Al llegar la noche, todas las luces de la mansión Shop, se encendieron para darle una iluminación perfecta a una de las mansiones más lujosas que pudiera existir en la ciudad.

No obstante, detrás de tanta belleza se escondían tantos secretos. Uno de ellos, era la diferencia que hacían los anfitriones de la casa con su sobrina, Celeste.

Sonia ⬇

__ Mamá, Esteban no tarda en llegar, quiero que este todo como a él le gusta. _ Ordenó en una voz muy dulce Sonia.

Sonia hablaba como si llevara años conociendo a Estaban. No obstante, llevaba solamente dos meses que él se había comunicado con ella, para hablar sobre lo que paso entre ellos, la noche en que se emborracho y amanecieron juntos.

_ Cariño, para eso tenemos criada personalizada, si no hace bien su trabajo, la golpeare hasta cansame ... _ Contestó Marcela, dibujando una enorme sonrisa en sus labios.

Sonia se dejo caer sobre el sofá a su lado. Miró a su madre con reproche, ya no tenia el control necesario para dominar a Celeste.

_ Pues no se nota, cada día que pasa, la cucaracha se hace más floja... Imagínate, ayer no me llevó el desayuno a la cama; porque supuestamente estaba enferma... Hazme el favor, desde cuando las cucarachas tienen el derecho de enfermarse... _ Se burló Sonia.

Marcela dio un profundo sus suspiro, se podía notar en su rostro lo cansada que estaba. Marcela llevo su mano a su nuca, el estrés cada día la agobiava más. No solo tenía que preparar lo antes posible la boda de Sonia y Esteban.

Sino que también tenia que arreglar todo para recibir su suegra, ya que Agustina no se podía dar cuenta de lo que ella y su esposo han estado haciendo durante muchos años.

_ Te ves preocupada ¿Deberías relajarte un poco?... _ Sugirió Sonia.

_ Debes medir tus palabras, en unos días va a llevar la vieja Agustina. Solo estará unos días, y no quiero que se dé cuenta de lo que le hacemos a la huérfana, ya si se sabe todo, tu padre y yo, iremos a la cárcel por muchos años ._ Le ordenó Marcela a su hija.

Sonia levantó su ceja con disgusto, odiaba que su abuela las visitará de vez en cuando, para asegurarse de que la herencia de Celeste, estaba siendo bien manejada por su hijo mayor.

_ Mami, no podemos evitar que la abuela venga al país... Desde hace años viene seguido, y siempre debo fingir que adoro a la cucaracha. Además, no estoy de humor como para sonreírle y ser amable con ella ... _ La voz de Sonia sonó como la de una niña malcriada.

_ No puedo impedir que esa anciana no viaje, se daría cuenta de todo lo que estamos haciendo ¿Te imaginas si ella se lleva a la huérfana?... ¡No, no quiero imaginar que será de nuestras vidas!... _ Continuó diciendo Marcela.

_ Ósea, pronto me voy a casar con Esteban. Un hombre sumamente multimillonario, no vamos a necesitar de las migajas que nos da la cucaracha... El nos dará la vida de reina que tanto nos merecemos.

Sonia se encontraba realmente feliz, por ser la prometida de Esteban. Sus ojos tenían un brillo único.

_ Cariño, has olvidado, que él solamente sea comprometido contigo, por qué piensa que tú eras la mujer con la que paso la noche, después de la fiesta de invierno ... _ Marcela se burló cínicamente de su hija.

Sonia fundió el ceño, borrando por completo la Sonrisa en sus labios. Odiaba con todas sus fuerzas, que su madre se lo recordara cada día que ella no fue la mujer con la que Esteban tuvo sexo aquella noche en la que lo drogaron.

_ Yo no tuve la culpa de que ese maldito avión se retrasara por más de dos horas. _ Se reprocho Sonia.

_ No te preocupes, ya que tienes una madre demasiado inteligente. Arregle todo, para que Esteban Shod, pensara que la mujer con la que estuvo aquella noche, fuiste tu y no la tonta de Celeste.

__¡Eso, es lo que más odio! ...Que haya sido la huérfana la que gozo de mi futuro esposo y no yo!..

__ Yo tenia planeado todo perfectamente, para ser yo quién gozará de su cuerpo, y mira quién fue la que se lo comió..._ Sonia apretó sus manos con fuerza.

_ No te preocupes, mi amor, ya tendrás miles de noches, para comerte a tu futuro marido... _ Le dijo Marcela.

Sonia solamente levantó los hombros, con la esperanza de que Esteban y Celeste nunca se llegaran a enterarse de que ambos pasaron la noche juntos.

Sonia voltea hacia la puerta, esperando que Esteban llamé y ser ella quien lo atienda...

_ No tarda en llegar Esteban, puede ver cómo van los preparativos de la cena.

Sonia se levanto del sofá, se alejó de su madre, para acercarse a la ventana. Sonia estaba esperando ansiosa de que Esteban llegará a la mansión, esa noche le podrían fecha a su boda.

Y eso la tenia muy emocionada, Marcela movió su cabeza, de la misma manera en la que Sonia esperaba a Esteban, ella había esperado a Máximo.

Al ver la hora en su reloj de mano, Mercedes, llamó a una de las sirvientas para saber como va lo de la cena.

__ Sí, señora... La mujer bajó inmediatamente la mirada.

_ Dónde está la inútil de Celeste ¿Acaso todavía no puede terminar de hacer la cena?... _ Preguntó Marcela fundiendo el ceño.

_ No, señora. Con eso se dice que está enferma... Todos estos días a estado de floja... _ Recalcó la sirvienta con maldad.

A nadie en esa casa, le caía bien Celeste. Ya que no era respetada por sus tíos, menos lo era para los sirvientes.

Mercedes dejó a la sirvienta ahí parada, para después caminar, rumbo a la cocina. Al llegar a la cocina empujó la puerta con fuerza.

Miró la delgada espalda de Celeste, cada día que pasaba, la chica estaba más delgada. Los miles de maltratos que recibía día con día, la iban enfermando.

_ ¡Eres una inútil, no has acabado de cocinar algo tan sencillo!... _ Gritó Mercedes, ocasionando que Celeste se distrajera y se quemara la mano.

En ese momento, Celeste dejó caer al suelo el sartén con la comida que acababa de freír. El suelo quedó manchado de rojo, la comida extendida por todas partes.

Marcela abrió los ojos con furia, no podía creer lo que Celeste acababa de hacer. Caminando a donde estaba la chica; sudando frío.

_ ¡Eres una Idiota!... Has tirado al suelo toda la cena!...

Marcela levantó su mano dejándola caer sobre la mejilla de celeste. inevitablemente, Celeste cayó al suelo.

Celeste ⬇

Celeste cayó al suelo al recibir la fuerte bofetada de parte de su tía Marcela. En el momento en que cayó, sintió un fuerte dolor debajo de su vientre, que ocasionó que su cuerpo temblara de frío.

Era la primera vez que Celeste sintió un dolor tan fuerte, y eso que su tía le daba unas palizas, cada vez que hacía algo mal.

A Marcela no le importo, el sufrimiento de Celeste, ella solo miraba con furia la comida que estaba entendida por todas partes.

Era la comida favorita de Esteban y ahora no había más que una simple ensalada de zanahoria con patatas fritas.

Mientras, Marcela solamente quería estrangular a Celeste, la chica no dejaba de temblar por el dolor debajo de su vientre.

__ Me duele...

_ Me duele; demasiado... _ Susurraba Celeste, mientras el sudor caía con fuerza de su frente.

Cansada de escuchar a Celeste quejarse por una simple bofetada, Marcela fundió el ceño, para después comenzar a gritar con fuerza.

_ ¡No quieres hacerme sentir culpable, por una simple bofetada que te he dado!... ¡Eres una estúpida!...

Celeste se comenzó abrazar a su cuerpo, el dolor que estaba sintiendo era demasiado fuerte. Sus labios quedaron secos en segundos. Sus ojos se comenzaban a cerrar poco a poco.

Sin embargo, los fuertes gritos de Marcela, evitaban que ella pudiera perder el conocimiento.

Marcela señaló con su dedo a Celeste, estaba realmente enojada por lo que la chica acababa de hacer. Ahora no tenía nada que ofrecerle a su futuro yerno.

_¡Voy a golpear tu cuerpo hasta que aprendas a hacer las cosas cómo a mí me gustan!... _ Marcela estaba dispuesta a dejar a Celeste sin una mano, para que así, pudiera aprender lo que tenía que hacer.

Al dar un paso hacia delante, Marcela resbaló al suelo, a causa de haber pisado un poco de la comida que estaba extendida por todo el suelo.

Su cabeza golpeó fuertemente el suelo, quedando instantáneamente inconsciente. Enseguida, la sangre comenzó a salir de la herida detrás de la cabeza.

Al ver a su tía tirada e inconsciente, Celeste se levantó del piso, haciendo su mayor esfuerzo, para no perder el conocimiento...

Caminó lentamente por lado de Marcela, para salir por la puerta de servicio. El miedo, se podía ver reflejado en los ojos de Celeste.

Celeste tuvo miedo de que la culparan por la muerte de Marcela, ya que nadie iba a creer que fue un accidente. Y que ella misma se ocasionó su caída.

Al llegar a la puerta, Celeste hizo su mayor esfuerzo, para abrirla. Al salir a la calle, Celeste, ya no tenía fuerzas.

Cayó arrodillado a la mitad de la calle, la sangre comenzó a salir del medio de sus piernas, su vista se terminó de oscurecer.

Celeste perdió el conocimiento, por suerte un taxi, pasaba por allí, al ver a la chica inconsciente tirada a la mitad de la calle, se detuvo a ayudarla.

El hombre, miró a todas partes, antes de subir a Celeste al taxi. Esperaba que hubiera alguien cerca de ella, pero al darse cuenta que la chica estaba sola.

El hombre, la levantó inmediatamente, para subirla a su taxi. En minutos, Celeste fue llevada al hospital más cercano, donde fue tendida de emergencia.

Ya que podía perder al niño que estaba esperando. Al día siguiente, eran más de las once de la noche, cuándo, Celeste recupero el conocimiento.

Todavía tenía un ligero dolor debajo de su vientre, pero, ya podía respirar con tranquilidad.

_ Veo, que ya has despertado... ¿Cómo te sientes?... _ Una voz femenina llegó desde la puerta de la habitación.

Enseguida, Celeste volteó a ver a su lado derecho. La enfermera se acercó a ella. Para después acomodar su almohada.

_ ¿Dónde estoy?... _ La pregunta de Celeste, causó algo de gracia en la enfermera. Ya que era obvio dónde estaba.

_ En un hospital, te has desmayado a la mitad de la calle y un buen hombre te envió aquí... _ Respondió la enfermera con amabilidad.

Enseguida, Celeste recordó lo que había sucedido en la cocina de la mansión shop, y lo que había sucedido con su tía Marcela.

_ Me dolía demasiado el vientre de abajo, quizás por eso, perdí el conocimiento..._ Explicó Celeste.

La enfermera, miró a la chica con incredulidad. Al parecer, Celeste todavía no estaba enterada de su embarazo.

_ La médico que te atendió vendrá a verte en unos diez minutos...

La enfermera terminó de atender a Celeste, lo mejor era que el médico que la atendió fuera el que le diera la noticia de su embarazo.

Celeste se volvió a acostar, se cubrió totalmente su cuerpo con una sábana blanca. Después de los diez minutos, la chica que la atendió entró.

_ Hola, mi nombres es Claudia, soy el médico que te atendió en cuando llegaste._ Se presentó la chica.

Claudia era la hermana de Esteban, sin embargo, ella trabajaba en un hospital de bajos recursos, solamente para ayudar a las personas que no tenía el suficiente dinero.

_ Mi nombre es Celeste Shop.

Claudia levantó ligeramente su ceja, tenía el mismo apellido, que la mujer con la que se iba a casar su hermano.

__ ¿Qué edad tienes?... _ La voz de Claudia era demasiado dulce.

_ Dieciocho... _ Contestó Celeste con sinceridad.

_ ¿Tiene algún familiar con el que nos podamos comunicar?...

Celeste abrió los ojos con miedo, no podía decirles que era la sobrina de Marcela Wlpo... La chica bajo la cabeza, para negar cualquier vinculo con ellos.

_ No, soy huérfana... _ Respondió Celeste en voz baja.

Claudia terminó de apuntar todo lo que habló con Celeste, ahora debería informarle sobre su embarazo.

_ ¿Sabías que estabas embarazada?...

Al escuchar eso, Celeste quedó boquiabierta, nunca se imagino estar embarazada del hombre que se aprovecho de ella.

__ Eso no puede ser cierto... _ Susurró Celeste.

_ No sé que fue lo que paso, pero por poco pierdes al bebé. Sí que de ahora en adelante debes cuidarte mucho más, para evitar que puedas tener otra amenaza de aborto...

Celeste dejó de escuchar lo que Claudia dijo, desde el momento en que escuchó que estaba embarazada.

Celeste no recordaba nada de lo que sucedió la noche en la que fue drogada por su tía y medita a una habitación.

Celeste agarró con fuerza las sábanas blancas, qué ligeramente cubrían su cuerpo delgado...

__ ¿Embarazada?...

__ ¿Embarazada?... _ Susurró Celeste sin poder creerlo...

Sus lágrimas comenzaron a caer lentamente por sus mejillas, en ese momento sentía una extraña combinación de sentimiento...

Sería madre, sin embargo, no sabía quién era el padre del bebé, ya que cuando despertó; se encontraba en su habitación.

Claudia que había observado todo en silencio, tuvo una idea en mente. Suavemente, se acercó a Celeste, para agarrar sus manos.

_ Por lo que me acabas de decir, no tienes familia ¿Verdad?... _ Le preguntó Claudia, en una voz baja.

Celeste movió la cabeza para confirmar, qué ni tenía familia. Además, si su tía la encontraba iba a matarla sin importarle que estuviera embarazada.

Si no es que iría a la cárcel, por haber intentado matar a su tía Marcela. Ya que su prima Sonia y mucho menos su tío la iban a dejar escapar fácilmente.

_ Bueno, te voy a proponer algo, que te va a convenir mucho. _ Comenzó a decir Claudia.

Celeste miró con curiosidad a la chica delante de ella, por la manera en que Claudia, la estaba mirando, Celeste pensó que quería ayudarla.

No obstante, Celeste estaba muy lejos de imaginarse lo que Claudia estaba por proponerle...

_ Yo soy de una familia con mucho dinero, y mi primo Alexander debe buscar una novia para casarse en menos de tres días o su familia lo va a dejar si nada... _ Mencionó Claudia con frialdad.

__ ¿Qué tengo que ver con eso?... _ Respondió Celeste, en un susurró.

__ Quiero que te conviertas en su esposa por un año, después de ese año, prometo que te daré todo lo que tú deseas. A hijo no le va a faltar nada, el bebé va a tener una vida decente y con algunos lujos...

Celeste quedó boquiabierta con la propuesta de Claudia. Al mirar el rostro indeciso de Celeste, Claudia se alejó de la cama. Tenía que hablar con Alexander sobre su futura esposa.

_ Te dejaré a solas, para que pienses en la decisión que te ha propuesto, más tarde va a venir él hablar contigo... _ Dijo Claudia sin esconderle nada a Celeste.

Claudia salió de la habitación de Celeste, dejando órdenes precisas de que cuiden muy bien de ella, y por supuesto, que eviten que Celeste intente escapar del hospital...

Claudia entró a su consultorio, enseguida llamó a su amante, para contarle que había encontrado a la mujer perfecta para casarse...

Claudia y Alexander a pesar de que eran primos, tenía una relación sentimental desde hace muchos años... Sus padres ya sospechaban sobre ella, por eso le pidieron a Alexander que buscara a una esposa lo antes posible o lo dejarían sin nada...

Claudia no estaba dispuesta a dejar que su amado, perdiera todo lo que tenía, pero tampoco iba a permitir que otra mujer le robara al hombre que amaba.

Claudia no era ninguna tonta, y sabía que existían muchas mujeres que encantadas se casaría con Alexander y harían todo por ganarse su amor... Para eso, necesitaba alguien a quien pudiera manipular y deshacerse de ella en cuanto ya no le fuera útil...

En el momento en que vio a Celeste, sintió que ella era la mujer correcta para ser la esposa de Alexander...

_ Hola mi amor... _ Mencionó Alexander al otro lado de la línea.

__ Hola, necesito que vengas a verme al hospital... Tengo una esposa para ti... _ Respondió Claudia inmediatamente, y sin rodeos.

_ ¿Una esposa?...

_ ¡Te he dicho que no pienso casarme con ninguna mujer que no seas tú!... _ Dijo Molesto Alexander.

_ Mi amor, sabes que no puedes arriesgarte a perder toda la fortuna de tus padres, si no encuentras una esposa, la única, heredero será la zorra de su ahijada Lucia...

Alexander terminó la llamada y en menos de media hora ya estaba en el hospital. El hombre fue directamente al consultorio de Claudia, sin embargo, ella no estaba allí, sino en la habitación de Celeste.

Alexander fue llevado a la habitación de celeste por una enfermera, que tenía órdenes de Claudia.

_ ¿Has pensado en lo que te propuse?... _ Le preguntó Claudia sin ninguna emoción en su rostro.

__ ¡No me puedo casar con un hombre que no sé nada, además, por qué insiste tanto que me case con él, si pueden escoger a otra mujer que se preste a su absurdo juego!... _ Contestó Celeste enfadada de que todos quieran pasar por encima de ella.

Claudia dio un paso más a donde estaba la cama de Celeste. La mirada de Claudia ya no era nada amigable, se volvió fría y algo perversa.

_ Sé lo que has hecho, y si no aceptas casarte con Alexander... Llamaré a la policía, serás arrestada por ver intentado matar a tu tía Marcela ... _ Amenazo Claudia...

El cuerpo de Celeste tembló violentamente, Claudia no era una mujer estúpida, para no informarse de todo antes de escogerle la esposa a su amante. Gracias a la información que Celeste le dio, para Claudia no fue ningún trabajo saber todo sobre Celeste.

Aunque sabía que Celeste era la prima hermana de la mujer que se iba a convertir en esposa de su hermano... No sabía que Celeste era la heredera de toda la fortuna que Sonia sus padres tenían...

Después de un total silencio al interior de la habitación, Alexander entró acompañado de la enfermera... Lo primero que vio Alexander al entrar fue a la hermosa chica de cabello rojo.

Aunque Celeste se miraba algo desarreglada, su belleza continuaba intacta. Tanto así, que inmediatamente llamó la atención de Alexander.

_ Ella es la mujer de la que te hable... _ Mencionó Claudia caminando al lado de Alexander.

_ Es perfecta... _ Susurro Alexander con maldad.

_ Está embarazada y cuando de a luz ustedes dos se divorciaran... _ Explicó Claudia, al notar el brillo extraño en los ojos de Alexander...

El rostro de Alexander cambio completamente, no esperaba que Claudia haya escogido a una mujer embarazada, para convertirla en su esposa.

Sin embargo, Claudia quería estar segura, de que Alexander no iba a intentar estar en la cama con Celeste. Mientras Celeste estuvieran embarazadas, Alexander no se iba a atrever a cruzar esa línea.

_ Es una mujer perfecta ¿No lo crees mi amor?... _ Murmuró Claudia...

Celeste se sintió como si fuera una mercancía, a la cual todos intentaban comprar. Solamente esperaba que Alexander no aceptara casarse con ella.