Tu tío se casará con Rafaela.

Alessandro miró a su madre desconcertado, la mujer la cual él estaba interesado se casaría con su tío.

- Madre.. no puede mentirme de esta manera.

Alessia miró con profunda tristeza a su hijo, ella mandó a llamarlo y ambos estaban en la habitación de la emperatriz.

- ¿Cómo podría mentirte acerca de esto?

- Ella no se puede casar..

- Yo quise que ustedes se comprometieran pero los Archiduques Keith ya habían dicho antes de que a su hija le interesaba alguien más.

- Y ese alguien tuvo que ser su hermano?

- Ustedes tres crecieron juntos, pero ella se enamoró de él.

- Y mi tío aceptó casarse con ella?

- Si, fue un matrimonio arreglado por mis padres y los padres de ella, tu tío no se opuso, supongo que también siente lo mismo.

- Espero que no le haya contado de mis sentimientos a nadie, mucho menos a su familia, no quiero ser observado con lástima.

- Mi familia son tu tío y tus abuelos, ellos no te verían de esa manera.

- Pero yo así lo siento, gracias por contarme de esto antes de haber cometido un error al proponermele y después ser rechazado.

Alessandro se fue de la habitación de su madre con un corazón destrozado, al abrir la puerta vio que su padre estaba afuera y solo lo saludó con una reverencia, para después despedirse de la misma manera.

- El está sufriendo cariño, puedo sentirlo._ Dijo la emperatriz sentada al borde de la cama tocándose el pecho.

Sabía que su hijo sentía algo especial por la hija de sus amigos, no quería que el tuviera un amor no correspondido.

- Nadie manda en el amor, nuestro hijo pronto podrá entenderlo.

El emperador se sentó al lado de su esposa y la abrazó, lo sentía por su hijo pero el prefería de que Alessandro esté casado con alguien que lo ame, y si la hija de los Archiduques no podía corresponderle se entendía perfectamente.

- Hermano tengo a unas amigas que quieren verte, puedes escoger a una de ellas para que ....

- Elissa métete en tus asuntos y a mi déjame en paz.

- ¿Qué tienes? Nunca me habías hablado así.

- Acostúmbrate y deja de estar queriendome presentar a esas jóvenes que solo se juntan contigo para acercarse a mí._ Dijo el príncipe mientras se alejaba de su hermana menor.

- Alessandro...

Elissa se sintió herida con lo que le dijo su hermano mayor.

- Princesa!._ Gritaron las doncellas de ella alarmadas.

El príncipe volteó al escuchar el alboroto y se encontró con su hermana en el piso desmayada, él corrió hacia ella y la cargó para llevarla a su habitación.

- ¿Por qué la dejaron salir si estaba enferma?!

- La princesa insistió, ella pensó de que se le pasaría la fiebre si salía a pasear.

- Su obligación es cuidarla, si era necesario encerrarla para que reposara hasta que se sienta bien se hubiera hecho eso!

- Lo sentimos príncipe._ Contestaron las doncellas con miedo.

La puerta se abrió y entró la emperatriz antes que su esposo para ver la condición de su hija, ambos fueron avisados de que la princesa estaba enferma y ahora cayó en cama.

- No les dije que me tenían que imformar lo que pasara con ella?

- Emperador fue nuestra culpa, perdonenos.

A pesar de que los años fueron pasando, el emperador Derec siguió con el título de ser un tirano y es que eso a el le convenía ya que muchos de sus enemigos no se atrevían a hacer nada por temor a que el los tenga en sus manos.

- Vayanse y es la última vez que no me informan de esto, para la próxima su descuido traerá consecuencias.

Las doncellas se fueron con miedo, siempre le temieron al emperador y es por eso que se dedicaban a hacer bien su trabajo antes de ser reprendidas o castigadas.

- Derec no fue la culpa de ellas, deja de actuar así.

- Ellas fueron contratadas especialmente para que estén al lado de nuestra hija y vean por su salud.

- Pero ya dijeron que fue Elissa la que insistió.

- Alessia, no siempre puedes confiar en los demás y por más que nuestra hija tenga la culpa, hay enemigos que esperan una oportunidad para lastimarla.

- Mi padre tiene razón, acuérdese de la última doncella que trabajó para cuidar a mi hermana, la secuestró cuando apenas ella tenía seis años madre.

- Creo que están en lo cierto..

Habían intentando varias veces acabar con la vida de la princesa solo para ver acabado al emperador, desde que empezaron los atentados en contra de la familia imperial, Derec se volvió más frío y tirano con todos.

No debiste salir Elissa.

- Hermano yo solo quería verte.

- Perdón por haberte gritado.

- Tu tienes razón, las jóvenes que dicen ser mis amigas solo se acercan a mi por ti.

Elissa ya había despertado y lo primero que vio fue a su hermano preocupado por ella, el príncipe le dijo a sus padres de que el la estaría cuidando y que ellos podían ir a resolver los asuntos del imperio ya que eran muchos.

- Lo siento.

- No importa, a pesar de que tengo catorce años puedo entenderlo.

Alessandro se arrepintió de haberle dicho eso a su hermana, no quiso ser duro pero el en ese momento estaba pasando por otro dolor, el cual era difícil contarle a alguien.

- Quiero ir.

- No, no lo permitiré, Derec dile algo._ Dijo la emperatriz desesperada en busca de ayuda.

- Es lo que ha decidido._ Contestó el emperador sin ninguna expresión.

Alessandro se reunió con sus padres y les dijo de que el quería ir a luchar con el imperio vecino para ofrecerles su ayuda en la guerra.

- Yo no lo autorizo.

- Madre, desde pequeño he practicado con la espada y soy usuario de tres elementos como mi padre, me siento avergonzado de llamarme a mi mismo príncipe heredero cuando no he ido a batallar una sola vez.

- Pero hijo, no quiero que te suceda nada.

- No confía en mí? El imperio vecino pidió nuestra ayuda y cuando nosotros la necesitemos quiero que el favor sea regresado.

- No cambiarás de opinión por más que te ruegue verdad?

- No quiero que me ruegue madre, quiero que confíe en mi, mi padre a los dieciséis pisó un campo de batalla, yo tengo diescinueve y no tengo experiencia en una.

- Yo confiare en ti, prometeme que te cuidarás.

- Se lo prometo.

Alessandro a parte de que quería ganar experiencia, también quería mantenerse alejado de su imperio, las cosas no volverían a ser las mismas después de que el regresara.

~ 2 AÑOS DESPUÉS ~

- Hermana por favor, te lo suplico.

- Ya dije que no._ Respondió la joven cerrando uno de los libros que leía.

- Nadie notará la diferencia.

- Padre si lo hará Lúan.

- El tampoco se dará cuenta.

- Olvídalo, ¿yo vestirme de hombre? ¿Estas loco? ¿Cómo puedes pedirme eso?

- No quiero ir a esa reunión, padre me está obligando a hacerlo._ Se quejó su hermano mayor.

- Eres el heredero del archiducado, tu deber es reunirte con varios nobles y hacer crecer nuestros negocios.

- Solo tengo diescisiete, podré tener mucho tiempo en el futuro para hacerlo.

- Se te olvida que pasó la última vez que me hize pasar por ti?._ Preguntó Luna a su hermano mirándolo con unas ganas de asesinarlo ahí mismo.

- No pasó nada grave.

- Casi pierdo mi primer beso con una mujer por tu culpa!

- No es mi culpa ser irresistible y que tu te parezcas a mi.

- Aveces creo que debimos nacer en diferentes años, te aprovechas porque somos gemelos.

Luna no podía olvidar que cuando cumplió catorce años le había hecho un favor a su hermano de vestirse como el, aquel día lo hizo solo para que el dejara de insistir tanto, pero se arrepintió después ya que una joven lo confundió con el verdadero y se le declaró.

Esa era la razón por la que Lúan le había pedido ese favor, quería que su hermana rechaze a la joven en lugar de él, pero no se imaginó el desastre que se le venía encima cuando se enteró de que la joven que Luna había rechazado por el, se le había aventado para robarle un beso.

- Esta es la última vez, te lo pido.

- De que sirve vestirme como tú? Ambos hemos crecido y estas más alto que yo, tu cuerpo es más grande que el mío.

- He estado entrenando, gracias por el cumplido.

- No lo fue hermano.

Lúan trajo una maleta en donde tenía calzado masculino que por el interior estaba bien diseñado para alzar la altura y conjuntos que normalmente usa.

- ¿Y esto?

- Lo he estado preparando para que ocupes mi lugar cada vez que haya reuniones y padre quiera llevarme.

- Definitivamente no lo haré, soy una dama y no puedo estar vistiendome de hombre.

- Hermana si lo haces prometo comprarte todos los vestidos que desees, se que te gustan los más caros y glamurosos dignos de una princesa.

- Uhmn..

- Por favor! Y también buscaré los libros antiguos de historia, te compraré joyas.

Esa oferta le estaba gustando a Luna, su hermano sabía cuáles eran los gustos y preferencias de ella.

- ¿Qué pasa si nuestro padre me descubre?

- Le diré de que fui el que insistió para hacerlo, pero al menos esfuérzate para actuar como yo.

- Y si nos descubre, aún me comprarías lo que me prometiste?

- Solo la mitad.

- Entonces no quiero.

- Esta bien, te compraré lo que dije pero has bien tu trabajo.

- Trato hecho.

Luna agarró la maleta de su hermano y se fue al baño en donde se cambiaría para quedar idéntica a Lúan.

- Va a ser difícil ocultar esto._ Dijo ella mientras se miraba su busto.

Tomo una venda y empezó a colocarselo, una vez hecho eso, recitó un hechizo para que su cabello se vuelva idéntico al de su hermano, el color de cabello de ellos eran como su padre, un color blanco entre plateado y sus ojos rojos al igual que sus padres, su cambio se le hizo tan fácil pero a la vez tan difícil, esto se requería de mucho tiempo.

- De verdad quedé genial, me parezco tanto a mi hermano. Debería cambiar mi expresión para que mis padres no se den cuenta._ Habló delante del espejo apenas se vió.

- Ya terminaste?! Ha pasado como una hora!

- Sigues aquí???

Preguntó Luna desde el baño al escuchar a su hermano.

- Ya va siendo hora de que sea la reunión, mi padre me estará esperando en ese lugar.

- Cómo quedé hermano? Mira mi obra de arte.

- Perfecta, muchas chicas se enamorarán de ti.

- Callate imbecil.

- Me refiero por mi.

- Solo espero que ninguna se acerque.

- Eso es imposible, todas se me acercan.

- Si sigues hablando así, harás que cambie de opinión.

- Esta bien.

- Por cierto... y tú dónde estarás mientras que yo me hago pasar por ti?

- Entrenare con unos amigos, voy a demostrar todo lo que nuestro padre me ha enseñado.

- No sé cómo te puede gustar eso? sujetar una espada, estar sudando, que en los brazos te quede moretones, yo no lo soportaría.

- Eso es porque eres una mujer y eres tan delicada, además mi padre te tiene muy consentida y para el eres su delicada Luna.

- Admítelo, padre me adora.

- También admítelo hermana, madre me ama, yo soy el consentido de ella.

Ambos hermanos siempre discutían por eso, pero lo hacían de broma ya que a ellos les gustaba debatir entre el cariño de sus padres.

- Archiduquesa los diseños que realizó quedaron magníficos.

- Gracias Delia, por favor mandalo a las demás, ellas se encargaran de su elaboración y venta.

- Como ordene._ Contestó la doncella de Esther.

- Antes de que te vayas ¿Has visto a mis gemelos?

- Ellos estaban reunidos en la habitación de la señorita Luna, pero creo que ya no están en el archiducado.

- Ya veo ¿ahora que tramaran? Ellos nunca están juntos.

- No lo sé mi señora.

- Puedes irte Delia.

- Si.

La doncella se fue y dejó a Esther sentada en una silla acariciando su vientre.

- Su hijo vuelve a tardar Archiduque Archer.

- Tiene asuntos más importantes que realizar, pero estoy seguro que vendrá pronto.

Todos los socios de Keyler estaban reunidos, era una reunión en donde participarían sus herederos.

- No creo que podamos esperarlo más, la reunión debe comenzar.

Antes de que el archiduque conteste, ya había entrado la única persona que faltaba en aquella reunión.

- Lamento la espera, pero Marques Fedel no debe ser tan impaciente, así me demore una eternidad, ustedes deben esperar al hijo de la persona que más está invirtiendo en los negocios.

Luna ya había hecho su entrada haciéndose pasar por su hermano, incluso la voz le salía parecida a la de Lúan cuando ella lo engrosaba un poco, llevaba consigo una espada a como su hermano siempre acostumbraba a cargar.