Ivana una hermosa joven de 19 años quien ha sido elegida para ser la futura Emperatriz desde que tenía 14 años. Un acuerdo que hecho por la corte y aprobada por el emperador Víctor y el príncipe Julen.

Ivana: tenía 14 años cuando mis padres el marqués Francis Lard. Y mi madre Juana de Lard me informaron que había sido la elegida por la corte del emperador para ser la futura Emperatriz, esa noche llore y le pedí a mi padre rechazar el compromiso, pero él se negó alegando que esto le traería muchos beneficios y mi obligación era apoyarlos, para que mi hermano menor Joel, tuviera un futuro próspero.

Desde entonces me obligaron a estudiar y solo salía para asistir a las fiestas de té, de las duquesas con mayores influencias del imperio.

A los 17 años en mi fiesta de presentación a la sociedad conocí a mi prometido el príncipe Julen, me enamoré a primera vista, ya que era un joven hermoso y atento, todo un caballero, jamás había tenido un escándalo por líos de faldas, por lo tanto, imaginaba que sería fiel a mí y a nuestro compromiso.

Al cumplir 18 años él se marchó del imperio alegando que quería viajar y hacer varios tratados de paz con los imperios vecinos, ese día llore mucho, pues no quería alejarme de él, pues ya iba a empezar mis estudios de Emperatriz en el palacio, y pensé que tendríamos más tiempo para conocernos y tener un buen matrimonio. Pero no fue así él se marchó con su mejor amigo y escolta personal Cipriano.

Así pasaron 1 año y 8 meses. En los que el emperador Víctor me apoyo y enseño todos los deberes de ser una Emperatriz, cada día se tomaba dos horas de su agenda para estar a mi lado siendo mi tutor, claro tenía más maestros, pero, él decía que nadie conocía el imperio y sus obligaciones mejor que él, salíamos juntos a recorrer el pueblo y así ayudar a sus habitantes.

Un día sin más se anunció la llegada del príncipe Julen, fue el día más feliz de mi vida, al fin pondríamos una fecha para nuestro matrimonio y sería feliz con él, pero no fue así. Él llegó con su escolta Cipriano y una hermosa joven llamada Lidia princesa del imperio de Artmed.

Famoso por tener el mayor número de soldados dispuestos a ir a la guerra.

A pesar de todo Armand emperador a Artmed. Era un hombre justo, y no le temblaba el pulso en hacer justicia aun si está de por medio sus hijos.

Fue así que al llegar Julen pude ver en sus ojos que ya no había más atenciones hacia mí, aunque tampoco hacía la princesa. Él había cambiado mucho, y no entendía por qué. Intenté de mil maneras acercarme a él. Pero cada que podía buscaba una escusa y se marchaba. Lloraba por las noches por su indiferencia, pero él decía que seguía el matrimonio en pie.

Así pasó una semana desde su regreso y el emperador hizo una fiesta para anunciar la fecha del matrimonio. Ese día estaba feliz al fin la espera valdría la pena.

Recorrí todo el imperio buscando el vestido más hermoso que hubiese, esperaba que él se fijara en lo hermosa que estaba y así afianzar nuestro compromiso.

El día llegó todos entraron en el hermoso salón del palacio y a mí me tocó entrar con Julen del brazo, mis padres y el emperador ya habían hecho su arribo antes, cuando nos anunciaron todo era felicidad, abrimos el baile y yo veía todo color de rosa, hasta que el emperador nos llamó a su lado y dijo lo siguiente.

Amados habitantes de este imperio estamos aquí para anunciar que el matrimonio de mi hijo Julen con Ivana será en un mes, todos aplaudieron y vitorearon. Larga vida a los futuros emperadores, entonces se acercó la princesa Lidia pensé que nos iba a felicitar, pero no fue así. Ella se lanzó sobre el príncipe y lo hirió en el brazo, él la aparto, pero ella nuevamente se lanzó hacia él y yo me metí en medio para salvarlo y me hirió cerca del corazón. Fue entonces que Cipriano se acercó con más guardias y la arrestaron. Entonces ella le decía yo te amo Julen conmigo deberías casarte no con ella.

Él estaba enojado entonces respondió que no entiendes que no me gustas, la verdad es que no me gustan las mujeres, me gustan los hombres solo me iba a casar con ella por el bien del imperio, yo amo a Cipriano y tú nunca serás él.

Fue allí donde entendí que había sacrificado tanto por nada, él no solo no me amaba, jamás me iba a amar, el dolor de la herida con el dolor de mi alma me llevó a la inconsciencia, así dure 2 días donde solamente escuche que el emperador Armand llegó por Lidia y se la llevó para recluirla en un monasterio por el resto de su vida. Julen pese a todo logró su amor con Cipriano la corte aceptó siempre y cuando en el futuro él debía de alguna manera dejar un heredero.

Pues todo esto me lo contó el emperador Víctor, pues así mismo me confesó que me amaba que luchará por vivir, pero no podía entendí que el príncipe era solo una ilusión y en realidad amaba al emperador, puesto que él había estado conmigo cada día y procuraba hacerme feliz, durante ese tiempo jamás me visitó mi familia, estaba sola y él era mi amor prohibido.

Al sentir que daba mi último respiro solo me arrepentí de no ver que el amor real estaba cerca de mi, que me habría gustado decirle que yo también lo amaba. Así morí mientras Víctor sostenía mi mano y lloraba mi partida.

Despierto asustada, estaba sudaba y me dolía mucho la cabeza, me sentía desorientada hasta que entró Susana mi doncella, se acercó y me dice; mi lady que bueno que despertó estaba muy asustada ha tenido mucha fiebre y ha dormido por dos días.

Apenas pude pedir agua, ella caminó hacia una mesita y tomó un vaso y lo lleno de agua y me ayudo a sentarme y a beberlo, cuando termine le agradecí y le pregunte qué día era y me dice que era 14 de agosto del xxxx. Y yo me puse a pensar eso fue hace 6 meses, recuerdo perfectamente ese día.

Aún vivía en casa de mis padres, pero asistía todos los días al palacio para recibir mis clases, en fin, hace dos días mi padre estaba enojado, ya que había pasado más de un año que el príncipe se había ido y él quería que me casara pronto, pues sus negocios despegarían más si ya estaba casada; sin embargo, yo le dije que no apresuraría nada, que lo quería y sería paciente a que él regresará y pondríamos la fecha, solo sentí como golpeó mi mejilla con su mano y yo caí al suelo golpeando mi cabeza con un mueble de madera.

Mi madre estaba realmente enojada conmigo por llevarle la contraria a mi padre y con mi padre por pegarme, solamente se les ocurrió decir que yo me encontraba con un resfriado y no iría en unos días.

Lo que no contaron fue que el emperador Víctor llegó el mismo día que desperté, pues esos días había tenido fiebre debido al golpe, el médico incluso pensó que tal vez no despertaría pues el golpe fue muy fuerte, por ello se vio en la obligación de informar al emperador aún en contra de mis padres. Escuchaba mucho ruido aún estaba procesando lo que había pasado con mi regreso, cuando la puerta se abrió y entró él, mi corazón latía con fuerza y me ruborice pues se veía muy apuesto, se veía sudado pero muy sexy, y cuando me vio se acercó y detallo mi rostro, yo solo cerré mis ojos al sentir sus manos en mi cara, y luego se separó de mí, estaba enojado y ordenó recoger todas mis cosas, yo sabía lo que iba a pasar me mudaría al palacio y estaría más cerca de él.

Me emocioné al saber que nuevamente lo tendría cerca, pero debía ser discreta, lo iba a conquistar, esta vez iba a ser exclusivamente mío, y mi amado prometido se convertiría en mi hijo.

Al salir del marquesado, mi madre lloraba, puesto que ya no me vería, la amaba, era mi madre y antes del compromiso éramos una familia feliz y unida, pero ambición de mi padre fue alejándonos y mi madre por amor a él, nunca le dijo que no. Grave error, lo sé, más tarde se darían cuenta. Mi padre, por otro lado, se veía cansado y arrepentido por lo que hizo, pero su orgullo no dejó disculparse, cosa que más adelante si lo hará.

Mi hermano no se encontraba en casa era menor que yo por 2 años, pero desde muy pequeño mostró su interés por las armas además era muy bueno en los estudios que mis padres decidieron enviarlo a un instituto para jóvenes prometedores, y él se fue feliz, además que volvería en un año aproximadamente. Sería el próximo marqués y con ello llevaría a la cima los negocios y sería el encargado de reunir a la familia.

Nuestra protagonista Ivana

Nuestro protagonista el emperador Víctor

El príncipe Julen

Víctor

Cada noche sueño con ese maldito día, que ella se fue de mi lado, durante casi dos años ella fue mi amiga, al principio veía lo hermosa que era, sabía que solo la debía ver como mi hija, pero al ver a hijo irse bajo esas escusas de hacer alianzas y tratados de paz sabía bien que no estaba feliz con su próximo matrimonio y lo entendía.

Yo también me vi obligado a asumir el trono desde que tenía 15 años, y un año después a casarme con Inés, la madre de Julen, en esa época hubo una fuerte pandemia y muchas personas perecieron incluyendo mis padres y mi hermana, aunque en parte fue porque algunos nobles intentaron apoderarse del reino aprovechando todo el caos, pero no contaron que yo no me contagie y no me deje manipular. A pesar de mi dolor y mi soledad logré estabilizar el imperio y conseguir pruebas de traición de esos nobles, así conseguí el respeto de la corte y asumí el poder.

Casarme con ella fue el mayor error de mi vida que me dejó lo mejor de mi vida. Fuimos obligados a casarnos, no nos queríamos y apenas nos soportamos, la noche de bodas ni siquiera la consumamos pues ella no quería y tampoco la iba a obligar. Un mes después su madre se enteró que no habíamos consumado el matrimonio y nos invitó a una cena, nos dio un pequeño afrodisíaco en la comida y fue la única vez que estuvimos juntos, recuerdo que lo hicimos y fui delicado, pero aun así no me sentí bien con eso, y ella igual, al otro día solo me dijo espero que sea suficiente para quedar embarazada pues no quisiera volver a estar contigo y lo entendía, no teníamos nada en común, éramos totalmente distintos y no nos interesaba acercarnos. Así paso tres meses yo pensaba que esa vez no quedó embarazada, pero no fue así, un día se sentía muy mal y el médico llegó al examinarla me informó que efectivamente estaba embarazada de 3 meses, estaba feliz por ser padre y a la vez aterrado al pensar como íbamos a criarlo sino nos soportábamos, ella no hacía sus deberes de Emperatriz y yo tenía demasiado trabajo y era muy joven. Durante el embarazo apenas cruzamos palabras y todo relacionado con el bebé. El parto fue muy difícil y ahí me informaron que ella no se cuidaba adecuadamente, no comía lo necesario para su bienestar y el del bebé porque no quería perder su figura pues según ya había perdido demasiado al casarse conmigo. El parto se complicó y apenas logró nacer mi hijo un poco bajo de peso y con algunos problemas para respirar, ella, sin embargo, perdió mucha sangre y no resistió.

Pasó un mes y mi hijo estaba sano y fuerte. La corte intentó obligarme a contraer nuevamente matrimonio y me negué incluso los amenace con expulsarlo del imperio si seguían insistiendo, y gane. No me volví a casar y no conocí el amor hacia una mujer. En mi vida solamente éramos mi hijo, el imperio y yo.