Todo comenzó en la carretera rumbo a Tennessee, íbamos en camino a una reunión familiar, una familia ordinaria buscando encajar en el mundo. Mi padre manejaba el auto. Algo extraño para un hombre que suele dejarle todo el trabajo al chófer. Cómo de costumbre mi madre tenía un celular en su oído izquierdo y en sus piernas el portátil abierto, La aburrida música de fondo y la aún más aburrida conversación de mi hermana perfecta. ¡Aburrido, aburrido!
—¿Cuánto falta?—Pregunte casi asfixiada del ambiente. Solo recibí un quejido dando a entender la distancia largamente faltante.
Mire a mi alrededor tratando de entender a mi familia, una mujer aburrida y consumida por el trabajo, un hombre estricto y prejuicioso y otra joven intentando ser perfecta en todo. Y claro estaba yo, la persona más realista en el mundo, supongo que mi familia prefiere que siga siendo invisible para ellos. Respiré y sostuve mi móvil, me puse los audífonos a todo volumen. La música electrónica me relajo bastante. La siguiente música era una canción de estilo rock y la próxima era una balada. Sonreí como si fuera un mal chiste, ¡Vaya cosa extraña que soy!
Transcurrió el tiempo al igual que toda mi playlist, estaba aburrida de ver el pavimento de la carretera, mire y volví a preguntar ¿Cuánto falta? Intentando ignorarme mi padre suspiro, no había dicho una sola palabra desde hace más de dos horas, sin embargo, para el escucharme parecía un pecado.—¡18 kilómetros!—respondió.
Una clara respuesta sarcástica, mezclada con mentiras, mi hermana sonrió mirándome con ojos burlones. Ya era suficiente ver el pavimento, ver su rostro era aún más aburrido, saque mi dedo medio, mientras volví mi rostro hacia el aburrido pavimento. Un cartel que decía. Dieciocho kilómetros para Tennessee.
Paso otro kilómetro y sin darme cuenta había encontrado la manera de entretenerme. Seguí contando los kilómetros. ¿A dónde estábamos yendo? Ya había contado 16 kilómetros. Se me estaba siendo tedioso, mi trasero dolía de tanto estar sentada. Paso otro kilómetro. Estaba ansiosa por dejar este auto con olor a perfume. Desde la lejanía se podía divisar una ciudad. Por fin llegamos a Baxter (Tennessee). Abrí la ventana del auto respirando el aire fresco. Nunca había estado en Baxter, todo era muy nuevo para mí. El semáforo en rojo nos hizo detenernos, Fue justo hay cuando lo escuché. El sonido de las motos. Una, dos, tres, cuatro, cinco. La sexta moto, paro justo en la ventana donde estaba mi hermana. La miro y ella casi muere de un susto. Sinceramente, al igual que ellos, también me bufé de ella, el tipo montado en la moto tenía talvez un año más que yo, talvez unos 19 años. Me miró y yo lo miré. Retrocedió hacia mi ventana y recostó sus hombros de la ventana. Mi madre y padre casi mueren de un susto.
—¡Cierra la ventana!—Dijeron pensando que nos robarían o algo peor. Sonreí ante el argumento de mi padre. Y presione el botón para cerrar la ventana.
El sujeto puso sus dedos en mi ventana evitando serrarla por completo.—¡Puedes darme permiso!—Exprese con disgusto. El sujeto siguió mirándome con ojos llenos de curiosidad. Paso un minuto y su incómoda mirada me molestó. Él frunció el ceño acomodando el fleco de su cabello castaño.
Sinceramente, su aspecto era de mi gusto. Un cabello casi a los hombros, delgado, pero con proporciones bien definidas, un estilo algo oscuro, ojos celestes y labios algo gruesos, sus pestañas eran negras al igual que sus cejas. Movió su mano de la ventana para terminar de cerrar la ventana, mi madre me miró con disgusto y mi padre solo se dispuso a manejar mientras mi hermana seguía contando su estúpida historia.
—¿Cuánto falta?—Pregunte con voz ronca. El silencio de mis familiares, fue interrumpido por el chirrido de las motos que Iban delante de nosotras. Lo pensé seriamente, ¿Acaso no les da miedo subirse a una moto? Talvez dios me escucho, uno de ellos intento una maniobra y termino carraspeando la llanta en el suelo. Mi padre Iba, a una velocidad considerada un poco lenta, sin embargo, detuvo el auto tan rápido como pudo para no colisionar con la moto.
Mire Hacia, mi madre nunca la había visto soltar tan rápido su ordenador para sujetar con fuerza el asiento delantero. Mi hermana sobó su frente supuestamente adolorida. ¡Vaya familia más dramática!
El quejido del hombre se dio a relucir. Baje del auto ignorando los gritos de mi padre que me pedía quedarme quieta. Saque mi móvil y llame al 911. —¿Te encuentras bien? Le pregunté.
—¡No es nada, no es necesario llamar a una ambulancia!—Respondió el mismo sujeto que había retenido mi ventana. Levantó el cuerpo de su amigo y lo llevo a su moto. Otro de ellos cogió la moto y se la llevó. —¡Oye!—Dijo, acomodando su casco.—¡Gracias!
Mi padre bajo furioso del auto, tomando mi hombro con fuerza, pregunto si estaba loca. Suspire, no esperaba nada de él. Cómo padre siempre fue pésimo.
Regrese al auto ignorando sus palabras, siguió reprendiéndome. Volví a ponerme los audífonos a todo volumen. Paso media hora y por fin llegamos a nuestro destino. Grandes muros que rodeaban una mansión enorme. Muchos autos lujosos, dando a entender que ya estaban todos en la mansión.—¡Por favor compórtate!—Dijo mi madre, acomodando su escote.
El mayordomo nos estaba esperando en la entrada. Habiendo llegado, la familia salió a recibirnos. Me imagino su impresión al ver a la perfecta familia Wilson, bueno, al menos hasta que yo baje del auto. Todos me miraron con indiferencia. Excepto por mi abuelo, quien ignoro a todos y fue directo hacia mí. Me abrazo llevándome a dentro, sonreí, pues, ni siguiera saludo a mi madre, padre o hermana.
La reunión familiar es lo más aburrido que vi en mi historia de vida. —¡Clare, es cierto que irás a la academia Wilson!
¡Oh! es en serio. Mi tema menos favorito, la academia Wilson es una academia fundada por nuestra familia, sinceramente, estaba pensando en dejar atrás mi apellido y fugarme. —¡Sí, lo estoy pensando!—Respondí.
—¿Grisón también está en Wilson?—Pregunto mi hermana. A lo cual mi tía confirmo que sí. Habiendo escuchado esa respuesta, tal vez no sería una mala idea ir a Wilson. Grisón es mi prima y mi única familia, la cual no es aburrida.
—¿La señorita mindi, también irá a Wilson?—Pregunto una señora refiriéndose a mi hermana. Era una señora desconocida, esta era la primera vez que la veía. Pero si estaba aquí significa que es una socia o alguien importante en el conglomerado.
La parte buena de ir a Wilson era que podría volver a encontrarme con grey y la parte mala es mindi. Ya es suficiente tener que verle el rostro aquí, verla en la academia era aburrido y tedioso.
—¡Espero que las dos se lleven bien con mi hijo!—Afirmo la señora.
Entonces, ¿Tiene un hijo de nuestra edad? Vaya cosa más grande, incluso puedo ver el rostro de todos casi confirmando la unión de las dos familias, por suerte para mí, el centro de atención siempre fue mindi.
CONTINUARÁ…
Después de la cena, subí a mi habitación con la esperanza de no volver a ver el rostro de mi familia por un buen rato. Me di una ducha para relajar mi cuerpo. Eran aproximadamente las ocho y cuarenta PM. Seque mi cabello con una toalla y tire mi cansado cuerpo en la cama de pluma.
Abrí mi ordenador entrando a las redes sociales, me dispuse a investigar todo sobre la academia Wilson. No había nada fuera de lo normal, otra institución más para niños ricos, lo único importante para mí, era el grado de profesionalismo. Si te gradúas de la academia Wilson, tienes un noventa por ciento de probabilidades de ser alguien reconocido.
Lo pensé por mucho tiempo, aún cuánto odio mi vida, tengo que admitir que provengo de una familia adinerada, sin embargo, conociendo a mi madre, esta hará todo lo posible para que mindi, heredé el conglomerado, después de todo yo no soy su hija. Necesitó tener un ojo en mi futuro o todo lo que me espera serán desgracias.
¡Bien! Estaba decidida, iré a Wilson y me graduaré con honores, después buscaré un trabajo y me independizaré de mi familia. Mi reflexión fue interrumpida por una videollamada entrante.
—¡Oye! Creí que no contestarías.-Expreso grey.
Hablé con ella por un tiempo. Parecía estar contenta de volver a verme, me prometió que me gustaría Wilson, aun cuando no tengo mucha esperanza de tener una vida universitaria agradable, esperaba que valiera el tiempo que perderé en ello. Lo mejor de la conversación vino después.
—¡¿La Sra. Freith, está en la mansión?!
—¿La conoces?-Pregunte. Tenía curiosidad de saber quién era la mujer con la cual mi familia estaba intentando ligar lazos mediante el matrimonio. Mientras me explico más a fondo, más me convencí de no poder casarme con su hijo. Por primera vez, me alegré de tener una hermana perfecta como mindi.
Ella pertenecía a un conglomerado importante en Rusia. Tenía un hijo de nuestra edad y un sobrino, al parecer ella crio a su sobrino después de la muerte de su padre y madre. Una señora que merece respeto. O tal vez no. Según dijo grey, quien debe heredar la empresa es su sobrino, sin embargo, ella está moviendo toda su influencia para que su hijo le robe el puesto a su sobrino.
El sonido de las ventanas, siendo azotadas por el viento, me hizo dar un salto casi a muerte. Sin querer había soltado el portátil cerrando la videollamada. Suspire y camine hacia el balcón tratando de cerrar las persianas.
Tal vez estaba cansada, pero juro que vi un hombre parado en el jardín. No quise meter más intriga, lo más probable es que sea un jardinero o algo aún más divertido, un amante y su golfa, haciendo travesuras por la noche.
Cerré las persianas y recosté mi cuerpo para descansar cómodamente. Por la mañana siguiente, baje y desayuné, mientras soporte un poco de los asuntos familiares o mejor dicho los chismes de mi familia.
Por alguna razón sentía un dolor pulsante en mis muslos, ¡Tal vez dormí en una posición incómoda! Poseía un gran hematoma en el muslo. No quise indagar de más. La aburrida semana familiar paso y regresamos a Nueva York. Esta vez no conté los kilómetros, creo que mi padre estaba cansado de manejar. Por lo tanto, regresamos en el jet, siendo una familia importante, los asuntos empresariales y los rumores de la farándula siempre nos perseguían.
Al parecer mi padre ahora tenía una amante, nada nuevo o al menos nada que ya no supiéramos, mi madre murió cuando tenía solo cinco años de edad, cómo es algo normal en él, se casó descaradamente con la hermana de su difunta esposa, ahora tengo una hermana o mejor dicho una prima hermana. Paso el mes y con él las vacaciones. En serio, quería ir a Wilson y graduarme con honores, pero, dude mucho, Wilson estaba en el estado de Oregón, lejanamente es una academia y universidad privada para personas con dinero.
Mi familia siempre ha Sido extraña, incluso apostaría mi vida a que todos tienen un pacto con el diablo y que yo seré el sacrificio para el ritual.
Seis horas desde el Aeropuerto Newark a Portland. Para después pasar tres horas en el auto camino a Wilson. Los rasgos de las grandes ciudades quedaban cortos con el paisaje de colinas y grandes pinos que rodeaban la carretera. El campo no es lo mío, pero tengo que admitir que sentí paz, un silencio que entumecía mis oídos y un aire fresco, nada parecido al aire contaminado de las ciudades. Ya se me hacía constante contar los kilómetros. Mejor dicho era una penitencia. Contaría los kilómetros en todos mis viajes importantes. Algún día en el lecho de mi muerte le diré a mis nietos cuántos kilómetros de vida pude contar.
No sé, si soy la única persona que pone su móvil en silencio y luego se excusa con la típica. ¡Lo siento no escuché la llamada! Sé que es cruel, pero tenía cuarenta mensajes de mi hermana y mi madre, la mayoría era preguntando ¿Dónde estaba? No tenía deseos de escuchar sus malos sermones. Apenas bajé del avión, tome un taxi, por suerte había investigado la dirección de la academia. Por tercera vez, sentí la vibración del móvil. De nuevo era mindi.
Cansada, me disponía a contestarle, pero apenas conteste lo único que escuche fue un tono lleno de prepotencia. Cerré tan pronto como pude. El chófer me miró con un rostro extraño. ¿No eres de aquí? Pregunto. Claro que no era de aquí, eso se notaba desde lejos. ¿Eres mayor de edad, verdad? No quiero problemas. Pregunto, claramente pensó que me había escapado. Lo tranquilicé confirmando mi edad. Pasaron otros diez kilómetros y por fin se veían los vestigios de una pequeña cuidad. Supuse que era la única persona sobre la tierra, bueno la segunda persona aparte del chófer. Incluso él era mejor compañía que mindi.
El hombre se detuvo y me pidió bajar del auto. Quede extrañada, pero el sujeto tenía prohibido entrar al pueblo. Baje y por un momento creí que había llegado a una ciudad fantasma. Me recordó al pueblo de crepúsculo. Solo faltaba un vampiro como Edward. Yo misma me burlé de mis pensamientos.
Camine por las calles enteramente vacías. ¿Qué pasa con este lugar tan paranormal? La espesa niebla cubría ciertas áreas. Tenía las manos congeladas. ¿Quién eres? Pregunto un hombre vestido de plomero o electricista.
—¡Busco la academia Wilson!-El hombre me miró, no fue difícil adivinar que estaba suponiendo, mi vestimenta no era de una niña rica. Se acercó paso a paso. No soy asustadiza, pero sinceramente me sentí cohibida. Pensé que ese sería mi último día. O al menos eso supuse hasta que escuche el ruido de unas motos.
Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis. ¡Vaya un Déjà vu! Pasaron de largo, una de ellas se detuvo y regreso hacia mí. Se quitó el casco y mi sorpresa al ver un rostro conocido. ¿Tú eres esa chica? Dijo el hombre.
El sujeto era el mismo que tuvo el accidente en la carretera rumbo a Baxter. Lo señalé igual de sorprendida que él. ¿Cómo está tu pierna?
—¡Estoy bien! Solo fue un rasguño.
Hablamos unos segundos y el otro sujeto se cansó de esperar que le prestáramos atención. ¿Adónde estás yendo? ¿Por qué estás aquí? Me preguntó. Fue extraño, pero él también pertenecía a Wilson. Me ofreció llevarme en la moto. Nunca había subido, me aferré fuertemente a él. Su cabello era negro y extrañamente tenía un mechón blanco. Sus ojos eran marrón.
—¿Cuál es tu nombre? Me preguntó, me fue difícil escuchar su voz, el sonido del viento era más fuerte. Volvió a preguntar, esta vez más fuerte. Le dije mi nombre omitiendo mi apellido. Pues claro está que mi apellido es el mismo que el de la academia.
—¡Yo me llamo, Robert!—Dijo, no le pregunté, pero igual me sentí conforme.
Conté dos kilómetros antes de que él confirmara nuestra llegada a Wilson. Creo que el taxista me había estafado, me cobró cincuenta dólares desde el aeropuerto hasta el pueblo abandonado y todavía faltaba dos kilómetros para llegar a la academia.
Baje de la moto entregándole el casco, agradecí por haberme llevado. Mire el lugar donde estaba por pasar los próximos cuatro años. Era lujoso, pero extrañamente normal, el rostro de todos se posaron sobre mí, no es fácil ser la nueva, eso pensé. Pero claro, no tarde en darme cuenta de que no era yo la persona observada. El ruido de la moto, paro y el hombre que se quitó el casco, también era un rostro conocido. Un cabello hasta los hombros sujetados por una coleta, un rostro bello y por lo visto el centro de atención.
Qué curioso toparse con los mismos sujetos dos veces. No tenía intención de hablarle a él o a otro extraño, camine hacia dentro hasta que una voz conocida razonó en mis oídos. Volví mi rostro hacia ella. Grisón, hablaba energéticamente con el sujeto ya conocido. ¿Qué debería hacer? Si me acercaba a ella, todos los ojos estarían sobre mí, pues la nueva estudiante conoce al chico apuesto. No tardarían en dar con mi apellido. Sí, los ignoraré por ahora.
—¡Clare!—Dijo una voz. Volví a verlo y para mi mala suerte era mi abuelo. Todos guardaron silencio ante el dueño de la academia. ¡Bueno, mi estrategia de ser invisible había fallado!
CONTINUARÁ...
—¿Por qué estás aquí? ¿Dónde está mindi y Reiliey?—Intente prestar atención a sus preguntas, pero el rostro de todos, era extraño. Grey se acercó a nosotros, me miró con un rostro asustado y preguntó casi a gritos por qué estaba aquí.
¿Qué pasa con todos? ¿Por qué están formando tal escándalo? Acaso es un delito que quiera tiempo a solas. En serio quería gritarles, pero el rostro aún más asustado de mi abuelo me distrajo. ¡Tenemos que irnos! Me sujeto por el brazo y me llevo hasta el auto. Una vez dentro, me sentí como un pájaro en una jaula. Incluso desde dentro podía sentir el silencio abrasador que reinaba fuera.
No entendí qué estaba pasando, pero mi abuelo se veía bastante enojado con grey. Tomo su teléfono y marco un número, unos segundos después empezó a discutir por teléfono. Mientras tanto, grey subió al auto y me tomo por los hombros.—¿Que pasa contigo, por qué estás aquí?—Su pregunta fue ridícula.
Ya había confirmado más de una vez mi inscripción en la academia, no entendía ¿Por qué todos estaban comportándose de esa manera? Respondí sarcásticamente. —¡Que más podría estar haciendo aquí! ¿Acaso no estoy en la academia Wilson?
El rostro de grey se oscureció y suspiro después de haber inhalado el aire. —¡Ahora mismo estás en la academia Wilson peind!—Respondió ansiosa.
Intente comprender sus palabras. ¿No es acaso lo mismo? Mi abuelo entró al auto y como si fuera mi verdugo, grey, explico que me había confundido de lugar.
Peind Wilson. Es el nombre de mi abuelo paterno, es una persona imponente y respetado por todos, poseedor de una gran fortuna y riqueza, considerado una de las mentes más brillantes de nuestros tiempos. En mi familia, él representa el poder. Cuando él está de frente, todos deben bajar sus cabezas. A pesar de todo, yo lo recuerdo como un adorable y cariñoso abuelo.
—¡No debes venir aquí!—Expreso fríamente, es la primera vez que lo veo tan serio. —¡Está bien, lo prometo!
Mi abuelo manejó todo el camino, incluso pase de nuevo por el pueblo fantasma, tomo otra ruta y por alguna razón incluso parecía como si hubiéramos cambiado de estado. Aún había árboles y una niebla que cubría el sol, pero esta vez menos fantasmal, incluso, llegamos a un pueblo llamado grove one. Sinceramente, me gustó más que el anterior, aquí si había civilización.
Llegamos a una mansión muy parecida a la academia Wilson peind, excepto por el cartel que claramente decía solo, Wilson, Baje del auto, Me despedí de grey y de mi abuelo. No había pasado ni dos segundo cuando escuché una voz molesta. El sonido agudo y el ardor en mis mejillas me hizo entrar en razón. Había Sido golpeada por mi madre. Un sermón tras otro. Por más que intente no pude entender ¿Cuál fue mi fallo? Suspire tratando de ignorarla.
—¿Te gusta ser el centro de atención?—Fueron las palabras absurdas de mindi, incluso me molesta más ella que ser golpeada por Reiliey.
No entendía por qué mi abuelo estaba tan enojado, pero claro está, que había insultado y reprendido a Reiliey por haberme dejado sola, nunca he sido regañada por él, pero he escuchado que es algo terrible de presenciar. Entendía sus razones, pues, lo más probable es que mi padre también le reprochará este asunto. Siempre pensé en ella como una persona cruel que disfruta el sufrimiento de los demás, pero incluso en ese entonces nunca he podido soportar sus palabras.
—¡Ambas sabemos que si quisiera llamar la atención no habría lugar para ti!
No era mi intención hacerla sentir mal, pero se lo merece. Hubo un tiempo en el cual nos llevamos bien, creo que fue en la primaria, yo tenía diez y ella ocho años, en ese tiempo vivía prácticamente con mi abuelo y visitaba a mi padre los fines de semana. Por el bien de mi abuelo, me dediqué a ser perfecta en todo, la escuela, modales perfectos, aprendí a tocar piano y otros instrumentos.
Incluso consideré que era normal intentar ser perfecta, incluso grey era perfecta en todo, supongo que mi abuelo se acostumbró a tener nietas perfectas. Excepto por una, mindi, era solo una niña, le costaba más las cosas, sinceramente era bastante tierna de niña, todo empezó cuando Reiliey le exigió ser igual de perfecta que nosotras, esa niña tierna cambio. No la culpo, pero ser despiadada y cruel supongo que es un rasgo familiar.
Dejé el tema del nuevo ingreso en manos de Reiliey, estoy segura de que ella desea deshacerse rápidamente de mí, por lo tanto, hará todo más rápido que yo. Fui a mi habitación y mi Roomie ya estaba instalada. La observé brevemente. Era una mujer de cabello rojizo y ojos grises, su nombre era Tesa.
Se presentó siendo muy amable, parecía una chica gentil, parece que nos llevaremos bien. Los rayos del sol fueron cubiertos por la oscura noche.
—¡Escuchaste que habrá una fiesta nocturna! Según dicen los del grove dos también irán.
¿Grove dos? Mire a mi Roomie tratando de entender lo que estaban hablando. Según explico la academia, Wilson se divide en dos secciones, el grove uno es donde yo estoy y el grove dos es donde está mindi y grey. No entendí la función de esto, pero supongo que alguna extraña razón había detrás.
No esperaba una respuesta entusiasta, pero, ella sonrió y empezó su historia. Según ella, la academia Wilson peind o mejor conocida como el grove two, es un lugar privilegiado dónde asisten todo tipo de personas peculiares. ¿Peculiares?
—¡Define, peculiar!—Ella me miró con ojos extraños, como si fuera una pregunta sin fundamento. Una piedra azotó nuestra ventana, no lo confirme, pero sabía que era grey. Abrí las persianas y ella entró a la pieza.
—¿Qué estás haciendo ahora mismo?—me preguntó con ojos llenos de fulgor.
Le pregunté ¿Por qué estaba aquí? Pero solo respondió que vino a alegrarme la noche. ¡Vístete! Dijo entregando una bolsa llena de ropa. Ambas miramos a Tesa y como si fuera un mandato también le pidió que se alistará.
—¿Adónde vamos?—Pregunte, pero ella me callo, cruzamos un muro de roca para después tener un vasto bosque delante de nosotras.
—¡Iremos a una fiesta!—Como si estuviera escuchando una noticia alegre Tesa salto de entusiasmo. Caminamos durante media hora pasando por los árboles, el sonido de una cascada se empezó a escuchar más claramente.
Me dediqué a escuchar la conversación que estaban teniendo mi prima y mi Roomie, según ellas las fiestas en Wilson son secretas, solo las personas que han Sido invitadas saben el lugar donde se encuentran. Las vi a ambas, sinceramente, hacen una buena pareja. Y por fin llegamos al sitio. Era algo parecido a una cueva, pero cubierta por acantilados y una gran cascada, que caía desde lo más alto. El sonido de la música era ensordecedor, incluso parecía un punto divertido.
Sonreí viendo el asombroso paraje delante de mis ojos. Tenía que aceptar que era una buena manera de empezar el año, la conversación de todos era agradable y divertidos. El sonido de las motos llegó a mí, esta vez estaba dispuesta a saber ¿Quiénes eran esos tipos? Bajaron y todos contuvieron el aliento. ¿Quiénes son pregunté?
Según entendí, sus familias son tan importante como la familia Wilson. De parte de la familia gloder estaba, Robert, a quien ya había conocido antes, y su primo, Daniel gloder. Una familia crucial en Europa.
La segunda familia era, yuré y bran clinne, eran gemelos, ambos tenían cabello negro y ojos negros. Lo más relevante vino después. La tan mencionada familia Brhazo.
Ese apellido era imposible de no reconocer, pues, con ellos, mi familia está pensando en unir lazos mediante el matrimonio. El más bajo era IMEI Brhazo, hijo de la Sra. Freith. Y el segundo era su sobrino daez Brhazo. A este también ya lo había conocido en Baxter.
Grey corrió hacia ellos con alegría, parecían llevarse bien, Robert me miró dirigiéndose a mí, me saludo. ¿Cómo estás? Intente no reírme, pero me pareció gracioso su forma de actuar. Ya saben la típica conversación. ¿Cómo estás?—¡Bien! Para después decir. ¡Me alegro!
—¿Por qué te ríes? Dijo mostrando unos hoyuelos deslumbrantes. Su rostro era bastante bello. Aun teniéndolo delante de mí, no me causó ningún interés romántico.
Un olor peculiar llegó a mi olfato, era cigarrillo, no tal vez, tabaco. No fumo, pero encuentro el olor a tabaco adictivo.
La mano de una persona sobresalió detrás de los hombres de Robert. El sujeto llamado daez, recostó su cabeza del hombro de Robert y dijo mirándome directamente.
—¿Tú eres Clare Wilson?
Me fue difícil adivinar sus intenciones. Me miró con un rostro fijo, pero más que eso, su tono de voz parecía una amenaza. No era la primera vez que me miró con esos ojos. La primera vez que lo vi, sostenía la ventana del auto con fuerza mientras me miró con ojos llenos de curiosidad.
Tenía que contestar con normalidad, pero sintiéndome amenazada, lo único que salió de mis labios fue un tono aún más altanero que el suyo.
—¡Soy yo! ¿Tienes algún problema conmigo?
CONTINUARÁ...
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