Alessa entra en el jardín con una gran sonrisa, ella lo espera ansiosa hasta que lo ve llegar, el joven la mira con ternura y se acerca con animosidad.
—Lady Alessa, hoy se ve tan hermosa, dijo él haciendo una pequeña reverencia.
—Saludos al príncipe heredero, es un gusto verlo majestad — ella hizo una hermosa reverencia mientras lo miraba con timidez.
—Señorita Alessa, agradezco que haya aceptado mi invitación para vernos, quiero declarar mis sentimientos por usted, estoy decidido a pedir su mano y que sea mi princesa heredera, la amo con todo mi corazón — dijo él tomando su delicada mano y dando un beso suave en esta.
Alessa tiene 16 años, es hermosa, dulce, la inocencia personificada, ella es inteligente, hija de Duque Duncan, aunque es la hija de una concubina, su madre era una bella noble que fue obligada a casarse con el Duque, pero falleció unos años después de dar a luz a Alessa, la esposa Legal, la duquesa Duncan la odiaba, ya que el Duque solo la visitaba a ella en cuando se convirtió en su concubina.
Alessa tiene una hermana mayor, Magenta es la heredera del ducado, el duque solo tuvo hijas mujeres, incluso con las otras dos concubinas, pero esas niñas son terriblemente acosadas por Magenta, solo Alessa es protegida de alguna manera por el Duque, al ser la hija de su concubina favorita, no deja que sea maltratada como las otras niñas.
La dulzura y belleza de Alessa había llamado la atención del príncipe heredero, él estaba deslumbrado por ella, solo la vio en la ciudad algunas veces porque Alessa aún no asiste a los eventos sociales, ella no ha debutado, cumplirá los 17 años en unos meses y se presentará ante la sociedad, pero Renan, el príncipe heredero, quiere nombrarla su prometida ese día, antes de que otro noble quiera casarse con ella, nadie podría quejarse.
—Majestad, estoy tan feliz por su propuesta, pero, solo soy la hija de una concubina del Duque, creo que usted podría tener problemas — dijo ella con tristeza, sabe que su posición es demasiado baja como para casarse con el príncipe heredero, aunque está enamorada de él, sabe que su amor será difícil.
—No podrán separarnos, usted es mi más grande amor, solo acepte mi propuesta cuando la haga en público, ahora vamos a pasear, quiero mostrarle todo — dijo Renan mientras que ella asentía y tomaba su brazo para ir a pasear.
El príncipe heredero siempre había sido muy respetuoso con Alessa, para él era una delicada flor y así la trataba.
Mientras tanto, unos ojos caoba los mira de lejos y aprieta los puños indignados, eso sí que no se lo va a permitir.
Horas más tarde Alessa llegó al ducado, en cuanto entró, recibió una tremenda bofetada que la tumbó en el piso, la niña levantó la vista y vio a Flavia, la duquesa la miró con indignación.
—¿Acaso he criado una mesalina?, ¿Cómo te atreves a salir sola para encontrarte con un hombre?, estar arrastrando el nombre de la familia por los suelos, estás castigada, no saldrá a ninguna parte sin mi autorización ¿entiendes? — dijo la mujer ardiendo de furia, Magenta le había contado que vio a esa mocosa con el príncipe heredero, eso era lo más detestaba en este momento, que esa bastarda hay llamado la atención del príncipe cuando su hija Magenta estaba siendo aceptada por los emperadores para ser la princesa heredera, aunque el príncipe aún no lo sabe, sus planes cambiarán de un momento a otro.
—Madre, lo siento, no lo pensé bien, me disculpo y me retiro — dijo Alessa entre lágrimas y se fue a su habitación, siente un vacío en su corazón, si solo su madre viviera, ella no estaría tan sola en esa mansión, sus hermanas por lo menos tenían a sus madres, en cambio, ella, solo tenía el apoyo de su padre en contadas ocasiones.
Más tarde, en el estudio de Duque Duncan, Flavia y Magenta están hablando con el duque, quien está molesto por lo que le cuentan.
—Esposo, esa niña quiere causar problemas con el compromiso de Magenta, ella no tiene el estatus para ser la princesa heredera, pero el príncipe está muy interesado en ella, si no puede hacerla su emperatriz la pedirá como concubina, nuestra hija será desplazada, será la favorita del emperador, debes hacer algo — dijo la mujer indignada
El Duque asintió, sabe que su esposa tiene razón, va a buscar un plan para alejar a Alessa definitivamente, no puede dejarla, así como así, debe casarla inmediatamente debute, si no el príncipe puede reclamarla como concubina, su hija quedará en mala posición por muy emperatriz que sea, el interés del príncipe heredero por Alessa es realmente notorio.
—Hablaré con el emperador, sé que va a entender las rencillas de las esposas y las concubinas, creo tener en mente a alguien, ella estaría realmente lejos — dijo el hombre con una mirada sombría, sus planes no se arruinaran por un enamoramiento de juventud.
Mientras tanto, la habitación Alessa está en su cama mientras soba su mejilla, ahora no podrá verse con Renan debido a su castigo, mientras medita, la puerta se abre un poco y una cabeza intrusa se asoma, entra una jovencita de más o menos su edad, su ropa de doncella la destaca como la doncella del ducado, pero en realidad es la doncella de Alessa.
—Mi señorita, ¿Cómo se encuentra? — dijo ella, muy acongojada, sacó un paño húmedo de su mandil para ponerlo en su mejilla y después reprochó.
—le dije que no vaya sola, esa hermana suya es una maldita, estoy segura de que la estaba siguiendo — dijo la joven mientras curaba a su señorita.
—Celia, no digas eso, Magenta es mi hermana, solo se preocupa, pero en mi presentación, él me dijo que pediría mi mano como su princesa heredera, él me ama — dijo dando un suspiro emocionado.
Celia bajó la vista, ella como una mujer de bajo rango sabe que su señorita no tiene oportunidad, que las cosas podrían salir muy mal para ella.
—Mi señorita, solo cuídese, no quiero que la lastimen, ahora venga que debe cambiarse y pondré una pomada en su rostro, se va a hinchar más — dijo la joven arrastrando a Alessa hacia el baño.
Al día siguiente, el Duque Duncan se reúne con el emperador y la emperatriz, debe hablar con ellos del Príncipe heredero, las cosas deben quedar claras.
—Majestad, Saludos a los emperadores soles del imperio — dijo el duque haciendo una reverencia.
—Saludos, duque, ¿me dice que tiene algo importante? — dice el hombre mientras lo mira con fastidio, si no fuera el duque más servil y manejable no casaría a su hijo con la hija de ese pelele, los otros nobles son más destacados, pero no tienen el dinero que tiene ese idiota.
—Majestad, vengo para pedir que el príncipe heredero deje de buscar a mi hija menor, su interés por ella es notorio, ella es hija de una concubina, se pasea con ella por todas partes, se verá mal que se termine casado con su hermana y ni que decir si pone a Alessa como concubina, la emperatriz se vería afectada por el favoritismo — dijo el hombre mirando de reojo a la emperatriz, sabe que esa mujer es de lo más altiva y ha hecho la vida de las concubinas un infierno.
—Duque, eso no va a pasar, las concubinas serán escogidas por el concejo, su segunda hija deberá alejarse de príncipe — dijo molesta, sabe que una concubina favorita puede llegar a derrocar a una emperatriz si tiene el amor del emperador, ella lo sabe en carne propia, ella había tenido un problema así, el primer hijo del emperador es mayor que él por 8 años, durante ese tiempo el emperador no la había tocado a ella ni a las otras concubinas, era la favorita, era el gran amor del ahora emperador, ese hijo fue una amenaza durante toda su vida.
—Majestad, es él quien la busca y la invita, ella no puede negarse al príncipe, sugiero…, sugiero comprometer a Alessa con el Archiduque del norte, mientras más lejos esté del príncipe será mejor para afianzar el joven matrimonio imperial — dijo el hombre con duda, sabe que ese archiduque es lo que más odia esa mujer.
Ambos se sobresaltaron, no entendían cómo se le había ocurrido eso, pero para la emperatriz era la mejor idea, poner a ese maldito como enemigo de su hijo era lo mejor, así ese hombre no volvería a la capital nunca.
—No me parece mala idea, deberías considerarlo, si ella está casada y lejos nuestro hijo se tendrá que resignar — dijo él mientras el hombre siente fastidiado, a él no le importa, sabe que el archiduque no va a aceptar a esa jovencita, pero nada podía hacer, solo esperar que ella salga vivía a diferencia de otras que había enviado como sus prometidas y no las volvieron a ver más.
*_*
Mientras tanto, el príncipe heredero, se entera sobre su compromiso y que la dama futura princesa heredera es Magenta Duncan, la hermana de su gran amor, está terriblemente molesto, sus padres no le consultaron nada, siempre lo tratan como un títere.
El joven guapo se fue hacia el estudio de su padre, quería una explicación, Renan no podía aceptar esto, él había escogido a Alessa, esto no lo permitiría.
—Padre, ¿Cómo es eso que ya tengo una prometida?, no voy a aceptar a nadie más que Lady Alessa Duncan — dijo el joven, indignado, quiere morir de ira.
—Primero, no me hables en ese tono, y segundo, esa niña es hija de una concubina, no puede ser la princesa heredera, puedo tratar de que sea tu concubina, pero tu madre no la quiere cerca, sabe que será una piedra entre tú y la futura emperatriz, voy a tratar de que ella sea tu concubina, pero no te garantizo nada — dijo el hombre con la misma cara de fastidio de siempre, era un hombre que se había rendido, no contradecía a esa mujer que decían que era su emperatriz, su hijo ahí presente era una prueba fiel de su desgracia, si él hubiera sido fuerte, si hubiera tenido el valor, no estaría tan solo, su gran amor y su amado hijo no estuvieron con él por cobarde, por obedecer a todos menos a sí mismo.
—Padre, por favor, ayúdame, no quiero a esa joven Magenta, es Alessa a quien amo — dijo el joven casi en súplica.
—Bien, si haces que tu madre acepte eso, yo te voy a apoyar, y si ella no te autoriza, deberás romper las reglas, incluso dejar de ser el príncipe heredero, si eso pasa, te apoyaré para que te cases con ella, es tu decisión de ahora en adelante — dijo el hombre casi sin mirarlo, solo mira sus documentos mientras que el joven está en un dilema, así que se fue a los aposentos de su madre, ella debe entender.
Así fue como Renan interpela a su madre, no permitiría que algo así pase, él amaba a Alessa.
—Madre, quiero hablar contigo sobre mi prometida, yo había elegido a Lady Alessa, no me voy a casar con Lady Magenta, es arrogante, absurda, torpe y estúpida, no lo voy a permitir — dijo Renan molesto mientras que la emperatriz solo lo mira sin ninguna reacción.
—Renan, siéntate, ahora me vas a escuchar, sobre que ser el príncipe heredero es una gran responsabilidad y tener a una emperatriz que esté a tu altura es más que importante — dijo la Emperatriz colmando la paciencia de su hijo.
—Madre, yo la amo, ella… — pero la emperatriz no había terminado con su lección.
—Sí, sí, la amas y es el amor de tu vida, pero…, ¿estás dispuesto a sacrificarla por tu amor?, suponiendo que te permito ponerla de emperatriz, pues bien, los nobles serán terriblemente hostiles con ella, no la aceptaran y lo peor será cuando tengas concubinas, ellas la destrozaran por mucho que quieras cuidarla, peor aún si la amas, ellas no permitirán morir secas, tarde o temprano te meterás en la cama de ellas, ¿le darás el dolor de compartirte con otras mujeres?, no creo que ella se sienta bien por eso.
—Que te quede claro que tu mandato será débil y sin apoyos importantes, tarde o temprano tendrás que sacarla como emperatriz para protegerla, y eso sí será una deshonra para ella.
—Si quieres ponerla como concubina será peor, tu emperatriz la asediará porque tiene tu corazón, será tu punto débil y tú serás su punto débil.
La emperatriz le dio una mirada a su hijo mostrando lástima por el destino de su hijo.
—¿Ahora quiero saber si estás dispuesto a verla sufrir todo eso solo porque “la amas”?, ¿eres así de egoísta?, déjala libre, tu destino es otro muy diferente al de ella, serás infeliz y la harás infeliz, ahora, acepta tu destino y deja de ser infantil, si quieres dejar de ser el príncipe heredero recuerda que fuera de estas murallas y sin ese título no eres nadie, nos sabes trabajar como un plebeyo, la someterás a una vida de sacrificios y privaciones más aún cuando sea ella quien tenga que mantener su hogar, ahora retírate, vuelve cuando estés dispuesto a soltar tu título y ser un plebeyo por ella, mientras tanto, te casaras con Magenta Duncan, y eso es todo — la mujer dijo mientras Renan está mudo, la cruel realidad de su destino lo ha dejado shockeado, no encuentra la forma de tener a Alessa sin lastimarla y sin él perder su título, es algo que no quiere ceder, es el príncipe heredero y el futuro emperador.
*_*
Dos meses después, la fiesta de debut de las jóvenes había llegado, Alessa no había recibido noticias del príncipe desde ese día, ella estaba angustiada, había un dolor en su corazón, algo le decía que venían problemas, y no era solo un presentimiento, Alessa guardaba un gran secreto, algo que ella había ocultado durante toda su vida, una carta que le había dejado su madre decía lo que pasaba, esto hizo que Alessa sepa que su vida no sería normal a no ser que guarde el secreto.
Alessa se sorprendió al ver que su padre le había traído un hermoso vestido, ella realmente lo agradece, de todas formas, era su debut, así que no lo tomó como algo demasiado extraño.
Toda la familia se dirigió al palacio imperial, Magenta miraba a Alessa con burla, sin embargo, a ella no le importaba, su hermana mayor siempre la molestaba, pero Alessa la quería, entendía que su hermana es fiel a su madre, quien sentía celos de la madre de Alessa y por eso la justificaba.
Cuando llegaron, varios jóvenes nobles miraron con interés a la hermosa Alessa, Magenta estaba indignada, la belleza de Alessa era notable, más que notable, las damas de la sociedad estaban molestas al ver a sus hijos, mirar emocionados a la hermosa niña, pero al ser la hija de una concubina era no deseada para ellas, a no ser como concubina de sus hijos, pero meter a una joven tan hermosa en su casa era un arma de doble filo para ellas mismas, sus maridos podrían desear a la mujer de su hijo.
La Duquesa estaba molesta, cuando Magenta debutó tuvo varios pretendientes, pero Alessa había llamado la atención de pretendientes de mayor rango, hijos de archiduques de otros imperios, la miraban con gran interés.
Cuando el evento inicio, se nombraban a las jóvenes debutantes, todos aplaudían, pero cuando se nombró a Alessa Duncan los aplausos eran más sonoros y llamativos, sin embargo, una figura alta vestida de negro observaba desde un rincón, veía la situación sin inmutarse, la máscara plateada con negro cubría cualquier emoción que llegara a tener.
Los emperadores ingresaron y todos los saludaron, el príncipe heredero los acompañaba junto a sus hermanos y hermanas, quienes eran hijos de las concubinas del emperador.
Renan, con 18 años, ya debía tener una prometida, se había tardado, sin embargo, al ver a Alessa tan hermosa ahí parada, su corazón se estaba por romper al saber lo que pasaría, sin embargo, Alessa tenía el corazón a mil por hora, ver a Renan ahí parado tan elegante y guapo la tranquilizaba, su corazón brincaba por la expectativa de que le proponga ser su prometida.
—Bienvenidos a todos, es un honor para nosotros hacer esta fiesta de debutantes, y más porque hoy el príncipe heredero anunciara su compromiso y esperamos que sea en buena hora — dijo el emperador con una falsa alegría, sabe que está condenando a su hijo a una vida de pena y dolor, de soledad y furia, sin embargo, él no había peleado por ese amor, igual que él, amó con locura a su amada Rosa, pero no la supo cuidar, no pudo hacer nada por ella, incluso no pudo evitar que la asesinen, aun cuando ella era tan diferente y especial, única en el mundo, su amado hijo que tuvo con su amada debió ser llevado lejos para que no muriera en manos de sus enemigos, es odiado por el fruto del amor con su amada, su hijo lo repudia y lo aborrece.
Renan tomó valor y pasó al frente, debía hacer su deber, lo que él consideraba que era por el bien del imperio, no había hecho el más mínimo esfuerzo por ella, pero se justificaba a sí mismo con eso.
—He tomado la decisión de tomar como mi prometida a una joven dama de la sociedad por sus virtudes, ella será una digna representante de nuestro imperio, así que invito a acompañarme a…
—Lady Magenta Duncan, hija mayor del Duque Duncan, quien será la emperatriz y madre del imperio — dijo mientras esquivaba la vista de los ojos sorprendidos de Alessa.
La hermosa niña estaba estupefacta, esperaba no haber escuchado bien, pero cuando vio a Magenta acercarse con una deslumbrante sonrisa hacia Renan, ella casi se cae de la impresión, se dio cuenta de que se habían burlado de ella, ahora entendía la mirada burlona de Magenta, la sonrisa perversa de la duquesa, solo ella se había creído todo esto, un príncipe heredero enamorado de la hija de una concubina, una hija inservible y sin utilidad.
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