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No Te Enamores

Capítulo 1

...Alisson Morgan...

...Odio a mi profesor....

Y no es el tipo de odio que la gente consideraría tolerable. Es el tipo de odio que te hace sentir como si quisieras rodear su cuello con las palmas de las manos y comprimir el aire de su garganta.

Es del tipo que te da ganas de poner una gran gota de pegamento en su silla y estropear sus pantalones perfectamente planchados o pinchar sus neumáticos y pasar una llave puntiaguda por su brillante Mercedes-Benz Clase C.

¿Odiosa yo? No... Si lo conocieras, tendrías la misma creencia. Es molesto y arrogante, y las chicas aquí en Oxford High hacen un trabajo notable alimentando su ego todos los días.

Aparenta unos 30 años, pero es mucho más cascarrabias que mi abuelo. Tiene un gran cuerpo, cabello negro y ojos tan azules como el cielo.

El que plancha su ropa necesita un premio, y nunca lo he visto usar una camisa más de una vez. Es guapo, le concedo eso, pero su personalidad apesta y cuando digo apesta, me refiero a pisar un montón de mierda de perro, eso en realidad apesta. No estoy exagerando.

—Señorita Morgan...

Si sus pantalones se ponen más ajustados, lo llevaré personalmente a un sastre y le pediré que le afloje todos los dobladillos. ¿Quién demonios se cree? ¿Algún aspirante a Elvis Presley?. Dios mío, ¿y por qué demonios tiene el pelo tan brillante? No me sorprendería que utilizara toda la maldita grasa de su botella de vaselina esta mañana.

Odio cómo se pasea por el salón de clases durante cada lección, hurgando en los cuadernos de las personas y escuchando a escondidas las conversaciones de los demás. ¿No tiene una vida? ¿No tiene esposa o una novia? Debería conseguirse una, tal vez así no sería tan metiche.

—¡Señorita Morgan!

Me sacudo en mi asiento, volviendo a la realidad y dándome cuenta de que toda la clase está mirando en mi dirección. Incluyendo al Sr. Specter que actualmente cruza sus musculosos brazos sobre su pecho, y observo sus venas sobresaliendo bajo su piel bronceada.

Me muerdo el labio y coloco el dobladillo de mi falda plisada sobre mis muslos, parpadeando torpemente.

—¿Sí?

—¿Quién fue el que dirigió la Revolución francesa?

...¡¿Qué?! ¿Ese es el tema en el que estamos? Pensé que estábamos discutiendo el movimiento por los derechos civiles....

Debí parecer extremadamente tonta cuando me incliné hacia mi amigo Derek, tratando de localizar la respuesta en su libro abierto. Él me da una expresión tímida mientras sus ojos viajan de mí al Sr. Specter.

—¡No, dije que no vendría en el libro!

El profesor grita y estoy segura de que todo el país acaba de escucharlo. Me acomodo en mi asiento con manos temblorosas, presionando mis labios con fuerza.

—No tengo idea...—Murmuró.

Sus ojos azules se oscurecen, y me muevo agitadamente observándolo mientras aprieta su mandíbula con fuerza. No sé por qué me odia tanto, desde el primer día del semestre solo ha mostrado malicia y molestia hacia mí. Aunque el sentimiento es mutuo, desde que llamó a mi madre por primera vez y le dijo que no había cumplido con mi tarea, lo he detestado.

Camina hacia mí con aires de dominación e intimidación en cada paso que da, se detiene frente a mi escritorio, lista para enfrentarlo, levanté el cuello para mirar hacia arriba, mis grandes ojos azules le devuelven la mirada.

Es tan alto, mide al menos 6 pies con una constitución musculosa y fuerte. Las mangas de su camisa de vestir están arremangadas a la altura de los codos, mostrando sus manos ásperas que bajan para presionarlas contra mi escritorio inclinándose a mi altura.

Derek y el resto de la clase nos miran con ansiedad mientras el fuerte olor a la colonia masculina del Sr. Specter invade mis fosas nasales.

—Si sigues estando tan distraída durante mis lecciones, no tendré más remedio que hacer que el director te cambie a una clase diferente.

Su aliento mentolado y cálido golpea mi cara mientras habla y su voz es baja como si no quisiera que el resto de la clase fuera una audiencia.

—Tiendo a enfadarme con los estudiantes que se distraen mucho más de los que reprueban mis exámenes, ¿lo entiendes?

Suelto un gran suspiro. Tal vez no soy la más inteligente de todos, pero lo intento. Con tu maestro recordándote esto todos los días, es imposible superar la situación. Me pone ansiosa todo el tiempo, principalmente porque sé que espera algo más de mí. Sé que él siempre marca primero mis exámenes y el mío siempre es el primero en ser devuelto con una gran calificación decepcionante en la esquina.

—Lo siento — le dije.

Él cierra los ojos temporalmente soltando un suspiro.

—No espero una disculpa, pídele perdón a tus padres, ellos son los que siguen desperdiciando su dinero.

Mis ojos arden dolorosamente por las palabras, pero mantengo la compostura, torciendo mis labios mientras él endereza su columna vertebral y se mueve hacia su escritorio.

—Por cierto, no estábamos discutiendo la Revolución francesa, estábamos en el tema del movimiento por los derechos civiles.

Mete una mano en su bolsillo mientras borra las notas que había anotado en el pizarrón y Derek toca mi brazo enviándome una sonrisa de aliento.

Solo asiento con la cabeza, agarro mi libro y lo meto en mi bolso. Tenemos solamente unos minutos hasta que termine la clase de todos modos y prefiero no perder ni un minuto más. Odio a este hombre como no se imaginan.

El Sr. Specter se da la vuelta y se da cuenta de que meto el libro de ejercicios en mi bolso, en ese momento su semblante severo regresa rápidamente.

—¿Dije que se podían retirar, señorita Morgan?

Una fuerte risita proviene de mi espalda y sin duda sé que es Gabriella, la segunda humana en esta escuela que me odia a muerte por razones inexplicables.

—No, señor.

—Bien, entonces regrese a su asiento y tome las notas necesarias.... —Mencionó con los dientes apretados —Ahora.

Regreso a mi asiento, me hundo en mis hombros y me pongo a trabajar, sacando mi cuaderno del bolso mientras contengo las lágrimas. La verdad, soy un poco llorona. Y con un hombre del doble de mi tamaño dándome órdenes con severidad, es difícil no derrumbarse como niña de cinco años.

Derek aprieta los labios en una sonrisa comprensiva. Le regreso el gesto, abro uno de mis libros y me recuesto en la silla. Pero considero que esa fue la elección equivocada, ya que los ojos del Sr. Specter se posaron en la hoja vacía de mi cuaderno, dándose cuenta de que no había estado tomando notas durante toda su clase.

...A la mierda mi vida...

—¿Dónde están sus notas?... —apoya su trasero contra su escritorio con una ceja levantada mientras me examina. Ahora que está sentado, sus pantalones son aún más ajustados, destacando cosas que ni siquiera deberían destacarse en un entorno escolar. Y no estoy hablando de pepinos.

—¿Lo siento?

Si lo escuché, sólo estaba ganando tiempo para responder.

Él tomó la libreta de Gabriella y haciendo mímica exclamó —Sus notas ¿dónde están?... —Menciono como si yo fuera una estúpida.

Miro a mi alrededor innecesariamente, viendo miradas de simpatía y diversión por lo sucedido.

—Hola —un dedo golpea mi escritorio y miro hacia arriba, los ojos azules y aterradores del Sr. Specter perforan un agujero a través de mí.

—Dije, ¿¡dónde están tus notas, Alisson!?

...¡Quiero llorar! ¿¡Por qué este hombre no me deja en paz!?...

—No las tomé....

Levanta las cejas con fingida diversión y espero su réplica insultante.

—Vaya, todos aquí están tomando notas y tú simplemente no tomas ninguna. No sé por qué me parece sorprendente viniendo de ti. ¿Has visto este tema anteriormente?

—No.

—¿Acaso está todo almacenado en tu cabeza?

—No.

—De acuerdo.... —Presiona sus manos en su cintura. ¿Entonces por qué no tomas las notas necesarias?

...Estoy tan cansada, ¿dah, no lo notas maldito imbécil?...

—Porque simplemente no lo hice.

—Ah, okay. Bueno, ahora creo que entiendo por qué sigue sacando números de lotería en mis malditos exámenes.

Sí, se me olvidó comentarles, tampoco tiene modales. Maldice mucho y ni siquiera lo despiden por eso.

—Quiero que tomes prestado el libro de tu novio —Señala a Derek y la clase se ríe —Y asegúrate de tomar las notas porque estarás condenada si te atreves a obtener incluso el 50% en mis próximos exámenes, ¿entendido? —Asiento con la cabeza.

...¿Que le pasa a este sujeto? Dios, que suplicio. Y para su información Derek ni siquiera es mi novio....

—De acuerdo.

—Pídele prestado el libro ahora y empieza a tomar notas, el resto de la clase puede salir.

Se da la vuelta y regresa a su escritorio mientras todos se levantan de sus asientos para guardar sus cosas.

— Aquí tienes…— mi amigo tendió su libro hacia mí y sonrió un poco.

—Gracias, Derek.

Se pone de pie colocando su mochila sobre su ancho hombro. Derek es atlético, lo que hace que tenga una constitución bastante tonificada, tiene un cabello castaño rizado que siempre está despeinado y sus ojos son de un tono único de azul oscuro, no hace falta decir que tiene cabezas girando donde quiera que aparece.

—Ali tengo práctica de fútbol, así que te enviaré un mensaje de texto más tarde cuando llegue a casa—asiento para luego despedirme.

A continuación prosigo abriendo el libro de Derek para comenzar a tomar mis notas. Tengo que darme prisa, si quiero terminar para cuando mi mamá llegue a recogerme.

El Sr. Specter nunca pierde la oportunidad de delatarme ante mis padres.

...****************...

El Sr. Specter pasó todo el tiempo marcando papeles y revisando su teléfono.

Apresuradamente, tomo mis notas justo a tiempo para que mi teléfono suene con un mensaje de mi mamá.

—Estoy en la puerta cariño, ¿dónde estás?.

Cierro el libro de Derek y el mío y los meto en mi bolso, levantándome de la silla tan rápido que un hilo suelto de mi falda se atasca en un trozo de hierro oxidado.

...¿Por qué esta escuela no tendría mejores sillas y maestros? Maldita sea mi suerte. ...

Siseando por lo bajo, tiro rápidamente de la rígida prenda antes de seguir caminando.

Mi profesor tiene la cabeza incrustada en su teléfono, el sol poniente desde el exterior brilla en su mandíbula cincelada y muestra cuán suave es su piel. Si no fuera un demonio, sería el ángel ideal.

Me aclaré la garganta y, sin mirarme, arquea una ceja perfecta.

—¿Sí?

—He terminado, señor.

Él asiente con la cabeza alcanzando un panecillo de arándanos a medio comer de una servilleta en su escritorio, el olor del bocadillo esponjoso hace que mi estómago gruña ruidosamente. Sus ojos se desvían hacia el centro de mi camisa blanca, pero sorprendentemente no hace ningún comentario sobre el vergonzoso rugido de mi barriga. Gracias a Dios nunca pierde un momento para humillarme.

Extiende una mano hacia mí y lo miro fijamente como una tonta.

—Déjeme ver las notas —menciona molesto. Giro mi bolso y rápidamente agarro mi libro, extendiéndolo hacia él. Lo miro en silencio, inclinando la cabeza.

—Ábralo, señorita Morgan.

—Sí, claro.

Abro mi libro y me inclino para que él vea las notas. Él frunce el ceño abanicando su mano.

—No se incline tanto sobre mí.

—Lo siento.

Curvo la esquina superior de mis labios detrás de él, fingiendo que estoy apretando su cabeza con mis palmas mientras se limpia su mano en una servilleta e inspecciona la página.

Le da un mordisco al muffin y lo mastica en silencio mientras mira mi libro y yo pongo los ojos en blanco discretamente. Porque tarda tanto, ¡son solo notas!

—¿Está bien? —pregunto arrastrando los pies con impaciencia. Se está tomando mucho tiempo y mi mamá vendrá aquí si él no se da prisa.

—Mmm sí, tome —menciona con desdén, tomando otro bocado de su muffin. Tomo rápidamente el libro, sintiéndome eufórica de que el señor perfeccionista no haya encontrado fallas por primera vez en su vida.

—Necesitas trabajar en tu caligrafía.

...Hablé demasiado pronto...

—Tu escritura parece como si una cucaracha pisara tinta y caminara por todas las páginas.

Vuelve a mirar su móvil y se sacude los dedos, y resisto el impulso de decirle que se vaya a la mierda. No creo que pueda soportar estar con él en esta habitación por más tiempo.

—Consejo anotado —murmuro alejándome molesta con mi libro apretado contra mi pecho, me dirijo hacia la puerta. ¡Por fin libertad!

—Aguarde un momento, señorita Morgan.

Pongo los ojos en blanco, inhalo profundamente deteniéndome en seco y dándome la vuelta con una sonrisa forzada —¿Sí, Sr. Specter?

—Estoy viendo tus bragas —dice rotundamente, mirándome directamente a los ojos con una cara en blanco.

...Mi frente se pliega en confusión, ¿qué me acaba de decir?...

—¿Disculpe, que acaba de decir?

—Veo tus bragas rosas de algodón con lunares —detalla.

...Ay, Dios mío, ¿ese es el tipo de ropa interior que estoy usando justo ahora? ¿Cómo diablos él...?...

Él sacude su cabeza hacia mí.

—Hay un gran desgarro en medio de tu falda.

...Qué diablos, de ninguna manera....

Inclino la cabeza estirando el cuello para ver mi trasero. Se me escapa un grito ahogado cuando veo el gran agujero en el trasero de mi falda, mis bragas se ven claramente a través del espacio abierto.

...¡Oh, Dios, debe haberse roto cuando mi falda se enganchó con ese maldito hierro oxidado!...

Mis mejillas se sonrojan mientras sostengo mi cuaderno sobre el lugar, viendo que mi bolso no es lo suficientemente grande para ocultar la vergüenza. Él mira hacia otro lado casualmente alcanzando un libro en su escritorio y abriéndolo.

—Intenta usar medias para que no dañes la vista de tus maestros varones.

Me quedo boquiabierta y me siento impulsada a maldecirlo, pero recuerdo que mi madre me está esperando, probablemente a punto de entrar a la escuela en este momento.

Y así, sin decirle nada a ese diablo, me alejo lentamente para salir corriendo, pero en ese momento recuerdo lo de mi trasero y me giro hacia él, retrocediendo lentamente como un robot mientras él finge ocuparse de sus propios asuntos como el imbécil que es.

Una vez que estoy afuera me escabullo por el pasillo resbaladizo, casi cayendo sobre mi cara mientras me deslizo a través de las grandes puertas transparentes.

Veo a mi madre de pie frente a su BMW azul, vestida con su traje negro y su cabello recogido en una elegante cola de caballo mientras toca su teléfono con preocupación.

Cuando me ve corriendo hacia ella con mis manos sobre mi trasero, entrecierra los ojos colocando una palma en su cintura.

—Me preguntaba dónde estabas, estaba a punto de llamar al Sr. Specter.

Contengo el aliento cuando me detengo frente a ella, agitando mi mano mientras la otra agarra el libro contra mi trasero.

—No, no. No hay necesidad de llamar a ese demonio.

—¿Qué?

—Nada — sonrío mientras abro la puerta, me deslizo en el asiento delantero y noto una bolsa de papel marrón de McDonald's sobre el tablero.

Mi rostro se agranda cuando la agarro, la abro y suspiro cuando el olor a mayonesa me saluda.

—¿Esto es mío, ma? — pregunto mientras se desliza sobre el asiento del conductor, tirando de su cinturón de seguridad sobre su marco angular. Mi mamá es lo que llamaría esbelta, mientras que yo, por otro lado, soy una bola gruesa de carbohidratos ambulantes. Está bien, creo que he exagerado un poco.

Solo que mis piernas son un poco grandes, pero tengo una cintura delgada, así que eso la iguala. ¿Verdad? ¿A quién le importa?

Muerdo la hamburguesa después de que mi mamá confirmara que es mía. Ella comienza a alejarse de la escuela y puedo ver el sol cuando comienza a ponerse en el horizonte. Nunca salgo de la escuela tan tarde, pero por cortesía del Sr. Specter tengo que presenciar lo espeluznante que es Oxford High a esta hora de la noche.

Los futbolistas ahora han terminado de entrenar, el grupo abandona el campo con sus bolsas de lona y trato de ubicar a Derek entre ellos, pero no lo logro. Todos se ven exactamente iguales, musculosos y altos vistiendo la camiseta deportiva de la escuela.

La mayoría de las áreas del campus ahora están cerradas y veo el impecable Mercedes Benz del Sr. Specter estacionado en la entrada de la oficina de admisiones. ¿Él no tiene una casa? Juro que vive en la escuela.

Recuerdo mi deseo de usar una llave para tallar su auto y una sonrisa maliciosa aparece en mi rostro mientras uso mi nudillo para limpiar la salsa de tomate que gotea por mi barbilla.

—¿Por qué sonríes? —mi mamá me mira sospechando algo y niego con la cabeza divertida.

—Nada, nada en absoluto —Me río con la boca llena de papas fritas.

—¿Cómo te fue en la escuela?

—Bastante bien— miento.

—¿Qué tal la clase?

...Oh, por favor no preguntes......

—Me gustaría creer que te está yendo mejor en la clase del Sr. Specter ahora, ¿verdad? — Ella me da una mirada severa y suspiro.

—Lo estoy intentando.

—No quiero que tenga que llamarme de nuevo, ¿de acuerdo?

Asiento con la cabeza. El hijo de puta no debe tener a nadie más a quien llamar. Ahora que lo pienso, tal vez está tratando de coquetear con mi madre. Probablemente, le gusten las mujeres mayores.

—De todos modos, ¿algo divertido nuevo hoy? —pregunta ella, moviéndose en su asiento con entusiasmo, intentando ser una de esas mamás "geniales".

Me estremezco un poco cuando sacó la servilleta de la bolsa que tengo entre las piernas. La falda del colegio me recuerda la humillante situación anterior en la que mi enemigo vio todo mi trasero. Cierro los ojos. La vergüenza se apodera de mí. Hoy más que nunca, ¿cómo diablos me enfrentaré a ese hombre mañana? ¡Seguramente no ayuda en mi caso que tenga la historia tres veces por semana!

—No, no pasó nada —respondo, apoyando mi cabeza contra la ventana con una inexpresividad exagerada en mi rostro.

Mientras observo los autos pasar a gran velocidad con los faros brillantes, me doy cuenta de la mala suerte que tengo de tener a Lucifer como maestro. En este punto, únicamente quiero ir a casa para arrancarme el pelo y gritar en la ducha.

Capítulo 2

...Alisson Morgan ...

..."¡Por maestros como él, hay cosas que no quiero aprender, y la última tipeja que se comportaba como él, me hizo llorar!"...

Estoy cantando la canción "One More Try" de George Michael en la ducha, aplicando jabón en mi trapo con la cara cubierta de espuma.

Parpadeo por la quemadura, colocando mi cabeza debajo del agua corriente en un intento por lavarla, mientras tarareo inexpertamente por lo bajo. Esa es literalmente la única línea que conozco de la canción y la sigo repitiendo como un disco rayado, pero seguramente no importa porque estoy en casa, en mi propio baño, divirtiéndome bajo la cálida fuente de la ducha y relajándome después de un día de atrocidades. Puedo hacer lo que quiera, sin preocuparme de que alguien me mire con los ojos de furia en cada acción que haga.

Salgo a la alfombra peluda junto a la bañera, arrugando los dedos de mis pies en su suavidad mientras alcanzo una toalla de mi perchero, secándome rápidamente mientras canto en voz baja. Me pongo mi camisón con estampado de flores y salgo del baño, considerando si debo comenzar con mis tareas de clase, pero el tentador aroma de pan de maíz y lasaña se puede oler desde arriba, así que pospongo el pensamiento hasta que alimente este fuerte gruñido en mi estómago. Fuerte gruñido que logró avergonzarme frente a ese bastardo hoy. Y a pesar de que su estudiante se estaba muriendo de hambre, todavía se comió todo el muffin.

Sacudiéndose el polvo con los dedos con tanta elegancia como si no tuviera ni idea de lo que es la compasión. No puedo esperar para graduarme en unos meses. Entonces no tendría que volver a ver su molesto rostro nunca más.

Tengo dieciocho años en mi último año de preparatoria, por segunda vez. Me retrasaron en el duodécimo grado el año pasado porque no me estaba desempeñando como había dicho el director. Sí, es vergonzoso ver a todos los miembros de tu grupo usando esas togas azules y birretes negros, caminando sobre la alfombra roja y sacando a la luz sus fantasías universitarias. Mientras yo estoy atrapada en Oxford High por un año más, atrapada con el diablo como maestro.

El Sr. Specter enseña Historia Avanzada. No tuve la oportunidad de cursar la clase el año pasado porque el director le había dicho a mi mamá que era mejor que dejara el tema. Después de todo, no habría podido manejarlo junto con mis otros cursos. Viendo que soy una estudiante de "lento aprendizaje", según ellos.

No lo soy, tal vez suelo ser un poco perezosa, pero no tengo "lento aprendizaje".

Habían formulado esa idea como una forma de ayudarme a hacer malabarismos con mis otras clases, pero resultó ser un intento fallido cuando me fue bastante mal al final del período.

Por lo tanto, les aconsejaron a mis padres que volviera a hacer todo el último año. Me abuchearon bastante por eso, y me pasaron factura todo el verano; sin embargo, de alguna manera lo superé (en su mayor parte, creo yo) y regresé con un nuevo impulso y mentalidad. Estoy tratando de hacerlo mejor, aunque puede que no lo parezca a los ojos de los demás, incluido el Sr. Specter.

Está usando mi historial en mi contra y no es irónico. Es profesor de historia, así que, por supuesto, esa es su especialidad. Sabe que me retrasé y lo sostiene sobre mi cabeza, empleándolo como palanca para atormentarme.

...Estoy harta de él....

Pero ya estoy en casa, así que no tengo que pensar en mis malos momentos ni en el profesor de historia.

Salgo de mi habitación y bajo las escaleras, notando que todos ya están sentados alrededor de la mesa del comedor. Todos son: mi mamá, mi papá, mi hermanita Kayla y mi extraño hermano mayor Kevin, que tiene una obsesión enfermiza con su teléfono celular.

Actualmente, se está desplazando hacia abajo en el dispositivo, alcanzando ciegamente un trozo de zanahoria pero sumergiendo su mano en el jugo de naranja de mi padre.

—Mierda, Kevin, guarda el maldito teléfono —Mi padre lo mira por debajo de sus gafas de montura gruesa, y mi hermano sonríe disculpándose, dejando el celular en su regazo en silencio.

Ciertamente no pasará mucho tiempo antes de que lo retome. Tiene veinte años y está en segundo año de universidad, pero a veces creo que confundieron su fecha de nacimiento; mi hermanita parece mucho más madura que él y eso que solo tiene 2 años.

Frunzo el ceño, encontrando mi lugar habitual frente a mi hermano tecnológicamente absorto.

—¿Por qué no me llamaron?. Estaba hambrienta.

—Le dijimos a Kevin que te buscara, cariño —dice Alice, mi mamá, mientras intenta alimentar a Kayla. Una baba de comida gotea por su pequeña boca mientras muerde su cuchara.

—Fui a buscarla, pero ella estaba cantando sobre lo enamorada que está del Sr. Specter. —Kevin se ríe.

...¿Qué carajo?...

Agarro uno de los manteles rojos, con la intención de aventárselo a Kevin en la cara.

—¡No te atrevas! —menciona mi madre demasiado tarde.

Mi mamá me da una mirada severa, inclinando su cabeza hacia un lado mientras sostiene la pequeña cuchara en los labios de la bebé. Kayla está mirando la comida con los ojos bizcos, tratando de atraparla con la boca, pero la mano inestable de mi mamá no se lo permite.

—Levántalo, Alisson, eres mejor que eso.

Pongo los ojos en blanco y me levanto, camino alrededor de la mesa y me agacho para recoger el mantel, aprovechando la oportunidad para pellizcar a Kevin en la pierna debajo de la mesa. Se ríe de esto, sin siquiera sobresaltarse un poco por el asalto, todo gracias a su constitución robusta.

...Maldito jockey...

Me pongo de pie, mirándolo mal mientras regreso a mi asiento, descansando el trapo en su respectivo lugar.

—No juegues conmigo así, idiota.

—¡Lenguaje, Alisson! —Mi papá frunce el ceño.

—Papá, él sabe que odio al Sr. Specter, dile que deje de hacer eso.

Kevin se recuesta en su silla y coloca su puño sobre su boca, ocultando una amplia sonrisa.

—Está bien, déjame preguntarte esto, ¿estabas o no estabas cantando "One More Try" de George Michael en el baño?

Mi papá me mira distraídamente, cortando el bistec en su plato mientras mastica su comida. Pongo los ojos en blanco por centésima vez. Cuando vives con un hermano molesto tienes que rezar para que un día no se te metan los ojos en la cabeza.

—Estaba cantando la canción, pero ¿qué tiene eso que ver con mi maestro?

—¿No sabes el significado de la canción?

...Por supuesto que no. ¡Solo estoy familiarizada con una línea!...

—Se la está cantando a su "maestra" de quien está profundamente enamorado—menciona Kevin, tomando su jugo de naranja y colocándoselo en los labios, tomando un sorbo modesto mientras piensa mucho en las letras limitadas almacenadas en su cabeza.

—Deberías buscar el resto de la letra. Es interesante. —Él sonríe. —Viendo con qué frecuencia te quejas del Sr. Specter, podría interesarte —mueve las cejas.

—Kevin, deja de ser tan inapropiado. Come tu comida —mi papá le ordena, claramente ha tenido suficiente de sus payasadas.

Mi padre es un hombre serio la mayor parte del tiempo, y aunque él y Kevin comparten la misma apariencia: cabello rojo y ondulado, ojos verdes y labios en forma de corazón, no se parecen en nada. A mi hermano le gusta hacerse el tonto y molestar a la gente, mientras que mi padre se mantiene serio la mitad del tiempo.

A mi mamá le molesta constantemente porque, según ella, él necesita vivir un poco. ¿Cómo sé esto? Mi habitación está justo al lado de la de ellos y se pelean por las mismas cosas cada dos noches. Me da miedo casarme. Woah, dejaré de adelantarme, ni siquiera he tenido novio en toda mi vida. Cuando lleguemos a ese puente, que todavía está muy lejos, lo cruzaremos, Alisson.

—No hables más, Alisson. Deja que tu padre disfrute de su comida en paz —me regaña mi mamá, y discretamente le envío un dedo medio a Kevin, fingiendo que me estoy picando la cara casualmente.

Lo capta y se ríe antes de agarrar su teléfono y perderse en el dispositivo una vez más.

...****************...

Finalmente, terminando The Kissing Booth 2 y adulando a Noah, siento ciegamente a mi lado el control remoto, y cuando no siento el dispositivo duro a mi lado, giro la cabeza para verlo a lo lejos en mi mesita de noche.

Bueno, mi mesita de noche no está exactamente lejos, pero soy demasiado perezosa para alcanzarla ahora mismo.

En cambio, desenredo mi teléfono de mi edredón, decidiendo buscar la letra de la canción que estaba cantando antes. Kevin había logrado despertar mi curiosidad, como siempre. La pequeña comadreja sabe qué decir para hacer explotar a una chica.

Coloco mi sábana sobre mi cabeza, disfrutando de la oscuridad que proporciona la gruesa colcha mientras escribo "One More Try by George Michael Lyrics”.

Me muerdo el labio mientras espero que se cargue, maldiciendo internamente lo lento que ha sido mi Wi-Fi en estos días. Finalmente, los resultados aparecen y hago clic en la opción "Genius Lyrics", comiéndome los dedos mientras espero una vez más.

La letra se perfila en la pantalla después de unos minutos y enrosco mis piernas debajo de mí, leyendo algunas de las líneas mientras entrecierro los ojos por la brillante luz azul del teléfono.

...Vamos a ver......

...“Así que si me amas, di que me amas. Pero si no lo haces sólo déjame ir.....

Parpadeo. —De acuerdo.

...“Así que no quiero aprender a sostenerte, tocarte......

Estrecho los ojos.

...“Cuando eras sólo una extraña y yo estaba a tus pies. No sentía el peligro, ahora siento el calor. Esa mirada en tus ojos diciéndome que no. Así que pienso que tú me amas, sé que me necesitas. Yo escribí la canción, sé que está mal......

—Está bien, entiendo el punto— murmuró, haciendo clic rápidamente en el ícono de inicio.

—Una canción muy inapropiada para cantar, supongo.

Ahora me siento incómoda. Me estremezco, tirando la sábana sobre mi cabeza y colocando mi celular en mi mesita de noche. Me acosté boca arriba, parpadeando hacia la lámpara de cristal que colgaba del techo; un poco traumatizada, diría yo.

Sí, definitivamente no cantaré esa canción nunca más.

...****************...

—Alisson, ¿por qué necesitas McDonald's, si acabas de desayunar?

—Mamá, es esencial. Tengo el segundo período de historia y no puedo soportar pasar por la tortura sin el estómago medio lleno. ¿Por favor?—Hago un puchero con mis labios batiendo mis pestañas, abrazando su brazo para ayudar a convencerla.

—¿Bastante, por favor? —Ella suspira— Estás comiendo muy poco saludable. Usaré el autoservicio.

—¡Sí! Gracias, mamá. —Le doy un beso en la mejilla y ella sonríe suavemente, girando el auto para ir a McDonald's, mientras yo, por otra parte, procedo a anudar la corbata a cuadros verde oliva alrededor de mi cuello. Dios, odio este uniforme.

Las chicas de Oxford High visten una falda plisada verde y azul oscuro con el mismo diseño de corbata y botones blancos. Los chicos usan prácticamente lo mismo, con pantalones reemplazando la falda a cuadros. La imagen puede sonar agradable por la descripción, pero les puedo asegurar que soy la réplica perfecta de un aguacate cada vez que me visto por las mañanas.

Tengo una cara redonda con mejillas ligeramente hinchadas y labios carnosos. Mi cabello pelirrojo es la definición de difícil porque no importa cuánto tiempo lo lave y lo peine, tiende a encresparse según su gusto. No soy la más atractiva, pero supongo que tampoco diría que soy fea, y además, las apariencias y lo que se considera lindo y feo son solo opiniones formuladas por humanos.

... ¿Cómo no sabemos que los que se consideran bonitos son los feos, y los que se consideran feos son en realidad los bonitos?...

Guau. Si hubiera usado este tipo de pensamiento profundo en mis estudios, tal vez no habría estado repitiendo el duodécimo grado.

Pido hotcakes con salchicha y un bagel de tocino, huevo y queso con una taza grande de café caliente. Comienzo a comer de camino a la escuela y cuando mi mamá entra en Oxford High, mi estómago está lleno.

El café tendrá que esperar hasta que me haya acomodado, para evitar que se derrame por todo el auto de mi madre. Ella adora el tocador y es muy seria cuando se trata de manchar sus asientos de cuero con líquido azucarado.

—Que tengas un buen día. —Me da un beso en la mejilla y sonrío mientras salgo del vehículo, con el café en equilibrio en una mano y mi bolso en la otra, mientras cierro la puerta con la rodilla.

Toca el claxon mientras se aleja y yo me doy la vuelta para cruzar el estacionamiento. Frunzo el ceño cuando me doy cuenta de que mi corbata se ha vuelto a aflojar.

... ¡Simplemente no puedo atar esta cosa!...

Presto atención a la cuerda enredada alrededor de mi cuello y no me concentro en el camino que tengo delante, así que reboto firmemente contra alguien y la taza de café se desliza de mi agarre y se derrama sobre él.

Doy un paso atrás sobresaltado, con la boca abierta mientras miro la gran humedad marrón que se extiende en su camisa de vestir blanca. Al primer instinto, me lanzo hacia adelante, usando mis palmas para secarlo histéricamente. Pero creo que solo lo estoy empeorando.

—Oh, Dios mío, lo siento mucho. No quise que esto sucediera.

...Él suspira...

—No te vi, sinceramente, no era mi intención, no estaba prestando atención y no me di cuenta de que estaba...

—¡Déjalo, Alisson!...

...Esa voz. Oh, no....

Miro hacia arriba, mis ojos ansiosos y arrepentidos se encuentran con los círculos fríos y azules de mi profesor de Historia. Mierda, la peor pesadilla. Es el Sr. Specter.

...¿Y qué he hecho yo para merecer esto?...

Su mandíbula está apretada mientras me mira fijamente, sus cejas juntas con fuerza como si el mero hecho de verme le disgustara. Puedo oler la fragancia de su perfume fusionándose con el ligero aroma del gel de baño, y se ve limpio y fresco como si acabara de salir de la ducha.

—Lo siento —susurro, mis manos aún presionadas contra su torso empapado.

Baja los ojos hacia mis manos y yo me alejo rápidamente, casi tropezando con mis propios pies.

...Él cierra los ojos...

—Qué manera de empezar la mañana.

Acabo de llegar y puedo jurar que acabo de escucharlo maldecir indistintamente una palabrota mientras gira hacia su auto.

Abre la cajuela de su Mercedes, y la limpieza fresca del espacio no me sorprende. Es un fanático de la limpieza y parece estar molesto por las más mínimas imperfecciones. Tal vez tenga TOC.

Avanzando escépticamente hacia él, me muerdo el labio como suelo hacerlo habitualmente.

—Realmente lo siento, ¿qué puedo hacer para ayudar?

No me ofrece ningún tipo de reconocimiento mientras procede a desabotonarse la camisa, y lo intento de nuevo.

—¿Hay algo en lo que pueda ayudar, Sr. Specter?

—¿Qué tal?—gira la cabeza hacia mí—irritado, aflojando su delgada corbata negra. —¿No hablar? Eso funcionaría bien para mí.

Doblo mis labios mientras él se quita la camisa manchada rápidamente, siseando cuando ve que su camiseta sin mangas blanca también se manchó un poco.

Cierro los ojos, levanto la cabeza hacia adelante y suspiro con remordimiento. Esta no era mi intención en absoluto, encontrarme con él tan pronto como llegué a la escuela no estaba en mi agenda. La falla en mis malditas estrellas de la suerte.

Como si acabara de pronunciar una oración silenciosa, vuelve a abrir los ojos y produce una respiración suave. Sin querer, mis ojos se hunden en los fuertes músculos de sus bíceps, que se flexionan sin esfuerzo con cada movimiento sutil de su brazo, y mi cara se enrojece por alguna extraña razón.

Mira, nunca antes había visto a un hombre adulto de cerca con tan poca ropa, solo mi papá o en la televisión, pero eso no cuenta. Esta es una vista extraña. Pero a decir verdad es bastante... musculoso.

...“Y profe hay cosas...”...

Saco la canción de mi cabeza, encogiéndome un poco. Él alcanza una camisa prolijamente planchada que cuelga de una percha en la cajuela de su auto, y levanto mis cejas impresionadas. ¿Lleva camisas extra todos los días?

—¿Guardas ropa en tu auto? —Digo mientras busco en mi bolsillo la barra de chocolate que logré robar de la habitación de Kevin esta mañana mientras dormía.

El Sr. Specter gira su cabeza hacia mí, notando inmediatamente el dulce en mi mano, y parece... ¿Disgustado?

—SÍ.

Arrugo mis cejas desconcertadas, rasgando el envoltorio con mis dientes. —¿Por qué?

—Porque las manchas y la suciedad me molestan. —Y también esa corbata ridículamente anudada alrededor de tu cuello. ¿No te enseñaron cómo atar esa cosa?

Bajo mis ojos hacia la corbata, avergonzada.

—Todavía no lo he dominado.

Suspira, abrochándose el botón del cuello de su nueva camisa azul claro. —Alisson, has estado en la escuela durante cuatro años y me estás diciendo que no dominas cómo anudarte la corbata.

...Puedo hacerlo, pero no firmemente. Seguro que tiene una forma de hacerme sentir pequeña....

Abro la boca para defenderme cuando vuelve a hablar.

—Hay tantas cosas que aún no has dominado. Trata de no derramar tu desayuno sobre otras personas, comienza por ahí.

Miro hacia abajo en silencio y él se abrocha los botones de las muñequeras y luego gira en un gesto para caminar alrededor de su auto. Al ver que estoy parada en su camino, rápidamente me muevo hacia un lado, pero él lo hace al mismo tiempo, lo que hace que me mueva en la dirección opuesta y él también lo hace.

...Sisea y rueda los ojos....

—Niña, solo ve por ese camino.

Rápidamente, me alejé del auto, y él maldijo en voz baja al instante, agarrando mi brazo rápidamente y empujándome hacia adelante. Casi tropiezo con su pecho cuando un coche pasa cerca de mi espalda, una fuerte oleada de brisa caliente hace que mi falda vuele por los aires.

La jalo hacia abajo frenéticamente con los ojos muy abiertos, y el Sr. Specter finge no ver mientras dirige su rostro en la dirección opuesta.

Es como si a mi falda le gustara avergonzarme cada vez que estoy cerca de este demonio.

Lo miro tímidamente y sus ojos todavía están colocados lejos de mí, respetuosamente, supongo. Se parece a una estatua perfecta mientras se eleva por encima de mí con facilidad. Desde este ángulo, sus labios son irrazonablemente rosados, una barba casi imperceptible bordea el superior.

Él suspira y suelta mi brazo, frotándose la frente con frustración. —Solo ve a clase, Alisson. Por favor, solo ve a clase.

Con mucho gusto, estoy más que avergonzada. Rápidamente, me alejo y me apresuro sin mirar atrás. He tenido demasiada humillación con la que lidiar entre ayer y hoy.

Capítulo 3

...ALISSON MORGAN...

—¡Ve pez! —Derek se ríe a carcajadas, feliz de que por una vez en su vida me está ganando en las cartas.

Pongo los ojos en blanco y me cuelgo la corbata desatada sobre los hombros, enrollando una pierna debajo de mí mientras elijo una sola carta de la baraja.

—¿Tienes un nueve en la mano? —El sonríe.

Escaneo mi colección de cartas que están de espaldas a él, y una sonrisa diabólica surge en la comisura de mi boca.

—No. Vamos Pez.

—¡Oh, Mierda! —Él sisea y me río en victoria mientras hace un gesto a sus cartas, pero se detiene para entrecerrar los ojos hacia mí. ¿Estás mintiendo en este momento?

—NO.

—¡Déjame ver! —Intenta agarrar mis cartas y me retuerzo, enviándole un ceño fruncido.

—¡No tengo nueves, tonto! ¡Ve pez!

—¡Espero que no estés mintiendo! —Hace una "V" con los dedos, los pone en sus ojos y luego me apunta. —Te estoy vigilando.

Me río con el diamante rojo nueve en mi mano mientras toma una carta del mazo.

—Está mintiendo, tiene un diamante nueve —Gabriella sonríe mientras casualmente pasa detrás de mí, tirando de su cabello dorado sobre sus hombros.

—Nadie te preguntó— bufó molesta, mientras ella se aleja.

—Oye, sé buena con ella. —Derek sonríe. — Sabes que me gusta.

...Finjo vómito....

No es ningún secreto que está enamorado de Gabriella Payton, toda la escuela probablemente se dé cuenta de eso a estas alturas. No estoy segura de lo que él ve en ella, pero a veces los hombres son raros cuando se trata de su elección de adoración.

Ella tiene un cuerpo anguloso y una cara de forma ovalada, con ojos color avellana. Sus calificaciones son de primer nivel, lo que la hace aparecer constantemente en el cuadro de honor todos los años. Es terriblemente engreída y entrometida, nunca pierde la oportunidad de delatar a la gente. ¿Conoces a ese niño al final de la clase que siempre tiene que recordarle al maestro sobre la tarea?. Sí, esa es ella. No le agrado mucho, y ni siquiera trata de ocultarlo.

—Alisson y Derek, es hora de clase, por favor guarden eso.

Nuestra profesora de Matemáticas Avanzadas, la Sra. Carter, entra al salón, poniendo los ojos en blanco hacia la parte posterior de su cabeza, cuando ve la pila de cartas que está sobre mi escritorio.

Derek rápidamente las junta en una pila mientras desenrollo mis piernas, arreglando mi falda a cuadros apropiadamente sobre mis muslos.

Esta es una de las clases que se suponía que debía tomar el año pasado, pero terminé abandonando según el consejo del director, y hasta ahora, estoy reprobando.

—Hoy tengo una tarea que darles. Si pasan con buena calificación, les ayudará mucho en sus informes de fin de año. Por favor, tómenlo en cuenta.

La Sra. Carter reúne una pila de papeles y se dirige a la primera fila al lado de la puerta. Ella le da los papeles al primer estudiante sentado allí y él toma uno para sí mismo y le pasa el resto a la persona que está detrás de él.

—Necesito esto para mañana — continúa, levantando su copia personal que parece ser la hoja de respuestas. —Si no aprueban los exámenes de fin de año, con suerte este trabajo de curso los ayudará a redimirse.

Escucho atentamente. Necesito sacar una buena calificación en esto, en caso de que me vaya mal en los exámenes finales de la escuela, tal vez esta tarea podría salvarme. Mi mayor problema son los exámenes. Puedo revisar apuntes y estudiar para ellos, pero en el momento en que estoy sentada enfrente de esa hoja con preguntas, todo se desvanece de mi cabeza.

—Los maestros tendrán una reunión de personal en unos minutos, así que no tendremos ninguna clase de Matemáticas hoy. Entonces, los veré con mi tarea el día de mañana. Qué tengan un lindo día.

Y con eso, da media vuelta para salir de la habitación con su única hoja en mano.

Mis ojos siguen el papel por alguna extraña razón, y el pensamiento más poco ético viene a mi mente.

¿Qué pasaría si tuviera en mis manos esa hoja de respuestas?. Fácilmente podría sacar un cien y no tendría que preocuparme por hacer mal el exámen de Matemáticas Avanzadas. Aprobaria una materia y faltarían siete más.

—Hola, Alisson.—Un fuerte empujón en mi hombro me saca de mi cabeza y giro mi rostro para ver a Alan, un chico alto que se sienta detrás de mí, empujando la copia de la tarea en mi cara.

—Toma esto.

—¿No podrías empujar el papel sucio en mi cara?Siseo y lo tomo de él, causando que Derek se ría mientras mira su hoja.

Miro el papel y la mitad parece japonés. Suspiro y presiono una mano en mi frente. Necesito aprobar esta materia; Necesito hacerlo mejor este año.

Y luego vuelve la idea inmoral, más fuerte que nunca. Roba la hoja de respuestas, Alisson. Obtendrás cien fácilmente ahí mismo.

Me muerdo el labio mientras pienso mucho en ello y Derek me mira, mira hacia otro lado y luego hace una doble toma rápida.

—¿Estás bien?. Parece que te estás comunicando mentalmente con extraterrestres.

—Estoy tratando de asegurar mi 100 en esa tarea.

Se vuelve hacia mí en su silla, apoyando un codo en el escritorio detrás de él mientras me quita el cabello de los ojos. —Entiendo... pero bueno, tenemos toda la sesión libre, ¿quieres jugar más cartas?.

Niego con la cabeza. Por eso sigo fallando, Derek es una dulce mala influencia. Sin embargo, lo amo de cualquier manera, él sabe cómo hacerme escapar de la cruel realidad que me rodea a veces.

...Sostengo su hombro dramáticamente....

—Eso no podía ser por ahora hermano. Dejémoslo para otro momento.

Se encoge de hombros mientras me pongo de pie.

—Esta bien.

—Tengo algo que necesito hacer.

Él me mira con curiosidad, sus cejas pobladas se unen. —¿Y que es eso?

—No te preocupes por eso. Sonrío mientras salgo de la clase con asertividad.

Me siento como un personaje de James Bond mientras estoy de pie en la esquina de la pared, esperando que se despeje la sala de profesores para poder entrar.

Después de que sale el último maestro, noto a Dean, el conserje, entrando a la habitación con sus artículos de limpieza. Después de un momento se va y ahora es mi turno de hacer una entrada. Afortunadamente, la sala de profesores siempre se deja abierta durante las reuniones, en caso de que un maestro necesite pasar por algo, así que entro rápidamente, cierro la puerta detrás de mí en silencio y me acerco al escritorio de la Sra. Carter.

He estado en la sala de profesores muchas veces durante mis años en Oxford High. Los profesores siempre quieren sermonearme sobre mis atroces notas. Siempre me sorprende lo desorganizado y en mal estado que puede estar el espacio de algunos profesores, con toneladas de libros apilados sobre los escritorios, cortinas demasiado lavadas que cubren las grandes ventanas oxidadas y ese extraño ventilador chirriante en el techo que puede caerse cualquier día.

El salón necesita una nueva decoración y si yo fuera un maestro aquí, lo habría dejado en el buzón de sugerencias.

Miro hacia atrás para asegurarme de que la zona esté despejada antes de agarrar la manija del cajón de su escritorio e intentar sacar la hoja de respuestas. No se mueve y hago una mueca mientras tiro con más fuerza.

...imaldita, sea!...

Al descubrir que está cerrado, me toco la frente y exploto mis mejillas de decepción. ¿Qué estaba esperando?. No habrían dejado sus documentos confidenciales al aire libre en una sala de personal no cerrada.

Golpeo mis uñas contra la mesa, pensando en un plan B, y luego una nueva oportunidad se presenta ante mí. Su pesado libro de texto de matemáticas está sobre el escritorio del que sobresalen hojas de papel. La hoja de respuestas tiene que estar entre ellos. Mi lengua sobresale por la comisura de mi boca en concentración mientras abro sigilosamente el libro grande, sonriendo cuando mis ojos ven lo que he estado buscando fervientemente, descansando bellamente en la parte superior del libro y esperándome.

Son como fuegos artificiales el 4 de julio cuando cierro los ojos, mi sonrisa es tan amplia que estoy segura de que me parezco al Guasón en este momento. Lo saco y cierro el libro, sosteniéndolo contra mi pecho y saboreando el éxito.

Sin embargo, mi breve momento de triunfo termina cuando escucho pasos débiles acercándose a la sala de profesores seguidos de una conversación indistinta.

—Mierda.—Me congelo por un segundo, mirando de izquierda a derecha en busca de una ruta de escape mientras las voces comienzan a acercarse.

—No, no, no me gustan las reuniones

—¿y tu crees que yo las disfruto?...bueno, mejor voy adentro.

—¿Qué vas a hacer?

—Probablemente duerma un poco.

—Bien.

—Sí, nos vemos, Srta. Viscuso.

Veo una pequeña puerta en la esquina más alejada de la habitación y rápidamente me apresuro, la abro y me deslizo antes de cerrarla detrás de mí. Miro a mi alrededor y pongo los ojos en blanco cuando me doy cuenta de que ahora estoy parada en el baño de hombres. El espacio es denso y compacto con solo un inodoro, un espejo manchado en la pared y un lavabo para las manos.

Suspiro y me giro hacia la puerta, poniendo un ojo en la estrecha grieta a un lado para ver quién ha entrado en la sala de profesores. Se me escapa un grito ahogado cuando noto al Sr. Specter, sentado en su escritorio y sacando su teléfono de su bolsillo. No hace falta decir que su cubículo es el más limpio de la habitación sin libros innecesarios tirados por ahí. Este hombre es un fanático de la perfección.

...Pongo los ojos en blanco....

Está sonriendo a la pantalla de su teléfono antes de tocar el mouse y dirigir su mirada a su computadora, su sonrisa todavía sigue en su lugar. ¿Qué pasa si comienza a ver porno pensando que es el único presente aquí?. Me río para mis adentros. Sería una escena bastante entretenida de ver. Presiono una palma sobre mi boca para reprimir mi risa, el pensamiento me emociona mucho más de lo que debería.

Pero mi risa rápidamente se desvanece en una línea cuando comienza a levantarse de su asiento, torciendo el cuello mientras comienza a moverse en dirección al baño.

...¡Ay, no, no, no!...

—¡Oh no, oh por favor no lo hagas!. Muevo mis piernas con pánico, acariciando desesperadamente mi cabello desordenado. —Por favor, no vengas aquí, por favor no vengas aquí, por favor no vengas aquí.

Mis oraciones son inútiles porque ahora está parado frente a la puerta del baño, tanteando la perilla con la palma de su mano. Agarro la manija desde adentro y cada vez que él la gira, yo también lo hago. Lo hace sonar y lo agarro con firmeza, impidiéndole el acceso.

Su rostro se contorsiona por la confusión cuando comienza a usar toda su fuerza varonil, y ahora soy incapaz de seguir resistiendo. Lo tira con firmeza hacia adelante y lo dejo ir y rápidamente me dejo caer sobre la tapa del inodoro, con las piernas abiertas a cada lado como si estuviera cagando en un inodoro cerrado.

El Sr. Specter se congela, mirándome con cara de asombro mientras trago con ansiedad, mirándolo rígidamente.

—¿Qué...qué estás haciendo, Alisson?

—Uh... ¿Usando el baño?

Parpadea sin palabras y yo lo miro fijamente, maullando y tirando de mi cabello dentro de mi cabeza. Entonces sus ojos se posan en las respuestas robadas en mi mano, trago saliva y las escondo detrás de mí.

—Señor Specter, ¿está todo bien? —Una voz viene desde atrás y me doy cuenta de que es uno de los profesores, el Sr. León que enseña Química. Entrecierra los ojos e intenta ver por encima del hombro del Sr. Specter.

—¿Con quién estás hablando?

Mi profesor de historia lo mira, luego me mira a mí, y yo suplico con mis ojos, sacudiendo la cabeza y diciéndole que no me delate.

Me mira por un momento, luego suspira y vuelve a mirar al Sr. León.

—A nadie. Voy a usar el baño. disculpeme —Entra y cierra la puerta detrás de él, ahora somos él y yo en el pequeño espacio y ahora estoy frente a la hebilla de su cinturón. Lo miro con ojos tímidos, la luz amarilla sobre su cabeza brilla en su mandíbula definida.

Se parece a un dios griego en este momento. Un dios griego malvado.

...Me va a delatar. Él me odia, así que lo hará....

Presiona una mano en su frente y respira hondo.

—Levántate, Alison.

...¿Está tratando de llevarme a la oficina del director? No, no me iré sin luchar....

—Lo siento, no hice nada. Realmente no lo hice. Yo no lo hice.

—Alisson , levántate.

—Sr. Specter. No puedo.

...Él entrecierra los ojos....

—¿Qué?

—Estoy usando el baño... así que no puedo levantarme—susurro, cerrando los ojos y agarrando el papel con fuerza detrás de mí.

—Escucha, no tengo todo el día. Déjate de tonterías y ponte de pie.

Sacudo la cabeza desafiante y él se pellizca el puente de la nariz con frustración.

...No me levantaré podría ser expulsada por esto....

—Señorita Morgan, si no te pones de pie ahora mismo, traeré al director aquí. Entonces, de pie. Arriba.

Mis ojos comienzan a picar cuando me muerdo el labio inferior. Me mira con seriedad y temo el resultado de mi destino, así que me pongo de pie lentamente mientras da un paso atrás para dejarme espacio. Me alejo de él, todavía sosteniendo la hoja en mis manos mientras retrocedo contra la pared.

...Se lleva las palmas a la cintura....

—Déjame ver lo que tienes en la mano.

...Yo suspiro....

—Señor Specter...

—Entregue el papel.

Muerdo mi labio y lo estiro hacia él, cubriendo mis ojos tan pronto como está en su poder.

...Estoy Condenada....

—¿Qué es esto?

...La causa de mi funeral....

—¿Alisson?

—Una hoja de respuestas —respondo en un tono ahogado, con las palmas de las manos apretadas contra mi cara.

—¿Para qué?

...¿No puede ver? ¡Matemáticas avanzadas, obviamente!...

—Háblame o haré que hables con el director en su lugar.

Retiro mis manos y empujo mi cabello hacia atrás, el agua se acumula en mis canicas vulnerables (Me refiero a mis ojos), no a otras canicas vulnerables.

—Estaba tratando de robar la hoja de respuestas para mi tarea de matemáticas. Quería hacerlo bien. Sentí que... si podia obtener 100, entonces tal vez no tendría que preocuparme por reprobar los exámenes...

No lo estoy mirando, así que no me doy cuenta de cómo es su expresión. Las lágrimas nublan mi visión y se aferran a las pestañas mientras miro las baldosas color crema, mi cuerpo tiembla de ansiedad.

—Entonces, ¿crees que robar las respuestas mejorará las cosas para ti a largo plazo?

...Niego con la cabeza....

—Respóndeme con palabras.

—No señor. Respiro, usando mi mano para secarme los ojos.

Me observa en silencio durante un rato mientras yo sollozo en silencio, tratando de secarme las lágrimas con cada excreción.

—¿Por qué estás llorando? ¿Dije que te iba a denunciar?

...Niego con la cabeza....

—No.

—Entonces, ¿por qué estás llorando?

—Sé que lo hará —me las arreglo para murmurar con voz quebradiza. —Yo sé que no le agrado.

Un espeso silencio se apodera de la atmósfera y me doy cuenta de cómo se pone de pie ante mi, antes de que llegue su respuesta.

—¿Alguna vez te he dicho que te odiaba?

—No... pero las acciones hablan más que las palabras... — susurro, enterrando mis ojos en sus brillantes zapatos, viendo el reflejo de su torso pero incapaz de distinguir su semblante facial.

El vacío silencioso regresa por un tiempo hasta que deja escapar un suspiro pesado. —Escucha, deja de llorar. No te denunciaré.

Él no responde a la parte de 'odiarme', pero trato de ignorarlo. No importa lo que él piense de mí.

Uso mi brazo para secarme los ojos y él frunce el ceño.

—NO pongas tu sucia mano en tu cara, niña. Te ayudaré con tu tarea después de la escuela.

Lo miro, y su expresión es estoica y seria mientras me mira fijamente.

—¿Me ayudará?

—Sí. Quédate después de la escuela y encuéntrame aquí en la sala de profesores. Escucha, no quiero que husmees y robes papeles nunca más, eso podría meterte en serios problemas. Mirate ahora.

Hace un gesto con el dedo y gira para abrir la puerta, mirando si la habitación está despejada antes de abrir la salida. Lo sigo detrás, limpiando las lágrimas derramadas en mi cara.

—¿Ves eso ahí arriba? —Señala un dispositivo brillante en la esquina de la pared con una luz roja parpadeando en la parte superior. Asiento con la cabeza.

—¿Eso es una cámara?

Me pongo rígida notablemente y él asiente.

—Sí, podrías haber sido atrapada y expulsada. Así que no vuelvas a hacer eso.

Asiento con la cabeza de nuevo y él mira alrededor de la habitación.

—¿Dónde se sienta la Sra. Carter?

Señalo el área en la esquina, y él se acerca, colocando la hoja en la parte superior de su escritorio. Niego con la cabeza y me acerco a él.

—No, estaba en el libro —Lo tomo y abro el libro de texto, deslizando la hoja de respuestas dentro antes de volver a cerrarlo.

El Sr. Specter me mira con asombro.—¿No eres un criminal?. Aprieto los labios en silencio, él suspira y apoya su trasero contra la mesa. —De acuerdo. Después de la escuela, si no te veo fuera de la sala de profesores a las 3 pm en punto, empacaré mis cosas y caminaré hasta el estacionamiento, me subiré a mi auto y me iré directamente a casa. No me gusta llegar tarde y pierdo la paciencia fácilmente. ¿De acuerdo?

...Asiento con la cabeza....

—Palabras. Por favor.

—Esta bien señor.

—Bueno. —Se pone derecho de nuevo. — Ahora tendré que encontrar una manera de borrar ese videoclip de usted cometiendo su crimen. Vaya a clase, estaré ahí para la clase de historia en breve.

—De acuerdo. Gracias, Sr. Specter— Sonrío un poco y me doy la vuelta para irme, una pequeña sonrisa se formo en mi rostro.

—Por cierto, ¿Señorita Morgan?—despejo la sonrisa y me vuelvo hacia él.

—¿Señor?

—Debería hacerte saber que esto no significa que ahora somos amigos, ¿de acuerdo?. No mantengo amistades con estudiantes.....Sólo quería aclarar eso.

Asiento con la cabeza comprensivamente. —Esta bien señor. Comprendo—volteo los ojos sin que me mire.

—Bueno. Qué tengas un lindo día. Él vuelve a su escritorio y se sienta mientras yo salgo de la sala de profesores con una leve sonrisa en la cara.

Para ser honesta, no estuvo tan mal hoy, en realidad mostró un poco de compasión. El Sr. Specter nunca me ha tratado de esa manera antes, se siente extraño. Fue refrescante, pero algo me dice que esta sera la única vez.

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