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El CEO Y LA MARIPOSA. EL Final Del Invierno

La Mariposa.

¿Hasta dónde puede llegar la ambición y la maldad de las personas? - ¡Thomas Larios y Carlos Duarte fueron los dos hombres que me destruyeron! Thomas era el amor de mi vida, y me vendió a cambio de la dinastía de los Larios, y Carlos Duarte, es mi padre, y la verdad es que es el hombre más malvado que conozco. Me quitó todo, y no le bastó con eso, me separó de mi hija, al darla por muerta, y ahora tengo que luchar por ella y por mi identidad.

Mi nombre es Mónica Duarte, o eso creo. Hace mucho tiempo me consideré como una mariposa. Esto se debe a que durante mi niñez me sentía como un gusano al que todos rechazaban por ser gorda y fea. Me miraban con desprecio y sentía que me pisoteaban por mi físico.

Luego vino mi proceso de capullo, que fue mi adolescencia. Durante un tiempo me encerré porque no soportaba ser rechazada por la sociedad. Mi rostro se llenó de barros y tuve que usar unos feos brackets para poder amoldar mi dentadura. El encierro fue como ese capullo en el que se ocultan las orugas antes de su gran proceso de transformación, para después convertirse en esos seres tan divinos y llenos de vida.

¿Quién diría que me sucedió igual que a ellas? Al poco tiempo de salir de ese capullo, me convertí en una bella mariposa. Sí, así como lo leen, después de la fea adolescencia, desprendí mis hermosas alas, y mi belleza me hizo volar tan alto que sentía que tenía alas. Me sentía imparable, estaba en la cima y tenía el mundo a mis pies. Luego conocí a un hombre maravilloso que me amaba y me protegía.

Y yo… yo daba mi vida por Thomas Larios. Digo la daba porque el día de nuestro compromiso, alguien frenó mi vuelo y me cortó las alas. Me tendieron una trampa y mi hermosa primavera acabó. Todos mis días de felicidad se convirtieron en invierno, un invierno rudo y frío que parece no acabar nunca.

Sí, mi nombre es Mónica, y de cierto modo lo comparo con el de la Mariposa Monarca. Tal vez sea coincidencia, pero mi cabello es rojo y mis ojos son color verde, y como les mencioné, mi cuerpo de modelo. Después de describirme un poco, les contaré lo que sucedió ese día y dónde me encuentro ahora.

Hace unos años, siete para ser exacta, me convertí en una gran modelo. Esto disgustó mucho a mi padre, pero de cierto modo él no me frenó. Yo era la mejor de todas, la más amada y aclamada por las cámaras y la pasarela.

Mi trabajo me generó numerosas ganancias, aunque no lo necesitaba. Nací en cuna de oro, pero el dinero es de mi padre, y si quería seguir gastándolo tenía que hacer lo que mi padre quería. Entonces, decidí independizarme y valerme por mí misma. Me mudé a la mejor parte de la ciudad, y ahí conocí a Thomas, un hombre maravilloso que me trató como una verdadera princesa. Era de buena familia. Los Larios son los más poderosos de la ciudad. Duramos tres meses siendo novios y Thomas me propuso matrimonio. Se los juro, fui la mujer más feliz de la tierra.

Durante ese tiempo, volé tan alto con mis sueños porque iba a ser su mujer. Además, el hipócrita de mi padre lo festejaría por todo lo alto. No obstante, la noche en la que celebraba mi compromiso, salí del salón del evento y observé a mi novio en brazos de otra mujer. Thomas la besaba y tocaba con deseo. Tenía su mano metida en la entrepierna de la chica. En ese momento, no lo podía creer. Me sentí traicionada, y fue cuando uno de los camareros se acercó y me ofreció un trago. No sabía que era una trampa. El tipo me dio una potente droga que me desorientó casi de inmediato y me sacó a escondidas del lugar. Luego me subió a su auto.

Por supuesto que intentaba defenderme, pero mi fuerza no se comparaba con la de él. Al llegar a un hotel, me arrastró a una habitación. Fue ahí cuando lo golpeé fuerte en la cabeza con mi zapato de tacón. Luego salí desorientada, a merced de cualquier otro animal que buscara satisfacer sus oscuros deseos.

Esa noche, como pude, logré abrir la puerta de una de las habitaciones. No había nadie, y quise darme una ducha de agua fría, creyendo que mejoraría mi estado. Pensé en llamar a Thomas y pedirle que viniera por mí, pero recordé su traición. Por más que el agua cayera sobre mi espalda, el malestar no desaparecía, y la decepción tampoco. De pronto, comencé a sentirme hirviendo, y decidí que ya era tiempo de salir de la ducha. Si continuaba, podía agarrar un resfriado. Y no sé qué piensen, pero me sucedió algo muy extraño. Resulta que el roce de la toalla me excitó.

"Dios, por favor ayúdame" ¿Qué clase de droga me dio ese bastardo? Me pregunté a mí misma. En ese instante, la puerta de la habitación se abrió y entró un hombre que apagó la luz de inmediato.

Tal vez no notó mi presencia, fue lo que pensé. En ese momento, me quedé inmóvil, sin saber qué hacer. Me encontraba desnuda, solamente envuelta en una toalla. ¿Qué iba a hacer si mi cuerpo me exigía sexo? No sabía quién era el hombre, únicamente lo vi por fracciones de segundo. Era joven, eso sí lo noté. Sin embargo, no pude detallar su rostro. El hombre se dejó caer sobre la gran cama y pareció quedarse dormido muy rápido. Pude escapar, y no lo hice. Me quedé ahí, y como la gran idiota que soy, pensé en vengarme de Thomas. Me acerqué lentamente a él, y la luz que entraba a través de las cortinas era escasa, pero si podía ver su silueta en la oscuridad. Luego hice lo más estúpido que he hecho en mi vida: me incliné hacia él y lo besé en la boca. Estaba besando a un desconocido y su aliento desprendía un olor a licor y a tabaco combinado con menta. Su perfume era exquisito, quizás Dolce Gabanna.

Sin esperarlo, el hombre se sobresaltó y me empujó. Luego me sujetó del cuello mientras me preguntaba quién era. De repente, mis palabras salieron con dificultad debido a la fuerza de su agarre, pero aun así logré decirle que me llamaba Mari. Le mentí al darle un nombre falso. En ese instante, el hombre aflojó lentamente su agarre, y fue cuando pude sentir su respiración sobre mi cuello. Creo que buscaba algún olor en particular porque lo escuché murmurar: "¡No, no eres ella!" Luego me besó con ardiente pasión y locura, como queriendo olvidar o vengarse de alguien. Bueno, si ese era el caso, entonces sí compartíamos un sentimiento.

En ese momento, era yo la que se encontraba sobre él. Luego los papeles se invirtieron cuando se levantó y me colocó sobre la cama. Mientras me besaba, metió su mano bajo la toalla y comenzó a tocarme.

En sí, ya me encontraba excitada por la droga, pero sus movimientos de dedos hicieron que abriera mis piernas y que gimiera de placer.

El hombre me probó y supongo que le gustó porque me hizo sentir en la cima y me hizo olvidar la traición de Thomas.

Como estaba urgida por la droga, no le dije que era virgen. Simplemente, lo dejé que me penetrara. Su miembro era algo grande, pero la humedad nos facilitó la penetración. Y así, tuvimos sexo durante toda la noche, hasta que el sol comenzó a salir por la ventana.

Que entrara sin problemas, no lo voy a negar. Me dolió y, por desquite, clavé mis uñas en su espalda. A pesar de no haber estado nunca con mi novio, sentí que él sabía lo que hacía, porque esa noche me hizo estremecer entre sus brazos.

Un Pasado lleno de Maldad

Esa noche la droga en mi cuerpo me hacía exigirle más y más, sus embestidas era salvajes y creo que lo disfrutaba, y me pedía que me corriera para él, después de un buen rato lo logré, tuve mi primer orgasmo y sentí como él también dio su última embestida y enseguida hizo un sonido de placer, luego se dejó caer sobre mi pecho, y fue cuando escuché su voz, “estuviste fenomenal, eres toda una Diosa en la cama”, su voz era algo ronca, quizás estuvo resfriado, la verdad no lo sé, y no pude preguntar, porque me volvió a besar y nuevamente me hizo gemir de placer.

¿Estará drogado también? Me pregunté, a lo mejor sí fue así, porque su miembro mantenía erguido, después de un tiempo,

por fin me dejó y se quedó dormido, yo también hice lo mismo, pero mi subconsciente me despertó alrededor de una hora después, de inmediato encendí la luz, busqué mis prendas y me vestí lo más rápido que pude para no despertarlo, si me exigía explicaciones que le diría, antes de salir, voltee y miré al joven que se encontraba boca abajo, y logré notar sus bellos rasgos, era hermoso, su nariz respingada era perfecta y esos labios eran tan carnosos, como los había imaginado cuando lo besé, sentí pena por no ser nadie en su vida, era muy apuesto y lo más probable era que al igual que el mío, su corazón tuviera dueña.

En ese instante, me di la vuelta y caminé de puntillas sosteniendo los tacones en mis manos, no quería que despertara, así que abrí la puerta con cautela y en ese momento, sucedió mi desgracia, había alguien esperando tras la puerta, y esa persona se abalanzó sobre mí y vertió algo sobre mi rostro.

Me dolió, y me dolió tanto que grité de dolor y desesperación, y mis gritos hicieron despertar al bello durmiente.

-¡¿Qué sucede?! Lo escuché preguntar, él se apresuró para ayudarme, pero antes de que se acercara, me alejé de él, y hui del lugar.

La verdad, todo sucedió tan rápido, que no supe quién me agredió, cuando cubrí mi rostro esa persona se desapareció.

Esa noche, paré en el hospital, y ahí descubrí que era ácido lo que arrojaron en mi rostro, lo único que agradezco, es que no perdiera la vista, sin embargo, esa noche inició mi calvario, los doctores me sedaron para que no sintiera más dolor.

Tres días después, desperté con el rostro cubierto por un vendaje, el doctor que se acercó, me dio la mala noticia de que mi rostro había sido desfigurado, ese día, mi vida se derrumbó, mi belleza fue destruida por alguien que no tengo ni idea quien es, días después me quitaron el vendaje y lo que observé en el espejo fue un monstruo, toda mi vida se fue a la borda, me deprimí por mi apariencia y no quería salir, Thomas se esfumó como el viento, al igual que mi belleza, desde ese momento, mi padre, Carlos Duarte segundo, dueño de una línea aérea, se avergonzó de mi apariencia y por lo que supuestamente hice la noche del compromiso, y decidió darme por muerta.

Así como lo oyen, él me escondió en su mansión, y me construyó una habitación en el sótano, nadie podía verme, solamente mi nana, yo confiaba ciegamente en ella y le contaba todo mi dolor, y mis secretos, pero ella me traicionó, meses después, le contó a mi padre mi más grande secreto, resulta ser que mi noche con el bello durmiente, me dejó un pequeño regalo, y como me encontraba sola, pensé que esa sería una buena compañía, vi una luz al final del túnel, ansiaba la llegada de mi bebé era lo único que me quedaba, junto con un corazón destrozado por amor.

Meses después, cuando estaba a punto de dar a luz, mi padre llevó una enfermera y ella me dijo que mi bebé había nacido muerta, tras esa desgarradora noticia, sentí que la vida se había ensañado conmigo, y ya no aguantaba tanto castigo

¿Qué hice para merecer esto? ¡Mi vida es una desgracia! Perdí a mi bebé y al amor de mi vida, todo en un solo año.

Pero mi vida de penumbras apenas iniciaba. El invierno llegó para quedarse en mi vida.

Logré aceptar la traición de Thomas, pero aceptar la muerte de mi hija fue muy duro para mí, aunque después pensé que era lo mejor para ella.

¿A quién le gustaría tener un monstruo como madre?,

Resulta que con el paso de los días, comencé a escuchar llantos y sollozos de un bebé, y uno de esos días, mi mundo se oscureció y de pronto, me vi con mi nena en brazos, no quería que nadie la tocara, si alguien se me acercaba me convertía en una leona enfurecida, ja, que irónico de mariposa a leona.

¡La verdad, no sé cuánto tiempo transcurrió, pero un día de tantos, mi malvada y cruel hermanastra me descubrió, ella bajó a dejar unas bolsas de ropa vieja y se sorprendió al verme, y la muy ingrata se burlaba de mí y me llamaba loca!

¡También mencionó su compromiso con Thomas!

Ese día, me pareció despertar de un sueño, quizás fue por la impresión de ver a Angélica, No obstante, mi hermana seguía burlándose de mí, y me arrebató lo que parecía ser una manta vieja y desgastada, recuerdo que en ese instante me gritó.

¡Mira lo que hago con tu bebé maldita loca!

De pronto vi como lanzó al suelo lo que en ese tiempo creía era mi niña, así es, hacía unos meses había perdido la cordura, en mi mundo de oscuridad, esa manta vieja era mi niña, y la protegía a toda costa.

Por esa razón, me abalancé sobré ella y le arañé el rostro, los hombres de confianza de mi padre tuvieron que intervenir, y al enterarse de mis actos, mi padre reforzó el sótano, donde continúe unos años más encerrada, mi padre hizo su gran obra de caridad y me acondicionó el sótano, según él, yo llevaba una buena vida, cuando no era así, casi cinco años pasé encerrada en ese maldito sótano, a veces volvía al mundo real, en dónde no quería estar y mi escape de ese mundo tan cruel, era volver a mi mundo de oscuridad en dónde únicamente, existíamos mi bebé y yo.

Un día en los que me encontraba cuerda, sentí hambre y por más que busqué no encontré nada de comer, en ese momento, noté que la puerta del sótano se encontraba medio abierta, quizás la nana la dejó mal cerrada y decidí subir a la cocina, en mi inocencia solamente buscaba comida, pero me encontré con algo más, ese día me encontré con la verdad, una verdad que me dio fuerzas para querer escapar de las frías y terribles garras de mi padre, resulta que al pasar junto a la habitación del lacayo de mi padre, escuché voces y una de ellas pertenecía a él, a mi padre, y fue ahí cuando lo escuché decirle a su sirviente, que al día siguiente su nieta cumpliría cuatro años, le dijo que no escatimara y que le hiciera llegar a la familia Larios un presente para ella, y que lo hiciera como todos los años atrás, sin remitente.

Me cubrí la boca con mis manos para no gritar, y en ese instante descubrí que mi padre es el verdadero monstruo. ¿Por qué mi hija estaba en manos de la familia Larios?

Fue lo primero que pensé;

Esa noche lloré como nunca antes lo había hecho. No comprendía por qué si era mi hija, ella estaba en manos de esa familia. Y fue por ella, por mi niña, que decidí desprender nuevamente mis lastimadas y caídas alas, esta mariposa fea y a veces desquiciada había vuelto.

Mariana y Enrique Larios.

Antes del amanecer nadie se percató de que la puerta del sótano seguía abierta y me escapé, y únicamente me llevé lo que tenía puesto.

Creo que al final, no estaba tan loca como me hicieron creer, era mi cruel hermanastra, quien ponía los llantos de un niño llorando, pero esto lo sabrán con más detalle más adelante.

Esa Madrugada, llegué al departamento de mi mejor amigo y él me ayudó, fue mi única salida, y días después me sacó del país, me dijo que lo hacía por mi salud y mi seguridad, gracias a mi amigo Agustín Ochoa, mi vida comenzó nuevamente a tener sentido, poco a poco comenzaron mis dolorosas cirugías, y mientras pasaba por ese proceso, decidí convertirme en alguien más, terminé

la universidad y ahora soy una excelente ejecutiva en diseño y arquitectura, trabajé muy duro para estar donde estoy ahora.

Mi vida de oscuridad, quedó en el pasado y hoy estoy por entrar al quirófano, será mi última cirugía, cada vez que entro al quirófano, tomo mi teléfono y cuento la historia de mi vida, esto por si no logró salir con vida, le pedí a mi amigo que sí no salgo, le muestre esto a mi pequeña, su padre no sabe quién soy, pero muy pronto me presentaré.

Será una sorpresa, Thomas y Enrique Larios, esté último sabrá que la muchacha de esa noche, no murió a como se lo hizo creer mi padre.

Enrique es el gran sucesor de la familia Larios, y por cosas del destino fue con él con quién pasé la noche.

Sí, sé que las fechas no concuerdan, mi padre me dio por muerta meses antes de que diera a luz, sin embargo, también le mintió a Enrique, le dijo que me escondí por vergüenza, por lo del accidente en mi rostro, y que él, como el buen padre que es, había respetado mi decisión, esa no fue la única mentira, también le dijo que después de todo, sí morí en el parto, sí, así mismo como me engañó a mí, lo engañó a él, y se preguntarán como fue que se enteró de quién era el padre de mi niña, pues por la chismosa de mi nana, antes de perder la cordura, yo le conté todo lo que sucedió esa noche en el hotel, y mi padre movió todas sus cartas y descubrió que Enrique el próximo heredero del grupo Larios, fue con quien pasé la noche del accidente.

Durante el tiempo en

que estuve con Thomas, nunca me lo presentó, debido a que a Enrique no le gustaba perder el tiempo, lo he visto en revistas y no cabe duda que él es muy apuesto, sus ojos son negros, cómo su cabello y su barba, y su cuerpo fornido y corpulento, está en el top de los hombres más apuestos y adinerados, sin duda alguna todo un galán.

Si todo sale bien, muy pronto lo conoceré y reclamaré la custodia de mi niña, así tenga que enfrentarme a la familia Larios, y mi padre, ja… mi padre, pagará muy caro todo el dolor que me causó, también buscaré a la persona que desfiguró mi rostro, y juro que la haré pagar por todo este daño, no me importa si es hombre o mujer de igual manera me las pagará.

Después de narrar la historia de su trágica vida, Mónica guardó el teléfono, pronto entrará al quirófano y solamente esperaba a ser trasladada al lugar, en ese momento Agustín llegó y le dijo, con una gran sonrisa.

-¡Mónica estás lista, el cirujano te espera en el quirófano! El joven tiene 29 años, es de tez blanca, sus ojos son verdes y su cabello castaño, este joven la había ayudado a su amiga sin ninguna intención; sin embargo, a lo largo de estos dos años se ha enamorado de la mariposa fea, no pierde la fe de que algún día Mónica se fije en él, esto lo haría muy feliz, pero después de haber tenido una decepción amorosa, la joven no quiere nada con nadie, su único propósito es recuperar su vida y a su niña, ella le dijo que quizás cuando cumpla su propósito lo intentará con él.

Volviendo al tema, la joven se acomodó en la camilla y contestó. -¡No perdamos más el tiempo, quiero salir de esto de una vez por todas!

El joven Doctor tomó la camilla y la acompañó hasta la sala de cirugía, en cada operación, Agustín estuvo con ella y está vez no será la excepción, por su profesión lo podía hacer, por eso siempre la acompañó.

Mientras tanto, en la mansión Larios, Enrique llevó un pastel a la mesa, su mayor logro ha sido su hija. Años atrás, trabajaba como contador, para su abuelo en el grupo Larios, pero hace seis años, le cambiaron la vida, resulta que un día de tantos, Carlos Duarte, llegó a las oficinas centrales del grupo Larios y le hizo entrega de la niña, obviamente Enrique dudó de que fuera su hija y no dejó que el señor Duarte se marchara hasta comprobar de que realmente la niña tenía su ADN, al comprobarlo, no tuvo más remedio que hacerse cargo de la pequeña, ella tenía tan solo un día de haber nacido, y en cuanto el Sr. Duarte se marchó, Enrique se sentó a llorar con la niña en brazos, pero fue porque no sabía como cuidarla, era una bebé tan frágil, pero su madre, Teresa le ayudó a cuidar de la pequeña y su padre al principio se enojó, por no haber usado protección y convertirse en padre a los 24 años, pero la niña era una realidad y no les quedó de otra, más que aceptarla.

Desde entonces, Mariana Larios se convirtió en los ojos de la familia Larios y en la princesa y protegida de Enrique.

Por ella, decidió aceptar la propuesta de su abuelo y aceptó llevar la rienda del grupo Larios.

Enrique no sabía que con esto estaba frenando los planes de Thomas, su sobrino, ya que para ese entonces, Thomas era el más centrado de los dos, pero su abuelo decidió darle una oportunidad a Enrique y no se equivocó al hacerlo.

Volviendo al cumpleaños de Mariana, Enrique se mostraba feliz y de igual manera le instó a su hija.

-¡Mi vida sopla las velas y pide un deseo! De inmediato, la pequeña cerró los ojos y pidió el deseo, luego sopló sus seis velas

¿Qué pediste mi amor? Preguntó el cariñoso padre.

-¡Pedí que pronto te cases con la señorita Tamara, sabes que ella me agrada mucho y quiero que se convierta en mi mamá! En ese momento la niña sujetaba la mano de Tamara, ella era una joven muy hermosa de ojos celestes y pelo castaño con una figura envidiable, ella ha estado todo el tiempo al lado de la niña, lleva años siendo la novia de Enrique, pero él no quiere casarse, a pesar de que Tamara es como una madre para la hija del CEO.

Esto se debe a que algo dentro de él, lo detiene, además Enrique es un tanto mujeriego, y no se ve atado a una sola mujer. Aún no llega quien pueda domar a este frío hombre y Enrique está seguro de que ninguna mujer lo hará, solamente una mujer lo hizo estremecer y también lo hizo sentir algo de calidez, No obstante, para Enrique ella ya está muerta.

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