-¡Mamá mi tío no quiere jugar conmigo!
Adela volteo hacia la puerta de la sala y vio entrar corriendo a sus dos pequeños hijos de tres años hacia ella.
-Mamá mi hermano solo está interrumpiendo al tío Darwin.
Adela los observo dejando los papeles de trabajo sobre el escritorio y los miro a ambos, Dean tenía los mismos ojos de ella, pero era tímido e introvertido, siempre la buscaba y dependía mucho de su madre y su hermana, mientras Colette tenía los ojos obscuros como los de su padre, era el vivo retrato de Camilo, con una personalidad dominante, tranquila y segura de sí misma. Sus dos hijos eran completamente opuestos entre ellos pero se cuidaban mutuamente.
-Dean, Colette, dejen a su tío practicar tranquilo hoy, Dean tu tío jugara contigo después de que termine su entrenamiento, así que ve con Colette a estudiar.
Dean bajo la mirada cabizbajo, mientras que Colette lo tomaba del brazo para que este la acompañara a estudiar. “No puedo creer que sean tan lindos… se parecen a su padre, ¿Cuándo volverás?” Adela sintió un vacío en su corazón al pensar en Camilo, habían pasado casi cuatro años desde que él se marchó a la guerra, se enviaban cartas dos veces al año pero aun así Adela aun no le había contado nada de sus pequeños hijos.
-¿Hermana ya terminaste con los papeles?
-Sebastián que bien que estés aquí, si ya eh terminado…a todo esto ¿viste a Kathy hoy? Tengo un trabajo que pedirle.
Dijo Adela mientras su hermano revisaba los documentos en los que Adela había estado trabajando.
-Si fue con Felipe a visitar a Doroty pero no creo que se demore demasiado.
Adela asintió y volvió su mirada al cajón de su escritorio donde guardaba las cartas de Camilo.
-Sebastián ¿Cuánto más durara esta guerra?, Ya van a ser cuatro años desde la última vez que lo vi…yo, ya no sé qué hacer, Colette me pregunta por su padre seguido y solo puedo decirle que él está en la guerra…solo puedo consolarla diciéndole que lo podrá ver en cuanto la guerra acabe.
Adela se tomó la cabeza y Sebastián la miro angustiado, el había sido testigo del sufrimiento que ella paso, después de la despedida de Camilo. “Adela vio cómo se marchaba Camilo y al entrar a la mansión comenzó llorar, mientras todos la consolaban ella les dio la noticia de su embarazo… nadie jamás hubiera imaginado que tendría gemelos pero aun así Adela siguió Adelante, y jamás acepto a ningún otro hombre”.
-Hermana el volverá a ti y a los niños, no te angusties por favor, mis sobrinos podrían preocuparse si ven a su preciosa madre llorar.
-Gracias hermano.
Dijo Adela mientras se levantaba y acompañaba a Sebastián al jardín. Fue entonces, que mientras Dean y Colette salían para acompañarlos, se vio un carruaje detenerse en las afueras de la mansión.
-Hermana parece que alguien ha llegado.
Dijo Darwin mientras se secaba el sudor del entrenamiento. Mientras tanto se vio al mayordomo correr hacia Adela.
-¡Señorita! ¡Señorita…eh, son, son los mensajeros del ejercito!
-¿Qué?
Adela miro el carruaje nuevamente, y vio que otro carruaje se detenía detrás de este, luego observo bajar a dos caballeros y un mensajero de él, mientras que del otro carruaje bajaba el primer príncipe.
-¿Qué paso?
Adela tuvo un pequeño sentimiento de desesperación, mientras se acercaba paso a paso hacia los hombres que venían hacia ella, fue cuando quedo frente a ellos que sus lágrimas comenzaros a nublar su mirada y los hombres frente a ella le entregaron la capa de Camilo y una carta junto a ella.
-Lo sentimos.
Dijeron los hombres que no podían mirar a Adela directamente a los ojos.
-No, esperen…no, ¿Qué se supone que significa esto? No por favor díganme exactamente ¿qué fue lo que paso?
Hablo Adela mientras que Sebastián tomaba a los niños para hacerlos entrar a la mansión para que no vieran a Adela angustiada, mientras tanto Darwin se acercó a ella para tranquilizarla.
-Hermana tranquila.
-Señorita Adela, el joven príncipe y comandante del ejército fue emboscado por el enemigo y se perdió durante la batalla, lo único que pudimos recatar fue su capa la cual… tiene su sangre y una carta que él tenía guardada para usted en la campaña.
Adela los observo atónita unos segundos antes que el príncipe Francisco se acercara a ella para consolarla.
-Señorita Adela tranquilícese, sabíamos que esto podría suceder.
Dijo el príncipe mientras se acercaba para abrazarla, pero esta lo rechazo rápidamente sin dejar que el la tocara.
-Camilo está vivo…
-Hermana.
Adela podía recordar claramente el rostro de Camilo cuando este le prometió volver a ella.
-Él está vivo, se perdió no es eso lo que ustedes dicen… mientras no vea el cuerpo de Camilo, el no estará muerto para mí.
Dijo Adela antes de voltear y entrar nuevamente a la mansión.
-¿Hija que sucede? Vi a Sebastián nervioso jugando con los niños en la biblioteca.
Adela abrazo la capa de Camilo y subió a su habitación, mientras le pedía a su madre que nadie la molesta.
Al día siguiente Adela despertó y comenzó su día como de costumbre, mientras que los pequeños la acompañaban al estudio donde ella trabajaba, para así ellos poder estudiar. Adela como siempre concentrada entre sus papeles no podía dejar de pensar en lo sucedido el día anterior.
-Colette creo que tenías razón mamá se ve extraña hoy.
-Te lo dije, mamá esta triste ¿Qué hacemos? Estoy segura que es por los caballeros que vinieron ayer.
Adela escucho a sus hijos hablando entre susurros y no pudo evitar sonreír “ellos son mi luz, si no fuera por ellos no soportaría todo esto” pensó Adela mientras volteaba para observar el sol entrar por la ventana “sé que sigues allí afuera mi amor, confió en nuestra promesa sé que no me dejaras”.
Al terminar su trabajo Adela se levantó y fue a ver qué es lo que hacían Dean y Colette , allí se encontró con muchos dibujos hechos por ellos, estos se veían realmente felices fue entonces que Darwin entro en el estudio y llamo a Adela sin llamar mucho la atención de sus sobrinos.
-Adela, hermana ven un momento…Adela fui al palacio hace unas horas dicen que el ejército enemigo se está acercando debemos prepararnos.
-Espera Darwin… ¿Qué estás diciendo? Es imposible que traspasen la frontera, o sea no han logrado traspasarla en casi cuatro años.
Dijo Adela mientras volteaba para mirar a sus hijos, Dean dibujaba felizmente mientras Colette comenzaba a hojear uno de los libros del estudio.
-Hermana, tienes razón pero eso fue porque tenían a un comandante bien preparado en nuestro ejército y ahora el ejército está a la deriva sin alguien capaz de liderarlos como se debe, el enemigo está tomando ventaja de la perdida de Camilo para entrar al reino… Adela.
Darwin observo a su hermana quien no podía despejar los ojos de sus dos pequeños hijos fue entonces que esta hablo con la misma mirada que el había visto hace más de tres años.
-Darwin debemos proteger a los niños.
Adela no tenía tiempo para llorar la supuesta pérdida de Camilo, ya que ahora debía proteger al único rayo de luz y esperanza que le quedaba de él “Dean y Colette mis niños”.
-Hermana, iré hablar ahora mismo con nuestra madre, no te preocupes por nada y solo encárgate de tener a los niños preparados.
Adela volteo rápidamente para llamar a Kathy, al llegar está al estudio pudo ver la seriedad en los ojos de Adela, aquella mirada la cual llevaba años sin ver.
-Señorita ¿Qué sucede?
-Kathy prepara dos maletas con las cosas esenciales de los niños debemos salir de aquí mañana a mas tardar, también ve a la mansión de Camilo y trae al mayordomo todos se quedaran en el sótano.
Dijo rápidamente Adela mientras se acercaba a su escritorio para sacar los algo de dinero.
-Señorita ¿Qué está pasando?
-Kathy pregunta menos y haz lo que te ordeno, ya mande a buscar a Doroty y todos los chicos del local así que no debes preocuparte por ellos, tiene que estar todo listo para mañana.
-Si señorita.
Kathy vio la desesperación en el rostro de Adela y salió rápidamente del estudio para cumplir sus órdenes. Al paso de unos minutos, Sebastián y su madre quienes ya se habían enterado por boca de Darwin de lo que sucedería, bajaron a hablar con los sirvientes.
-Hoy los hemos reunido aquí a todos para que estén preparados. El ejército enemigo viene directo hacia la capital del reino, y hay muy bajas probabilidades de que estos se apiaden de nosotros los nobles, por ende.
Fue en ese momento que Adela quien bajaba las escaleras al escuchar a su madre dar la noticia la interrumpió.
-Por ende todos ustedes desde mañana no volverán a esta mansión, los soldados se centraran en atacar a la nobleza, por lo que cualquiera que se encuentre en la mansión seguramente será considerado un enemigo para ellos. Pero tranquilos, se les dará hoy una recompensa por su lealtad y el tiempo que trabajaron aquí, con este dinero podrá abastecerse por un tiempo.
-Señorita ¿pero qué hay de ustedes?
-Sí, señorita no pueden quedarse aquí.
-Mi señorita los niños, nosotros queremos ayudarle, díganos ¿qué podemos hacer? Nosotros no podemos dejar a los señoritos así.
Se escuchó la sala inundarse de susurros de los sirvientes quienes se negaban a abandonar a la familia, Adela, Sebastián y su madre quienes escuchaban se miraron entre si y Sebastián comenzó a hablar.
-No se preocupen, nosotros también estaremos a salvo, cuando todo esto pase ustedes podrán volver a la mansión.
Todos se miraron preocupados, mientras Dean y Colette se asomaban a la escalera para escuchar lo que sucedía. Fue entonces, que Adela subió las escaleras para volver a su habitación junto con los niños, al entrar a su cuarto estos se subieron a la cama de esta y la vieron observar por la ventana “protegeré a nuestros hijos” pensó Adela mientras recordaba su primer encuentro con Camilo.
-Niños…su padre, el.
Colette que era muy perspicaz, pudo comprender el silencio de su madre y bajo la mirada al entender porque su madre se encontraba angustiada, fue entonces que Daen quien era apegado y cariñoso hablo.
-¿Qué paso con papá mamá? ¿Él ya va a volver?
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