Escarlata es una joven universitaria con 21 años de edad, su piel es clara y tiene una larga cabellera roja natural, sus hermosos ojos son de color ambas y en el comienzo de su pómulo derecho cerca del ojo, tiene un hermoso lunar, también es delgada de estatura normal. De modo que ella vive con sus padres, que son pequeños empresarios de la clase media baja y viven en una pequeña casa sin lujos y detalles en el centro de la ciudad.
Con tan solo 27 años, Diego Spencer es un hermoso y poderoso magnate, el hombre más rico del mundo. Dueño de múltiples empresas, entre ellas: dispositivos electrónicos, comunicaciones, industria energética, petroleras, clínicas, clubs, restaurantes y muchas. Diego es alto, con el cuerpo bien tonificado, piel clara, cabello castaño y sus ojos son único azules como el cielo y también como el mar. Sin embargo, por naturaleza posee una actitud seductora, apasionado, mujeriego y tremendo casanova. No obstante, su familia son proveniente de la más alta sociedad, su padre, en vida, repartió su fortuna a sus 3 únicos hijos. De modo que Diego, con su gran capacidad intelectual, ha convertido su dinero en un imperio. Famoso, y muy respectado en el área empresarial.
E: ¡Oh Dios santo, mami, se me está haciendo tarde para ir a la universidad!
Clara mama de Escarlata: Discúlpame, hija, pero yo también estoy tarde y no puedo llevarte.
E: No te preocupes madre, sé que no me puedes llevar por tu cita médica.
C: Si hija, pero aun así me siento mal, — Debido a tiene que tomar el autobús, teniendo tu padre y yo vehículos.
E: Mami, yo los puedo comprender, — Papi está trabajando y tú también tiene tus compromisos, y mi no me molesta tomar los autobuses público.
C: Aun así, con Dios mediante hija, si nos va bien este año, te compraremos tu auto.
E: Tranquila madre, ahora mismo no lo estoy necesitando, — Además ya casi me graduó y pronto con Dios mediante, con mis pequeños ahorros, pondré mi pequeñito negocio —Puesto que si nos va bien, compraré mi vehículo y los ayudaré a ustedes.
C: Sé que te va a ir bien, hija, —De eso no tengo la menor duda.
E: Bueno, ya me voy, nos vemos en la noche, — Bendición.
C: Que te vaya bien, — Dios te bendiga.
Saliendo de la casa, Escarlata camina rápidamente hacia la parada del autobús. Pero cuando llega, ella está muy preocupada, porque esta espera, y espera debido a que el autobús, todavía aún no ha llegado. Sin embargo, cuando el vehículo está llegando; Escarlata sube rápidamente y se sienta sacando un cuaderno para estudiar durante todo el camino. De modo que cuando llega a su destino, para no llegar más tarde, se baja a toda prisa, corriendo hacia la universidad.
Olvidándose que has dejado su bolso medio abierto, pensando que tiene un examen muy importante que tomar. Se detiene, por se ha cansado, pero sigue caminando con la mirada hacia abajo, arreglando sus pertenecía, por el pasillo principal, pero de repente choca con una persona y:
E: ¡Auccch! Escarlata se cae sin mirar hacia arriba.
Tropezando con la persona que está caminando al lado del director y varios hombres más, alrededor de ellos. No obstante, el director se sorprende por lo sucedido, enojándose con ella.
Pero Escarlata, sin ver a la persona que ella había chocado, se enoja.
Y en pensando voz alta:
E: ¡Auchh, lo que me faltaba ahora!
Puesto que el hombre, cuando la ve, inmediatamente se baja para ayudarla y mirándola:
D: Al fin te encontré y nos volvemos a ver. Piensa Diego en voz baja.
Sin mirarlo, Escarlata empieza a sobarse su mano.
D: Lo siento— ¿Se encuentra bien? Le pregunto Diego, muy preocupado.
E: No me siento bien, me duele mucho mi mano.
De manera que Escarlata tiene su mano roja y está hablando con su voz entre cortada, debido a que quería llorar. No por el dolor, sino por todo los inconvenientes, que se le había presentado, para llegar a tiempo a tomar su examen. Primera vez que le pasa, y está muy preocupada, porque ella está estudiando en esa prestigiosa universidad, con una beca que se había ganado, por ser una excelente estudiante. Ahora bien, Escarlata, aparte de ser bella, es bien inteligente, y nunca había faltado ni un solo día a sus clases. Ella es muy responsable y a faltar a su examen casi final, ella se sentía, que su mundo se le estaba cayendo encima.
D: ¿Me permite? Le pregunta Diego, con cara de preocupación.
Escarlata levanta la cabeza y cuando miro al hombre que le habla, ella, igual que él, se quedan hipnotizados mirándose el uno al otro. Ninguno de los dos pestañeaba, ella sentía una gran conexión en esa mirada, no sabía por qué, si a su 21 años de edad, ella nunca había visto a ese hermoso hombre, de ojos grande azules y esa sonrisa perfecta y encantadora. Sin embargo, el director, Almanza, se encuentra nervioso, debido a que Escarlata había tropezado con el dueño de la universidad, el principal está pensando, que ella lo está metiendo en problema con Diego
Y muy enojado le vocifera:
Dir.: Señorita, debe tener más cuidado— Tiene que mirar por donde camina, la espero inmediatamente en la oficina.
Pero Diego, a escucharlo, le molesto el tono de voz y de la manera que le está hablando a Escarlata.
D: No le grite, ni le llame la atención, es mi culpa, y de ninguna manera ella va a ir a la oficina— ¡Me entendió! Le dice Diego, sin ningún tipo de expresión en su rostro, mirando fijamente a los ojos del director.
Escarlata, volviendo en sí, se enoja y mira al director y:
E: Si es cierto, es culpa de este señor— El fue quien se tropezó conmigo y no me llame la atención a mí, sino más bien a el.
Pero el director, a escuchar a Escarlata, se puso más nervioso.
D: Tiene razón, fui yo, quien tropezó contigo— ¿Me disculpa?
Escarlata asiente con su cabeza.
Sin embargo, Diego le agarra la mano, la mueve un poco y mirándola a los ojos, le pregunta:
D: ¿Siente mucho dolor?
Escarlata vuelve afirmar con su cabeza.
D: Lo siento mucho.
Más calmada:
E: Somos humanos, eso pasa.
Diego le sonríe levemente:
D: Te llevaré a la clínica para que te revisen.
E: No gracias, pero no puedo— Más luego se me pasa, además estoy:
Escarlata se recuerda de su examen y no pudo terminar la palabra y sus ojos enseguida le comenzaron a salirse sus lágrimas.
D: No, por favor, no llore, todo estará bien. Le decía Diego, limpiando sus lágrimas.
E: No voy a estar bien, — En este momento mi maestro, está dando uno de los exámenes final, y yo no estoy presente— Este día me está saliendo todo muy mal. Le dice Escarlata, cabizbaja.
D: No te preocupes, yo me encargaré de que te den tu examen— Pero después que te lleve al hospital, sí. Le dice Diego, mirándola con mucha tristeza
E: No, no es necesario que me lleve al hospital— Lo que yo tengo no es tan grave.
Diego la mira con ternura y le responde:
D: Bella dama, no me podría ir tranquilo, sabiendo que a usted le duele su mano.
Inmediatamente, él le hace una señal a uno de sus guardaespaldas, para que le recoja todas pertenencias de Escarlata que están en el piso.
Diego mira al Director y le habla con un tono de voz autoritario:
D: Señor Almanza, me llevaré a la señorita a la clínica y no se le ocurra ponerle ausente en sus clases. ¿Me entendió?
Dir.: Por supuesto, Señor Spencer.
E: Perooo.
D: Tranquila.
Escarlata se iba a levantar, pero Diego la ayuda y coloca una de sus manos en la espalda de Escarlata y muy juntos se van caminando por el pasillo de la universidad. Llegan al estacionamiento y como todo un caballero, él le abre la puerta del carro y la ayuda a subir.
Durante el camino, Diego se presenta con una bella sonrisa y extendiendo su mano.
D: Disculpa, por no presentarme— Mi nombre es, Diego Spencer— Pero para mí es un placer saber su nombre.
E: Mucho gusto, yo soy Escarlata Benner. Le dice ella, mirando a Diego a los ojos.
D: Hermoso nombre, Escarlata.
E: Gracias.
D: ¿Puedo saber la carrera que está estudiando?
E: Estudio ciencia química y cosmética, pero muy pronto terminaré mi carrera.
D: Interesante.
E: Disculpa, pero la verdad es que me siento muy nerviosa— Estoy estudiando con una beca y me preocupa mucho no poder tomar, en el día de hoy, el examen. Le dice Escarlata, triste bajando su cabeza.
D: No te preocupes, más luego lo tomara— Te aseguro que nada perjudicara tus exámenes y tu beca universitaria.
E: Gracias, por ayudarme.
D: No me dé la gracias, es mi deber— ¿Puedo saber qué edad tiene?
E: ¿Tengo 21 y usted? Le dice Escarlata, mirando fijamente a los ojos de Diego.
Diego, adentro de sus pensamiento: Ya tiene 21 años.
D: Me puedes tutear Escarlata— Tengo 27 de edad. Le dice Diego, mirándola con dulzura.
Pues bien, el vehículo se está deteniendo en un enorme y lujoso hospital, se bajan y Diego tomándola de la mano, están caminando muy juntos y todos los empleados, cordialmente saludan a Diego.
Enfermera: ¿Sr. Spencer en que le podemos servir? Le dice una joven enfermera, que lo mira con una mirada coqueta.
D: Quiero que me revise a esta bella dama.
Enf: Como usted diga Señor— Por favor, señorita, pase por aquí.
La enfermera camina como si estuviera en una pasarela, delante de Diego y Escarlata y cuando llegan a la oficina de unos de los médicos.
Doctor: Señor Spencer, es un placer tenerlo a usted aquí— Por favor, pase adelante, usted también joven. Mirando a Diego: — ¿Por favor, dígame en que le puedo servir?
D: Por favor, mire y atienda a la dama. Le dice Diego, ayudando a sentar a Escarlata.
Doctor: Como esta joven-¿Tiene algún dolor?
E: Sí, doctor.
El doctor chequea su mano:
Dr.: Señorita, usted tiene una contusión en la mano izquierda— Su contusión no es grave, pero se le sanará entre 2 a 4 semanas— Le medicaré unas pastillas para el dolor, y debe aplicarse hielo o una de compresa, con la duración entre 10 o a 20 minutos.
Diego le puso mucha más atención a cada palabras que el doctor le decía a Escarlata. Debido a que él nota que Escarlata, todavía está un poco ida, pensando en su examen.
E: Gracias doctor.
D: Te llevaré a tu casa. Le dice Diego, agarrando a Escarlata otra vez de la mano.
E: Gracias.
Inmediatamente, Diego mandó a uno de sus hombres, a comprar la receta para después encontrarse en casa de Escarlata y mientras iban en el camino, de vez en cuando, él la miraba, pero Escarlata, está muy pensativa mirando hacia la ventana, cuando:
D: Está muy pensativa, Escarlata. Le dice Diego, mirando su cara.
E: Disculpa.
D: Escarlata, para estar al pendiente de tu mano— Me gustaría tener tu número de teléfono.
E: No debe preocuparse, estaré bien. Le dice ella, volteando su cara hacia la ventana.
D: Por favor. Le dice Diego, poniendo su mano, encima de la de ella.
E: De acuerdo. Le dice Escarlata, mirando los ojos de Diego.
De manera Escarlata le da su número, pensando que el nunca la iba a llamar. Luego saca su celular un poco anticuado, para anotar el número de Diego. De hecho, a ella no le gusta gastar en nada que no sea de mayor importancia. Y:
D: Gracias. Le dice Diego, con una leve sonrisa.
Cuando llegaron a la casa de Escarlata. Diego, enseguida, se baja de su auto, le abrió la puerta a Escarlata y sin dudarlo entro a su casa sin ser invitado.
E: Gracias por todo.
D: No me dé las gracias, para mí es un gusto— Además, estoy cumpliendo con mi deber. Le dice Diego, caminando por la casa.
E: Por favor, puede colocar mi bolso en el sofá. Le dice Escarlata, al hombre que tiene su bolso y está parado en la puerta de entrada.
El guardaespaldas, coloco el bolso de Escarlata, en uno de los sofás de la casa.
Diego estaba parado, en la sala y:
E: Perdón, si gusta te puede sentar.
D: Gracias.
Sin pensarlo, Diego se sienta y empieza a mirar cada parte de la casa de Escarlata y desde su lugar, llega a observa que hay muchas fotografías de ella, de cuando estaba pequeña. De inmediato el se levanta y camina hacia donde está las fotografías, se detiene a observar, cada una de ella.
D: Escarlata, mi bella Escarlata. Dice Diego, en su pensamiento, mirando cada una de las fotografías.
Curioso:
D: ¿Tus padres, te tomaron todas esas fotos?
E: Alguna de ellas, la mayoría, me la tomaba yo misma.
D: Te ves hermosa en todas. ¿Te gustan las fotografías? Le pregunta Diego, con una leve sonrisa.
E: Sí, me gusta conservar los mejores recuerdos.
Escarlata mirando la cocina:
E: ¿Te gustaría tomarte una taza de té?— Ella pausa y sonríe.— Disculpa, es que no sé cocinar y solamente te puedo brindar eso.
D: No, gracias, preciosa— No quiero que haga nada— Recuerda lo de tu mano, y además, ya me tengo que ir. Le dice Diego, acercándose a Escarlata.
E: Gracias, por todo.
D: No me dé las gracias Escarlata, espero que te mejores. Le dice Diego, dándole un beso en su cabeza.
Luego, ambos se despidieron y al rato, Diego llega a su gran empresa y todos sus empleados los saludaron con respeto. Sigue caminando, llegando al último piso, donde se encuentra su gran oficina. Entra y se sienta, recostando su cabeza en la espalda de su silla. Cierra sus ojos y se queda pensando en Escarlata.
Pero de pronto, hace una llamada:
Ring, ring.
D: Quiero ver el historial universitario de Escarlata.
Terminando la llamada, pensando en voz alta:
D: Escarlata, como es la cosa de la vida— Cansado de buscarte por todo el mundo y tú tan cerca de mí. Dice Diego reflexionando.
Pero de repente, la puerta de su gran oficina se abre, sacando a Diego de su pensamiento y entrando una bella y sexy mujer.
C: Hola, baby. Dice ella, dándole un beso a la boca de Diego.
D: Cindy, cuantas veces te voy a decir, que tú no está en tu casa, — Primeramente, tiene que anunciarte antes de entrar.
Le dice Diego molestó, porque en ese momento estaba reflexionando acerca de Escarlata.
C: Perdona baby, pero es que tenía tanto deseo de verte.
Cindy es una de las mujeres de Diego. Ella es una bella modelo, es alta, rubia, ojos verdes, cabello dorado largo y delgada.
D: ¿A qué viniste?
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