Una mujer de aproximadamente 51 años vivía en la ciudad de Florida. Era conocida entre sus vecinos como "soyla", ya que era la encargada de hacer los mandados, los quehaceres y cuidar de todo.
Todos la conocían, porque era la única que se movía con agilidad en su casa. Su verdadero nombre era Lorena Blanco, hija de Milena y Miguel Blanco, hermanos de Arturo y Miguel Blanco. Arturo tenía aproximadamente 20 años, Miguel tenía aproximadamente 15 años y Lorena tenía 10 años en ese entonces. Desde pequeña, sus padres le enseñaron que debía ayudarlos en todo lo que pudiera, creando así en la mente de Lorena la idea de que ella siempre podía ayudar.
Tanto la psicoanalizaron que ella ayudaba en todo. A la edad de 8 años, aprendió a cocinar y cuando tuvo nueve, hacía todo el quehacer en su casa.
Aunque no vivían mal, tampoco estaban bien, pero tenían una casa cómoda. Sus padres tenían su propia habitación, y sus hermanos cada uno tenían una.
Lorena prácticamente estaba relegada al cuarto de lavado, donde estaban las lavadoras y secadoras que hacían mucho ruido cuando se utilizaban, lo que le impedía descansar.
Cuando tenía aproximadamente 17 años, su madre cayó enferma por cuestiones que estaban fuera de sus manos. Su madre necesitaba cuidados, y ella, por ser mujer, se lo habían inculcado sus padres, debía cuidar el hogar mientras que su padre iba a buscar dinero, ya que su madre en ese momento no podía trabajar. Como amaba a su madre, a su padre y a sus hermanos, para que no descuidaran sus estudios, aplazó los suyos para poder estar pendiente de su madre.
Así pasaron aproximadamente 10 años en los que ella era quien buscaba medicinas, llevaba a su madre e incluso en los últimos momentos llegó a bañarla completamente sola, ya que sus hermanos nunca preguntaron si se sentía cansada o necesitaba ayuda al buscar algo, sin importar que fueran a la misma dirección.
Entonces, como no había tenido estudios, cuando su madre murió ya ella tenía 27 se vio sin saber qué hacer.
Cuando dijo:
"Bueno, aún soy joven, puedo estudiar desde ahora".
Miguel se acababa de casar y tenía a su esposa. En ese momento, acababan de tener un bebé. Su hermano Miguel se acercó a ella diciéndole que su esposa necesitaba, en algún momento, descanso. Le preguntó si ella se podía ir a vivir con ellos.
Él no le cobraría por comida ni arriendo, solamente que estuviera pendiente del bebé para que su esposa Laura pudiera dormir en las noches, mientras que ella podría preparar la comida y hacer el aseo para todos.
Ella le dijo que en ese momento estaba mirando la posibilidad de si podía estudiar, a lo que Miguel le dijo: "Tranquila hermana, me puedes cuidar a mi hijo por los primeros meses y ya después podrás estudiar o incluso, si quieres, mientras que me cuidas al niño puedes seguir estudiando". A lo que su hermana no le vio ningún mal detalle y aceptó.
A los dos días de estar en la casa, se dio cuenta de que era un desastre completamente, así que mientras que el bebé dormía todos los días, ella intentó arreglar la casa una hora al día. En las noches, cuando el bebé lloraba, era ella quien se levantaba. En las tardes, mientras el bebé lloraba, era ella quien jugaba con él. Era ella quien hacía todo en la casa y tenía que sacar el tiempo para preparar comida y tenerlo siempre aseado.
El momento en el que ya quiso estudiar nunca llegó porque no tenía tiempo y en las noches terminaba muy cansada. Las mañanas cuando despertaba estaba aún más cansada, puesto que tenía que despertarse varias veces para atender a su pequeño sobrino, el cual ella lo hacía feliz porque era su sobrino, hijo de su hermano. Así pasó aproximadamente 5 años hasta que su hermano le dijo:
"Lista Lorena, si quieres puedes irte".
Lo dijo en una forma en que ella si tenía o no tenía casa, ella se tenía que ir.
En ese entonces, Lorena tenía aproximadamente 32 a 33 años. En el momento en que ella salió de la casa de su hermano, se dio cuenta de que solo cargaba con el bolso que llevaba a sus espaldas y la ropa que tenía puesta. Ya que como se desvivo tanto en atender a su hermano, su cuñada y su sobrino, no tuvo tiempo para conseguir nada de ella. Incluso lo que tenía en el bolso y lo que ella tenía puesto era ropa que su cuñada dejaba tirada o que simplemente ya no la quería porque se manchó o se descosió o algún motivo ella ya no lo quería.
Pues Lorena, al no tener ningún ingreso monetario, arregló y la adecuó a su cuerpo lo mejor que pudo para poder utilizarlo el día que se fue de esa casa.
Ni su hermano, ni su cuñada, ni mucho menos el sobrino se despidieron de ella. Ella no le dio mucha importancia y dijo: "Bueno, este es mi momento, desde aquí en adelante todo será por mí".
Dos meses después, ella estaba trabajando en una cafetería y de ahí conoció a un chico. En verdad, él estaba muy enamorado de ella y ella también. Pasó más o menos un año y su relación estaba tan bien que él le propuso matrimonio y ella aceptó.
Su hermano Arturo la buscó diciéndole que si por favor ella se podía mudar a su casa para que estuviera al pendiente de sus hijas, de sus gemelas, ya que su esposa había dado a luz recientemente a sus bebés, pero era muy cansado solo cuidar a una, ahora imagínense dos. Entonces, su esposa Camila merecía tener descanso y si ella por favor pudiera cuidarlos.
Lorena le mencionó que ella con mucho gusto lo haría, pero porque en este momento estaba haciendo planes para casarse con su entonces novio y que pues posteriormente ella tendría una familia.
Entonces, Arturo le dijo que era una egoísta y una ingrata y que tenía preferencias, porque ella sí pudo cuidar al hijo de Miguel por 5 años, ¿por qué no podía cuidar a sus gemelas por algunos cinco o seis meses que su esposa se sintiera apta para cuidar a sus hijas?
Fueron muchas las palabras que Arturo le mencionó a Lorena y ella se sintió un poco culpable y decidió aceptar ir a la casa de su hermano y cuidar de sus sobrinas. Pero antes le había dicho a su hermano que primero necesitaba hablar con su novio para explicarle la situación y que él le tuviera paciencia, pues que se verían ahora con menos tiempo, pero que se casarían posteriormente, solamente que van a extender la fecha un poquito más. Arturo le dijo que sí, que todo estaba bien y que lo esperaba en la casa el fin de semana.
Cuando llegó el novio de Lorena del trabajo, ya que ella ese día por la visita de Arturo no pudo ir a trabajar y, ya que ambos compartían casa.
Ella le expuso el caso de lo que le pedía su hermano.
El novio se le hizo un poquito extraño, pero aceptando lo que ella decidiera, mientras le decía:
"Mientras que no me olvides a mí y te pongas prioridad a ti, aquí estaré para ti amor".
Llegó el fin de semana otra vez, Lorena recogió unas cosas que le eran indispensables y se fue a la casa de su hermano Arturo. Tenía una especie de cuarto y volvió a repetirse la misma historia que cuando estuvo en casa Miguel.
Su hermano le dijo que por comida y por arriendo que no se preocupara, que él iba a costear los gastos mientras que cuidara las gemelas. Fue tanto el trabajo que ella tuvo que hacer porque sí antes con un niño, cuando lo cuidaba terminaba supercansada. Con dos era mucho más, llegando al punto de tener que romper su relación porque en citas o cenas, por estar cansada en todo momento, las olvidaba y nunca asistía. Llegando al punto que Francisco se cansó y por medio de una llamada le dijo que terminara la relación, pues él la amaba demasiado, pero él necesitaba que le prestara algún tipo de amor porque él también quería estar con su prometida.
Lorena le respondió que ella necesitaba ocuparse de la niña, a lo que Francisco le gritó muy fuerte:
"Esas niñas no son tus hijas. Compréndelo y nunca lo serán. Son tus sobrinas. Tú deberías ser un apoyo para ellas, más no una sirvienta, porque es así como te tienen y tratan todos ellos".
A Lorena no le gustaron las palabras de Francisco y él, al mirar que ella se negaba a sí misma algo que era más que obvio, le dijo:
"Si no te dejas ayudar, sería malgastar mi tiempo, porque sería como sacar al cerdo del barro. Cuando ya esté limpio y lindo, te lanzan comida al charco, vas y vuelves a estar, y eso es lo que te pasó cuando saliste de casa de tu hermano Miguel. Cuando vieron que te estabas dando prioridad a ti, volvieron a joderte.
Lo siento, pero sé que aquí será muy difícil que te des cuenta que te estaban utilizando. Espero que lo que te voy a decir termine equivocándome, pero cuando descubras todo, será demasiado tarde, incluso puede que hasta sola termines, porque en verdad yo te amo". Fue lo último que Francisco le mencionó para luego cortar la llamada.
A Lorena le dolió mucho y le contó el caso a su cuñada Camila, la cual le dijo que le estaba dando mucha importancia y que más adelante ella encontraría otro hombre que la quisiera y que pudiera estar con ella.
Lorena meditó en las palabras de su cuñada y pensó "Bueno, okay, tiene razón". Así pasaron los meses en los que ella se levantaba en las madrugadas para atender a las niñas, estaba en las tardes para atender a las niñas y cuando estas ingresaron al colegio, incluso era quien las llevaba a la entrada y las recogía en la salida, las ayudaba a hacer tareas y asistía a las reuniones de padres, ya que ella era la que figuraba como acudiente en las escuelas de estas.
Incluso en las reuniones que tenía su sobrino hijo de Miguel y Laura. Así volvieron a pasar otros 5 años cuando su hermano y su cuñada Camila le dijeron que ya era tiempo de que ella se fuera, porque Camila se sentía un poco celosa del cariño que le demostraban sus hijas a una persona que ni siquiera era su verdadera madre.
Arturo le dijo que podría volver a casa. Cuando Lorena se quedó pensando en "¿Cuál casa? No tengo casa. Dejé a quien era mi pareja por venir a atender a mis sobrinas", a lo que Arturo le dijo que "pues eso no era su problema, que él necesitaba que su esposa e hijas crearan lazos".
Otra vez Laura volvió a salir de una casa con solo lo que tenía encima. Volvió a pasar un año y cuando ella otra vez se tenía en sintonía, su hermano Arturo volvió y la buscó diciendo que su esposa había salido embarazada y que no podría cuidar a las niñas y al mismo tiempo del embarazo.
Con El tiempo en que si no la necesitaba su hermano Arturo, la necesitaba su hermano Miguel. Si no lo hacía, Camila le pasaba algo. Ella era la que estaba ahí pendiente de las niñas y a la hora que le pasaba algo, ella era la que estaba pendiente y el niño siempre quedándose en último lugar hasta cumplir los 50 años.
Era la fiesta de graduación del primer hijo de Miguel, Gael.
Ella estaba muy emocionada pues asistiría a la fiesta.
En honor a él, porque había terminado la universidad, cuando llegó a la casa donde vivía su hermano con su esposa y Gael, se dio cuenta de que la casa estaba en completo silencio y le preguntó a un vecino si es que se habían aplazado la fiesta de graduación.
Le dijeron que no, que era en el hotel X y que allí se dirigían. Lorena le preguntó si las podía llevar, a lo que le dijeron que sí, que estaba bien.
Cuando todos estaban en el hotel, ella fue a abrazar a su sobrino para Felicitarlo y pecó al decir estas palabras:
"Hijo, estoy muy agradecida de todo lo que has logrado". Gael la miró de forma extraña y le dijo:
"Yo no soy tu hijo".
Fue muy duro para su corazón. Su hermano Miguel y Laura la miraron mal, pero ella no le dio importancia a las miradas y se fue a sentar en una mesa. Cuando estaba en la mesa, se dio cuenta de que las hijas de su hermano Arturo estaban a tres mesas de donde ella estaba. Así que se levantó y las fue a saludar. Cuando llegó a ellas, les dijo:
"Mis niñas, ¿cómo han estado?". Las gemelas estaban reunidas con unas amigas y le preguntaron quién era ella. A lo que una de las niñas respondió diciendo:
"Ni idea, será la de los mandados. ¿No miras cómo está vestida?".
La miraron con desprecio y luego ignoraron su presencia y siguieron hablando con sus amigas.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que había dado los mejores años de su vida a unas niñas y niños, a sus hermanos y sus cuñadas que fueron unos completos ingratos. Le dolió el corazón y prefirió dejar ese lugar.
Para ese entonces ya había pasado tiempo desde que le habían detectado un tumor inoperable, así que lamentablemente este la terminó consumiendo cada día más hasta estar en un hospital, en el cual ella empezó a pensar en todo lo que hizo, lo que pudo haber hecho y algo que sencillamente ya no podrá.
Se dio cuenta de que al final no había hecho nada, que había puesto en primer lugar a todos los demás antes que trabajar en ella misma. Y se acordó de Francisco y reflexionó en cómo eran ciertas sus palabras.
Incluso hace 5 años Mientras ella estaba en el centro comercial haciendo unas compras del hogar para la casa de su hermano Miguel porque Laura en ese momento no podía porque estaba en una cita de spa.
Sin querer se encontró con Francisco él no la vio a ella pero ella sí lo vio a él se le vio muy feliz de la mano de una mujer y lo que Aparentemente era su hijo pues lo tenía en sus brazos en ese momento le dio duro aceptar que lo había perdido y más aún cuando por hacerle caso las palabras de Camila supuestamente esperando un hombre mejor se dio cuenta de que el mejor hombre que ella pudo haber tenido llegó a su vida y ella lo dejó escapar.
En el hospital, una enfermera le había comentado que estaba viendo en ese entonces una película que había sido adaptada de un libro. Se llamaba "Una Familia para el Archiduque". Le hice hacer que me trajera el libro para ver, y cuando terminé el libro, pensé que no sería como la tonta archiduquesa.
***Mientras me encontraba escribiendo un nuevo capítulo para mi otro libro "la buena Villana"
se metió una idea en mi cabeza y estaba presente y presente presente y dije Bueno Okay voy a empezar a escribir lo que tengo en mi cabeza para que la idea no se me fuera. cuando quise mirar ya tenía el primer capítulo se llama La archiduquesa se está volviendo loca Espero que les guste al igual que mi otro libro y que voy intercalando un capítulo allá en el capítulo acá y espero que en verdad de todo corazón le guste Muchas gracias.🥰🥰🥰🥰🥰***
Por medio de una enfermera, Lorena conoce una historia llamada "Una Familia para el Archiduque". Contaba la historia de dos personajes: el Archiduque, cuyo nombre era Conan Greco, y su esposa, Maleja Greco (antes Maleja Ospino). Esta historia se dividían en tres partes: la historia de vida de Conan, la historia de vida de Maleja y la historia de vida de ambos como esposos.
La historia de Conan es la siguiente: desde bebé fue amado por sus padres, pero aproximadamente a los 5 o 6 años, lastimosamente, estos estaban de regreso de otro imperio al que habían ido por mar. El clima no era amigo en esa noche y gracias a una tormenta, los padres de Conan murieron, el mar se los tragó y nunca se encontraron sus cuerpos.
Conan pasó a manos y crianza de su tío, quien era el emperador. Este era un hombre despreciable y su emperatriz era aún más desgraciada. Su crecimiento allí fue muy duro, fue un cambio tan drástico para un pobre niño de 5 años pasar de una familia y hogar bendecido por el amor y la felicidad a pasar a un hogar en el que lamentablemente ni siquiera era considerado persona. Desde el primer día, su tía, la Emperatriz, le dejó dicho a pequeño Conan que él estaría viviendo en las habitaciones de los plebeyos. Nunca le mostraron ni un mísero cariño.
Los nobles sabían que había un Archiduque, pero nadie sabía quién era él o siquiera dónde pudiera estar, ya que pensaban que a raíz de la muerte de sus padres, el emperador lo había mandado a una academia. Pero la cruel verdad es que lo tenía en el Palacio como un simple sirviente. También hacía tareas y trabajos tan denigrantes como limpiar el establo o incluso tomar y limpiar las bacinillas de la familia real, en este caso del príncipe. La Emperatriz e incluso el emperador, su supuesta familia, lo trataban de manera despectiva.
Él tenía que lavarlos, prácticamente él era el encargado de hacer todos los días esa tarea. No podía haber nadie más, solo él, ese era el mandato del emperador.
De esta forma, aquel niño creció con un odio hacia sus tíos y su primo, ya que este, al ver la manera en como lo trataban sus padres, también lo trataba peor e incluso cometía pequeñas travesuras y le echaba la culpa a él.
Independientemente, los padres de él, si fuera o no verdad por ser su hijo, siempre le creían, quedando el pobre Conan únicamente a merced de esos monstruos, sufriendo castigos severos e inmerecidos.
A medida que Conan iba creciendo, únicamente soñaba con que pudiera encontrar una mujer tan buena y bondadosa que lo amara, y con ella formar una familia igual o mejor que la que él tenía junto a sus padres.
A la edad de 13 años, el emperador lo envió a la guerra que había en el imperio vecino. Lo envió al frente con la intención de que muriera en la batalla. Su tío no contaba con que en la guerra y entre aquellos hombres, él encontraría más cariño y apoyo que el que su propia familia le brindó.
Así pasaron los años hasta que cumplió 20 años. Para ese entonces, ya no era ningún niño indefenso y debilucho que cuando partió del imperio ICO. Y al enterarse los emperadores de su regreso y saber que él no había muerto como ellos querían, en sus cabezas pesaron que sería igual que cuando él partió.
Pero ellos, al observar aquel hombre corpulento y del cual se podría ver claramente una cicatriz cruzar su ceja y ojo, supieron que él enfrentó la muerte y salió vencedor. Él no era alguien que se dejaría utilizar fácilmente para que cediera las tierras del archiducado, ya que todos estos años ha estado en manos del mayordomo y abogado se confiesa de su difunto hermano.
Ellos eran unas hienas defendiendo los terrenos y derechos del pequeño archiduque. Y así, Conan llegó al imperio ICO para reclamar su título y sus tierras para cuidar de su gente como así su padre le enseñó y quería.
Historia de Maleja Ospino.
La historia de Maleja fue muy diferente a la del pequeño Conan.
Ella fue una sorpresa muy bien recibida para sus padres, ya que la tuvieron cuando ambos estaban entre 40 y 59 años.
Ella fue la menor de tres hermanos, pero la única niña. Fue amada, adorada y hasta malcriada por su padre, madre y sus hermanos mayores.
Lo que ella quería, siempre lo tenía a su disposición: vestidos nuevos, joyas nuevas, la mejor educación.
Una palabra buena la felicitaban, si decía una palabra mala, la felicitaban, si golpeaba a alguien, la felicitaban, si humillaba a alguien, la felicitaban. Ella nunca en su vida tuvo o escuchó la palabra no, ya que al ser hija de un Duque, solo un paso atrás de la familia real, más aún, porque su padre y su madre siempre le inculcaron que ella iba a ser la mejor porque ya sería la esposa del príncipe heredero de ese imperio y por eso se convertiría en la próxima Emperatriz. Desde muy pequeña le inculcaron que nadie tendría más belleza y poder que ella.
Y es que los Duques, al ser muy ricos teniendo una fortuna que igualaba o era hasta un poco más grande que la de los mismos emperadores, desde muy niños acordaron el matrimonio, el compromiso entre el príncipe heredero y su hija Maleja, algo que los emperadores estuvieron en deacuerdo porque los Duques apoyaban completamente a la corona.
Así que cuando a la edad de 12 años ella se entera del compromiso, si antes humillaba a las demás personas, ahora lo hacía el triple porque simple y sencillamente ella sería parte de la familia real y nadie tendría un mayor estatus que el que tendría ella.
Cuando Maleja cumplió los 15 años, fue la fiesta más grande en todo el Imperio. Tuvo duración de tres días y cada día ella utilizó dos vestidos diferentes, demostrando así la riqueza de sus padres y la belleza de esta.
Una semana después de su gran fiesta, su padre sufrió un accidente al caer del caballo. El animal iba a gran velocidad, pues este al caer se golpeó la cabeza, creando así una herida de la cual sangró y, lastimosamente, cerró sus ojos para nunca más volverlos a abrir.
Cuando los nobles se enteraron de la muerte, todos estuvieron muy afectados, ya que el Duque Santiago, este era el nombre que tenía él, era un excelente ser humano y muy bueno en los negocios. Si había algo que lo tacharía sería ser un padre muy complaciente para con su hija, pero por lo demás era un buen plus para la nobleza. Comentaban muchos.
El educado pasó a manos de su hermano mayor, Julián Ospino. Julián, por más que quiso llevar las riendas del ducado y gestionar todos los negocios igual de bien que lo llevaba su padre, y así tratar de llevar la mejor vida como la de antes, lamentablemente él tenía las ganas pero no los conocimientos, ya que siempre le dejaba las responsabilidades a su padre para que así él tuviera más tiempo libre para alguna chica que tuviera en el momento.
El ducado poco a poco fue cayendo en desgracia y cuando Maleja tenía 17 años, lastimosamente la familia Espino estaba en bancarrota, sus arcas estaban completamente vacías y estaban a un paso de pasar a la pobreza completamente. Entre la madre y hermanos de esta, vendieron joyas, vestidos y los caballos pura sangre que tenían. Todo lo hicieron discretamente para tratar de llevar tan siquiera un estatus decente, pero también para ayudar un poquito a guardar las apariencias para que los demás no se dieran cuenta por lo que estaban pasando y los emperadores no dieran fin al compromiso, ya que al cumplir los 18, Maleja se casaría con el príncipe y ya cumplido ese matrimonio, Maleja los podría ayudar a seguir adelante.
Pero en este mundo primero cae una mentira que un ladrón. El emperador se dio por enterado de la situación financiera que tenían estos y prácticamente rompió el compromiso sin estar ninguno de ellos presentes, dándole a estos una compensación que ni siquiera era lo que en verdad estaba estipulado, pero como estaban faltos de dinero, tuvieron que aceptar y retirarse.
Los meses pasaron y Julián, ni su hermano, ni mucho menos Maleja estaban aptos para administrar un dinero y el poco dinero que le habían dado los emperadores para romper el compromiso con Maleja se gastó. Con el tiempo llegó a sus oídos que fuera de las tierras del imperio estaba el territorio del archiduque Conana Sobrino de los emperadores. Todos dentro y fuera de ICO sabían que los emperadores no eran las personas favoritas de Conan.
El caso es que este hombre estaba buscando una esposa con quien conformar una familia grande. Sus hermanos y madre hablaron con Maleja para que, por favor, perdiera un poquito de su orgullo y pudiera casarse con este muchacho para que luego ella los pudiera mantener. Después de tanto tiempo, Maleja aceptó y cuando ella cumplió los 19 años, se casó con Conan. Desde el primer momento que estuvieron juntos, Conan quedó enamorado de la belleza incalculable que tenía Maleja, lo tuvo prendado de ella desde el día uno. Sin embargo, Maleja le dijo que ella solo iba a cumplir con su deber de esposa, pero que nunca más la volvería a tocar a menos que fueran los tres días acordados del mes para tener descendencia. Esto desconcertó a Conan por un momento, pero luego estuvo de acuerdo ya que él pensaba que después de que tuvieran la primera noche y los actos de que le demostraría con el tiempo ella se enamoraría de él, pero lamentablemente no fue así.
Maleja Greco Y Conan Greco
Historia después del matrimonio entre Maleja y Conan.
Concretamente, después de tres días de que Maleja se había casado con Conan, con exigencia se dirige hasta donde se encontraba Conan en su despacho y, sin tocar y mucho menos esperar a ser anunciada, entra hasta estar de frente junto a Conan y dice:
---Excelencia, como usted sabrá, mi familia no se encuentra en la mejor posición económica en este momento, por eso he venido a usted con una petición.---
^^^--Claro, Maleja. Dime en qué puedo ayudar.--^^^
--Necesito que usted, excelencia, le permita la entrada de esta casa a mis hermanos y madre durante todo el tiempo que ellos necesiten para poder levantarse financieramente y así poder ellos partir en un futuro.--
^^^--Claro que estaría de acuerdo en hacer su estadía en nuestra casa. Incluso podría ayudarlos dándoles algún trabajo para su beneficio. --^^^
--No se confunda, excelencia, y tampoco los ofenda en mi presencia. Yo en ningún momento he pedido trabajos para ninguno de ellos, mucho menos para mi madre. Solo quería que ellos vivieran en este lugar como la familia de la archiduquesa que soy.--
^^^--No fue mi intención ofenderte, esposa. Es solo que esa era lo que yo pensé que un apoyo sería muy bueno para tu familia. Así se levantarían mucho más rápido, creería yo.--^^^
*****Pues su manera de demostrar apoyo no me gusta. No piense tanto en ellos, que para eso estoy yo, que los ayudaré en lo que más pueda, excelencia.***
^^^Claro, esposa, y yo te ayudaré siempre que me dejes.*^^^
Fueron las palabras de un hombre enamorado tratando de hacer feliz a su esposa. Dejando todo claro por parte de Maleja, esta se retira sin siquiera despedirse de Conan, mientras lo dejaba completamente solo en su despacho. Al estar solo, se volvía a sentar mientras de sus labios escapaba un pequeño suspiro.
Ya que sus hermanos y madre no tenían dónde vivir, pues Maleja pensaba que era su deber como hija, era que ella les daría estadía mientras que ellos solucionaran sus problemas de finanzas. A lo que Conan, por estar perdidamente enamorado de ella, aceptó sin ningún rechistar.
Habían pasado alrededor de una semana y en una sala de descanso se encontraban Maleja y Conan.
A petición de la archiduquesa, estos se habían sentado a hablar y Maleja, imponiendo sus puntos, le dejó claro que solo podría visitarla la segunda semana de cada mes. Durante la segunda semana, tomarían lunes, miércoles y viernes para hacer sus deberes conyugales, y de los cuales él no tendría que volver a tocarla. Y si al caso se miraran en el pasillo, actuarían como si nada. Solamente serían vistos cuando algún evento o algo y únicamente sería escasamente necesario. De lo contrario, nunca en su vida la verían con el tomado de su brazo. Y seguían sus exigencias.
Él nunca debería hablarle, ya que le había dejado en claro desde la primera noche que ella nada más estaba enamorada de su primo, el príncipe heredero.
Pues, desde un principio era con quién ella debía y, más importante, quería casarse. Estaba segura de que ella sería feliz en ese matrimonio si no fuera por la lamentable muerte de su padre. Esa era la boda que ella tanto esperaba, no como este que prácticamente fue reemplazo e impuesto por la necesidad que estaban pasando ella y su familia.
Conan, al observar las palabras, no le dolió lo que dijo. Más bien, sería como lo dijo. No le gustó el tono con que mencionó todo eso, pero ilusamente aún seguía pensando que tal vez con sus buenos tratos ella podría darle una oportunidad y él sería el hombre más feliz, ya que tendría la familia que tanto él quería.
Días, meses, incluso años exactamente después de dos años en los cuales Maleja nunca mostró un mínimo de cariño hacia Conan, llegando así la situación de que él tanto se desesperó que prácticamente desistió de tener alguna relación afectiva con ella. Incluso desistió de la idea de tan siquiera tener un trato cordial, ya que por más que él tratara todas las maneras posibles todo día, toda noche de tener mínimo detalle con ella, siempre lo despreciaba. Llegando al punto en que él solo quería un poquito de para sí mismo y cambió completamente así ella. Nunca más él buscó. Se dio cuenta de que el buen trato, las joyas, nunca ella estuvo agradecida. Así que simplemente se cansó y terminó de ser ese hombre devoto que le mostró en un comienzo.
Aproximadamente después de dos años viviendo juntos, Conan estaba un poco hastiado de la actitud tanto de Maleja como la de sus hermanos y, obviamente, la madre de estos.
La relación entre Conan y Maleja era insostenible, incluso estaba cansado y el amor que sentía por ella era poco, por no decir completamente nulo. Un cierto día, cansado de los parientes de su entonces esposo, se le acercó y le dijo: "Necesito que su familia se largue de mi casa. En un principio estaba en desacuerdo, incluso en mi idiotez creería que estaría feliz, pues mi amada tendría a su familia cerca. Y más que todo, porque usted me había dado la razón y me dijo que sus hermanos con el tiempo se levantarían financieramente y podrían partir, pero ya que estos prácticamente la tienen a usted como su vaca lechera al lado, y de la cual los parásitos que se hacen llamar sus hermanos solo saben ponerse en posición para que los amamanten, yo no pensaba alimentar a ninguna vaca", fueron las palabras de Conan.
"¿Con qué derecho y cómo se atreve usted a venir hasta mi habitación y mandar a que desaloje a mi familia y más aún compararme con un animal? Esto es un insulto hacia mí y mi familia", fueron los gritos y palabras cargadas de rabia de Maleja.
"Tengo el derecho y me atrevo porque soy tu esposo, más importante, soy el dueño de todo esto. Incluso soy tu dueño. Lo que ves, soy yo quien lo pagó. Donde tú duermes todas las noches, soy yo quien lo compró. La comida que tú y los bastardos de tus hermanos comen todos los días, SOY YO QUIEN LO PROVEE.***
*** Todo esto a tu alrededor, las tierras y la mansión donde mandas como ama y señora, TODO ESTO ES MÍO. En lo que a ti concierne, yo soy tu dueño y agradece que no te mandé de patitas en la calle junto a ellos, así que no colmes mi paciencia", dijo Conan.
"¿Cómo se te ocurre tratarme así? Yo soy la Archiduquesa Greco", respondió Maleja cada vez más alterada y presa de la ira por la actitud de su esposo.
"Otra cosa a recordar, comprende querida esposa: soy yo quien te dio ese título y puedo ser yo quien te lo quite, así que agradece que todavía estés aquí, porque quiero a mi heredero, ya que la verdad es que no te aguanto. Y más aún, porque soy yo quien mantiene esta mansión en funcionamiento. Los seis meses que estuvieron en tus manos, por poco nos vamos a la porquería, como lo hicieron tus hermanos."
Respondió en tono calmado y despectivo, pues ya estaba harto de las niñerías con las que Maleja lo trataba a él.
"Recuerda no mandar a nadie a desalojar a tu familia. Serás tú quien los escolte a la salida de la Mansión Greco. Sabes que no, mejor los quiero fueras de las tierras del Ducado." Lo último, después de haberlo dicho, este se fue dejando a Maleja presa de la ira y desesperación por su familia.
Así que ella le tenía que decir a sus hermanos e incluso a su madre que se largaran de su casa, porque ya no iba a mantenerlas. Por más que él buscara la manera de decirle a sus hermanos, incluso de invitarlos a que trabajaran con él, ellos siempre y sencillamente decían que no, porque su hermana les daba todo.
Tendrían que darle vergüenza, pares de vividores y parásitos que eran todos, y más aún, la madre era una bruja desgraciada.
Que en cualquier momento, en encuentros, fiestas de té o celebraciones, siempre se le veía vanagloriarse de tener el mejor yerno. "Que mi yerno es el más rico, mi yerno es más poderoso, mi yerno es más atractivo..." Pero en casa, nadie más que él conocía lo hipócrita que llegaba a ser la señora. Pues cuando estaban en casa, lo miraba de manera repugnante, insignificante, como si de una cucaracha se tratara.
Conan, cansado de esa actitud, le puso fin a estos malnacidos. Luego de una semana, como Conan le había dicho a Maleja, ella estaba meditando sus palabras y se había dado cuenta de que tal vez su actitud no era la mejor y que esta lo había engañado con el asunto del Heredero. Ya que ella, cada segunda semana del mes que le tocaba hacer su deber conyugal para descendencia, ella tomaba antes y después del acto con Conan, pues esta estaba decidida a nunca entregarle descendencia.
En compañía de sus hermanos y, sobre todo, su madre, ésta le aconsejó que mejor dejara de cuidarse para que así, más adelante, no haya ninguna excusa el día de mañana para separarse de ella alegando que no tenían lazos que los unieran.
Así que ella aprovechó la segunda semana del siguiente mes. Para entonces, su madre y sus hermanos ya habían salido de la mansión con el fin de que esperaría en un momento en que ella saliera embarazada para aprovechar el afecto del Duque y volver a pedir la petición de que regresaran a su madre, ya que al estar tan sentimental necesitaba la compañía de ellos.
Como lo tenían previsto, la segunda semana del mes en que Maleja debía tener sus derechos como esposa, más exactamente un miércoles, contrario a las veces anteriores, ella había consumido un té antes del acto, pero este era para hacer su vientre más fértil después del acto.
En sí, Conan simplemente, cuando terminaba, regresaba a su habitación, pues ya estaba tan cansado de Maleja que no quería su compañía, quedando el mero acto solo en procrear, ya que ni siquiera era placentero para él.
Pasaron 6 semanas, como estaban en los planes de Maleja y su madre, y efectivamente, Maleja estaba embarazada.
El archiduque estaba feliz, pues aparentemente tuvo una pequeña ilusión de que su familia, la que tanto él anhelaba, estaba llegando y que de pronto su esposa, al tener al bebé, cambiaría de actitud y sería feliz junto a él. Y tal vez alcanzaría la felicidad.
Con el tiempo, como lo había dicho Maleja, no estaba pasando la mejor etapa sentimental y volvió a pedir que su familia regresara, a lo que el Duque, por tratar de llevar una sana convivencia para el estado en que ella ya se encontraba, aceptó.
El embarazo de Maleja avanzaba cada día más hasta que llegó el momento de dar a luz. Fueron dos hermosos niños. El Duque no podía estar más feliz. Nunca en su vida había pensado que de un embarazo con su esposa tendría los dos motivos más grandes para seguir luchando en esta vida. De un solo embarazo salieron sus hermosos Luceros.
Con el tiempo, Maleja nunca fue una buena madre. Siempre despreció a sus hijos, nunca los amamantó y nunca estuvo para ellos. Esta actitud fue notada cada día por el Duque.
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