Es tarde en una noche oscura. Una mujer corre torpemente. Intenta huir, sabe que no hay muchas posibilidades, pero debe intentar. Antes de llegar a su cuarto de alquiler vio sombras sospechosas. No lo dudo, salio desesperada buscando a su destino, tiene que ir a donde haya muchas personas, tiene que llegar a la Avenida. Correr con esa panza es dolorozo, el embarazo esta muy avanzado. No quiere mirar atras, escucha pasos lejos pero no sabe si vienen por ella o solo esta en su cabeza. Todas las noches soñaba con esa situacion, que la encontraban y el terror tenia rostro, era el de su dueño, su marido, Andres Martinez. Solo falta unos metros ya escucha el barullo de los autos, las personas hablando, la salida. Un puño salio de la oscuridad y golpeo de lleno sobre sus costillas. Irene cayo pesadamente en la vereda.
- Aqui estas!!! Pequeña bruja, creiste que no te encontraria- dijo Andres en persona.
La oscuridad parecia ser la culpable de que ella no lo viera o tal vez fue la luz que queria alcanzar que la encandilo. Ya no importaba, ya la encontro y no era bueno. Solo grito por la impotencia mas que por el dolor.
- Creiste que te dejaria, ehhh- un golpe a su gran panza- que te dejaria vivir con este bastardo, eras mi ofrenda de paz y que me dieron??? Me dieron a la extra!! No permitire que mi hijo tenga por madre a una extra jamas!!! No debe vivir!!!- Decia Andres mientras golpeaba el vientre de Irene.
Ella queria hablar pero solo gritaba. El dolor era insoportable. Vaya forma de morir, sabia que iba a morir joven pero no penso que seria asi. Tan dolorozo.
- Vendre por ti despues cariño- dijo con sarcasmo cerca de su oido. No continuo con la golpiza porque sus gritos atrajo la mirada de las personas que circulaban por ahi.
Irene siente que su cuerpo se esta rompiendo y su alma tambien. La sangre que pierde corre por sus piernas. Las lagrimas tambien corren. Trato de proteger a su bebe pero no lo logro. Su vida tambien deberia irse, ya no queda nada porque seguir. Alguien te toma mano para calmarla pero la suelta. Escucha a la sirena de una ambulancia, tal vez sea que viene la ayuda, pero que importa.
- Tranquila, todo a salir bien...- dijo un hombre mientras la subian a la ambulacia- esto tenia sobre el pecho.
-Ahh es su documento de identidad. Sera que fue un robo el ataque???- dijo el paramedico. Miro con atencion el nombre y el apellido. La verdad que no significaba nada los datos para el. Agradece al desconocido y se enfoca en la mujer.
- No te preocupes, vamos al hospital....
Irene ya no lo escucha, solo siente esa oscuridad que la ahoga a pesar de estar en la ambulancia iluminada y con personas que no la dejan sola. Ya esta, para que seguir viviendo. Como casi por reflejo se quito la intravenosa que le habian puesto y fue su ultima accion que pudo hacer.
Despertar no era lo que hubiera deseado, pero desperte en una cama de hospital. Un doctor me revisaba con esmero y vi por su cara las palabras que queria decirme. Yo ya sabia. Mi cuerpo estaba magullado, mas mi vientre. Pero lo mas terrible es el vacio que hay dentro de mi.
- dormiste solo unas horas, debes estar agotada. Tienes suerte de que no tuvieras complicaciones, eres una mujer joven y sana...pero...- acomodo sus lentes redondos y me miro fijamente. Espera mi reaccion.
- Ya lo se, mi bebe no tuvo la oportunidad...- no pude evitar llorar. No comprendia, yo debi morir con el.- porque me salvaron??? Debian dejarme morir a mi tambien...- casi grite pero mi garganta no podia emitir mas gritos, estaba irritada.
- La persona que te ataco, solo queria hacerle daño a tu bebe. Y sabes bien quien es, de seguro que lo conoces... Si quieres justicia debes denunciarlo a la policia. Un oficial esta esperando afuera para tomarte declaracion de lo sucedido, debes hacer lo correcto.- anoto unas indicaciones en su planilla y volvio a mirarme - el trabajo de un medico solo cubre el cincuenta por ciento del exito, el otro cincuenta es destino de cada paciente, asi que parece que debias vivir...- dio media vuelta y salio para que entrara el oficial. Pero, que le iba a decir, explicar que, denunciar a la persona que me ataco???
Lo escuché hablar. No lo miraba. Quería ponerle un título a lo que me paso. Yo solo quería decirle que era mi destino, pero que sabía la policía.
- Lo siento oficial, no se quien me ataco, ni porque. Yo
soy nadie...- dije sin poder siquiera verlo a la cara, solo veia como mis lagrimas caian en la sabana.
- Nada no nadie...- dijo casi sonando a ironia o es que odio esa palabra.
- Perdon que dijo???.
- Que usted es Nada, verdad??? - agito frente a mi una cedula de identidad- usted es Irene Nada, que extraño apellido, nunca en mi trabajo escuche tal apellido...inusual. Entonces roban sus pertenencias, su cartera, su telefono celular, dinero, tarjetas....- siguio su rutina para completar la declaracion y haciendo un ademan para que me contestara.
- Yo no sé... Solo tenía unos billetes en mis bolsillos y mis llaves, estoy confundida...- solo quería saber como obtuvo mi identificación. Lo miro a los ojos por primera vez. No tenía uniforme, hombre blanco de unos treinta años, cabellos cortos. Sin cicatrices visibles. No, no era gente de Andrés.
Anoto algo mas en sus papeles y se levanta para que lea y firme. Y no aguante mas mi curiosidad. Y pregunte.
- De donde saco mi identificacion???
- La tenia usted cuando fue atacada, pero no es la actualizada debe hacer una nueva. Esta no le sirve...- me miro casi riendo- realmente dude que fuera real asi que tome sus huellas para confirmar..- tomo mi mano para que vea que todavia tenia tinta en mis dedos - Y si, asi figura en el Registro de las Personas. Usted es Irene Nada...- ahora si que sonreia y mi odio tiño mi cara de rojo, pero no dije nada.
Despues de que el oficial se fue mire mi mano y odie mas que mis dedos fueran delatores de mi apellido. Pero ellos no escribieron mi apellido en el registro, fue mi "familia". Hay nombre feos, apellidos raros, pero es una forma de saber de tus ancestros. Eres hijo de, o eres oriundo de tal lugar, y de ahi nacio el agregado de un apellido. Significa la pertenencia, ser parte de una familia. Y yo ...no pertenecia a nadie. Era Nada. Era la extra de una familia que me retenia solo por si necesitaba una sustitucion. Cuidaban a los suyos y yo estaba para ser descartada. Mi familia era los Ferreira, descendientes de gitanos, antes eran nomades, generalmente vendedores. Los cambios llegan para todos y los nomades dejaron los viajes y se asentaron en las grandes urbes. Habia que buscar nuevas formas de generar dinero, no todas eran legales. Vendian de todo, y cuando digo todo, es todo.
Siempre supe que no pertenecía a esa familia. Me trataban en mis primeros años igual que a sus hijos, pero era diferente físicamente, exclusivamente yo tenía ojos marrones, ellos eran ojos verdes. Mis hermanas tenían el cabello negro azabache con grandes bucles, en cambio, yo tenía el cabello castaño claro totalmente lacio, una cascada dorada. Ellos eran de contextura robusta, cuerpos exuberantes, yo, en cambio, era delgada, nunca pese más de 50 kilos, solamente en el embarazo aumente. Y la piel, eso sí que era diferente, visiblemente dos tonos más clara que la de ellos. Definitivamente, no encajaba físicamente en esa familia, pero mi propia "madre" daba a entender que era hija de mí "padre" con otra mujer, era la mejor excusa para ellos, culpar al hombre por un desliz que a la mujer, pero solo era rumor de pasillos que no se repetía a viva voz. Al crecer, note que todas las familias de paisanos tenían a alguien extra, pero siempre eran mujeres, más tarde entendí que los varones son los que mantendrían el legado, el apellido, en cambio, las mujeres eran los enlaces con las otras familias y no mantendrían el apellido pues pasarían a pertenecer a su esposo. En ese tiempo me preguntaba de donde salí, cuál era mi pasado, porque estaba sola, quien era en realidad. Después de un tiempo entendí que lo que importa es el hoy y no el pasado, más cuando tienes poco tiempo como lo tenía yo.
En tiempos de guerra, ya sea por obtener más territorio o por la exclusividad de algún producto, o generar alianzas estratégicas se hacían ofrendas de paz. Se entregaba algo o alguien. Únicamente quien sabe negociar y es justo hace buenos negocios, pero aquí en estas familias solamente son negocios, se procura la mayor ganancia. Para eso estaban las extras, si algo salía mal no era su sangre la que pagaba. Y siempre supe que era la extra, al llegar a mi adolescencia, formule varias estrategias para ver como salir a ese lugar, estaba ahí pero no pertenecía. Intente ser invisible y estaba resultado bastante bien. Las mujeres no seguían los estudios a menos que tuvieran destinadas a algo mayor. Solamente completé la secundaria y tenía una necesidad de más, quería aprender más. Había un mundo afuera, pero no tenía la libertad, o por lo menos no todavía, o eso creía. Con diecisiete años cumplidos, mi "padre" me presento en sociedad, eso no era bueno para mí, iba a ser ofrenda de paz o rematada al mejor postor.
No paso mucho tiempo que fui ofrenda de paz, ofrecida en matrimonio a Andrés. Él no estaba gustoso con la idea, pero los negocios son los negocios. Mi familia tenía todo listo, mi identidad falsificada diciendo que era una Ferreira y que siempre pertenecí al clan.
Si antes era nada, ahora era Ferreira de Martínez. Le pertenecía a mi marido, ya no tenía a quien pedir ayuda, mi familia era otra peor. Andrés es un hombre tres años mayor que yo, de un metro setenta, piel oliva, ojos verdes también, cabellos negros lacios largos por los hombros recogidos en una coleta, manos ásperas y pesadas, hábiles solo para golpear, pero inteligente para no golpear donde sea visible. Solamente servía para demostrar en público su "poderío" sexual conmigo y después pasaba a ser su bolsa de boxeo. Cuando por fin pude embarazarme, creí que sería mejor para mí. Que decepción. Los tres primeros meses fueron los mejores, no más golpes, no más demostraciones, no más lágrimas. El mejor día fue cuando se supo el sexo del bebe. Un varón. El legado Martínez.
La envidia es algo ilógica. Envidiarme a mí, a mi vida, que mal está el mundo. Mi marido tuvo varias mujeres que se ofrecían a darle el legado, pero ninguna tuvo éxito. No saben lo que es sobrevivir, yo soy una experta, pero esta situación cansa. No sé si fue gente de mi nueva familia o alguna pretendiente de mi lugar que escarbo un poco más profundo y me expuso. Dio a conocer mi vida, el propósito impuesto. Era una extra, una sustituta, una descartable.
Cuando tratas de ser invisible, obtienes un sentido de más. Sabía que no estaban bien las cosas, olía el peligro y no quise aceptar mi destino. Hui. Me convertí en menos que una persona, una débil imagen para tratar de evitar mi destino, de lo que estaba escrito. De Rosario del cual nunca había salido, llegue a Buenos Aires. Sobrevivimos con habilidad un poco más de ciento veinte días con ese bebe que no quería abandonar, pero sin saber como lo lograría. Quería pensar que podía ofrecerle una oportunidad, pero todo acabo anteanoche. O eso creo.
A no tener donde ir, ni fuerzas para continuar, me quede en esa cama de hospital, esperando mi final. Estoy cansada. Y hoy todavía no morí. Tal vez mañana.
El hombre no podía entender, ni darse a entender. Quería saber, pero el idioma era una barrera. Y el llanto que seguía, el bebe llora de forma lastimera y aguda. Insoportable.
La enfermera regordeta mucho mayor que él, explicaba en correcto castellano la situación.
- La madre se fue, dejo a su bebe...-agitaba sus gordas manos como si quisiera sacudirse el problema- vaya a la oficina de Trámites para que ellos lo ayuden... ¡¡Gringo loco!!! Yo no hablo inglés...- intento dejarlo ahí y acudir en auxilio del bebe, pero el gringo no la dejaba y seguía hablando.
Y el llanto seguía.
- Que le pasa??? Tengo que ir... Vaya a la oficina de Trámites...- señala con su dedo al pasillo blanco, lleno de personas caminando.
Por Dios, como le explica a esa mujer lo que quiere. ¿Dónde está los médicos?? ¿Dónde está su abogado??? Mira con desesperación a su alrededor. Y ese llanto...
- Paciencia Señor... - implora la enfermera que no media más de un metro y medio. E intenta sobrepasarlo para continuar con su trabajo. El hombre insistía y hablaba más lento. - Ni que me lo escribas, no sé inglés...- grito frustrada.
A pesar del ruido, del movimiento de las personas y de estar discutiendo, el llanto seso.
Tanto la enfermera y el hombre se sorprendieron, volvieron a mirarse para encontrar una respuesta que ninguno de los dos tenía. Entraron a habitación de donde, hasta unos segundos antes provenía el llanto. Una mujer está sentada en una silla sosteniendo al bebe y dándole el pecho. El llanto seso porque ella lo alimentaba. Thomas la miro a detalle, no era rubia platina, no era voluptuosa, sin maquillaje, no era superficial. Su cabello es dorado, tenía unas costras cicatrizando en su rostro ovalado, natural casi aniñado, vistiendo solo la bata celeste de hospital, casi diminuta, dándole de mamar al bebe. Una mancha húmeda que crecía sobre su otro pecho.
- A ver muchacha, por fin haces algo bueno... creí que te ibas a dejar morir...- dijo la enfermera que rápidamente le acomodo una almohada sobre su panza golpeada y con suavidad ubico unas gasas sobre el pecho que derramaba leche.
Irene se despertó con una sensación rara e incómoda en sus pechos, los sintió llenos y con la urgente necesidad de vaciarlos. Y ahí escucho el llanto, como si fuera que la llamaba. Oyó de otra enfermera joven que el bebe no toleraba la leche de fórmula y que su madre la había abandonado. El llanto era porque tenía mucha hambre. Solo fue una reacción, sin pensar. Limpio su pezón y se lo ofreció. Sintió un alivio extraño casi con culpa. Oyó hablar al hombre que ni miro.
- Este gringo loco que no le entiendo...- dijo casi enojada la enfermera.
- Solamente quiere saber donde está la madre del bebe y quiere un ADN...- tradujo Irene.
- Pues, la madre se fue, no sé donde está... un ADN??? ¿Es el padre? Habla con él, pregúntale...- dijo con voz más calma e inhibida por una casi niña que sabe un poco más que ella.
Pensó un momento, buscaba las palabras en inglés. Había aprendido en la secundaria y era buena, pero únicamente entablo conversaciones cortas con su profesor. Con cuidado se dirigió a él.
- La enfermera dice que la madre se fue, no sabe a donde... Creo que abandono a su bebe- logro decir en inglés casi perfecto. Lo miro por primera vez, un hombre totalmente pulcro. Alto. De traje gris sin corbata. Zapatos negros espejados. Rubio, cabellos cortos prolijos. Unos ojos azules increíbles. Piel blanca, sin barba. Solamente que su rostro no decía nada, no podía leerlo. Es hermoso, atractivo por demás. Es como un modelo de publicidad.
- Por fin alguien habla inglés aquí!!! Que frustrante estar con tantas personas y que no te entiendan...- la mira con intensidad. Sus dudas crecen más. No sabe qué sucede. ¿Debe saber.- conoces a Paola??? Donde fue??? - pregunto casi con desespero.
- No la conozco, no sé quién es...- contesto en inglés más claro. Bajo la mirada al bebe que se había conformado con su leche y dormía pegado a ella. Seco sus lágrimas con sus dedos.
Mientras ellos hablaban la enfermera había ido a buscar al médico, el mismo que atendió a Irene. Entro a toda prisa y rio ante la escena.
- Enfermera la felicito, es la mejor solución para la beba, una madre de leche...- dijo el doctor que ni miro a Thomas, se enfocó a ver un poco más de cerca al bebe. Sin sacarlo de sus brazos la examino mientras escucha a la enfermera.
- Obvio que soy la mejor, soy una solucionadora de problemas... este gringo quiere saber de la madre y quiere un ADN...- informo como si ella lo hubiera entendido, pretendiendo ser muy proactiva.
Thomas entendió solo ADN. Y comenzó a hablar un poco más lento para que le tradujera Irene al doctor, la mira con intensidad para ver si ella lo entiende. Sorpresa fue que el médico si entendía y habla muy bien inglés.
- A ver si entendí bien lo que quieres. Busca a la mujer que dio a luz esta niña, y que además quieres comprobar si es tu hija esta bebe- dijo el doctor en un perfecto inglés, mirándolo fijo mientras se colgaba el estetoscopio sobre su cuello.
- Pues si, eso es lo que quiero...- contesto, y seguía mirando a su supuesta hija.
- Bueno vayamos por parte, quien es usted, que relación tiene con la madre de la beba, conoce las leyes de este país, porque usted me parece que no es de Argentina... esta beba a pesar de no estar inscripta en el Registro de las Personas es ciudadana Argentina...- aclaro el doctor que como todos en esa habitación no se ajusta a lo lógico. Una beba abandonada. Una madre sin su hijo. Y un posible padre. Es una situación extraña.
- Tiene razón, soy Thomas Johnson, la mujer que dio a luz es ciudadana estadounidense al igual que yo, y creo que esa es mi hija... Y ahora yo pregunto, quien es ella y porque le dio el pecho, es higiénico esto???- mirando al médico primero, luego a la enfermera y por último a mujer, que lo miraba con cierto asombro o es que quería decir algo.
El médico pensó un poco y se rio. Que lío es esa situación y hablo primero en castellano para que entendiera la enfermera.
- vaya a la oficina de Trámites y traiga la entrada de la fugitiva... Espere, también traiga la de Irene- indico a la enfermera y continuo en inglés- su mujer, no sé que la impulso a hacer esto, salió del hospital sin su hija ni su alta médica, parió y se fue. No se huía de algo o alguien- y apunto su dedo índice hacia él- por otro lado, la beba no se alimentó naturalmente de su madre por razones obvias, pero estamos aquí para solventar las necesidades físicas de nuestros pacientes, su supuesta hija no tolera leche de fórmula, al buscar solución lo más acertado es buscar una nodriza, una mama sustituta hasta que sé dé la solución definitiva... Irene ha perdido a su propio hijo. Solo juntamos las piezas sueltas...- explica el doctor y recibe de la enfermera unas carpetas. Una dice NN y la otra Irene Nada. Continuo hablando- Aquí está la respuesta a su pregunta, Irene- la señalo con la mano como presentándola- no tiene enfermedades venéreas, no está enferma, sus análisis marca niveles sanos tanto en sangre, orina...- ojeo más la carpeta- lo más grave es una fisura en una costilla, algunos huesos ya sanaron por completo, es decir que es higiénica para ser nodriza...- termino con su informe y espero a ver que respuesta le brinda Thomas.
Que situación. Se acercó para ver mejor a la beba. Cuando se enteró de que Paola viajo a Argentina, no sabía que iba a hacer. Temió lo peor. Todo estaba mal desde que se enteraron del sexo del bebe. Estaba buscando una solución desde entonces. Su padre fue claro con las condiciones del traspaso de las empresas. Casarse. Y su primer hijo debía ser un varón. Y no debía ser engendrado artificialmente, solo valía si era natural. Se creyó muy listo en formular un contrato con su abogado, Cristian Ceballos, contratar a una mujer para embarazarla, si todo salía bien, el producto era un varón, se casaban y formaban una familia feliz. La ganancia para ella ser parte de la familia Johnson y parte de su cuenta bancaria. Para él, el traspaso de todas las empresas, y eso que ni tenía treinta años, recién cumplió los veinticinco años. Encontrar a la mujer no fue difícil, embarazarla menos. Tardo cinco meses para saber que no era un varón, una niñita venía a sus vidas. Paola quería abortar, ya era tarde, muy riesgoso y de cierta forma él estaba ilusionado con ser papa. De todas maneras era hijo único, iba a recibir tarde o temprano las empresas, lo que no estaba de acuerdo Paola. Quería ya, ahora el dinero. Y no quería migajas. Thomas la siguió para pedirle que se casara con él, que formaran una familia, pero cuando llego tras sus pasos ella abandonó a su hija, no le importo dejarla sufriendo, sola y desamparada. La vida está formada de decisiones, cuál es la que debe tomar. Abrió la boca para anunciar su decisión y entro casi corriendo su abogado.
- Esto es un desorden burocrático...- dijo en correcto español un hombre de veintiocho años, morocho, latino, pulcro pero todo traspirado.
- Y es un hospital... Vamos a mi consultorio a ver que solución tiene esto...- dijo empujando a todos al pasillo el doctor.
- Irene cuídala por favor... No te vayas.- rogó Thomas antes de salir.
Irene escuchó su nombre y le pareció que lo dijo con cierta dulzura, aunque no le gusto que la tratara de poca higiene. No podía leer su rostro aun, es una completa confusión. Será que es así o solo es su forma de protegerse. ¿Ir a donde?? Ahora lo único que analiza es que necesita sobrevivir una vez más. Necesita algo de dinero. Tal vez su leche materna sea una salida, podría venderla a ese hombre para su beba. Suspiro pesado y le levanto con ese cuerpecito tibio que se había agarrado con sus mamitas a su bata, tal vez esperanzada de que no la abandonara otra vez. Vender su leche, la fuerza de la costumbre, pensaba igual que su "familia" todo es negociable si es que se consigue ganancia propia.
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