Ross Escalante, dama de la sociedad, pero de la baja, siendo hija de unos barones. Su actitud siempre era fría y simple, era muy aburrida con respecto a todo, le era imposible buscar pareja, así que los barones hiciero una oferta con el archiduque y era que debían estar casados por un tiempo, un año mínimo, para así darle un título a Ross. Éste hombre es llamado Ares Magno, el general del gran ejército del emperador, además, su título se lo ganó en batallas que había ganado contra el bando enemigo, ya que él era un huérfano que poco a poco subió a conseguir ese estatus.
Él acepto, ya que también debía comprometerse, no importaba el estatus, solo debía hacerlo para cumplir los deberes.
Ross, quién no le gustó para nada su futuro esposo, puesto a que el hombre siempre llevaba la máscara puesta de su armadura. Supuso que debía ser un hombre lleno de cicatrices por sus batallas.
El día de su boda esperaba verlo cara a cara, pero aún así, el hombre tenía su casco puesto y con la armadura del imperio. En su noche de boda, Ross no le concedió su primera vez a Ares, encerrándose en su habitación con llave, obviamente tenía una fuerza para romper la madera y tomarla a la fuerza como la bestia que ella crees que es. Pero nunca lo hizo. Desde ahí, ambos han dormido separados sin cumplir con los derechos matrimoniales.
Realmente Ross pasaba los últimos meses evitando a su esposo, hubo un momento en el que ella empezó a buscar entre sus cosas para ver si había un retrato y saber cómo es él, ya que no importa cuánta veces le reclame, él siempre llevará esa máscara y nunca se la quitaba frente a alguien, en eso la mujer consigue una carta vieja en las pertenencias de Ares. A punto de abrirla, escucha cuando su esposo llega, guarda todo como si nada y se va a su habitación, pensaba encerrarse con llave como hace siempre, pero cuando oye la risa de su hermana, se queda petrificada. Que hacía ella aquí, se preguntaba en su cabeza. Así que se asoma y mira a escondidas.
— Me alegro mucho de que mi hermana tenga a un esposo tan amable.
Con voz seria y sin quitarse el casco habla.
— no fue nada, te vi en el camino a mi casa y supuse que quería visitar a la señorita Ross.
— ¿Señorita?... ¿Acaso ustedes no están casados?
— nada más es política, ella aún no es mi señora— sin irse mucho del tema, sutilmente le dijo que aún no han consumido ni su primera noche.
Es cuando Alanís se apena mucho, no sabía que su hermana no había aprovechado la oportunidad de tener a este guerrero bajo sus manos. Alanís veía muy bien lo que había debajo de la armadura de Ares y su rostro no sería un obstáculo.
— ¿Puedo subir a ver a mi hermana?— dijo ella con una sonrisa.
— por supuesto, está en su casa.
Sonriéndole dulcemente la mujer le da la gracias, esto causó que Ares no evitará verla un poco más, ya que él hombre no ha podido recibir ese afecto de nadie porque lo comparan como una bestia y menos de su esposa, instantáneamente sintió esa chispa, pero nada era seguro aún.
Cuando Alanís fue a ver a Ross, está se encontraba en su habitación, Alanís le sonríe, pero su hermana mayor le fulmina con la mirada, es cuando ella se da cuenta de una cosa.
— ¿Me viste?... ¿Tienes celos?
— ¿Que?... No. Ese hombre no me interesa en absoluto, debe ser un monstruo por no mostrar su apariencia. Estoy así es porque viniste sin avisar.
— oh, ya veo. No quiero que te moleste conmigo, y creo que seran más seguido las visitas, ya quería saber más de ti.
Felizmente abraza a su hermana, Ross lo acepta pero aún se seguía incómoda por una razón, ¿Eran los celos quizás?... No lo quería admitir porque estaba segura de que no siente nada por él y se tuvo que guardar los pensamientos. Ambas se habían olvidado lo sucedido y hablan de cosas comunes.
En las semanas siguientes, Alanís no dejaba de visitar a su hermana, con pretexto de extrañarla mucho, pero solo lo hacía para verse con Ares he interactuar poco a poco con él. Al final, Ross siempre se quedaba viendo cómo ambos hablaban con tranquilidad, como si ellos fueran los casados y vivían feliz su vidas...
Pero era porque Ares se sentía agusto con esa presencia, él necesita a alguien que lo escuchará y quien más que Alanís que se había interesado en él. Además, su hermana le recalco que no sentía nada por él, que solo era convenio este matrimonio.
Una noche, tanto como Ares y Alanís se conocían lo suficiente, ésta supo pedir al general que se quitara el casco, nervioso él se encontraba, tenía miedo a que ella no lo aceptará tal cuál, Alanís confío en él y le pidió otra vez eso. Al final tuvo que acceder y mostró su rostro después de tanto tiempo.
Los ojos de aquel hombre era los más bellos que podían haber en el reino, sus fracciones en el rostro, más pequeñas cicatrices en él lo hacían lucir como un dios de la guerra. Apenado, lo único que Ares hacia era tartamudear, pero Alanís contempló su belleza por un momento que lo único que pensó fue en besarlo y así fue, está tomo la iniciativa y le dió un beso que le sorprendió pero de igual forma correspondió el gesto apasionadamente.
Había una persona que veía todo ese panorama a escondidas, Ross apretaba el marco de la puerta donde veía a su esposo y a su hermana besarse. Además que mostrar el rostro de él fue lo que más la dejó impactada, no era una bestia, su rostro parecía el de un ángel...
Al día siguiente, las cosas no avanzaron más por petición del general aunque la tentación era fuerte, debía hacer algunas cosas primero para llegar a lo que quiere, asi que desde temprano él se fue por llamado del emperador.
En la casa, Alanís llegó solo para hablar con su hermana. Ross la esperaba ya que sabía que iba a venir.
— Ares no está aquí...— recalcó primero.
— oh, no se llama así, él me dijo su verdadera nombre.
— ¿Que?... ¿Como es que-... Eso no importa, vete de mi casa.
— que malos modales, hermana, pronto está casa será mía y tú esposo también.
Ross abofeteó fuertemente a su hermana, quedándole la mejilla roja y adolorida.
— eres una maldita ramera. No importa si yo no lo quería, no debiste de meterte en mi matrimonio. Solo te interesa la fortuna de él, no creas ocultarlo.
Alanís se quedó callada, no quería arruinar todo lo que había planeado por respónderle la verdad. Pero al final dice.
— no pagues tú frustración conmigo, yo por lo menos supe cómo ganarme su corazón, y tú, solo los evitabas por pensar que era una bestia...
— largo.
Sin más, ella se marchó, quedando la mano irritada de Ross, se encerró a su cuarto llena de frustración ya que sabía que posiblemente el divorcio llegaría y que se casaría con Alanís, no le importaba el divorcio, lo único que no quería era que se fuera con su hermana.
Y así fue, cuando Ares regreso tenía el papel de divorcio en la mesa, era la primera vez que ambos estaba así, cabe mencionar que estaba sin su casco y Ross no evitaba de verlo, él va directo al grano.
— necesito que firmes, ya se ha cumplido el plazo de un año de matrimonio como tus padres planearon.
Ross no tuvo más de otra que poner su nombre ahí, de todas formas, no podía obligar a Ares a algo imposible, ni siquiera luchó ya que sabía que no tenía derecho.
Después de eso, Ares le dio una casa a Ross, y él se mudaría a otro lado con cierta persona. Después de un tiempo, ella se enteró que su hermana se casó con su ex- esposo y que ahora vive felices juntos.
Ross quedó sola por no darle una oportunidad de conocer a su esposo y no por apariencia si no por como era por dentro.
Al final, ella nunca fue la protagonista de esta historia, era Alanís y Ares, un amor que poco a poco fue creciendo y causó que el temible guerrero se enamorara de la doncella que supo brindarle cariño...
Abriendo los ojos en par, una mujer de cabellera castaño y ojos dorados se despierta en un lugar diferente.
— ¿Eh?... ¿Donde estoy?... Esta no es mi habitación?
Y era verdad, antes estaba en la concurrida cuidad de Paris, Francia, y ahora, en la capital imperial de reino dorado, en una de la residencia más lujosas que pertenecer al archiduque.
“no sabía dónde estaba, veía perpleja todo a mi alrededor, lo último que recuerdo era que antes de dormir leí el libro, “el general olvidado" hasta el final... Y ahora... ¿En qué lugar estoy?"
Levantándose de su cama, vio un espejo cercano, sentía la necesidad de verse, sentía que se debía hacerlo, y al mirarse en su reflejo soltó un grito estruendoso.
— ¡Esta no soy yo!... ¡Mi cuerpo era más relleno, y con cabello desordenado!... ¡¿Donde están mis ojeras?!... ¡Parezco una muñeca que nunca se despeina!
— ¡¡¡ROSS!!!
Gritó una voz masculina, quién a velocidad impresionante subió las escaleras y de un golpe fuerte tumbo la puerta que tenía siempre llave. Después de que el humo se dispersara, la joven queda petrificada al ver a un hombre vestido normalmente pero con un casco puesto impidiendo mostrar su rostro, eh ahí cuando a ella le llegan recuerdo que no le pertenece y se reflejan en su memoria.
“esto es imposible, estoy adentro de la novela que leí. Y sobretodo soy ese estúpido personaje que no me gustó para nada, soy... Soy..."
— Ross Magno... Mírame, estás pálida. ¿Que pasó?— preguntó él, a la distancia, pero poco a poco se acercaba.
— Ares... Yo-...— tiemblan sus piernas a punto de caerse de rodillas.
“si estás memorias son ciertas y con lo que se de la historia, estoy apenas iniciando mi matrimonio con Ares, llevamos un par de meses casados... Ni Alanís ha venido a visitarme la primera vez, asi que ella no lo conoce bien"
— wooow!!!— gritó un poco más ella. Ya que en cuestiones de segundo Ares la levantó entre sus brazos— ¡¿Q-Que haces?!
— protesta todo lo que quieras, no te bajaré hasta que me digas que pasó, del por que gritaste hace rato...
La mano de aquella mujer posaba en el pecho de él, se podía sentir el pectoral fuerte, sin querer ella se sonroja y sigue tartamudeando...
— e-estoy bien... B-Bajame por favor. Solo... Grité porque vi una rata, eso es todo.
La baja pero dentro de la cama, en ahí donde ella sigue quedando muda. Antes de irse, él le recalca.
— Ross, aquí no hay ratas, me encargue de ellas hace tiempo pero si no quieres contarme, está bien. Me iré...
Antes de que ella pudiera decir algo, él ya había salido de la habitación. Todo está pasando muy rápido, lo último que puede comprender era que había despertado en el cuerpo del personaje secundario, ya que la historia que había leído los verdaderos protagonistas eran Ares y Alanís.
“se supone que deba ser ese personaje que rechaza a su esposo simplemente porque lo ve como una bestia, y ¿Si no sigo ese papel?... Admito que la historia fue interesante pero ahora que estoy en este lugar me tocará demostrar que vine a cambiar eso. Cabe mencionar que aunque Alanís fue la única persona que Ares le mostró su rostro, en la historia solo dieron su descripción, pero jamás vi un retrato de él, asi que no se cómo se ve realmente"
Esta chica antes se llamaba Ivonne, pero ahora aceptara el papel de Ross Escalante, o con su apellido de casada, Ross Magno, esposa del general olvidado. No sabe por que despertó en este cuerpo, pero no piensa acabar como la original Ross ni piensa darle brecha a su hermana.
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Luego de que se diera un baño frío para quitar el dolor de cabeza, Ross baja para almorzar, ya era mas del mediodía. La ama de llaves la recibe.
— ahora mismo le llevaré su comida a su habitación, madame.
— no, prefiero comer en el comedor con el señor de la casa, Violet.
Sorprendida se había quedado la ama de llaves, sin querer, tartamudea las siguientes palabras.
— e-el señor Magno no se haya en casa, está ahora trabajando en la armeria. Dijo que no quería que lo molestaran y que comerá más tarde...— ese lugar también sirve para entrenar y no queda lejos de la residencia.
— bien, iré a verlo.
— oh, madame!... Por favor!.... No vaya a molestar al-!
Ya cuando quería ver, Ross se encaminó hasta la armería. Esta vez, las cosas serán diferentes, huir de su esposo no pasará para ella, si es posible, tal vez sea al contrario.
Antes de abrir las puertas de la armería, claramente se escuchaba las armas chocar, hombres hablar y sobre todo un golpe fuerte que hacen que la puertas se abran. Pues nada mas era un hombre que chocó contra la madera y abrió la entrada. Ross se había apartado.
Adolorido, en el suelo, el hombre mira hacia arriba y veía una mujer, era la esposa del general.
— ¿Estás bien?... ¿Quién te hizo eso?...— curiosa estába, el quién lo lanzó debía poseer una fuerza brutal.
El hombre señala y dice en susurros para que ella escuchara.
— su esposo...
Ross vio aquel guerrero que guardaba la espada en su funda. Claramente tenía su casco, pero eso no impedía que ella sintiera algo al verlo en acción.
“que fuerza, su elegancia en combate, y aunque guarda su apariencia debajo de la armadura, debe haber un dios griego ahí oculto..."
— general... Su esposa está aquí.
Ross pasó y se quedó frente al hombre, era más alto de lo que esperaba, así que tuvo que subir su vista.
— ¿Que haces aquí?— preguntó él.
— vine a buscarte para almorzar juntos.
Como no le gusta que lo molesten en sus horas de entrenamiento, con algo de enfado habla.
— ¿Eh?... Eso es raro en tí, y que también estés aquí lo es. Además, le dije a Violet que no quería qu-...
De imprevisto, Ross tuvo que usar una habilidad que no necesita fuerza alguna. Ésta se lanza al brazo del general y en cuestiones de segundo, Ross cambio su rostro a uno radiante, emocionado y encantador.
— entiendo que este matrimonio sea arreglado, pero por lo menos quiero llevarme bien contigo. Vamos a comer juntos.
Ares la miraban atraves de su casco, era como si estuviera viendo a otra persona, los ojos de Ross jamás había brillando de tal magnitud, por alguna razón, la veía más hermosa y tierna, pero si tenía que comer con ella era obligatorio quitarse el casco. Suavemente este quita la mano de aquella mujer y le da la espalda para volver con sus hombres.
— perdóname, tengo que volver al entrenamiento.
— está bien. Te espero en la cena...— cuando Ares de dió la vuelta, vio una sonrisa por parte de ella. Ross se notaba perseverante.
— ....
_______________________ en la noche.
Aunque no accedió a la primera, Ross no pensaba darse por vencida, tal vez quiere ver el rostro de su esposo, pero también quiere conocerlo, lo que no hizo la original Ross y por tonta lo perdió.
— señora... Se le enfriara la comida.
Dijo Violet, quién estaba acompañando a Ross al lado de la mesa de comida, Ross aún seguía esperando a su esposo.
— Violet... ¿No sabe dónde esta Ares?
— no madame...
Ross hace una gesto con su dedo, indicando que se acercara. Le susurra lo siguiente a Violet.
— te subire el sueldo, solo necesito que me ayudes con mi esposo, empezado por donde está.
— mi señora, no sé-...— Ross le ofrece una gema que se saca del bolsillo que vale una fortuna—... Ahora mismo debe estar en su habitación, le subí la cena hace rato por eso no bajará.
— gracias.
— por favor, no le diga nada al señor...
— no te preocupes, Violet, solo se mi ayudante y te daré mi protección...
“en la historia original, Violet era muy fiel a su señor, pero su única debilidad son, el dinero y los hombres muy guapo, la primera opción era más fácil de conseguir, la única persona que sabe de estas debilidades soy yo por leer extra de la novela..."
Pensó Ross, quién sube las escaleras y va a la dirección correspondida. Tocando la puerta dos veces, la mujer pregunta.
— ¿Puedo pasar?— se escucha un pequeño estruendos en la habitación...— ¿Ares?—... Intenta abrir la puerta, pero resulta estar bajo llave...— que irónico...— susurró ella.
Luego de unos segundos, la puerta le quitan el seguro y es abierta.
— ¿Que ocurre, Ross?— preguntó él, al parecer, se había puesto el casco de inmediato porque estaba algo mal puesto.
— te dije que te quería ver en la cena... Ya no me gusta comer en mi habitación.
— ¿Por qué te preocupas eso ahora?...— se recuesta de la pared—... Desde que despertaste está mañana actúa diferente.
— tú también, desde que grite fuiste a ver qué me pasó, te preocupó, no lo oculte.
— por supuesto que me iba a preocupar, aunque este matrimonio es arreglado debo de cuidarte hasta que el año termine...
“ah, era cierto, mis padres le propusieron un trato al archiduque, osea Ares, para casarme con él y cumplir el año matrimonial, para así yo heredar un título. Pero... ¿Y si le hago cambiar de opinión?... Quiero saber quién es Ares Magno y como su esposa"
— Ares, como tú me quieres cuidar aún así sea por el contrato, déjame hacer lo mismo, déjame conocerte...
Poco a poco, Ross se acercaba, sus manos alzarse al rostro cubierto de Ares hace que el hombre retroceda. Éste la detiene con las manos sobre sus muñecas.
— ¿Que haces?...
— déjame verte.
— ve a tu habitación, Ross.
— por favor... Ares yo-...— Ross de imprevisto se desmayó, el hombre la ataja entre sus brazos.
— oye... Ross... ¡Ross!— ella no reaccionaba, no importa cuánta veces agitara suavemente el cuerpo—... ¡VIOLET, LLAMA AL MEDIC-...!
Alguien de imprevisto le quitó el casco velozmente, siendo ella Ross, que fingió ese desmayo, ya sabía que luchar contra Ares con la fuerza no era buena idea, así que fingió eso. Pero...
Ambos se había quedado petrificados, tanto como Ross como para Ares verse a los ojos directamente fue como una pulsada en sus pechos, ella sin querer se sonroja. Él la suelta de inmediato y la ve enfadado, pero con una voz seria le dice.
— no debiste hacerlo... Ross.
— ¡Mi señor!— Violet dobló la esquina, es cuando Ares le da la espalda...
— Violet, lleva a la archiduquesa a su habitación, no vuelvas a dejar que se acerque a la mía... Ella está bien, no llames al médico...— estaba muy molesto, tanto que da miedo.
— s-si.
Violet ayudó a levantar a Ross, la mujer en sus manos tenía el casco que siempre mantenía oculta la belleza de su esposo, Ross se había llevado el objeto de su esposo. Éste vio de reojo como ambas se iban.
Al principio estaba enfadado, pero luego recuerda las expresiones de Ross, lejos de estar de repulsión, o que lo rechazara, ella se veía ruborizada como si le gustara lo que había visto...
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🙋🏾♀️ hola mi gente hermosa, como están, como le va, espero que le haya ido bien. Entonces, he vuelto y con una historia nueva, quise hacer algo otra vez diferente ya que me gusta cambiar un poco las tramas de las historias para no hacerla tan aburrida.
Espero que estos tres capítulos le haya gustado, trataré de actualizar seguido, pero aunque este de vacaciones tengo que atender los estudios...(en serio, las tareas están que me tragan🙃) muchas gracias por leer.
✓no olviden darle like a los capítulos, con solo eso ayudan mucho a la escritora.
✓ no plagio o si ven un plagio de una de mis novelas no duden en avisar 😉
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