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Mi Protectora

NUEVA ASIGNACIÓN

“UN HILO ROJO INVISIBLE CONECTA A AQUELLOS QUE ESTÁN DESTINADOS A ENCONTRARSE, SIN IMPORTAR EL LUGAR, EL TIEMPO NI LA CIRCUNSTANCIA. EL HILO ROJO SE PUEDE ESTIRAR O ENREDAR, PERO NUNCA SE ROMPERÁ”

Frase célebre de la leyenda japonesa, cuenta la historia de un hilo invisible, atado al dedo meñique de dos que se aman inexorablemente y más allá de todo, incluso contra su voluntad.

La conexión con el dedo meñique, visto como el dedo de los vínculos y las relaciones en Oriente, enlaza con la arteria que conecta el corazón y la mano y que de alguna manera sella con su latido el enlace amoroso con aquellos que hemos guardado en las cavernas del corazón.

Este hilo rojo del destino, hilo conector que nos une misteriosamente y en forma caprichosa con personas impensadas, describe perfectamente una verdad guardada en los corazones de cada uno de nosotros: la verdad de la existencia de un amor intenso y sumamente real.

Yo, Frida, siempre pensé que esto era una fantasía, algo tan inverosímil que resultaba ser una burla.

Me negaba a creerlo, nunca conocí a esa persona con la que estuviera atado ese hilo.

Sin embargo, la vida se encargó de ponerme en frente las pruebas fehacientes para comprobar lo contrario.

FRIDA

-Me encantas.

Él se acercó a mí, jadeante, deseoso de besarme, era un beso urgente, necesitaba mis labios y yo le respondí, pues deseaba también los suyos. Se apoderó de mi boca con fuerza y un gemido se escapó para expresar mi placer, para ese momento él comenzó a desnudarme y al mismo tiempo yo desabotonaba con rapidez su camisa y le quitaba el cinturón, recuerdo que intentaba mirarlo pero su rostro se presentaba borroso, no lograba distinguirlo.

Solo lo escuchaba decir mi nombre.  -Frida-

No era la primera vez que sucedía, siempre que pretendía ver sus ojos, su boca, sucedía lo inevitable.

Despertaba de mi sueño.

En esta ocasión el culpable fue mi teléfono móvil, que me avisaba de un mensaje de texto, era el Jefe Waller.

“Preséntate de inmediato, tienes nueva asignación”.

Miré el reloj, eran 8:47 am. No entiendo, ¿Por qué mi jefe me llama en mis días de descanso? siempre hace lo mismo, sabe que nunca protesto con sus indicaciones, en el trabajo soy muy profesional, me gusta seguir las órdenes y cumplir con mis tareas de manera rápida y eficiente, quizás por eso el jefe confía en mí y me considera (aunque a veces se pasa quitándome las horas de sueño, como hoy).

Aún con la excitación reflejada en la dureza de mis pezones, me metí a la ducha, me vestí con mi traje sastre habitual, me hice una coleta y solo desayuné un yogurt con fruta.

Antes de irme, eché un vistazo a la habitación de Valeria. Ya se había ido al colegio.

Salí de casa, me subí al auto y manejé hacia la oficina, decidí poner para el camino un poco de música, elegí salsa, algo que me distrajera, necesitaba olvidar sensación de los labios de aquel hombre que lo tenía presente como si hubiera sido real. Comencé a cantar.

“Y volar, volar tan lejos

Donde nadie nos obstruya el pensamiento

Volar, volar sin miedo

Como palomas libres tan libres como el viento

(Y vivir, vivir lo nuestro)

(Y amarnos hasta quedar sin aliento)

(Soñar, soñar despiertos)

En un mundo sin razas, sin colores, sin lamentos

Sin nadie que se oponga

En que tu y yo

Nos amemos” (1)

Después de un recorrido de 35 minutos, llegué a mi oficina, como siempre hay mucho movimiento, gente que viene y va, que entra y sale, es un edificio de estilo contemporáneo-funcionalista ubicado en una de las mejores zonas de la ciudad, está formado por 28 pisos y nuestras oficinas ocupan los pisos 19, 20 y 21. Me dirigí a la cafetería del piso 3, afortunadamente no había gente, me acerqué a la barra, me recibió Diego, trabaja medio tiempo en el sitio, es hijo de mi amiga Verónica, a ella la conocí en aquellos días, cuando estuvimos en el Centro Santa Teresa.

-¡Buenos días Frida! ¿lo de siempre?

-Si, por favor -le contesté.

-No pensé que vinieras hoy, se supone que es tu día de descanso ¿te mandó a llamar Shrek? (refiriéndose a mi jefe).

-Ja ja ja ja  si, ya sabes que no puede vivir sin mí, dije bromeando.

Por eso eres la mejor de las tías – me dijo- Por cierto, ¿Cuándo es el torneo de ajedrez de Vale?

-Es este sábado, está muy emocionada, ya es la final.  ¿Nos vas a acompañar verdad? Nos dará mucho gusto verlos a ti y a tu mamá.

-¡no tienes ni que decirlo!, ¡no me lo perdería por nada! -dijo- Vale y Lily son mis hermanitas menores. Aquí tienes tu pedido. -Me entregó el té de matcha.

-¡Muchas gracias! vamos a ver que quiere el patrón.

Me despedí de Diego y lo observé por un momento, tenía 19 años y a su corta edad ya peleaba grandes batallas para defender sus sentimientos: El era gay, para su madre no había sido fácil digerir la noticia, sin embargo, ama y defiende a su hijo contra viento y marea y jamás le ha dado la espalda.

Me acerqué al ascensor y pulsé el piso 21, donde estaba el lugar del Jefe Waller, al abrir la puerta,

salí del elevador y encontré a Anita Dreyer, la secretaria de mi jefe, era una mujer de 55 años, bajita y con gafas, es divorciada y es su eterna enamorada (ella piensa que nadie se da cuenta, pero es algo de lo que todos en la oficina estamos enterados). En cuanto me vio, sonrió y me dijo:

-Fridita, ¡que bueno que llegaste! - Me acerqué y nos dimos un abrazo- Mi jefe te está esperando.

¿Está enojado? -pregunté-

-No, hizo un gesto con la mano, pero es mejor que vayas de una vez. Están en la sala de juntas.

-Entendido.  -respondí-.

Toqué la puerta y escuché un “adelante”, entré a la enorme oficina y noté que mi jefe estaba con dos personas, uno era Julio César Ruiz, mi compañero de asignación y otro hombre al que yo no conocía.

-Agente Belmont al fin llega usted, acérquese por favor, -dijo, señalando la silla-  enseguida, me senté junto a Julio César y Waller habló:

-Quiero presentarle al abogado Salvador Álvarez, es el representante legal de nuestro cliente.

Buenos días señorita, es un gusto conocerla -dijo el hombre ofreciéndome su mano, la cual estreché- Era un hombre de unos 50 años, regordete y vestido con un traje gris. Me observó de arriba hacia abajo examinándome, eso me incomodó.

Entendiendo la inquietud de Álvarez hacia mí, Waller comentó:

* Ella es Frida Belmont es nuestro mejor elemento femenino, está muy bien entrenada y realizará su trabajo con total eficiencia y profesionalismo.

-Hemos solicitado referencias de ustedes y sabemos que son la mejor Agencia de Escoltas del país, tienen una trayectoria impecable y por eso se les ha elegido para este encargo. -dijo el hombre-

-Estamos a la orden, como bien usted lo dijo, tenemos una trayectoria impecable -indicó el jefe Waller-

Álvarez abrió su portafolios y sacó una fotografía, señalándola.

-Muy bien, este es su cliente, es la persona que deben proteger.

Mis ojos no podían creer, el hombre de la fotografía, ¡no es posible! era el…..

Ese hombre

Una trampa del destino

Lo último que esperaba

El padre de Valeria

[1]Canción: Vivir lo nuestro. Marc Anthony- La India. Desde un principio (álbum recopilatorio) 2006

EL PADRE DE VALERIA

FRIDA

Las palabras murieron en mi boca, después de 15 años iba a verlo otra vez, a él: Mauricio de la Fuente.

Ese hombre formaba parte del punzante pasado por el que luchaba todos los días para olvidar, fue la etapa más difícil y dolorosa de mi vida. En ese entonces él era un chico de sólo 15 años y ya me había roto el corazón, yo tenía 17 y me enamoré de él irremediablemente.

Al igual que mis compañeras, pude haberme fijado en chicos mayores que yo (conocí algunos verdaderamente guapos e interesantes), no obstante, me atraparon los ojos grises de Mauricio, eran verdaderamente hermosos, y su voz, extremadamente masculina y sensual, además de ser un hombre muy inteligente. A pesar de que estudiábamos en el mismo colegio nunca coincidimos en las aulas. Lo conocí en el Club de Literatura, era nuestra actividad extraescolar. Recuerdo que me encantaba escucharlo dar sus opiniones y leer en voz alta, era un sueño para mi.

Allí me pude acercar y formar una amistad con él.

Pero después, pasó lo que pasó. Es lo que no quiero recordar más.

Por un momento pensé en renunciar a este encargo para no tener que verlo, pero ante todo soy una profesional, así que no hay forma de negarme.

Una voz me devolvió a la realidad.

-Permítanme ponerlos en contexto -dijo aquel hombre-.  Hace un par de años el señor Rodrigo de la Fuente, CEO de las Industrias Fontain fue secuestrado, mi cliente fue liberado sin ningún contratiempo y los culpables fueron atrapados, sin embargo, hace un mes, dos de ellos se escaparon de la cárcel gracias a un motín y después de ello mi cliente ha estado recibiendo mensajes y llamadas amenazándolo con hacer daño, esta vez no solo a él, sino también a su familia, es por eso que mi cliente ha decidido redoblar la seguridad por lo menos hasta que ese par de criminales regresen a prisión.

-Entiendo -mencionó Waller.-  En ese momento Anita interrumpió en la sala para llevar café y galletas y se retiró inmediatamente.

* Continúo   -mencionó Álvarez- su ex esposa y su hija menor viven fuera del país y su hijo mayor tiene su propio grupo de escoltas debido al cargo político que ostenta.  Por lo que la labor de ustedes es proteger a su hijo Mauricio, es muy importante salvaguardar su integridad, sobre todo por el hecho de que él está doblemente expuesto, ya que, se dedica a la actuación. Quizás ustedes lo hayan visto antes.

-Ahora se llama Maurizzio Fontain, el “niño bonito” de la televisión.  -pensé-

-¿Cuando iniciamos el servicio? -cuestionó Julio César.

-La próxima semana, actualmente Mauricio se encuentra en el extranjero de vacaciones, regresa en cinco días. Él ya tiene conocimiento de la situación y de que necesita que vean por su seguridad.

-Estamos a la orden -dijo mi jefe, estrechando la mano de Álvarez-

-Otra cosa más -interrumpió el hombre- hay una indicación específica del CEO De la Fuente  -abrió nuevamente su portafolios y sacó otra fotografía-  su orden es muy especial: quiere que mantengan alejada a esta mujer de su hijo Mauricio.

La reconocí de inmediato, era la imagen de Lizzy, una actriz y cantante con la que los medios presumían había tenido una relación amorosa. No había forma de ignorar eso, ya que todos hablaban de “el noviazgo del siglo”, se les veía juntos en eventos y recitales, toda la gente decía que eran la pareja perfecta y especulaban sobre las fechas de la boda. No podía dejar de verlos por todos lados, periódicos, revistas, televisión.

En ese momento no tenía idea de que la realidad era otra.

-Finalmente, quiero hacerles mención de lo siguiente: el joven Mauricio no está de acuerdo en que se le custodie, el ha tenido ciertas diferencias con su padre y se niega a que le envíe gente para cuidarlo. Deberán considerar si él tiene una actitud hostil hacia ustedes.

* Tendremos en cuenta la información que nos ha compartido abogado Álvarez. No les fallaremos con nuestro servicio, señaló Samuel Waller, al mismo tiempo que estrechaban sus manos.

Concluida la reunión, acordé con mi compañero la logística para el nuevo servicio y me despedí de mi jefe, no sin antes decirme:

-Soy el único en esta empresa que sabe lo que esta asignación significa para ti, pero sé que eres una profesional y que lo vas a cumplir en tiempo y forma, eres mi mejor elemento. Te prometo que cuando concluyas con este trabajo te daré un mes de vacaciones pagadas a donde quieras.

-Lo miré con sorna y le dije:  Si claro -no era la primera vez que prometía días de descanso y no cumplía-

Samuel Waller me había dado trabajo cuando más lo necesitaba, entré a laborar con él hace 10 años, yo aún estudiaba mi último año de Criminología y el me brindó una oportunidad de trabajar medio tiempo en el área del Archivo y de manera simultánea me daba entrenamiento físico y mental a través del kick boxing, el aikido, yoga y meditación. Esto último me ayudó muchísimo a mantener mi autocontrol. Siempre me ha tratado como una hija, él es una de las pocas personas que conoce mi vida y le voy a estar eternamente agradecida por haberme tratado como un ser humano, se ha portado como el padre que siempre quise tener.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el timbre de mi móvil, al ver quien era, respondí de inmediato.

-¡Mi niña! ¿cómo estás? -contesté

-Bien ma, te llamo para avisarte que estoy en casa de mi tía Lillian, Lily me va a ayudar con una tarea de álgebra, ¿puedes venir por mí? Dice mi tía que te espera para cenar.

Excelente, era la mejor oportunidad, tenía que desahogarme con alguien de todo lo sucedido y quien mejor que mi hermana Lillian.

-Si hermosa, estaré por allá en unas horas.

-Gracias mami, te mando muchos besos

-Yo a ti mi niña, cuídate mucho

Al concluir con la llamada salí de la oficina y en el ascensor pulsé el piso 19, me dirigí al gimnasio de la empresa, un poco de ejercicio me haría bien para sacar todo el estrés que me había generado la noticia recibida y de la que aún no podía recuperarme.

Me puse ropa deportiva y comencé con mis movimientos habituales, a tirar patadas frente al espejo y movimientos de golpe con los brazos, siempre había sido sumamente relajante, pero hoy era imposible, comenzó a retumbar en mi cabeza aquella vieja melodía:

“Y cuando te me acercas

Se acelera mi motor

Me da fiebre, me hago fuego

Y me vuelvo a consumir

* Dame solo un beso*

Que me alcance hasta morir

Como un vicio que me duele

Quiero mirarte a los ojos”(2)

Los recuerdos han regresado.

Otra vez estoy en el piso.

[2]Canción “Luna” Zoe-Denisse Gutiérrez, MTV Unpluged Música de Fondo, 2011.

UNA INCÓMODA LLAMADA.

MAURICIO

-¡YA TE LO DIJE, PADRE! ¡NO QUIERO TENER GENTE EXTRAÑA CERCA DE MI!

* En este momento no estamos para tus rabietas, Mauricio -dijo mi padre señalándome a través de la cámara- ¡esta es una situación de emergencia! -continuó, pegando con el puño el escritorio, se encontraba en su oficina-, las personas que me secuestraron se escaparon de la cárcel y yo no puedo permitir que les pase nada a ustedes, a mi

familia, -mencionó-, había insistido tanto en hablar conmigo que accedí a regañadientes

a la videoconferencia.

-¿Familia? ¿te atreves a hablarme de familia? si te encargaste de alejarnos según tu “para que no

entorpecer tu trabajo”, así que no me vengas con que ahora quieres ser un padre ejemplar y cuidar de nosotros.

-Hijo -dijo Rodrigo- ustedes son mi familia y a pesar de todo me corresponde cuidarlos, además al final serán los herederos de todo lo que poseo.

-JAMÁS ME HA INTERESADO TU FORTUNA, NO PRETENDO HACERME CARGO DE TUS NEGOCIOS SUCIOS, PADRE.

-Eso ya lo veremos -Rodrigo comenzaba a desesperarse, él sabía que, de sus hijos, Mauricio era el más testarudo-.  Cuando regreses a tu casa se van a presentar los Escoltas y te van a acompañar a donde vayas. ¡ES MI ÚLTIMA PALABRA! -gritó mi padre y terminó la videollamada.

-¿Tener Guardaespaldas yo?  ¡JAMÁS! dije molesto y comencé a patear lo primero que ví, que fue el bote de basura, el ruido hizo que la empleada doméstica se acercara y sin decir nada comenzó a levantar la basura.

En ese momento sonó mi móvil. ¡Lo que me faltaba!.

-Amorcito ¿cómo estás? -Se escuchó una voz del otro lado de la bocina-

-¿Qué demonios quieres, Celeste? ¿Qué acaso no fui claro contigo?

-¡Ay mi amor! ¿Por qué tan enojado?, solo te llamé para decirte que te extraño mucho y que espero con ansias que regreses, muero por verte y que me hagas el amor como solo tú sabes

-decía la melosa voz-

-Escucha bien lo que te voy a decir porque es la última vez que te lo expreso: ¡YA NO ME BUSQUES, NO ME INTERESA ESTAR CON UNA CUALQUIERA COMO TU!

-Estás muy groserito mi vida, cuando te tranquilices hablamos, ¿si?

-¡VETE AL DEMONIO, CELESTE!  -colgué y apagué el móvil-

-¿Pero qué carajos le pasa a esta mujer? ¿Que tengo que hacer para que entienda que a una cualquiera como ella no la quiero cerca?  ¡ALEX!

Grité llamando a mi asistente. De inmediato se acercó con su tablet y su libreta en mano.

–A tus órdenes Mauricio.

-Desde este momento está prohibida la entrada a cualquiera de mis propiedades a Celeste Narváez,

quiero que refuercen las cerraduras, puertas y ventanas y pongan cámaras de vigilancia, también necesito que cambien las contraseñas de mis redes sociales y hagan algo para bloquear sus comentarios, no quiero que escriba nada de mi, ni para bien, ni para mal.

-Entendido -repuso Alex, apuntando todo lo que le decía- ¿algo más?

-Si, comunícame con mi hermano, a esta hora debe estar en su despacho.

-Enseguida.

Tenía que evitar a toda costa que esa mujer se inmiscuyera más en vida, era capaz de meterse a mi casa y a mi cama seduciendo con palabras y con obsequios al personal de servicio, se

había aprovechado de mi nombre y mi fama y era algo que yo no iba a permitir más. Como me arrepiento de haberme involucrado con esa mujer, jamás debí aceptar participar en ese absurdo programa de televisión para “encontrar

pareja”. Estas eran las consecuencias. Estaba metido en mis pensamientos cuando Alex regresó:

-Lista tu llamada con el Senador De la Fuente -me dijo dándome el teléfono.

-Señor Senador buenas tardes -dije con mucha formalidad-

* Señor Celebridad como está usted -contestó mi hermano siguiendo la broma- supe que nuestro flamante padre te llamó.

-Me da gusto escucharte, bro.

-Te conozco demasiado bien, hermano, si me estás llamando no es para platicar del costo de la

gasolina, ¿Qué pasó con Rodrigo?, ¿de qué hablaron?.

* Discutimos. Con ese señor no se puede hablar. Dice que las personas que lo secuestraron lo están

amenazando y me quiere poner seguridad. Está completamente loco si cree que los voy a aceptar porque no los necesito. Además estoy seguro de que está mintiendo, él siempre ha mentido.

-No Mau -contestó- esta vez no está mintiendo.

En realidad sí ha recibido amenazas, cuando me informó de lo sucedido le pedí a mis contactos que investigaran en el reclusorio y efectivamente esos dos escaparon con la confusión causada por el amotinamiento. Tuve acceso a la carpeta de investigación y pude ver todos los mensajes que llegaron al celular de nuestro padre, estos tipos forman parte de un grupo criminal muy bien organizado, así que ellos no amenazan en vano, y por eso ahora nosotros estamos seriamente en riesgo.

-¿Me estás queriendo decir que por eso debo aceptar a dos fulanos que estén detrás de mi todo el tiempo y que no me dejen ni respirar?

-Hermanito creo que es lo mejor, yo tengo a mis Escoltas debido a mi cargo, y mamá aceptó que le

pusieran seguridad a ella y a Meli. Tú también la necesitas, Mauricio, yo no quiero que te pase nada, mi mamá ha estado preocupada por ti desde hace mucho pensando que algún fanático loco te pueda hacer algo.

-Lo voy a pensar, bro. No me gusta para nada la idea.

-No lo pienses mucho, estos tipos en cualquier momento pueden dar un golpe y es importante estar prevenidos.  Te quiero, bro.

-Y yo a ti, hermano, te veré pronto, adiós. -colgué-

La conversación con Marco me había dejado un poco inquieto, su confirmación de que estábamos en peligro me obligaba a protegerme y eso me molestaba, no quería aceptar que mi padre se

hiciera responsable de mi seguridad, pero por otra parte esta era una buena oportunidad para quitarme de encima a Celeste, ellos no permitirían que me siguiera acosando. Mataba dos pájaros de un tiro: por un lado, me protegían de las

amenazas a mi padre y por otra parte me quitaban de encima a aquella maldita mujer.  Después de darle vueltas a todas las posibilidades y otras alternativas, tomé una decisión.  Le mandé un mensaje a mi padre:

-Acepto, pero con una condición: yo elijo a las personas.

De mi padre solo recibí un “tomaste la decisión correcta” como contestación.

Para evitar recibir más llamadas de Celeste y volver a discutir con mi padre, apagué el móvil, después encendí un cigarrillo y puse un poco de música.

“Las palabras fueron avispas

Y las calles como dunas

Cuando aún te espero llegar

En un ataúd guardo tu tacto y una corona

Con tu pelo enmarañado

Queriendo encontrar un arcoíris

Infinito

Mis manos que aún son de hueso

Y tu vientre sabe a pan

La catedral es tu cuerpo

Eras verano y mil tormentas

Yo, el león

Que sonríe a las paredes que he vuelto a pintar del mismo color

No se distinguir entre besos y raíces

No se distinguir lo complicado de lo simple

Y ahora estas en mi lista de promesas a olvidar

Todo arde si le aplicas la chispa adecuada”[3]

Decidí relajarme y disfrutar mis últimos días antes de que unos desconocidos invadieran mi

privacidad, mis vacaciones ya estaban por terminar, solo me pude tomar un par de meses ya que debía regresar pues iniciaba los ensayos de una nueva obra de teatro. Después de 11 años de trayectoria profesional en series, videos y

telenovelas, por fin iba a enfocarme a lo que realmente me interesaba: El Teatro.

Mi próximo objetivo:  El Apando(4) un clásico

de José Revueltas. Es perfecto para comenzar a interpretar personajes verdaderamente importantes y quitarme el mote de “niño bonito” quiero demostrar que soy un actor muy completo.

Había decidido dedicarme a la actuación por dos motivos: el primero para ir en contra de mi padre y que supiera que no iba a hacerme cargo de sus estúpidos negocios y segundo: pensaba que de esa forma ella podría saber de mi.

¡Frida!, ¡otra vez recuerdo a Frida! ¡maldita sea! ¿Por qué tiene que venir a mi mente esa mujer?.  Había sido solo un amor de juventud, solo una calentura natural a mis 15 años. Era la chica más hermosa que había visto en mi vida, tenía un cabello rizado hermoso, unos ojos negros

muy expresivos, aún recuerdo sus deliciosos pezones rosados y sus piernas…. ¡Por Dios! Debía dejar de pensar en ella. Debía despreciarla.

Ella estaba conmigo solo por interés.

Lo confirmé cuando vi el cheque de la cuenta de mi padre a nombre de Pedro Belmont, su padre.

[3]Canción: “La chispa adecuada”, Héroes del silencio, Avalancha, 1995

[4]REVUELTAS, José, “El Apando”, Editorial Era, México, 1969.

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