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En Los Ojos Del Mercenario

Dia lluvioso

Advertencia:

Esta novela, trata de trafico humano, así que si eres sensible ante este tema leer bajo el criterio del lector, al igual es muy detallada y larga así que si no eres fan de este tipo de lectura no es para ti, si aun así siegues leyéndola te lo agradezco y ante mano espero sea de tu agrado

La mañana se veía amenazante, ya que el cielo estaba gris y unos truenos lo estremecía. Pero aún así, en el aeropuerto internacional de Pierre Elliott Trudeau, el vuelo 87 proveniente de España iba descendiendo a la pista. De él se baja un hombre de 26 años, 1.82 cm de estatura, cuerpo trabajado, ya que su traje negro se amoldaba perfectamente a su cuerpo, un corte de cabello estilo militar, una piel canela en los puños de su camisa se podían asomar el indicio de un tatuaje y sus unos ojos gris fríos como su misma personalidad. Toma su maleta y se dirige a la entrada, donde ya lo esperaba un auto del año en color blanco. Sube su maleta y se sube como copiloto. El conductor es un hombre de unos 50 años bastante bien conservado, le ofrece un cigarro y con un acento ruso le dice: "Bienvenido a América". Él solo sonríe y con un acento difícil de descifrar le dice: "A trabajar".

En una zona de residencias privadas en Montreal, Quebec se encontraba la casa de los Roy, que se formaba por los dos padres y su joven hija, una familia acaudalada desde generaciones pero el señor Percy Roy fue el que elevo la fortuna.

El fuerte estruendo de un trueno hizo que Jessica Roy se despertara. Se levantó de su cama y miró por la gran ventana de su habitación cómo estaba el cielo y la amenaza de la lluvia. Consideró no ir a la universidad, pero su nana le habló para decirle que estaba el desayuno listo y sus padres la esperaban abajo. Solo confirmó que en momento va a bajar, entró al baño que está dentro de su habitación para lavar su cara. Se quitó la pijama y se puso algo relativamente cómodo, ya que decidió que no va a ir a la universidad, ya que odia los días lluviosos y más por los truenos a los cuales le teme demasiado. Bajó y vio a sus padres. Su madre, Emilia, como siempre con el celular y comiendo una toronja, ya que con sus 45 años se negaba a envejecer. Su padre, Percy, de 46 años, con la portátil sobre la mesa y a su vez contestando una llamada que al parecer es de Italia, ya que en ese idioma atiende la llamada. En eso entra la ama de llaves y les entrega el desayuno a ellos dos, que eran unos hot cakes con miel y tocino. "¿No piensas ir a la escuela?", pregunta su madre con tono de descontento. "No quiero ir, va a llover", contesta Jessica sin mucho afán. Su padre cuelga la llamada y solo le dice: "Debes de ir y no es negociable". Lo dice porque la conoce y al estudiar para abogada litigante siempre tiene algo que decir y negociar para salirse con la suya. "Ya escuchaste a tu padre, debes de ir". Su padre se levanta de la mesa y se va con su portátil a su oficina en la casa. Se notaba su padre algo preocupado y estresado. Jessica termina de desayunar y se dirige a su habitación. Busca su ropa y se dispone a entrar a bañarse.

Percy entra a la oficina y no quería que su esposa e hija vieran la preocupación que tenía, ya que su socio en Italia le acaba de decir que los prestamistas ya no querían negociar. Él es un ingeniero en arquitectura y dueño de uno de los bufetes especializados en la construcción y arquitectura más importantes de todo Montreal, Quebec.

El departamento

Jessica sale de su casa, se sube a su coche y se dirige al portón de su casa. Espera que le abran y toma rumbo a la universidad. Le toma solo 20 minutos. Deja su coche en el estacionamiento de la escuela. Aunque su familia fuera adinerada, a ella le gusta un perfil bajo, al igual que su mejor amiga Megan.

"Pensé que no vendrías", lo dijo por los truenos. "Ya conoces a mis padres, no es negociable". Ambas rieron, intercalaron sus brazos y se dirigieron hacia el salón de su facultad para tomar su primera clase.

Mientras tanto, al otro extremo de la ciudad, el coche blanco llegaba a su destino: un edificio de departamentos en la zona media de la ciudad. Primero baja el hombre mayor. "Llegamos, ven te enseñaré cuál va a ser tu departamento", le dice Yuri al joven. Baja y lo dirige a él. Es el departamento 37. Tenía una ventana en la sala donde se veía gran parte de la ciudad. "Ponte cómodo y descansa, ya mañana empezamos", el joven solo asintió.

Desocupa su maleta que más bien solo contenía trajes en tono negro y azul oscuro. De un lado de la maleta sacó una carpeta donde contenía múltiples credenciales, pasaportes, visas, todas falsas e igualmente legales. La hipocresía del mundo es hacer creer a la gente que joden este mundo son los que usan pistolas, cuando los verdaderos son los que usan traje. Si se encuentran al otro lado de un escritorio con grandes estudios y conocimiento, en cualquier parte del mundo el dinero es el que gobierna y con la cantidad exacta te hace los papeles ilegales legales. El nombre de él era un misterio, ya que tenía tantos nombres y todos los recordaba. Ya se había olvidado del propio o al menos el que su entrenador le había dado.

Su departamento era chico, se fragmentaba en 3 partes: la habitación que tenía otra gran ventana, el guardarropa y la televisión; el cuarto de baño; y la sala y la cocina. Estaba la barra con 3 bancos para que se usara como comedor.

Quitó el colchón y la tapa de la base fija de la cama y encontró todo lo que necesitaba: armas cortas, largas, cartuchos y un par de granadas, cocaína, cuerdas, esposas, cuchillos, una portátil y un celular de zona, ya que en cada ciudad que trabajaba adquiría un equipo nuevo. Se quitó el saco y la camisa. Se podía ver todo su brazo izquierdo totalmente tatuado desde la muñeca hasta el hombro y una enorme calavera con alas en el pecho que casi le llegaba a la garganta. Su abdomen estaba bien definido. Tomó una corta calibre 22, la portátil y el celular, volvió a acomodar la cama. Se dirigió a la cocina y tomó la etiqueta negra, un vaso y sirvió un trago. Sintió cómo le quemaba el whisky mientras bajaba por su garganta, tomo el periódico local que estaba en uno de los asientos del sofá, vio la fecha que es martes y con el periódico en mano y se dirige a la ventana mirando a la nada, pero pensando en los demonios de su pasado.

El cielo por fin fue derrotado por la tormenta y comenzó a llover. Jessica ve la lluvia caer desde la biblioteca pero sigue en la portátil llenado la solicitud para entrar a hacer una residencia en la fiscalía de zona.

Miércoles

A las seis de la mañana el agente Damián King del departamento de investigación y homicidio,  recibe una llamada de su compañero y mejor amigo Samuel

* debes de venir a las bodegas abandonadas del sur

* que hay ahí? pregunta aun dormido

* debes de verlo

sin mas colgó y el solo suspira con frustración.

El cielo seguía con nubes grises como advertencia de otra gran lluvia a pesar de que llovió toda la madrugada, las calles aun seguían encharcadas como recordatorio de la lluvia de toda la noche, solo un puñado de coches se encontraban el las calles para empezar sus rutinas diarias. En unos veinte minutos aproximadamente el agente Damián llega a la zona de bodegas del sur, se encuentra con el lugar la acordonado por policías y peritos, recolectando información, se encuentra con Samuel para que lo llevara al lugar

* que es eso tan misterioso?

* debes de verlo con tus propios ojos

al acercarse ve un policía vomitando y en su cara solo se puede ver una expresión de extrañeza, al voltear su mirada su piel se tornea de un color blanquecino y su mirada se puso dura. Samuel le indico por donde caminar, se acercaron y vieron a un hombre que colgaba de sus pies y tenia una tabla en su espalda con los brazos amarrados en ella haciendo simulación de una crucifixión invertida, estaba vestido con traje azul y se le podía ver un tiro a quemar ropa entre las cejas, debajo de el se encontraba una maquina trituradora de arboles, con medio cuerpo adentro y del otro extremo el resto del cuerpo totalmente triturado parecía una pila de carne molida sobre un charco de sangre.

* como puedes ver los que lo hirieron son profesionales

Damián solamente se acomodo la camisa ya que la ganas de vomitar eran evidentes, -lleven ese cuerpo a la morgue- le dice a uno de los peritos y traten de recaudar algo sobre el  cuerpo triturado, -eso no se le puede analizar nada, solo es una pila de carne- dice Samuel pero no logra nada, en comino de la comandancia Damián pide que revisen todas cámaras cercanas de la zona para tratar de encontrar algo.

Jessica apenas despertaba y va directamente a su computadora de escritorio par checar su bandeja de correos, y se encuentra con un correo algo agridulce donde le dice que no fue aceptada en la fiscalía pero si en la comandancia que se se presentara el día viernes para la presentación y entregas de credenciales, aunque no era lo que quería también ya que ella trabajo de campo no quería hacer ya que ella es mas de oficina, de papeles. Salió de su cuarto y le aviso a su nana que no iba a desayunar que lo aria con Megan en un café cerca de la universidad.

Yury conducía para el aeropuerto con el joven ya que su avión a Toronto salía a las 9 de la mañana, a pesar que de algún nodo pertenecían a la misma compañía Yuri aun le causaba intriga este joven. Mientras Caleb veía por la ventana cuando de repente vio a una joven de unos 21 años, con su cabello castaño claro a media espalda que caía en mechones ondulados en una media cola, su piel clara, sus ojos avellana, sus labios carnosos en un tono rojizo, vio como entraba a una cafetería a la par de otra joven, Caleb involuntariamente suspiró por esa joven. El reto del camino pensaba en esa joven asta que Yuri lo saca de sus pensamientos diciéndole que ya habían llegado al aeropuerto

* nunca me dijiste tu nombre

* no era necesario, yo nunca estuve aquí

sin más que decir, Caleb bajo del coche hizo una seña de despedida con la mano a Yuri y entra al aeropuerto.

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