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Otra Oportunidad Para El Rey

Prólogo

Hoy como todos los días empiezo mi rutina, son las 5:00 am, suena mi alarma y aunque muchas ganas de levantarme no tengo, lo hago y me pongo esos pantaloncillos azul marino que me gustan mucho por lo cómodos que son, una playera negra tipo polo, podré ser el rey, pero el lujo no es algo que vaya conmigo, me visto elegante porque así lo requiere mi puesto, es solo que siendo honesto eso no es para mí, acepté la corona y todo lo que conlleva por mi hermano, él era el mayor y aunque yo soy el tercer hijo me pidió y convenció de que lo sucediera, ya que nuestro segundo hermano es bastante "derrochador" por así decirlo, aún recuerdo el día que habló conmigo al respecto...

- Jordan - Me llamó estando postrado en una cama que había sido habilitada como si en un hospital nos encontráramos...

Acercándome a su lecho respondí:

- Dime Serguei

- Quiero que tú ocupes mi lugar como rey

- Pero hermano, tú sabes que no me gusta todo esto, además Gustav sería el siguiente en sucesión, estoy seguro de que él aceptará con gusto el puesto...

- Tú mejor que nadie sabes por qué te estoy pidiendo que seas el rey, Gustav llevaría a la quiebra al país...

Solté un gran suspiro, lo sabía, sabía y estaba consciente del porqué mi hermano me pedía esto...

- Es solo que tu bien sabes que lo que más quiero es una vida simple y siendo rey eso no es posible

- Sí, lo sé muy bien, siempre fuiste muy claro con lo que quieres, desde antes que nuestros padres fallecieran hiciste mucho énfasis en lo feliz que te hacía ser el menor y no tener que cargar con este título; sin embargo también sé que tú eres la mejor opción para el país y tampoco sé cuánto tiempo me queda de vida...

- No hables así

- Es la verdad, por favor acepta, así me iré tranquilo, además de que te nombraré rey antes de que muera y así no habrá pelea por el poder o el consejo quiera poner a alguien más...

- Hermano... - Dije como un ruego, mi último intento de no aceptar esto, pero al ver la angustia de mi hermano por no querer dejar al país en una encrucijada y también por el amor no solo por él, sino por este país donde crecí y nací, después de escuchar lo último que me dijo, no pude negarme más...

- Por favor Jordan quiero irme tranquilo, quiero estar en paz lo que me queda de vida sabiendo que dejo en buenas manos el país...

Lo tomé como su "último deseo" uno que quise cumplir, después de ese día mi hermano poco a poco se fue apagando, ya no pudo levantarse sin ayuda de la cama, de hecho cuando me nombró y coronó su sucesor lo hizo con la voz entrecortada, costándole mucho trabajo hablar, sentado en el trono, podía notar el dolor que le producía y me dolía también, por más que pagamos, trajimos a doctores eminentes, con una gran carrera y conocimientos, ninguno nos pudo dar un diagnóstico acertado...

Entonces lo inevitable ocurrió, casi un mes después de nombrarme rey falleció...

Reunión "importante"

Regresando de mis memorias...

Como todos los días lo primero que hago es dirigirme a ese espacio que acondicioné como gimnasio, me ejercito 45 minutos, así ha sido desde hace dos años, esta es mi manera de sacudirme todos los pensamientos sobre la muerte de mi hermano, aunque ya ha pasado este tiempo yo aún no olvido y duele, duele demasiado, a veces no puedo creer que Gustav estuviera y este como si nada, me he preguntado muchas veces si le dolerá la muerte de nuestro hermano... Siempre termino contestándome que cada quien lleva el duelo de la muerte de un ser querido a su manera, puede que él solo quiera demostrarse fuerte y no desea que lo vean con lástima, no sé, eso es lo que imagino, porque realmente no me he atrevido a hablar con él al respecto y otras posibilidades las guardo al fondo, no quiero ni deseo pensar que mi hermano es un insensible o que no amaba a nuestro hermano...

Termino mi rutina, a raíz de ella es que tengo un cuerpo de envidia y atractivo, lo puedo deducir por cómo me ven chicos y chicas, además de lo muy buenos genes que nos heredaron nuestros padres, yo mido 1.80 m., mi cabello castaño - rojizo, mis ojos azul - verdoso, mis cejas un poco gruesas, mis pestañas rizadas al igual que mi cabello, mi piel lechosa, mis mejillas siempre que hace sol, hago esfuerzo o me pongo nervioso se sonrojan, de hecho cuando me golpeo se me suelen hacer moretones muy definidos, debo reconocer que es lo único que no me gusta y lo que me gusta es que de los tres soy el más parecido a nuestra madre... Tengo 23 años, sí, lo dicho demasiado joven para ser rey, aunque ha habido más jóvenes, así que solo me queda hacer bien mi trabajo...

Ahora voy de nuevo a mi cuarto, me baño y procedo a cambiarme, sí, ya es tiempo de lucir elegante, tengo una reunión "importante" tengo que ir a ver al Duque Craig de Litmen y su hija, no tengo idea de cuál sea su pretexto para verme, no necesito que a cada rato quieran estar aquí, se supone que solo debo reunirme con el Duque dos veces por año, pero él viene muy seguido con su hija, supongo que quiere que la conozca, pues ella no puede venir a las reuniones del consejo y hasta ahora he logrado evitar verlos fuera de ellas, es solo que, resulta, hoy han acudido a Gustav y él es quien ha insistido en que debo conocer a la hermosa hija del Duque y no solo insistió, sino que terminó rogándome no lo dejara en mal, pues ya les había dado una cita, en fin "al mal paso darle prisa" aquí voy a reunirme con ellos, decidí ponerme un traje gris de tres piezas, una camisa blanca, una corbata, cinturón y zapatos negros; llego al lugar donde se encuentran, respiro profundo y entro, al primero que veo es al Duque y después me topo con una linda mirada de ojos esmeralda...

- Buenos días su majestad (dice el Duque, haciendo una reverencia) le presento a mi hija Mòrag

- Buen día su majestad (dice la aludida haciendo igualmente una reverencia) un gusto conocerlo, disculpe el atrevimiento, pero usted se ve mucho mejor en persona que en las fotos (dice con cierta coquetería, una sonrisa pícara y un sonrojo adorna sus mejillas)

Y aunque debo decir he quedado en cierta manera atraído por ella, estando de hecho un poco anonadado, algo no termina de gustarme... Sí, definitivamente no me gusta que las chicas sean tan obvias y se lancen como si de cualquier cosa se tratase, una chica debería respetarse un poquito más y no me llamen anticuado o que no tengo la mente abierta, que debería en estos tiempos pensar que las chicas también pueden declararse y así; ósea sí, no digo que no puedan declararse, es solo que no puedo, no puedo con el hecho de que se hagan ver como objetos, como algo que puedes usar una vez y desecharlas, eso es lo que parece en este momento y de verdad que estaría bien si solo mostrará su interés en mí, es solo que ella parece querer que la lleve a la cama rápidamente y eso pues no me gusta, una relación lleva tiempo, además estoy muy bien con el hecho de que son nuestras iguales, de que una mujer puede hacer lo mismo que yo, incluso mejor, mi amiga Ailsa es la mejor caballero y me siento incluso orgulloso con el hecho de que en un duelo de espadas me gane, es solo que en las relaciones amorosas no puedo con el descaro, me supera, Ailsa por ejemplo, a pesar de ser una guerrera, es recatada y se está guardando para el hombre que ame, platica, ríe, practica y entrena con muchos chicos y chicas, pero no la he visto lanzarse a otros u otras como si quisiera algo rápido de una noche, así la siento a esta mujer, disculpen por ser un chico chapado a la antigua, un tradicionalista, así soy, aunque debo reconocer que mi hermano tiene razón ella es bella, su cabello lacio color negro, su piel lechosa como la mía, un cuerpo bien formado con una delgada cintura, una buena cadera, trae una falda que deja ver sus bien cuidadas piernas, la cual le llega a medio muslo, es color azul marino, una blusa beige de mangas cortas, que tiene un escote que deja ver unos pech*s medianos y ahí voy de nuevo porque mi mente viaja al hecho de que se está exhibiendo como mercancía, ósea hace frío aquí y ella toda primaveral mostrando demasiado, eso tampoco me agrada, en fin, voy a su rostro que parece de muñeca de porcelana, unos labios carnosos pintados con lápiz labial rojo, sus mejillas con un poco de colorete, su nariz perfilada y por último esos ojos esmeralda con una sombra como aperlada, delineado, pestañas rizadas y cejas medianamente pobladas... Luego de todo mi escrutinio reacciono y saludo a los dos...

-Buen día Duque, es un gusto conocerla señorita Craig

Entro por entero al salón de conferencias que es donde los he citado, a la par hago una leve inclinación de cabeza, porque tengo cierto grado de misofobia con los extraños, de hecho me he ganado el apodo de "cotizado" por esta razón, es solo que no me gusta el contacto directo con alguien que no es de mi entorno, no sé, ni yo mismo entiendo por qué esto no me pasa con los más cercanos a mí, pero sí con aquellos que conozco por primera vez o que veo muy poco, de hecho en las reuniones que debo ir al extranjero suelo usar guantes por esta razón, me ayuda bastante que la etiqueta dicte usarlos, así no juzgan el que lo haga...

Veo cierto gesto de desagrado de ambos porque los dejé con la mano extendida, es que se me olvidó ponerme guantes por las prisas que ya era tarde y de c*ña tomaré sus manos sucias de quien sabe que...

Aunque algo extraño me embarga al mirar los ojos y labios de la señorita Craig, no sé qué me pasa, porque estoy pensando justamente en probar sus labios... ¡No por Dios reacciona y habla tonto! Un carraspeo y comienzo lo más neutro que puedo

- Y bien ¿A que debo su visita?

- Bueno su majestad (empieza a decir el Duque) he venido a mostrarle un plan para ayudar a mi ducado, como usted sabe ha habido algunos problemas económicos y es objeto de delincuencia, este plan ayudaría a reactivar la economía y también capacitar a los habitantes a defenderse de esas escorias que nos atacan, además he reflexionado en que se podría crear un grupo de caballeros para proteger el ducado...

Y así presentó todo su plan

- No está mal (comienzo a hablar cuando calla) pero de cuanto estamos hablando en costos, porque hay que repartir el presupuesto, no puede solo darse a su ducado...

- Entiendo perfectamente, así que yo creo que lo mejor sería iniciar con unos cuantos negocios, hacerlos crecer y poco a poco ir reactivando la economía, también enseñarle a un pequeño grupo defensa personal y que ese grupo se convierta en maestros para los demás, haciendo cálculos en inicio estarían bien $XXXXXX y sobre ellos ir invirtiendo y obteniendo ganancias ¿Qué le parece?

- Bueno he de decir que suena muy bien, pero no es una decisión solo mía hay que consultarlo con el consejo y que se haga la votación correspondiente, puedo agendar una reunión antes de las semestrales que ya tenemos programadas

- Claro entiendo su majestad y le agradezco

- Ahora si me permiten tengo otros compromisos programados y deberes que cumplir

He de decir que me alegra que aunque sea una personita ande siguiendo esta historia, ojalá aumentarán, porfa si ya te paseaste por aquí y te gustó dale al like, si crees que lo merezco comparte para que mas lean, vota, dale aunque sea unas florecitas porque eso me ayuda a que mas conozcan mi trabajo, estaré intentando subir capítulo diario, ya que en esta historia si tengo algo avanzado, solo que es transcribir pues todo esta a mano, así que espero no se me complique pasarlo, gracias, cuídense y linda tarde 😘

Solo lo dejé pasar

Me dispongo a salir de la habitación, cuando la señorita Craig me detiene tomándome de manera no solo abrupta, sino con demasiada confianza de la mano, es ahí que siento algo extraño como si una "energía pesada" me recorriera desde donde me tocó hasta mi corazón, me suelto de golpe; sin embargo, esa pesadez se queda conmigo de manera persistente, mi corazón latiendo velozmente, llevo mi mano derecha al pecho sintiendo el rápido palpitar, a la par que la mano izquierda que es la que ha tocado, la sacudo queriendo deshacerme de esa energía que aún siento en ella, mi mente queriendo razonar el porqué de esta sensación...

Y ni como saberlo en ese momento, lo peor es que solo lo dejé pasar...

- Lo siento (dice nerviosamente la chica, pero otro detalle que dejé de lado es que su sonrisa era como si acabara de ganar algo) No quise ofenderlo su majestad

- Claro, solo tenga en cuenta que este tipo de confianzas no son propios de una dama, tal vez crea exagerada mi reacción, pero este tipo de acercamientos no me gustan, si me permiten tengo otros asuntos que tratar

- De nuevo una disculpa su majestad, es solo que lo vi tan apresurado que no pensé, solo reaccioné a detenerle, pues quiero preguntarle sobre el recorrido que el príncipe nos comentó que usted haría con nosotros

Me quedé un momento razonando sus palabras y entonces caí en cuenta de que no sólo mi hermano había hecho que tuviera una reunión con ellos, sino que además me había comprometido a llevarlos a un recorrido, pensando en no dejarlo mal contesté:

- Sí, disculpe señorita, pero ese recorrido no podrá ser hoy, es que tengo unos compromisos previos que no puedo cancelar, será en otra ocasión, ahora me retiro, tengan un lindo día

- Entendemos su majestad (respondió el Duque) lindo día para usted también

Me pareció ver un gesto de enfadado en ella, pero fue tan sutil que solo pensé lo había imaginado, reparando en ello después ¿Por qué estaría enfadada? Era únicamente que sus planes se estaban alargando más...

Salí de ahí todavía sintiéndome extraño, esa pequeña opresión en el pecho, mi cabeza llena de la imagen de esa mujer que había dejado en ese salón, intentando dejar de lado todo eso y sin darle más vueltas, camine hacia mí despacho, encontrándome con Ailsa, ella no sólo era mi amiga, era mi confidente, no lo he mencionado, pero también es quien dirige el ejército de nuestro país, siendo la "Temible General" habíamos crecido juntos, como lo mencioné teníamos nuestras luchas que no eran otra cosa que entrenamientos, además también era mi fiel guardiana y compañera de viajes oficiales, una gran mujer que yo no vi, ni valoré por idi*ta, preciosa en verdad no solo físicamente con esos ojos profundos de color gris claro enmarcados en unas rizadas pestañas y cejas medio pobladas, tez blanca, cabello entre naranja y rojizo, justo como el amanecer, sus labios medio gruesos y enrojecidos naturalmente junto con sus mejillas, nariz medio afilada, todo en conjunto con su cara ovalada, del cuerpo uff ahora es que caigo en cuenta de que siempre ha tenido un buen cuerpo moldeado por los entrenamientos, fuerte y sexy y que decir de su personalidad, una chica graciosa, inteligente, audaz, valiente, con una tenacidad muy palpable, teniendo un honor intachable, un sentido enorme de justicia y de ayudar a los menos afortunados y que decir de esa alegría y luz que irradia, en fin, una joya preciosa en verdad que por imbécil no vi y dejé pasar la oportunidad con ella en esta vida...

- Hola tú

Saludó como siempre lo hacía, con esa espléndida sonrisa, una que denotaba amor...

- Hola tú

Respondí

- ¿Qué tienes?

Preguntó con verdadera preocupación

- Nada, solo estoy cansado

Contesté, aunque por un momento pensé en decirle lo extraño que me sentía... No lo hice, todo lo guardé, ojalá no lo hubiera hecho tal vez ella mi mejor amiga habría notado todo, tal vez me podría haber alejado de ese cruel destino, aunque reflexionándolo bien, tal vez todo debió haber sido de esa manera, para que yo pudiera cambiarlo en esa segunda oportunidad...

- Bueno deberías descansar, no te sobre esfuerces

- Claro, nos vemos debo ir a revisar unos papeles

Y dicho esto retomé mi camino, llegando saqué justamente la pila de documentos que tenía que revisar, suspiré y me detuve un momento mirando los papeles... De pronto llego la idea de que debería tener una reina para que me ayudase, imaginando a Mòrag...

- ¡Pero que diantres!

Grité a la nada, porque definitivamente me estaba volviendo loco, esa mujer es guapa, sí, pero no me terminaba de convencer para una relación formal... Intentando quitarme estas ideas de la cabeza mejor me dediqué a trabajar en los documentos por el resto del día...

Pero no pude concentrarme al 100% fue realmente incómodo, aunque ignoré el hecho que desde que ella tomó mi mano fue que empecé a sentirme extrañamente atraído hacia esa mujer, no es que no me haya atraído desde que la vi, es solo que desde ese toque fue todo muy diferente... Como si una obsesión se hubiese instalado en mí por ella... Y entonces yo bien estúpid* nada más lo dejé pasar... Después me arrepentiría de esa decisión, posteriormente saldría a la luz el por qué de ese comportamiento y sentimiento extraño...

Debo confesar que cierto enfado acompañaba al encanto que sentía por esa mujer, mis días se fueron tornando pesados a causa de ello, mis noches se llenaron de sueños húmedos donde los protagonistas éramos justamente Mòrag y yo, eso me trajo como consecuencia más enfado por el insomnio provocado, era frustrante tener esos sueños porque ni en mi adolescencia me pasó esto...

- Te ves fatal (me dijo uno de esos días Ailsa) ¿Todo bien?

Y yo en lugar de hablarlo solo le contesté que no había podido dormir bien por el trabajo

- Ya te dije que deberías descansar, además sabes que puedo ayudarte cuando quieras, porque ahora no me has llamado, a ver, además ¿Has comido como debes? O también eso has dejado de hacer, debes de pensar en tu salud antes del país...

Me dijo enojada, sabía que si estaba molesta y que esto era un regaño, nunca le había gustado que me descuidara, tampoco que dejara de dormir o comer, me lo merecía; sin embargo, respondí de la peor manera

- ¡Ya deja de regañarme como si fueras mi madre! ¡¿Quieres?! ¡No soy un niño pequeño al que puedes mandar! ¡¿Sabes?! ¡Así que déjame tranquilo que suficiente tengo con lo que me pasa, nos vemos luego!

Y salí enfurruñado de ahí, para luego darme cuenta que ella no merecía esa respuesta, ella solo estaba queriendo lo mejor para mí y yo... Yo comportándome como un idi*ta... Cuando quise ir a disculparme Ailsa solamente dijo que estaba bien, que tenía razón y ella no era nadie para andarme regañando como lo hizo, después de ese día Ailsa y yo comenzamos a alejarnos cada vez más y me dolía, solo que nunca se lo dije... Bien tonto en mi primera vida ¿Cierto?

Y el inevitable final de ésta apenas comenzaba, terminando de cavar mi tumba cuando a la semana y media de toda esta locura, mi hermano entró a mi despacho, cosa rara pues él casi no me visitaba, otro detalle más que deje pasar y que me costó caro...

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