...****************...
...Parte 1: La desesperación de la Diosa....
...****************...
En un plano etéreo donde los dioses mayores habían acordado no tener más heraldos, mortales a quienes les concedían tener poderes o bendiciones. De no cumplir con su palabra, cada deidad de mayor rango, debía encontrar a uno, y se les permitía convertir en heraldos cuantos mortales quisieran. Un día se rompió el pacto.
La diosa de la desesperación advirtió apresurasamente a los demás dioses sin querer delatar al culpable para evitar una guerra innecesaria según dice, desatando así una carrera por encontrar y reclutar a los mejores heraldos. En una lucha por obtener el máximo poder que un dios mayor puede otorgar a un mortal, cazando a otros heraldos.
Se había acordado convertir a mortales en la misma región del primer heraldo para facilitar la contienda, y en caso contrario, sería cuestión de intervenir constantemente entre la barrera del idioma, las grandes distancias, la economía, o la ubicación exacta de cada heraldo rival, a lo que perdería la gracia para todo el mundo.
Se hizo eco en el ágora de cada discusión ininterrumpida con voces superpuestas, hasta que el dios de la cólera quien permaneció obsecuente ante la situación, alzó la voz pidiendo silencio, asustando a cada entidad allí presente, algunos seres reaccionaron con desaprovación y una falsa valentía refunfuñando como si no hubieran sido víctimas del propio terror, quien por cierto aquella deidad no se encontraba presente junto a otras deidades quienes recolectaban heraldos para sus filas. Los más pacientes o demagogos estaban allí debatiendo con más órden y calma tras la interrupción colérica, temiendo una sangrienta batalla en pos de seguir estresando al dios más inestable del lugar, quien permanecía de brazos cruzazos.
...****************...
...Parte 2: La carrera por los Heraldos....
...****************...
La diosa de la astucia, curiosa de la presencia de una gran deidad belicosa, se acerca a hacerle mella de su intriga, preguntó por qué se encontraba entre la política y no armando filas, para la gran caza. Él respondió con calma que no necesitaba más dioses menores, quienes ya estaban a su lado les resultaban un estorbo, y prefería darle lugar a otro dios mayor la oportunidad de ganar, por ley tendrá que buscar un heraldo a último momento. Ella se sintió un tanto astiada y siguió su camino hacia los jardines del lugar, meditando para sí misma, si considerar la calidad o la cantidad, pero a la vez analizando las palabras de su colega, tal vez no necesitaba más dioses menores, quizás podía dejarlo pasar o tener al menos un par para no dejarle solo, e hicieran equipo si fueran lo suficientemente inteligentes como para no atacarse entre sí, difícil tarea para la mayoría de seres humanos, aparte de que no fuera en contra de las reglas pero que tampoco es una información que puedan proporcionar.
Los humanos en el plano terrenal, ignorantes ante las deidades mayores y su verdadera naturaleza, cada quien con sus propias creencias, algunos negando la existencia de los mismos. Pasaron milenios sin la presencia de una divinidad, hasta que llegado el momento aparecieron en la actualidad varios elegidos y varias elegidas, desatando un caos entre la población a través de redes sociales donde decían que los videos estaban editados, inclusive en videos en vivo comentaban que estaban manipulados.
Algunos heraldos buscaban fama, robaban, llevaban a cabo venganzas personales, daban uso malintencionado a sus poderes o bendiciones, en vez del propósito real de derrotar a otros heraldos para aumentar su poder y ascender a deidades menores.
Baños de sangre convocaban a intentos de héroes, antihéroes y los verdaderos heróicos que lograban salvar vidas inocentes de quienes no participaban en el juego de los dioses.
La escaramusa de varios dioses mayores, dio a luz a muchos heraldos que no duraron un sólo día, la provincia entera estaba abrumada, perturbada, pocos ponían en duda la veracidad de los superhéroes, elegidos de los dioses, profetas, hijos pródigos, super humanos, como muchos se hacían llamar, algunos autoproclamados y otros etiquetados de formas ridículas, pocos de ellos decían ser heraldos. Sin embargo en el resto del país habían ciudadanos que tenían su disconformidad con las presuntas blasfemias, bien marcadas en las redes sociales, y otros medios de comunicación como la televisión pública y las editoriales de periódicos, tentaban a la ira de sanguinarios usuarios de dotes sobrenaturales.
Varios heraldos se lo tomaban más en serio al peso que los dioses intentaban cargar sobre sus hombros, aunque no tuvieran la responsabilidad de una cacería que impusieron, algunos en contra de su voluntad. La tarea era simple, debían cazar a todas las personas que vieran con un pequeño destello, un brillo sólo perceptible para ellos, no dieron más que ese pequeño e insignificante dato, el cual si no fuera por la televisión o algunos videos virales en internet, la enorme mayoría de los heraldos tal vez nunca se hubieran percatado de dicha luz, puesto a que no pueden ver la suya propia sin ayuda de un reflejo.
Varios jovenes intentaban mostrar en "selfies" su aura recientemente adquirida, sin éxito alguno, más que el de contactarse con algún usuario por medio de mensajes directos de quien decía poder ver el color y así probar que no mentían, para poder identificarse. Otros simplemente para sacarles información y masacrarlos brutalmente por medio de armas, herramientas, poderes mágicos, o con ayuda de sus "bendiciones" la cual no eran siempre controlables a voluntad, y a quienes se les dificultaba más la cacería pero se les facilitaba la supervivencia, el poder inicial era bastante agresivo pero débil, como una pequeña bola de fuego, dando oportunidad al escape de quien posea un poder diferente. Las bendiciones en cambio, suponían habilidades tales como la intangibilidad en paredes pero no en el suelo, por lo que la verticalidad era un problema en ruta de escape.
Quienes elegían bendiciones, elegían el "modo difícil" por lo que debían valerse de otros medios para asesinar a sus contrincantes. Los usuarios de poderes más agresivos, debían simplemente desatar sus dotes, por lo que en "memes" que creaban los de benficiones más poderosas, o mejor armamento y buena puntería, decían que eran el "modo fácil" para provocarlos y así desestabilizarlos con la rabia para que cometieran errores, debían estar siempre atentos, como el de la bendición del espejismo que poseía la invisibilidad a voluntad, por medio de varias ejecuciones, un sicario logró obtener suficiente lealtad hacia su dios para que le otorgara dicho poder, sin embargo él no sabía que habría más poder que ese, simplemente estaba en un nivel intermedio, pero más avanzado que la mayoría de "niños y niñas con poderes" quienes no se toman la cacería como objetivo.
Los dioses y las diosas, no eran como les percibían realmente, algunos heraldos decían que había un dios del terror mientras que otros decían que era una diosa. Lo cierto es que dichas deidades eran la misma y no depende de la sexualidad ni la orientación del usuario, el criterio a la hora de determinarse un sexo se debía al punto de vista de cada persona individualmente. Lo importante era la afinidad de la deidad, la cual sería otorgada a la o el heraldo, representando un característico color regido por la entidad superior, dato de vital importancia por el cual casi en su totalidad nadie más lo sabía, simplemente veían colores similares pero no debatían entre ellos, algunos comentarios en foros y publicaciones, teorías en videos extensos de internet, explicaban una conspiración, por envidia de ser un humano común y corriente, no faltaron quienes armaron sus propias sectas intentando invocar a las deidades, pero jamás lo consiguieron, mucho menos quienes inventaban sus propios nombres para esas entidades, nombres impronunciables para la lengua humana.
Un caso tremendamente conocido a nivel provincial a unos meses después del primer acontecimiento, por el cual los dioses en el ágora se reunieron, fue el de una famosa actríz, influencer, desapareció y las sospechas apuntaban a que los super humanos tuvieron que ver, incluso se adjudicaban su presunta muerte. Tamara Baez, conocida como la protagonista de una pésima película de bajo presupuesto, llamada "El conejo exterminador" enterraron un cajón vacío debido a su desaparición, a lo cual dicho evento, levantó muchas críticas con respecto a que aún deberían estar buscándola, muchos y muchas fans acudieron al velorio público. Ella era más querida por las redes sociales, su carisma, canjes y buenos mensajes positivos, que por sus películas, que de hecho la peor fue la cual tuvo más éxito, porque ella se destacó creando un meme involuntariamente tras improvisar, impulsando la popularidad del material cinematográfico. Pocos heraldos del espejismo suponían que podría seguir viva, pero eran sólo teorías que se hacían para sí mismos, no les interesaba mucho el paradero de una actríz, sino más bien su propia supervivencia o la cacería.
El verano más sangriento, distintas partes del gobierno prestaban ayuda a refugiados, intentaban brindar seguridad, cazar a los superhumanos, en un país en el cual no habían tantos recursos paramilitares ni mucho menos, consiguieron usar parte del ejército para erradicar a varios incompetentes y sin maestría en el combate, pero que habían sido terroristas en demasía para no ocuparse de sencillamente combatir contra heraldos rivales, sino simples mortales, aunque fueran policias con la capacidad de defenderse mediante el uso de armas de fuego.
Quienes intentaron ser reclutados por el ejército para combatir a los criminales, habían sido discriminados por ser heraldos, algunos llegaron a ser ejecutados o fugitivos, sin haber causado bajas civiles fueron acusados de crímenes contra la humanidad. Los soldados heraldos se mantenían a raya para no ser descubiertos, pase lo que pase, ya que la consecuencia sería el perder su propia vida, y no podrían proteger al resto.
...****************...
...Parte 1: El más allá....
...****************...
Los dioses mayores no habían sido ni más ni menos que una docena de participantes en la gesta heráldica, bastantes en la cantidad de la contraparte, que simpatizaba en no participar de dicho aporte colectivo para aumentar el número de dioses menores. Siendo la minoría quienes eran la oposición, dentro de sus propios motivos, formaron una especie de alianza y seguían con la tradición de aumentar su poder para crear a sus propios dioses menores. Algunos simplemente no deseaban tener demasiado, se conformaban con los que tenían, pocos aportaban su poder a un colega para tal propósito, lo veían más digno que el involucrar a mortales para un derramamiento de sangre innecesario.
La oposición a los tradicionalistas, los que estaban a favor de la contienda, preferían dicho sistema para no tener que sortear o turnarse, consideraban más justo el hecho de que aumentara sus filas el dios mayor con mejores heraldos en batallas relegadas.
Los nueve dioses que se mantuvieron al márgen tras el caos ocasionado por la diosa de la desesperación, se refugiaron en su propia compañía, lejos del ágora, casi huyendo del conflicto interno que debían manejar los doce. A pesar de ello, la diosa de la astucia se acercó, preocupando a quienes le vieron venir y evitaban su paso con advertencias de guerra, ella suplicando con la mirada un poco de clemencia, se abría paso ante algunos dioses asustados que sólo pretendían estar alerta ante cualquier suceso inesperado, una vez allí con los nueve reunidos donde siempre, dirigió la mirada que yacía perdida en la infraestructura tan elegantemente construída en mármol y cerámica, hacia los pies de la diosa de la melancolía, y lentamente subiendo la mirada, a lo que la divinidad le apura preguntándole a qué se debía su presencia, la astucia preocupada por la gesta, le hace saber su inquietud cuestionando si puede cambiar de bando, por la nostalgia de los viejos tiempos en que la diosa de la angustia y ella solían combatir codo a codo. La melancolía se rehúsa a responder, en silencio y con tristeza mirando hacia otro lado, de brazos cruzados y firme en dirección a su rival política, frunce el seño e infla los cachetes sin emitir un sólo sonido, una acción un tanto extraña e impactante que logra desconcertar a todo mundo en la cámara de los dioses allí presentes. Sin saber qué más hacer, un poco abucheada se fue la diosa de la astucia, cubierta de una rabia fría que le recorría pecho y espalda, con un ligero ardor en el interior del torso.
El dios de la cólera, se había estado entrenando con mayor esfuerzo en su rutina diaria, la contienda le tenía un tanto inquieto, haciéndole sentir que podrían considerarlo un dios débil o que se haya ablandado con el pasar de los tiempos, hacía eones que no se enfrentaban los dioses, y aún recordaba su victoria contra el dios de la Ira y la diosa de la rabia, quienes tenían heraldos con brillos de color marrón y amarillo. Esos dioses rivales habían sido creados con mayor antigüedad que él, pero aún así logró derrotarlos a la vez, encontrando así su paz y aumentando su orgullo por aquel exitoso evento. Él era de los pocos dioses de los cuales veían mal el hecho de no derrotar a sus rivales acérrimos, dioses viejos o nuevos en comparación de uno mismo, que poseen un color parecido y un sinónimo en el título, aunque puedan tener poderes distintos. Así como el dios de la batalla, había derrotado a la diosa de la contienda de brillo bermellón, que a su vez ella había despedazado al dios de la guerra, quien poseía el destello salmón para sus heraldos. Pese a que para algunos dioses, la rivalidad de acérrimos sea una barbarie, no quedó ni uno vivo, haciéndoles dioses únicos a todos aquellos que siguen en el etéreo.
Una vez que la diosa de la astucia cruzó caminando en las cercanías del lago donde el dios de la cólera iba a darse un baño, tras su entrenamiento, su delicioso aroma frutal le llamó poderosamente la atención al dios colérico quien se encontraba secándose su antropomórfico cuerpo escultural, era uno de los dioses más altos, por lo que apenas se percató a simple vista de la diosa, suficiente como para notar que sollozaba. Intentó importunarla para saber el motivo de sus lágrimas, pero ella sólo se echaba al andar, acelerando el paso, y él determinado en saber qué le pasaba a su colega, decide sacrificar su refrescante aseo por el alcanzarla corriendo aunque fuera a transpirar. El sendero acompañaba cada zancada haciendo que en poco tiempo pudiera alcanzarla aunque ella empezara a correr tras escucharlo venir, y haberle sacado suficiente ventaja mientras él sólo caminaba sin prisas.
Ella de igual manera, intentó evadirle, pero sólo logró tropezar con sus sandalias encima de él, por lo que furiosa golpea su pecho dejándole un futuro moretón. Él estóico ante la situación, la toma de ambas manos, mirándola a los ojos y diciéndole que por favor se explique, que estaba allí para ellla. La diosa le comentó lo sucedido entre lágrimas, y al desahogarse, él secó sus mejillas, mientras respondía que habían asuntos ajenos de los cuales era mejor no involucrarse, pero la disgustada diosa de la astucia, siguió su camino.
...****************...
...Parte 2: El plano terrenal....
...****************...
Los seres humanos, ajenos a lo que sucedía en otro plano, varios de ellos tenían teorías, creencias y sus respectivas estafas, a partir de ello, sobre lo que habría después de la muerte, o la morada de sus divinidades, que algunos decían que incluso sólo eran tres, o menos. Una ferviente creyente de "la providencia" como hacía llamar a su entidad divina, para su sorpresa que casi le ocasiona un infarto, la aparición de una diosa de luz dorada, quien dijo ser la personificación material del presagio, lejos de sentir lástima por su desesperación en intentar convocar divinidades que no existen, como muchos y muchas mortales a su alrededor, era la única quien con tanto fervor evocaba la palabra providencia, la cual le hacía bastante afinidad, y por ello le otorgaría ser su heraldo, aún sin mucha fé en la batalla. Extrañada y aún en shock, la señora, casi enmudecida intentando tartamudear, logra emitir unas pocas palabras balbuceando su pregunta de a qué batalla se refería, qué era eso de lo que estaba hablando, quién era.
Comprensiva del estado en que se encontraba la mujer mayor, en aquel precario hogar, habló un poco más calma, intentando hacerla entrar en sí, ofreciéndole un abrazo extendiendo sus divinos brazos. La señora temblorosa siente una extraña sensación de miedo, placer, éxtasis, cosquilleos dentro de su ser y una electrizante sensación que recorre su cuerpo, avergonzada y ruborizada exclama "¡ay!" Y se echa para atrás levantando los brazos agitándolos a modo de defensa ante una situación que le sobrepasa moralmente, propia de su edad.
Impaciente la diosa le dice que no tiene suficiente tiempo para perder de esa manera, y que sería mejor para ella, para otros mortales, que prestara atención a su encomienda, la cincuentona de rulos y lentes, asiente con nerviosismo, por lo que su divinidad continúa preguntándole si desea ser bendecida o poseer un poder más agresivo, que era una mera formalidad y en caso de ser prejuzgada erróneamente, debido a que no la veía con madera de luchadora y prefería otorgarle un regalo divino que le ayudara a defenderse o a mejorar su vida.
La señora tras haber pensado un rato en cosas mundanas, manifiesta si pudiera darle algo que le ayudara a ganar la lotería, o hablar con su amiga "Martha" porque con el celular se le complica la tecnología y las redes sociales. La diosa un poco hastiada de aquella mortal, le dice que piense en algo mejor y de mayor utilidad, que aunque pueda ayudarle con la telecomunicación, se pegaría un susto como el que ella había sufrido con anterioridad.
La solución a la que Eugenia había llegado, era algo que le ayudara con el pronóstico porque el de la televisión a veces se confundía, la diosa dando su mejor cara, le complace diciendo que puede ayudarla con la predicción climatológica como bendición, el agua a su alrededor le reflejará el clima a la que se aproximará, que no podrá ver el clima futuro, sino el cercano, como defensa ante cualquier cambio brusco que acontezca, sea el de algún rival que provoque tempestades, incendios, lluvias, tormentas eléctricas, a un radio de aproximádamente treinta kilómetros podrá notar cada cambio climático. No conforme con las palabras de la diosa, frunce el ceño y hace un comentario con respecto a la verocidad de la diosa, poniendo en duda su falsedad como una posible "estafadora de internet" la diosa desaparece con prisas y arrepentimiento, aceptando que no va a ser fácil lidiar con mortales de ciertas características.
Pese a su fallido reclutamiento, la diosa dorada tiene esperanza en sus heraldos, un sicario con años de experiencia, se ha cobrado la vida de al menos dos heraldos, en lo que va de sus quince asesinatos. Desde que tiene la bendición del rastreo, por medio de imágenes, le es fácil encontrar a sus víctimas a través de objetos personales o que hayan tocado recientemente, como si fuera un sabueso. Logra ver un camino de luz dorada flotando en el aire, que le indica por dónde ir, con la limitación de que dure menos de un día dicho rastreo, porque desaparecerá poco a poco dificultando la búsqueda, y teniendo que conseguir otro objeto por sus propios medios, o conseguir varios que pueda llevar encima hasta su debido uso.
En cambio otros tres mortales simples quedaron con vida, dos fallecieron, y uno que sabía pelear con armas de fuego, por su vida callejera, perdido en las drogas, fue baleado por una banda rival mientras estaba en su casa viendo televisión junto a su hijo menor, de seis años, salió el caso en las noticias, así como él podía rastrear a sus rivales por medio de la bendición de su dios de la astucia, los de la otra banda tenían los medios clásicos para ubicarle. Él no fue el único que vio la imágen de la astucia como un hombre, el sicario favorito también lo percibe de dicha manera.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play