El Retorno de la Mariposa.

Cuando una mujer ama, ¿hasta dónde es capaz de llegar?. ¿Puede ser capaz de abandonarse a sí misma para ser el arma de la persona amada y cumplir con todos sus caprichos y deseos?. ¿Es esto amor?. Y qué pasa cuando esa ilusión se rompe en pedazos?

En las profundidades de un calabozo, dentro del palacio de descanso de la familia real... una mujer de hermosos ojos color azul y cabellos de un negro intenso como la noche, se preguntaba, ¿por qué? Sumida en sus pensamientos, las lágrimas caían de sus ojos. Su rostro lleno de golpes, labios partidos sangrando, ella estaba arrodillada, con las manos en el piso y su puño cerrado. La tierra en el calabozo parecía mojada por las lágrimas que había derramado. Seguía sin poder entender lo que pasó. ¿Cómo es que terminé así? - se preguntaba.

Sumida en sus pensamientos, de repente escuchó pasos acercándose. Se preguntaba si venían a buscarla para otra ronda de torturas. Desde que la encerraron ahí, no había pasado un día sin haber sido golpeada. Su espalda magullada por los latigazos, llena de sangre, su rostro casi desfigurado por los golpes que recibió mientras se burlaban de ella. Pero, a estas alturas, ya no sentía dolor. Ya había pasado por tanto que su cuerpo no tenía signos de poder seguir sintiendo los maltratos a los que era sometida a diario.. para ella, toda esa situación ya era como algo normal y no le afectaba.. ya no dolía tanto como las primeras veces, ya no sentía... No sabía cuánto tiempo había pasado desde que todo empezó. Todo lo que quedaba era su conciencia, y la pregunta a la que no tenía respuesta, ¿por qué?

Estaba con vida, si.. Era consciente de todo lo que le hacían, si. - Pero, ¿por qué me están haciendo esto? ¿Cuál fue mi pecado para estar ahora en esta situación?- se preguntaba, cuando escuchó que se abría la puerta de esa celda sucia dónde se encontraba tirada en el suelo. Por instinto, levantó la cabeza levemente como pudo, al ver unos finos zapatos.. y ahí estaba, el gran amor de su vida, el hombre al que le entregó todo. Una pequeña luz de esperanza se encendió al verlo.

- Has venido a salvarme. Sabía que no me ibas a dejar sola. Sácame de aquí Sebastián. No sé por qué me están haciendo todo esto.. dijo ella tratando de acercarse a él.

- Tonta e ilusa. Fué tan fácil manipularte para que hicieras todo lo que yo deseaba.. pero, ¿adivina qué? ya no me sirves y no voy a dejar hilos sueltos con el que me puedan llegar a involucrar, dijo Sebastián riéndose y con cara de asco al mirarla.

- ¿Así que fuiste tú?- Dijo riéndose de sí misma.

Al verlo, ella pensó que él había ido para rescatarla, para salvarla de ese sufrimiento por el que estaba pasando, pero no, en realidad era él quién la tenía ahí pasando por toda esa tortura.. el hombre al que ayudó con sus objetivos, mató, robó, todo para él y para que el emperador pudiera considerarlo como posible heredero al trono. Tontamente ella pensó que siempre estarían juntos. Ella lo amaba, y él solo la utilizó y traicionó cuando ya no era útil para él.

- Hice todo por tí maldito. Todo lo que deseabas. Todo porque te amaba. ¿Por qué? ¿Por qué me traicionas de esta forma? ¡No lo merezco!- gritó ella.

- ¿Amor? ¿Creíste que te amaría en algún momento? ¿Pensaste que serías mi esposa, y emperatriz cuando yo tomara el trono? Hahahaha.. solo mírate, para empezar eres fea, ni para coger sirves. Y ya que estamos, te confieso algo, todas las veces que pensaste que te acostaba conmigo, en realidad era un soldado diferente en tu cama. Por eso siempre te pedí que lo hiciéramos en la oscuridad, así no te dabas cuenta.

- Que bastardo has resultado ser, dijo ella con una media sonrisa lamentable. Levantando el rostro para mirarlo dijo, - Ojalá tu vida sea un infierno, y que pagues en vida todo lo que me hiciste..

- Mi querida mariposa, incluso si tus deseos se hacen realidad, no estarás aquí para verlo. Por cierto, ¿sabes por qué siempre te llamé Mi mariposa? Apuesto que pensaste en una hermosa mariposa todas las veces que te decía así, y tú corazón saltaba.. hahahaha.. pues, yo pensaba en el más horrible de las mariposas todas las veces que te veía y más por esa marca de nacimiento en tu cara que se asemeja a una. Bueno, basta de charlas, a lo que vine hoy a este lugar apestoso, te quería dar una noticia, tengo prometida, y adivina ¿quién es?. La bella Layla, tu hermana menor. Estoy ansioso por mi boda con ella. Además, con el apoyo de tu padre tengo casi asegurado mi lugar como príncipe heredero.

El corazón de esa dama se había roto en pedazos, al final todo fue por nada y fue vilmente utilizada.

-Pero es mi culpa, el amor me cegó y tontamente creí que haciendo todo lo que me pedía me iba a querer, pero solo eran imaginaciones mías-, pensaba ella.

- Te odio, te odio con todas las fuerzas de mi alma. Y espero que exista otra vida para cobrarte todo lo que me hiciste. Hoy te maldigo Sebastián, y juro que volveré por tí, morirás en mis manos.

Dicho esto, ella con un movimiento rápido toma la espada ligera que tenía Sebastián en la cintura y con una sonrisa tétrica, se cortó el cuello cayendo en el suelo muerta. Sus últimos pensamientos fueron de odio, tristeza y dolor. Ojalá sufras y desearía poder estar ahí para verlo..pensó antes de que todo se volviera oscuro.

- Vaya, me ahorró el trabajo. Quiero que se lleven el cuerpo sin que nadie los vea, y lo tiren en el bosque para que las bestias la devoren-.. dijo Sebastián y salió del lugar.

El cuerpo de aquella mujer fue sacada de ese lugar a escondidas. La dejaron en el bosque según las instrucciones del amo Sebastián, y tal como él lo dijo, el cuerpo de esa dama fue devorada por las bestias, pero de su sangre esparcida por el suelo se creo una mariposa que salió volando.. así es, el alma de aquella mujer que sufrió lo inimaginable se convirtió en una hermosa mariposa.

Dentro de la ciudad Esmeralda, en una gran mansión llena de lujos se encontraba una mujer hermosa, era innegable su belleza. También estaba dotada de habilidades para las artes, baile, canto e incluso tocaba varios instrumentos musicales hermosamente. Una dama de belleza exquisita y habilidades sobresalientes. Su nombre es Layla, segunda hija del primer ministro, era mimada y amada por su padre quién siempre se sentía orgulloso de ella. En ese momento, en esa inmensa mansión llena de lujos, se estaba festejando el compromiso recién acordado con el tercer príncipe. A nadie le importaba la ausencia de la hija mayor de la mansión.

El primer ministro tenía dos hijas, la mayor Elyana es la hija de la primera esposa de éste. Nació con una marca en el rostro, y a raíz de esto, fue marginada por su propio padre y familia. Su madre quién la amó verdaderamente, murió cuando Elyana tenía 7 años y desde entonces esa pequeña niña jamás volvió a ser la misma. A los 2 meses de la muerte de su esposa, el primer ministro trajo a su mansión a la que ahora es la esposa y madre de Layla. Se casó con esa mujer cuyo nombre es Marian, y a los 9 meses nació Layla que ocupó toda la atención.

Elyana fue confinada a una pequeña casa en el fondo de la mansión, sin nadie que la pudiera ayudar o servir. Recibía comida una vez al día, y eran sobras que quedaban en la mansión principal. Así creció sola, prácticamente nadie sabía de su existencia en el exterior, hasta que un día, cuando tenía 13 años, conoció al tercer príncipe Sebastián. Quién pareció interesada en ella, y la visitaba a escondidas para charlar, siempre llevando comida para ella. Elyana, que nunca tuvo la atención de nadie, se sintió profundamente conmovida y deslumbrada por ese hombre y se prometió a sí misma seguir a Sebastián y ayudarlo siempre.

Así surgió la relación entre Sebastián y Elyana, pero él le pedía mantener todo en secreto, que para poder sacarla de ahí, y poder amarse libremente, su posición de tercer príncipe no era suficiente por no tener el favor de su padre. Ingenuamente Elyana se ofreció a ayudarle.. fue así que Sebastián le propuso entrenarla para que sea fuerte, a los 15 años Elyana había abandonado la casita donde vivía, pero nadie se percató o le importó eso ya que para los miembros de esa familia y la mansión Elyana solo era basura que el primer ministro abandonó porque no le servía.

El príncipe Sebastián había llevado a Elyana fuera de la ciudad, en una montaña dónde él tenía gente que le servía en secreto, todos eran asesinos entrenados.. Y ahí estaba ella ahora, Elyana que se propuso ser la mejor para ayudar a su amado. Ya habían pasado varios años, Elyana tenía 18 años y estaba lista para las misiones que el príncipe Sebastián pudiera encargarle. Elyana estaba feliz, tenía que hacer todo bien, así podrían estar juntos pronto.

En ese momento ella no sabía cuán equivocada estaba. Solo fue engañada, utilizada y desechada. Con el primer ministro de su lado al comprometerse con la hija de éste, para Sebastián Elyana pasó a ser un estorbo que debía ser eliminado para evitar problemas en el futuro. Y así fue que planeó eliminarla.

Todo estaba claro ahora, aquella mariposa nacida de la sangre de Elyana volaba sin rumbo fijo bajo la intensa lluvia que había caído. Siguió su camino entre las nubes, hasta que tomó una dirección donde parecía que había algo llamándola. Entró en una habitación lujosa, dónde yacía una joven inconsciente, se posó en el pecho de ésta, y desapareció. Ésta joven en sus sueños veía imágenes de aquella chica marginada, eran como recuerdos.

De repente se vio a sí misma frente a aquella mujer. La dama que yacía inconsciente en la cama había sido envenenada por su prima, a la cuál consideraba y trataba como una hermana. Sólo después de beber aquella taza de té es que pudo ver los verdaderos colores de su prima, porque antes de caer inconsciente su prima le dijo; yo merezco todo lo que tienes, incluso el príncipe Nicolás. Contigo muerta, yo seré quién tome ese lugar de prometida. Lo último que vio fue la sonrisa burlona de aquella mujer que ella consideraba hermana.

Ambas mujeres estaban frente a frente mirándose hasta que Elyana preguntó; ¿quién eres tú? La hermosa dama le sonrió y dijo; soy la hija del gran general del imperio, mi nombre es Elizabeth. Estoy muerta, ya no puedo regresar. Pero tú sí puedes, por eso, quiero darte la oportunidad de que tomes mi lugar. Tendrás mis recuerdos y sabrás cómo terminé así. Solo te pido dos cosas, una es venganza y la otra, que cuides de mi padre. Así, aquella hermosa mujer desapareció y en ese mismo instante Elyana, ahora Elizabeth abrió los ojos.

Un poco aturdida, mirando el techo de aquella habitación, todas las imágenes de vida de la antigua Elizabeth pasaba por su cabeza, hasta que finalmente dijo;

- Así que fuiste tú, te trató como a su amada hermana y la traicionaste. Traición, algo que tenemos en común Elizabeth, quizás por eso el destino nos dió ésta oportunidad, para tener nuestra venganza. No te preocupes, tendrás tu venganza para que puedas descansar en paz. Y gracias por darme la oportunidad de buscar mi venganza también.

Dicho esto, se tocó el rostro, y miró alrededor. Una hermosa habitación. En ese momento escuchó ruidos afuera, abriéndose la puerta vio a un hombre de aspecto elegante, pero lucía poderoso. Tenía sus años pero se veía bien, muy bien para la edad que tenía porque gracias a los recuerdos de Elizabeth, pudo darse cuenta que aquel hombre majestuoso era su ahora padre.

Los que estaban con él parecían asustados al verla despierta, claro, ya me habían dado por muerta.. pensó ella. Aquel hombre corriendo llegó donde ella estaba.

- Hija mía, estás bien .. estás despierta .. cuando me dijeron que estabas muriendo mi corazón casi deja de latir. Por favor no asustes a papá así de nuevo.. le dijo, acariciando la cabeza y rostro de su amada hija, para luego dirigirse a los que estaban presente.

- ¡¡Todos son unos ineptos!! Gritó. Que alguien vaya a buscar un médico y no quiero al que dijo que mi hija estaba muerta, busquen otro. Porque de ese, que le deseo la muerte a mi hija con su diagnóstico, me ocuparé personalmente.

Habían pasado ya 2 semanas desde que despertó en la mansión del gran general como Elizabeth. Fueron días en los que su padre la obligó a descansar. Para ella, era extraño porque en su vida pasada no supo lo que era tener un padre. Ella había crecido sin madre, y con un padre que la despreciaba. Sumado a todo eso, tenía una hermana y madrastra que solo la buscaban para burlarse de ella o peor aún maltratarla.

Sentada en un pequeño kiosco en medio de un jardín, miraba detenidamente un pequeño lago artificial cubierto que tenía flores de lotos floreciendo.. Estaba perdida en sus pensamientos.

- ¿Qué tan doloroso es que un corazón sea pisoteado hasta no quedar ni un solo trozo de ella?- Se preguntó y agregó, -y por la persona que más se ama-... Elyana, ahora Elizabeth alzó su mirada para ver el cielo azul suspirando profundamente. Levantó una mano como un intento de alcanzar ese hermoso cielo azul, y luego se respondió a sí misma;

-se siente como miles de agujas perforando tu cuerpo, calando para llegar a los huesos. Así como cuando el hermoso paisaje de los duraznos en flor, de un momento a otro se volvieran solo ramas sin hojas, sin flor y dónde una mariposa no tiene lugar y desaparece-. Al decir eso sonrió pensando en ello.

-una mariposa, su mariposa.

En ese momento se puso de pie y extendió la mano, varias mariposas doradas aparecieron a posarse en ella y revoloteaban a su alrededor.

- Sebastián, no te dejaré en paz. Primero caerás en desgracia, serás torturado hasta la locura, y luego morirás. Lo que yo sufrí, lo sufrirás el doble.

En ese momento llegó su padre, logrando ver aquellas mariposas doradas alrededor de su hija. Ver esa imagen le recordaba a su hermosa y amada difunta esposa. Hasta ese momento no sabía que su hija había heredado la magia de su madre. Sorprendido le pregunta, -¿desde cuándo lo tienes?. En ese momento encontró entre las memorias de Elizabeth que ésta no usaba su magia, y nunca la dió a conocer para que su padre no sufriera aún más extrañando a la mujer que tanto amó. Por lo que decidió responder con sinceridad;

- Siempre lo tuve padre. Es solo que me daba miedo generar un sentimiento de tristeza en tí, haciendo que recuerdes a mamá.Ella tenía esta magia y yo la heredé, aunque debo admitir que no sé cómo hacer uso de ella-. dijo Elizabeth con un puchero y el rostro algo avergonzado.

- Hija mía, mi Eli, yo siempre voy a extrañar a tu madre, amo cada recuerdo de ella y eres lo más preciado que me dejó. Que hayas heredado esa magia dorada, no hará que la extrañe más o que te quiera menos-. Dicho eso, abraza a su hija. -Pero tengo curiosidad sobre algo, ¿por qué mariposas?- preguntó su padre mientras la abrazaba.

-porque son libres y hermosas... Aunque frágiles, y me recuerdan a una amiga - respondió ella.

En los brazos de aquel hombre que ahora era su padre, Elizabeth se sentía feliz y pensó para sí misma (Elizabeth cuidaré de nuestro padre siempre). Abrazó fuerte a su padre.

Luego de unos minutos, él le comentó que su prima quería ir de visita, ya que estaba preocupada por ella. Elizabeth pensó por un momento (no es conveniente verla en este momento, necesito un poco más de tiempo para acostumbrarme a todo esto y planear una forma de vengarme de ella en nombre de la verdadera Elizabeth)... Luego de pensar un poco más, le respondió a su padre;

-Padre, si es posible no quiero ver a nadie. Recién me recuperé y quiero descansar. Pídele que no venga por ahora. Además, quiero pedirte una cosa, quiero que me enseñes todo sobre la magia de mi madre quiero aprender a usarla, y cuando tenga un poco más de fuerza, quiero entrenar contigo, después de todo soy la hija del gran General de este imperio y quiero traerle honor a mi padre y a nuestra casa-. Habló ella con un rostro serio...

Porque si bien ella tiene el entrenamiento de su vida anterior, es solo en forma de conocimientos, ya que el cuerpo actual no tiene ningun entrenamiento y es realmente frágil.

-Muchas veces quise que aprendieras y te negaste, ¿qué te hizo cambiar de parecer ahora?- Preguntó el general de forma cautelosa mientras acariciaba la cabeza de su hija.

- Sé que me negué antes, pero estar tan cerca de la muerte me hizo recapacitar. Casi muero por un envenenamiento, y en el futuro quizás intenten matarme atacando directamente. Por eso quiero estar preparada. Por favor padre, ésta hija suya, le está pidiendo su ayuda- dijo esto último con una pequeña inclinación.

-Me enorgulleces hija mía, por supuesto que te enseñaré todo. Eres mi hija, y ciertamente como la hija de gran general debes ser la mejor. Mandaré a avisar que no te recuperaste aún, y no recibirás visitas hasta nuevo aviso. Aprovecharemos tu encierro para empezar a entrenar magia desde mañana. Lo básico porque no quiero que te esfuerces demasiado. Aún estás débil- terminó diciendo el gran general.

-¡Padre es el mejor!-. Dijo Elizabeth para abrazarlo nuevamente.

Esa misma tarde en la mansión del hermano del gran general, una chica recibía la noticia de que la señorita Elizabeth había sufrido un atentado y no se había recuperado, por lo que no recibiría visitas, puesto que su estado era un poco delicado.

- Me preocupaba que pudiera sospechar, quizás no llegó a escuchar lo que le dije cuando se estaba desmayando. De todos modos está delicado. Ya encontraré una manera para que muera de una buena vez- dijo aquella chica con un rostro sonriente.

Ella era Estefani, la prima de Elizabeth, siempre envidió todo lo que su prima tenía, su padre, su riqueza, su belleza y sobre todo su prometido. Ese odio por su prima fue y es alimentado diariamente por su madre Alicia, ya que en un principio ella deseaba ser la esposa del gran general pero este nunca le dió una mirada ya que estaba perdidamente enamorado de la madre Elizabeth que en ese entonces era solo su prometida.

Alicia, en un intento por quedarse con el general trató de acostarse con él usando afrodisíaco y entrando a su habitación, pero para su desgracia la doncella a la que le había pagado se equivocó, y terminó en la cama con el hermano del general. Razón por la cuál tuvieron que casarse. Esa noche quedó embarazada de Estefani, su marido nunca la volvió a tocar porque la culpaba de su infelicidad. Además, en ese entonces él tenía un amor no correspondido por la prometida de su hermano. Y por culpa de Alicia, ni siquiera tuvo la oportunidad de por lo menos tratar de conquistarla.

Recordando todo esto que su madre le había contado tantas veces, solo hizo que creciera su odio por Elizabeth, se levantó y empezó a tirar cosas al azar.

- Maldita, yo tenía que haber sido la hija del general. Por culpa de tu estúpida madre y también tuya es que tengo esta vida miserable dentro de una familia infeliz.. dijo para seguir tirando cosas.

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Nota: si alguien puede describirme el dolor de un amor no correspondido o una traición, lo agradecería. Tengo mucha curiosidad por saber si los sentimientos o el dolor son similares o si varían en cada una de nosotras.. Pueden hacerlo en los comentarios.. 🙈🙏