escondieron detrás de un muro. De repente, varias bombas comenzaron a caer en la calle cercana. Los soldados enemigos dispararon a los civiles y a los edificios con cruel indiferencia. El equipo estaba en peligro. No solo tenían que escapar de los soldados enemigos, sino que ahora también tenían que encontrar una manera de evitar las bombas que caían. Después de correr y esconderse durante horas, el equipo finalmente tuvo una oportunidad. Un helicóptero de rescate entró en la ciudad en llamas y voló sobre sus cabezas. Sin pensarlo dos veces, ellos corrieron hacia el helicóptero y fueron rescatados. El equipo tenía la misión de encontrar al responsable del caos mundial, pero nunca esperaron encontrarse en una guerra, en medio de una ciudad en llamas. Pero, al final, habían logrado sobrevivir y continuar su misión