Desde los 25 años he estado con Gabriel, un hombre apuesto, simpático y con muchos sueños, realmente es un gran hombre, hemos estado juntos por más de 5 años. Actualmente tengo 30 años y él 32, nos conocimos en una reunión de amigos; por medio, de una amiga en común y desde allí un sentimiento hermoso creció entre los dos. Han sido cinco años de aprendizaje, donde ambos hemos cultivado esta historia; que ha sido hermosa, o por lo menos eso creía.
Yo soy una mujer común, dedicada a la familia, al trabajo y al amor. Antes de conocer a Gabriel mi vida se caracterizaba por la monotonía, todo el tiempo estaba en una planicie sin ninguna motivación. Pero él llegó y convirtió mi vida gris en color, su sola presencia hizo que mi vida se transformara. Él logró que se encendiera una llama de vida, que no sabía que existía; después de eso empecé a gozar de las cosas que tiene él amor. Actualmente seguimos juntos y realmnete, me siento plena y feliz.
Estoy en el consultorio, se me había olvidado comentarles que soy médica y trabajo en uno de los hospitales de la ciudad. Estando ahí recibo un mensaje de un número desconocido, que dice “si quieres, saber que está haciendo tu noviecito, ven a esta dirección”, quedo sorprendida por esto; sin embargo, confío en Gabriel y nada hará que dude; entonces ignoro el mensaje y continuo revisando unas historias clínicas. Después de unos minutos vuelvo a recibir otro mensaje de ese mismo número, pero esta vez envía una foto del carro de Gabriel entrando a un edificio. No puedo negarles que siento mucha curiosidad, y tengo mil preguntas como, por ejemplo ¿que interés tiene esta persona en sembrarme dudas sobre Gabriel?; así que le escribo “¿quien es?, ¿cuál es su interés en todo esto?, espero respuesta pero no hay ninguna, así que continuo con mi trabajo, después de 30 minutos, vuelve ese número a escribirme, me envía de nuevo una foto y debajo dice “¿esta no es tu amiga Camila?, que curioso que esté en el mismo edificio de tu noviecito”; con este mensaje si logró sembrarme la duda; así que hablé con la jefe de enfermería, para que me cubriera unos minutos, después de eso tomé mi auto y me dirigí a ese edifico.
Al llegar, llamo a Gabriel para saber que hacía en ese edificio, pero él no respondió, entonces estaciono al frente y camino hacia la portería, ahí escucho al selador decirle a una señora — hoy llegaron más temprano los del 603, son el señor Gabriel y su novia la señorita Camila… mi reacción fue de sorpresa, realmente no estoy entendiendo absolutamente nada y tengo muchas preguntas, tomo el ascensor. Al caminar hacia el apartamento, noto que la puerta está entrecerrada, realmente estoy confundida, no sabía que Gabriel tuviera un apartamento en este edifico y menos que Camila supiera de esto.
Entro con sigilo, porque no se que pueda encontrar y me da miedo que sea una trampa, mientras camino hacia el interior, escucho voces, solo puedo identificar la de Gabriel, me acerco más hacia donde vienen los ruidos y al estar más cerca me doy cuenta que Camila mi mejor amiga, si aún así se puede nombrar, le está diciendo a Gabriel — mi amor es hora que dejes a la gorda de Paola, ella lo único que te ha traído son dolores de cabeza… luego de eso, veo cómo se besan, con pasión; mi pecho siente un hueco inmenso, mis lagrimas salen sin control, luego escucho decir a Gabriel — vida mía, sabes que me haría muy feliz que estuviéramos juntos, pero me da pesar con la gordita… esas palabras destruyeron mi vida, no soporto escuchar más barbaridades, salgo pero sin culpa tropiezo con una silla, salgo corriendo de ahí, cuando escucho a Gabriel gritar — Paola, eres tú?… cómo estoy de espaldas no pudo estar seguro, luego bajo las escaleras corriendo, solo puedo pensar en salir de ahí.
Siento tanto dolor, que no puedo explicarlo, dos traiciones en un solo momento, pues la mujer con la que él se encuentra es mi mejor amiga, bueno la que suponía lo era, escuchar la forma como se estaban refiriendo me hizo sentir tan poca cosa, que siento que mi vida se ha desmoronado por completo. Estoy en tal conmoción que salgo sin control del edificio, mi auto está estacionado al frente, así que cruzo la calle sin mirar, un auto frena en seco y alcanza a golpearme levemente, se que es mi culpa, siento que las piernas no me funcionan y me caigo.
Trato de levantarme, pero no puedo, lo peor es que no fue el golpe el que me tiene en este estado, es mi alma la que no permite que mi cuerpo responda, siento como unos brazos fuertes me toman de las manos y una voz fuerte y hermosa dice — cómo se le ocurre cruzarse de esta manera, ¿ está bien?… trato de ver al hombre y sollozando le digo — no estoy bien, pero no se preocupe que usted no me golpeo, físicamente estoy bien, no se preocupe y disculpe por esta situación… trato de apoyarme en el auto pero no soy capaz, entonces siento como esos brazos fuertes y de manos suaves me toman de la cintura y con ese apoyo puedo sostenerme de pie. Con vergüenza, no puedo ver a este hombre a los ojos, entonces solo digo — los siento mucho y gracias por ayudarme… camino rápido hasta mi auto, pero una mano me detiene, este hombre dice — sería muy descortés dejarte ir en ese estado, déjame acercarte… cuando iba a responder veo salir a Gabriel, tratando de arreglar su ropa y gritando — amor que estás haciendo aquí?… lo que menos quiero es hablar con él, así que le digo a este hombre — acepto que me lleve, pero por favor vamonos ya se lo suplico… él me lleva al puesto del copiloto me abre la puerta, después se sube y arranca el auto. Gabriel corre unos cuánto metros detrás del carro, pero es inútil este hombre acelero y cabe resaltar que el auto es de esos deportivos que tienen una gran velocidad. Durante el camino miro por la ventana, siento que he llorado tanto que no puedo coordinar nada y menos sostener mis ojos abiertos. Después de un largo tiempo, vuelvo en si, con los ojos entrecerrados observo que estoy recostada en una cama que huele delicioso, es indescriptible contarles cómo me siento, pero se que pueden entenderme, porque esta sensación es de vacío, como si hubiese estado sedada por mucho tiempo.
Trato de levantarme, me es difícil pero logro sentarme, observo el lugar y es realmente hermoso, la decoración y los muebles son hermosos; no me siento con ánimo de nada, ni siquiera de saber donde estoy, mientras trato de arreglar un poco mi cabello y secarme los ojos, escucho que alguien está entrando en la habitación, cuando volteo a ver, es el hombre que casi me atropella, estoy muy apenada con él, apenas lo veo me levanto de la cama muy rapido, lo miro y le digo — realmente siento mucho todo esto, por favor señor discúlpeme… él me mira con una frialdad que jamás había visto y luego dice — después de que cruzaste esa calle como una loca y casi te atropello, lo menos que me debes es una explicación… bajo la mirada y le dijo — se que estropee su día, por favor discúlpeme, ¿que puedo hacer para compensar todo esto?… él camina hacia mi y con una sonrisa pícara dice — ¿que estás dispuesta hacer?… su expresión me intimida y le respondo — solo tengo palabras de agradecimiento… en la habitación hay un sofá muy grande, él se sienta ahí cruzando un pie y dice — ya te dije cuéntame qué pasó, para que actuaras de esa manera tan desquiciada… lo miro avergonzada y no tengo más opción que contarle el dolor más grande mi vida, no podría explicarle de otra manera mi comportamiento, entonces cierro por un momento los ojos tomo aire y le digo — lo qué pasa es que, me cabo de enterar que el amor de mi vida me ha estado engañando con mi mejor amiga, en el momento que me atreverse en su camino era porque los había encontrado… siento que he llorado tanto que ya no me salen lagrimas, él se queda mirándome sin expresión y responde — quiero proponerte algo, espero que lo pienses y la respuesta final sea un si; para finales de este mes necesito estar casado, por lo que solo me quedan 15 días, quiero proponerte que te cases conmigo bajo un contrato, donde obviamente tú obtendrás beneficios económicos, así te vengarías de tu novio y yo logro mi objetivo… abro mis ojos por la sorpresa que esa propuesta me ha causado, no puedo negarles. que este hombre realmente es muy guapo, es algo así como un dios griego, no entiendo porque me propondría eso a mi; respiro profundo y le digo — no se que responder, me siento perpleja por su propuesta… él se levanta del sofá, se arregla el traje y dice — piénsalo, ahora mi chofer te llevará a tu casa, tu auto ya está en el edificio Paola… cuando quiero preguntarle ¿cómo sabía mi nombre, mi dirección?, él sale de la habitación.
Veo que mi bolso está encima de un buró, lo tomo y veo la hora, no puedo creer que que sea tan tarde, deje mi turno en el hospital, Dios mío, que situación tan difícil, veo mi teléfono y tengo más de 100 mensajes de whatsapp, 20 llamas pérdidas de Gabriel, la jefe de urgencias y de Camila. No tengo ganas de hablar con nadie ahora, así que tomo mis cosas y salgo de la habitación. Cuando busco la salida, un señor de edad mediana me dice — señora, mucho gusto, el señor me dejo instrucciones de llevarla a su casa… lo miro con agradecimiento y le digo — listo si señor gracias… camino hacia la salida y pienso en todo lo que está sucediendo y una tristeza enorme embarga mi corazón. Al llegar al apartamento, llamo a mi mamá porque debe estar preocupada, hablo con ella un buen tiempo, pero no le comento nada de lo que está sucediendo, no quiero preocuparla. Me siento tranquila porque tengo días de descanso, mi turno terminaba hoy, mañana debo comunicarme con mi jefe y explicarle lo que ha pasado.
Hoy es un día en el que no quiero levantarme, pero tampoco puedo dejar que mi vida se derrumbe por completo, veo el reloj y son las 8 de la mañana, no puedo creer que haya dormido tanto, tomo el celular y llamo a mi jefe, le explico que tuve una urgencia personal y por eso no logré cumplir mi turno ayer, ella me dice que no me preocupe, que igual solo fueron dos horas antes de temrinar el turno, pero que la próxima ves trate de avisarle.
Después de esa llamada y la de anoche con mi mamá me siento más tranquila, se que debo enfrentar esto, pero hoy no soy capaz, desde que me desperte no he dejado de pensar en las palabras que escuche, en la forma tan humillante que se refieren a mi, el dolor de sentir la traición de quienes uno cree lo quieren es algo insoportable, a parte que Gabriel ha sido mi único amor, a quien le entregue mis primeras veces en el amor, me entregue sin medida, no me arrepiento de eso; me arrepiento de no haberme dado cuenta que Gabriel ya no me amaba.
Escucho el timbre, me es extraño porque no espero a nadie, a parte el portero siempre anuncia las visitas, así que pienso, debe ser algun vecino que necesita algo, cuando abro la puerta veo a Gabriel en frente mío, y dice —por favor Paola perdóname, se que lo que hice fue horrible, pero no tenía los pantalones de decírtelo… al verlo quedo en shock, no me salen las palabras, mi reacción es cerrar la puerta, pero él detiene la puerta y dice — por favor Paola, déjame explicarte… levanto la mirada y digo — vente de mi casa… él sigue insistiendo — porfavor solo déjame explicarte, grítame, insultame, pegame, pero no te quedes en silencio… respiro profundo y vuelvo a decir — vete… empuja la olla puerta y entra al apartamento a la fuerza, luego empieza a decir — no me iré hasta que hablemos… me alejo de él y le digo — las cosas están muy claras, vete por favor… me escucho tranquila y serena pero por dentro estoy muerta en vida.
Él al ver mi actitud se desconcierta y dice — parece que no me amabas como decías, es extraño que no me reclames… sonrío con ironía y respondo — en este punto no me importa lo que pienses, vete Gabriel, no quiero volver a verte nunca más… después de mi actitud él se torna mal humorado y dice — eres una tonta, deberías agradecer que esté aquí pidiéndote perdón, si vine es porque me das lastima y no quiero lastimarte, pero veo que eres una malagradecida… sus palabras rompieron los pedazos que quedaban de mi corazón, siento un nudo enorme en la garganta, pero solo me sale decir — vete Gabriel… él enfurecido se abalanza contra mi, tiene más fuerza y no logro retirarlo; en ese momento siento una voz fuerte decir — suéltala… Gabriel se voltea y dice — esto no le importa lárguese de aquí… cuando miro de donde salio esa voz, veo a ese hombre misterioso y muy guapo, aquel que de alguna manera me salvo ese día.
Ese hombre tiene una voz muy intimidante y le responde a Gabriel —me importa más de lo que cree, así que o se va por las buenas o no respondo… Gabriel, me abalanza hacia él y le dice — y tú quien eres para meterte en esta discusión?… el hombre con la misma seriedad que lo caracteriza dice — yo seré su esposo… Gabriel se empieza a reír de una manera tan burlona, que me hizo sentir tan pequeña, que no pude evitar la salida de una lagrima; en medio de su risa dice — tú casarte con esta gorda, no me hagas reír… el hombre misterioso lo toma del brazo y lo expulsa del apartamento cerrando la puerta en sus narices. No puedo verlo a los ojos, siento mucha vergüenza por todo lo que acaba de suceder; él se arregla el traje y camina hacia una de las sillas de la sala, mientras se sienta dice —que malos gustos tienes en hombres Paola… camino hacia donde está y le digo — ¿por qué me está ayudando?… él levanta la mirada y dice — es una ayuda mutua, deberías pensarlo mejor, después de lo de hoy ese tipo no se merece menos… bajo la mirada, me siento tan humillada, que me siento tan chiquita; la oportunidad que él me ofrece me dará estatus y valentía para salir de esto, así que le respondo —está bien, acepto… hace una sonrisa pícara y dice — Perfecto, mañana te espero en esta dirección, para firmar el contrato… él se levanta y camina hacia la salida, luego dice — nos vemos mañana… mientras él se aleja le digo —sabes todo de mi, lo mínimo que merezco es tu nombre… hace una pausa pequeña en la puerta, se voltea y dice —Enrique… luego se va; no se si esto sea buena idea, pero yo solo puedo pensar en todo lo que ha pasado con a Gabriel, me siento tan rota que no se si podre reconstruirme.
Me pongo a organizar el apartamento, porque si no activo mi mente en otra cosa seguramente no podría ni levantarme de la cama, mientras estoy ocupada con el aseo de la casa, escucho mi celular timbrar, cuando me acerco veo que me está llamando Gabriel, no le pienso responder, no quiero saber nada de él.
Se que debo enfrentar esta situación para poder cerrar este ciclo de mi vida, pero créanme que este dolor que estoy sintiendo ahora, no me deja pensar en nada. Estos tres dias de descanso me ayudaron a reflexionar sobre lo que ha sido mi vida hasta hoy, no puedo negarles que viví cosas hermosas, por eso mi meta es quedarme con lo bueno y mirar hacia adelante, se que lograre perdonar a Gabriel y Camila, pero primero necesito perdonarme.
Mañana es lunes e iniciará una nueva semana y una nueva vida, cuando me dispongo a dormir suena mi celular, cuando veo es un mensaje de Alejandra, ella es una de mis amigas más cercanas, cuando abro el mensaje, era una foto de Gabriel y Camila anunciándole al mundo su amor, y en el pie de foto decía “contigo estaría dispuesto a ir al fin del mundo si es posible”, Alejandra envía otro mensaje que dice - “que es esto Paola? Dios mío, no entiendo nada. Estás bien?, que ha pasado?”… al ver ese mensaje y la foto, siento un vacío tan grande en mi estómago que las lagrimas empieza a brotar de nuevo, todo en lo que creía se ha desvanecido, no puedo responderle el mensaje a Alejandra, me quedo sentada en la cama perpleja; pienso en que no le importó nuestra relación y me odio por no darme cuenta de que Gabriel ya no me quería.
Estoy sintiendo un dolor tan fuerte que un llanto desgarrador sale del fondo de mi pecho, no logro calmarme, siento como todo ese dolor, se apodera de mi cuerpo, mi teléfono empieza a sonar, pero estoy tan consumida en el dolor que no puedo concentrarme en otra cosa. He llorado tanto, que me siento cansada, me acomodo en la cama y me quedo dormida. No se cuánto tiempo ha pasado, cuando timbran a mi puerta, mis ojos están muy pesados que casi no logro abrirlos; cuando logro hacerlo, voy a la puerta y siento que se abalanzan hacia mi y me abrazan fuerte; después de un rato me doy cuenta que es Alejandra; luego dice — por qué no me hablaste? No tienes porque pasar por esto sola… le sonrío y le respondo — gracias por estar aquí, pero perdóname, no quiero hablar… ella se aleja un poco de mi, cierra la puerta, pone su bolso en la silla y dice —. No necesitamos hablar, ve a tu cuarto que yo me quedaré acá, solo quiero que sientas mi compañía… la miro con nostalgia y le digo — gracias Aleja… luego entro en mi habitación, donde mi único remedio en este momento es dormir.
Mientras me quedo dormida escucho a Aleja hablar con alguien, me acerco a la puerta y la escucho decir — hola Camila, no puedo creer lo que le hiciste a Paola, eres una infeliz traidora, pero tranquila que Dios no castiga ni con palo ni con rejo sino con el propio pellejo… después de eso hay un silencio y luego la vuelvo a escuchar decir — que mala persona eres… vuelve a quedar en silencio. Me siento muy afortunada de tener una amiga como Aleja, ella siempre ha sido incondicional, ella y Camila siempre han sido mis mejores amigas. Me da miedo no poder confiar en nadie después de esto, lo peor de todo esto es que se volvieron a desactivar las mil y una inseguridad que antes de conocer a Gabriel persistieron con el tiempo.
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