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Mi Querido Amor Venenoso

¡Regresen a su casa!

Aquí está a Daphne Lewis.

Siempre es más oscuro antes del amanecer, pues la oscuridad es importante para que la persona pueda revisar su vida y resignificarla.

Mi vida comienza llena de altibajos como la de todas las personas supongo, pero para entrar en el infierno que viví tenemos que retroceder en el tiempo y entender cómo fue mi infancia, no tengo muchos recuerdos de como fui criada en la casa de mis padres hasta porque en la época en que viví estaban ocurriendo una gran expansión hacia el oeste y con los más nuevos acontecimientos políticos en alta la educación de las mujeres estaba quedando muy prestigiosa y como mis padres eran dueños de un campo de maíz, Cereales, cebada, pero el trigo era lo que daba ganancias. Recuerdo tener al menos una criada en nuestra casa principal, no éramos los más ricos de nuestro pueblo en desarrollo, solo que teníamos el privilegio de estar entre los más conocidos.

Cuando mi madre quedó embarazada de mí me dijo que dio la noticia en una hermosa mañana de primavera para mi padre, ella me había dicho que sus reglas no bajaban, ya tenía una semana y ella sabía lo que podría ser... ¡Su madre le había contado todo lo que tenía que hacer el día antes de su noche de bodas como siempre!

Cuando se hizo mi nacimiento, terminé naciendo en una noche helada de invierno, ella me contó que fue el peor dolor que ella sintió en toda su vida y que la comadrona que ayudó tenía miedo de que el parto fuera complicado, parecía que yo no quería venir al mundo, Hoy entiendo por qué no tenía ganas de enfrentar la realidad al fin fue una noche larga y llena de dolor, y cuando finalmente escucharon aquel maravilloso llanto la pesadilla de la madre había comenzado no era un llanto fuerte y viril, sino un llanto fino y estridente. ¡Para su desesperación era una niña!

Eran tiempos donde los hombres dominaban y tenía la creencia de que el primer hijo tenía que ser el hombre, pero además de que mi madre tardara en dar un hijo a mi padre ella tenía que dar una niña, no me informaron cómo mi madre fue tratada por mi padre sobre este hecho, pero esa noche el nombre de Daphne Lewis no era un nombre común para la época, pero cayó bien, Lewis viene del apellido de mi padre Richard Lewis y como mi madre se casó siendo sacada del seno materno también tiene el apellido de mi padre, Lucille Lewis era como siempre mandaba aún más sabiendo que la familia del lado de mi padre era más rica que la de mi madre entonces era imprescindible que ella abandonara su apellido de soltera y cargara el legado de los Lewis.

Como mi padre tuvo la mala suerte de tener una niña que se preocupaba por mi crianza era su única hija y quería asegurarse de que tendría la mejor educación de todas, No importa lo que cueste, cuando cumplí cuatro años me envió a un convento de monjas en la gran ciudad donde crecí y aprendí todo lo que necesitaba saber con etiqueta, vestimenta, escribir, leer, cantar, bailar, tocar el piano, esta clase de cosas que te hacen una mujer perfecta era tan bien instruida que me daría a casarme con un Lord o incluso con alguien de la familia real, pero nunca veíamos a los chicos mi internado era cerrado solo para mujeres, crecí atrapada en un castillo malo-embrujado para muchos puede parecer mágico, pero, en verdad, era un verdadero horror, teníamos que hacer todas las cosas limpiábamos los baños y las aulas, quien no arreglara la propia cama era castigada con diez azotes con un látigo fornido, pero no era todo tan malo tenía una biblioteca magnífica donde siempre daba un modo de robar un libro u otro de botánica y sobre la química eran mi fascinación, amaba sumergirme en las moléculas y en las bellezas de las plantas hasta que un día le pedí a una de las monjas que me pusiera para leche en el jardín, así descubrí mi vocación al mundo...

Como no visitamos a nuestros padres siempre les escribíamos cartas a ellos y las que recibía eran siempre melancólicas y con marcas de lágrimas y el final era el mismo. - ¡Tu padre te manda un abrazo! - La impresión que tenía era que a él no le importaba, pero como no tenía contacto con ellos, sino las cartas, resolvía aclarar las cosas. Qué chica estúpida era viendo por el lado de hoy, creo que era medio, dulce o idiota, una mezcla bien peligrosa, Se diga de paso, pero después de mucho aprender todas las cosas importantes y triviales con que hacían yo ser una dama perfecta acabo formándome como la alumna más bien aplicada en la época no ganábamos diplomas o medalla, pero ser considerada como la mejor alumna era señal de que tendríamos un matrimonio honorable y cualquier hombre que se casa con una mujer así podría quedar despreocupado.

Salgo del convento con mi maravilloso dieciocho años y mis padres me enviaron a buscarme y cuando finalmente llego a mi ciudad natal no creo en cómo está desarrollada, no tanto como la gran ciudad, pero es agradable. Llamo a la puerta de la mansión donde viven mis padres y hablo.

- ¡Mamá\, papá\, he llegado! - Hablo animada por el reencuentro\, pero un poco con miedo en mi voz hasta porque no sé mucho sobre ellos\, ya estuve fuera por tanto tiempo\, una luz viene moviéndose a lo lejos y mi corazón late cada vez más rápido hasta que una señora de cabellos grises abre la puerta\, Ya envuelta en un abrigo y de aspecto cansado.

- ¡Mamá? - Yo pregunto embarbascada!

- No querida\, soy la criada a años de la casa\, sin embargo\, debes estar exhausta del viaje pobrecito. - Ella me empuja con preocupación y yo miro a todos lados de aquella amplia habitación con olor a madera envejecida buscando algo que fuera familiar...

Sabiendo que mis padres.

Me siento en el sillón de la habitación y mira la chimenea que se ilumina, me pierdo en mis pensamientos. ¿Cómo puedo estar en una casa que ni siquiera tengo recuerdos? Una tristeza se apodera de mi corazón, pero rápidamente la criada de la casa viene con una taza de té y me la da, y así me saca de mis oscuros sueños.

— Hola cariño, tomar una bebida caliente, el viaje fue largo y sé que hace frío allí forra. - Ella sonreír con una simpatía amistosa. ¡¿Cómo puede tratarme tan bien si me conoce mal?! No veo la necesidad de responder a ella, solo tomo el té y lo tomo rápidamente aunque no estaba demasiado caliente.

— ¡Bébetelo todo así evitarás que te enfermes! - La miro de reojo mientras bebo el té y veo la mirada de preocupación y tristeza y termino haciéndole una pregunta.

— ¿Mis padres no me van a recibir? - ¿La cuestiono, no sé por qué está a mi lado hasta ahora si es solamente una empleada doméstica? ¡Lo correcto sería que llamara a los dueños de la casa y les dijera que he llegado!

— Bueno, quería, tus padres tuvieron un día completo y me pedirán que te acompañara y mañana ellos conversarían con más calma. - Veo en sus ojos que está intentando ocultarme algo, no sé si es en la entonación de su voz o si es por sus manos no parezcan quietas, veo su agitación entonces como una buena dama me levanto y le hablo.

— Muéstrame dónde está mi cuarto, quiero ir a acostarme. ¡Ya que es muy tarde de hecho! - Y así ella me hace guiando por los pasillos de una casa que yo nunca tuve la oportunidad de conocer, mientras caminamos por los extensos pasillos llenos de portar hecha de madera de roble, Sigo pensando en lo feliz que sería jugar dentro de esa casa en cuántos recuerdos podría tener aquí. Me entristece no crecer al lado de mis padres, pero sé que tuvieron sus motivos...

— Señora Lewis este es su cuarto y mañana traeremos sus cosas y una de las empleadas arreglaron todo. - Ella habla con la cabeza baja, así que la miro y hablo.

- Gracias por acompañarme al cuarto. - Ella me da las gracias con una sonrisa y cierro la puerta de mi nuevo cautiverio\, así es como me siento un animalito atrapado en su nueva silla de montar sin saber qué esperar de mi nueva celda de oro. La habitación está bien iluminada por las lámparas\, me pregunto si tuvieron tiempo para preparar todo\, pero no para recibirme.

Voy hacia una mesa de madera maciza que está en la esquina de la habitación con una jarra de plata y un vaso de cristal y lo lleno de agua lo tomo y luego cambio mi ropa y me quedo solo con las pesas íntimas y me voy a acostar. Intento dormir y termino la noche llena de problemas sin resolver, así que intento controlarme y con mucho costo duermo.

MAÑANA SIGUIENTE...

Me despierto con una mano pasando por mi cara y cuando abro los ojos veo un cabello rubio y ojos verdes en el tono de dos esmeraldas que termino no identificando, miro a sus ojos llenos de lágrimas y ternura y lo que siento al tacto es un amor que nunca sentí, pero siempre imaginé en mis sueños, este sentimiento que transmite a mí y sublime me quedo parada mirando para ella nunca tuve la oportunidad de vela en el convento que estaba. Era un internado, así que no teníamos permiso para salir y ni para recibir visitas, lo único que sabía era su nombre.

Resuelvo romper el silencio ensordecedor que estaba en mi habitación. - ¡Lucille Lewis! - Llamo por el nombre que tiene en mis cartas con la esperanza de ser mi madre, pero con el corazón afligido por esta engañada.

— ¡Sí, hija, soy yo, mi pequeña! - Ella me habla con la voz medio atrapada y ahogada por esta con el rostro pegado en mi cuello. Ella me aleja con delicadeza y yo con los ojos llenos de lágrimas no evito preguntarle.

- ¿Por qué fui enviado a ese lugar? ¡En una de tus cartas sé que me has explicado todo solo que quiero oír la verdad viniendo de ti y no de un papel! - Ella se sienta a mi lado y con la cabeza baja comienza a explicarse\, pero antes de que ella diga algo me doy cuenta de que su rostro está medio rojizo entonces la toco suavemente y termino preguntándole.

- ¿Qué es eso? - Ella se aleja y mira a la puerta de la habitación\, entonces ella se levanta y mientras ella habla va en dirección a la salida.

— Tuvimos nuestras razones para que fueras al convento, y debido a nuestros esfuerzos ahora podrás tener una vida mejor. ¡Y sobre mi cara no es gran cosa, ahora quiero que te vistas rápido y vayas a conocer a tu padre! - Ella coge el pomo de la puerta y sin mirarme habla una vez más antes de abrirlo y salir de mi habitación.

— Por nuestro bien espero que hayas aprendido a ser una dama completa y pesada que no desafía las órdenes de tu padre, aquí no es el convento que te has creado y la primera lección que debes aprender es que el orden de tu padre y la que cuenta solo obedece a él y todo estará bien! Lo hicimos porque te amamos y sé que puede parecer que no te amamos, pero eres nuestra posesión más preciada.

Ella sale de mi cuarto ordenando a una de las empleadas a venir a servirme, ella me ayuda a tomar mi baño y a secarme pone el corsé en mí y está bien apretado, ya estoy acostumbrada a eso y entonces ponemos la enagua del vestido y después de todos los preparativos que no son pocos finalmente el vestido viene por encima de la libra todo me siento en el tocador y criada me ayuda con los cabellos ella la trenza y pone algunos arreglos con piedras brillantes, Tomo un poco de polvo de arroz, todo bien ligero como me fue enseñado, rocío mi perfume y coloco mis joyas y después de buenas horas adornándome salgo de la habitación guiada por una muchacha de aspecto joven que trabaja en la casa hacia el comedor...

En busca de mi esposa!

A cargo de: John Moore.

Ya es tarde en la noche y me encuentro ligeramente borracho intentando abrir la puerta de mi residencia. - ¡No puedo despertar a nadie esta noche o escucharé otro sermón que no me interesa en este momento!

La noche que pasé en el burdel fue muy provechosa. Jugamos, bebimos, vimos algunas chicas bailando y hasta memos pude saciar uno de mis deseos..., eso cuesta siempre caro, pero el dinero no es una preocupación, ya que soy hijo de los banqueros de la ciudad y todos hacen de todo para caer en mi gracia. - ¡El dinero mueve el mundo! - Murmuro un poco fuerte para mí mismo.

¡Amo la sensación de todos en mis pies, después de todo el poder me cae bien!

¡Abro la puerta con mucha dificultad, ya que el ajenjo ha hecho efecto, entro en la sala de visitas y percibo una pequeña llama en mi esquina izquierda y cuando aprieto los ojos para enfocarme en quién podría ser tengo una sorpresa con su voz agresiva rasgando mis oídos!

- Siéntese ahora su delincuente! - no soporto sus gritos\, entonces comienzo a reír de su advertencia.

— ¡¿En serio mi querida madre espera que obedezca tus órdenes?! - Le grito mientras enderezo mi postura, ya que la bebida que tomé es muy fuerte.

¡Ella se levanta y viene hacia mí mientras me quedo parado sin mover un músculo, para no caer en el piso de madera pulida, ella se acerca muy cerca e incluso con las lámparas de la casa apagadas puedo ver su mirada de descontento sobre mí!

Mi visión borrosa capta sus movimientos, ella me rodea como si fuera un perro de caza bien entrenado, cuando menos la espero para frente a mí y habla.

- ¿Estaba en el burdel de nuevo? - Constató de forma fría y casi sin vida.

- ¿Me creerías si te dijera que el circo llegó al pueblo\, y que tu hijo fue a ver el espectáculo? - Me inclino hacia su cara mientras hablo y cuando me desequilibro ella me sostiene\, ayudando a ese pobre borracho a arreglar la columna en una de nuestras butacas carísimas.

— Cariño ya te dije que no me importa ni un poco cómo te diviertes en el burdel, mientras seas más cauteloso, la última vez que lo hiciste tuvimos que pagar una fortuna a la hija del tendero. - Su mirada de desaprobación vino acompañada de un fruncimiento de frente. - ¡Comprar el silencio de aquella familia no fue nada fácil! - Soltó las palabras mientras acariciaba mi cabello negro y terminé cerrando los ojos por breves momentos.

— No le dije a esa chica que se pareciera tanto a una muñeca de porcelana. - Me burlé con los ojos cerrados. - Ella debería agradecerme por haberme interesado en ella y fue su culpa que yo la golpeara. - Sonríe aún con los ojos cerrados, dejándome llevar por los recuerdos. - ¡Después de que ella me provocara con su virginidad y después no querer darme entonces la única alternativa que tuve fue tomarla a la fuerza! - Mi voz sale en una agresividad reprimida que siempre intento ocultar, pero solamente puedo mostrarle eso a mi madre ella es la única que me entiende.

— Sé que no fue culpa suya. - Toda la agresividad de su voz ya es disipada. - ¿Cómo una chica sin clase, hija de comerciantes, quiere unirse a nuestra familia? Somos banqueros John, no encontramos nuestro apellido en la basura. - Mi madre sostiene una de mis manos. - ¡Eso fue todo una trampa para intentar sacarnos el dinero! Ella no es lo suficientemente buena para heredar el apellido Moore. - La rabia en su voz es notable, sé que mi madre odia esta ciudad y únicamente lo que la hace soportar todo es el simple destino de ser la familia más rica de aquí, aunque no sea suficiente.

Por suerte para mí ella cree todas las mentiras que cuento, ya que la historia de la chica no fue tan bien como hoy cuando pienso en sus ojos asustados, su respiración jadeante, su pequeño cuerpo debatiéndose sobre el mío en un acto desesperado de salvar su bien más precioso...

Esa sublime sensación de poder y control me llena de emoción. ¡Cierro los ojos una vez más y dejo que me embarguen los dulces recuerdos de sus gritos!

— ¡Por favor no me hagas esto, te doy lo que quieras! - Era lo que gritaba en cuanto la arrastraba hacia el cuarto, bueno... fue ella que aceptó el encuentro, los coqueteos e incluso se insinuaba con su escote... El recuerdo de su piel blanca y suave, mi deseo solo aumentaba cuando recuerdo mis labios tocándola por todo su cuerpo mientras los gritos se hacían cada vez más fuertes.

Fue muy útil los recuerdos que tengo de mi muñeca de porcelana, desafortunadamente ella no puede soportar mis juegos por mucho tiempo y ahora estoy muy insatisfecho como los juguetes que tengo en el burdel, ya que las muñecas de allí son de segunda mano. - ¡Necesito urgentemente una nueva muñeca, solamente que esta tiene que ser perfecta, quiero casarme con ella, así que no tendré que vagar por los rincones de la ciudad en busca de un nuevo juguete todas las noches! - Saco la mano de mi mano que limpiaba mi palillo manchado de sangre y me levanto del sillón mientras voy a mi cuarto doy la noticia de mi maravilloso deseo.

— Abigail Moore, quiero casarme, creo que ya es hora de que el heredero de la familia tenga hijos, ya que es solo para eso que la futura Sra. Moore servirá. - Dejo brotar una leve sonrisa maligna en mis labios. - Además de, por supuesto, satisfacer mis deseos, así que ten en cuenta que no aceptaré nada menos que la candidata perfecta. - Me muerdo el labio pensativo. - Tenga en cuenta que ella será la madre de sus nietos, mañana hablaremos mejor sobre ello.

"Mi hermoso hijo se está casando, no te preocupes, buscaré al mejor pretendiente para ti. ¡Ni que yo tengo que traerla de la capital! " Ella prácticamente gritó las palabras un poco antes de verme fuera de su campo de visión.

Escucho los saltos de alegría que mi adorable madre de ella siempre quiso que su único hijo se casara, sé que estoy en la edad solo que eso no es tan simple, siento placer en mis cacerías y eso me satisfizo por un largo tiempo el problema es que ahora las chicas de la ciudad no me ven más con ojos enamorados y sí con desconfianza.

No me importa, ya que no consigo sentir atracción por ni una, solo para aquellas que parecen muñecas, esas sí me excitan de verdad, me quito el saco y los zapatos y me tiro en la cama, No intento cambiarme para dormir y por el efecto del alcohol el sueño me domina en cuestión de segundos.

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