Hoy me acabo de graduar oficialmente como chef internacional con honores. Conseguí una beca en una de las mejores escuelas de cocina en París. Con un trabajo de medio tiempo en el restaurante turco de mis tías, logré por fin graduarme. Mi principal objetivo es llevar la gastronomía turca muy lejos a nivel mundial. Mi madre quedó de venir a la ceremonia, pero hasta ahora no ha llegado y no me responde el teléfono. Llamé a casa de mi abuela, pero nadie dice nada. Creo que lo mejor es partir cuanto antes a Mardin.
Saliendo de mi ceremonia, me paré afuera del hotel donde se realizaba la fiesta a esperar un taxi. Era una perfecta noche de abril en París. Sentí una sensación extraña que no me dejaba en paz. Fue la misma sensación que sentí el día que papá tuvo ese accidente y murió. Quizás es mi imaginación, pero veo unas camionetas en frente estacionadas. Sentía que me observaban. Presa del pánico, decidí entrar al hotel nuevamente.
Esperé un rato dentro, observando de vez en cuando si las camionetas se habían ido, pero seguían ahí. Estaban como esperando por mí. Decidí pedir un café para relajarme un poco, porque ya me sentía histérica. Pensé que podía ser por el alcohol que me ponía un poco maniática y me hacía imaginar lo peor.
Bebía mi café cuando un hombre guapísimo, alto, de ojos azules y traje negro, se sentó a mi lado. Me habló en turco como si supiera mi nacionalidad.
-¿Por qué me haces esperarte tanto, querida? Sabes que un hombre tan ocupado como yo no espera.
-Disculpe señor, no tengo idea quién es. Creo que me confunde con otra muchacha. Solo estoy bebiendo un café para volver a casa con mis tías en taxi.
-Me gusta que mi esposa sea una mujer de casa. A pesar de vivir aquí, te comportas y mantienes mi honor.
-Eres imbécil. Te estoy diciendo que no te conozco en absoluto y no me interesa conocerte.
-Jajajaja, bueno, no me presenté como debía al parecer. Soy Aslan, jefe de tu tribu en Mardin. Asumí ese lugar hace 3 años, y también soy tu futuro esposo.
Quedé perpleja. Acababa de insultar al jefe de la tribu, quien era como un rey en una monarquía. Para nuestras tradiciones en mi país, solo espero que no sepa mi apellido, porque mi familia podría estar perdida. Si él decide dejarnos en la calle, lo hará, y todo por mi estúpida boca.
- Señor, disculpe por favor, no sabía quién era usted, ¿pero por qué me dijo que era mi futuro esposo?
- Porque lo soy y vine por ti. Tu hermano Kerem te envía saludos.
- ¿Mi hermano?
- Sí, tu hermano. Supongo que por tu reacción no te dijeron nada, ¿verdad?
- ¿Decirme qué?
- Que tu hermano me pidió una gran cantidad de dinero. Me estafó y me estoy cobrando contigo.
- No juegue conmigo, por favor.
- ¿Me ves cara de querer jugar, niñita? ¿Crees que habría volado desde Mardin a París solo por jugar? Tu hermanito me pidió dinero, el cual era para escapar de la ciudad con mi hermana Safiye y casarse en secreto. ¿Tú sabes lo que le hacemos a las parejas que huyen sin permiso del jefe, verdad? Por la consideración que mis padres le tienen a tu familia por ser personas de honor siempre, les perdoné la vida, pero con la condición de seguir las tradiciones. Y eso es casarme con su hermana. Al principio, odié la idea de tener que hacerlo con tu hermana menor, que solo tiene 10 años. Así que los ancianos decidieron que tú ocuparas el lugar de Gül.
- Esto no puede ser así, Kerem. ¿Qué diablos hiciste, pedazo de excremento? Mesero, por favor, un whisky doble.
Terminó de decir esas palabras y sentí un dolor horrible en mi cara, lo cual me hizo llorar al instante. Los presentes quedaron atónitos por tal situación. El hombre junto a mí daba tanto miedo que los presentes no me ayudaron. Tampoco lo harían, eran sus hombres sentados en las mesas disponibles.
- Primera lección como mi mujer: jamás digas malas palabras frente a mí.
- Voy a denunciarlo a la policía. Usted no puede tratarme así. Yo no soy su esclava. Existen leyes que protegen a las mujeres de la violencia.
- ¿Y qué vas a decir? ¿Que mi marido me golpeó por grosera? Ahora muévete, que tenemos una boda que realizar en unas horas en Mardin. Ya tengo tu pasaporte y tus tías hicieron las maletas con tus cosas.
"Esto es injusto. Yo no me pienso casar contigo", dijo ella.
-¿Ah no? Vamos a ver si dices lo mismo -respondió él.
Se paró a su lado, la tomó del pelo y la arrastró hasta su camioneta. Una vez adentro, la tomó nuevamente del pelo y la besó con tanta furia que despertó algunas cosas en zonas de su cuerpo. La soltó y se dirigieron al aeropuerto de vuelta a Mardin. Ella se mantuvo callada todo el camino hasta el avión. Bajó de la camioneta cuando él se lo indicó y caminaron rodeados de hombres hasta el avión. Una vez arriba, le pidió permiso para ir al baño. No fue al típico de los aviones comunes, sino que era parecido al de un hotel, estaba dentro de una habitación en el avión que tenía cama y sillones. Orinó lo más rápido que pudo y aprovechó para lavarse. Al salir, había ropa más cómoda para el viaje. Decidió cambiarse y pensó en darse la vuelta para tapar su cuerpo, pero él se sentó en un sillón para verla desnuda. Decidió cambiarse frente a él para que viera su cuerpo. Al principio fue un poco vergonzoso, pero después le pareció excitante la idea de que un hombre la viera desnuda. Se quedó desnuda un tiempo hasta que él le permitió vestirse.
-Ven aquí, siéntate en mis piernas. Eres muy hermosa, Asra. No por nada dicen que eres la más bella de Mardin, digna esposa de un hombre como yo -dijo él.
En eso se levantó, la besó de forma apasionada y se retiró. La dejó para que se vistiera. Al salir, el piloto les informó que despegarían en 2 minutos. Fue volando de regreso a casa. Por fin dijo casa, ¿más bien creo que es a pagar una condena en el infierno?
Aterrizamos en la pista. Aún no puedo creer lo que este hombre acaba de decir. Los guardias me dejaron en mi casa ya que debíamos iniciar las celebraciones de la boda. Quería gritar, pero sabía que nadie haría nada por mí. Estaba condenada a una vida infeliz por el resto de mis días. Maldito sea mi hermano.
No quería entrar a mi casa porque no quería verle la cara a nadie de mi familia. Estaba cansada de siempre tener que pagar por los errores de otros. Primero tuve que usar todo mi fondo de universidad para pagar la hipoteca del banco porque mi hermano perdió toda la producción de olivos que teníamos para exportar.
Era la tercera hija de 5 hermanos y siempre debía pagar por todo lo que los demás hacían. Por eso, cuando mi abuelo me apoyó para ir a París, me sentí feliz de salir de mi realidad diaria de ser el chivo expiatorio de los errores del resto. Ahora debía ser la esposa de un hombre que me daba miedo. Era un psicópata que solo me vería como un objeto en su cama.
No era un hombre feo físicamente, pero su cabeza estaba retorcida. Si hubo momentos eróticos entre los dos, pero una vida y una familia no se sustentan en eso. El sexo se basa en el respeto mutuo y se podría decir que en horas de compromiso, ya me había mirado como un cuerpo a quien coger y me había levantado la mano. Linda manera de empezar una relación.
Crucé la puerta y estaba toda mi familia reunida en la mesa del patio. Mi madre no me daba la cara. Besé la mano de mis mayores en señal de respeto. Iba directo a mi habitación cuando mi abuelo me pidió sentarme a la mesa.
-Asra, ¿cómo sabes que mañana será tu boda con nuestro jefe de tribu? Realmente estoy muy contento de que mi familia sea pariente de nuestros señores. La verdad siempre supe que te casarías con un hombre importante.
-Abuelo, me están obligando a casarme porque no tengo otra opción. Si escapo, matan a mi madre y mis hermanos. Todos seremos deshonrados y nuestro apellido será avergonzado en la plaza de Mardin.
"Bueno, las circunstancias que llevaron a tu casamiento quizás no son las adecuadas, pero esta unión será muy beneficiosa para todos. Y si realmente esa cabecita tuya tiene ambición, sabrás usar todas las enseñanzas que tu madre te dio y dejarás en alto nuestro honor. Ahora ve a descansar un poco, hoy tendrás tu noche de jena.
No podía creer que mi familia no hiciera nada por mí. En Francia aprendí muchas cosas sobre los derechos de la mujer. No somos esclavas, pero hacerle entender eso a un hombre de 80 años criado en más de 500 años de tradición era imposible. No me quedaba más que someterme a las decisiones de otros. Podía gritar que no con todas mis fuerzas, pero nadie escucharía. Las costumbres de una familia priman sobre los valores de una persona."
Dormí un par de horas y desperté con la música de la fiesta. Estaban reunidas todas las mujeres de la familia. Frente al sofá de mi cama estaba sentada mi madre, llorando mientras me veía dormir.
- ¿Qué hora es?
- Cerca de las 9 de la noche.
- Mamá, sabes que no puedo hacer esto. Por favor, ayúdame a escapar. Necesito que me saques de esto. No es mi culpa lo que hizo mi hermano.
- Hija, ¿quién más que yo quisiera librarte de esto? Tenía la esperanza de que en París pudieras arrancar. Traté de avisarte, pero tu tío Hakam nos quitó los teléfonos.
- Tengo miedo. Ese hombre es un psicópata, mamá. Me abofeteó y me obligó a desnudarme frente a él.
- Hija, él será tu esposo y te verá más veces desnuda. En cuanto a la bofetada, así el hombre impone respeto en nuestra tribu. Ahora date un baño y alístate. Están esperándote para tu noche de henna.
Me quedé sola en mi habitación con ganas de llorar. No sabía cómo asimilar lo que se vendría mañana. Para mí, una boda era un funeral. Me preparé con el atuendo típico color rojo que usan las novias en su noche antes de la boda. Salí a la fiesta. Todos esperaban por mí entre cantos y bailes. Para ellos, era una fiesta. Para mí, solo era un paso más a mi cruel destino.
La fiesta transcurrió muy lenta. Terminó a eso de las 2 de la madrugada. Subí entre cantos y bailes de mi familia a dormir. Bueno, como si eso fuera posible. Entré a mi habitación para quitarme el vestido. No veía mucho, así que encendí la luz. Casi morí del susto al verlo sentado en mi cama.
- Casi muero del susto.
- Jajajaja, sabía que te sorprendería verme. Quería asegurarme de que mañana llegues y para advertirte que tengo tu casa vigilada. Y por sobre todo, que te comportes como una dama.
¿Por qué no me llamó por teléfono para decirme algo tan sencillo como "si no te casas, tus seres amados se mueren"?
- No se preocupe, señor Aslan. No pretendo huir. Cumpliré la tradición y mañana a esta hora seré su esposa.
- Así me gusta, bella y obediente como la esposa de un jefe.
Guardé silencio ante sus palabras. En eso, me pone contra la muralla y me besa apasionadamente, como si yo fuera un pozo de agua y él un camello sediento en el desierto. En eso, entra mi prima Leila, quien me odia desde que nací. Al vernos, cierra rápidamente la puerta con llave, dejándonos encerrados en mi habitación.
-Abuelo, mi prima Asra está con un hombre en su habitación teniendo relaciones sexuales.
-Me van a matar, estoy perdida.
Mi abuelo y mis tíos entran con sus armas a mi habitación. Aslan entró al baño, así que al entrar, estaba sola. Mi abuelo me abofetea y caigo al piso del dolor. Tío Hakam me pateó un par de veces en el piso, hasta que sale el maravilloso jefe de su tribu a mi rescate. Todos se asustaron al verlo, no podían creer que el supuesto hombre era él.
-Por fin vinieron a sacarme de aquí. Estaba conversando con mi mujer, sentado en este sillón, cuando esa loca entró, nos encerró y comenzó a gritar despavorida.
-Señor Aslan, disculpe. Nosotros pensamos que mi nieta estaba faltando a su honor, por eso entramos así. Mi nieta Leia se confundió seguramente y pensó que Asra hacía algo malo.
-Solo vine a entregar su oro para que use mañana con el vestido. No quise enviarlo con mis hombres, quería que Asra personalmente escogiera las piezas que vayan mejor con el vestido. No le falte el respeto a su casa y a su honor. Estábamos con la puerta abierta y ella estaba a más de un metro de mí. Por su honor, no se preocupe porque investigué todo sobre Asra antes de aceptar el matrimonio. Ella es una mujer completamente honrada.
-Disculpe el malentendido, mi señor.
-A mí no me pida disculpas. Asra es la que debe recibir las disculpas, y de todos, incluyendo la mentirosa de su otra nieta. Es normal que tenga envidia por Asra. No todas las de Mardin se casan con el jefe de la tribu. Ahora les pediré que se retiren porque Asra debe escoger las joyas de mañana. Nos vemos, querida, hasta mañana.
Mi abuelo y todos salieron sin decir ni una sola palabra. Me dejaron sola en mi habitación. Miré todas las joyas que me trajo Aslan. En mi vida, había visto tanto oro. Mi anillo de compromiso era una esmeralda rodeada de pequeños diamantes. Debo asumir que me enamoré de ese anillo. Elegí lo que iba a usar para mañana, me puse pijama y me acosté a dormir entre los gritos de Leia, quien estaba siendo reprendida por el abuelo y su padre.
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