"Ah, estoy realmente cansada. Hoy es mi último día de entrenamiento antes de las competencias nacionales, por lo que debo dar mi mejor esfuerzo para ganar el oro."
La chica de cabello oscuro se recostó en el fresco pasto para poder admirar el atardecer qué pintaba el cielo de un hermoso color dorado.
"Si muriera justo en este momento, estoy segura de que mi madre me extrañaría mucho, debería visitarla el próximo fin de semana, hace bastante tiempo que no voy a verla".
Algo no se sentía bien en el ambiente, la mujer sintió un mal presentimiento como si alguien la observará y de inmediato se levantó del suelo de repente sostuvo fuerte su pecho por una punzada en el corazón, como si lo estrujaran y al instante callo de rodillas al suelo, sujetando con más fuerza el corazón como si este fuera a explotar.
"No, no, no, se supone que soy una persona saludable, mierda duele demacrado debo llamar a mamá."
La mujer intentó sostener entre sus manos el teléfono, pero el pánico no la dejo actuar, rápidamente termino por recostarse en el suelo retorciéndose con ese dolor de pecho qué no se iba con nada.
" ¿Voy a morir aquí en el campo de entrenamiento? Qué patético, por favor, por favor Dios no me hagas esto"
Un infarto inesperado acabó con la vida de la chica sin que pudiera darle el último adiós a su madre.
Al abrir los ojos de nuevo la chica se llevó las manos a la cabeza pasando por sus ojos y se percató de inmediato de que sus manos no eran las mismas de siempre, estas eran cadavéricas, nada comparado con sus manos con cicatrices y ampollas producto del arduo entrenamiento, sin pensar se paró de un solo brinco, el cual la hizo caer al suelo. ¿Tan débil estaba por un infarto? No, espera, ¿este siquiera es un hospital? Se preguntó a mí misma al notar que todo en la habitación se veía antiguo, como de otra época. ¿Pero qué rayos?
Se acercó rápidamente al enorme espejo que estaba delante de ella colgado en la pared, al vislumbrar su reflejo, pudo notar de inmediato que aquel cuerpo no era el suyo, era uno completamente diferente en todo sentido.
Sus bien trabajados músculos ya no estaban, en su lugar había un cuerpo pálido y frágil que apenas se podía mantener en pie, en lugar de su cabello castaño, corto y desordenado, había un cabello blanco que llegaba hasta las caderas. ¿Algo tan hermoso es siquiera posible? Y lo más sorprendente fueron esos ojos azules cristalinos que reflejaban una inmensa tristeza como si ya no tuvieran vida.
"Oh, por Dios, soy tan linda como una muñeca Espera, no es momento de alegrarse. ¿Cómo es que llegué aquí?"
Al analizar toda la vieja habitación, pudo notar una hermosa ventana con cortinas de color azul brillante en la pared lateral y se acercó para poder ver a través de ella y darse una idea de en donde estaba.
Al mirar por la pequeña ventana, se notaba que el paisaje y los jardines todo estaban descuidados el lugar parecía más un castillo embrujado que otra cosa.
Inesperadamente, su cabeza empezó a doler dejando un enorme dolor que no parecía calmarse con nada. En un solo instante, todos los recuerdos de la vida de la difunta volvían a ella.
Poco a poco, todos los recuerdos llegaban a su cabeza como un balde de agua fría, al final, todo quedó claro: esta persona era la duquesa Sacha Luterano, dueña del territorio y al parecer una casa millonaria de este país la mujer tenía dos hijos, unos pequeños niños de 6 y 1 años de edad por desgracia había caído en depresión después de la partida de su esposo a la guerra, el cual nunca la amo o mostró interés por tratarla bien y lo peor de todo era que este hombre volvía de vez en cuando a esta casa como si fuera un hotel.
Su historia de amor comenzó cuando ella lo vio por primera vez en una fiesta a la cual ambos asistieron y ella, al parecer, quedó terriblemente enamorada de él e hizo hasta lo imposible por casarse con él, pero desde el primer día ella había demostrado que lo único en que era buena era en gastar dinero y criticar a la gente. Por lo que se ganó el desprecio de su marido que, al embarazarla por segunda vez, se fue de inmediato al campo de batalla y se olvidó de ella.
"Al parecer, yo soy esa odiosa mujer, pero como ahora su vida me pertenece , haré lo mejor para vivir plácidamente y olvidarme de ese cretino que me abandonó con dos hijos."
Una sirvienta entró a la habitación sin previo aviso, sacándola de sus pensamientos. Al verla a ella, la mujer que aparentemente estaba en su lecho de muerte, se enfureció bastante. Nadie necesitaba a la duquesa con vida, por lo que todos habían estado conspirando en su contra para que ella muriera sin piedad.
—Regrese a su cama, ahora mismo —dijo la sirvienta intentando sujetarla de la muñeca, queriendo aprovecharse de la mujer que se suponía estaba sumida en la tristeza.
Un sonoro sonido se escuchó en la habitación. La sirvienta, que intento tratarla como a un perro, ahora yacía en el piso producto de una bofetada que le reventó el labio.
"En mi defensa, ella me insultó primero y se lo merecía quien se cree como para insultarme de esa manera."
La sirvienta estaba completamente asustada y perpleja por algo que la Sacha original no haría, si la sirvienta la insultaba o se burlaba de la duquesa está solo agacharía la cabeza o pediría perdón.
—Le diré al duque lo que usted me ha hecho y cuando lo escuche, la castigará!!! —gritó la sirvienta alejándose de sacha.
—Puff, ¿quién crees tú que es tu dueño, maldita sabandija? —dijo sujetándola del cuello, infligiendo más miedo en ella.
"Esto es realmente bueno, es genial poner la basura en su lugar, esto solo es un pequeño susto que le enseñará a no meterse con su amo."
—Estás despedida de tu trabajo, no quiero ver tu sucio rostro cerca de mí de nuevo, escucha lo que te digo y sal de esta casa ahora mismo o te mataré en este instante.
La sirvienta corrió despavorida por el pasillo, desconcertando a todos los sirvientes que muy vulgarmente se dedicaban a perder el tiempo.
—Uhg, tengo mucho trabajo que hacer, esto es un completa basura, ojalá pudiera regresar a mi vieja vida. —sacha se acercó al buro y tomo un vaso de whisky, tragando en seco aquella bebida alcohólica y al instante se hundió en un bello sillón de piel relajando todo el cuerpo. —Uf, si fuera por mí, ya habría salido corriendo de este repugnante lugar, pero no es momento de lamentos hay dos personitas que necesitan mi ayuda, además el whisky es bueno.
Sacha se levantó de inmediato del sillón y salió rumbo a la cocina con la misma pijama con la que se había despertado. Recorrió los pasillos como alma en pena, ganándose la mirada asustada de varios empleados que no se dignaron en saludarla o siquiera mirarla a los ojos.
—¿No estaba ella muerta?
—Se supone que eso es lo que pasaría, ¿acaso Marta falló?
—No puede ser, ella no se había resistido al veneno. Es imposible que ella no lo haya ingerido.
Los empleados eran tan desvergonzados que ni siquiera se preocupaban de que su amo los escuchará hablar de su propia muerte.
—Malditas sabandijas, sus cabezas rodarán primero. —dijo en voz baja, abriendo la enorme puerta del comedor ella misma, ya que ni para eso servían esos chupa sangre.
Al llegar, había un niño pequeño de cabellos blancos y ojos del color de la miel esperando a que sirvieran la comida, junto a él estaba lo que parecía ser el mayordomo.
"¿Por qué nadie me dijo que mi hijo era tan lindo? Podría comerlo a besos."
El niño, parecía concentrado en sus juguetes cuando noto la parecencia de alguien volteó rápidamente a la puerta, quitando la mirada de tristeza que tenía para dar paso a una expresión de sorpresa al ver a su madre de pie.
—¿Mamá? —El pequeño habló primero, temiendo que su madre se enfadaría con él .
—Duquesa Bienvenida desea que le traiga su comida aquí o su habitación —dijo el mayordomo, quien al parecer era el único que le tenía el mínimo respeto.
—Trae la comida aquí al comedor, que hoy quiero comer con mi hijo —dijo, esbozando una enorme sonrisa, a lo que el niño y el mayordomo se vieron confundidos.
—¿Vas a comer conmigo, mamá? —dijo el niño, que ya estaba casi saltando de alegría.
—Sí, porque no comería con mi precioso hijo.
—Es que pensé que estabas cansada, mamá —dijo, jugando con sus manos haciendo un gesto tierno.
"Dios, mi hijo es tan bello. Sin duda alguna, protegeré esa bella sonrisa, lo prometo."
—¿Por qué no le das un abrazo a esta madre enferma para que se recupere más rápido?
Al principio, el niño se mostraba un poco indeciso, pero al final terminó aceptando y se lanzó a los brazos de su madre como si lo hubiera esperado toda su vida.
Sacha sentía como su agarre se aferraba a ella como si esté sintiera qué su madre iba a desaparecer en cualquier momento, lo que le dejo una sensación agridulce. ¿Tanto habías deseado darle un abrazo a tu madre?
—Juro que de ahora en adelante estaré contigo siempre, no importa lo que pase, yo siempre estaré contigo, mi pequeño monstruito —dijo, separándose un poco de él para poder ver sus hermosos ojos amarillos. Esos pequeños ojos la miraban con una enorme esperanza e inocencia. Dios, este niño es una droga.
—Yo prometo que estaré al lado de mi madre por siempre y para siempre no importa contra qué monstruos me enfrente, siempre defenderé a mami.
—Bien, si mi pequeño hijo me protege de los monstruos, todo estará bien, pero primero hay que hacer una cosa aún más importante —el niño en sí no era tan pesado, así que lo levanto del suelo con la poca energía que le quedaba a ese cuerpo maltrecho—. Y esa es comernos todo lo que nos sirvan hoy, está bien.
El niño asintió con la cabeza y se sentó al lado de ella, donde se dedicaron a esperar la comida del chef.
Al final, después de un rato de espera, la comida llegó y esta era terriblemente mala, todo estaba crudo y al parecer llevaba días echado a perder.
—Lo siento, señora duquesa, reprenderé inmediatamente al chef —dijo el mayordomo, quien estaba terriblemente disgustado por el actuar de los empleados.
—Solo despídelo y mañana contratamos otro, al igual que a toda la servidumbre —dijo sacha estando a punto de estallar de ira e ir por las cabezas de cada uno de ellos. ¿Cómo es posible que le sirvan esa porquería a un niño pequeño?
—A sus órdenes, madam —el mayordomo salió del comedor con una sensación de victoria no sabía cuánto tiempo había esperado esa orden, pero sin duda fue la mejor decisión que se había tomado en años.
El niño, por instinto, empezó a comer la comida para no decepcionar a su madre, lo que dejo una horrible sensación en Sacha, y lo detuvo inmediatamente.
—No, bebé, no comas eso. ¿Qué te parece si te preparo unas ricas albóndigas?
—¿Mamá sabe cocinar?
—Sé hacer más que eso, bebe.
"Sin duda alguna, mi nueva vida comienza ahora al lado de este pequeño niño y el otro que falta por conocer."
Al día siguiente las cosas no cambiaron mucho, la servidumbre seguía siendo igual de mediocre como siempre, al final sacha optó por dejar dormir a su pequeño hijo y a su bebé con ella para así poder monitorearlos y que nadie intentará pasarse con ellos.
Después de levantarse espero pacientemente a que alguien llegará para traerle un poco de ropa o siquiera un trapo para limpiarse la cara.
—¿mamá?
—¿pasa algo? Mi pequeño.
—los sirvientes no van a venir, yo ya aprendí a bañarme solo y a mi hermanita.
—no lo volverás a hacer tu solo cariño para eso estoy yo.
Maldita sea esos cerdos no entienden tendré que enseñarles por la fuerza quien es la duquesa de esta casa.
Sacha se levantó de la cama y fue de inmediato por agua, la servidumbre todavía no se levantaba aunque el reloj ya marcará las 10 de la mañana.
Y con las manos desnudas fue a conseguir agua al viejo posó, transportarla le tomo tiempo, puesto que su cuerpo aún era débil y frágil.
—esto no lo voy a olvidar sin duda maldito duque. —dijo sacha poniendo todo su esfuerzo en cargar la pesada cubeta.
Al llegar a la habitación encontró al bebe despierto en los brazos de su hermano mayor, sacha aguanto para no derramar las lágrimas, dos niños inocentes sufrirían por los errores de su madre y eso era algo horrible, ella tenía
que hacer algo para sacarlos de esa miseria.
Sacha se acercó al pequeño Dylan y lo despertó para poder bañarlo, el niño tenía marcas de maltrato y de mordeduras de varios animales rastreros por todo su cuerpo al igual que el bebé, ella se notaba desnutrida y con las mismas marcas.
Esto es imperdonable como pudieron ellos hacerle esto a un ser tan inocente, sin duda esto no lo dejaré pasar.
Sacha término por derramar las lágrimas qué tenía guardas desde que llego a este mundo tan cruel, lloro desconsoladamente por la situación tan mediocre en la que ambos niños se encontraban.
—mama¿Estás bien?
—esto no lo voy a perdonar, no se los voy a perdonar.
—mamá de que hablas me estás asustando, por favor deja de llorar.
El niño ya tenía lágrimas recorriendo su rostro, ver a su madre llorar por primera vez le causaba un sentimiento de tristeza muy profundo.
—mamá te juro que me haré más fuerte para que no vuelvas a llorar.
El niño rodeó con sus brazos a sacha para darle un abrazo de consuelo.
Mi hijo no puede ser más lindo te juro que no volveremos a ser tan vulnerables, yo me hare más fuerte para que tú no tengas llorar jamás mi vida.
Sacha le correspondió el cálido abrazo sollozando por las palabras del niño, él no era su hijo verdadero, pero ver a un niño en ese estado le dio tanta rabia he impotencia ¿y a quién no le daría?.
No se los perdonaré esto no se los perdonaré jamás escorias desvergonzadas, les haré pagará por cada lágrima qué mi niño derramó.
Sacha bajo con sus dos hijos al comedor en donde los sirvientes comían con comodidad en la amplia mesa de banquete donde solo los duques podían comer como si ellos fueran los dueños del lugar, al ver a la duquesa llegar nadie se molestó en pararse a recibirla y la ignoraron, todos pensaban que si se ponían de acuerdo para ignorarla la duquesa no podría hacerles nada.
—todos de pie.—dijo sacha sería y con un tono de voz firme.
Todos se quedaron en silencio, hasta que un hombre del otro lado del cuarto se levantó y le grito con desdén.
—¿y que si no queremos?
Tengo que sacar a los niños de aquí ellos no pueden ver nada de esta mierda.
Sacha dio la orden al mayordomo para que se llevara a los niños con él y la dejaran sola con toda la basura.
Al momento de que el mayordomo salió con Dylan y lily sacha fue directo por una espada afilada qué colgaba de la pared en modo de adorno, comprobó su filo y la balanceo, cuando el mismo hombre desvergonzado volvió a gritar.
—¿Qué va a hacer una mujer inútil como tú con una espada como esa? Por favor duquesa deje eso o se va a lastimar y nosotros no vamos a limpiar su sucia sangre de perra.
Todos aquí son unos hijos de puta, pero eso es algo bueno así no tendré que dividir entre los buenos y malos.
Todos en la sala soltaron una sonora carcajada burlándose de la duquesa, está los ignoro y camino directamente al asiento donde se sentaba el bastardo qué se había atrevido a insultarla.
Sacha puso la espada en su cuello y lo rebano como si este fuera de mantequilla dejando caer su cabeza al suelo manchando la alfombra, el silencio reino en el comedor todos estaban impactados y quisieron salir de la habitación lo más rápido posible, pero la duquesa se apresuró a decir en voz alta y firme.
—el primero en salir de la habitación será torturado por 27 días y 28 noches.
Ahora si verán de lo que es capaz esta duquesa con sangre de perra.
Todos se detuvieron en seco y se miraron entre sí ¿la duquesa haría eso? No lo sabían, pero sin duda no podían arriesgarse.
Pronto toda la servidumbre se arrodilló a suplicar a los pies de la duquesa qué los perdonará, pero esto la lleno aún más de rabia
"Ahora si muy buenos para rogar".
Sacha corto con una sola espada las manos de cada sirviente arrodillado estos suplicaban qué se detuviera y varios ya habían intentado salir siendo detenidos por sacha al final el cuello de cada sirviente fue rebanado.
Al fin y al cabo solamente eran sanguijuelas qué se robaban el dinero de su amo no merecían más que eso, ahora tiene lo que merecen.
El mayordomo entró y aviso a la duquesa qué los niños habían salido a dar un paseo.
—contrata nuevos sirvientes para que limpien este desastre.
—lo siento mi señora, pero tiene que obtener permiso de la anfitriona de la casa para hacer eso.
—¿y esa que no soy yo?
—lo siento, pero el duque dejo como encargada a su madre así que es a ella a la que tiene que dirigirse yo intente convencerla en contratar más gente, pero ella se negó.
—bien, dile a ella que venga y no sé cómo, pero limpia este desastre.
—si, mi señora.
Maldita sea la sangre mancho el único traje decente qué tengo.
Sacha ahora estaba cubierta con sangre en sus manos y en su cuerpo por primera vez en sus dos vidas había matado a alguien.
—se siente bien.—pensó mientras se dirija al dormitorio para darse un baño de nuevo.
Al terminar de darse el baño y cambiarse de ropa fue directamente a ver a sus dos hijos en el jardín, ambos pequeños jugaban con las flores y los animalitos qué había en el suelo.
En cuanto el pequeño Dylan vio a su madre corrió a sus brazos para abrazarla y le dio una corona de rosas para que se la pusiera en la cabeza.
—¿te gusta vivir aquí cariño?
—no mamá, no me gusta, la gente es mala y tengo miedo de que mami se ponga triste otra vez.
—no te preocupes cariño, mami hará lo que sea por ti y por tu hermanita jamás los voy a abandonar, no otra vez.
—¿me lo prometes?.
—te lo prometo.
Los tres compartieron un cálido abrazo después de haber pasado, por tanto, ahora venía la calma.
—mami, Lilly tiene hambre.
—es cierto, todavía no desayunamos, pero...
No puedo meter a los niños al comedor porque los cadáveres probablemente todavía no han sido limpiados y esa imagen lo puede dejar traumas.
—¿qué tal si hacemos el desayuno y comemos aquí?
—¿como un pícnic?
—sí, es exactamente eso.
—si, sí, hagamos eso. —Dylan estaba emocionado por seguir compartiendo tiempo con su madre.
Sacha cargo en sus brazos a Lilly y tomo de la mano a Dylan para ir en busca de un poco de comida, al llegar a la cocina no encontraron absolutamente nada todo se lo habían comido y no dejaron ni las migajas.
—esos hijos de... —sacha estaba apuntó de decir una grosería, pero se detuvo por la presencia de su hijo.
—mamá no tengo tanta hambre.—dijo el niño para que su madre no se preocupara más.
—tengo una idea, aquí cerca hay un pueblo que tal si bajamos a comer ahí.
Esta mansión tiene sus carruajes en mal estado es seguro que si subo a uno resultara en un accidente fatal.
Por suerte sacha en su vida pasada era una gran atleta por lo que no tuvo problemas en subirse y manejar al gran caballo qué reposaba en el establo.
Y con sus dos hijos, una espada para protegerlos y algunas joyas emprendió el viaje para llegar al pueblo.
Al llegar se bajaron en una cafetería local en donde nadie los reconoció como duquesa o heredero a la única persona del ducado qué conocían era al duque luterano al que le debían respeto.
7 años casados y nunca me presentaste a mí o a mi hijo como tu familia eres en verdad una basura maldito duque luterano puedes meterte tu título por donde más...
—mamá ¿qué vamos a comer?
Sacha aún no tenía dinero para comprar comida por lo que tuvo que empeñar algunas joyas de la antigua sacha, el mercader no dijo nada acerca de que las joyas eran de la mansión luterano porque todos los sirvientes las vendían en el mismo lugar, otro sirviente qué fuera a vender las mismas joyas no era nada nuevo.
Después de cambiar las joyas por dinero regresaron ala cafetería a comprar las cosas más caras del menú.
—buen día, que va a ordenar. —dijo una mujer pelirroja, detrás de ella había una niña pequeña, pelirroja igual, de grandes ojos verdes.
—hola. —dijo Dylan para saludar a la niña, pero esta no respondió.
—¿es tu hija? —pregunto sacha.
—oh, si, si se llama jazmín, pero es muy tímida.
—ya veo, él es mi hijo se llama Dylan.
—es muy lindo, mucho gusto soy luna no te había visto por aquí ¿eres nueva en el pueblo?
—oh, si, si estoy de paso, mi nombre es sacha brut.
— qué lindo nombre, puedes quedarte tanto como quieras el pueblo es muy tranquilo.
Sacha llevaba a su hija dormida sujetada con una cobija a su cuello como un cangurera y esta no se había despertado en todo el día, después de que la comida llego la mesera luna se sentó junto a sacha para platicar un poco.
Dylan y jazmín jugaban en el suelo con juguetes de madera qué Dylan había sacado de la mansión.
—¿Entonces estás planeando salirte de tu casa sacha?
—no, no, esa es la última opción, quiero mejorar las cosas tanto como pueda para que a Lilly y a Dylan no les falte nada.
—te entiendo, yo también me salí de mi casa cuando tuve a jazmín, mis padres no me querían y mi marido me golpeaba así que un día decidí huir y no volver a verlo jamás.
—¿y qué paso con tu marido?
—no lo sé, al final él no me busco y yo no lo busque a él, yo no necesito nada de ese bastardo bueno para nada.
—¿entonces esta cafetería es tuya?
—por supuesto, esta es mi cafetería yo la puse desde abajo cada ladrillo qué ves en las paredes lo puse yo misma con mis propias manos.
—increíble.
El tiempo había pasado rápido y pronto empezó a oscurecer sacha tenía que regresar de inmediata a la mansión
La conversación se alargó demacrado, ojalá y los cadáveres ya no estén.
—nos vemos luna, espero verte pronto.
—igualmente sacha cuídate mucho.
Las mujeres se despidieron y sacha se subió a su caballo lista para irse a la mansión de nuevo.
—Oye, cariño ¿Lilly duerme mucho?
—si, ella duerme demasiado talvez está muy cansada.
—talvez sea eso.
Al llegar se encontró con un carruaje un poco peculiar en la entrada, uno que nunca había visto.
Al entrar a la mansión una mujer de cabellos rojo intenso la esperaba pacientemente en el sofá de la recepción.
—Dylan ve a dormir, yo voy para allá en un segundo.
En cuanto Dylan subió la escalera la mujer más vieja se acercó a sacha y le propinó una cachetada despertando a Lilly de su sueño.
—¿qué horas son estas de llegar? Ya lo sabía maldita zorra te acuestas con alguien más verdad.
—señora, ¿Quién es usted?
—maldita perra ¿ahora no te acuerdas de mí? ¿Ese veneno te afecto tanto la cabeza? Yo soy la anfitriona de esta casa la madre del duque, Georgia luterano, grábate eso en la cabeza zorra desvergonzada.
—bien si en esas estamos, yo soy la duquesa sacha luterano esposa de el duque Edmund luterano, madre de Dylan luterano heredero del ducado de luterano, no soy ni una zorra, ni una desvergonzada “madre”.
—ja, te dan un poco de prestigio y ya te sientes dueña del lugar, mi hijo el duque me dejo a cargo de esta casa y si yo quiero te echo a la calle con todo y niños, después de todo no sabemos si esos niños en verdad son del duque.
—bien écheme si quiere, total en esta maldita casa no hay ni una miserable papa para comer y así usted dice ser la anfitriona, pues su liderazgo es bastante inútil, señora.
—ja, ¿y qué vas a hacer si te dejo sin comer? Quejate con mi hijo si quieres ve y cuéntale cada una de las cosas que has pasado, vamos, al fin y al cabo él siempre me hace caso a mí y no a una perra sin modales como tú.
Al final la mujer término por irse sin darle tiempo a sacha para que respondiera correctamente.
Le enviaré esa maldita carta al duque ya verá a quien le hace más caso vieja idiota espero que prepare muchas disculpas cuando saque sus malditas cosas por la ventana del quinto piso.
Sacha no se fue a la cama hasta terminar la carta que le tenía preparada a su esposo en donde de forma amable le contaba sobre Dylan y Lilly para poder ablandar su corazón y que pudiera hacer la a ella anfitriona del hogar de buena manera.
A día siguiente sacha bajo de nuevo al pueblo acompañada de sus hijos y entrego la carta en la postal para que se la entregarán a su esposo en el campo de batalla después paso a desayunar en la cafetería de luna.
Una semana después llegó la tan esperada carta de respuesta y con dos simples oraciones mando al carajo todo lo que quería hacer para rescatar el hogar de la sacha original y el de sus hijos.
"Solo quédate quieta y no hagas enojar a mi madre."
Mierda, las cosas se salieron de las manos, ya no queda otra opción más que escapar, lejos, muy lejos de aquí.
Sacha bajo al pueblo como de costumbre a visitar a Luna para olvidarse un poco de los problemas que se le venían encima.
—sacha, ¿cómo amaneciste?
—mal, Lilly lloro toda la noche y Dylan no pudo dormir.
—es normal, a esta edad es muy fácil que se despierten en la noche ¿y tu esposo no te ayuda?.
—no, mi esposo es un completo inútil, quiero divorciarme de él lo antes posible, pero él no va a querer y ya sabes como son las leyes de este país.
—si es muy difícil ser mujer en estos tiempos y ¿Qué piensas hacer?
—voy a escapar, no tengo de otra, ¿tú no conoces un lugar muy lejos de aquí en donde nadie pueda encontrarme?
—lejos solo el pueblo pesquisón, está a unos 10 días a caballo puedes vivir ahí, es un pueblo aislado y tranquilo toda la gente se conoce entre sí por lo que estarás segura.
—muchas gracias lunas has hecho tanto por mí.
—no te preocupes para eso están las amigas.
Ambas mujeres se dieron un cálido abrazo para después despedirse, sacha volvería a visitar a su amiga en un futuro cuando las cosas estuvieran más tranquilas.
Los días pasaron con normalidad la suegra contrato nueva servidumbre, pero esta seguía ignorando a sacha y la evitaban a toda costa porque sabían que la duquesa estaba loca y sus cabezas podían rodar por el suelo si llegaban siquiera a mirarla.
Estoy lista para irme de este infierno en donde mis hijos no reciben lo que merecen como herederos al ducado y no pienso rogarle a esa vieja por un miserable bocado.
Nadie atendía a sacha por lo que nadie se dio cuenta cuando ella tomó sus maletas a sus dos hijos y su espada de confianza para después subirse al mejor caballo del establo y escapar.
Emprendió el viaje y en un día ya estaba fuera del ducado sacha sabía que tenía que tener extremo cuidado con los extraños y su cabellera blanca y ojos azules no le ayudaban mucho a camuflarse, de pronto a lo lejos se vislumbraba un carruaje muy diferente a los del ducado, parecía qué alguien había venido de visita he iba rumbo a la mansión luterano.
Sacha le puso la capucha al pequeño Dylan y escondió a Lilly entre sus ropas para que no fueran vistos por los extraños y fuera tomada como una mujer débil a la cual podían tomar fácilmente.
—Hola. —dijo un hombre de cabello negro y ojos rojos, al ver a sacha encima de un caballo negro he imponente se le hizo la imagen más hermosa que jamás haya visto y no dudo en saludarla.
La sacha original era tratada como un ángel de hermoso rostro y figura esbelta, ella lo sabía de antemano por qué todos se lo decían, pero ser así de llamativa es más una maldición qué una bendición mucha gente puede notarme a lo lejos lo que hace esta misión aún más peligrosa, espero que este sujeto extraño no haga nada estúpido o tendré que rebanarle el cuello.
Sacha ignoro el llamado del duque por lo que este se bajó de su carruaje de inmediato para detener su caballo y llamar su atención.
—disculpe bella damisela ¿el ducado está por allá?
—sí, es por allá, siga derecho en esa dirección y quítese del camino. —sacha sostuvo con fuerza su espada por si el extraño quisiera aprovecharse de ella.
El hombre quedo asombrado por la forma de hablar tan relajada qué sacha tenía, en esos tiempos una mujer jamás le hablaria así a un hombre, eso era impensable
—Entonces porque usted bella dama va en sentido contrario, el camino más dentro del bosque es peligroso porque hay feroces bandidos, permítame llevarla de regreso.
—gracias por su propuesta, pero no necesito de ningún niño bonito que me proteja y hacia donde me dirijo eso a usted no le importa, si no se quita del camino le voy a pasar el caballo por encima. —sacha dio la orden al caballo para que siguiera avanzando por lo que al duque no le quedo más remedio que quitarse del camino.
—ella es preciosa.
—duque lorenz, no se baje así del carruaje podría resultar herido.
—no me pasó nada, mayordomo exageras mucho.
El duque lorenz siguió su camino en dirección a la casa luterano sin dejar de pensar en la dama rebelde qué había cruzado su camino.
—¿ese maldito perro quien se cree para interrogarme así?. —dijo sacha.
—es que mami es muy bonita. —dijo Dylan quitando su capucha de la cabeza.
—no, cariño tú eres más lindo que mami y que cualquier otra persona en el mundo.
—Lilly también es muy bella.
—si, Lilly es una princesa muy bella
El caballo siguió avanzando por el camino de tierra hasta que callo la noche y tuvieron que dormir en lo profundo del bosque lejos del camino, sacha hizo sopa en una olla para que comieran ella y Dylan, la pequeña Lilly fue amamantada antes de que callera dormida otra vez.
A veces agradezco que Lilly duerma tanto, aunque me sigue pareciendo demasiado raro que haga eso todo el tiempo.
Dylan pronto se quedó dormido en el regazo de su madre y sacha no durmió en toda la noche para estar atenta a su alrededor y poder proteger a los niños, logro qué ambos se durmieran cantándoles canciones de cuna, por suerte el bosque no era un lugar tan peligroso, el único inconveniente es que había muchos bandidos como le había dicho luna, pero por suerte todavía no se había topado a ninguno.
Al día siguiente sacha tomo sus cosas muy temprano en la mañana y continuó su viaje, en una hora ya habían salido del bosque quedando en una verde llanura.
Unos caballos se apresuraban hacia sacha y esta aceleró el paso para poder perderlos, pero pronto la alcanzaron.
Sacha puso la capucha en la cabeza de Dylan para que no lo vieran y le dejo a Lilly en sus brazos para que la cuidara.
—no habrás los ojos hasta que yo te diga ¿ok?
—Sí, mama.
—valla ahora sí que nos tocó una buena. —dijo un hombre saboreando con la mirada a sacha.
Todos son bandidos, se nota por sus ropas y los modales qué usan para referirse a una mujer, sin duda gente muy repugnante.
—¿qué quieren?
—valla la gatita tiene colmillos. —el hombre intento tomar a sacha de la cintura, pero esta le corto la mano con la espada, sin chistar.
—ah!! Maldita perra, rápido amrrenla antes de que se escape.
Todos se abalansaron hacia ella eran, al rededor de 10 hombres, sacha aprovecho para poner en práctica las habilidades de su vida pasada y corto por la mitad a cada hombre que se el acercaba y termino por matar a los 10 hombres más rápido de lo que pensaba.
¿Esos son bandidos? ¿Por que son tan débiles? Tsk, no importa de todos modos ya están muertos.
Sacha termino cubierta de sangre por lo que no pudo subirse al caballo de nuevo y solo le pido a su hijo que no se quitara la capucha para después guiar al caballo en busca de agua.
Después de caminar por unos minutos llego a un pequeño arrolló en donde sumerjio su cabeza y lavo su cuerpo.
—Dylan,¿no te quieres bañar con mamá?
—mamá, Lilly no despierta y esta muy caliente.
—QUÉ?
Sacha corrió a tocarle la cabeza a Lilly y efectivamente estaba ardiendo en fiebre.
Sacha subió de inmediato al caballo y con las manos en las riendas hizo qué el este corriera lo más que podía hasta llegar a un pequeño pueblo.
Al llegar se bajó del caballo y pregunto a la gente que pasaba donde podía conseguir un doctor.
—lo siento, el único doctor de este lugar está afuera del pueblo y no sabemos cuando volverá. —dijo una mujer
—pero hay un doctor en el bosque qué está como a 3 horas de aquí puedes llegar por este camino, su te apresuras puedes llegar más rápido. —comento un hombre.
Sacha subió de nuevo al caballo y corrió en la dirección que le había dado el hombre rezando para que la fiebre de Lilliy no aumentará más.
—mamá, estoy mareado.
—perdón Dylan, perdoname, perdoname.—el caso aun no era grave pero sacha ya se estaba lamentando por no poder ir más rápido.
—mamá, por favor no digas eso.
—si, se puede lograr, todo se puede lograr.
Con prisa se adentraron al bosque en busca del hombre sabio qué vivía en la cabaña.
La cabaña era muy difícil de encontrar no había referencia qué les indicará qué estaban lejos o cerca de llegar.
De lejos se notaba que encontrar esa cabaña una a ser más difícil de lo que sacha pensaba.
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