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Mi Esposo, Su Amante Y Yo

Capítulo 1

—¡Vamos a comer dulces!—. Una joven agarro a otro y lo llevó a la mesa donde estaban los dichos dulces.

Era una fiesta y los niños estaban todos en un solo salón alejado de los adultos, disfrutaban todo y hacían amigos.

Una niña de ojos azules miraba a aquella niña de ojos rosados que era escandalosa, no le gustaba eso. Mientras ella comía un poco de pastel de chocolate veía al hijo del gran duque reír junto a esa mocosa.

—Hermana debemos ir con papá —. Su hermana menor la agarro de la mano —ya es hora de irnos.

Sus ojos azules miraron por última vez a aquellos niños, luego el hijo del gran Duque la miró, ojos azules y ojos rojos se miraron con intensidad.

Ella se fue junto a su hermana.

...

Un mes después de aquel primer encuentro volvieron a toparse, sus ojos azules veían como el joven duque golpeaba a otros niños.

—¡Por favor... no lo volveremos a hacer!—. Pedía uno.

—Por favor... —. Pedía otro.

—Más les vale alejarse de Sonia, no quiero que se le acerquen —. Amenazó el niño.

La niña siguió mirando.

"Esa chillona se llama Sonia"

Sus ojos azules nuevamente miraron a los ojos rojos.

—¿Qué me ves? Vete—. Ordenó el niño.

Ella se quedó parada sin obedecer.

¿Quién era el para darle órdenes?

Era verdad, ella solo era hija de un marqués y su nivel era más bajo, debía de ser respetuosa, hizo una reverencia y se sentó ignorando al niño. Luego él se fue y ella se acercó a los dos niños.

—¿Qué hicieron?—. Preguntó ella. Tenía curiosidad.

—Solo le dimos un chocolate a Sonia y él nos pego —. Dijo llorando el niño.

—Oh... —. Ella se quedó con ellos hasta que dejaran de llorar.

Más tarde regresaron al salón, los dos niños no se alejaron de ella y estuvieron juntos durante mucho tiempo. Sus amigas decían que no querían estar con niños.

—¡Solo debemos de estar las niñas!—. Dijo una.

—¡Si! Solo niñas—. Dijo otra.

—¡Váyanse de aquí!—. Habló otra.

Ella suspiró.

—Pero ellos están conmigo, no con ustedes—. Dijo ella, esto hizo feliz a los dos niños quienes sonrieron ampliamente. Las niñas enojadas se fueron.

—Gracias por defendernos —. Dijo él niño de cabellos castaños.

—Somos amigos —. Respondió ella.

Los dos niños sonrieron aún más, estaban muy felices.

—Sí, somos amigos —. No podían borrar su sonrisa.

Ella medio sonrió y siguió comiendo.

..

—Tus amigos han venido —. Dijo su padre con una sonrisa.

—A pesar de que es muy callada sabe hacer amigos —. Comentó su mamá.

—... —. Ella no dijo nada.

—Mi preciosa hija deberías de sonreír más —. Su padre la cargo en brazos y la beso —pero estoy feliz de saber que tienes amigos. Tratarlos bien y no seas grosera.

—No soy grosera —. Dijo ella.

—¡Ja, ja, ja! Mi preciosa hija si que es hermosa, ojalá fueras una niña para siempre.

—Sí fuera una niña para siempre nunca tendremos nietos —. La señora abrazaba a su otra hija — yo quisiera saber si mis nietos tendrán su personalidad.

—Bien, debemos irnos cariño—. Dijo él señor y dejó a su hija en el sillón —si sucede algo dile a Ronal.

—Sí —. Respondió ella.

Cuando sus padres se fueron ella fue al salón donde sus dos amigos la esperaban, entró y ellos se acercaron.

—¡Hana!—. Exclamaron felices —te traje un pastel de chocolate.

Sus ojos se iluminaron y agarro el pastel.

—Yo traje una rana —. Dijo él otro niño.

Hana que en realidad se llama "Lixy", sonrió, le dicen Hana porque su hermana así lo quería. No suelen llamarla por su nombre.

—Vamos a sentarnos, Victor, Carlos —. Dijo ella feliz.

Los tres se sentaron y las criadas llevaron dulces, bebidas y otras cosas. Hana les entrego un regalo.

—¡Wow! Es un oso rosado —. Carlos sonrió feliz y luego agacho su cabeza.

—¿No te gusta?—. Preguntó Lixy.

—Sí, pero... se van a burlar de mi.

—No deberías ocultar tus gustos solo porque los demás se van a burlar —. Dijo Lixy.

—Sí, pero... yo no soy una niña.

—¿Cuál es el problema? A las niñas les gusta el azul, ¿a los niños no les debe gustar el rosa? Tus gustos diferentes te hacen más especial —. Dijo ella.

Sus palabras hicieron que Carlos llorara de felicidad

Después de comer fueron al jardín a jugar, Lixy se puso ropa cómoda y fue a jugar en el lodo con ellos, luego se subió a los árboles, después fue a la fuente de la sirena que estaba en otro jardín y se metió para tirar agua, los tres se divertían mucho, al llegar el anochecer llegaron los familiares de Carlos y Victor, ambos son hermanos.

—Lamento mucho que la hayan molestado —. Dijo él hermano mayor.

—Nos estábamos divirtiendo ¿por qué vino a interrumpir?—. Preguntó Lixy.

—¡Ja, ja, ja! Lo lamento, pero debo llevarme a mis hermanos pequeños, hoy no fueron a sus clases.

—¿Cuál es el problema? Por faltar un día no serán tontos.

Él joven comenzó a reírse más, hasta que comenzó a llorar y se calmó, le dio un fuerte dolor de vientre.

—Ellos vendrán otro día a verla señorita.

—Volveremos Hana —. Victor agarro la mano de su hermano mayor.

—Traeremos otro regalo la próxima vez —. Carlos sonrió y se fue con su regalo.

—Bien —. Dijo Lixy.

.

Sus días eran de estudiar, ir con su madre a comprar, y estar con Carlos y Victor, luego pasaba tiempo con su hermana menor Adele, y nuevamente fueron a una fiesta.

—¡Sonia vamos a jugar!—. Dijo una niña de cabellos verdes.

—¡No! Sonia esta conmigo —. Dijo Telesto, el joven hijo del gran duque.

—Lo siento, pero estare con Telesto —. Respondió Sonia agarrando de la mano a Telesto.

La niña se fue.

Lixy se acercó a aquella niña.

—¿Quieres jugar conmigo?—. Preguntó ella.

La niña feliz acepto y se fue con Lixy, Telesto la miro y luego la ignoro. Lixy le dio la espalda y fue con sus amigos.

Ella estuvo jugando y entonces decidió contar una historia.

—Hace muchos años —. Narraba su historia —en un pequeño pueblo de una isla pequeña, vivía una niña junto a sus padres —. Los que la rodeaban prestaban atención en silencio —y esta niña era amable, sonriente, siempre estaba feliz y ayudaba a los demás, pero un día la niña desapareció.

—¿Desapareció?

—Sí, desapareció —. Dijo Lixy —y entonces al pasar los años su amigo decidió ir a buscarla y saber que le ocurrió, en su búsqueda él conoció a todo tipo de personas y seres mágicos —. Telesto pasó al lado y pudo escuchar — y ellos lo ayudaron, pero también pasó dificultades mientras estaba en su búsqueda, trataron de matarlo para comerlo —. Los niños se asustaron —pero logró escapar y esconderse, con ayuda de un enano salió del bosque de las brujas y entró al bosque de las hadas, hermosas, mágicas —. Mientras ella lo describía los niños sonreían —pero las hadas eran malvadas y se lo querían comer para dejar los huesos como trofeos —. Los niños dejaron de sonreír y sintieron miedo — pero nuevamente logró escapar, pero esta vez lo ayudó un hombre mariquita.

—¿Hombre mariquita?

—¡¿De verdad?!

— ¿Qué es un hombre mariquita?

Los niños sonrieron felices.

—Pero fue asesinado y convertido en sopa por las hadas —. Y se decepcionaron otra vez — pero él siguió con su búsqueda porque quería encontrar a su hermosa amiga de la infancia y el amor de su vida.

—Ow~

—Y durante muchas noches y muchos días él seguía y seguía, pero de tanto buscar se había cansado y pensó que era mejor abandonar todo. Llegó a un pequeño pueblo y entonces...

Lixy seguía contando su historia que inventaba mientras hablaba, Telesto la miraba y luego se fue con Sonia para ver el jardín.

Los dos solos era lo que le gustaba, era mejor estar con ella que con los otros niños.

Lixy después de contar su historia fue a buscar una rosa que le había gustado, y entonces miró a Telesto que también estaba allí. Ella lo ignoro y arranco una rosa desde la raíz con sus propias manos, Telesto no dijo nada y también hizo lo mismo. Luego ambos se alejaron sin decir nada.

.

Dos meses después volvió a ir a otra fiesta. Era el cumpleaños de Victor y debía estar con él, le llevó otro regalo y se lo dio, se acercó a sus otros amigos y estuvieron juntos, pero la voz chillona de Sonia le llamó la atención, detestaba esa voz horrible, pero tal vez e el futuro cambie.

—Telesto vamos a comer.

—Sí, vamos —. El niño siguió a la niña.

Lixy decidió acercarse para saber de que hablaban, iba por unos chocolates.

— Mi mamá me llevará a comprar vestidos.

—Eso es bueno, ojalá y sean muy bonitos —. Dijo él niño.

Lixy agarro una galleta y la comenzó a masticar mientras escuchaba. Telesto la medio miró y luego la ignoro.

—Vamos a otro lugar, quiero que veas una rosa.

—¡Sí, una rosa!

—Ay...

Lixy al reconocer la voz se giró y miró a Victor que estaba disculpándose con Sonia y asustado de Telesto. El joven duque se enojó porque el vestido de Sonia estaba manchado.

—¡¿Cómo te atreves?!—. Exclamó furioso.

—Ay mi vestido, no te preocupes esta bien.

—¡Lo... siento, no quise, fue un accidente!—. Se disculpaba Victor, estaba temblando.

—Esta bien —. Sonrió Sonia.

—Lo vas a pagar—. Telesto empujó a Victor y luego se acercó a la mesa y agarro los dulces y se lo tiro a Victor. Los demás niños estaban sorprendidos.

—¡Telesto no hagas esto!—. Pidió la de rosados cabellos.

Lixy miró la mesa y agarro el jarrón que tenía rosas con espinas y agua, lo agarro con ambas manos y se acercó a Telesto.

Mientras este seguía pegandole a Victor, quien estaba asustado.

Lixy golpeó a Telesto y este sorprendido miró a Lixy, Sonia grito asustada. Niños de nueve, ocho y siete años peleaban.

—Ya se disculpó, no seas grosero —. Habló Lixy.

Telesto se enojó y empujó a Lixy, Sonia trató de calmar a su amigo, Lixy se levantó y le dio una bofetada a Telesto, con todas sus fuerzas. Y entonces una pelea comenzó entre los dos. Telesto que es dos años mayor a Lixy la agarro del cabello y la tiro al piso, y la niña se defendió como pudo. Mordió el antebrazo derecho de Telesto y no lo soltaba ni porque le arrancaran cabello y si la dejaban pelona no le importaba, molesta miraba a Telesto y entonces con sus dedos trató de arrancar los ojos de Telesto, quien se apartó. Lixy al estar libre empujó a Telesto y luego lo agarro del cabello, ya que Telesto había caído de panza y Lixy aprovechando eso se subió sobre la espalda del niño y comenzó a jalar los cabellos negros con fuerza.

La pelea terminó porque Victor, Sonia, Carlos y los demás niños junto a los criados los separaron, pero ella ganó, aunque le arrancaron cabellos ella ganó y para finalizar eso fue en busca del gran Duque para hacer una escena. Al verlo solo se acercó.

—¡Uhg, waa~!

El hombre de ojos rojos y cabellos negros largos miró hacia donde estaba el ruido, al ver a la niña de ojos azules y cabellos negros todos feos se acercó a ella y se agachó.

—Nena ¿qué sucede? ¿Quién te hizo esto? —. Habló con amabilidad para no espantarla.

Lixy miró al Gran Duque.

—El joven Telesto... waaa —. El Gran Duque la miró confundido, ¿por qué mencionó a su hijo? —me pego ¡waaa!

El señor abrazo a Lixy y la cargo en brazos tratando de calmarla. No podía creer que su hijo había hecho eso, pero necesitaba saber que ocurrió. Cuando Lixy se calmó le contó todo.

—Mi amigo Carlos tropezó y su bebida mancho el vestido de Sonia y el joven Duque se enojó y le tiro los choclolates —. Al darse cuenta de que no lo dijo bien se avergonzó y volvió a llorar —¡wa~! —. Se sentía avergonzada, luego de varios minutos se calmó —y entonces le dije que mi amigo se disculpó, pero agarro el... el jarrón de la mesa y me pego —. Volvió a llorar y se volvió a calmar —y me siguió pegando y me quito mi cabello, ahora estoy pelona waaah—. Dijo mientras cubría con su pequeña mano la parte donde no había cabello —y me defendí.

El señor al conocer la verdad se enojó.

.

Telesto fue castigado y no pudo salir por cuatro meses, ni siquiera miró a Sonia, esto era un triunfo para Lixy, ella estuvo feliz yendo a donde la invitaban y veía que Sonia era más sociable y se veía mejor.

—Mañana será el cumpleaños de Telesto —. Dijo el marqués, esto llamó la atención de Lixy que no sabía nada.

—Espero que nuestros regalos le gusten, mañana iremos otra vez —. La señora miró a Lixy —no quiero que te pelees con él, se amable.

Lixy ignoro a su madre y siguió mirando su libro.

Capítulo 2

Al llegar a la mansión del gran Duque, ella se sentía incomoda porque debía de ver a su enemigo. Pero aún así ella fue.

—No quiero problemas Lixy, comprende que eres una dama —. Dijo su madre.

Se despidieron y ella junto a su hermana Billie entraron al salón y miró a Telesto, esto la enojo y decidió pasar al lado de él, lo cual molesto al niño; pero se contuvo porque Sonia se lo pidió.

Ella estaba aburrida así que decidió salir a dar un paseo, pero miró a Telesto e hizo gestos de disgusto.

—Otra vez tu, maldita sea el mundo—. Se quejo Telesto.

Lixy lo ignoro.

—Gracias a los magos creció tu cabello, creí que te querías calva —. Se rió con burla.

Lixy detuvo sus pasos y se dio media vuelta mirando a Telesto y contraataco.

—Vaya, parece que no hay marcas de mis dedos ni del jarrón.

—Maldita mocosa —. Se quejo.

—Perdone ancestro de los dragones.

—Tch... desgraciada.

—Desgraciado usted —. Dijo ella.

Se quedaron en silencio mirándose con enojo y luego se acercaron con ganas de pegarse y darse una arrastrada inolvidable.

—¡No lo hagas!—. Llegó Sonia agarrando a Telesto — solo es una niña, aun tiene siete.

—No te metas Sonia, eres muy buena y por eso no ves la maldad en otros.

Lixy miró con asco a Telesto.

—¡Mira como me mira!—. Se quejo Telesto.

—¡Hana no debes pelear o le diré a mamá!—. Llego Billie molesta y se la llevó.

Telesto se quedó discutiendo con Sonia.

Luego de estar jugando con sus amigos decidió que mejor iría a descansar a algún lugar tranquilo, mientras caminaba encontró un columpio y decidió subirse. Era divertido y sentía paz y tranquilidad hasta que llegó Telesto.

—¡Hey tu! Eso es mio, quítate.

Lixy no obedeció y siguió con lo mismo. Telesto enojado miraba como esa niña lo provocaba y como era débil decidió jalar de los cabellos a Lixy.

—¡Ay!—. Fue agarra por detrás de los cabellos y cayó de espalda al suelo.

Lixy golpeó su espalda contra una piedra y eso le dolió mucho, entonces Telesto estaba sobre ella pegandole y ella no podía defenderse, entonces busco una oportunidad y al tenerla la aprovecho.

—¡Ayyy~ maldita!—. Telesto golpeó su cabeza contra el columpio.

Lixy enojada le pego a Telesto con la piedra en la cual ella había caído, golpeó tres veces la espalda del niño y luego lo agarro de los cabellos y lo golpeaba contra el suelo.

—¡¡Lixy ya basta!!—. Su padre apareció.

Ella salio corriendo de allí, se escondió entre las flores del jardín y mantuvo silencio. Pero fue elevada por el poder de su padre y él la abrazo.

—¿Qué estabas haciendo?—. Preguntó.

Lixy lo abrazo y decidió llorar.

—¡Wah~ papá él... él me pego!—. Secaba sus falsas lágrimas.

—No te creo —. Dijo el Marqués.

La marquesa se acercó.

—All, cariño ¿ahora que hizo?—. Preguntó la madre de Hana.

Lixy evito el contacto visual con su madre y escondió su rostro en el pecho de su padre, pero después se alejó.

—¡Maldito mocoso!—. La duquesa llegó y jalo de las orejas a su hijo que se quejaba.

—Lo vi todo —. El duque suspiró — fue Telesto quien comenzó, otra vez.

Lixy sonrió al ver a su padre.

Sonrió con orgullo. All suspiró cansado.

—No importa quien tiene la culpa, esto no se hace —. Dijo mirando a su hija.

—Estos niños no se llevan bien, al final no creo que se vayan a casar—. El duque suspiró cansado.

Telesto y Lixy se sorprendieron.

—¡Yo me voy a casar con Sonia!—. Exclamó Telesto.

—¡Así no se le contesta a los padres!—. La duquesa le pego en la cabeza a su hijo.

—Ay no, mi hija es problemática —. Suspiró el Marqués.

—Dame a esta niña, le voy a enseñar a respetar —. La Marquesa jalo de las orejas a su hija, Lixy no lloro porque estaba frente a Telesto. Y el niño estaba igual. No iba a llorar frente a su enemiga.

...

Al llegar a su casa la encerraron y no se la volvieron a llevar a las fiestas. Pero sus amigos llegaban.

—Hana no te preocupes por nada —. Dijo la niña de cabellos verdes —traje estas galletas —. Sonrió feliz —mi mamá dice que me da permiso de estar contigo.

Lixy agarro las galletas.

—Gracias —. Agradeció Hana.

—¿Cuenta que sucedió en la fiesta?—. Preguntó Carlos a Miranda.

—No me jales —. Se quejo la niña, se acomodó — Telesto esta otra vez encerrado y no lo van a dejar salir por otros cuatro meses ja, ja.

—Ji, ji, ji, ja, ja, ja —. Se reía Victor.

Lixy solo los miraba mientras comía las galletas.

—¡No te preocupes Lixy, vamos a hacer justicia!—. Miranda estaba llena de energías.

—Vamos a jugar —. Dijo Lixy.

—¡Si!—. Sus amigos estaban emocionados.

—Vayan con los marranos, nosotras nos iremos a cambiar la ropa —. Miranda salio corriendo con Lixy.

Al estar preparadas fueron a dónde estaban los cerdos, ya los habían sacados y entonces los cuatro niños se metieron al lodo, no les importaba el feo olor.

—¡Ja, ja, ja! Toma —. Miranda le lanzó una bola de lodo a Victor.

Victor agarro a Lixy y salio corriendo a esconderse, Carlos y Miranda también se escondieron.

—¡Toma~!—. Victor lanzó una bola de lodo y le pego a Carlos.

—¡Ay!—. Carlos cayó de espalda y Miranda lo jalo.

—Yo haré justicia por ti—. Dijo la niña de cabellos verdes, miró a Victor y luego lanzó la bola de lodo, pero no logró darle a Victor —¡ay no!—. Se escondió.

Los criados veían como los niños se divertían jugando como marranos, no eran nobles normales.

—¡Ay!—. Victor fue golpeado por una bola de lodo y cayó al suelo —has... justicia por mi —. Cerró sus ojos.

Lixy miró a Miranda.

—Ven a mi —. Rió Miranda —¡Ji, ji, ji, ja, ja, ja, muajajaja!—. Se escondió.

Lixy miró a un niño que se acercaba, era uno de los hijos de alguno de los trabajadores, quien sería su mayordomo principal, entonces lo llamo y luego hizo que se acercara a Miranda.

—¡Toma!—. Miranda lanzó la bola y al ver al niño se asusto. Luego fue golpeada por Lixy —¿Ha? ¿Esta... es mi muerte?—. Cayó al suelo —no hice... justicia—. Y cerró sus ojos.

Lixy sonrió.

—Yo soy la ganadora —. Dijo la niña y levantó su brazo derecho con la mano empuñada.

—Ganamos—. Dijo feliz Victor.

—La próxima vez ganaremos —. Carlos se levantó y se acercó.

Unieron al otro niño y entre los cinco comenzaron a jugar, iban de un lado a otro, se subían a los árboles y corrían arrancando flores y rosas, y luego iban a ver a los caballos, miraban a las gallinas, a los caballeros.

Y al llegar el anochecer llego la hermana mayor de Miranda y el hermano mayor de Victor y Carlos.

—Maldita sea —. Suspiró Jonas, él hermano mayor de Victor y Carlos.

—Estos niños no aprenden —. Dijo Carla la hermana mayor de Miranda —¡ve a darte un baño!

—¡No me grites!—. Exclamó Miranda, Carla la jalo de las orejas —ay, ya voy —. Se fue corriendo.

..

Sus días seguían siendo iguales, aunque sus amigos no llegaron porque estaban castigados, y entonces recibió al Gran Duque y a su familia.

—Lixy te quedarás conmigo —. Ordenó el Marqués.

—Telesto ven aquí —. El Gran Duque llamó a su hijo.

Ambos niños estaban junto a sus padres escuchando todo y mirándose con odio.

Ana la hija menor del Gran Duque se fue con Billie a jugar.

—Si mi hija fuera como la tuya yo estaría feliz —. Decía él Marqués.

—... —. Lixy no dijo nada y miró como Telesto se burlaba de ella.

—Pero es una buena niña, no creo que tenga nada de malo.

—Claro que si, ella va y arranca las flores, las rosas y junto a sus amigos escalan los árboles, juegan en el lodo. Ya no se que hacer.

—Pero te hago pasteles —. Dijo Lixy.

—¡De lodo! Lixy son pasteles de lodo, yo no lo comeré —. Dijo y suspiró.

El Gran Duque comenzó a reírse y Telesto también.

Lixy ya no dijo nada y comenzó a jugar con sus manos.

—Puedo llevarme a tu hija.

—¿Y qué se mate con tu hijo? No gracias, prefiero que me siga vendiendo sus pasteles de lodo.

—¡¿Te los vende?!—. Pregunto sorprendido y luego se rió.

—Si, es muy descarada para su edad.

El Gran Duque se rió mucho.

—¡¡Ja, ja, ja!!—. Le parecía divertido.

—Llevártela.

—¿Por qué me regalas?—. Preguntó Lixy.

—Solo serán dos semanas—. Dijo feliz mirando a su hija.

—¡No quiero!—. Dijo Telesto.

—Es mi mansión, yo decido —. Dijo él Gran Duque.

En la noche ella se fue.

Se fue molesta y no les hablo a sus padres, esto los hizo reír y burlarse de ella, hasta sus hermanos se burlaron.

—No te vayas a sentir incomoda —. Dijo Chris, el Gran Duque, sonreía y abrazo a Lixy —si algo sucede con Telesto no dudes en decirnos.

—Bueno...

—Yo no la quiero cerca—. Dijo Telesto.

—Mamá tengo sueño —. Dijo Ana.

—Ay, mi bebé —. La duquesa cargo a su hija.

.

Al llegar a la mansión la llevaron a la habitación donde se quedaría, estaba justo frente a la habitación de Telesto, esto enfureció a ambos.

Ella se durmió porque estaba cansada, pues había estado jugando mucho y debía dejar descansar su cuerpo.

Como es una niña de ocho años aun debe de descansar.

Se despertó y salió al balcón mirando como el cielo era tan hermoso y en especial con ñas estrellas y la luna, después de un rato decidió regresar a dormir.

Por la mañana ella se dio un baño y siguió a las criadas para poder ir al comedor y desayunar. Al estar en el comedor miro a la familia ducal y saludo, luego se sentó y junto a Telesto. Ella sabía lo que eso significaba.

Ellos dos eran prometidos y no se los habían dicho.

Sentada como una estatua ella trató de guardar su enojo.

—¿Es de tu agrado?—. Pregunto la duquesa —si algo no te gusta puedes decirlo, tu madre me dijo que no eres alérgica a nada, no como Telesto —. Miró a su hijo— es alérgico al maní, a las uvas, al agua de río, ¿quién es alérgico al agua de río? ¡Es agua, de río!

—Soy delicado madre, por favor comprende que no soy como un cerdo —. Telesto miró a Lixy.

—Mamá quiero ir a comprar ropa—. Pidió Ana.

—Ya tienes mucha ropa, deja de joder —. Telesto comía.

—Telesto no seas así con tu hermana menor.

—Por eso nadie te quiere —. Dijo Ana.

—Yo solo necesito a Sonia—. Respondió.

Lixy lo miró.

—La obsesión no es buena —. Dijo ella.

—¿Qué? ¿Quién pidió tu opinión?—. Hablo molesto el niño.

—Para ser una niña sabes sobre muchas cosas del mundo —. El duque sonrió —hijo no seas tan maleducado con nuestro invitado.

—Esta bien, no me siento ofendida —. Sonrió ella.

—Que buena niña eres, ojalá y te quedes aquí siempre —. La duquesa sonrió feliz.

—¡Jamás!—. Telesto se levantó y se fue molesto.

Capítulo 3

Después del desayuno fue con la Duquesa y Ana a una boutique. Luego fueron a comprar reloj, pues la duquesa le quería dar un regalo a su esposo, son una pareja muy unida.

—Lixy ¿Quieres algo?—. Preguntó María.

—Si —. Respondió Lixy mirando a la duquesa —esos gemelos se verían bien en Telesto —. Señaló.

La duquesa miró hacia donde la niña señalaba, sonrió emocionada.

—Me llevaré eso—. Dijo la señora.

—Yo lo pagaré —. Comentó Lixy.

—Mi niña, no debes de preocuparte, yo lo comprare.

—Mami deberías llevarle un regalo a mi hermano Joseph —. Habló Ana mirando a su madre.

—Por supuesto que sí, ya le compre un regalo. ¿Qué clase de madre crees que soy? Nunca me olvido de mis únicos tres hijos que tengo, y por supuesto de mi esposo —. María sonrió y cargo a su hija —vamos Lixy, debemos ir a un último lugar.

Lixy obedeció y siguió a la duquesa, luego agarro la mano de una niñera que estaba cerca, no podía confiarse y perderse. Caminaban y Lixy miraba al rededor, las tiendas, las personas y al ver a un pequeño grupo de niños pidiendo monedas ella se detuvo y esto hizo detener a la niñera.

—¿Qué sucede señorita?—. Preguntó la joven niñera.

Lixy sin dejar de ver a los niños dijo:

—Ayúdales —. Hizo contacto visual con uno de ellos, tenía unos hermosos ojos violeta —solo unas monedas —. Pidió Lixy mirando a la niñera.

—De acuerdo señorita.

Y entonces un pensamiento paso por su cabeza, agarro más fuerte la mano de la niñera y comenzó a correr.

—¿Eh? ¿Qué?—. La niñera corría sin soltar la mano de la niña.

Entraron a una tienda de ropa.

—Bienvenidos —. Se acercó una trabajadora.

—Quiero cinco de esos —. Señaló las prendas.

Mientras la trabajadora envolvía lo que había comprando, ella en una bolsa de tela metió unas cuantas monedas de oro, luego agarro la ropa y salieron yendo a donde habían visto a los niños.

Al llegar Lixy se acercó y dejó la ropa cerca de ellos, no dijo nada y señaló con sus dedos una parte en específico, luego la niñera la cargo en brazos y se fueron, la niña de ojos azules se despidió y esperaba que nadie le robe el dinero a esos pequeños niños.

...

—¿Qué haces en mi biblioteca?—. Preguntó Telesto.

Lixy bajo el libro y miró al niño.

—Leyendo.

—Vete de MI biblioteca —. Ordenó.

—Pero yo también vivo aquí —. Dijo Lixy.

—No me importa, no te quiero en mi biblioteca —. Se acercó y le arrebato el libro — y no quiero que toques mis libros.

—Pero él Duque me dio permiso de entrar.

—No me importa, vete.

Lixy no quería pelear así que accedió y se fue, no le dijo nada ni le miró feo, al salir observo a Sonia junto a otro niño. Lixy saludo y luego se fue.

"Ese es el hijo del Duque Moisés Allen Ross, es Callisto Allen Ross"

Lixy creía que Telesto no tenía más amigos, pero al parecer juzgo mal.

Durante el almuerzo tuvo que comer con ellos, y al parecer ambos niños sienten lo mismo por Sonia. Más que amor es como obsesión.

—Prueba esto—. Callisto le dio un pedazo de pastel a Sonia.

—También prueba esto—. Telesto le dio de su pastel a Sonia.

—¡Delicioso!—. Dijo la niña sonriendo feliz disfrutando el sabor del pastel.

Lixy mientras comía su comida pensaba mucho, Telesto parecía más niño bueno, se portaba bien y no peleaba con Callisto.

—¿Quién eres?—. Callisto pregunto mirando a Lixy.

—Es la invitada de mis padres, se quedará aquí por dos semanas —. Habló Telesto —pero no te preocupes por ella.

—Tu nombre es Lixy ¿verdad?

—Si —. Respondió ella.

—Vamos a jugar juntos, Lixy —. Pidió Sonia.

Telesto no se quejo y ella acepto.

Se dirigieron al jardín y Lixy se mantenía callada escuchando la conversación de los otros tres.

—Seamos buenos amigos —. Sonia sonreía mucho.

Callisto y Telesto también sonreian, Hana tenía un presentimiento de que ellos solo fingían ser buenos niños para no enojar a Sonia.

—¿Y qué vamos a jugar?—. Preguntó Callisto.

—Juguemos a los caballeros —. Sugirió Sonia —dos y dos, Lixy y yo—. De inmediato agarro a la mencionada —¡seremos caballeros y ustedes los mercenarios!

Lixy miró confundida a Sonia.

¿Cómo una niña podía querer jugar eso? Tal vez porque es dos años mayor a ella.

—Parece equilibrado, pero también no tan equilibrado —. Dijo Callisto.

—¿Cómo? No entiendo—. Sonia se veía confundida.

—Significa que para que sea mejor, debemos de ser un niño y una niña —. Aclaró Telesto.

—Estaré con ella, en el siguiente juego estaré con Sonia —. Dijo Callisto.

Lixy aprecio por algunos segundos la belleza de ese niño, hermoso cabello rojo oscuro y ojos de un rojo aun más oscuro.

..

Al terminar de jugar Hana fue a su habitación y se durmió porque estaba cansada, había sido ignorada por esos dos niños, ellos solo querían estar con Sonia y a ella la dejaban de lado.

Al día siguiente se entero de que Callisto se quedaría por algunos días, esto la hizo sentir incomoda. Durante un tiempo Sonia estuvo llegando y ellos la ignoraban a ella e incluso discutieron en unas dos ocasiones, ahora Lixy debía enfrentarse a Callisto y a Telesto. Esto no le gustaba así que dejo de jugar con ellos e invito a sus amigos.

—¡¿Lista!?—. Miranda tenía el cabello amarrado y sonrió al ver a Lixy, y esta también sonrió.

—¡Victor estará contigo Miranda!—. Dijo Carlos.

—Vamos Carlos —. Lixy agarro de la mano al susodicho y salieron corriendo.

Mirando y Victor también, los cuatro niños se dirigieron al establo y también fueron en busca de los cerdos para sacarlos y estar ellos en el lodo.

—¿Quienes son?—. Pregunto el de cabellos rojos.

—Los amigos de esa mocosa —. Respondió el de cabellos negros.

.

—¿Y cómo te trata el joven Telesto?—. Preguntó Victor mirando a Hana.

—Dinos Hana—. Pidió Miranda.

—Me trata mal, es muy presumido y me aleja de Sonia —. Respondió Lixy mientras miraba su pastel de lodo —pero él otro niño también me trata mal.

—¿Por eso tienes ese corte en la mejilla?—. Preguntó ahora Carlos.

—Si...—. Respondió la niña de ojos azules.

Miranda dejó de sonreír.

—Vaya no sabía que había más cerdos —. Apareció Telesto y Callisto —mira esos cerdos apestosos.

Miranda enojada miró al de ojos rojos y luego miró a Hana.

—Son cerdos muy grandes —. Habló Callisto.

Lixy suspiró y se levantó.

—¿Qué quieren?—. Preguntó ella.

—¿Debemos pedir permiso para venir a este lugar?—. Preguntó Callisto.

—No, no tienen que pedir permiso —. Lixy se acercó a ellos —pero se supone que no me quieren cerca, deberían de irse.

—Pues no quiero —. Telesto se acercó más a Lixy —no me puedes hacer nada.

—¿Quién dijo que no?—. Preguntó Lixy.

Telesto medio se asustó.

—Yo... uhg—. Callisto iba a decir algo, pero alguien le tiro algo, al tocar su cabeza sintió el asqueroso lodo.

—¿Quién fue?—. Preguntó molesto Telesto.

—Déjennos en paz —. Miranda estaba mirando molesta a esos dos niños mayores.

—¿Cómo te atreves?—. El de cabellos rojos se enfureció y se acercó a Miranda para querer pegarle, pero Carlos intervino.

—Suficiente de esto —. Hana no quería problemas —nosotros nos iremos a dar un baño —. Lixy agarro a Miranda y la empezó a empujar con suavidad.

Telesto iba a decir algo, pero Callisto se lo impidió y solo observaron como aquellos niños se iban, por supuesto que se va a vengar, pero primero debe pensar como lo va a hacer.

Al pasar los días Lixy y los otros niños no se hablaban, no se miraban y tampoco se provocaban, discutir no es nada agradable y solo provoca cefaleas, Hana pensó que algo no iba bien así que prefirió alejarse. Pero Sonia dejó de llegar y veía a aquellos dos niños medio tristes.

—¡Finalmente, iremos a la cabaña!—. Ana corría feliz.

—Cariño si te lastimas y lloras yo no iré a consolarte —. Dijo María mirando como su esposo se ponía los guantes —¿te había dicho que eres guapo?—. Preguntó ella.

Telesto, Callisto y Lixy sintieron incomodidad.

—Si —. Respondió el señor —muchas veces.

Lixy se bajó del sillón y se fue de allí, ver como los esposos se daban amor era incómodo para ella, así que era mejor estar lejos que cerca. Al estar fuera de la casa en la entrada de la mansión ella se sentó en los escalones y suspiró.

—Mis padres no son así —. Dijo Lixy mirando el cielo.

—Los míos si —. Hablo Callisto.

La niña miró a los dos niños y no dijo nada, ellos se acercaron primero.

—Mis papás siempre son así y no sé porque lo hacen en público, que sinvergüenzas —. Telesto miró a Lixy —tienes suerte de que no sean así.

Hana no entendía porque esa amable forma de referirse a ella.

.

Pasarían seis días en una de las mansiones pequeñas del Duque, lo cual está cerca de un río, un lado y el mar. Irían a ver a la naturaleza y Lixy pensó que eso sería bueno.

Le tocó estar en el mismo carruaje con aquellos dos mocosos y para no verlos decidió dormir un poco.

Pero el carruaje hizo un brusco movimiento y Lixy cayó del asiento.

—¿Estás bien?—. Callisto se bajó y ayudó a Lixy a levantarse.

Telesto también la ayudo.

—Sangre ¡Ay, ay, sangre!—. El de cabellos negros se veía en pánico.

Callisto le dio un pañuelo y Lixy lo acepto y cubrió su nariz, pues por la caída se lastimó la frente, la nariz y mandíbula.

—Gra...cias.

—Sube y quédate junto a nosotros —. Sugirió Telesto, Lixy se sorprendió —¿qué? Solo sube.

Ambos niños ayudaron a la niña y los tres se sentaron juntos, demasiado para Lixy que estaba muy apretada y no podía moverse con libertad, le dolía y quería llorar.

Después de tanto tiempo se detuvieron para dejar descansar a los caballos y para poder tener más libertad y movilidad.

—¿Qué sucedió?—. Preguntó la duquesa.

—Un accidente —. Respondió Lixy —Telesto no me pego, el carruaje se movió con brusquedad y me caí —. Dijo y sonrió —estoy bien, esto va a pasar.

—Aw que niña tan buena, le diremos al cochero que sea más atento.

La duquesa abrazó a Lixy y fue junto a su esposo para contarle lo sucedido.

Más tarde comenzaron nuevamente moverse, aunque esta vez Ana iba junto a ellos, cosa que Telesto no quería.

—Lixy mira mi muñeca —. Estaba feliz la niña pequeña.

—Es hermoso —. Dijo Hana.

Telesto evito reírse. Pues la muñeca que en realidad solo es un oso de tela estaba mal hecho, ya que Ana fue quien lo hizo se veía todo feo.

—Deberíamos comprar otro.

—¡¿En serio?! Pues yo lo hice y no creo que pueda hacer más —. Por las bonitas palabras de Lixy, Ana se sonrojó y avergonzó mucho y cubrió su rostro.

Después de algunas horas volvieron a detenerse y descansar un rato.

—¿Por qué se mueve el carruaje donde están tus padres?—. Preguntó Callisto a Telesto.

Lixy observo el carruaje y era verdad, se estaba moviendo mucho.

—Iré a ver —. Dijo Telesto observando su alrededor no iba a dejar que se dieran cuenta de que él iría al carruaje, Callisto también decidió ir.

—Si alguien se acerca nos dices —. Dijo Callisto mirando a Lixy.

Ella asintió y se quedó de pie observando como aquellos dos niños se acercaban al carruaje. Y mientras se acercaban Lixy veía que ellos estaban nerviosos y raros, pero aun así se acercaron y lograron ver la ventana del carruaje, Lixy se rió por sus expresiones faciales y Callisto y Telesto se acercaron corriendo.

Al llegar junto a ella se tranquilizaron y el de cabellos rojos se acercó a ella entrelazando sus dedos, esto sorprendió y confundió a Lixy, luego Callisto la beso.

—¿Eh?—. Telesto se sorprendió —¡yo también lo voy a hacer!—. Se acercó a los dos niños y empujó a Callisto, Lixy seguía en shock y más al ser besada por Telesto.

Luego del beso ambos niños besaron el dorso de la mano que ellos sujetaban.

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