“Casi no recuerdo tu rostro… en flashes veo la comisura de tu boca cuando sonreías… o tus pestañas cuando entornabas los ojos mientras te amaba... me di cuenta que no es que no te pueda olvidar… es solo que recuerdo lo que te hacía sentir… aunque eso nunca fue suficiente para ti en realidad.”
A veces necesitamos volver a cero en nuestra vida, arrancarnos lo que nos duele y permitir que sigamos con lo que queda de nuestro camino, pero a veces no podemos volver a cero con nuestros sentimientos con la misma facilidad… y deambulamos como seres incapaces de entregarnos nuevamente porque ya lo dimos todo y nos quedamos prácticamente sin nada para alguien más.
Cuando se ha amado con la intensidad de un primer amor y nos han defraudado creemos que la vida nos debe una chance más, o que el destino nos debe la oportunidad que no nos quiso dar en su tiempo y constantemente regresamos al mismo punto cero para marcarnos el camino que debimos haber tomado.
Por regla general queremos lo que perdimos, anhelamos lo que podría haber sido y tendemos a minimizar las causas que nos llevaron a perder lo que tuvimos.
A veces el tiempo es benévolo y permite un reencuentro para sanar heridas y hasta quien sabe si pueda llegar a surgir un retoño de un gran amor nuevamente. Tal vez eso sea lo que buscan Julián y Romina, pero primero deberán sincerarse con ellos mismos por primera vez en sus vidas.
Necesitamos un Nirvana emocional para poder seguir cualquiera sea el camino que nos toque transitar, antes que la pulsión de muerte nos gane la pulseada.
Nota del autor:
El título alude al Principio de Nirvana del Psicoanálisis, que fue propuesto por Barbara Low y recogido por Sigmund Freud para designar la tendencia del aparato psíquico (la mente) a reducir a cero o, por lo menos, a disminuir lo más posible en sí mismo toda cantidad de excitación (lo que lo altera) de origen externo (situaciones, personas) o Interno (pensamientos, miedos). Está tomado de la religión budista, en la cual designa la «extinción» del deseo humano, la aniquilación de la individualidad, que se funde en el alma colectiva, un estado de quietud y felicidad perfectas.
Es decir lograr que en una crisis, se vuelva al estado anterior de nuestra psiquis para que lo que duele, deje de hacerlo.
Hace 6 meses que el bloqueo de inspiración está presente negándose a abandonarlo… El agua corre por su cuerpo, se escurre por los músculos que aún permanecen bastante torneados desde su juventud, aunque ya no los ejercita como antaño. Había cambiado los deportes rudos de su juventud por los que le permitían mantener un equilibrio entre su vida y sus obligaciones… Es decir que cambió el basquetbol y el ocasional rugby por las artes marciales… un cambio abrupto pero que había tomado cuando había cambiado también abruptamente su vida anterior: “Vida nueva, carrera nueva” había dicho a los 21 años, pero representaba mucho más, había incluido cambio de novia y cambio de costumbres…
“Si me quieres me vas a aceptar igual…” la frase que había dicho él mismo hace 20 años atrás, se le vino a la memoria en una fracción de segundo y ahí estaba el problema… todo lo relacionaba últimamente con Romina, la mujer que no lo supo entender ni quiso saber nada sobre él desde ese momento.
Era escritor narrativo de ciencia ficción, pero últimamente los personajes cibernéticos se estaban tornando sosos y sentimentales y eso no cuadraba con los 3 éxitos que ya había publicado. Su editor le había sugerido que mezclara el romance en alguno de sus personajes, pero sistemáticamente se había negado a ello, nada de romance… era una pérdida de tiempo y un gasto de energía que terminaba por hacerlo sentir desanimado.
Salió de la ducha con una toalla envuelta en su cintura, se detuvo frente al espejo y su gesto de tensar los bíceps como un fisiculturista fue instantáneo… a Romina le gustaba cuando lo hacía, eran tan chicos en ese entonces… todo estaba sexualizado… todo pasaba por hacer el amor en el lugar que sea, como si fuera la última vez que tuvieran la oportunidad de hacerlo.
Se peinó con los dedos los mechones cortos de cabello… hacia casi 20 años que lo usaba así, porque a ella le gustaba cuando los tenia semi largo y los podía entrelazar con sus dedos y estirarlos suavemente cuando hacían el amor… o cuando solo tenían sexo… ya no sabía si había diferencia en realidad entre las dos situaciones… así que se cortó el cabello para vengarse por su abandono. En algún rincón rebelde de su mente esto tenía sentido para él.
No quería nada que le recordara a ella… y le estaba funcionando su estrategia, hasta que aparecieron las redes sociales… y los contactos, las fotos y los recuerdos comenzaron a circular sin frenos sorprendiéndolo en cualquier momento.
En un ataque de narcisismo le había enviado solicitud de amistad a todas sus antiguas novias… todas aceptaron y lo saludaron felices por el repentino acercamiento… menos ella. Aunque ella no aceptó su solicitud, las amistades en común con sus posteos o comentarios lo mantenían frecuentemente enterado de sus pasos.
“¿Te puedo escribir…?” le había dicho la noche que habían terminado, y ella contestó con un seco y frio “No” y pareciera que 20 años después seguía sin querer que le escribiera…
Estos últimos años había tomado decisiones importantes en su vida, se había casado con la madre de su hijo y a los pocos días de hacerlo había encontrado una foto que publicaron de la época de la escuela secundaria donde la había conocido, de pronto esa imagen de una Romina adolescente le trajo una infinidad de recuerdos y le escribió al privado, era un mensaje sencillo, solo la felicitó tardíamente por su cumpleaños, sin embargo nunca recibió una respuesta… ¿Quién era tan testaruda que ni siquiera podía contestar un saludo inocente? Sea como sea solo sirvió para que su mujer lo descubriera y su primera crisis conyugal hubiera aparecido de la noche a la mañana.
Le llevó meses convencerla que solo había sido un saludo inocente, sin ninguna otra connotación o intención, sin embargo casi un año después había hecho otro intento, esta vez le preguntó como estaba, como estaba su familia, como cualquier otra comunicación totalmente impersonal, sin embargo tampoco había recibido alguna respuesta, ni siquiera un emoji o algún stiker de estar bien… algo… cualquier cosa que indicara que lo había leído y que reconocía que se merecía una respuesta, aunque solo fuera un simple OK.
El psicoanalista al que lo había mandado su editor para trabajar el bloqueo artístico le había preguntado si le había ocurrido algún evento que lo frustrara de alguna manera… y aunque se le pasó este evento por su mente, solo atinó a negar con la cabeza lentamente.
Desde ese momento, ya llevaban 4 sesiones y no habían avanzado absolutamente nada, ni en el bloqueo, ni en descubrir alguna posible causa.
Se vistió y luego salió rumbo a su quinta sesión… otra hora de pérdida de tiempo pensó con una sonrisa sarcástica. A veces se pasaba la mitad del tiempo en silencio, ni siquiera se molestaba en contestar las preguntas que le hacía, le había planteado que no le veía el sentido a lo que estaban haciendo y el psicólogo le había dicho que era normal, era una reticencia a abrirse como un rechazo al tratamiento y que tarde o temprano cedería al entender que estaba tratando de ayudarlo y no intentaba meterse porque si en su vida y en su intimidad.
Cuando en la última sesión le había preguntado por su vida sexual, le había dicho que no tenía problema con el sexo, que cumplía con su mujer todo lo que ella le demandaba. El psicólogo lo había mirado por un largo rato y luego le había preguntado. “¿Y cuándo fue la última vez que hizo el amor…?”
Le había sorprendido la pregunta, no tenía una respuesta para eso… así que contestó: “Es lo mismo”. “No, no lo es… pero dejemos eso por ahora” fue la respuesta del profesional cuando notó nuevamente la resistencia.
Ahora nuevamente estaba en la sala de espera, un salón monocromático para reducir el estrés y con sillones cómodos para esperar más relajados, sin embargo a Julián nunca le había resultado… el estrés y la incomodidad estaba presente como el primer día, pero se había comprometido a acudir 10 sesiones sin quejarse ni reclamar, aunque fuera la tortura que estaba siendo. Miraba distraído su teléfono cuando la puerta del consultorio se abrió…
- Señor Ledesma… - dijo sonriéndole cálidamente – buenos días, pase por favor…
- Buenos días… - contestó mientras pasaba a su lado
La primera vez que ingresó al consultorio notó un diván… y lo quedó mirando…
“Puede ocupar el sillón… el diván… puede sentarse… o recostarse… lo que le haga sentir más cómodo” le había dicho y no pudo evitar la tentación de recostarse en el diván… era igual al que tenía Romina en su casa… donde habían hecho el amor infinidad de veces a escondidas de sus padres… pero le era imposible concentrarse en lo que decía el psicólogo así que se había levantado y se había sentado en el sillón con los brazos cruzados. Las siguientes sesiones se sentaba directamente en el sillón, pero el psicólogo había notado que evitaba mirar al diván sistemáticamente.
- Muy bien – dijo el psicólogo – he estado interiorizándome en su trabajo – Julián lo miró curioso – noté que es muy marcada las características de sus personajes, sobre todo de los malos de la historia… todas son hembras… una androide asesina… una extraterrestre traicionera… y en la ultima una directivo de la empresa mentirosa… - lo vio bajar la cabeza y concentrarse en sus zapatos repentinamente…
- Vaya… - Julián usaba el sarcasmo para tratar de evitar el tema – ni mi editor me había dicho que era reiterativo…
- ¿Su mujer cual representa…? – preguntó de pronto…
- Ninguna… - contestó seco – son personajes nada más…
- ¿Y ha existido alguna mujer en su vida que haya representado o con quien asocie indefectiblemente con la traición y la mentira…, no quiero pensar en el asesinato, pero también si la hay…
Julián no contestó y sin querer por una fracción de segundo desvió al vista hacia el diván… el psicólogo lo notó y decidió profundizar hacia ese rumbo.
- Noté también que había estudiado otra carrera antes… - Julián lo miró detenidamente y asintió lentamente con la cabeza - ¿Qué lo hizo cambiar de carrera…? cambiar de ingeniería a letras no es algo muy usual…
- Había decidido cambiar mi vida completamente… - dijo con voz ronca
- ¿Y qué le había pasado para que quisiera hacer un cambio tan drástico…? – lo miraba sin perder detalle de su lenguaje corporal
Julián quedó mirando hacia un costado del psicólogo, como si hubiera alguien sentado detrás de él. La mirada era tan intensa que el profesional miró hacia atrás y volvió a mirarlo…
- Solo usted tiene la respuesta… - dijo suavemente – yo no puedo ayudarlo si no me deja hacerlo… le prometo que si me responde sin evasivas… termino la sesión…
Lentamente Julián miró todo a su alrededor mientras se paraba y caminaba lentamente, se paró delante del diván aunque no lo miraba… por lo menos directamente no lo hacía… se aproximó a la puerta y mientras que tomaba el picaporte de la puerta dijo sin voltearse a mirarlo.
- Me abandonó la que era mi novia en ese entonces…
Y salió sin despedirse… no hubiera podido hacerlo de todas maneras…
Estaba malhumorado, no le gustaba tener que recordar y ese maldito psicólogo no dejaba de preguntar sobre su pasado… por culpa suya Romina se había instalado nuevamente en su mente a toda hora.
Caminó unos pasos hasta el auto… ahora manejaba un auto de lujo… ¿Qué pensaría Romina si lo viera ahora…? Nada… nunca le había dado importancia a eso… Una vez escuchó una conversación que tenía ella con su propio hermano… Hugo le estaba diciendo que iban a tener que salir en colectivo porque él iba a ocupar la moto y el auto le había prestado a un amigo… “No hay problema…” le había contestado sonriendo y Hugo había insistido con que no podía creer que saldría igual en colectivo… su respuesta le había callado definitivamente a su hermano: “Yo salgo con tu hermano, no con tu auto o tu moto… ¿No me digas que con vos nunca nadie salió en colectivo o caminando…?”
Le molestaba en sobremanera la forma en que su hermano trataba a su novia, pero ella era tan natural para responderle, que le daba un poco de tranquilidad a su inseguridad.
Había actuado tanto tiempo como un narcisista para ocultar sus inseguridades, y una de ellas se daba justamente en el trato de su hermano mayor. “¿Cuándo le vas a dejar a mi hermanito…? tengo un amigo para presentarte tiene auto, departamento…”, ella siempre le respondía con alguna burla: “No creo que tu amigo le llegue ni a los talones a tu hermano…”, escucharla responder así, le hacía sentir superior, le hacía sentir valorado… esa vez le había dicho:
- ¿Mi hermano te molesta mucho…? – estaba malhumorado
- No… - Romina sonreía – cuando no estas cerca es muy agradable, hablamos de todo…, pero cuando sabe que estas escuchando saca el tema que me quiere presentar un amigo… te lo hace a propósito para que te enojes…
- ¿De verdad no te molesta que no tengamos ni el auto ni la moto hoy…? – dijo abrazándola
- No… nos quedamos a mirar una película o salimos a caminar – lo abrazaba con ternura, le encantaba recostarse en su pecho
Volvió al presente, en realidad no sabía si le gustaba recostarse en su pecho o simplemente se había convertido en una costumbre. Hoy a tantos años de eso, ya no sabía absolutamente nada. Arrancó el auto, tenía que ir a buscar a su hijo así que puso en orden sus pensamientos.
***
A la semana siguiente volvía a entrar en el consultorio y mecánicamente se sentaba en el sillón. Supuso que volvería a sacar el tema de Romina, así que ya había llegado de malhumor, pero el psicoanalista ni siquiera le tocó el tema de su libro.
- Hagamos un juego sencillo – dijo mientras se acomodaba en su sillón – quiero que cierre los ojos… respire profundo…
- No creo en la hipnosis – se reía sarcásticamente
- No se preocupe que yo tampoco – reía también – le voy a hacer preguntas y usted me va a decir la edad que usted recuerda que tenía para ese evento…
- Ok… - dijo sorprendido - ¿Y si no lo recuerdo?
- La edad que cree más acertada…- Julián asintió y trató de relajarse
- Primera vez que se sintió solo
- 6
- Primer amigo
- 7
- Primera vez que lo hicieron sentir mal
- 12
- Primera novia
- 13
- Primera relación sexual
- 15
- Primera vez que se creyó enamorado
- 17
- Primera vez que realmente se enamoró
- 19
- Primera vez que se sintió amado
- 16
- Primera vez que lo desilusionaron
- 19
- Primera vez que usted desilusionó
- 19 creo – aclaró
- El gran amor de su vida hasta ahora
- 20
- Cuando usted fue el gran amor de alguien
- 25
- Matrimonio
- 35
- Primer hijo
- 29
- Primer libro
- 27
- Primera vez que lo dejaron
- 19
- Primera vez que le dolió que lo dejaran
- 21
- Primera vez que fue infiel
- 17
- Excelente – el psicólogo sonreía complacido – ahora otras preguntas… para responder con números – Julián asintió – cantidad de parejas…
- 20 o más – se encogió de hombros – no las conté
- Cantidad de novias
- 15
- Personas con las que mantuvo sexo
- 30 más o menos
- Las más importantes
- 4
- Personas con las que cree que hizo el amor
- 3
- Personas que cree que le hicieron el amor a usted
- 1
- Relaciones que terminaron mal
- 1
- Esas 4 relaciones que fueron importantes ¿a qué edad iniciaron?
- 15, 17, 19 y 25
- Esa relación que termino mal ¿a qué edad terminó?
- 21
- Después de terminar esa relación ¿Cuántas veces volvió a verla casualmente o no?
- 2
- ¿Cuántos años duró la relación más larga?
- 16 y continúo
- ¿Cuánto duró la que terminó mal?
- 3 y pico…
- ¿Le podemos poner nombre a esas 4 parejas más importantes en orden de su edad?
- Julia, Laura, Romina y Vanina
- Corríjame si estoy equivocado… - dijo mientras que revisaba sus anotaciones – ya sé que Vanina es su esposa desde hace 16 años… Julia es su primera relación sexual… Laura fue la primera que lo dejó… y Romina fue la única que terminó mal…
- Estoy sorprendido… - se burlaba pero estaba comenzando a preocuparse – todo eso simplemente con los números…
El profesional sonrió, pero no se justificó, sabía que cuando las palabras se negaban a salir por voluntad propia, podía engañarse al cerebro para responder igual con determinadas preguntas a través de los números. Ya tenía los nombres por ejemplo…
- ¿Está en contacto con ellas actualmente?
- Con mi mujer… - rio sarcástico, no le veía el sentido a estas preguntas – con las otras por redes sociales menos Romina…
- ¿Cuándo fue la última vez que habló con Romina?
- Al mes de separarnos… - dijo mirándolo fijamente – hace 20 años
- ¿Quién fue el o la responsable de esa separación en malos términos…?
Julián se levantó y comenzó a caminar cabizbajo, parecía ausente completamente y el psicólogo se mantuvo en silencio por varios minutos. De pronto Julián se giró a verlo y dijo con voz más ronca de lo habitual.
- Yo hice algo que ella me había puesto como condición no hacer… y no quiso aceptarme más…
- ¿Le parece que fue justa su decisión de no aceptarlo?
Volvió a mirarlo… no quería que lo obligara a analizar su pasado, no quería rememorar esos tiempos en los que se sintió abandonado. Miró impaciente el reloj de su muñeca…
- Si me hubiera querido de verdad, me hubiera aceptado… ¿no?
- Usted rompió lo que habían acordado…
No recibió respuesta… así que decidió empujarlo emocionalmente un poco más…
- Me gustaría que haga un blog… - Julián lo miró sorprendido – puede hacerlo público o no, puede usar seudónimos para usted y para Romina para evitar conflictos con su pareja actual, pero en ese blog usted va a ir escribiendo lo que se le venga a la memoria, lo más detallado posible de las situaciones que le voy a ir mancando en las próximas sesiones… va a iniciar con la descripción de la primera vez que la vio…
- ¿De verdad tiene algún sentido hacer esto? – dudaba completamente
- Esto es una puesta en escena… se llama psicodrama en psicología y sirve para cerrar historias inconclusas… Romina es la que marcó un antes y un después en su carrera… la única con la que no tiene contacto por decisión de ella… y la única con la que reconoce que terminó mal… - le sonrió compasivamente – vamos a buscar que es lo que está faltando para hacer un cierre de esa relación…
- ¿Y saberlo me va a devolver mi capacidad de escribir…?
- Tal vez no… - dijo enigmáticamente – pero creo que así como no quiere recostarse en el diván… tampoco quiere avanzar con otras cosas en su vida… - levantándose para acompañarlo a la salida, le palmeó la espalda y agregó – Una vez que arme el blog, me lo pasa para poder ir leyéndolo, usted escriba cuando quiera y lo que quiera sobre la temática que le voy a ir dando por semana y luego lo analizamos aquí… - como lo veía dudar agregó – tómelo como un ejercicio de escritura narrativa… cuantos más detalles mejor…
- Está bien… - se sentía confuso – pero no voy a usar nuestros nombres…
- Perfecto… - dijo sonriéndole – solo usted y yo sabremos la identidad de los personajes… y si lo deja abierto, seguramente recibirá comentarios que también pueden ayudarlo a tener una visión distinta a la que se ha formado y mantiene en sus recuerdos… muchas veces esto ayuda a ponerse en el lugar del otro… pero debe ser siempre lo más sincero que pueda…
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