Milan - Italia

Ese no era un día común en la familia Rossi, el movimiento en la casa era más agitado de lo habitual, toda esa agitación era debido al regreso del segundo hijo de esa familia, causando revuelo incluso entre los empleados de esa mansión.

Igor Rossi estaba parado en ese pasillo, apoyado en la pared pareciendo despreocupado, el empleado que salía con una bandeja de té de la sala de estudios no pudo evitar mirarlo.

Los largos cabellos de Igor estaban parcialmente amarrados, mientras algunos mechones de su cabello caían por su rostro, pero no ocultaban su ceja bien hecha y su piel bien cuidada, los dos primeros botones de su camisa estaban abiertos, revelando la piel de su clavícula, lo cual no pasaba desapercibido para aquel que mirara aquel conjunto de obra, era un verdadero llamado sensual, ardiente y cautivador.

Igor notó la mirada del empleado y estaba decidido a molestarlo.

- ¿Eres nuevo aquí? Creo que nunca te vi en esta casa antes.

La tenue luz que venía del techo reflejaba una ligera sonrisa en sus labios, que atormentaba a muchas personas, incluido el pobre chico que se avergonzó y se puso rojo de vergüenza.

- Señor Igor, yo...

Antes de que pudiera seguir, las voces que venían de una sala más adelante se hicieron más evidentes, lo que hizo que ambos prestaran atención a la conversación.

- ¿Por qué el segundo hijo de la familia Rossi ha vuelto durante este momento crítico para la familia?

- ¿Quién podría saberlo? ¿Siempre era probado cuando regresaba a casa? Fue enviado al extranjero hace mucho tiempo, ¿cuál es su lugar en esta familia?

- Escuché que hay un problema con las empresas, así que su abuelo decidió llamarlo para ayudar a resolver esta situación.

- ¿Ayudar? ¿Estás bromeando? ¿No sabes cómo lleva una vida despreocupada y extravagante en el extranjero? Es más probable que haya vuelto para competir con el tercer hijo por la fortuna de la familia.

Esa conversación provenía de los empleados que aprovechaban un momento antes de la comida para chismear. Parecían querer hablar en voz baja, pero no fue suficiente, ya que Igor estaba escuchando todo y parte de lo que decían era verdad.

En el año en que murió la madre de Igor, su padre y su abuelo lo enviaron al extranjero. Tenía solo siete años cuando eso ocurrió. Al principio, Igor regresaba durante las vacaciones escolares, pero luego su padre se casó de nuevo, tanto en secreto como públicamente, y alejaron intencionalmente al niño.

Al principio, un sacerdote amigo de la familia lo defendía, pero pronto tomó partido y se puso del lado de la nueva señora de la casa. Entonces, su padre y su abuelo se volvieron indiferentes hacia Igor.

Los pensamientos y el afecto por su familia fueron desapareciendo con el tiempo, por lo que Igor comenzó a regresar a casa con menos frecuencia, distanciándose cada vez más de lo que solía considerar su familia.

En un abrir y cerrar de ojos, se convirtió en una persona desechable para sus familiares, incluso los empleados se atrevían a hablar a sus espaldas. Escuchó todos esos comentarios y su sonrisa se desvaneció.

El pobre empleado que sostenía la bandeja no sabía qué hacer. Estaba a punto de ir a esa sala y advertir a todos, pero Igor extendió la mano y tomó una taza de la bandeja.

- Lo necesitaré.

La hermosa taza decorada fue firmemente sostenida por las manos del joven, luego la arrojó con precisión, cayendo justo frente a la puerta de la sala de donde provenían las voces, haciendo que la charla se interrumpiera.

Los empleados que estaban en medio del cotilleo salieron a ver qué estaba pasando y se encontraron con Igor parado con las manos en los bolsillos y apoyado nuevamente en la pared.

- ¿Por qué no hablan más alto y en mi presencia ahora? Les aseguro que la próxima taza les dará en la cabeza.

Todos se sintieron avergonzados y comenzaron a recoger los fragmentos en pánico. Luego se abrió la puerta de la oficina y salieron dos hombres, uno mayor y otro de mediana edad.

- Abuelo, padre -saludó a los dos, alejándose de la pared.

Después de tantos años de separación, las relaciones entre abuelo y nieto, padre e hijo, eran simplemente extrañas, pero en esa casa los títulos aún debían ser pronunciados y respetados.

- ¿Qué ha pasado aquí? ¿Por qué todo este ruido?

- No es nada importante, solo que algunas personas hablan tonterías y me molestan.

Francesco miró a su nieto con ojos de halcón, examinándolo. Después de unos segundos, dio una orden mostrando su insatisfacción.

- ¿Por qué no te vistes adecuadamente? Abotona tu camisa antes de sentarte a la mesa -se volvió y se dirigió al comedor.

El abuelo de Igor hizo su fortuna temprano en el negocio de carga, recorría grandes distancias solo, luego logró formar un equipo y finalmente una cadena nacional de empresas de carga. Las riquezas y logros de la familia Rossi se construyeron una a una. El viejo Francesco lideraba la familia desde hacía décadas, tenía una personalidad fuerte y a veces arrogante.

Aún tenía la última palabra en la familia y todos simplemente obedecían. De manera indiferente, él obedeció abotonándose la camisa, suspiró y siguió en la misma dirección que ellos fueron, pasando junto a esos empleados y mirándolos con desdén. Trató de prepararse para la falsedad y todo lo que vendría durante esa comida con su familia.

En el comedor, los empleados que solían hablar mal de él a sus espaldas aparecieron, todos estaban incómodos y desconfiados, Igor los miraba con una expresión desagradable, hasta que alguien entró en la habitación, rompiendo la extraña atmósfera que había en ese lugar.

— Papá, preparé esta sopa yo misma, le añadí algunos ingredientes buenos para la salud, espero que te guste.

Una mujer hermosa y elegante llegó trayendo un plato de sopa, su voz era amable y atenta, la colocó en la mesa y sirvió de inmediato al mayor, mientras Igor solo disfrutaba del espectáculo.

— Aquí tienes, por favor, prueba, ten cuidado que está muy caliente — le sirvió.

Igor levantó la copa de vino, bebió un poco y observó las actitudes de esa mujer, ella era Andrea, su madrastra, menos de un año después de la muerte de su madre, su padre la llevó a casa, posteriormente él se enteró por algunos chismes de que ella había sido el primer amor de Roberto.

La historia que escuchó era que ambas familias eran inapropiadas para unirse en matrimonio, por lo que tuvieron que separarse, pero después de que su madre muriera debido a una enfermedad, la pasión renació entre ellos y lograron estar juntos.

Cuando Andrea entró en la familia, trajo consigo a su hijo de siete años, fruto de su matrimonio con su ex marido, lógicamente, el viejo Francesco no estaría de acuerdo con eso, pero nadie sabía qué trucos había usado ella para lograr esa hazaña.

Después de tantos años, ella se había convertido en la verdadera esposa de esa casa, el hijo que tuvo con su ex marido pasó a ser considerado como el tercer hijo de la familia Rossi.

Igor pensaba en todo eso y le parecía irónico, dejaron a un niño de la misma sangre solo en otro país, mientras que al otro lo criaron como uno de los hijos de esa familia y hasta le dieron ese título, entrecerró los ojos y luego escuchó al viejo en la silla principal cuestionándolo.

— Igor, te graduaste hace tres años, ¿seguirás jugando en el extranjero?

Ese tono de voz no tenía ningún afecto, ni cariño, más bien parecía que él era una molestia en esa casa, pero ese tono también parecía indicar que se acercaba una tormenta, Igor fingió no darse cuenta, agitó su copa y respondió despreocupadamente.

— En realidad, está genial en el extranjero, estoy...

Como se esperaba, Francesco interrumpió lo que estaba diciendo, usando el mismo tono.

— ¿Qué tiene de bueno eso? Creo que tu vida como miembro de esta familia está muy fácil, ya tienes veinticuatro o veinticinco años, ¿qué haces más allá de gastar dinero? Simplemente no sabes ayudar con las responsabilidades de la familia.

Igor estaba incrédulo ante esas acusaciones infundadas, hace dos años volvió y se ofreció a ayudar con la empresa, pero fue ignorado, las palabras de su abuelo fueron: "Acabas de graduarte, ¿qué sabes? No te preocupes, puedes irte" lo despidieron de esa manera, ¿cómo podía ser culpa suya?

Nadie dijo nada y la atmósfera en la mesa de la cena se volvió helada, la mirada de Roberto pasó del abuelo al nieto, vacilando, se levantó y tomó un trozo de pescado, sirviéndole a su hijo.

— Igor, tu abuelo está hablando por tu bien, has pasado mucho tiempo en el extranjero, nosotros, los mayores, no estamos cómodos con eso, aquí, come un trozo de pescado, recuerdo que te gustaba mucho el pescado cuando eras niño — trató de suavizar ese ambiente.

La preocupación perdida desde hacía mucho tiempo de su padre debería haber calentado el corazón de Igor, pero era una lástima que las acciones y palabras de Roberto para demostrar ser un "buen padre" no fueran nada naturales y Igor ya había superado la edad de necesitar ese tipo de amor paternal.

Igor miró el pescado en su plato, esbozó una ligera sonrisa y respondió.

— Papá, cuando tenía ocho años, me atraganté con una espina de pescado, la niñera no estaba allí, usted y tía estaban en una cita, lloré mucho, pero ninguno de los empleados vino a ayudarme, quedé traumatizado con eso, hoy en día ya no como pescado, ¿no lo sabías?

Roberto quedó sin reacción ante lo que su hijo dijo, ¿cómo no recordaba ese episodio? Intentó suavizar el malestar entre su padre y su hijo, pero acabó metiéndose en otra situación embarazosa. Roberto sentía que tal vez, al no pasar tanto tiempo con su hijo, no lo conocía tan bien, en ese momento, sentía un cierto sarcasmo en la forma en que su hijo habló, como si lo criticara por no ser un buen padre.

Viendo que la atmósfera estaba extraña nuevamente, Andrea miró a su marido haciendo una señal, como si hubiera algo importante que decir, Igor miró a su abuelo que todavía tenía una expresión adusta, tratando de entender esa situación.

Igor había vuelto a casa a petición de su padre, quien alegó que la salud de Francesco no estaba bien, y él como nieto debía volver rápido, pero al mirar bien a su abuelo y a esa situación, se dio cuenta de que era una excusa para intentar persuadirlo a regresar al país.

— Abuelo, si tienes algo que decirme, simplemente dilo.

Igor aprendió a ser directo mientras vivía en el extranjero, no le gustaban los rodeos y prefería que dijeran de una vez lo que estaba pasando. Andrea, al escuchar lo que había dicho, vio una oportunidad para explicar.

— La verdad es que la empresa invirtió en un proyecto hace algún tiempo, pero hubo una gran pérdida en el capital invertido, si nuestra familia no encuentra una solución, podríamos... — vaciló en decir bancarrota frente al viejo — Ya hemos negociado con la familia Moretti, a cambio de que te cases con el hijo menor de esa familia, ellos...

Igor se levantó de golpe, entendió en ese momento cuál era la urgencia de su regreso, su familia quería usarlo como moneda de cambio.

Ao despertar de esa manera, todos lo miraron, Igor se sentía indignado por ello, pero quería dejar en claro su insatisfacción.

— ¿Estás bromeando conmigo? — hizo la pregunta mirando a todos en la mesa.

La unión entre personas del mismo sexo ya estaba legalizada en ese momento, sin embargo, ¿no sería extraño que se casara con alguien extraño solo para satisfacer los intereses de su familia? Era imposible.

— Estamos hablando en serio, ¿por qué crees que estamos bromeando contigo? — respondió el abuelo.

El abuelo de Igor era tradicional y estricto, no veía con buenos ojos el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero ante los intereses absolutos de la familia, estaba dejando de lado sus convicciones.

La familia Rossi tenía pocos candidatos para esa tarea, solo Igor, que había crecido en el extranjero, sería adecuado para ese papel. El matrimonio entre familias solo buscaba beneficios y no la felicidad de los hijos y nietos.

El acuerdo era que la familia Moretti ayudaría a la familia de Igor a salir de la crisis a cambio de que los eximieran de cualquier carga en el futuro, además del reparto de beneficios obtenidos durante aproximadamente tres años, y como la familia Moretti no se oponía al matrimonio entre hombres, no tenían manera de evadirlo.

— Nuestra familia gastó dinero durante todos estos años para criarte y sustentarte, es hora de que retribuyas.

Igor escuchó ese tono arrogante de su abuelo y se sintió aún más indignado. ¿Cómo podía decir eso? ¿Se habían olvidado de que desde los quince años ya no le enviaban nada al extranjero? Lo habían dejado a su suerte, pero cuando algo urgente surge, se acuerdan de que había un hijo perdido. Eso solo hizo que se sintiera aún más como una mercancía.

Igor ni siquiera tuvo tiempo de comer, empujó la silla hacia atrás, haciendo un ruido largo y áspero en el suelo, como una declaración de su estado de ánimo en ese momento.

— Estoy cansado de viajar durante tantas horas, voy a subir a mi habitación y descansar, ustedes disfruten de la comida.

El anciano vio que su nieto estaba renuente a ello, antes de que Igor pudiera salir del comedor, habló con su voz profunda y fría.

— No puedes escapar de este asunto, piénsalo bien durante dos días y luego me pondré en contacto con la familia Moretti para organizar un encuentro entre tú y el joven de esa familia.

— Abuelo, si quieres verme, no me esconderé, pero no me involucres en este asunto — se dio la vuelta y salió de la habitación.

Igor se dirigió al segundo piso de la casa, los empleados que presenciaron esa discusión se preguntaban si el segundo hijo realmente estaba yendo en contra de su abuelo. No lo habían visto durante algún tiempo, ¿cómo pudo haberse vuelto tan valiente?

Los pies de Igor pisaban firmemente mientras subía las escaleras, no quería esperar a que su abuelo tuviera un ataque. Entró en su habitación y cerró la puerta, tomó su teléfono celular y reservó un vuelo de regreso al extranjero al día siguiente.

Como su familia lo había abandonado antes, era imposible para ellos retenerlo ahora. A Igor le gustaban los hombres, pero querer que abandonara su feliz vida en otro país para casarse con alguien que ni siquiera conocía y en un matrimonio por conveniencia era muy ridículo.

— ¡Sigan soñando! — se quejó mirando la puerta.

Tardó un poco en calmar su enojo, luego decidió dormir el resto de la tarde y la noche para descansar. El largo vuelo y el cambio de zona horaria lo estaban agotando, esperaba descansar lo suficiente para poder irse al día siguiente con su equipaje.

Su intención era descansar bien, pero esa noche Igor tuvo un sueño un poco perturbador. Soñó que, en realidad, era un personaje de un libro, pero que el protagonista era el hijo de su madrastra, Jhone Rossi, el nombre de la novela era "Cómo recaudar diez mil millones"; en el sueño, Jhone había entrado al libro y conocía toda la trama, lo que le permitía obtener ventajas fácilmente.

En el sueño, su hermano lograba contactar con varias personalidades importantes, convirtiéndose en el joven más rico de Italia y ganando numerosos admiradores, mientras que él terminaba siendo todo lo contrario.

Como se negara a contraer matrimonio, dio la oportunidad a Jhone de conocer al joven de la familia Rossi, con esa actitud, causó descontento en ambas familias y al abandonar su casa, comenzó a codiciar la fortuna de su hermano, aprendiendo a halagar a todo tipo de personas, realizando negocios poco confiables y terminando endeudado, dentro y fuera del país.

Aquella pesadilla lo dejó exhausto, ya no podía soportar esa vida y pasó sus últimos días en una casa alquilada, aquel sueño había sido largo y muy oscuro y cuando despertó, su camisa estaba empapada de sudor.

El sueño había sido muy vívido, las personas solían decir que cuanto más real era el sueño, más fácil se disipaba de su memoria, pero en el caso de Igor, él no lo estaba olvidando. Igor estaba jadeando y se sentó tratando de calmar sus latidos, todo todavía parecía muy real en su mente, le resultaba difícil distinguir entre sueño y realidad.

Estaba sentado y reflexionando sobre ese sueño que había tenido, había vivido durante veinticinco años, ¿cómo podía dejarse perturbar de esa manera por un sueño? Mientras pensaba, escuchó una notificación llegar a su celular.