SINOPSIS.
Angela Jones es una chica que jamás baja la cabeza ante nadie, no le gusta perder, tiene un ego tan alto que llega más arriba del cielo. Aprendió a ganarse todo lo que quiere, y no hay nadie que pueda ponerse en su camino. Los hombres no le importan, solo se concentra en su camino, ya que para ella, los hombres solo son una distración que si no lo alejas te dañará. La belleza de la mujer hipnotiza a todos, y no solo la belleza fisica.
Ella es un león astuto.
Hades es un general soberbio. egocentrico. Y sobre todo, posee una belleza tan cautivadora que te hechiza. Opresor más importante del ejercito, odiado por la mafia rusa e italiana pero amado por el ministro.
Ella sabe que esta mal, incorrecto.
El sabe muy bien que es lo que quiere. Ella también, pero aún así podrán despertar demasiadas emociones entre ellos ni siquiera ellos podrían creerlo. Dolor, deseo, ¿amor?.
El mundo de Angela ya arde demasiado y arde más cuando se ve involucrada con el mafioso ruso que tiene cómo nombre Kurt sirminov. La adrenalina que corre por el cuerpo de Angela al saber que si da un paso en falso caerá de rodillas ante el.
Acompaña a Angela entre las llamas de un fuego que nunca será apagado, entre los problemas, mafias, dolor, romances, secretos, adrenalina, sorpresas y con un ángel y un demonio caído.
AMBROSIA (#1 "amores que destruyen") es el primer libro de la saga. Y el primer libro que escribo, si hay alguna incoherencia una disculpa adelantada, ya que todo esto está en edición..
No escribo rápido como me gustaría, pero actualizaré una a dos veces por semana.
Yo era cenizas.
Tu me tocaste y volví a arder.
^^^—Alejando Jodorowsky.^^^
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...ADVERTENCIA I...
...Esta novela contiene situaciones de violencia y escenarios oscuros....
...Totalmente prohibida para menores de 16 años. (advertencia que se puede pasar por alto porque igual la van a leer)...
...El libro puede contener escenas crudas, situaciones chocantes de acción que conforman la trama, lenguaje sobreexaltante respecto a la mafia basado en investigación y/o imaginación de la misma autora....
...La novela se encuentra en un estado de corrección ortográfico y de redacción para mejor entendimiento por lo que se encontraran errores notorios....
...Todos los derechos reservados, obra protegida....
...ADVERTENCIA II...
...En esta historia no existen héroes, solo villanos por lo que se pide ser coherente al momento de comentar y santificar a alguien. Esto es muy notorio desde el primer capítulo, aquí no hay y no existen "HÉROES", simplemente son lo que son; villanos....
...ADVERTENCIA III...
...Tener en cuenta que todo lo escrito conforma parte del mundo de la ficción, por lo que recomiendo sea tomado de tal manera....
...SOBRE LA SAGA...
Esta saga contiene su propio sistema judicial, por lo que, los rangos, cargos y normas diferentes a lo que normalmente se ve.
FMENF : FUERZA MILITAR ESPECIAL NACIONAL DEL FBI.
Ministro.
General.
Coronel.
Capitán.
teniente coronel.
Sargento.
Cadete.
Oficial.
**soldados.
Holi, espero que les guste esta novela ♡**
Diez años atrás.
Corro a la velocidad más rápida que me permitan mis piernas, sosteniendo en mis manos una de las razones más grandes por las que me arrepiento de haber tomado una decisión. A pesar de ser vista por muchos soldados, sigo manteniendo mi mal humor notorio. Aun no puedo creer lo que vi, la última misión en la que participé fue una total pérdida de tiempo y mi rostro había sido un poco golpeado quedando algunas pequeñas cicatrices en mi frente y mandíbula. El presidente solo quería que nos diéramos media vuelta con los mafiosos que están libres en las calles y paseándose en ella como si fueran su propiedad.
Maldigo por lo bajo cuando escucho mi tono de llamada resonar por todo el lugar, dejo el sobre debajo de mi brazo y veo quien llama. La llamada se corta antes de contestar, y veo que tengo muchas más perdidas.
Guardo el celular en mi bolsillo antes de abrir la puerta del despacho del ministro y de mi padre. Sigo frunciendo el ceño a pesar de que no nos encontramos solos, allí a su lado está uno de sus tantos amigos. Un general que me mira con morbo de pies a cabeza.
El culpable de mi peor decisión.
Mi padre contiene su enojo sonriendo cortésmente y poniendo ambas manos sobre la mesa formando una carpa, mira a su acompañante.
—Continuaremos la reunión otro día, puede irse.
—Por supuesto, ministro. Yo siempre estaré a su disposición.—le sonríe, se levanta poniendo ambas manos en los brazos del sillón. Su sonrisa no se borra en ningún momento, el enojo sale por cada uno de mis poros y no trato de ocultarlo cuando el pasa por mi lado para salir. —Un gusto verte, Angela.
Aprieto los labios en una fina línea, viendo al hombre que me da una última mirada al culo antes de que cierre la puerta de golpe haciendo sonar fuerte en todo el silencioso lugar.
Cuanto odio a ese imbécil.
Volteo, encuentro a mi padre apilando los papeles sobre su escritorio y luego me mira esperando una disculpa, una que jamás llegará ni aunque me ruegue.
Suspira y da un golpe a su mesa antes de acomodarse en su respaldo de la silla, saliendo del personaje que siempre hace; un hombre amable pero autodidacta que nunca se sale de lo que esta escrito. Pero cuando esta conmigo saca esa personalidad que, por desgracia, herede.
—El hecho de que seas mi hija no te da el derecho de entrar a mi despacho cuando te da la gana.
Ignoro su comentario. Camino hacia el a pasos largos para tirar de golpe el portafolio de color crema, causando que mi padre me vea con interés y enojo a la vez. Y aunque no quisiera verlo así, desde mi perspectiva paremos dos leones, astutos que camuflan sus emociones para que el enemigo no pueda ganar.
Aunque ya vio mi enojo, lo pude interiorizar lo más rápido para que no pueda ver en mis ojos todo lo que siento.
—¿Cuando pensabas decirme esto? ¿Antes o después de mi ida?
—¿Qué es esto?
Ruedo los ojos, soltando un bufido que no pude contener.
—Esto. —pongo mi mano sobre el portafolio sin despegar la mirada del hombre que se hace llamar mi padre. —Esto contiene todas las pruebas de tu corrupción. ¿Si sabias lo que el presidente trataba no me dijiste? ¡Pude haber muerto en esa misión! ¿O no te das cuenta?
El rostro neutro de mi padre desaparece para mostrar una sonrisa burlona. Baja la mirada hacia el documento y luego me mira fijamente a los ojos. No me intimida, antes podía hacer que me meara en los pantalones, pero ahora no lo veo como una figura a la cual deba respetar, ahora es todo lo contrario.
—¡Sabías lo importante que era para mi regresar a salir victoriosa! ¿Por qué me hiciste perder mi tiempo en una misión que sabias que iba a ser un fracaso? ¡Un fracaso! ¿No te das cuenta de que he sido tachada como una incompetente? ¿Qué he sido la burla de todos aún siendo la mejor en todo? Ahora creen que solo obtengo medallas por ti.—-exploto sin poder evitarlo.
Detengo las lágrimas que quieren salir de mis ojos. No lloraré delante de el, jamás lo haré ni aunque me este muriendo.
-Tus problemas no son asuntos míos. Y si crees que soy un corrupto por darte una misión importante para tu carrera, entonces lo soy.—asiente con la cabeza, la camisa negra se estira cuando pone sus manos en los brazos de su silla.— Pero si me estas echando la culpa por tu falta de desempeño en el caso, eso es tu problema no el mío.
Endurezco las facciones. ¿Cómo puede ser alguien tan hipócrita? Asiento, conteniendo ese llanto que hace que en mi garganta aparezca un nudo. Lo miro esperando encontrar un punto débil, al contrario, encuentro a alguien que no tiene emociones y que me sonríe como si ya hubiera ganado.
Su cabello negro esta peinado hacia un lado, sus ojos mieles están en los míos que son idénticos a los de él. Su semblante es de alguien superior, es de un León.
No a ganado. Nunca lo hará mientras yo viva.
—Esto no impedirá que me vaya a América, ¿queda claro?
—Nadie te ha dicho lo contrario, Angela.
Por alguna razón no me fio de él, se ve tan tranquilo. La incredulidad que muestra mi cara solo hace que los ojos de mi padre se vean las brillosos y que, por supuesto, sabe que a ganado esta y muchas peleas más. Sabía que él había hecho algo a mis espaldas y que no lo diría hasta tener todo en control.
—Si estas tramando algo para que me quede estas equivocado. Nada, entiende, nadie no nada podrá impedir que me vaya de este país. Y tu serás la primera persona que espero olvidar.
Salgo de aquella sala, soltando algunas lágrimas que queman mis ojos. Aunque siga mostrando el enojo, las lágrimas salen de impotencia. Las limpio rápidamente como si nada hubiera pasado.
Me detengo frente a un espejo, me miro hasta quedar en las marcas de la Misión, marcas que se irán pero mi propio nombre esta en juego. Paso las manos por mi cabello y por mi cara para luego salir, saludo a todos con una sonrisa.
Dios, debo salir de aquí.
Oficialmente las vacaciones ya están en su fin.
El sol de italia me deja ciega cuando salgo al jardín donde está mi madre y su nuevo esposo; Brandon. Los cachorros castaños vienen corriendo a mi, sus narices mojadas huelen mis piernas y sus colas se menean de un lugar a otro. A otro lado se encuentra mi prima Isabella, con su perfecto cabello negro ondulado y unos ojos verdes cautivadores.
Papá decía que ella siempre estaría en un nivel alto de belleza hasta su muerte.
Cierro los ojos ignorando a mis sobrinas que juegan en la piscina con uno de los cachorros que estaban a mi lado. Disfruto un poco de mi paz.
—¡Tia Angela!—grita la pequeña Lulu. —¿Es cierto que hoy nos abandonas?
Abro los ojos de golpe, mi prima y mis padres voltean hacia mi; acaban de notar mi presencia.
—No cariño, solo me iré algunos meses y vuelvo en verano.
—Eso es mucho tiempo, la tía Bella también se va. —la miro de reojo.
Ambas trabajamos en la milicia pero en diferentes centrales y con distintos rangos, ella es una teniente de alto nivel intelectual cómo también entrenada para cualquier peligro, se puede decir que es muy buena y reconocida en muchas centrales. Su nombre está tan presente que dudo que se quede mucho tiempo en ese puesto.
—Angela—mi madre se acerca mi, tomándome del brazo y a la fuerza dirigiéndonos a la cocina.
Mi sobrina se queda con una mueca triste que es reemplazada por una sonrisa cuando Bella se acerca a ella.
—¿Si, mamá?—pregunto un poco afligida.
—Perderás el avión hija, tu vuelo sale a la una y ya son las 12.
—Lo sé. Erick y Alfonso se están encargando de llevar mis maletas.
En ese instante veo a mis guardaespaldas—contratados por mi padre—haciendo su trabajo de llevar las maletas rosadas con brillantina a la camioneta que me llevará a el aeropuerto de Italia.
—Esos chicos deberían tener días libres.
—Eso es problema de mi padre. —digo, sus ojos azules recaen en mi. —¿Por que estas así?
—¿Si recuerdas el problema que tuviste el año pasado, no?
—Si.
—El juez cambió la fecha para que sea en 3 días. Brandon y yo estaremos ahí cuando eso pase, Bella también quiere darte su apoyo así que...
—Pueden ir. ¿El estará ahí?
Y por él me refiero a mi padre. Dominick Jones, ministro de 4 centrales de europa pero no de mi milicia. Conocido por todos como un gran empresario ya que tiene una empresa reconocida de arquitectos, como también por miles de soldados por sus actos de valentía de la lucha contra los criminales y mafiosos poderosos. Isabella es su mano derecha.
El nunca quiso que yo lo fuera.
Mi madre hace una mueca y se recompone con una sonrisa. Esa sonrisa que odio, ya sé que dará una excusa estúpida cómo cuando tenía seis años.
—No hay problema, iré a despedirme madre.
Ella asiente sin mirarme a los ojos.
Brandon es el primero en ir por mi, con los ojos llorosos y abrazándome con una sonrisa.
—Mi niña otra vez se va.— se aleja para mirame bien. —Estoy orgulloso de ti, Angela.
—Gracias Brandon.
—Estaremos contigo en la corte, todo saldrá bien.
—Lo sé, nadie podría sacarme de mi puesto ¿no lo crees?
—¡Esa es mi niña! Nunca dejes que alguien te quite tu lugar.
Un último abrazo y sigo con mis sobrinas, su madre no está así que no puedo despedirme de ella. Por último esta Isabella hablando por teléfono así que voy con mi madre y luego otra vez con ella.
—Si papá, volveré hoy. Mi vuelo ya está por salir con el de Angela.
—Te espero aquí, princessa.
Ella sonrie y cuelga. No tardo en reponerme y abrazarla.
—¿Estabas hablando con Dominick?
—Si...—ella me mira con un deje de tristeza que es reemplazada por una sonrisa.—Estaré en Estados Unidos en unos días para ir a verte. ¿De verdad piensas seguir con eso?
—Si, no puedo dejar pasar un problema como este. Una traidora merece pagar por sus actos ¿no crees?
—Claro... Pero...
—¡Señorita Jones! Necesitamos salir ya.
—Nos vemos luego Bella.
—Hasta luego Anne.
Le sonrío y salgo de casa.
Tomo una respiración calmada y algo urgida. Miro a mis acompañantes con la típica mirada que uso cuando trabajo.
Oficialmente las vacaciones terminaron.
Subo a mi camioneta y abro la revista de la FMENF. Básicamente somos una rama secreta del gobierno, un rango más abajo que la CIA, nos encargamos de las misiones más importantes del mundo: Misiones y delitos que deben quedarse en secreto pero dando algunas advertencias a la población sin alterarlos.
Al principio, cuando solo tenía quince años era difícil dejar a mi familia de lado. Pero ahora el trabajo es más importante, ahí tengo a mis amigos que los considero familia. Y a mis padre puedo verlos cuando quiera.
Supongo que heredé eso de Dominick.
En los últimos meses se han reportado más 200 casos de violencia y desaparición de mujeres en Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos.
—¿Que...—miro la siguiente hoja y descubro que esos casos han sido desde que empezaron las vacaciones. —¿Por qué nadie hace nada al respecto?
—Perdone, ¿nos está hablando señorita Jones?
—¿Por que diablos no me avisaron de esto? —señalo la imagen borrosa por la sangre.
Alfonso palidece.
—Usted dijo que no le hablaremos de trabajo cuando esté con su familia.
Abro la boca y la vuelvo a cerrar. Tienen razón.
Lo miro con recelo y busco el número de mi Secretaría entre miles de contactos.
—¿Loren?
—Si coronel.
—Necesito que hagas el reporte de los últimos casos de los secuestros y quien es el encargado.
—Pero si mañana...
—¡Hazlo ahora!
Cuelgo y sigo leyendo revistas pero esta vez de ropa y zapatos hermosos que compraré luego.
—volvió.—susurra Alfonso.
—Algún día lo haría. —responde de la misma manera, Erick.
—Quería que las vacaciones durarán más. Ya me sentía parte de la familia.
—Lastimosamente terminaron.
—Déjense de tanto cuchicheo y apurense que tengo que llegar en media hora.
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