[hola queridas lectoras y (e), continuamos con la historia de nuestra querida Isabella espero sea de su total agrado y una vez más agradeciéndoles grandemente por sus lindos comentarios y apoyo, ¡¡ MIL GRACIAS !!].
… CONTINUAMOS …
ZEUS.
Sé que me he equivocado en el diario vivir, pero creo que hoy más que nunca sufriré, viendo desde otro lugar mi situación, aleje a la única persona que me amo en verdad, me perdonó mi gran falta y siguió a mi lado como si nada hubiera pasado y yo hice lo contrario, la traicione muchas veces con Lidia, con mi asistente, solo por los estúpidos celos.
Cuando mi padre me dio esas bofetadas, me hizo reaccionar de alguna manera y darme cuenta de cuánto daño le hice a mi muñequita estando junto a mí, yo que siempre le juré amarla, diciéndole que era todo para mí y hoy solo la termine lastimando.
Desde que ella se fue, diario voy a su habitación, teniendo peleas constantes con Lidia por el mismo tema, ella muchas veces a intentado sacar su ropa pero nunca lo permitiría, sus prendas seran recuerdos de lo que perdí y consuelo de lo que jamás la volveré a ver, ni a tener.
Mi padre días después se peleó con mi madre y ahora ella vive conmigo, ellos nunca han dicho el motivo de su separación y e intentando hablar con papá, pero simplemente se niega, no quiere verme, lo entiendo, pero mis súplicas sé que no servirán de nada para que pueda escucharme y me diga el paradero de mi muñequita, por qué me e arrepentido de haber firmado.
Mi madre al llegar a mi casa se sorprendió de ver a Lidia y a mi hijo, pero solo fue cuestión de horas para que se enamorara del pequeño Gabrielle y no me cuestionara de mi repentino divorcio, y del porqué tengo a otra mujer viviendo aquí...
Estoy en mi oficina estresado porque mi asistente no hace bien su trabajo, hasta en mi trabajo me hará recordar cada maldito minuto a mi exesposa; me levanto entrando a su oficina.
- ¿ya tienes lo que te pedí?- ella niega más que nerviosa, se levanta y por accidente tira las carpetas al piso revolviéndose las hojas.
- pe, perdón Zeus, en este momento lo levantaré- asentí caminando hacia la puerta.
- rápido y para ti soy solo tu jefe- ella asintió bajando la mirada.
Salí de la oficina caminando por unos pasillos, cuando pase por la oficina de vicepresidencia, me pareció ver a alguien sentado cerca del escritorio, regrese y efectivamente había alguien, entre para ver de quien se trataba y era el maldito de Izan nuevamente, él al verme se levantó y me dio un golpe al que yo sin dudar le devolví.
- eres un hijo de puta Zeus, te advertí que no jugarás con ella- me reí por sus estupideces.
- si tú nunca te hubieras cruzado entre nosotros seríamos tan felices- negó volviéndome a pegar.
- Zeus, yo sé que te arrepentirás por lo que le hiciste, pero ya no abra vuelta atrás por estúpido- lo aventé para salir de la oficina.
- déjate de estupideces y te quiero fuera de mi empresa- él negó volviéndose sentar.
- yo no trabajo para ti, pero para el señor Zenón si y él me mando aquí así que resígnate a verme todos los días cerca de tu miserable vida- mi ira creció tirando una cosas de un estante.
Salí de ese lugar yéndome al bar más cercano, necesitaba relajarme y que mejor que con el alcohol que se a hecho parte de mi vida diaria desde hace tiempo.
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IZAN.
Al mandarme lejos por sus celos absurdos, trabaje, pero no soporte más, porque aunque estaba en otro país su peso me asfixiaba alejándome de las empresas Lamprou
Se pudo haber dado algo entre Isabella y yo, pero nuestros caminos tomaron distintas direcciones, tomando la decisión de aparte para que fuera feliz con él, algo que nunca sucedió.
Cuando recibi la llamada del señor Zenón y contarme todo lo ocurrido con Isa me dolió en lo más profundo de mi alma, porque la dejé a la deriva, sin importarme si ella estaba bien, el señor Zenón me dio la encomienda de regresar a la empresa bajo su poder, acepte porque tenía unas ganas inmensas de partirle la cara a ese imbécil, haciendo unos movimientos sutiles en la empresa por pedido de mi jefe, pero también lo siguiente en la lista era comenzar a buscar pistas del paradero de los padres de Isa, era más que extraño, porque lo poco que los trate eran una familia muy unida, que no sé separarían por nada del mundo y eso era lo que más me llamaba la atención, contratando a los mejores investigadores para qué buscarán hasta por debajo de las piedras.
Al encontrarme con Zeus no dude y le di un golpe en la cara sacándole la sangre de la nariz, era una satisfacción grande pero su dolor nunca se compararía con lo que le hizo a Isabella yo me hice una promesa de hacerlo pagar lentamente una a una todo el daño que le causó.
Los investigue y descubrí muchas cosas que con los meses le haré saber para qué sufra hasta agonizar y se dé cuenta que siempre fue un imbécil, monigote que se dejó manejar por una arpía.
Sé que Isabella está embarazada de este bastardo, al saber que el señor Zenón le ayudaría a salir del país yo me hice cargo personalmente de comprar un departamento donde viviera cómodamente y pudiera volver a organizar su vida, él trabajó también lo tiene resuelto gracias al papá del imbécil este, sé que en un determinado tiempo la llegaré a ver solo por pedido del señor Zenón y aprovecharé para pedirle perdón por abandonarla, sé que no servirá de nada por los años que han pasado, pero haré lo que sea posible para conseguir su perdón.
[espero que esta segunda parte sea de su total agrado y nuevamente mil gracias por su lindo apoyo, muchas bendiciones su autora: PAULINA CHÁVEZ]
...NARRADOR...
Al momento que Isabella firmo el divorcio hubo algo que se rompió en el fondo de Zeus, dándose cuenta que hizo las cosas mal, dejarse llevar por los celos y amoríos ficticios, alimentados por Lidia y su ambición de tener poder, dinero y el amor de Zeus.
El señor Zenón cuando llego a Canadá y contarle a su esposa todo lo que causó su hijo y la vida trágica de Isabella, la señora solo negaba queriendo justificar sus grandes faltas, algo que no pudo comprender, ni tolerar, el señor Zenón, dando por terminado el gran matrimonio de años.
Ella se fue con Zeus, enterándose de su nueva mujer y su nieto el pequeño y regordete Gabrielle, por otro lado, él se quedó en Canadá, al frente de sus empresas a pesar de su enfermedad, pero tendría la dicha de saber que podría ver a sus nietos antes de partir.
Su plan está más que establecido involucrando a Izan en todo esto siendo el encargado de la noticia y dándole tiempo al tiempo, esperando que el destino ponga las fichas del próximo juego donde el único perdedor será el gran magnate Zeus Lamprou…
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ISABELLA.
Al aterrizar después de largas horas de vuelo, por fin tocaba suelo y empezar mi nueva vida, aún no sabía dónde estaba, al caminar, una camioneta me esperaba, el chófer me abrió la puerta y solo subí.
Nos pusimos en marcha viendo las hermosas calles de esta ciudad, tenía la curiosidad de saber en donde viviría de ahora en adelante, así que le pregunte al chófer quien solo me observaba por el retrovisor.
- hola, podría decirme, ¿dónde estamos?- él asintió sin dejar de ver la carretera.
- claro, señorita, estamos en Milán Italia, bienvenida- asentí sonriendo volviendo a ver por la ventanilla.
- gracias- haciéndose de nuevo un silencio, escuchando solo el ruido de la ciudad.
Hicimos más de treinta minutos de camino, pude fijarme que entramos en una zona residencial lujosa, pasamos varios circuitos hasta llegar a un edificio de departamentos, al aparcar la camioneta él me abrió y baje, sintiendo el delicioso clima y nuevos aires, bajó mi maleta acompañándome hasta mi nueva residencia.
Subimos en el ascensor viendo que introducía una llave junto a un código y apretando el último botón con las siglas PH, al abrirse las puertas era demasiado lujoso, ilumnado y muy hermoso, imaginándome de inmediato cuando mis hijos comiencen a caminar, verlos hacer travesuras por toda la casa.
Tenía una gran sonrisa que fue interrumpida por el chófer, quien tenía minutos hablándome, pero estaba más que perdida.
- disculpe, no lo escuche- él asiente entregándome las llaves.
- la clave la tiene grabada en la llave- asentí, observándola detalladamente- yo estaré a su disposición y mi nombre es Alex- lo saludé de mano acompañándolo hasta el ascensor.
- gracias Alex- subió al ascensor hasta cerrar sus puertas.
Camine por cada rincón viendo la cocina, comedor, sala y las grandes habitación que eran tres, baje de nuevo a la cocina y al entrar me di cuenta de que no había nada en la despensa, ni en el refrigerador, al dar la vuelta pude ver en la encimera una carpeta color verde junto a una bolsa, abrí la carpeta leyendo una hoja que venía de parte del señor Zenón.
Dejándome por escrito las instrucciones sobre mi nuevo trabajo dejando el número para llamar cuando yo estuviera lista para regresar, también venía la hora y fecha de la cita con el obstetra y venía anexa una tarjeta negra, para usarla en lo que mis hijos y yo necesitáramos, por último en la bolsa me dejo un celular para mi uso.
Nunca me imagine que me ayudaría tanto, prácticamente solo cambie de país y ciudad, pero con la economía resuelta, lo que me agrado mucho es que podré regresar a trabajar, solo necesito poner en orden mis ideas, mis sentimientos y reconstruir mi corazón, para estar lista para recibir con mucho amor a mis hijos.
Me llevé mi maleta a la habitación principal, acomodé mi ropa y decidí darme un baño, necesitaba descansar, porque mañana necesitaría ir a comprar la despensa e ir a la cita para saber si mis bebes están bien después del largo viaje.
Me acosté y de inmediato me quedé dormida; al abrir los ojos ya era de día y aún estaba a buena hora, me volví a duchar para cambiarme, percatándome que mi pantalón ya comenzaba a estar ajustado y creo que será hora de comprar ropa de maternidad.
Baje por el ascensor y ya estaba Alex esperándome, me abrió la puerta mientras íbamos en camino a un restaurante para desayunar marque el número de Mía, sabía que estaría ansiosa y muy preocupada por nosotros, solo sonó dos veces y escuche su voz.
📲 hola amiga; ya estoy en mi nueva casa.
📲 que bueno i…(guardó silencio y pude escuchar la voz de Zeus, saliendo una lágrima recorriendo mi mejilla) amiga y ¿dónde estás viviendo?.
📲 en Italia, pero mejor te hablo después, debes estar ocupada.
📲 pero estoy por salir, amiga, espe.
Solamente corte la llamada, sentía algo en mi corazón y no quería seguir escuchando la voz de él, inconscientemente puse mis manos en mi vientre volviendo a salir mis lágrimas, de verdad no quería seguir sufriendo por ese hombre que tanto daño me hizo.
Necesitaba dar vuelta a la página si no mi desdicha me consumiría lentamente y eso no le hace bien a mis hijos, tengo el anhelo que vivan en un ambiente lleno de amor y mucho respeto… Estaba aún sufriendo internamente que no me di cuenta que ya habíamos llegado.
Baje y entre al restaurante ordenando mi desayuno, afortunadamente dominaba este idioma, ya que en la universidad tome clases, me trajeron mi pedido y lo devoré de inmediato y gracias a las pastillas que me dio el amigo de Mía ya podía comer sin ningún problema.
Salí del restaurante yéndonos al hospital, al llegar no espere nada y pase a consulta, vi al doctor y me quedé haciendo memoria ya que ese rostro lo habia visto en algún lado, me senté saludándolo, pero al estrechar nuestras manos sentí algo muy extraño recorrer mi cuerpo.
- buenos días, señorita Isabella, me llamo Vicenzo ¿a que debemos su visita?- asentí, sentándome frente a él.
- para mi chequeo mensual de mi embarazo- asintió notando que estaba, ¿asombrado?.
- bueno en unos segundos pasaremos para ver a su bebé, una pregunta tiene algún resumen si anteriormente fue a consulta- asentí dándole la carpeta.
Solo lo veía escribir en el computador me regreso mi carpeta y me indicó que me acostarás en la camilla, comenzó a mover el lector y pude ver de nuevo a mis hijos, los midió y nuevamente escuche sus latidos, llenándome de alegría y nostalgia que solo me puse a llorar, pero mi llanto hacia que sintiera dolor en el alma, sabía que no solamente lloraba por ver a mis bebes, sino también por su padre.
Me levanté y aún tenía la secuela de mi llanto y solo el doctor me abrazo, sorprendiéndome, pero extrañamente me sentí bien, me ayudo a bajar caminando hasta sentarme en la silla frente a él.
- bueno los bebes están muy fuertes y de buen tamaño, siga tomando estas vitaminas que le e indicado aqui y la alimentación es muy importante el próximo mes le mandaré hacer varios exámenes para ver como se encuentra usted- asentí, aun limpiando el rastro de mis lágrimas- señorita, usted sabía que la tristeza se la transmite a los bebés por medio del cordón umbilical.
- no sabía del todo doctor, pero sé que esto sera pasajero- él asintió estrechando de nuevo nuestras manos, pero en esta ocasión él no me soltaba viéndome fijamente con una pequeña sonrisa, hasta que moví mi mano, me soltó y salí del consultorio.
Abordando la camioneta, camino a comprar la despensa y unas prendas de ropa, al llegar a casa no tenía ganas de nada, solo me acosté en el sofá prendí la televisión quedándome horas viendo y comiendo helado.
Los siguientes días fueron pésimos para mí, en el día no tenía ganas de absolutamente nada y en las noches me visitaba la melancolía y los tristes recuerdos haciendo más grandes mis heridas, teniendo una agonía lenta y muy dolorosa, durando así casi dos semanas, encerrada en mi habitación me la pasaba solo dormida o llorando hundiéndome más en mi depresión, escuchando el teléfono que no paraba de sonar día, tarde y noche.
Entre llamadas del señor Zenón y de Mía, me tenían más que fastidiada, apagué por algunos días el teléfono sumiéndome aún más en mi desdicha, hasta que un día desperté, me levante abriendo las cortinas de mi ventana, gritando "YA NO MÁS", esta no es la vida que quiero tener, ni ofrecerles a mis hijos.
Camine al baño dándome una ducha muy reparadora, me cambié, tome mi celular para encenderlo nuevamente recibiendo al instante un millón de notificaciones, de mensajes y llamadas, después de leer a quien llamaría primero es al señor Zenón, abrí la línea y de inmediato contesto.
📲 hija me tenías preocupado, ¿estás bien?, Alex me dijo que no has salido.
📲 si, una disculpa tuve un episodio, pero le aseguro que no volverá a pasar.
📲 espero Isabella, y ¿cómo se han portado mis nietos?
📲 bien, e tenido uno que otro antojo, pero muy bien.
📲 sabes que estoy aquí para apoyarte, ¿verdad?
📲 si lo sé; me lo a demostrado desde el principio.
📲 está bien, el próximo mes viajaré para verte y acompañarte a consulta, te estaré llamando todos los días, espero no te moleste.
📲 no, para nada, al contrario.
📲 bueno te dejo, cuídate y te hablo mañana, adiós hija.
Me despedí cortando la llamada, le marqué a Mía pero solo sonaba al tercer intento contesto, pero era una voz de un hombre, espera es, ¿Zeus?, no dije una sola palabra quedándome prácticamente congelada y al fondo escuche la voz de Mia decirle ¿amor?, pero que esta pasado aquí, corte la llamada de inmediato y el sentimiento de tristeza y ansiedad me quería invadir de nuevo.
Tome mi bolsa y salí lo más rápido posible, necesitaba respirar, pensar, pero sobre todo comenzar a reconstruir mi vida por mis hijos y por mí, me subí a la camioneta a buscar donde hacer ejercicios prenatales, necesitaba mantener mi mente más que ocupada en lo que fuera necesario.
Al llegar me recibieron muy amablemente, las instalaciones eran muy bonitas, me dieron la información necesaria y comenzaría a venir la siguiente semana, subí de nuevo a la camioneta diciéndole a Alex que me llevara al centro comercial.
Él me acompaño a escoger algunos muebles para las habitaciones, sé que es muy pronto, pero lo hago para ocuparme, compre algunos que llegarían a mi casa en algunos días y compre pintura blanca, azul y rosa, en el fondo sabía que serían niño y niña, pero si mi intuición fallaba mandaría a que cambiaran el color.
Al llegar a casa me ayudo Alex a subir algunas cosas, me preparé y comencé a pintar con ayuda de él, terminamos y mientras recogía él fue a comprar pizza, ya que mis hijos tenían ganas de pizza bañadas de chocolate con un tazón de fruta con miel y crema batida.
Fue transcurriendo el tiempo, entre ir a los ejercicios, comprar mandado, salir las noches a pasear, tenía que conocer la ciudad donde pensaba quedarme de por vida y con ayuda del señor Zenón, de Alex y del doctor Vicenzo.
Cuando fui de nuevo a consulta fue antes de mi cita, el motivo era porque me sentí muy ansiosa, después que él me ayudo a calmarme y platicando resultó que si lo había visto de algún lado, fue con quien tropecé la vez que fui al hospital en Jacksonville él estaba de visita por una paciente, y después de platicar largas horas comenzamos una amistad muy bonita, después que fui a mi segunda cita junto al señor Zenón, intercambiamos números y hemos salido de vez en cuando, él es un muy buen hombre, no comprendo por qué aún no está casado o con novia, es muy atractivo.
Y él a estado al pendiente de mi embarazo y va avanzando mejor que nunca mis bebes se hacen presentes con cada movimiento, mi vientre se nota bastante, tengo ya dieciséis semanas y cada vez estoy más delgada, mis hijos se están llevando todo de mí definitivamente…
Hoy al despertarme estaba más que lista para regresar de nuevo al trabajo, busque la carpeta y saque el número marcando de inmediato, dos tonos y atendió una voz masculina.
📲 hola buenos días, hablo por lo del trabajo- el silencio era evidente del otro lado.
📲 esperábamos su llamada desde hace semanas señorita.
📲 lo siento, tenía problemas personales pero, ¿aun está disponible el puesto?
📲 si, pero podríamos vernos antes, solo por protocolo de la empresa.
📲 claro, dígame la hora y el día.
📲 podría en media hora.
📲 si claro, digame la dirección y estaré ahí.
Me paso la dirección y su nombre, al cortar la llamada el nombre que me dijo me llamo mucho la atención, pero no le quise tomar más importancia y me fui a dar un baño, me arreglé y salí, Alex me llevó a la dirección llegando muy rapido al ver el edificio era demasiado bonito, camine a recepción y de inmediato me hicieron pasar subiendo al último piso recordando el maldito pasado.
Se abrieron las puertas del ascensor y camine a paso firme, la secretaria me llevó hasta la oficina entrando atrás de ella, movió una silla y me senté, esperando unos cuantos segundos, cuando escuche abrirse la puerta y pasos acercarse a mi dirección, me levante y al voltear me quede perpleja, ¿él?, me sonrió hasta abrazarme tan fuerte que recordé los viejos tiempos a su lado.
Aún no salía de mi asombro y la gran coincidencia, después de años de no vernos, hoy estaba frente a él, lista para trabajar a su lado, nos separamos y el bajo su mirada viendo mi vientre, sonrió posando su mano en ella y solo sentí el movimiento de mis hijos, sé que al reencontrarme con él, fue una obra más del destino.
ZENÓN LAMPROU.
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