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Zero: El Fantasma De Cyferworld

Capítulo 1 El Fantasma

La ciudad de Cyferworld, la joya tecnológica de este mundo, era un lugar vibrante y lleno de vida. Los edificios brillaban bajo las luces de neón y los androides patrullaban las calles, vigilando a los ciudadanos que estaban obligados a llevar un chip de ubicación en todo momento. La privacidad era un lujo que solo podían permitirse los que tenían el dinero suficiente para pagar la desconexión temporal de sus chips.

En este mundo tecnológico, los humanos y los androides coexistían en armonía, pero siempre había una tensión latente. Los androides, con sus armas eléctricas y su impecable código de conducta, eran los guardianes de la ciudad, mientras que los humanos eran los responsables de mantener la tecnología en funcionamiento.

En una zona apartada de la ciudad, en un callejón maloliente, se encontraba la guarida de Zero. Un joven de 23 años con cabello largo y negro, ojos azules penetrantes y una presencia tranquila y segura.

Zero se sentó en su silla de escritorio, rodeado de cables y aparatos tecnológicos. Las pantallas de su monitor brillaban con el reflejo del código que ejecutaba. Mientras tanto, su pulsera mecánica estaba en su mano izquierda y se estaba enfocando en hacer ajustes finos en la alineación de la batería.

Sus ojos se deslizaron hacia las cámaras de seguridad mientras la voz de Alfred sonaba en sus oídos, "Presencia tranquila y segura". Zero sabía que los androides eran algo común en Cyferworld, pero no quería llamar la atención. Él prefería permanecer en las sombras, como un fantasma, moviéndose sin ser detectado.

Sus dedos hábiles bailaban sobre el teclado mientras revisaba su código. Al mismo tiempo, se aseguró de que sus guantes negros estuvieran ajustados. No podía permitirse que alguien notara su pulsera mecánica, la herramienta más importante para pasar desapercibido.

Un sonido se filtró en su oído y Alfred interrumpió su trabajo, "Dos androides se acercan a tu ubicación" Zero suspiró, pero su mente tranquila y controlada no se preocupó en lo más mínimo. Con un par de movimientos precisos de su teclado, ejecutó un código y mandó una señal que desvió a los androides a otro lugar. Quedó en silencio por un momento, saboreando la sensación del éxito. Él era un maestro del arte de pasar desapercibido.

"Zero, hay una actividad sospechosa en nuestra red. Parece que alguien está intentando hackearnos," le informa Alfred.

Al oír esto frunce el ceño, pero se mantiene tranquilo y le responde: "Entendido, Alfred. Haz todo lo posible para bloquear cualquier acceso no autorizado. Revisa si hay algún rastro que pueda llevarnos de vuelta."

Mientras Alfred trabaja en fortalecer las defensas de su red, Zero sigue concentrado en su proyecto. Con habilidad, manipula los cables y las pantallas, ejecutando códigos complejos y ajustando los parámetros precisos de sus máquinas. Cada paso que da es cuidadosamente calculado, asegurándose de no dejar ningún rastro que pueda delatar su ubicación o identidad.

Después de un rato, Alfred informa: "Creo que lo he bloqueado. No hay evidencia de que hayan entrado en nuestra red."

Satisfecho con el trabajo de su IA, le dice: "Muy bien, Alfred. Continúa monitoreando nuestra red por si hay algún otro intento."

De repente, un mensaje apareció en su pantalla del ordenador. Una ventana emergente con un mensaje encriptado que decía: "¡Encuéntrame en la cima del edificio de la Corporación CyferTech a medianoche!".

Sorprendido por aquel mensaje inesperado y consternado de que alguien había logrado infiltrarse en su red. Suspira y en estado de preocupación le dice a Alfred, "¿puedes rastrear la ubicación del remitente?",  en seguida este procesó la solicitud y después de unos segundos de espera, respondió: "Lamentablemente, la dirección IP del remitente está enmascarada. No puedo identificar su ubicación exacta".

Zero suspiró. "Muy bien, tendré que investigar esto yo mismo"

No era la primera vez que alguien lo buscaba, pero nunca habían sido tan atrevidos. La Corporación CyferTech era una de las empresas más grandes y poderosas de la ciudad, y estaba fuertemente protegida por el sistema de vigilancia.

"¿Quién eres?", preguntó, sin obtener respuesta.

Por el resto de la noche,  trabajó en descifrar el mensaje y en como  prepararse para lo que le vendría. A medianoche, se dirigió a la Corporación CyferTech. Al llegar, se encontró con un edificio que se elevaba hacia el cielo, rodeado de luces y cámaras.

Con mucho cuidado,  se deslizó por el sistema de seguridad y llegó a la cima del edificio. Allí, encontró a una figura solitaria en la oscuridad, vestida de negro y con una máscara que ocultaba su rostro.

"¿Quién eres?", preguntó Zero de nuevo, con la mano sobre el arma eléctrica que llevaba en su cinturón.

La figura se acercó, y en un instante, Zero sintió la presión de un objeto frío y metálico en su cuello. "No importa quién soy", dijo la figura con voz distorsionada. "Lo que importa es que quiero contratarte para un trabajo. Un trabajo muy importante".

Zero sintió su corazón latir con fuerza mientras sostenía su arma eléctrica con firmeza. La figura misteriosa no parecía estar bromeando, y Zero sabía que no podía subestimarla.

"¿Qué tipo de trabajo?", preguntó con cautela, tratando de no mostrar su nerviosismo.

"Un trabajo que requiere habilidades como las tuyas", respondió la figura, apretando el objeto metálico con más fuerza sobre su cuello. "Un trabajo que podría cambiar el curso de la historia".

Zero se quedó en silencio por un momento, sopesando sus opciones. Sabía que estaba en una situación peligrosa, pero también sabía que su habilidad para hackear y su experiencia en situaciones de riesgo podrían ser útiles para el trabajo.

"Está bien", dijo finalmente. "Dime más sobre este trabajo".

La figura soltó su cuello, pero no quitó el objeto metálico de su piel. "Hay una persona en la ciudad que está planeando algo grande. Algo que podría poner en peligro a todos. Necesito que encuentres a esa persona y me digas quién es".

Frunció el ceño, tratando de entender la magnitud del trabajo que se le estaba encomendando. "¿Y por qué yo? ¿Por qué no lo haces tú mismo?" "Porque yo no tengo tus habilidades", respondió la figura con frialdad. "Y es que si algo sale mal, no quiero estar en la mira de nadie".

Zero reflexionó por un momento, sabiendo que estaba arriesgando su vida al aceptar este trabajo. Pero también sabía que, si tenía éxito, podría salvar a la ciudad de un peligro inminente desconocido.

"Está bien", dijo  finalmente. "Acepto el trabajo. Pero necesito más información. ¿Cómo sé que puedo confiar en ti?"

La figura misteriosa pareció considerar la pregunta por un momento, le respondió en voz baja. "Sólo sé que si no haces lo que te pido, estarás en peligro. Mucho peligro".

Zero asintió, sabiendo que no podía negarse a un trabajo como este. "Entonces, ¿Cómo me comunico contigo una vez que tenga la información que necesitas?"

La figura soltó una risa siniestra. "Te encontraré cuando sea necesario. Y si no te encuentro, sabré que no hiciste tu trabajo correctamente".

Con esas palabras, la figura se alejó de la cima del edificio, dejando a Zero solo con sus pensamientos. Sabía que estaba en una situación peligrosa, pero también sabía que tenía que hacer lo que fuera necesario para cumplir el trabajo que le habían encomendado.

Regresando a su piso comenzó a trabajar como todo un hacker profesional, tratando de recopilar toda la información posible que le ayudara a encontrar pistas de la persona que la figura misteriosa le había encomendado. Sentado frente a su computadora tecleaba furiosamente, tratando de seguir las pistas que había encontrado en los últimos días.

"¿Necesitas ayuda?", preguntó Alfred, su asistente virtual.

"Sí, necesito que me ayudes a hackear la base de datos del Departamento de Policía de la ciudad", le respondió Zero.

"¿Qué estás buscando exactamente?", preguntó Alfred.

"Cualquier información sobre actividades sospechosas o movimientos inusuales en la ciudad", respondió Zero.

Alfred asintió y comenzó a trabajar en la tarea que se le había encomendado. Mientras tanto, Zero continuó revisando los archivos que había obtenido en su búsqueda, tratando de encontrar cualquier indicio de peligro que pudiera llevarlo a la persona que estaba buscando.

Después de varias horas de trabajo, Alfred interrumpió su concentración. "He encontrado algo que podría ser de interés para ti", dijo.

Volviéndose hacia su computadora  vio una lista de nombres y direcciones. "¿Qué es esto?", preguntó.

"Son los nombres y direcciones de los últimos individuos que han adquirido grandes cantidades de armamento y explosivos en la ciudad", respondió Alfred.

Atónito mientras leía la lista. "Esto podría ser lo que estamos buscando", dijo.

Mientras hablaban, su teléfono sonó. Con cautela, contestó la llamada. "¿Hola?"

"¿Eres Zero?", preguntó una voz misteriosa al otro lado de la línea.

Si y "¿Quién eres tú?", preguntó con cautela.

"No importa quién soy", respondió la voz. "Sólo sé que estás cerca de encontrar lo que buscas. Pero debes tener cuidado, alguien te está siguiendo".

Zero colgó el teléfono, sintiendo una punzada de miedo. Sabía que no podía permitirse el lujo de detenerse ahora. "Alfred, necesito que sigas trabajando en esto. Voy a investigar a los individuos en esta lista", le dijo levantándose de su silla.

"Muy bien, te mantendré actualizado sobre cualquier cosa que encuentre", respondió Alfred.

Zero salió de su piso, respirando dijo, me hacia falta el oxigeno. en su camino se adentró en la oscuridad de la ciudad. Sabía que estaba arriesgando su vida, pero también sabía que tenía que hacer lo que fuera necesario para cumplir su misión y proteger a la ciudad de la amenaza que se cernía sobre ella.

Capítulo 2 Una Empresa Peligrosa.

Después de varias horas de investigación, Alfred encontró el nombre del hombre responsable. Se trataba de un pez gordo llamado Simon Baker, un hombre adicto al tabaco y a experimentos de laboratorio.

"¡Bingo, directo en el blanco!", exclamó Zero emocionado mientras miraba la pantalla del ordenador. "¡Alfred, eres un genio!"

"Gracias, Zero", respondió la voz electrónica de Alfred. "Pero no podemos bajar la guardia. Baker no es alguien a quien tomar a la ligera. Hay que tener cuidado al enfrentarlo".

"Lo sé, Alfred", respondió Zero con seriedad. "Pero no podemos permitir que continúe con sus operaciones ilegales. Tenemos que actuar rápido y con precisión".

Zero tomó una profunda bocanada de aire antes de comenzar a idear su plan. Sabía que Baker no era alguien que pudiera derrotar fácilmente, pero también sabía que tenía que intentarlo.

"Primero, tenemos que infiltrarnos en la empresa 'Robots X' y recopilar toda la información posible", dijo Zero mientras comenzaba a escribir códigos en su ordenador. "Alfred, necesito que me ayudes a encontrar cualquier punto débil en su sistema de seguridad".

"Lo haré lo mejor que pueda, Zero", respondió Alfred. "Pero ten cuidado. Si descubren lo que estás haciendo, podrían rastrearte y detenerte".

Zero sabía que tenía que ser cuidadoso, pero también sabía que no podía permitirse el lujo de detenerse ahora. Con la ayuda de Alfred, comenzó a bajar exploit y ejecutarlos para ganar acceso a ciertos lugares y buscar información sobre Simon Baker y sus actividades ilegales.

Después de horas de trabajo, finalmente pudieron hackear la empresa 'Robots X' y acceder a su red. Zero y Alfred comenzaron a recopilar toda la información que pudieron encontrar sobre las operaciones de Baker.

Fue entonces cuando Zero se detuvo y miró fijamente la pantalla del ordenador. "Mira lo que tenemos aquí", dijo en voz baja. "Parece que Baker ha estado utilizando los androides de la empresa para actividades ilegales. Está utilizando sus capacidades para robar información y perpetrar crímenes".

Zero se sintió indignado ante lo que vio. Sabía que tenía que hacer algo para detener a Baker y proteger a la ciudad de sus actividades delictivas. Con la información que habían recopilado, Zero comenzó a idear su plan para confrontar a Baker y detenerlo de una vez por todas.

Zero salió de su guarida en la oscuridad de la noche. La ciudad estaba desierta, con solo unas pocas luces que parpadeaban en la distancia. Las calles estaban desoladas y el silencio era ensordecedor. Caminó por las calles vacías, su figura se movía como una sombra en la noche.

Finalmente llegó a la empresa "Robots X", una imponente estructura de vidrio y acero que se alzaba hacia el cielo. Zero se acercó a la entrada principal, pero estaba cerrada con llave. Con un movimiento rápido, sacó una herramienta de su bolsillo y abrió la cerradura sin hacer ruido.

Una vez dentro, siguió las instrucciones de Alfred en su oído, quien lo guiaba a través de las oscuras y laberínticas habitaciones de la empresa. El edificio estaba en silencio, con solo el suave zumbido de las luces de emergencia como sonido de fondo. Zero se movía con sigilo, evitando los pocos dispositivos de vigilancia que había en su camino.

Finalmente llegó a la sala de servidores, el corazón de la empresa. La puerta estaba cerrada con un lector de huellas, pero Zero tenía una herramienta especial que podía engañar al sistema de seguridad. Después de unos momentos, la puerta se abrió con un suave chasquido.

Dentro de la sala de servidores Zero trabajaba silenciosamente en la sala de servidores, inyectando el virus en cada sistema y asegurándose de que se propagara rápidamente. Afortunadamente, Alfred lo guiaba a través del proceso, lo que hacía que su trabajo fuera mucho más fácil.

Después de unos minutos, Zero se aseguró de que la infección se hubiera propagado a todos los sistemas. Ahora era el momento de retirarse. Sin embargo, justo cuando se estaba preparando para salir de la sala de servidores, escuchó un ruido extraño que venía de una puerta en la esquina de la habitación.

"¿Qué diablos es eso?", susurró Zero mientras se acercaba lentamente a la puerta, tratando de no hacer ningún ruido. Sabía que debía ser cuidadoso, ya que no sabía quién o qué podría estar al otro lado de la puerta.

Con el corazón latiendo con fuerza, Zero giró lentamente el picaporte de la puerta y la abrió sigilosamente. La puerta se abrió a una escalera que conducía hacia abajo, en la oscuridad profunda de la empresa.

"¿Alfred, puedes detectar algún movimiento en esa área?", susurró Zero en su micrófono, tratando de no hacer demasiado ruido.

"No hay actividad registrada en esa área, Zero. Podría ser una falsa alarma, pero mantente alerta", respondió Alfred en voz baja.

Con el corazón latiendo con fuerza, Zero tomó una bocanada de aire y comenzó a descender por las escaleras, preparado para lo que pudiera venir.

!

Zero sintió un escalofrío recorrer su espalda al abrir la puerta que daba a lo profundo de la empresa. El aire estaba cargado de tensión y el silencio era opresivo. Al adentrarse en la sala, una escena aterradora lo recibió: cuerpos, muchos cuerpos, desmantelados y esparcidos por todas partes.

El suelo estaba cubierto de manchas oscuras y había rastros de sangre que lo hacían sentir como si estuviera pisando sobre el mismo infierno. Los cuerpos parecían haber sido utilizados en experimentos, con partes de humanos fusionados con piezas robóticas, como si hubieran estado creando algo aterrador.

Zero sintió un nudo en el estómago, la vista le hacía sentirse mareado y un fuerte dolor de cabeza comenzó a afectarle. Se dio cuenta de que había visto algo que podría poner en riesgo su vida y decidió salir de allí lo antes posible.

Corrió por los pasillos de la empresa, intentando mantener la calma y ocultándose en las sombras para no ser detectado. Sabía que necesitaba salir de allí antes de que fuera demasiado tarde. Finalmente, logró llegar a la entrada principal y salió corriendo hacia su guarida, sintiendo el alivio de estar a salvo.

Pero incluso en su escondite, no podía sacudirse la imagen de los cuerpos desmembrados y las abominaciones que había visto en la sala profunda de la empresa. Sabía que había descubierto algo terrible y peligroso, algo que debería mantener en secreto si quería sobrevivir

Zero se sentó en su silla y trató de calmarse. Sabía que no podía permitirse perder la compostura, pero la imagen de los cuerpos desmembrados seguía acechándolo. Miró a su alrededor en su guarida, donde había pasado innumerables horas trabajando en su ordenador para investigar a la misteriosa empresa. Ahora, sin embargo, todo parecía diferente. El mundo que había estado construyendo en su cabeza se había derrumbado por completo.

Se levantó de su silla y caminó de un lado a otro de la habitación. Necesitaba pensar en lo que había visto y en lo que significaba para él. Si decía algo, pondría su vida en peligro. Pero si no decía nada, la empresa seguiría haciendo lo que estaba haciendo.

Zero tomó un momento para respirar profundamente y calmarse después de su terrible descubrimiento en la empresa. La imagen de los cuerpos desmembrados y las abominaciones experimentales seguía rondando su mente, pero sabía que debía mantener la calma y continuar trabajando.

Fue entonces cuando Alfred, su asistente virtual, le informó de un nuevo mensaje encriptado. Zero sintió un escalofrío recorrer su espalda, preguntándose si la persona misteriosa detrás del contrato había descubierto su infiltración en la empresa.

Con un poco de temor, Zero le pidió a Alfred que mostrara el mensaje. Al leer las palabras "ven mañana en el lugar donde nos conocimos y dime lo que descubriste", se dio cuenta de que debía reunirse con su misterioso cliente lo antes posible para entregar la información y terminar su trabajo.

A pesar de que su curiosidad lo hacía querer saber más sobre la empresa y sus secretos, sabía que no podía correr más riesgos. Así que, con determinación, Zero decidió cerrar el capítulo de la empresa y prepararse para su reunión con la persona misteriosa.

Con un suspiro, Zero se levantó de la silla y se dirigió a su armario para prepararse para el día siguiente. La tarea estaba casi completa, y esperaba poder terminarla pronto y volver a su vida normal. Pero algo en su interior le decía que esto no sería tan fácil como él esperaba.

Capitulo 3 persecución

Zero estaba en su piso, en su zona de trabajo, rodeado de tecnología avanzada. El entorno era un poco oscuro, con luces fluorescentes en la pared que iluminaban su espacio. La habitación estaba llena de equipos de computación de última generación y máquinas altamente sofisticadas que se conectaban a su red de seguridad personal. Estas máquinas estaban diseñadas para ayudarlo en sus misiones, para que pudiera tener acceso a cualquier cosa que necesitara para completar su tarea.

Mientras Zero trabajaba en su equipo, su asistente personal de inteligencia artificial, Alfred, lo interrumpió con una pregunta. "Zero, ¿estás seguro de reunirte con esa persona hoy en la torre?".

Zero respondió sin dudar: "Sí, pero esta vez iré preparado".

En ese momento, Zero se levantó y fue hacia su armario. Allí, sacó un chaleco metálico negro que se ajustaba perfectamente a su pecho. El chaleco tenía una serie de botones y luces parpadeantes en la parte delantera, y parecía ser un dispositivo altamente sofisticado. Una vez que lo colocó en su pecho, empezó a brillar intensamente.

Luego, se colocó un saco gris encima del chaleco, lo que le dio un aspecto discreto. Zero sabía que era importante mantener un bajo perfil en las misiones que llevaba a cabo, y este saco le permitiría hacerlo.

Pero eso no era todo. Zero también se quitó los pantalones para revelar una prótesis en su pierna derecha. La prótesis estaba diseñada para detectar cuando se acercaba su mano y generar una pistola de electrochoque que podía paralizar a cualquier enemigo.

Zero tomó unos minutos para ajustar la prótesis y asegurarse de que estaba funcionando correctamente. Una vez que terminó, se colocó de nuevo los pantalones y estaba listo para salir.

El ambiente estaba cargado de tensión, y el suspenso estaba presente en cada movimiento que Zero hacía. Sabía que su reunión en la torre sería peligrosa, pero estaba dispuesto a asumir cualquier riesgo para completar su misión.

Zero caminaba por las calles de la ciudad, esquivando a la multitud sin llamar la atención. Las luces de neón brillaban en los edificios altos que rodeaban las calles, y los sonidos de los automóviles y de la gente llenaban el aire. Zero se desplazaba por las sombras de los callejones, manteniendo un perfil bajo mientras avanzaba hacia su destino.

Mientras caminaba, Zero llevaba un pequeño micrófono en su oído, conectado a su IA Alfred. "Alfred, ¿me escuchas bien?" preguntó Zero. "Te escucho alto y claro, Zero," respondió Alfred.

Zero se sintió un poco más relajado al escuchar la respuesta de Alfred. Sabía que con su IA a su lado, estaba mejor equipado para cualquier situación que pudiera encontrar en su misión.

Continuó avanzando hasta llegar a la torre CyferTech, la sede central de la empresa de tecnología más grande de la ciudad. Zero se deslizó por la entrada sin llamar la atención, usando su habilidad para pasar desapercibido entre los trabajadores y los visitantes.

Zero se adentró en la torre CyferTech sin ser detectado por las cámaras de seguridad ni los guardias que patrullaban el área. El silencio de la noche envolvía la ciudad mientras Zero se dirigía a lo alto de la torre.

Mientras tanto, probaba su micrófono en el oído y contactaba con su IA, "Alfred, ¿me escuchas bien?".

"Te escucho bien, Zero", respondió Alfred.

"Bien, manténme alerta a cualquier situación", dijo Zero.

Finalmente, llegó a la cima de la torre y se encontró con el hombre misterioso. Llevaba una vestimenta negra y una máscara de hierro, y hablaba con una voz robótica. mientras que en su mano sujetaba algo parecido a un paraguas.

"¿Me traes lo que te pedí?", preguntó el hombre misterioso.

"Si, el sujeto que buscabas se llama Simon Baker. Infecté sus servidores con un virus y lo tengo todo en este dispositivo USB", respondió Zero mientras le lanzaba el dispositivo al hombre misterioso.

El hombre misterioso tomó el dispositivo y lo inspeccionó cuidadosamente antes de preguntar: "Y dime Zero, ¿viste algo inusual en la empresa Robots X?".

Zero tragó saliva antes de responder: "Sí, en el sótano de la empresa vi una escena escalofriante. Había muchos cuerpos desmantelados y armados con piezas de androides. Parecía un laboratorio".

El hombre misterioso pareció intrigado por esta información y dijo: "Interesante. Quizás tengamos que investigar Robots X en el futuro.

El hombre misterioso se queda en silencio por un momento antes de responder con una voz grave y profunda: "Me puedes llamar Hydra por ahora".

Zero asiente con la cabeza, aceptando la respuesta y en ese instante la voz de su IA suena en el micrófono: "Zero, hay helicópteros que se acercan rápidamente a tu dirección, te recomiendo que salgas de allí".

Justo cuando su IA le da la información, un helicóptero se eleva sobre la majestuosa torre y con grandes luces expone a Zero y a Hydra. En ese momento, Hydra se dirige a Zero y le dice: "Parece que ya se dieron cuenta, tendrás que escapar de esta situación, Zero" mientras su voz robótica resuena en una risa y desaparece entre las sombras sin dejar rastro.

Zero estaba paralizado por un instante, sospechando que todo esto podía ser una trampa. Pero sabía que no podía quedarse allí por más tiempo. y sin dudarlo activó el dispositivo del chaleco metálico. En cuestión de segundos, una sombra negra de nano tecnología comenzó a envolverlo, cubriéndolo de pies a cabeza en una armadura impenetrable. Sus ojos se iluminaron de rojo mientras su fuerza y resistencia aumentaban.

Con la armadura de nano tecnología cubriendo todo su cuerpo, Zero salta del borde del techo del edificio y cae sobre otro edificio cercano. Sus pies se adhieren a la superficie del techo con una fuerza sobrenatural y su cuerpo es más ligero y resistente que nunca. Se impulsa hacia adelante y salta de un edificio a otro, siempre buscando el siguiente punto de apoyo para continuar su escape.

Zero sigue corriendo y saltando por los tejados mientras los helicópteros lo persiguen sin cesar. Los disparos y explosiones cercanas hacen que su armadura vibre y retumbe en sus oídos.

Mientras tanto, Alfred se concentra en encontrar una ruta de escape segura para su dueño. Después de unos segundos, le dice: "Zero, he encontrado una ruta de escape a través de un edificio cercano. Deberías poder llegar allí sin ser detectado".

Zero asiente mientras sigue corriendo y esquivando los disparos enemigos. De repente, un helicóptero aparece por encima de él, apuntando directamente con sus armas hacia su posición. Zero se agacha y se cubre con su brazo mientras grita: "¡Alfred, ahora es el momento!".

Alfred ejecuta el script y envía la señal. Los helicópteros se tambalean en el aire y pierden potencia, dejándolos inmóviles. Zero aprovecha la oportunidad y corre hacia el edificio que Alfred le había señalado.

Una vez dentro del edificio, Zero busca una salida mientras oye las voces de los soldados que se acercan. Pone su mano en el dispositivo en su cinturón y se convierte en una sombra negra, camuflándose en la oscuridad.

Los soldados pasan por su lado sin notarlo, buscando en otra dirección. Zero exhala un suspiro de alivio y se dirige hacia la salida, asegurándose de no ser detectado en el proceso.

Finalmente, logra escapar de la persecución y se aleja de la zona de peligro, dejando atrás a los helicópteros inmóviles y a los soldados desconcertados.

Zero salió del callejón oscuro con una actitud más relajada, con la sensación de que había escapado de una situación potencialmente mortal. Sabía que su trabajo era arriesgado, pero no podía permitirse ser descubierto en este momento. Desactivó el programa de su armadura y volvió a su estado original, sintiéndose vulnerable una vez más.

Mientras caminaba por la calle, Zero se aseguró de que su herramienta en la muñeca estuviera funcionando correctamente, para que ninguna cámara pudiera detectarlo. Era importante que pasara desapercibido hasta que llegara a su piso.

Mientras caminaba, Zero se dio cuenta de que la multitud era cada vez más densa, y que era difícil moverse sin llamar la atención. Se encapuchó el rostro y trató de parecer lo más normal posible, aunque su corazón seguía latiendo fuerte por la adrenalina de la situación anterior.

Zero entra en su apartamento y se siente aliviado al ver que todo parece estar en orden. Pero al dar unos pasos más, su vista se enfoca en algo que lo deja sin habla: el cuerpo de una joven mujer, ensangrentado y rodeado de un mar de rosas. El corazón de Zero empieza a latir rápidamente y una sensación de miedo lo invade. Se acerca lentamente al cuerpo, intentando entender lo que ha sucedido, pero no encuentra ninguna pista.

De repente, escucha el sonido de las alarmas de los coches de la policía acercándose. Zero mira a su alrededor y se da cuenta de que está completamente atrapado. En ese momento, su computadora emite un sonido y aparece un mensaje en la pantalla que dice "te encontré". La situación se vuelve aún más tensa y Zero comienza a sentirse acorralado.

Rápidamente, toma su herramienta en la muñeca y la activa para asegurarse de que no pueda ser detectado por las cámaras de seguridad. Luego, comienza a buscar una salida, pero todas las puertas parecen estar bloqueadas. La policía está cada vez más cerca y el mensaje en su computadora sigue apareciendo una y otra vez.

Zero se apresura hacia su ordenador, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras las sirenas de la policía se acercan cada vez más. Con manos temblorosas, inserta el super USB en la computadora y comienza a borrar todo rastro de su presencia en el apartamento. Alfred, su IA, es transferido al dispositivo sin dejar rastro.

Mientras tanto, el sonido de las sirenas se vuelve más intenso y la ansiedad de Zero aumenta. Con una última mirada a su hogar, se dirige hacia la estufa y gira la llave del gas. El olor del combustible inunda la habitación y una llama parpadeante del mechero en su escritorio parece burlarse de su situación.

Zero corre hacia el techo, saltando ágilmente de un edificio a otro, alejándose del lugar donde pronto habrá una explosión. Las sirenas de la policía todavía retumban en sus oídos, pero la distancia aumenta gradualmente.

De repente, una gran explosión sacude el aire detrás de él, iluminando el cielo nocturno con un brillo naranja intenso. Zero sabe que no puede volver atrás, que su antigua vida ha quedado atrás en ese apartamento en llamas.

Con el corazón todavía acelerado, se aleja corriendo en la noche, un hombre sin hogar y sin pasado.

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