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SEMPITERNO

AÑO NUEVO

AUTORA:

Hola a tod@s mis lectores

Es para mí una gran alegría presentarles mi tercera novela titulada SEMPITERNO, espero que sea de su agrado y me acompañen en esta nueva travesía.

Algo que siempre les digo es que me gusta que se imaginen los personajes de las novelas que escribo y si ven algunas fotos son solo referenciales, ya que cada un@ crea al personaje en su imaginación.

🚨🚨 ADVERTENCIA 🚨🚨

—Si no leíste mi libro NEFELIBATA te recomiendo que antes de empezar a leer SEMPITERNO lo leas, porque puede que no entiendas la participación de algunos personajes así como algunas referencias.

—Esta es una historia que tiene contenido +18, es decir, contenido para público adulto.

—Algunos de los temas que se trataran y por los cuales esta historia está catalogada como +18 son: violencia física y psicológica, torturas, contenido sexual, narcotráfico y lenguaje crudo . La historia contendrá contenido delicado y sensible tales como los mencionados anteriormente, ten en cuenta esta advertencia antes de comenzar la lectura.

—El libro está en proceso por lo que únicamente subiré un capítulo por semana, si no les gusta esperar tanto por un capítulo les recomiendo que esperen a que el libro esté concluido.

***Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. ***

Ahora los dejo con el primer capítulo, espero que les guste….🤗

.........

...AÑO NUEVO...

El sonido del despertador llena el vacío de mi habitación, aunque el sonido no es lo que me despertó el día de hoy. Levanto mi mano y apago el bullicioso aparato.

Me levanto de la cama y camino por el lujoso cuarto de hotel en dirección al baño, lo primero que veo frente a mí es mi reflejo frente al enorme espejo, sin poder ver por mucho tiempo mis enormes ojeras me giro a cerrar la puerta del baño, paso de largo directo a la ducha y sin quitarme la ropa abro el agua.

Las primeras gotas de agua fría terminan por despertarme, pero no hacen nada por calmar el ardor dentro de mi pecho y mi alma, nada calma la sensación que tengo, siento que no puedo respirar, que no puedo gritar. Presiono mi pecho con ambas manos intentando tranquilizarme, mientras dejo que el agua se lleve mis lágrimas junto al dolor, la decepción y sobre todo que se lleve el amor que llegue a sentir.

¡Toc! ¡Toc!

—Señorita llegaron a maquillarla. —Ya llego el momento, intento no llorar más porque si no mis ojeras se notaran a pesar del agua fría.

—Ya salgo. —Digo intentando parecer normal cuando por dentro no me siento así.

Me levanto y quito mi ropa mojada, dejo que el agua caiga por mi cuerpo un poco más, hasta que estoy lista para enfrentar lo que será mi futuro y mi nueva vida. Tomo una bata y me la coloco sin ver mi reflejo en el espejo, no necesito volver a verlo para saber lo desdichada que me veo.

Cuando abro la puerta, la señorita ya no se encuentra fuera, siento cierto alivio, ya que no quiero que nadie me vea sin antes maquillarme y tapar las enormes ojeras que sé que tengo.

Sin tomarme la molestia de ponerme una toalla al cabello o unas sandalias me dirijo al ambiente del hotel donde se encontraba un tocador destinado para el día de hoy, ahí veo a un grupo de 3 personas sacando un montón de maquillaje y lo colocan en toda la extensión del tocador.

Las tres mujeres conversan todas muy animadas, las entiendo, se supone que maquillar a la novia debería ser un suceso feliz. La novia debe llegar reluciente y desbordante de alegría, pero no es mi caso.

Esta novia va camino a su prisión y con la certeza de que no será feliz nunca, pero debo hacerlo.

—Buenos días. —Cuando las tres mujeres se giran a verme la sonrisa se les borra de la cara, sé que debo lucir ojerosa y demacrada.

Una de ellas parece recomponerse de la impresión y me muestra una sonrisa antes de hablar.

—Buenos días señorita venimos de la agencia que contrataron para el matrimonio de don…—No termina de hablar, ya que mi rostro lo debe decir todo.

No me interesa escuchar o saber sus explicaciones, solo quiero acabar con todo esto lo más pronto posible.

Camino a pasos lentos y me siento en la silla.

—Tapen las ojeras, quiero que todos vean lo feliz que estoy en mi matrimonio. —Veo como se lanzan miradas entre ellas, pero no dicen nada, la que parece la jefa vuelve a hablar.

—Claro señorita ¿Cómo va a querer su peinado? —No tengo ni la remota idea de como quiero el peinado ni siquiera sé cómo será el vestido o el lugar donde se supone que uniré mi vida para siempre, le dije a mi madre que se encargara de todo.

Inevitablemente, miro mi reflejo frente al espejo, me imagino entrando al lugar donde me casaré y me veo siendo lo más libre posible antes de nunca más tener mi libertad. Quiero mi pelo suelto, pasaré el resto de mi vida bajo reglas y en un lugar extraño. Por lo menos quiero que mi cabello sea libre hoy.

—Lo quiero suelto. —La mujer sonríe.

—Le haré unas pequeñas trenzas y unas hondas que se verán naturales y…—La mujer sigue hablando, pero no puedo escucharla. Mi mente está muy lejos de aquí, está en aquel día...

...01 de enero...

Estoy viendo mi celular y me detengo cuando llego a la dirección que indica el GPS, levanto la vista y veo una bonita casa. Sonrío, llegue; toco el timbre y espero a que salgan a abrirme.

Una cabellera alborotada rubia con reflejos marrones me da la bienvenida, sus azules ojos tardan un poco en enfocarme, pero cuando lo hacen una sonrisa se extiende por su rostro.

—¿Amiga? —Una sorprendida Luisa viene hacia mí, luce somnolienta. —No puedo creer que realmente estés aquí.

—Te dije que vendría a verte el primer día del año y aquí me tienes. —Se acerca a mí y me da un fuerte abrazo.

—Gracias por venir. —Sonrío mientras le devuelvo el abrazo, la conocí en uno de mis viajes y nos hicimos muy amigas cuando su madre falleció por el cáncer. Aunque no nos veíamos porque constantemente viajo, nunca perdimos el contacto y mantuvimos la amistad.

Luisa Morelli Barone es una mujer muy alegre y aunque muchos dirían que tenemos cierto parecido la verdad es que no es así, mientras su cabello tiene reflejos marrones el mío es completamente rubio, mis azules ojos tienen un color muy intenso y mi rostro es un poco más redondo, que según mi madre me da un aspecto muy angelical.

Hace unos meses le prometí que vendría el primer día del año nuevo y aunque al principio planeaba venir con mi familia hubieron negocios que lo impidieron, así que después de pasar año nuevo con ellos tome el primer avión hacia la ciudad de Palermo en Italia y vine directo a casa de Luisa.

—Hueles a que recién te despiertas. —Le digo mientras el olor a alcohol se filtra de su casa y su ropa.

Luisa ríe, se parta un poco y se pasa las manos por el rostro.

—De hecho recién despierto. —Levanto una ceja mientras me acomodo la mochila al hombro.

—Se nota que me perdí de una gran fiesta, me hubiera gustado estar antes, sin embargo, las fiestas las paso siempre con mi familia. —Sonríe y toma la mochila de mi hombro.

—Lo importante es que ya estás aquí Nefertari, no creí que vendrías. Pasa. —Me guía por su casa y cuando entro efectivamente el olor a alcohol es muy fuerte, su casa es muy bonita y grande. Me parece raro que saliera ella a abrir, cualquiera pensaría que tendría personal de servicio. —Disculpa el desastre, papá les dio vacaciones a todos y solo estoy yo como sobreviviente.

Sonrío ante su comentario.

—Eso explica él…—Miro alrededor de la casa mientras sonrío. —Orden de tu casa.

Luisa ríe y niega.

—Ya basta Nefertari sé que está un asco, pero papá les dio el día libre así que poco o nada puedo hacer. —Se sienta en uno de los sofás que esta vacío. —Cuando reaccione te lo presentaré, le hable de ti.

—Espero que cosas buenas. —Me siento junto a ella.

—No, le conté que bebimos dos días hasta vomitar todo en cada rincón de Florida. —Me paso una mano por el rostro, como olvidar ese día. No soy mala bebiendo, pero esa mezcla me hizo daño.

Ese día Luisa se hizo mi amiga, mientras juntas sacábamos todo del estómago en aquella fiesta.

—Que vergüenza, no debiste haberle contado nada. —Se acomoda para verme.

—Le agradaste, más aun. No me dejaste sola cuando paso lo de mi mamá. —Le sonrío, paso momentos duros junto a su madre y cuando ella murió la dejo sola.

—Sabes que cuentas conmigo. —Posa una de sus manos sobre la mía.

—Lo sé, gracias, amiga. —Se acerca y me da un abrazo, se lo devuelvo.

—Creo que hoy estamos en día de abrazos. —Ella sonríe y se aparta.

—Debe ser por el alcohol que corre por mis venas. —Se levanta y deja mi mochila en el sofá. —Nefertari espérame, me pondré unos lentes negros y unas zapatillas para que salgamos a desayunar algo decente, ya que en esta casa únicamente hay alcohol.

—Aquí te espero. —Luisa sube corriendo unas gradas y yo aprovecho para llamar a mi mamá.

Contesta al primer timbre como siempre.

—¿Cómo está mi princesita? —La melodiosa voz de mi mamá se escucha al instante.

—Mamá ya llegué a casa de Luisa, todo estuvo tranquilo. —Se lo aclaro, ya que como en todos mis viajes no dejo que nadie venga conmigo, trato de llevar una vida tranquila un poco alejada del negocio familiar, pero siempre al pendiente de lo que pase en casa.

—Me alegra oír eso, aunque igual te enviaré un contacto en Italia. —Me obligo a mantenerme callada, desde que empece a viajar por el mundo a cada lugar que voy, mamá se encarga de enviarme un contacto en caso de que algo pueda pasar y por más que le he dicho que no es necesario lo hace.

Me tengo que quedar callada y aceptarlo porque sé que si ella no está tranquila no podrá tranquilizar a papá y él junto a mis neuróticos hermanos me pondrán un montón de seguridad si eso llega a pasar.

—Está bien mamá dime como se llama. —Sé que tengo que memorizar sus datos, ya que no podemos arriesgar a nadie.

— Adriana Galli Palmieri, actualmente está en la policía de Italia. Alta, pelinegra de contextura delgada, ahora debe tener el cabello rojo. —Sé que tengo que memorizar la información y el número de celular que me dicta en clave.

—Lo tengo mamá, gracias. Te amo. —Escucho los pasos de Luisa al bajar las escaleras.

Cuando levanto la vista la veo con una coleta alta, un vestido blanco con zapatillas y unos enormes lentes de sol que ocultan sus ojos cansados.

—Y yo a ti, mantente en contacto. —Sonrío y cuelgo, claro que mamá siempre se preocupara por mí. Guardo el teléfono en un bolsillo y me levanto.

—Pareces resucitada. —Luisa se arregla los lentes y se cruza una cartera por el hombro.

—Mientras encontremos más alcohol estaré bien. —Río y niego mientras la sigo a la salida. Dudo un momento en tomar mi mochila, pero al final decido ir con ella.

No es muy grande, solo tiene lo necesario para el viaje corto, ya que planeo irme a un pequeño viaje por el país en el que creció mamá. Vamos a un restaurante un poco lujoso para mi gusto, pero por la insistencia de Luisa entramos a desayunar.

Dejo mi mochila en una de las sillas y mientras nos sirven el desayuno, escuchamos un fuerte grito en la puerta.

—¿Crees que el café les llego muy caliente? —Le pregunto a Luisa, ya que en este lugar creo que lo que ocasionaría un grito así sería algo similar.

Luisa se retira los lentes y rueda los ojos.

—Seguro el hielo estaba muy frío. —Ambas reímos. Levanto mi copa de vino y la choco con la de ella.

—Por nuestra amistad y espero que a la próxima me visites tú a mí. —Luisa sonríe.

—Cuando me digas que estarás en un lugar fijo iré…—No termina de hablar cuando escuchamos otro grito cerca y por una de las entradas veo a un enorme hombre de cabello castaño que se dirige con un arma en la mano.

En su mejilla derecha tiene tatuada una rosa y sin pensarlo mucho más jalo a Luisa para que nos refugiemos debajo de la mesa. Luisa respira agitada y sus ojos están muy asustados, se escuchan más gritos, hasta que todo el lugar queda envuelto por los gritos de las personas asustadas.

...…...

NOTA :📌📝

Estoy agradecida con tod@s por leer mi novela, espero que cada capítulo que publique les guste.

🚨🚨RECUERDEN LAS ADVERTENCIAS🚨🚨

✨Mientras llega el martes los invito a leer mis novelas NEFELIBATA y SUEÑA ✨

PD: Espero que esta nueva novela sea de su agrado , déjenme sus comentarios y sugerencias. Tal vez añadiré algunas imágenes de los personajes a medida que publico nuevos capítulos.

MI AMIGA

Rápidamente me pongo a pensar en todos los enemigos de la familia, son muchos, pero ninguno en específico que viniera a querer asesinarme. Ninguno con tatuaje en el rostro, ninguno en Italia, descarto todo rápidamente, mientras los gritos se siguen escuchando.

Cuando me centro en Luisa sus labios tiemblan, todo su cuerpo se agita con miedo. Coloco una mano en su hombro para calmarla y le hago una señal para que no haga ruido. Tal vez solo es un robo común y todo estará normal después que roben lo que desean.

Hasta que escuchamos un disparo y aunque hace unos instantes creí que los gritos eran altos, estaba equivocada. Todo el lugar es un caos de gritos y llanto, mientras una voz poco a poco se escucha más fuerte y los gritos van cesando.

—Al próximo que vuelva a gritar le pondré un tiro en la cabeza. —Se escucha en un italiano impecable. —Esto acabará rápido si me ayudan.

Es un robo, siento cierto alivio.

Miro a Luisa y le susurro.

—Es un robo, todo estará bien en cuanto tengan lo que quieren. —Ella asiente e intenta tranquilizarse.

—No fue por el hielo. —Dice sonriendo un poco y yo con ella, no fue por el hielo.

La voz del hombre se vuelve a escuchar, mientras el sonido de unos zapatos por la cerámica me indican que más gente entro.

—Solo vine por una persona, me dijeron que entro aquí. —Tras esas palabras me preparo para lo peor, han venido por mí.

Me doy una reprimenda mental, no traje ninguna arma para poder defenderme.

Carajo debí hacer caso a papá, me paso una mano por el rostro, es tarde para arrepentimientos. Tengo que actuar con lo que está a mi alcance y dejando a salvo a Luisa.

—Luisa Morelli Barone, sé que estás aquí. —Volteo a ver con asombro a mi asustada amiga, que en cuanto escucha su nombre se torna pálida. ¿Qué está pasando? Busco en su rostro alguna respuesta, pero únicamente veo miedo. —Si no sales matare una a una a las personas de este lugar.

Seguido de ello escucho un balazo y gritos que son ahogados.

—¡Salgan todos debajo de la mesa! —Luisa está en shock, así que me acerco a ella tomándola del brazo y prácticamente arrastrándola fuera de la mesa.

Será mejor terminar con esto rápido y que ninguna persona salga lastimada.

Cuando estamos de pie, veo a las personas asustadas en cada mesa, mientras que en medio del lujoso lugar están de pie el hombre con el tatuaje de rosa y otros hombres más que tienen consigo sus armas.

Somos solo Luisa y yo las únicas mujeres jóvenes, así que las miradas son dirigidas a nosotras, mientras Luisa parece estar en un trance me doy cuenta de que el hombre no sabe cuál de las dos es Luisa, porque si lo supiera estoy segura que habría venido en nuestra dirección. Mientras la mirada del hombre va entre luisa y yo una idea se me cruza por la mente.

Si ellos no saben quién es ella tal vez pueda ayudarla.

El hombre camina a paso decidido en nuestra dirección, no es nuevo, ya que lleva el arma como si fuera parte de él y por como lo ven y siguen es obvio que es el jefe.

—Hay una deuda que saldar. —Dice mirando a cada una, confirmándome una vez más que no sabe cuál de las dos es Luisa.

—¿Qué deuda? —Luisa habla tan bajito que apenas se puede escuchar, yo la sostengo con más fuerza infundiéndole apoyo.

El hombre la examina.

—Tu padre tiene una deuda. —Examino al hombre un poco más, él tampoco es el verdadero jefe, si lo fuera no estaría tan tranquilo; está siguiendo las órdenes de otra persona. Así que decido ayudar a mi amiga, no dejaré que nada malo le pase, no mientras pueda ayudarla.

—¿Qué clase de deuda tiene mi papá? —Digo a medida que todas las miradas caen en mi dirección incluyendo la de Luisa, que parece salir del schok tras escuchar mis palabras.

Aprieto su brazo para que no diga nada, no sé si por la impresión o porque capto mi señal se queda callada. El hombre se acerca a mí y me da una mirada rápida, es bastante alto y corpulento.

Levanta su arma y se frota la barbilla, dejando a la vista su tatuaje en el dorso de su mano.

—Rubia , alta, delgada y ojos azules. —Mira a ambas una vez más y casi rio por la ineptitud tan grande al secuestrar a una persona. Ambas encajamos en la descripción, es momento de apresurar esto y darle tiempo a Luisa para que se vaya.

Miro a Luisa y aprieto sus manos.

—Discúlpame Nefertari, no sé lo que pasa, pero te prometo que lo solucionaré y estaré bien. —Luisa me mira confundida y con los ojos llorosos.

—No puedo dejar que te lleven…—Antes de que diga algo que nos delate la abrazo haciendo que se calle y le susurro.

—Toma mi mochila y desaparece, irán por ti en cuanto se den cuenta. No regreses a casa ni a ningún lugar que solías ir. —Me separo de ella antes de que levante sospechas , Luisa se limpia las lágrimas con manos temblorosas.

Le doy una última mirada antes de dar un paso al frente .

Miro al hombre del tatuaje de rosa.

—Yo soy Luisa Morelli Barone—El hombre sonríe y hace una señal. Uno de los hombres que lo acompaña me jala del brazo y me hace caminar mientras me apunta con su arma.

Salimos del lugar con rapidez y soy empujada al asiento trasero de un auto negro con ventanas polarizadas, a cada lado se sienta un hombre y de copiloto va el hombre del tatuaje.

Doy una mirada al restaurante y ruego internamente porque Luisa escape, hay suficiente dinero en mi mochila para que desaparezca por unos meses. Porque en cuanto se den cuenta de que no soy ella la irán a buscar.

El auto arranca y me lleva por las desconocidas calles de Palermo, mamá me mataría si supiera lo que hice. Pero Luisa es de esas amigas por las que vale la pena arriesgarse, el trayecto del viaje es largo , aunque me pregunto si solo es el hecho de estar secuestrada y no conocer nada.

Cuando el auto se estaciona me sacan con brusquedad, el sol cae sobre mi rostro y veo que estamos en una enorme mansión. Examino el lugar con rapidez y me doy cuenta que no hay seguridad, son novatos en esto.

Si vinieron por Luisa probablemente sea a causa de su papá, talvez debido a una sentencia que perjudico a una persona o algo por el estilo, no hay otra explicación. Veo como el hombre del tatuaje de la rosa sube los escalones y se acerca a otro hombre que sale por las enormes puertas, este tiene el cabello completamente negro y al igual que el anterior es muy alto y corpulento. Por el cuello de su camisa se divisa un poco de tinta negra, debe tener un tatuaje ahí.

Parecen conversar un poco y el hombre con el tatuaje de la rosa regresa, baja las escaleras y se acerca a mí.

—Tienes que pagar la deuda de tu padre. —Lo dice con indiferencia, solo me está avisando, así que me aventuro a preguntar.

—¿Cuál es la deuda de mi padre? —El hombre me mira y sonríe.

—El debió decirte que te vendió como carne en el mercado. —Lo miro sin comprender.

—¿A qué te refieres? —El hombre ríe y niega, su celular suena y se aleja sin darme respuesta.

El hombre que se encontraba en lo alto de los escalones baja y me mira con arrogancia.

—La zorrita ya está aquí. —Si bien es cierto que crecí en un mundo lleno de peligros, muerte, deudas y sangre, nunca he dejado de que me insulten. Mi tío Rudolf me enseño desde muy pequeña a como defenderme de quienes lo hacían.

Así que las palabras de este hombre me llenan de enojo.

—Hay que ser muy poco hombre para secuestrar a una mujer que está indefensa, uy, pero que miran mis ojos, justo uno frente a mí que le falta mucho para ser hombre . —El hombre se acerca a mí y me doy cuenta que hace un ligero movimiento con la cabeza, al instante siento que sujetan mis brazos y tomándome por sorpresa me da una fuerte cachetada.

Siento el sabor metálico de la sangre en mis labios y después me sueltan.

—Vuelve a repetir lo que dijiste. —Levanto la vista aun aturdida y le doy una mirada de odio puro.

No sabe con quién se metió.

...…...

Personajes:

Recuerden que las imágenes son referenciales.

NEFERTARI SCHULZ GONZALES

LUISA MORELLI BARONE

...…...

NOTA :📌📝

Estoy agradecida con tod@s por leer mi novela, espero que cada capítulo que publique les guste.

🚨🚨RECUERDEN LAS ADVERTENCIAS🚨🚨

✨Mientras llega la próxima los invito a leer mis novelas NEFELIBATA y SUEÑA ✨

NO SOY ELLA

Tengo 26 años, este año cumpliré 27 y desde que era niña he recibido muchos golpes gracias a los entrenamientos a los cuales asistí desde muy pequeña. Mi papá, Frederick Schulz Bullrich siempre ha velado por mi seguridad y la de mis hermanos, aunque he entrenado con él, sé que nunca lo ha hecho con la fuerza necesaria, soy su princesita, jamás me lastimaría. Por otro lado, mi mamá, Karina Gonzales Perez fue muy estricta en cuanto a mis entrenamientos, me enseño a defenderme de cualquiera a pesar de mi estatura y mi complexión, puedo decir que después de mi madre soy la mejor disparando un arma.

Mis hermanos fueron entrenados con mayor rudeza, sobre todo Frederick ya que al ser el sucesor de la mafia alemana tenía que ser muy fuerte y capaz de soportar una bala o bueno así lo he fastidiado toda mi vida , mis hermanos gemelos, en cambio, tomaron caminos diferentes, aunque ambos saben pelear muy bien, Gabriel es médico y Alejandro es ingeniero de sistemas. Cuando la familia lo necesita ambos apoyan, pero después están alejados del negocio al igual que yo.

Lo que ha sido un secreto por años es el entrenamiento privado que el tío Rudolf solía darme, mientras todos se desvivían por cuidarme a la hora de entrenar con excepción de mamá, mi tío Rudolf me enseñaba a pelear, disparar y torturar. Soy la pupila de Rudolf, mundialmente conocido como “el carnicero” por la brutalidad a la hora de matar y torturar.

—¡Belucci!. —Una voz me distrae de mis pensamientos , miro más allá del hombre que se atrevió a insultarme y tocarme, un tercer hombre baja las escaleras, es tan alto como los demás y tiene un corte en el puente de la nariz. Su negra mirada se dirige al tipo llamado Belucci. —No puedes lastimarla.

Está bastante lejos por lo que grita, haciendo que todos escuchen.

Enderezo mi cabeza y aparto el cabello de mi rostro, toco mi labio y veo la sangre.

—Esta zorra se atrevió a insultarme. —Brama Belucci enojado.

—Hay un famoso refrán que dice ojo por ojo , diente por diente. —Pongo mi mano en el aire dando a entender que el refrán sigue. —Soy de las personas que creen que debe cumplirse.

Se ríe bastante enojado y antes de que pueda hacer el primer movimiento me acerco a él y le quito el arma que se encontraba en su pecho en un liguero. Subo el arma y le pego con fuerza en el labio, viendo al instante caer sangre.

Quito el seguro y disparo a los hombres que me sujetaron minutos antes, el tercero que grito el nombre de Belucci se queda quieto y al igual que el hombre del tatuaje de rosa en el rostro me miran sorprendidos.

—No soy Luisa Morelli Barone. —Belucci me mira con odio mientras se seca la sangre del labio, los tres hombres se acercan a pasos lentos. Les doy una mirada a los tres. —Pero al primero que se atreva a intentar detenerme le pego un tiro.

Dicho eso, sostengo el arma en alto mientras camino al auto en el cual me trajeron. Me agacho a recoger la llave del cuerpo de uno de los hombres, me doy cuenta de un movimiento y disparo en señal de advertencia.

Miro a Belucci.

—No me gusta repetir las cosas. —Sus ojos están encendidos de sangre por el enojo.

—Te juro que pagaras por esto. —Me dice enojado Belucci mientras el hombre con el corte en la nariz le sujeta sutilmente el brazo.

—Labio por labio. —Le digo y subo al auto.

Dejo el arma en el asiento del copiloto y arranco a toda velocidad.

Salgo por las desconocidas calles de Palermo, no tengo un celular o dinero y estoy segura de que el auto debe tener GPS. Voy por el tráfico de la ciudad y dejo el auto en medio de una calle.

Salgo en dirección al centro comercial y me meto en uno de los baños, voy directo a lavarme la sangre del labio, cuando me miro en el espejo me doy cuenta de que mi mejilla está roja y mi labio bastante hinchado.

Me termino de limpiar la sangre con enojo, ni cuando practicaba con el tío Rudolf me toco la cara. No pienso mucho en ello, el tiempo es crucial y necesito comunicarme con Luisa. Salgo a prisa y me topo con un par de mujeres que hablan español, me acerco a ellas y con mi perfecto español les hablo.

—Disculpen me podrían regalar una llamada, mi amiga se fue y me dejo sin celular y yo me caí en los escalones. —Las mujeres se miran un momento dudando de mi historia, hasta que ceden.

—Está bien, toma. —Cuando me lo prestan marco a mi celular, al tercer tono Luisa responde.

Escucho una respiración agitada.

—¿Luisa?

—Nefertari ¿Eres tú? —Seguido de ello rompe en llanto. —Quise regresar a casa y vi como mataron a la señora que hacia la limpieza, estaban buscándome y…

Sabía que estos tipos iban a regresar por ella, era de esperarse. Es una lástima que muriera un inocente.

—Tranquila ¿Dónde estás? —Escucho sus pasos.

—Me estoy yendo al centro, tomaré un tren o algo yo… ¿Cómo estás Nefertari? Yo te deje y…—No dejo que termine de hablar, la buscan es obvio.

—Estoy en un centro comercial, no sé cuál es, te enviaré mi ubicación. En cuanto la tengas ven hacia los baños del primer piso ahí te espero. —Aprovecho la generosidad y envío mi ubicación a mi teléfono.

Sé que las mujeres no entendieron ni una palabra de lo que hable en italiano con Luisa y eso me tranquiliza. Les agradezco y entro al baño a esperar a Luisa, por lo que parece una eternidad.

Hasta que al fin la veo entrar, tiene el mismo vestido y su cabello desordenado en la coleta, agarrando con fuerza mi mochila, en cuanto me ve su rostro se contrae, ya sé que mi labio se ve horrible.

Se pone a sollozar y me acerco a abrazarla.

—Perdóname, no debí dejar que te lleven.

—Eso ya no importa, aquí estoy. —La abrazo y le permito llorar hasta que se desahogue, cuando se tranquiliza me aparto. —¿Quiénes eran ellos?

Sus ojos se vuelven a llenar de lágrimas hasta que al final se tranquiliza lo suficiente como para hablar.

—Mi papá me vendió. —La miro sin entender. No creo que sea tráfico de personas, su papá es juez de la corte en Palermo y uno muy conocido.

—¿A qué te refieres? —Se muerde el labio.

—Sé que ahora debería preguntarte ¿Cómo empaste? O ¿Por qué sabes tanto de huir? —Es mejor para ella no saber nada al respecto.— Pero esos hombres me persiguen y no sé que hacer, creo que todo esto se debe a que cuando mi madre estaba con cáncer probo tantos tratamientos que nunca me preocupe por lo económico, se intentó de todo Nefertari y nunca me cuestione de donde venía todo ese dinero. —Mierda, creo que ya voy entendiendo. — Mi padre me llamo y me dijo que debe tanto dinero que no podríamos pagarlo ni trabajando dos vidas. —Veo su labio temblar. —Así que en vez de pagar con dinero me dio en matrimonio.

Carajo, esa palabra me deja helada.

—No creo que puedan casarte en contra de tu voluntad, es imposible en estos tiempos. —Por lo menos no en el mundo de Luisa.

—El problema en sí no es el matrimonio. —La miro como si tuviera dos cabezas, el matrimonio es el problema.

Precisamente por eso me alejé de la familia y sus negocios, sé que papá y Frederick me protegerían con sus vidas al igual que mi mamá y mis otros hermanos. Pero nací en el mundo de la mafia, donde los matrimonios son concretados y solo pueden terminar con la muerte, donde no importa cuantos años pasen las tradiciones son arraigadas.

La piel se me eriza al pensar en la historia de mis padres, mamá me la contó tantas veces que me la sé de memoria, aunque siempre me puse a pensar en que si ella no habría amado a papá no seriamos la feliz familia que somos. Ellos tuvieron suerte, aunque sé que la tía Adelaida aún no la acepta del todo, siempre nos ha hablado del tío Gabriel quien fue el rey de la mafia Alemana por años y que murió por salvar a mamá, que era su reina en ese entonces.

Si papá no la hubiera amado y mamá no lo hubiera correspondido, estarían atrapados en un matrimonio sin amor hasta el día de sus muertes. Su historia es el claro ejemplo de cuan crueles son las costumbres de las familias de la mafia, pero sé que ese no es el caso de Luisa por lo que no entiendo por qué dice que el matrimonio no es un problema.

—¿Por qué no lo sería? ¿Quieres casarte con un completo desconocido? —Luisa me mira un poco pensativa.

—Solo seria por un tiempo limitado, pero en las tradiciones del círculo social de la familia una pareja no puede divorciarse. Si lo hicieran la mujer será repudiada y no podrá casarse con nadie que sea aceptable en la sociedad Italiana. —La miro sin poder creerlo, la mujer siempre resulta la más perjudicada en todas esas tradiciones machistas. —Y aunque trate de entender a papá , mi vida está aquí en Italia, no puedo casarme Nefertari. Si me caso nunca podre regresar.

Me paso una mano por el cabello.

—Entonces no te cases, te ayudaré a salir del país. —Luisa me mira con decisión.

—Sácame del país Nefertari.

Sonrío , por lo menos una de las dos podrá elegir con quien casarse. Ya que yo nunca podre elegir a mi esposo o una vida diferente lejos de la familia, mi destino está marcado y sé que llegado el momento cuando me casen nada me asegura que me enamore de mi esposo o siquiera lo soporte, tal vez terminemos matándonos mutuamente o tan alejados como se pueda para poder soportar un infeliz matrimonio.

Solo espero que la vida de Luisa pueda ser diferente.

...…...

Personajes:

Recuerden que las imágenes son referenciales.

BELUCCI SIMONE D’AMICO

...…...

NOTA :📌📝

Estoy agradecida con tod@s por leer mi novela, espero que cada capítulo que publique les guste.

🚨🚨RECUERDEN LAS ADVERTENCIAS🚨🚨

✨Mientras llega la proxima los invito a leer mis novelas NEFELIBATA y SUEÑA ✨

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