Nota de la Autora:

Todos en la vida, nos hemos topado alguna vez con ellas y ellos, ya sean hombres o travestis.

En su vida, el doloroso recorrido que han llevado, en muchos casos, son porqutodos en la vida nos hemos topado alguna vez con ellas y ellos ya sean hombres o travestis en su vida el doloroso recorrido que han llevado en muchos casos son porque así lo han querido pero en esta historia la otra parte las de los que nunca quisieron ser una o prostituta o prostituto e así lo han querido. Pero en esta historia trato la otra parte, la de los que nunca quisieron ser una o un, prostituto o prostituta.

Dedicado a todas las víctimas de Tratas de personas

A las mujeres y hombres que ejercen la prostitución

Ya sea por propia voluntad u obligados

Esta historia es para ellos.

...NO SE OLVIDEN DE LAS VÍCTIMAS DE LA TRATA....

...«CUANDO NO HAY CLIENTES, NO HAY TRATA»...

Sinopsis:

Puta, golfa, meretriz, gato, ramera, cortesana, buscona, fulana, furcia, etc. Mil formas más y en cualquier idioma del mundo, para decir que una mujer es prostituta. Pero… ¿Alguien le ha preguntado su historia?

Sonia, una víctima de trata de personas que, durante años, soportó los engaños y mentiras que la vida le puso, presentándose con la cara de la traición de la sangre propia. Hoy enfrenta la batalla más dolorosa que alguna vez caminó.

Soldado, guerrero, combatiente, miliciano, invasor, legionario. Los militares han sido odiados y admirados por partes iguales en todo el mundo. También han sido llamados héroes o discriminados de la peor manera, pero… ¿Alguien ha mirado a sus ojos y ha visto los secretos que guardan?

Steven Malone, un Navy Seal diferente a los demás, tiene una vida de mentiras por descubrir, que le sacudirá los cimientos de su propia existencia. En su pasado nunca imaginó que estaría en sus manos, el destino de un batallón herido de abusos y muerte.

Steven y Sonia son dos personas que a lo largo de su vida han tenido que sortear un sinfín de contrariedades, pérdidas y luchas. Pero la más cruenta viene de la mano de ella…

Lady River o la Flaca, nunca quiso ser considerada una balanza cósmica que juega a la justicia con la injusticia. Pero el destino, la vida y la muerte, siempre están haciendo que ella la dicte, aunque pareciera difícil de creer. Es además quien tiene sus almas en cada mano y no dudara en acabar con la muerte lo comenzado con la mentira y el dolor. Ambos le deberán más que su agradecimiento a una mujer que le salvó la vida varias veces a cada uno.

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Sobre el libro:

Hoy les regalo este libro, que nació de la realidad y visualizando sueños y fantasías. Narra historias reales y momentos vividos por personas reales que al dar su testimonio, han sido los ejes de Sonia y también de Steven, ya que también hubo entrevistas a prostitutas reales y algunas de ellas fueron víctimas de trata. Así como también a ex soldados estadounidenses radicados en Argentina, en donde, según ellos, «han encontrado su lugar en el mundo, cuando creían que estaba todo perdido y podrido».

Espero lo disfruten, y desde ya gracias por acompañarme en el camino de Sonia y Steven.

Por favor entreguen sus «me gusta», comentarios y «regalitos» para apoyarme con la novela y la serie en la que esta es la primera de seis novelas.

^^^XXOO Martínez Iris Analia 😘^^^

Paraíso de los gangstars…

Coolio.LV

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«Ellos tienen una situación, y yo tienen enfrentándola. No puedo vivir una vida normal, fui educado a la fuerza, por tanto, tengo que ser así como los de las pandillas»

Enero, costa del río Uruguay, riacho Itapé, ciudad de Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, Argentina.

El calor del día de verano, no presagió que todo se iría al carajo en ese momento. Tomando el celular que su amiga del alma le tendía, La Flaca contesta al llamado y lo que menos espera es escuchar la voz de Steven “Midnight” Alexander Malone del otro lado.

—Solo tenías permitido llamarme en caso de que estuvieras a punto de morir —dijo ella en inglés y con tono cortante y sin dar demasiadas vueltas.

— ¡Hola Flaca! —Steven saludó festivo, recibiendo un cambio, solo un frío silencio, que él sabía, era el recordatorio de su traición. Después de unos segundos contestó de forma resignada—. Sí, así es.

—Y bueno, ¿qué pasó? —la voz de la Flaca era de hielo.

—No voy a morir hoy, pero hay captura oficial sobre tu cabeza y no quiero tener nada que ver con ello; te debo mi vida… —dijo frotándose la frente. Ya estaba cansado de esta mierda.

—Si no querés participar de esto, ¿por qué me estás llamando? —lo cortó antes de que volviera a su canción, ya demasiado conocida y gastada de una disculpa que la hacía cabrear.

—Van tras tus hijos y exmarido —dijo lentamente, levantando su mirada triste, cansada y con aún más resignación, mirando al sillón frente a él.

— ¡¿Qué mierda tienen que ver ellos!? Nadie sabe de su existencia. —siseó con asco y bronca mientras se paraba a la orilla de su río, siendo ahora como Lady River, señora y dueña del lugar que ella sabía que era, cuestionándose ¿quién sabía de sus pequeños?

—Alguien sí. Por eso, ponles a salvo. Ellos no tienen la culpa de nada y yo los amo como padrino que soy. Por favor… ocúltalos —respondió Steven en tono de amargura y hastío.

— ¿De qué va esto “Gringo”? Yo cumplí mi parte del trato. Se suponía que me alejaría y eso hice, que sería libre y nadie iba a volver a saber de mí y nunca volvería a contactarme con ellos. ¿Qué pasó para qué rompieron el trato? —dijo tratando de que sus sospechas no fueran ciertas. Maldita sea, él estaba muerto para ella.

—No lo sé Flaca. Solo se le ordenó al Team salir en tu búsqueda: el FBI, la CIA, la PFA y los grupos de investigación te están buscando. Esto es solo el principio. Francia, Rusia, Finlandia, Grecia e India se negaron a aceptar tu pedido de captura, Australia y Tailandia ofrecen tu asilo. Argumentan que no tienen problemas contigo. —Eso era verdad. Lo que estaba omitiendo es que este equipo, no era el original que ella conoció.

Ella era una asesina profesional.

Ella era la mejor. La firma de ella… no tenía firma alguna. Ella jamás dejó rastros y sus muertes, perfectamente limpias y horrendas. Hasta ese día todos habían sido crímenes demasiado perfectos. Pensó tristemente Steven.

—Gringo, no me mientas ¿De qué mierda va esto? —Él estaba esquivando el tema, no quería decirle que se trataba de quién ella ya sospechaba, y estaba cansada de que el río le traiga siempre el mismo fantasma.

—Joshua… Flaca. Siempre fue Joshua —dijo mientras levantaba su vista y miraba al hombre sentado frente a sí.

—Eso me temía —contestó ya cansada de que su recuerdo no la dejara en paz.

— ¿Qué vas a hacer? —En verdad estaba preocupada. No la quería lastimada y mucho menos a sus sobrinos del corazón, que eran su alegría. Ella contaba en él para que los cuidara si ella faltaba.

—Desapareceré y vos vas a hacer tu trabajo. Pero no te va a ser fácil. He mejorado y no voy a dejarme atrapar “fierita” que se “rescate” la tripa, porque le caigo con toda la “mersa” —dijo en español, sabiendo que esto sería; tal vez, la última vez que hablaría con Steven, su “Gringo favorito” pero dejándole el mensaje cifrado en su voz.–Fin de la comunicación.

—Flaca no me… —fue el ruego de Steven, que cayó a balde vacío.

El “cortes”, quedó en el aire con el sonido del tono continuo del tup, y sus ojos se cerraron con un profundo dolor y resignación.

No quería tener nada que ver con esta mierda que se estaba tramando. No quería la sangre de una de sus latinas preferidas en sus manos. Ella le salvó la vida no una, sino dos veces, y las dos arreglándoselas para arrastrar a un Goliat, ella personificando al David benevolente que perdona al gigante herido.

La casa que Steven poseía a orillas del río Chattahoochee, y que perteneció a su chozno abuelo, era lo que por la zona se conocía como el Palacio Malone. Shane Frederick Malone, quien viniera a estas tierras como corsario registrado de la Corona inglesa, bajo la protección real, para mantener estas tierras en manos de la Regencia Inglesa. Pero que, al llegar, la mayoría de sus habitantes defendieron con sus vidas la libertad que habían logrado conseguir lejos de la corona. Dando así comienzo a la “Tierra de los sueños”.

En la oficina de estilo ducal con muebles de madera de caoba, que eran una reliquia artesanal, a pesar de sus más de ciento noventa años, aún brillaba con magnificencia y en su madera trabajada, se guardaban secretos de tratos firmados por su chozno abuelo que fuera un hombre de negocios perversos. El cual no dudó en hacer pactos con la “Legión del placer” y agrandar así, la más que acaudalada fortuna.

Hoy tantos años después de la revelación de su pasado, este escritorio sucio de tratos con el diablo y este sillón de estilo ejecutivo, siendo lo único limpio de esta oficina y su presente, que soportaba no solo su peso corporal, sino que también la carga emocional que él sentía, y no hacían nada para hacerlo sentir cómodo. Cada vez que posaba la vista en ese escritorio que en sus laterales contenía el emblema de su familia, lo hacían pensar en aquella revelación que estaba guardada en su piel y era un intricado grabado de un ala gótica con una medialuna brillante; que lo hacían tan bello y único, así como sucio de corrupción y muerte, que presidía la Casta de su familia, que hoy en día, era una mierda para él. Hoy más que nunca Steven Alexander Malone se sintió una minúscula mierda, con la carga de años de perfidia y gula monetaria.

Él no era precisamente chiquitito, ningún Malone lo era o lo fue. Su descendencia era escocesa e inglesa, lo hicieron así y por eso ninguno era de talla pequeña: dos metros de altura, ciento quince kilos de masa muscular bien formada, ya sea por el gimnasio o más bien por tantas misiones y claro por sus genes, además de estar algo marcado por las heridas. El pelo corto, hoy no al estilo militar, era rubio oscuro y enmarcaba su rostro cuadrado. Su piel era tostada por el sol del desierto de Afganistán y otras misiones. Sus ojos eran azules, casi tirando al violeta. Sus manos fuertes y callosas del trabajo con los Teams y el rancho, solo lo hacían más atractivo y dicho esto por ella. Según la Flaca, todo un modelito GQ; sí, era divertido escuchar en su memoria ese comentario. El apodo venía simplemente por su pelo, no por su origen; y a él no le molestaba, pero a varios de su equipo sí, y ella se los dejó bien claro: “Ese de ahí es el Gringo, fin de la discusión”. “Si no les gusta, no escuchen, el Gringo es el Gringo”.

Steven se quedó mirando el celular mientras, del otro lado del escritorio, Joshua Stanton observaba y escuchaba la conversación.

Nota de la autora:

GQ: llamada originalmente Gentlemen’s Quarterly, es una revista mensual para hombres que se enfoca en la moda, el estilo y la cultura masculina, con artículos sobre comida, cine, salud, sexo, música, viajes, deportes, tecnología y literatura. Es considerada como más exclusiva y sofisticada que otras revistas del mismo género, como Maxim y FHM.