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EL MAFIOSO SE ADUEÑÓ DE MI CUERPO

CAPITULO 01. LA FAMILIA DUARTE

En la ciudad de New York, en Estados Unidos, en uno de los distritos más ricos, en una de las mansiones vivía la familia Duarte, una de las familias más ricas en todo el mundo, eran dueños de las mejores joyerías en todo el mundo; el señor Carlos Duarte falleció en un accidente de automóvil, su hijo mayor Damián Duarte tenía tan solo 23 años cuando tuvo que hacerse cargo del negocio familiar, se convirtió en un joven responsable, amargado, cambio tanto que a la edad de 31 años parecía un hombre con una gran amargura en su alma.

La segunda hija es Sahara tenía 15 años cuando su padre falleció, a sus 18 años entro a la universidad a estudiar la licenciatura de medicina, estaba en sus 23 años preparándose para su examen de titulación, era una joven alegre y sobre todo dedicada a sus estudios a pesar de su madre siempre se opuso a que estudiara, siempre la trato mal, siempre le hacía saber lo molesta que estaba porque estudiaba.

Carola era la más pequeña de los tres, ella tenía 19 años, una vez que salió de la preparatoria no quiso seguir estudiando, se dedicaba a estar con las amigas, a ir de compras, a estar en todas las banalidades que la sociedad le permitía, fiestas, eventos sociales, gastaba dinero sin límites.

Mónica de Duarte, cuando su esposo murió, ella se sintió liberada, empezó a gastar en ella misma, en su persona, ella se consideraba una diva, era una mujer egocéntrica, una mujer vacía por dentro, solo le importaba casar a sus tres hijos en alguna buena familia, hacer más fuerte la riqueza familiar.

Eran las 7:30 pm, Sahara estaba en la gran biblioteca que estaba en su casa, estaba estudiando, preparándose para su examen de titulación y escondiéndose de su madre para que no la llevara a una de sus largas compras o fiestas nocturnas; estaba concentrada en su estudio que no cedió cuenta cuando su hermana entro y se acercó a ella.

• Hermanita, deja de estudiar, no te hace falta, tenemos una buena vida, solo tenemos que disfrutar de lo que papá nos dejó; Sahara, ven quiero que me acompañes, hay una fiesta de la familia, Ferreira en el gran hotel de esta ciudad, por favor ven conmigo, si no mi mamá no me dejara ir y sirve que las dos convivimos como hermanas, nunca lo hemos hecho.

• Carola, tengo que estudiar, mi examen de titulación será en unos días, no puedo distraerme con fiestas; pero te prometo que, ya que pase mi examen, te dedicaré el tiempo que quieras, para convivir como hermanas.

• No quiero, esta fiesta es única, la mejor del año y yo no puedo perdérmela, eres mala conmigo; pero está bien, si para ti es más importante tu estudio, que pasar tiempo con tu hermanita, que solo hoy me atreví a pedirte algo y me lo niegas.

• Carola, no te pongas así, está bien, iré contigo, voy por mi suéter y nos vamos.

• Sahara, no vas a ir vestida así, ven vamos a mi habitación, tengo un vestido que te va a quedar perfecto.

Sahara indecisa se pone de pie y la sigue hasta su habitación, al entrar, Carola, cerro la puerta, fue a su enorme closet y saco un vestido; Sahara el ver ese vestido se quedó con los ojos abiertos, ella sentía que no podía ponerse algo así, era demasiado revelador para su gusto. Lo tomo y mira la parte de abajo era una tela negra, que daba de media espalda hasta debajo de la rodilla esto era por la parte de atrás, por enfrente tenía de la cintura hasta debajo de la rodilla la misma tela gruesa, haciendo una falda esquinada, que se unía en el pie derecho, con dos listones plateados, que venía de la cintura del lado izquierdo y terminaba en la pierna derecha, el otro listón era de las caderas hasta terminar de bajo de las rodillas junto con la tela gruesa, dejaba una abertura, que deba poco arriba de la pierna derecha donde los dos listones se unían.

La parte de arriba era más el problema, era una tela transparente, toda la parte de enfrente que llegaba hasta sus senos, donde solo la parte de los senos tenía unos gruesos, en forma de copa, era de tirantes y parte de sus senos se dejaba ala vista, la parte del medio totalmente descubierta, dejando ver gran parte de su piel; al ver ese vestido hasta un escalofrío le dio y quiso negarse a usarlo, pero su hermana hizo de todo para que se lo pusiera.

Sahara se metió al baño, se bañó y después se puso el vestido, cuando salió, la hermana hizo un escándalo al verla, se mostraba emocionada, la hizo ponerse unas zapatillas plateadas que iban muy bien con el vestido, la ayudo a peinar su larga cabellera que era lacia de color castaña, le ondulo las puntas y la maquillo; al final al dejo increíblemente bien, se miraba bellísima, su cuerpo era hermoso y ese vestido solo reafirmaba su belleza.

Cuando estuvieron listas, las dos salieron de su habitación y fueron directo a la sala donde estaban su mamá y su hermano; ellos, al verla, se levantaron haciendo un escándalo por lo hermosa que se miraba, felices de que decidiera salir esa noche con su hermana. Su madre y su hermano las acompañaron a la salida, las subieron al carro y solo les dijeron que se divirtieran; Sahara se sentía incómodo, trataba de taparse con su cabello, ese escote era realmente revelador y a ella no le gustaba.

Cuando llegaron al hotel, las dos bajaron, Carola se acercó a su hermana y le quito el cabello, quería que mostrara su belleza; después tomo su brazo y las dos entraron al hotel, fueron directamente al enorme salón de fiestas. Carola al momento de entrar empezó a saludar sus amigos y Sahara solo la seguía, se sentía incómoda, sin ganas de estar ahí, no era su ambiente, no era algo que a ella le gustara; ella no sabía qué hacer, así que solo siguió a su hermana, hasta que después de un largo rato las dos se sentaron en una mesa, que estaba reservada para su familia.

Carola no duro ni 5 minutos sentada cuando unas amigas y amigos llegaron por ella, se la llevaron dejando sola a Sahara; Carola siguió a sus amigos hasta afuera del salón de fiestas, se quedaron en la recepción del hotel y en ese momento miran llegar a un hombre increíblemente llamativo. Carola, lo miro de arriba abajo, traía un pantalón de vestir color negro, una camisa blanca, se podía ver como su cuerpo era perfecto, estaba marcado, su rostro era varonil, de esos rostros perfectos que hacen ver a un hombre cautivador, era alto 1.85, piel clara, labios no gruesos, pero tampoco delgados, su nariz afilada, sus orejas, no eran grandes, sus ojos eran grandes, pestañas largas y de color café claros, casi llegando amarillos, su cabello era corto de esos cortes modernos pero elegantes.

Carola no podía dejar de verlo y quería saber quien era y bajando la voz dice.-

• ¿Quién es ese hombre tan guapo?, nunca lo había visto.

Una de las amigas de Carola, la más mitotera y metiche, la joven que estaba en todo, que no se perdía ninguna fiesta y siempre andaba viendo que se enteraba; su nombre era Sofía, fue la primera en responder.

• Carola, no me salgas con que no sabes quién es, si es el hombre con quien tu familia quiere hacer negocios, para ver si así salen de la quiebra a la que los llevo tu hermano; ese hombre es Nil Henderson, el hombre más poderoso de París, maneja empresa de modelos, es el que decide que joyerías participaran en las pasarelas de París, el dueño y señor de ese País. Pero quiero decirles lo más feo de ese hombre, dicen que su fuerte, ese el narcotráfico, es el dueño de la nueva droga que está pegando en todo el mundo, esa pastilla transparente, que según me han dicho, te hace alucinar, vivir tu fantasía más profunda; bueno eso me han dicho y la verdad yo si quiero probarla, si esa droga es tan increíble como él, yo si la pruebo.

Otra de las amigas de Carola dice.

• Sofía, ese hombre es demasiado selectivo y hasta donde yo sé, le gustan mujeres muy bellas, con cuerpo de diosas, por eso tiene las mejores modelos del mercado, es muy selectivo; pero la verdad yo no me metería con un hombre así, él usa a las mujeres un rato y mañana si te vi ni me acuerdo, yo si me doy a respetar, no soy mujer de rato. Carola, la verdad que ese hombre se fijara en ti o en tu hermana sería la bendición para tu familia, sería su salvación de no perder todo; porque no te lo ofreces, tal vez te funcione, total ni pura eres, no perderías nada.

Sofía se empieza a reír y con su voz burlona le dice.

• No hagas semejantes bromas, si yo que tengo un mejor cuerpo que Carola, no entro en sus gustos, en verdad crees que ella sí; no seas mala con ella, no juegues de esa manera con sus sentimientos, será mejor que se vaya acostumbrando a la pobreza.

Carola molesta le contesta.

• Sofía, yo soy una belleza y puedo con cualquier hombre, hasta con ese mango que se derrama de lo delicioso que esta; pero yo soy una mujer decente y no estaría con un hombre solo por beneficios, prefiero la pobreza antes de ser el desahogo de una noche de un hombre. Si me disculpan regresare con mi hermana, está sola y no quiero que enfade.

Carola empezó a caminar al salón de fiestas cuando se encontró con su hermana, ella le dice que quiere ir al baño y Carola decide acompañarla; las dos caminaron al baño pasando por la recepción, en ese momento Nil se dio media vuelta y la mira pasar a su lado, inconscientemente se le queda mirando, observándola de pies a cabeza.

CAPITULO 02. una droga, una trampa.

Nil no pudo evitar verla, como un pervertido, la siguió con la mirada hasta que salió de su vista, mordió sus labios, por el deseo que le provoco; él no quería dejar de verla, quería seguirla, pedirle una noche, pero en ese momento, su mejor amiga tomo su brazo y con su voz burlona le dice.

• Nil, deja de verla, pareces un pervertido, me estás avergonzando, la gente lo empieza a notar y se nos queda viendo.

• Penny, a mí que me importa lo que la gente piense, que no viste lo que paso frente a nosotros, era una belleza, viste esas curvas, esas caderas, ese trasero, pero sobre todo ese pecho, grandes como me gustan; si me preguntan cómo quiero una mujer, esa sería mi descripción, así la quiero. Investiga quien ese, quiero saber todo de ella y cuanto quiere por darme una noche, que me pide por dejarme tocar ese cuerpo tan suculento.

• Nil, creo que te estás equivocando, parece una joven bien, no creo que se venda y no creo que ocupe dinero, se mira de buena familia, viste el collar que traía, es diseño personalizado; yo te sugiero que te olvides de ella, a menos que la quieras para algo bien.

• Penny, que tonterías dice, yo solo la quiero para una noche, tampoco la quiero para una vida; recuerda la belleza se acaba con los años y yo solo quiero disfrutar de tanta mujer pueda, claro que sean bonitas, con buen pecho.

• Nil, eres un lépero, deja de decir tonterías; te la voy a investigar, pero estoy segura de que no va a estar disponible para lo que tú quieres.

Nil se quedó parado por un momento viendo como Penny se acercaba a un grupo de jóvenes y al ver que su plática se alargaba, decidió ir al bar del hotel a esperar las noticias; se sentó en la barra, ordeno una de las mejores botellas de tequila y empezó a beber, pasaron 40 minutos cuando Penny regreso y con ella venía Carola, algo que él le disgusto, él quería ver a la hermosa mujer, no a la que la acompañaba.

Puso mala cara, se sentía molesto y miro a Penny de una manera furiosa, tan molesto estaba que se podía ver con solo verlo; Penny se dio cuenta, pero no le importo, con una voz divertida le dice.

• Jefe, ella es Carola, la hermana menor de la señorita Sahara y solo para satisfacer tu ego, tenías razón, voy a cumplir con lo acordado; ahora te dejo con ella, para que lleguen a su acuerdo, voy a prepararte todo en la habitación.

Nil puso una enorme sonrisa y a hora sabia el nombre de esa belleza, ya solo faltaba ver que quería a cambio de una noche él; sin decir una sola palabra le hace una seña con la mano a Carola, para que se sentara, se sentía algo molesto, él hubiera preferido hablar directamente con ella y ser directo, sin mensajeros. Sin preguntarle le ordeno una copa de vino, la mejor del lugar, cuando se la dieron, con una voz intimidante dijo.

• Habla de una vez, ¿Qué quiere tu hermana?

• señor Nil, mi hermana quiere que acepte el acuerdo de negocios de mí, la empresa de mi familia, como también una compensación económica y para que no tenga que preocuparse, ella puede soportar todo lo que usted quiera hacerle, hasta puede ser violento, le gusta lo rudo.

Nil tomo el tequilero y se lo tomo de un solo trago, la miraba con severidad, estaba sorprendido con lo que le dijo, se hizo un silencio y en el momento que mira que ella se termina la copa de vino le dice.

• Carola, será la última vez que menciona mi nombre, para usted soy señor o jefe y sobre el acuerdo, me parece bien, si tu hermana sabe darme una noche inolvidable, mañana mi personal ira a firmar el acuerdo de negocio y tendrán una muy buena compensación. Dile a tu hermana que la espero en la habitación, es la última de este hotel, en el último piso, solo tiene que subir al elevador, presionar el último piso y ahí estará la mujer que te trajo, esperándola.

• ¡Señor! Por favor espere, si no le molesta puede brindar conmigo, solo como un ritual por nuestro negocio.

Nil no entendía su petición, pero sentía que no perdía nada y acepto, él sirvió tequila en su vaso y pidió otra copa para ella, en ese momento Nil, tuvo que pararse a contestar una llamada; Corola, mira a todas partes y al ver que nadie la miraba, saca un pequeño frasco blanco, lo más rápido que pudo lo vertió en la bebida de él. Ella escondió el frasco en su bolsa y dolo, espero que él regresara para brindar, en ese momento pensó “esto es suerte, cuando mi hermana llegue con él, va a estar tan fuera de sí que terminara violándola, no podrán hablar y eso va a ser bueno, después de que lo hagan, no tendrá más que cumplir con el acuerdo” ella tenía una enorme sonrisa cuando Nil regreso a su lado.

Carola tomó su copa y brindo con él, los dos se tomaron de un trago su bebida, ella se paró y con una voz seductora le dice.

• Señor, no tiene que preocuparse, mi hermana va a cumplir con nuestro acuerdo y no hace falta ser educados, solo haga lo que tiene que hacer, disfrute de ella, que mi hermana disfrutara de usted.

Después de decir eso se retiró dejándolo solo, Nil también se puso de pie y se fue a su habitación; al entrar mira en la pequeña sala fresas, carnes frías, vino, todo listo para cuando ella llegara, ahí estaba Penny, que estaba dejando todo tal cual me gustaba, ordenaba a las trabajadoras del hotel, para que todo quedara perfecto. Se paró enfrente de la enorme ventana que estaba detrás de la sala, se quedó mirando las luces de la ciudad, la gran vista que tenía; pero la verdad era que él solo pensaba en ella, en su belleza, en lo que le iba a hacer, su hombría se empezaba alborotar, se empezaba a sentir acalorado, sentía que su corazón empezaba a latir con fuerza y su respiración se entrecortaba.

Nil se sostuvo de la ventana algo confundido, su cuerpo se empezaba a sentir muy caliente y eso no era normal; la excitación que empezaba a sentir era demasiado, no era normal y eso lo empezó asustar, furioso grita.

• Penny, saca a todas las mujeres y ven aquí, márcale a un médico.

Penny saca a las mujeres y se acercó a él, lo miro sudar, con la respiración alterada, le toma el pulso y lo siente elevado, en ese momento ella se asustó, desesperada le dice.

• Nil, ¿Qué demonios te pasa?, ¿Qué tienes?

• Esa maldita mujer me drogo, pero me las va a pagar. Penny maldición ve por un médico, lo necesito de prisa.

Penny sale a toda prisa, para ir por médico y justo en el momento que llega al elevador, las puertas se abrieron y sale Sahara; al ver a Penny le dice.

• Disculpe, mi hermana me dijo que ocupaban ayuda, que alguien fue drogado y yo soy médico.

Penny se le quedó mirando, ella pensaba que le habían puesto una trampa a Nil y eso había sido un grave error, sintió algo de lástima por ellas; pero sin dudarlo le ordeno que la siguiera, la llevo la habitación. Al entrar miran en el suelo cerca de la ventana a Nil, que no dejaba de tocar su hombría, tratando de calmarse; ella se acerca a toda prisa, toma su pulso y en ese momento, él la avienta, molesto le dice.

• Tú lárgate, con que descaro te atreves a venir aquí; quiero que te largues y le digas a tu hermana, que voy a ir por ella, la voy a ser pagar por haberme drogado.

• Señor, usted debe de estar equivocado, mi hermana precisamente me mando aquí para ayudarlo; por favor permítame ayudarlo, ¿sabe qué tipo de droga es?

• Sí que eres descarada, pregúntale a tu tonta herma, ella sabe que droga uso.

• Señor, deje de acusar a mi hermana, ella solo quiere ayudarlo; me permite ayudarlo, creo que sé que darle y si me deja en un momento se sentirá mejor.

• Está bien, veamos qué tan buen médico eres.

Sahara lo ayudo a levantarse y lo llevo al baño, lo metió a la enorme tina, abrió la llave de agua helada y le pidió hielo a Penny; después le anoto en un papel el medicamento que tenían que ir a comprar, junto con unas jeringas. Penny tomo el papel y salió de la habitación para ir a comprar el medicamento, los dejo solos en ese enorme baño; Sahara trataba de estar al pendiente de su pulso, de estarle echando el hielo de manera calmada, cuando escucho a Nil decirle.

• Tú, ¿sabes del acuerdo que tu hermana hizo conmigo?

• No sé a qué se refiere, señor, ella solo me dijo que alguien ocupaba un médico, porque lo había drogado.

• Sí que tienes una hermana muy sinvergüenza y esta fue una trampa para los dos, pero tu tranquila, yo are pagar a esa mujerzuela por los dos; así que será mejor que te despidas de ella, porque te puedo prometer que de mañana en adelante no la volverás a ver, le voy a ser vivir en carne propia lo que pensaba hacerte y lo que me hizo.

• Señor, ¿de qué está hablando?, como que va a desaparecer a mi hermana, esto debe de ser un error.

• Mujer tonta, tu hermana y yo quedamos en que tú pasabas la noche conmigo, a cambio de aceptar el acuerdo de negocios con tu hermano, para que sus joyas estén en las pasarelas de París este año y también tengo que darles una compensación económica; también me dijo, que tú estabas de acuerdo y que te gustaba la rudeza.

• Señor, usted me está mintiendo, mi hermana no pudo decirle esto.

• No me importa si me crees, solo tengo claro, que tú no sabías nada y que la única que va a pagar por esto, es ella, así que será mejor que te despidas de ella porque no volverás a verla.

• Señor, usted no puede hacerlo, ella está muy joven, le aseguro que alguna explicación debe de haber.

• Qué ingenua eres, que no ves que tu hermana te vendió a mí y si no fuera porque soy fuerte, en este momento yo ya te hubiera tomado, dominado por esta maldita droga y claro ella lo sabía si hablaba contigo, tú me hubieras dicho que no sabías nada y eso la hubiera hecho ver la mujer falsa que es, el acuerdo no se hubiera dado, las consecuencias hubieran sido muy malas para la empresa de tu familia; pero a hora no solo no pienso llegar a ese acuerdo, sino que tu hermana me las va a pagar de una manera que va a querer estar muerta.

Se hizo un silencio, Nil estaba furioso y solo pensaba en lo que le iba a ser a carola, para que pagara por hacerle pasar ese dolor; cerro sus ojos para tratar de aminorar su desesperación, su dolor, su deseo de poder desahogarse, que cada vez se hacía más insoportable; mientras que Sahara lo miraba con sorpresa, con miedo, pensaba “mi hermana no pudo hacer algo así, esto debe de ser una maldita broma, pero si es cierto, este hombre no bromea con sus palabras y como sea yo no quiero que nada le pase, como sea es mi hermanita pequeña; demonios ¿Qué debo de hacer? ¿Qué hago?, no puedo dejar que este hombre toco a mi hermanita” agacho su mirada y con su voz insegura, temblorosa, dice.

• Señor, ella es mi hermanita, por favor perdónela, yo la voy a reprender, le prometo que le pedirá perdón y esto no se repetirá.

• Tu sí que eres una mujer tonta, cuando has visto que alguien ofenda a un narcotraficante y viva para contarlo; tu hermana me está haciendo pasar la mayor vergüenza, dolor y furia de mi vida, esto yo no pienso perdonarlo.

• Señor, por favor calme su ira, se lo suplico, es mi hermanita, no puedo dejar que le haga daño, es una adolescente, se equivocó y le puedo asegurar que no sabía el daño que hacía.

• Mejor vete mujer y pasa estas últimas horas con tu dulce hermanita, que te puedo asegurar no volver a verla.

Sahara al escucharlo hablar se dio cuenta de que nada lo iba a ser cambiar de opinión, lo que decía iba en serio y su hermana estaba en peligro; desesperada y sin querer dice lo primero que se le viene a la cabeza para tratar de hacerlo cambiar de opinión.

• Señor, que puedo hacer para que la perdone, usted dígame are lo que me pida, sin protestar, solo dígame y lo are, pero perdone a mi hermanita.

Nil abrió sus ojos y la miro, esa joven frente a él se miraba tan desesperada, con miedo y sobre todo se podía ver el dolor en sus ojos; pero a pesar de lo que miraba, el deseo le estaba ganando y esa droga cada vez se hacía más intensa, no pudo evitar decirle.

• Qué tonta eres, pero tanto quieres pagar por lo que tu hermana hizo, entonces ayúdame con esto, deja desahogarme con tu cuerpo y te prometo que me olvidaré de tu herma, le daré el acuerdo de negocio a tu hermano, solo para estas pasarelas, pero será todo, el dinero no pienso dárselos.

Sahara se le quedó mirando aterrorizada, ella no sabía que responderle y eso que le pedía era algo que ella no quería hacer; se hizo un silencio, donde ella solo se le quedó mirando, algo que desespero a Nil, molesto le dice.

• Si no quieres mi acuerdo, mejor lárgate, no pienso cambiar de opinión, así que decide de una vez, ¿aceptas o no?

CAPITULO 03. ¿ACEPTAS O NO?

Sahara no sabía que responderle, pensó en salir de ahí, ver como salvar a su hermana, pero su cuerpo no se movía, se negaba a moverse, solo se le quedó mirando con miedo y en ese momento llego Penny con el medicamento; ella escucha la voz furiosa de Nil, que le dice.

· Entonces, ¿qué vas a decidir? Me calmas tú o me pones el medicamento.

Sahara agachó la cabeza y una lágrima salió por sus ojos y con un susurro de voz dice.

· Yo lo voy a clamar, pero cumpla con su promesa, no le hará nada a mi hermanita.

Nil le hizo una seña a Penny para que saliera y ella al ver a la joven tan triste niega con la cabeza, en desaprobación; pero ella siempre decía cada quien se busca sus males y se da media vuelta para dejarlos solos, sale de la habitación, cierra con seguro para que nadie los molestara, deja dos de sus hombres en la puerta para que lo protegieran mientras se desahogaba.

Nil no perdió tiempo y se levantó, salió de la tina, la tomo del brazo para levantarla, cuando la tuvo frente a frente, mirando su rostro, sin importarle nada de lo que miraba, la beso con una pasión, una desesperación; ya no solo era la droga la que lo controlaba, sino que también era su propio deseo de poder tenerla y mientras la besaba la saco del baño, la llevo hasta quedar a un lado de la cama, empezó acariciar sus piernas, a tocarla sin piedad, hasta que sintió que el vestido le estorbaba y empezó desgarrarlo, termino quitándoselo en pedazos.

Sahara al escuchar como la tela se desgarraba, se fue alterando, empezó a temblar más y más, el miedo la invadió tanto que no sabía qué hacer, solo se quedó quieta tratando de soportar ese miedo que la empezaba a invadir; pero no era solo miedo lo que sentía, había algo más, curiosamente ese beso lleno de pasión y desesperación, le empezaba a gustar y su boca se empezó a mover torpemente, tratando de seguir sus movimientos. Era su primer beso, ella toda su vida la había dedicado a estudiar, a estar con su padre, nunca se había interesado en tener un novio, su pasión era leer libros de medicina, aprender a salvar vidas, ayudar a los demás; este era su primer beso y empezaba a gustarle, empezaba a sentir cosas extrañas, que iban desapareciendo su miedo.

Nil la dejo completamente desnuda y sus manos parecían tentáculos, tocando cada parte de ella; dejo de besar su boca, paso a su cuello, que empezó a besar con desesperación, con deseo, no podía controlarse y sin querer fue dejando las marcas de sus besos en su cuerpo, en ese momento él empezó a quitarse la ropa mojada, que sentía que ya le estorbaba.

Cuando estuvieron completamente desnudos, él la recostó en la cama mientras volví a besar sus labios, ya no podía esperar más, la droga lo había consumido completamente y necesitaba desahogarse, quitarse ese deseo tan desesperante que tenía encima, sin control entra en ella; Sahara en ese momento que entro en ella, con una fuerza y una desesperación, sintió el dolor más grande de su vida, sentía que se partía en dos, pero no grito, lo soporto, solo se abrazó a él, con tanta fuerzas, que no se dio cuenta de que sus uñas se encajaron en su espalda, escondió su rostro en el cuello de él, sus lágrimas salieron con más ganas, mordió sus labios con tal fuerza que termino sangrando, pero ni ese dolor, calmo el dolor que sentía en su feminidad.

Nil se sentía en la gloria, estar dentro de ella, era lo mejor, lo apretaba y succionaba de una manera, que lo hacía querer más de ella y descontroladamente la tomo, no se detuvo a pensar en ella, no le importo nada, solo quería gozarla; ella sentía sus movimientos tan bruscos y dolorosos, que sentía que eso nunca iba a terminar, fueron segundos que para ella parecieron una eternidad, hasta que de un momento a otro, el dolor empezó a disminuir, su cuerpo se empezó a relajar y por un instinto, se empezó a mover al ritmo de él. Ella no podía creer lo que empezaba a sentir, se empezaba a sentir bien, esos movimientos rudos, feroces, le empezaban a gustar.

Ella aventó su cabeza hacia atrás, disfrutando de lo que sentía, aunque presionaba su boca para no hacer algún ruido extraño, su cabeza empezó a ser un desorden de emociones agradables, de deseo y al sentir nuevamente los labios de él en su cuello, en su boca, la hicieron perderse en ese mar de placer; estaba tan sumergida en lo que sentía, que en el momento que él se separa, la hizo sentir confundida, lo miro algo autoridad, pensando que todo había terminado, pero en ese momento, él le dio la vuelta, tomo su cabello y volvió a entrar en ella.

Sahara se sorprendió, su cuerpo se volvió a tensar, se sintió extraña en ese momento, pero lo que siguió la hizo disfrutar mucho más; ella ya no podía pensar, su cuerpo se acostumbraba a él, disfrutaba de lo que le hacía y en ese momento de liberación, por fin la escucho exclamar un sonido de placer, de que lo estaba disfrutando, eso lo hizo salir más de control y empezó a moverse con más fuerza. Nil la hizo tener esa liberación más de una vez, al igual que él, no solo era su deseo en ese momento, tenía también que sudar esa droga que tenía en su sistema y eso hizo que fuera una noche llena de placer, los hizo tener una noche inolvidable.

Sahara no pudo con tanto y termino quedando inconsciente, era demasiado para su primera vez, la rudeza con la que la tomo, todos esos sentimientos tan abrumadores, su cuerpo no pudo resistirlos hasta el final; Nil fue un tonto que no se dio cuenta, hasta que por fin termino por última vez, por fin su cuerpo se relajaba, se dejó caer aún lado de ella, cerro sus ojos, estaba satisfecho y esa tranquilidad lo hizo quedarse dormido.

Eran las 9 am cuando Nil despertó, se sentía algo aturdido y la cabeza le dolía un poco, se incorpora, quedando sentado en la cama, cuando voltea a su lado y la mira dormida, recostada de lado, se miraba tan inocente, tan pacífica, que lo hizo sonreír de satisfacción; empezó a observarla, estaba destapada, completamente desnuda, en su cuello y pecho tenía sus marcas de besos, haciendo más real lo que había pasado esa noche, mordió sus labios por el bajo recuerdo que tenía, de lo que sintió al hacerla suya, sus piernas tenían sus manos pintadas. Verla así era placentero y su mente, su hombría, solo quería volver a tenerla, volver a sentir lo que sintió, pero el acuerdo era una noche y ya la había tenido, de mala gana se movió para tomar la sabana y taparla, en ese momento mira la mancha roja debajo de él, que estaba en la sabana, eso lo altero.

Nil no podía creer lo que miraba, eso tenía que ser una maldita broma, voltio a verla con coraje y con brusquedad la despertó, la tomo del brazo haciéndola que se levantara, quedando frente a él, viéndola a los ojos, le dice.

· Tú, dime, ¿esta era tu primera vez?

Ella lo viro confundida, algo aturdida por la forma en que la despertó y sentir su agarre tan fuerte, la estaba haciendo sentir dolor; pero lo que más la desconcentro fue su mirada que parecía la de un demonio, se miraba furioso, molesto y eso la hizo sentirse intimidada, nerviosa, no entendía su enojo.

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