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Enlazados

Parte 0

“No olvido nuestra charla, tal vez debía recordar eso cada vez que hablaba contigo pensando que seríamos algo en un futuro, tal vez eso me hubiera ayudado para sobrellevar que no me vieras de forma seria, tal vez y solo tal vez no hubiera quedado embarazada y echada de mi casa. 

Aunque no me malinterpretes, no odio a mi bebé. Siempre quise ser madre joven y casarme joven también, así que no me puedo quejar mucho. Le daré todo lo que pueda e incluso más, porque será mi mayor tesoro. Amo a los niños y ahora que viviré en carne propia un embarazo, no puedo evitar suponer que será emocionante. Sin embargo, tenemos que ser realistas, no todo es color de rosa.

Me toca trabajar más duro para tener una vida digna, me tocará estudiar el doble luego de que crezca mi bebé, hubiera sido el «nuestro» aunque se sabía de antemano que nunca iba a pasar, en algún punto creí que serías el padre de mis hijos, ¿quién iba a decir que sería real? Me da un poco de tristeza que sea de esa forma, porque al mismo tiempo yo tuve otro amor, mucho más fuerte y puedo decir que fuimos una gran pareja, ¿sabes por qué? Porque el de verdad dio lo mejor y yo también, simplemente que nunca nos pudimos ver y nos alejamos, deseamos lo mejor para el otro, en cambio, tú solo huiste, cobarde.

No te amo, eso lo tengo claro, porque yo sabía que no serías nada.

Qué tonta mentira acabo de decir. Tal vez sí llegué a apreciarte mucho, pero no estoy segura si eso fue amor. Aunque era consciente de la persona tóxica que eras, seguí adelante porque quería pensar que eras el indicado para mi vida, que estarías a mi lado para siempre. Te escribo llorando porque de verdad quise casarme contigo, lo recuerdas bien, ¿verdad?

Te dije que quería casarme contigo, me hubiera gustado que a mi lado estuvieras tú, ahora mi hijo ni yo tendremos eso, lo digo con el dolor más profundo de mi vida, porque yo de verdad había idealizado nuestra relación, no me voy a permitir ese sentimiento otra vez. 

Te odio, te odio y mil veces te odio” 

“Volviste a mi vida, y solo me vinieron más sorpresas, no sabes como la pasé. 

No sabes las noches en vela pensando que sería de mí si te hubieras quedado y me hubieras tratado bien, ¿qué habría sido de mi vida? ¿Tal vez estaría mejor? ¿Tal vez mis padres no me hubieran echado de casa? 

Tantas preguntas, y solo puedo decirte que te sigo odiando, sigo odiando cada momento que me hiciste pasar, cada noche sin dormir, cada día que llegaba agotada por los trabajos que tenía, cada vez que recibía una humillada, ¿sabes que me tiraron un vaso de agua siendo mesera? ¿Sabes que me dijeron que era una puta? ¿Sabes que me jalaron el cabello diciéndome que solo era una engreída? Quise cortarme el cabello luego de ese día, también porque me dijeron que me darían buen dinero por ello, entonces lo iba a utilizar como último recurso en caso de emergencia.

Te extrañaba, pero te llevaste una parte de mí, ya no te necesito, ya no te quiero en nuestra vida, te quiero lejos, me hiciste pasar noches en vela, me hiciste llorar hasta el cansancio, vienes y crees que con un perdón va a solucionar todo y no es así, ya me hiciste mierda, ¿qué más quieres? Ya me quitaste muchas cosas, no me quites más”

Parte 1

Laia

Un nuevo día, una nueva existencia, un nuevo estrés.

Estaba en mi quinto semestre de universidad, estaba cansada de la existencia en sí, cansada de todos los proyectos de clase que se habían acumulado, tal vez tenía la culpa por no haber aprovechado el tiempo que tuve libre anteriormente.

—Laia, ¿quieres salir esta noche? —Medite unos segundos, ¿si tenía muchas cosas que hacer?

—Está bien —Respondí rápidamente y mi mejor amiga me miro negando con su cabeza.

—¿No qué tenías muchos trabajos?

—Tenemos las mismas clases, si tú vas yo también.

—Buen punto —Pedir permiso a mis padres fue tan jodido de lo que imagine, pero no hubo tanto problema porque yo iba a poner el dinero para ir.

—¿Entonces a las 9? —Todos confirmamos para encontrarnos en cierta parte y vamos a la casa para vernos en unas horas.

Adelanto unos trabajos y luego me empiezo arreglar para la salida que tendría, estaba emocionada.

—Laia, ¿por qué no eligieron eso con tiempo?

—Fue bastante improvisado, mamá, es por eso.

—Ay mija, deben tener cuidado con esas fiestas, usted sabe que mucho extranjero vienen y hacen lo que quieren con esas niñas.

—Sí, mamá —Le doy un beso en la mejilla para calmarla, sin embargo, ella me sigue advirtiendo lo que podía ser la noche para una joven.

Mi celular vibra dos veces seguidas por unos mensajes, me fijo y era un mensaje en Instagram, y casi se me van los ojos al ver de quien era y solo se me sale un «Maldito» Para ignorar y seguir como si nada, sin embargo, el celular vuelve a vibrar y por curiosidad me fijo que decían los mensajes «Estoy en tu ciudad, ¿te gustaría que nos viéramos?» Lo medito unos segundos y respondo por impulso «Hoy saldré, si quieres nos vemos ahí» Responde rápido y le mando la dirección y le digo que solo estaré hasta cierta hora y dejo el celular en algún lado de la cama para que no se me olvide llevarlo.

No pasa mucho para encontrarme con mis amigos, los cuales estaban jodiendo con otros que estaban esperando para ir a la discoteca.

—Laia, ¿qué quieres decir que vendrá ese? —Suspiro para mirar a mi mejor amiga, Nicole, me miraba con la cara de «¿Qué mierdas estás pensando?»

—No sé, fue un impulso.

El imbécil que me había copiado lo conocía hace mucho tiempo, más de lo que decir, simplemente había un chat por Tinder, había que destacar que yo nunca había tenido novio, siempre había sido virtual, según era porque tenía miedo al compromiso, tal vez no era muy alejado de la realidad, pero no estaba preparada para aceptarlo. Fue la primera vez que hablé con él, había terminado una relación de mucho tiempo, tanto que parecía irreal que nunca nos hubiéramos visto, pero una relación a distancia implica mucho más que afecto, porque eso puede durar si tienen fecha límite para cortar los kilómetros, si eso no se hace, no tiene mucho futuro por delante, al menos videollamadas para no sentir muy lejos esa soledad que parecía estar soltera. Cada uno tenía planes distintos, él siempre se puso de primeras y yo siempre quise ponerlo de prioridad.

El imbécil me había encantado, no de una manera tranquila, era guapo, tenía algo que ver con mi carrera, inteligente, pero no cabía duda que era un inestable, nunca supo que quería conmigo, me hablaba de fluir y solo me llenaba de rabia, ¿acaso era agua? Yo no era agua para estar fluyendo con alguien, pero quise seguir el juego, porque algo en mi ego quería que él me prestará atención para llenar un vacío que había dejado mi anterior pareja.

Espóiler: Solo lloré por no sentirme suficiente, por no ser eso que él quería y simplemente por me hacía sentir inferior, hasta que un día corte distancia hasta el día de hoy que venía como la persona más normal del mundo a querer verme, ¿por qué no? Tal vez sería un viejo feo, tal vez no sería tan lindo como indicaba las fotos, aunque ya lo había visto en una videollamada, ya sabía que era lindo, ya sabía que era el hombre más guapo que había conocido en ese momento.

—¿Quieres ver a ese pedazo...? —No pudo continuar, porque al cambiar la dirección de mi mirada me encontré de frente con él, solo una calle nos separaba, yo estaba rodeada de mis amigos, no habíamos llegado donde acordamos, ¿qué estaba haciendo aquí? No estaba solo, también estaba con sus amigos o eso creía yo. Era igual de guapo, no podía negarlo, su barba bien organizada, su cabello también, ¿tal vez sería más enano que yo? Sí, yo era bastante alta a decir verdad, entonces en eso si podía ganarle un poco, ¿no?

No quería probarlo, no me sentía preparada, estaba casi segura que él también me había reconocido, tal vez por la foto que había subido anteriormente a Instagram, ¿qué estaba pasando? ¿por qué me lo tenía que encontrar?

Uno de mis amigos paso su mano por mi hombro y me llamo.

—Laia, ¿qué miras? —Cuando gire a verlo estaba a centímetros de su rostro, pero estaba acostumbrada a este tipo de cercanía entonces solo le sonreí y luego volví a mirar al imbécil.

—Nada —Su ceja se enarco, miro a mi amigo y luego a mi, y vi como su boca se movió diciendo algo y sus mis amigos chocaron la mirada con todos nosotros.

—Dime que no es el mismo que nos esta mirando junto con sus amigos.

—Ojalá pudiera decirte eso —Vi como iba a sacar su celular, y por primera vez me digne a pasar el tonto semáforo en verde —No lo saques —Es lo primero que digo agarrando su mano, esto sin contexto sonaba jodidamente mal.

—¿Qué? —Carajo, mil veces mierda, ¿qué era ese acento tan caliente que tenía? Era un acento español que me encantaba, yo supe que mi debilidad serían los españoles cuando tuve un amigo de esa nacionalidad.

—No saques tu celular de esa forma —Podía recordar que tenía uno de alta gama, sacar ese celular es mucha inseguridad —No es tan seguro como en tu país.

—Gracias por avisar, pero no iba a sacar el celular —Me puse roja, sentía mi cara tan caliente, que solo sentí como mi amigo agarro mi mano y me ordeno.

—Vamos, ya nos están esperando —Lo seguí sin decir nada.

—¿No me dirás más? —Me giro a mitad del camino y lo miro, ya estaba un poco más relajada, solo necesitaba unos segundos.

—¿Qué? —Le devolví la pregunta.

—Es la primera vez que nos vemos, ¿no me dirás nada más? —Suelto una risa, y pongo un paso hacia él, pero Nicole me frena y niega con la cabeza, trato de pensar con la cabeza fría.

—Tranquila —Le digo con una sonrisa para mirar al imbécil —¿Qué debía hacer según tu? —Digo no con la misma sonrisa que le di a mi amiga, estaba lejos de ser tan amable, esta vez burlona. No me responde y yo solo suspiro para volver hablar —Si vas a ir a donde vamos, se pueden demorar, nosotros vamos desde ya para no pagar por la entrada, divertete con tus amigos —Me vuelvo a voltear para seguir el rumbo y despedirme con la mano.

Todos notan que no quiero hablar del tema entonces seguimos el paso hasta llegar donde los otros, nos preguntan porque nos tardamos tanto, les decimos por encima, y otra amiga cercana me pregunta específica que había sucedido.

—Lo de todos los días, viene un maldito a mi vida, se va y luego vuelve como si nada hubiera pasado, inestable nada más —Ella ríe por mi forma de contar las cosas pero la capta fácil.

¿Cómo debía sentirme? Sobre todo porque tenía demasiadas preguntas en mi cabeza, me había dejado de hablar de un momento a otro, se había desaparecido pero subía historias y yo con mi orgullo del todo dije que no le iba hablar por nada del mundo, porque ya había pasado eso dos o tres veces y trate de arreglar la situación, solo recibí un "Solo quiero pasarla bien"

—Jodida mierda —Las cosas se tardaron en emocionar, aunque estaban poniendo música buena, la gente invitaba a bailar, y yo no iba a desaprovechar nada de eso, seguí bailando con cualquier que me invitaba.

Solo tenía coraje en todo esto, entonces iba a disfrutar, estaba casi segura que él no iba a llegar, no tenía nada de fe. Mi celular empezó a vibrar cuando hubo tiempo fuera para descansar, un mensaje de él, confirmando el lugar, respondí un "Sí" Pero seguí como si nada, cuando pusieron una de las mejores canciones, y alguien me invito a bailar.

Ese "Quiero bailar" me traía buenos recuerdos de hace unos meses, sin embargo, esta vez fue una mierda, porque justo cuando estaba restregando mi trasero con un desconocido, trago grueso al ver la mirada de él, y solo pensé "Me llevo la que me trajo" Siento como el chico se pega más para que le siga bailando, bueno, quien sabe que habrá hecho él con otras mujeres, la vida es una.

Giro mi cabeza para concentrarme en bailarle al desconocido, no me iba a importar menos la actitud de él, se podía meter eso por el trasero, esta vez no iba a interrumpir mi vida por él, cuando la canción finaliza me separo del chico, pero este me agarra del brazo.

—¿me puedes dar tu número o Instagram? —Le iba a responder al chico, pero alguien me agarra del brazo y cuando me fijo es el querido imbécil.

—Ella esta ocupada —Cierro los ojos al sentir ese acento que me encantaba, era un idiota, pero ese idiota estaba bueno, guapo y tenía una voz que me hacía enloquecer con todo el sentido de la palabra. Desvío mi mirada para no tener que cruzarla con el otro desconocido, el cual no tarda en alejarse—Tu ven —Me saca a la fuerza de la discoteca, y alzo el pulgar hacia mis amigos para que se calmen porque uno se iba a parar para discutir, incluso los amigos de él estaban confundidos.

—¿Qué sucedió? —Digo indiferente, mirando a mi alrededor, destacábamos un poco, pero nada fuera de lo normal.

—Eso debería preguntarte yo a ti.

—¿Qué? —Suelto una carcajada —Me estas dejando loca —Lo peor es que veía que su actitud era tan genuina que me daba más rabia.

—Tu a mi —Lo encaró con toda la energía del mundo, le llegaba a los ojos, por lo cual no veía para nada ridícula.

—Mira... Tu, gran.. ¡Ah! —Exclamo enojada, mientras cierro los ojos para concentrarme en que decir —No me vas a venir a decir eso en la cara, me dejaste de hablar unas tres o cuatro veces, ¿olvidaste lo de fluir? Aquí aplica, terreno sin dueño es del pueblo, ¿lo captas o tu gran ego no te lo permite?

—No deberías hablarme así.

—¿O qué? —Suelto con una sonrisa burlona.

—O tendré que tomar las riendas —Se acerca más a mi, sin dejarme intimidar le respondo con la misma cercanía, mirandolo con la misma actitud desafiante.

—No tienes ningún derecho a decirme nada, verdad, tu gran ego es más grande que tu —No tarda mucho en agarrarme de la nuca y darme un beso, un beso que quedaba corto.

La forma en que me había agarrado era como siempre lo imagine, claro... Como una virgen lo imagina.

Parte 2

Laia

Era el beso más jodido de mi vida, el beso que me hizo sentir un cosquilleo que me temblaron hasta las piernas, no era mi primer beso, aunque hacia unos buenos años no había conseguido uno de estos, me había dejado fuera de base.

—Eres un maldito —Digo cuando me separo, luego de concentrarme y cuadrar mi cerebro.

—¿por qué? —Una leve sonrisa burlona, y me hizo recordar a una vez que lo hice hacer ese mismo gesto por videollamada.

—Llegas y me confundes, me haces sentir la mujer más deseada y luego te vas a la puta mierda sin importarte los sentimientos de los demás, ¿dime que se siente tener un ego tan grande que no te importe a quién lastimar? —Digo con lágrimas en los ojos, él había sido muchas cosas para mi al mismo tiempo, un pasatiempo, un amigo y quien me deseaba.

—No te quiero hacer sentir así —Acaricia mi mejilla.

—Ya lo hiciste —Respondo enojada para respirar hondo y agarrar energía para volver a entrar —No perderé mi tiempo, ya lo hice bastante —Dispuesta a nuevamente entrar me frena y me vuelve a dar un beso, pero esta vez no caigo.

—Déjame —Giro mi cabeza, y me hace caso, mantiene cierta distancia mientras me mira —¿por qué? ¿por qué me haces esto? ¿quieres acostarte conmigo? ¿quiere ser el primero? Lastima, no lo serás.

—¿Ya lo hiciste con alguien? —Su cara de sorprende me hace reír, ¿eso era lo que quería, todos mienten.

—Sí —Miento descaradamente —Al menos tengo decencia humana, no como otros —Totalmente mentira, cuando trate de hacerlo con alguien, todo se fue a la mierda porque no sentía nada de conexión con esa persona, por eso lo había descartado.

Al sentir el silencio de parte de él, me volteo para nuevamente coger rumbo a la discoteca, pero lo escucho hablar.

—No me importa —Se decide —No me importa ser el primero, solo me interesa ser parte de ti.

—¿Y pasarla bien? —Suelto con lo último que me había dicho.

—¿Sigues recordando eso?

—Sí, porque son MIS sentimientos y emociones, ni tu ni nada debería intervenir esto —Digo señalando mi pecho cuando "Mis"

—Ya, esta bien.

—Esto no va para ningún lado, deberíamos parar, la ciudad es bonita, disfruta con tus amigos y haz lo que te plazca, simplemente no me jodas más la vida.

—Lo siento —Estaba totalmente dispuesta a entrar, pero me giro sorprendida por lo que me dijo.

—¿Qué?

—Lo siento por hacerte sentir así, por todas las veces que paso eso —¿Debía creerle? Tal vez tenía razón.

—Esta bien, te creo, dejemos así —Suspiro, no era capaz, ni al caso venía.

—Haré lo posible para arreglar las cosas, por favor —Me agarra de la mano, medito unos segundos entre un sí y un no, ¿cuál era la mejor elección?

—Esta bien, venga entremos —Cuando nos hacemos camino en medio de todas esas personas, agarrados de la mano, me encuentro como una amiga se estaba perreando uno de los amigos del imbécil, me volteo a verlo y él estaba casi igual de sorprendido que yo, viendo como mi amiga le estaba restregando el trasero de una forma bastante cuestionable, solté una risa sin poder evitarlo.

—¿Todos bailan de esa forma?

—Depende, normalmente es un tipo de baile, no lo hago tan así, pero se podría —Digo riéndome mientras tomo un shot que habían servido.

—¿Entonces no eran tan malo como estabas bailando con el anterior?

—No, era normal —Digo riendo —Giro a ver que varias personas estaban bailando de esa forma, pero yo no iba a decirle que bailáramos, él debía decirme que quería bailar.

—¿Quieres bailar? —Un chico llega a mi espalda, miro al imbécil y esté aprieta la mandíbula para girar su cabeza.

—Cobarde —Susurro para aceptar el baile, tengo que agarrarme de la mesa para empezar de la manera correcta, el chico me agarra de la cintura fuertemente, unos segundos después tiene sus manos en mis muslos, casi llegando a mi parte, cierro los ojos para volver a concentrarme, la cara del español era un total poema, la mirada sorprendida de como me tenían y como yo respondía a ese acto lo dejo sorprendido, incluso mis amigas estaban de esa forma.

—Gracias —Dice el chico para desaparecer luego del baile.

—Yo sabía que hacíamos movimiento sexys, pero no de esa forma, y la mano del ese —Suelto una risa mientras me encojo de hombros, una de las amigas del español se acerca para "susurrar entre ellos" Él se gira a verme, pero un amigo mío invita a la española y se acerca al grupo para decirles algo y luego se pone a bailar con la chica, unos segundos después estaba a mi lado.

—Tu amigo me acaba de decir que tengo que invitarte a bailar seguido, para que piensen que eres algo mío y no te saquen a bailar.

—Es como una regla de oro, pero no tuviste la valentía de definir la relación, la ibas a tener para invitarme a baila —Creo que eso le dio en el ego, porque rápidamente me agarro para ponerme a bailar, le seguí el juego, no era como bailar con los nacionales, pero tampoco estaba mal, sentí como algo se estaba poniendo duro y sin evitarlo di una sonrisa,  me gustaba tenerlo de esa forma.

—Como serás de otra forma —Escucho su susurro en mi oído, y me giro para estar a poco centímetros de su rostro y boca.

—No lo sabrás hasta que me pruebes —Le devuelvo el coqueteo, es aceptado rápidamente porque me besa y yo lo sigo, no era la mejor besando, pero él estaba dominando en ese sentido.

—Joder, ¿no puedes irte conmigo?

—No me acuesto con las personas de una noche —Digo dándole una sonrisa, cambian un poco el género para que descansemos, entonces nos hacemos en una parte donde él no quita su mano de mi cintura, casi llegando a mi trasero.

—¿Entonces que tengo que hacer?

—Deberías sacarme a comer, ¿no?

—Lo haré.

—Pero, no tu comida exótica, eso no me gusta —Por primera vez le escucho la risa, una risa ronca y jodidamente genial para su personalidad.

—Esta bien, me tendrás que decir el lugar.

—Y con mi tiempo, tengo clases.

—¿Hoy también?

—Sí, llevo despierta desde las 4 de la mañana, no es mi primer rodeo —Él me mira sorprendido pero asiente.

—Pol, ¿por qué volviste? —Por primera vez, lo llamo por el nombre, ya venía siendo hora.

—No sé, mis amigos me dijeron que donde deberíamos conocer, sin pensarlo dos veces elegí tu país y tu ciudad.

—¿Saliste con más? ¿no? —Su silencio me confirma que sí, ya no me sentía mal por restregarme con un desconocido —Esta bien, no te preocupes, yo también he hecho cosas —Que dulce mentira estaba diciendo, aunque si había salido con varias personas pero no fui capaz.

—Bueno, si salí con varias, pero no fui capaz de acostarme con ellos.

—Si quieres algo conmigo, debes hacerte exámenes, yo también me los haré si gustas —Sus ojos chocan con los míos y me vuelve a besar.

—No te preocupes, tu eres un poco más selectiva que yo —Susurra cerca de mi oreja, para alejarse un poco y nuevamente ver como todos bailan animados.

Esa noche había sido increíble, incluso cuando me tuve que ir, me dijo que me iba a escribir, no tenía fe, total él quería follarme, y tal vez no me iba a negar.

—Tiempo, tiempo —Me dice Nicole —¿Piensas acostarte con él de verdad?

—No sé, ¿esta bien? —Suspiro mientras me voy deslizando en la silla —Es raro, no me negaría si fuera la primera vez, sumado que —Me rasco la cabeza —Le mentí.

—¿Qué le dijiste?

—Que ya tuve mi primera vez, cuando es mentira bien desgraciada.

—No puede ser, Laia, ¿qué mierda estás pensando de la vida?

—No sé, ¿vale? no estoy segura de que hacer —Me acuesto en la mesa, mientras veo como las personas pasan, para levantarme —No es tan malo hacerlo con él, lo importante sería que no me tratará mal, ¿no? No debo tener un vínculo afectivo.

—Te conozco, sé que te gusta más de lo que dices, sumado que estás confundida, al final te vas arrepentir.

—No creo, espero que no, porque te juro que voy a terminar en mi cuarto sintiendo dolor en el pecho, y no quiero nada de eso.

—Bueno, sea lo que sea, te apoyaré —Pone su mano en mi hombro, y suspiro para asentir, recibo el mensaje del español, me estaba esperando fuera de la universidad, entonces me despido y salgo rumbo a mi encuentro con él.

Entro al auto y quedo sorprendida del gran auto.

—¿Lo alquilaste?

—Sí.

—Que calidad —Suelto una risa nerviosa, era un auto muy bonito.

—Siempre —Me mira de reojo sin quitar la vista de las calles, me quedo viendo por la ventana, había mentido a mis padres para poder encontrarme con ellos, claro yo tenía 19 años, pero eso no significaba que pudiera hacer cualquier cosa.

—¿Ya viste las opciones que te mandé?

—Creo que una vez mencionaste que te gustaba mucho la pizza —Me giro a verla sorprendida, ¿cómo se acordaba de eso?

—Sí, es mi cosa favorita —Digo riendo un poco sorprendida, para volver mi vista a las calles.

No se tarda la llegada al restaurante de la pizza, era bastante linda, nunca había podido venir porque era costosa, ¿dónde me pusiera a pagar? ¿Qué iba hacer? Sentí una helada.

—Ehm, mi presupuesto no alcanza para esto, ¿por qué no vamos a un lugar más barato? —Vale yo había dicho ese lugar, pero había sido como un chiste, no tan en serio.

—¿Quién dijo que ibas a pagar? Lo haré yo —Suspiro para asentir, y entramos —¿Cuál es tu favorita?

—La de pepperoni —No me dice más, simplemente pedimos la mesa, y al sentarnos él pide de comer dando la iniciativa.

—¿Qué quieres de tomar?

—Limonada de coco —Respondo amablemente al mesero, también me devuelve la sonrisa y cuando se retira Pol me esta mirando con una ceja enarcada.

—¿Le sonríes a muchas personas?

—Empleados, sí, hacen un duro trabajo, ¿sabes? —No me dice nada por unos segundos.

—Tienes razón —Se gira a ver el lugar, y luego me vuelve a mirar de arriba abajo.

—Nunca notaste, ¿qué no podemos tener una conversación fluida a menos que sea subida de tono?

—Sí, pero es bueno, ¿no? —Sí, me acaba de confirmar lo que había creído desde el principio.

—Buen punto, entonces ¿para que me invitas a todo esto?

—No sé, no estoy seguro de porque estoy haciendo esto por ti, por eso muchas veces me alejaba para no sentir nada por ti, no quería nada.

—No estabas preparado.

—Sigo sin estarlo en realidad.

—Eres bastante inestable, ¿sabes? Puedes dejar en claro "Solo quiero sexo"

—Muchas veces pasaba, pero cuando tienes algo fijo, piensan que se vuelven pareja o algo parecido, por lo cual es... Estresante para mi mundo.

—Una persona muy ocupada.

—Claro, tengo que mantener una agencia de publicidad.

—¿Cómo tuviste tiempo de viajar?

—Estoy haciendo trabajo remoto, mi socio esta enojado porque decidí irme muy lejos.

—¿no esta acostumbrado? —Traen la comida, y paramos de hablar para comer, aunque en el medio me respondió.

—¿Qué querías decir con eso?

—Viajabas mucho, te veías en muchas partes de Europa, entonces no hace tanta falta —Me sonríe para negar.

—No es lo mismo, es como fin de semana entonces no quita mucho problema.

—Sí, para eso siempre tenías tiempo —Contesto para comer la pizza y tomar la limonada como si no hubiera lanzado tremenda bomba, tampoco lo miro porque no quería ver la reacción que suponía yo había tenido.

—Eres diferente a lo que imagine.

—¿más linda?

—Sí, pero en personalidad.

—¿Qué quieres decir? —Ladeo mi cabeza un poco confundida.

—Pensé que eras tranquila, aunque bueno, tampoco establecía mucha relación contigo —Sin evitarlo me rió.

—Es verdad, tengo carácter fuerte pero soy muy sensible —Me mira y esos ojos me hacen sentir un leve cosquilleo, no era para nada normal la forma en que me estaba mirando, sumado la forma en que me hacia sentir.

—Me agradas, tienes una mente asombrosa y un cuerpo, que joder —Cierra los ojos unos segundos —Me encanta de una forma que no puedo describir.

—Entonces, demuéstralo.

Cuando terminamos de comer subimos nuevamente al auto, y cuando lo hacemos, me da un beso y pone sus manos en mis piernas.

—¿Debería demostrarlo de verdad?

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