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Mientras La Lluvia Cae

El comienzo

Veo como el estúpido no deja de ver mi cuerpo, ni siquiera disimula, es un desgraciado, si los ojos fueran manos, me sentiría violada, aunque no es mucha la diferencia, me da asco este tipo de personas, simplemente tomo aire y suspiro, son cosas por las que tiene que pasar toda mujer, no soy ni la primera... Ni la última.

-Disculpe, ¿ya termino de ver mi hoja de vida?

-siii.. Sii.. Señorita, usted ha trabajado en diferentes lugares, como panaderías, librerías, zapatería, pero nunca en una oficina, ¿tiene usted idea de como manejarse en este ambiente?

¿Quién hace ese tipo de preguntas?, por supuesto que no le diré que ni siquiera sé usar la impresora 🙄, necesito este trabajo, doy la mejor sonrisa que tengo y digo...

-¡por supuesto!, casi me graduó de licenciada en administración - solo que nunca hice mis prácticas pero eso... No tiene por qué saberlo él

-perfecto, entonces, le estaremos avisando cuando será el día de su ingreso

-muchas gracias - digo mientras me levanto de la silla y salgo de ese lugar

Que desagradable, aún siento la mirada de ese degenerado a mi espalda, espero no tener algún tipo de problemas mientras trabaje en ese lugar.

Entre a una cafetería, porque no había comido nada en todo el día, pedí un café y un sandwich, esto tendrá que ser suficiente hasta llegar a casa, me subo a un autobús y sin darme cuenta... Mis ojos se cierran...

-señorita... Señorita... Seño... - me despierto porque siento como mueven mi cuerpo de un lado a otro - ah que bien, usted está despierta

Intento enfocar mi vista y logro ver a un señor con preocupación reflejada en su rostro.

-¿en dónde me encuentro? - alcanzo a decir

-usted está a las afueras de la ciudad, en la empresa de transporte Urban New, al parecer se ha quedado dormida en una de nuestras unidades... ¿Tiene cómo llegar a su casa?, los vehículos no saldrán del establecimiento hasta el día siguiente

-no se preocupe, muchas gracias por despertarme, y disculpe las molestias

Este día está yendo cada vez mejor, definitivamente no tenía que salir de mi casa, lo que hago es, dar un par de pasos fuera del establecimiento y empiezan a caer gotas de lluvia, veo a los lados para verificar si hay algún sitio donde pueda refugiarme y bingo...

Diviso un sitio grande, similar a un galpón, se ve oscuro, sacado de una película de pandilleros, que al parecer es clandestino, quizás un bar... Pero tendrá que servir...

-hola guapo, ¿qué es lo que tendría que hacer para lograr entrar a este lugar? - casi vomito en mi boca pronunciando esas palabras, pero por lo menos noto interes en el guardia

Al ver lo dispuesta que al parecer estaba, no lo dudo mucho y fue en busca de alguien que lo reemplazara

-ja... Idiota...

Entre al lugar y no era lo que pensaba...

Es un lugar lujoso se pueden ver asientos de cuero a los lados, gente vestida con trajes y en el centro Una Jaula de MMA.. Dentro había un hombre como de 2 metros!, quizás 1,90... Con músculos por todos lados.. ¡Es gigante!... Si me movía un poco podía ver a otro hombre de más o menos la misma altura pero con menos músculos, ¡lo van a aplastar!, no se logra ver su cara porque está cubierta con un pasamontañas, a pesar de que tiene menos músculos que el otro hombre... Este es más sexy...

Al parecer... Se dio cuenta de que lo estaban buceando y me guiño el ojo 😳... esos ojos... tengo que ocultarme....

Encuentro un sitio alejado donde nadie puede verme, pero puedo ver perfectamente el combate, el hombre más grande empezó a lanzar golpes a ciegas, alternaba entre puños y patadas, pero ninguno conectaba como el quería, el otro en cambio es muy ágil, parece que juega con él... Hasta que se cansa y decide dar un golpe... Se pone de cuclillas y con un movimiento rápido da una patada a los tobillos del hombre más grande, este pierde el equilibrio y cae de espalda, aprovechando esto el hombre con pasamontañas se monta sobre él y empieza a golpear hasta que se rinde....

-bueno... Al parecer, el campeón sigue siendo el campeón - se oye por unos parlantes - un aplauso para storm

Todo el mundo empieza a aplaudir pero el hombre no se encuentra en la tarima

-¿me buscabas? - volteo y veo esos ojos... Unos hermosos ojos grises....

¿Otra vez tu?

¡Maldita sea! ¿Cómo este tipo me encontró? Aparte, ¿qué es lo que quiere? De cerca se ve aún más intimidante. El hecho de que yo tenga 1,55 de estatura y esté agachada no es que ayude mucho...

-¿Disculpa?

-Preguntaba... Si me estabas buscando... Es que no dejabas de mirar la pelea...

-Bueno, sí, ese es el punto de venir a un lugar como este, ¿no? - Este tipo me está poniendo nerviosa, ni siquiera puedo ver su rostro.

En un momento de descuido, agarro mis muñecas y me pego a la pared. ¿Qué demonios?

-Sí, ya la viste y yo gané, creo que te tomaré como premio - Este tipo es un degenerado, tengo que buscar la manera de salir de aquí, y como si aún me quedara una gota de suerte, las luces se apagaron... Me acerqué un poco más a él y le susurré al oído:

-En tus sueños, imbécil... - Eso lo desconcertó, así que solté mis muñecas, subí mi rodilla hasta que conectó en su entrepierna y salí corriendo del lugar.

Mi celular empezó a sonar en mi bolso, lo saqué y vi el identificador de llamada. No podría estar más feliz.

-Hola, Sean.

-¿Qué hay, princesa? Estoy en tu casa, pero veo que no estás... ¿Dónde te has metido?

-Escucha... Me quedé dormida en el autobús y ahora estoy a las afueras de la ciudad, hacia el norte. ¿Podrías por favor venir por mí?

-Claro, ya voy en camino.

Pasó una hora cuando un jeep negro se estacionó frente a mí y un rubio muy guapo salió de él.

-Sean...

-Por Dios, estás empapada... - Dijo quitándose la chaqueta y colocándola en mis hombros.

Sean era uno de los pocos hombres en los que podría confiar. Es mi amigo desde que estamos en la secundaria y me ha cuidado y protegido desde entonces. Siempre está cuando lo necesito.

-Vamos a casa.

En el camino de regreso le cuento todo lo que me pasó, sin omitir nada. No sé en qué momento me quedé dormida, solo sentí cuando unos brazos fuertes me dejaban en la cama.

-Hoy fue un día duro, princesa. Es hora de dormir.

Sabía que era Sean. Estaba bien, a salvo y seguí durmiendo...

Un sonido desquiciante no dejaba de interrumpir mi sueño, así que a tientas busqué mi celular para apagarlo de una vez, pero decidí contestar.

-Diga...

-Buenos días, señorita Denver. Le hablamos desde las Oficinas de Maxxwall para informarle que su solicitud de empleo ha sido aprobada. Debe venir a las oficinas el día de mañana a las 7 de la mañana.

-Oh, claro. Muchas gracias.

Por lo menos mi día empezó bien. Decido que, como es mi último día como mujer desempleada, necesito disfrutarlo. Así que me visto y salgo hacia el centro comercial. Un helado no me caería mal.

Cuando voy llenando, una moto se atraviesa en mi camino.

-¡Idiota, aprende a conducir!

En ese momento, el motorizado se baja de la moto de manera muy amenazante, parecida a la de un león cuando acecha a su presa. Era un hombre grande.

-Nos vemos de nuevo, morena -dice mientras se sube el visor de la moto-. Esos ojos... Eran los mismos ojos grises de anoche... -El destino quiere que nos reunamos nuevamente...

-Ya quisieras... -¿Por qué este tipo otra vez? ¿Qué hice? ¿A cuántos gatos maté en mi otra vida?

-Creo que me debes algo. Ese golpe no fue nada suave, así que necesito una recompensa.

Sin avisar, anunciar o siquiera pedir permiso, pasó su brazo por mi cintura y me atrajo hacia él. Intenté salir de su agarre, pero era muy fuerte. No sabía qué podría hacerme. Me hizo sentir tan indefensa que no sabía qué hacer, hacia dónde mirar o cómo escapar.

-Bueno, será para otra ocasión... Sé que mueres por mí, pero me tengo que ir. Hasta luego, morena -dijo lo último mientras me guiñaba un ojo.

¿Quién se cree que es este imbécil? Aunque debo admitir que está muy bueno el desgraciado, no estaría mal dormir una noche con él... ¿Pero qué demonios pasa por mi mente?

Veo la hora y me dirijo a un restaurante para pedir dos almuerzos para llevar. Voy al gran edificio de Style Green y subo al piso 12. Es habitual para mí pasar por aquí, así que las personas en las oficinas no me prestan atención. Cuando llego a la oficina de presidencia, toco la puerta. Espero que avisen que puedo pasar y entro.

-Hola, príncipe. Vine a agradecerte por rescatarme anoche. Ya te debo un millón. No sé qué haría sin ti. Eres mi caballero de brillante armadura -digo dramáticamente.

"Muy graciosa, princesa... ¿Qué tal estás? Anoche te veías muy cansada, así que no te quise molestar", dijo Sean.

"Oh, cierto... ¿Por qué me estabas buscando?", preguntó la princesa.

"Necesitaba hablar contigo. ¿Por qué no quieres trabajar para mí? La vida sería mucho mejor y sé que eres una mujer trabajadora", respondió Sean.

"Lo sé, Sean. Es solo que no quiero que piensen que estoy aquí por mover algunos hilos. Quiero abrirme paso sin ayuda, tal vez terminar mi carrera", explicó la princesa.

"También puedo ayudarte con eso. No es mucho lo que te falta", ofreció Sean.

"Ya no importa. ¡Encontré trabajo!", exclamó la princesa. Podía ver la sonrisa genuina de Sean. Él se preocupa por mí.

Después de comer, me despido de Sean y me dirijo a mi casa. Muchas emociones por hoy. Justo cuando voy saliendo de la empresa, alguien choca conmigo y derrama café frío sobre mí.

"Ups... lo siento", dijo la rubia desteñida que trabaja como secretaria.

"¿Lo siente? Sí, claro... La muy perra me odia. Simplemente no entiende que Sean no la quiere. No es para nada su tipo", pensó la princesa.

"Ah, claro... No hay problema. Debe de ser difícil para ti con tu problema", dijo la princesa mientras se tocaba la barbilla como si lo estuviera pensando.

"¿Problema?", preguntó la secretaria confundida.

"Sí, el síndrome de Tourette", dijo la princesa.

"¿De qué estás hablando?", preguntó la secretaria.

"Mmm, ¿no es eso lo que tienes? Pensé que sí cuando le picabas el ojo de manera intermitente a Sean el otro día... Pensaba que estabas teniendo un episodio... Ya sabes...", dijo la princesa mientras se iba conteniendo la risa.

La oxigenada esa debe de estar intentando procesar la información, o quizás no sepa acerca del síndrome. Me da igual.

Estas en mi mente...

Las estadísticas son las siguientes: si avanzamos por este lado, nuestras ventas aumentarán. Solo escucho ruido a lo lejos, mi mente está en otro lugar... En una piel tostada, una cinturita pequeña, unas piernas torneadas, un trasero provocativo... Esos ojos que desprendían furia... Todo envuelto en 1.50 de altura... Mierda... No puedo sacármela de la cabeza...

- Amigo... ¿Qué te pasa? No prestaste atención a la reunión... Se te notaba en la cara.

- Escuché lo básico, que este trimestre tiene sus altas y bajas... Según las estadísticas, tenemos oportunidad de seguir escalando en el mercado, solo necesitamos una buena publicidad y es todo.

- ¿Cómo puedes concentrarte en todo? Claramente vi que estabas distraído...

- Eso no es importante, escucha, necesito salir... ¿Me cubres por hoy? - Josh se quedó pensando como si tuviera otra opción, así que se lo hice más fácil - ¡Gracias! Te debo una.

Necesitaba despejar mi mente, así que doblé la esquina y así sin más... Regresé a las afueras de la ciudad, directo a "El Castillo". Es un galpón clandestino donde los ricos vienen para apostar. Pueden verse gordos, con barba y trajes. La primera vez que vine fue para averiguar acerca de un empresario. Se decía que recurría mucho a este sitio. Sin darme cuenta, ya estaba en la jaula. Debido a mis ataques de ira y a mi temperamento, estuve constantemente entrenando diferentes tipos de deportes de defensa personal durante mi adolescencia y así empezaron mis inicios. Nadie se imagina que detrás de ese pasamontañas hay un hombre de negocios.

- Hey Gary, ¿qué tal una pelea? - Gary es uno de los mejores peleadores y normalmente está entrenando. Es un tipo agradable.

- Claro, ¿por qué no?

La entrada al ring fue la única oportunidad que tuve para estar de pie. Estaba muy desconcentrado. Fue en ese momento que decidí... Tengo que saber quién es esa morena.

Pero... ¿Por dónde empiezo? Solo la he visto dos veces en mi vida. Nunca pregunté su nombre y los sitios eran públicos. Solo sé su apariencia y que tiene un carácter de perros. Sé que la noche del bar la conocí por casualidad, así que no la volveré a ver aquí. Toca ir al centro comercial.

Toma mis cosas y decido volver a la empresa, ya que hoy no la volveré a ver...

- Por fin llegas, hoy tenemos una reunión con el representante de Maxxwall, viene por el trabajo de publicidad.

- Bueno, ese es tu trabajo, ¿por qué estás aquí?

- Porque estaba haciendo TU trabajo, idiota. Retoma el proyecto de ventas con los centros comerciales mientras yo atiendo a la gente de Maxxwall.

Es allí cuando la veo. Tenía unas carpetas en las manos, parece una secretaria sexy. Estaba viendo por los alrededores y se veía un poco incómoda. Una sonrisa involuntaria apareció en mis labios.

- Hey amigo, ¿por qué no te encargas de los centros comerciales y yo de la gente de Maxxwall?

Josh me veía con los ojos entrecerrados y sus sospechas eran evidentes en su cara.

- ¿Por qué tomarías algo tan aburrido como eso?

- Tengo mis razones. Ahora ve con el personal de los centros comerciales.

- Ya que...

Hoy definitivamente es mi día de suerte. Después de todo, no tendré que buscar una aguja en un pajar. Mi presa entró en mi territorio. Con paso sigiloso me acerco a ellos...

- Buenos días. ¿Son ustedes los representantes de Maxxwall? - Ambos voltean a verme. El hombre es el primero en reaccionar y me extiende la mano.

- Sí, mucho gusto. Soy Charles García, el gerente de diseño en Maxxwall, y la señorita acá es mi secretaria. Su nombre es Samantha Denver...

Una sonrisa aparece en mi rostro al ver que ella me reconoce. Lo sé porque en sus ojos veo la molestia reflejada. No sé por qué su constante rechazo se siente como seducción para mí...

- Un placer. Mi nombre es Andrew Martín. Hoy seré quien escuche sus propuestas y, dependiendo de su desempeño, daré mi veredicto. Pueden seguir por este pasillo y hablaremos de esto en la sala de reuniones.

Puedo ver cómo ella voltea los ojos, pero aún así sigue hacia donde le indiqué.

- Señor Martín, nuestra propuesta está basada en esta gama de colores para sus diseños, y tal vez sea bueno un comercial para el acné, un antes y después...

Señor García, entiendo que usted ha estado enfocado en que nuestros nuevos productos están destinados a la limpieza y cuidado del rostro, pero ¿no le parece muy vago decir "un comercial para el acné"? Es decir, usted planea hacer lo mismo que todo el mundo. Eso no nos sirve, necesitamos algo único, algo que cambie la monotonía de la promoción de este tipo de productos.

No me malinterprete, estamos tanteando las aguas. Normalmente, el cliente no se arriesga mucho en estos casos, pero ¿qué le parece si se usa durante el rodaje de alguna película? ¿O en videos de influencer? Tal vez un comercial donde muestre lo satisfactorio que es tener un rostro limpio y la suavidad que deja. Existen muchas opciones. Todo lo estuvo explicando la morena, atrayendo mi atención. Tiene fácil desenvolvimiento, pero algo molesto me distrae.

No la tome en cuenta, señor Martín. Es nueva y no sabe bien lo que dice. Samantha, entrégale los folletos al señor Martín.

Cuando la morena se acerca a mí, distingo la mirada del hombre. Estaba viendo descaradamente el trasero de esta hermosa mujer. Solo lujuria hay en sus ojos.

Ven aquí, Samantha. Siéntate a mi lado, dice él mientras saliva. Es como ver a un cerdo. Está acabando con mi paciencia.

Entiendo que ustedes tienen sus modos, pero lo que nos presenta la señorita Denver no me parece mala idea.

Oh, no dije que estuviera mal. Es solo que no sabe seguir indicaciones. Si usted desea seguir alguna de sus ideas, podríamos ajustarlo a un nivel profesional.

Entiendo...

Ahora bien, si mira nuestro folleto...

Dejé de escuchar cuando finalmente mi paciencia se agotó. El cerdo estaba subiendo su asquerosa mano por las piernas de la morena. Entiendo que ella es muy tentadora, pero eso no quita el hecho de que me moleste que él lo haga. O el hecho de que ella refleja repugnancia.

Es todo. Parto el lápiz que tengo en mi mano, intentando relajarme, pero no puedo más. Mi respiración es errática y simplemente algo en mi cabeza vuela.

-Desgraciado, ¿qué te crees que haces? Eso que estás haciendo debajo de la mesa es acoso laboral, está penalizado por la ley. ¿Quieres que te refunda en la cárcel, pedazo de escoria? - Cuando me acerco para golpear al tipo, que está tan pálido como una hoja de papel, una pequeña mano me detiene y otra mano similar conecta con la mejilla del hombre.

-¡Eres un pedazo de basura! - Dice la morena dirigiéndose al señor García - Entenderá usted que mi renuncia estará sobre su escritorio el día de mañana y con ella una citación a un juzgado. Pensé que podría manejar a una persona desagradable, pero usted ha llegado a un extremo físico... Por otro lado, señor Martín, agradezco su ayuda, pero no la necesito.

Sin más, la chica tomó sus cosas y salió de la oficina dejándonos con la boca abierta.

-Señor Martín, puedo explicarlo, yo…

-Olvídelo, ella lo ha salvado de una golpiza. Debido a su falta de profesionalismo, decidimos no colaborar con su empresa. Puede retirarse...

Luego de decir lo último, salgo de allí y me dirijo a mi oficina. Otra vez se va sin conseguir su contacto, pero al menos sé su nombre... Samantha Denver sabrá de mí muy pronto...

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