El señor Igor y la señora Olivia son un hermoso matrimonio regido por el amor y el respeto, ellos son mis padres y yo quiero que algún día pueda encontrar un amor tan lindo como el de ellos, que pueda amarme con la misma intensidad del sol cuando ilumina nuestras mañanas.
Desde pequeña siempre he tenido problemas con mi peso y siempre ha sido un obstáculo para relacionarme bien con los demás, ya que siempre fui blanco de las burlas y críticas, por mi cuerpo, sé que la sociedad te señalará por no encajar en el estereotipo que te muestran las revistas y la televisión, pero eso no le llegaba a entender una niña de tan solo ocho años quien quería hacer solo amigos.
Pero solamente recibía insultos de niños mimados y engreídos que se sentían superiores a los demás, siempre llegaba con mis lágrimas a casa por como me trataban, mi madre siempre me consolaba y papá se la vivía en la escuela reclamando y exigiendo respeto, me cambiaron más de dos veces de escuela, pero siempre era el mismo resultado.
Mis padres se la vivían preocupados por mí, por mi salud mental pero también por mi autoestima que en ese entonces estaba más que por los suelos y la verdad ya no quería ser una carga, así que cuando inicie en la secundaria, pasara lo que pasara no les diría nada a mis padres, había ocasiones que me quedaba mas de una hora en el parque a llorar y cuando me lograba calmar, seguía mi camino hasta llegar a mi casa.
Así pase los años, guardando silencio y sufriendo yo sola, a estas alturas no diría nada porque las preocupaciones de mis papás eran gigantescas, ya que el trabajo escaseaba así que decidí trabajar para ayudar a mi papá, pero también para mantener mi mente ocupada y dejar de pensar en los maltratos y prejuicios de la gente hacia mi.
Al entrar a la prepa, disminuyó considerablemente, no lo sé, pero daba gracias a Dios, que al menos estos años podría estudiar tranquila y así fue, tanto así que pude tener una linda amistad con tres compañeros, ellos fueron como mis hermanos y protectores.
Pero al terminar ellos se fueron a otras ciudades para iniciar en la universidad y a mi solo me quedaba seguir trabajando en la cafeteria, por qué de una carrera ni pensar, eran muy costosa y pues dinero era lo que menos teníamos en ese entonces.
Uno de tantos días como cualquier otro estando trabajando, al llegar a mi casa papá me dijo que escogiera la carrera que más me llamara la atención, que tenía el dinero suficiente para costearla, me pareció más que extraño y solo me negué, ese dinero era de él y no era justo que lo invirtiera en mí.
Pero mi madre toda una semana, día, tarde y noche solamente me repetía que era para mi futuro, y tanto mi padre como ella harían cualquier sacrificio para poder tener una carrera y tener un mejor trabajo y termine aceptando.
Y mi meta sería terminar mi carrera, demostrarme a mí que podía y a mis padres decirles que su dinero no fue en balde, ellos estaban más que felices por mi decisión, fuimos a inscribirme, al entrar a las instalaciones me quedé más que perpleja y con entusiasmo de iniciar en la facultad.
Inicie con la carrera en finanzas, me gustaban los números, eran mi pasión y esta carrera era más que mi alma gemela, cada día estudiaba con entusiasmo avanzaron los meses Hasta convertirse en años y al fin pude graduarme en finanzas.
Y de las burlas ya jamás volvieron a ser parte de mí, ya mi mentalidad habia madurado y era más fuerte, mi amor propio era gigantesco, mi madre me enseñó que tengo que amarme a mi, que la gente siempre verá los defectos físicos de las personas, pero ese motivo nunca debe ser piedra de tropiezo de uno, mientras uno se ame tal cual lo creo Dios, no habrá nada, ni nadie que te lastime.
Así que si lleganban a criticar, por mi cuerpo, la manera que me vestía solo le daba las gracias a quien fuera, por qué solo habia un motivo muy grande para qué me voltearan ver y es que era importante para ellos.
En verdad me sorprendo, pero me siento muy orgullosa de mí, le dare las gracias a mi mamá sin descanso, porque por ella soy lo que soy yo ahora, una mujer fuerte, que no se deja de nadie y seguiré adelante por mis padres y por mí.
ISABELLA WALKER ABBEY
..hola aquí de nuevo con una novela más, espero que sea de su agrado, bendiciones y mil gracias por seguirme apoyando...
Después de haber recibido mi título, comencé a hacer un montón de solicitudes para comenzar a dejarlas en las empresas donde hay vacantes, antes de irme a recorrer las calles desayune junto a mi madre, tome mi mochila y salí.
Camine largas distancias dejando una a una las solicitudes en los grandes y pequeñas empresas, me recibían más que amables y con la esperanza que me llegarán a hablar.
Así estuve más de dos semanas sin descanso, intentando por todos lados encontrar algo, me decían que llamarían pero al final nunca lo hacían, ya que soy recién egresada de la facultad y creo que será un poco más difícil, pero no dejaré que eso apagué mi optimismo.
Pero de tanto, comenzaba a desesperarme y haciéndome a la idea que todo el esfuerzo que hizo mi padre por darme una carrera creo que no valió la pena, pero como en todo cielo gris, siempre podrá verse una luz por más mínima que sea y ese era mi caso.
Porque después de casi más de un mes por fin me habían hablado de cuatro empresas pactando la hora de la cita, serian en distintos días y solo espero que en alguna de ellas logre quedarme.
Los días pasaron con estrés más de lo normal, iba camino a mi primera entrevista, con los nervios al máximo, llegué me indicaron donde sería la entrevista, espere el tiempo pertinente y cuando era mi turno, me hicieron varias preguntas pero en su rostro se veía que yo no les convencía, y de igual manera al terminar solo llamarían a la que se quedaría con el puesto a la semana siguiente.
Y así se llegó el siguiente día llegando a mi segunda entrevista, donde me hicieron un montón de preguntas, parecía más un interrogatorio que una entrevista, pero al terminar solo me dijeron que por no tener experiencia, yo no sería la adecuada para el puesto dándome solo las gracias.
Al salir solo camine por las calles, un poco decepcionada y un poco enfadada por la situación pensando del cómo quieren que tenga experiencia si no me dan la oportunidad.
Llegue a casa sin ganas de nada, me fui a mi habitación a acostarme no quería saber nada por el momento, un toque insistente en la puerta me hizo despertar y era mi madre entrando con una bandeja en sus manos.
- hija, tienes que cenar, nena ¿que sucede?- suspiro mientras me siento.
- solo que no sé, si encuentre trabajo, los esfuerzos de papá, no rinden frutos- niega con una linda sonrisa, poniendo la bandeja en mis piernas.
- hija para que algo rinda frutos, tienes que haber esfuerzo, dedicación y mucho entusiasmo, esto que te pasa nena, tómalo como si fuera una planta, la tienes que regar a diario para que en unos meses crezca más, florezca y te muestre su belleza, pero ten en claro que detrás de toda grandeza y belleza, está la dedicación, el esfuerzo y el amor por tu trabajo- me abraza besando mi frente- así que regaras tu planta las veces que sean necesarias y verás que muy pronto te dará los frutos que tu tanto esperas, pero nunca te olvides que nosotros estamos muy orgullosos de ti mi amor.
- gracias mamá, tú siempre tienes las palabras exactas para levantarme el ánimo, te amo- ella asiente, mientras comienzo a comer.
Cuando termine, mi madre se fue y yo me dispuse a bañarme y arreglar lo que necesitaba para mañana en mi última entrevista por que la otra cita solo llamaron para cancelarla, ahora con lo que me dijo mi mamá no me rendiré hasta conseguirlo....
Al terminar de cambiarme vi la hora y era más que tarde, salí literalmente corriendo a tomar un taxi para que me llevara a la empresa Lamprou S.A., al llegar camine a recepción dándome un gafete de visitante, subí al ascensor mis nervios de nuevo estaban presentes y más con la eternidad en subir hasta el último piso.
Al abrirse las puertas estaban otras chicas a la espera, di mi nombre y mi documentación, en sí solo sería que me gradué con honores de la facultad los minutos pasaban y cada vez éramos menos.
Hasta que escuché mi nombre, la chica muy amable me llevó a donde sería la entrevista, al entrar no había nadie, mientras me senté en la silla frente al gran escritorio.
Pasaban los minutos hasta que escuché abrirse la puerta junto a una voz grave, dirigirse a mí.
- una gran disculpa por hacerla esperar- lo vi hasta que se sentó en el escritorio frente a mí.- generalmente está entrevista la haría el ceo de la empresa, pero tenía una reunión así que la haré yo, me presento soy Izan Lennox el vicepresidente, ahora veamos tu hoja de vida- asentí solo viéndolo leer la carpeta que anteriormente le había entregado a la chica.
La oficina era un total silencio, incómodo y muy nervioso, mientras lo veía hojear las pocas hojas que contenía mi carpeta, carraspeo fijando su vista en mí, extendiendo su mano.
- disculpa por ser descortés- solo sonreí mientras estrechaba su mano- señorita Walker verdad.
- si, Isabella Walker-solo asintió, volviendo a leer.
- bueno, señorita por lo que e leído, su historial académico es grandioso e impecable, sé que su gran obstáculo es el no tener la experiencia necesaria para tal puesto- al escucharlo decir eso solo esperaba la negativa- no se sienta nerviosa, en esta empresa nos caracterizamos en darle la oportunidad a las nuevas generaciones, tanto para que progresen y ganen experiencia, así que bienvenida señorita Isabella Walker.
- gracias de verdad, no se arrepentirá- él niega con una pequeña sonrisa.
- sé que no, permítame un segundo ya regreso- asentí más que feliz por la gran noticia.
Y así como lo dijo regreso con unos papeles poniéndolos frente a mí junto a una pluma.
- este es el contrato que tiene que firmar pero antes léalo con detenimiento y si está conforme, aquí firmara- asentí tomando los documentos.
Comencé a leer y todo está bien, vacaciones, prestaciones, seguro, y un buen sueldo así que tome la pluma dejando plasmada mi firma, el señor Lennox volvió a estrechar mi mano.
- bienvenida a la empresa, mi secretaria la llevará a recursos para los papeleos que faltan, el lunes inicia en nuestras instalaciones- asentí saliendo de la oficina.
Me llevaron a recursos tardando un buen rato en aquel lugar, me dieron mi gafete, unos uniformes y me fui más que feliz, quería llegar ya a casa y decirle que e conseguido trabajo en una de las mejores empresas de Estados Unidos.
Al llegar abracé a mi madre, gritando de felicidad, solo me veía sin comprender así que le mostré mi gafete y me abrazo fuertemente.
- vez nena, yo sabía que lo conseguirías- asentí, caminando hacia mi padre.
Felicitándome y deseándome lo mejor para cuando inicie en el trabajo.
ISABELLA.
Ya estaba a solo horas de ir a mi trabajo, aliste mi uniforme, puse el reloj hasta irme a dormir, tenía que descansar, ya que mañana me levantaría muy temprano para que no se me fuera a hacer tarde.
Al sonar la alarma me levante con mucha energía, me di una ducha relajante, al salir me cambie, me maquille hasta ponerme perfume, salí para prepararme algo pero mi madre ya estaba esperándome con el desayuno.
- hola mamá, ¿que haces despierta?- me sonríe mientras me sirve.
- quería darte de desayunar y también para desearte suerte en tu primer día hija- asentí sentándome.
Comencé a desayunar mientras platicaba con mi madre, pasó el tiempo percatándome que ya se estaba haciendo tarde y no pretendía llegar tarde en mi primer día.
- madre ya me voy, nos vemos por la tarde- asintió, abrazándome.
- que te vaya bien, que sea maravilloso tu primer día- le di un beso en la mejilla antes de abrir la puerta.
- gracias ma, adiós- y salí de la casa.
El camino se hizo muy corto, al entrar en recepción pregunté el área de contaduría, y me fui directo, estaba un poco confuso del cómo llegar, pero lo logré presentándome con el encargado.
Me llevo a mi escritorio en una pequeña oficina, me mostró la red de la empresa, y los documentos en cada archivero con su clasificación, se fue el encargado que no me dio ni su nombre y solo pasaron algunos minutos entro por esa puerta una chica, bajita muy delgada pero demasiado sonriente.
Y en ese día ella me ayudaría a empaparme sobre la empresa y lo derivado, mi primer día se fue tan rápido, porque cada cosa, tema y documento era más que interesante para mí, era la hora de salida despidindome de Aurora.
Al estar esperando el taxi vi a un hombre muy bien vestido salir abordando una camioneta, después de distraerme me subí al auto hasta llegar a casa, siendo recibida como siempre, con mucho amor y alegría.
Cene y me fui a mi habitación, estas zapatillas literal me estaban matando.
Y así fueron transcurriendo los días hasta ser semanas, en un ambiente más que neutral, donde cada quien se dedicaba a su trabajo, sin mirar a nadie y mucho menos hacer chismes o críticas.
Con mis primeros sueldos ayudé a papá y mi objetivo era que dejara de trabajar, se veía más que cansado por ese horrendo trabajo, esperaría un poco más y le diría a papá que sería momento de solo estar al lado de mi mamá...
Los meses pasaban cumpliendo ya seis meses en esta empresa, el trabajo cada vez era mayor...
Hoy al terminar mi jornada por fin le diría a papá, así que al salir antes de ir a casa, compre cena y me fui.
Al llegar, llevé a mis padres al comedor para cenar, mientras comíamos mi padre tenía esa misma cara de preocupación de hace bastantes meses atrás, y sin más tenía la curiosidad del porqué de su semblante.
- papá ¿sucede algo?- él niega pero sé que algo pasa- dime papá, ¿que pasa?.
- todo está bien hija, no tienes por qué preocuparte - niego tomando su mano.
- bueno papá, e estado esperando este tiempo para decirte que, ya no quiero que trabajes- se sorprende igual que mi madre.
- pero hija, no quiero ser..- lo interrumpo.
- nunca lo serían, me pagan muy bien y yo lo único que quiero es que estés con mamá- lo veo dudoso- papá, por favor tú ya estás muy cansado y es el momento que yo te ayude ¿no crees?
- está bien hija solo que..- se calla hasta que vuelve a hablar.- no sé si pueda, ya que en la fábrica aún no termino de pagar una pequeña deuda.
- ¿de cuánto papa?- niega.- bueno, no me digas solo yo me haré cargo, el dinero que les daré, puedes comenzar a dar abonos de esa deuda.- asiente mi padre pero aún está su semblante extraño.
- gracias hija- dice mi mamá, abrazando a papá.
Me despido de ellos y me voy a mi habitación para organizar lo de mañana.
Siguieron avanzando los días, por fin mi padre ya estaba en casa junto a mi madre y cada que llegaba me recibía más que feliz.
Eso era mi propósito tener a mis padres descansando mientras yo trabajo para devolverles lo que han echo por mí.
No volvimos a tocar el tema de la deuda dichosa, solo espero que la cantidad que sea muy pronto la termine de pagar.
Los días avanzaron y estábamos preparando el informe para la junta anual con todos los accionistas y el ceo, que a pesar de que todo lo que tengo aquí nunca lo e conocido, solo por comentarios de Aurora, que es un Adonis, alto, musculoso muy atractivo pero con un carácter demasiado difícil de manejar, dice que es el sueño o pesadilla de cualquier mujer.
La verdad no lo sé, solo estoy nerviosa porque yo seré la encargada de explicar sobre el informe, ya que el ceo no tiene asistente o algo así, y Zac dijo que yo era la persona ideal para dar el resumen y explicar sobre las finanzas de la empresa.
Estoy a escasos minutos de que inicie la junta tan esperada para otros y martirio para mí, ya que me tenía que llevar trabajo a la casa para terminar el informe a tiempo.
Se abren las puertas y me llevan a la sala de juntas donde veo al vicepresidente, se acerca a saludarme y característico de él, más que sonriente y amable.
- hola, señorita Walker ¿cómo vamos?, ¿le gusta el trabajo?- asentí, iba a responder cuando una voz demasiado fuerte, hablo para iniciar la junta.
Me senté junto al señor Izan, escuchando el discurso del CEO, al verlo no niego que es muy atractivo y demasiado sexi, pero ¿ser sueño de las mujeres?, no sé cuáles pero al menos mío no, después de divagar en mi mente escuché su voz hablarme para qué iniciará.
Y me levante más que asustada y nerviosa, mientras entregaba las carpetas camine al frente respire profundo poniendo en marcha mi explicación, de cada punto, entrada y salida de dinero, y un análisis a futuro.
Termine más que satisfecha y los accionistas estaban más que contentos igual que el vicepresidente y el CEO pues tenía su rostro más que indescifrable, sin dejar de verme, cuando finalizó la junta solo me fui a mi área para seguir trabajando y contarle el cómo me fue a mi amiga.
Seguían avanzando los días, con menos trabajo gracias a Dios parecía que el agua volvería a su cause después de una locura en las oficinas.
▪️▪️▪️▪️▪️▪️
ZEUS.
Al verla con su uniforme ajustado tomando mi pedido se veía tan sexi a pesar de su voluptuoso cuerpo, sus ojos, su cabello, su rostro, sus labios, toda ella era más que hermosa, era una pequeña muñequita de porcelana.
No sabía que pedir, ya que era la primera vez que venía a esta cafetería, me quedé viéndola más de la cuenta y creo que ella sé incómodo, así que solo termine pidiendo café americano, cuando me lo trajo no volvió a verme solo dejó las cosas y se fue.
Hice todo lo posible para quedarme solo para verla, pero una llamada me haría regresar a la empresa, de nuevo mi asistente, antes de irme solo dejé el dinero en la mesa, ya que ella no volvió.
Al salir todo el camino la traía en mi mente, era la primera vez que una mujer no se derretía ante mí o se me insinuaba y creo que eso me hacía tener atracción por ella, la verdad no lo sé.
Cuando llegue a mi oficina era más que un caos, mi secretaria se peleaba con mi asistente, me frote las sienes y las separé para saber que sucedía.
- señoritas pueden explicarme, ¿que es este espectáculo?- mi asistente me sonrió acercándose a mí.
- Zeus, tu secretaria no quiere darme la dirección de tu apartamento- la veo más que extrañada.
- y ¿cómo para qué necesitas esos datos?- la noto nerviosa, cuando mi secretaria habla.
- lo siento señor Lamprou, solo hago mi trabajo de seguir al pie de la letra sus órdenes- asentí haciéndole señas para que regresara a su puesto.
Tome del brazo a mi asistente llevándola hasta mi oficina donde al cerrar quería besarme, la separé de mí, más que fastidiado.
- solo te diré una cosa, no porque tuvimos sexo, quiere decir que tengas el derecho de ser altanera con los trabajadores y querer pretender algo que jamás serás, con este incidente a sido tu cuarto reporte más de lo que la empresa tolera, así que estás despedida, en recursos está tu liquidación y tu hoja de despido.- abro la puerta y sale más que furiosa.
- te arrepentirás Zeus Lamprou- sale por todo el pasillo gritando.
Los días siguientes fueron más que tortura no encontrar una asistente adecuada, los meses pasaron entre ir y venir de asistentes incompetentes.
Y a pesar del tiempo la imagen de aquella hermosa mesera no la puedo sacar de mi mente, visite a diario esa cafetería pero no la volví a ver, le pregunte al dueño y solo me dijo que había renunciado, le pedí su nombre pero por políticas no me lo podía decir.
Así que sin éxito seguí trabajando bajo estrés por no saber nada de aquella mujer fantasma y con el puesto aún vacante de asistente, ya que las que llegaban a la semana o máximo dos semanas se iban, yo las despedía o no aguantaban mi paso y terminaban huyendo.
Hoy sería el informe anual de la empresa y de finanzas, así que ese lo deje a cargo de esa área, ya que no tenía una asistente para que me ayudara, estaba sentado en mi silla viendo al techo cuando entró mi secretaria.
- señor Lamprou, la junta está por comenzar y los accionistas están a la espera- asentí tomando mi saco, y unas carpetas.
- ¿Zac ya está en la sala?- ella negó mientras salíamos de mi oficina.
- no señor, pero mando a Isabella en su lugar- asentí más que irritado, solo espero que no lo estropee.
Al entrar a la sala hable fuerte porque todos estaban platicando, pase las carpetas dando inicio a la reunión, explique cada tema que contenía la carpeta al finalizar, le cedí el turno a Isabella, que para este momento no me había fijado como era ella.
La vi entregar las carpetas y al dejarme la mía, mis fosas nasales pudieron oler un sutil aroma del que recuerdo bastante bien, al escucharla de inmediato mi vista la busco y era ella, la misma hermosa mujer de la que busque por demasiados meses.
No salía de mi asombro, estaba trabajando para mí y yo nunca me di cuenta, ¡por Dios!, me quedé más que anonadado en la manera tan segura de llevar a cabo el trabajo de Zac, definitivamente, si ya la encontré no la alejaría.
Haré cualquier cosa para tenerla cerca de mí, cuando termino la junta no me dio tiempo de poder hablar con ella así que el único que podría decirme es Izan.
Me levanté tomándolo del brazo hasta llevarlo a mi oficina, él me veía más que extrañado por mi comportamiento.
- ¡hey!, ¿que te sucede?, Zeus, ¿te sientes bien?- asentí sus estúpidas preguntas.
- si estoy bien, ella, Isabella, ¿desde cuándo trabaja aquí?- se sienta, desabrochado su saco y yo estoy que lo mato porque no me contesta.
- ¿ella?- asentí y lo vi reír- desde hace un año, ella es la última que tú ya no quisiste entrevistar ¿te acuerdas?, pero ¿por qué tu pregunta?, ¿la conoces?
- conocerla no, ella es la que te platique, la del café- asiente acordándose de nuestra plática.
-mmm, ¿y? - me siento frente a él dándole un vaso de whisky.
- que ya sé quien será mi asistente- me ve confundido- no me veas así, ella es la ideal para este puesto.
- y ¿para tenerla cerca?- asentí y él solo niega, se levanta y antes de salir vuelve a hablarme.
- solo espero que no juegues, y no hagas esa cara sabes de que hablo- asentí restando importancia a su comentario.
Solamente espero que ella pueda fijarse en mí, así como yo aún no puedo olvidarla después de muchos meses sin tener razón de ella de Isabela Walker.
ZEUS LAMPROU.
IZAN LENNOX
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