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Mi Amante & Acosador Es Un Francotirador

Capítulo 1: Cansancio

—Alfa 8 ¿Tienes al blanco?

—Aquí Alfa 8, blanco en movimiento, en espera de orden.

—De acuerdo Alfa 8, cuando dé la vuelta, tienes orden libre de disparar, no puede escapar.

— ¿Vivo o muerto?

—Ya se tiene la información robada, muerto.

—A la orden, señor...

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...

...❦︎ 10 𝓗𝓸𝓻𝓪𝓼 𝓐𝓷𝓽𝓮𝓼 ❦︎

...

— ¡Hija! ¡William ya llego por ti! —Exclamó un mujer.

— ¡Ya voy! —Respondió una alegre joven.

Ella terminó de arreglarse, mirándose al espejo, ya estaba por ir, cuando se acordó de correr la cortina de ventana de su habitación.

Su habitación suele ser muy fría, así que corre la cortina para que entre un poco de sol y deje de ser un congelador su cuarto.

Una vez listo, ella bajo rápidamente las escaleras de su casa, fue a la cocina a despedir a su madre quien lavaba los trastes y fue hacía el joven que delante de su casa le esperaba, recargado en su auto.

—Buenos días princesa. —Le saludo el joven depositando un beso en su frente.— Damas primero.

—Gracias. —Respondió la joven con una alegre sonrisa y subir al auto.

Presentaciones:

❦︎ Sugey Davis Ortiz, hija única del matrimonio Davis, padre estadounidense y madre mexicana. Tiene 23 años, estudia en una escuela de paga donde se encuentra conectada a los demás grados de estudio desde primaria hasta universidad.

❦︎ William Scott Miller, hijo único del matrimonio Scott, padres estadounidenses. Tiene 25 años, estudia en la misma escuela que Sugey, tiene saliendo con ella tres años. Tuvo problemas para conquistar a Sugey, dado que él antes de conocerla era un don Juan, por lo que su historial le daba muchas dudas a Sugey, pero con el tiempo, logró vencer esa fachada de mujeriego.

Ahora ellos dos se dirigen tranquilamente a la universidad, pero mientras tanto, Sugey revisaba su teléfono mientras que con su otra mano, iba sujetando la palanca de cambios junto con la mano de William.

— ¿Qué haces Su? —Le pregunta William.

—Revisando sino me cambiaron de última hora el apoyo a otros grados. —Respondió Sugey.— Pero creo que no me hicieron eso esta vez.

—Los administradores deberían de tener las cosas más ordenadas, que agradezcan que casi siempre estas libre.

—Pues ya no lo estaré tanto, se acercan los exámenes pre finales y ocuparé estudiar a full para aprobar el examen.

—Amor ¿Segura que no quieres cambiar de carrera?

—Nope ¿Por qué la insistencia?

—Porque casi no nos veríamos, aparte de que me preocuparía todo el pinche día.

Sugey se ríe y abraza a William mientras conduce.

—Bobo, tendré que dejar de hablar tan libremente, sino dirán que ¿Quién es el mexicano aquí? —Se río Sugey.

William se ríe, pero retomo el tema.

—Y respecto a tu preocupación, pues sólo estaría como secretaria, me encargaría de miles de papeles, no estaría en peligro. —Respondió Sugey.

—Uhm, no me convence. —Respondió William.— Llegamos.

William estaciona su auto, baja y va a abrir la puerta de Sugey, mientras extiende su mano para ayudarle a bajar.

Mientras caminan tomados de la mano, una notificación llega al teléfono de Sugey, cuando revisa que es, suelta un suspiro pesado.

—Te lo hicieron otra vez ¿verdad? —Le preguntó William.

—Sí. —Suspiro Sugey.— Ocupan que vaya a la oficina.

—Assholes.

—Calma, te veré en clase ¿si?

—Sí, si.

Sugey se pone de puntitas y le da un beso a William en la comisura de sus labios, provocando que él volteará y le diese un beso correcto.

Al separarse, le sonríe y Sugey va hacia las oficinas de los administradores.

—Comienzan a caerme bien con sus "últimas horas". —Les dijo Sugey cruzada de brazos.

—Perdón Sugey, pero esta vez a nosotros nos tomaron desprevenidos. —Respondió Andrew.

☕︎ 𝗔𝗱𝗺𝗶𝗻𝗶𝘀𝘁𝗿𝗮𝗱𝗼𝗿 𝘂𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗶𝗱𝗮𝗱 ☕︎

Andrew Jones.

☕︎ 𝗔𝗱𝗺𝗶𝗻𝗶𝘀𝘁𝗿𝗮𝗱𝗼𝗿𝗮 𝗽𝗿𝗲𝗽𝗮𝗿𝗮𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮 ☕︎

Joy Miller.

☕︎ 𝗔𝗱𝗺𝗶𝗻𝗶𝘀𝘁𝗿𝗮𝗱𝗼𝗿 𝘀𝗲𝗰𝘂𝗻𝗱𝗮𝗿𝗶𝗮 ☕︎

Charlie Wood.

☕︎ 𝗔𝗱𝗺𝗶𝗻𝗶𝘀𝘁𝗿𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗮𝗿𝗶𝗮 ☕︎

Daniel García.

—Bueno, ¿Qué pasó ahora? —Preguntó Sugey.

—Nos avisaron que hubo una nueva alumna de primaria, que apenas se mudo ayer he hicieron todos los papeleos para inscribirla aquí. —Contestó Daniel.— Solo que hay un problema con esa niña.

—Imagino que debe de ser por alguna materia o por el idioma. —Dijo Sugey.

—Es mexicana y en su vida a estudiado inglés. Cuanto mucho lo que sabe es decir hola, ¿Cómo está?, y adiós.

—Ternura... ¿Y qué quieren que haga yo?

—Sí puedes ser su tutora de inglés. —Le dijo Andrew.

—Andrew sabes que dentro de dos semanas tengo exámenes pre finales.

—Lo sé, pero hablo de que seas su tutora en trabajo de casa, le hablaremos a sus familiares para citarlos aquí, te presentes a ellos y que ellos decidan si están de acuerdo o no. —Prosiguió Daniel.

—Imagino que los familiares están ocupados.

—Así es, dado que tú eres la que más se presta a hacer trabajos sociales como estos, es por eso que recurrimos a ti ¿te parece bien o se lo encargamos a alguien más?

—Cuenten conmigo, me gustaría poder ayudarle a solucionar ese problema de inglés.

—Muy bien, cuando los familiares lleguen, te llamaremos.

—Bien, permiso.

Sugey sale de las oficinas y suspira, quizás debió decir que no, pero ella recuerda que cuando llegó a esa escuela, tampoco sabía mucho inglés pese a convivir con un padre estadounidense, él casi no hablaba inglés, ocupaba mejorar su español así que en su casa no era muy usual el inglés.

Fue entonces cuando se le asignó un tutor de inglés, se hizo exactamente lo mismo que se iba a hacer con ella en el caso de la niña.

—Presentarse a los padres o familiares.

—Presentarse a la niña o niño.

—Conocer la casa del niño que será apoyado.

—Cumplir con los requisitos para ayudar a un niño o niña.

Y demás cosas para una tutora, Sugey llegó a su salón de clases y tomó asiento donde mismo.

Primera hilera, a lado de la puerta y ventana, a su izquierda se sienta su novio, quien siempre se acaba por recostar en las piernas de ella para descansar un poco antes de que suene el timbre.

—Y sonará en cinco. —Suspiro Sugey.

Pasados los cinco minutos, el timbre sonó y William se le levanta, para comenzar a sacar sus cosas para la clase, seguido que le ofrece una goma de mascar a Sugey, dado que el inicio de clase se pasa lista.

Las clases inician, de vez en vez una ligera distracción por parte de William a Sugey y viceversa.

—A ver parejita del año ¿están poniendo atención a mi clase? —Preguntó la profesora de matemáticas.

—La respuesta es 85 de la 2c. —Respondió Sugey.

La profesora estuvo por decir algo, pero revisando sus notas vio la respuesta.

—Ehm... Es correcta. —Suspiro la profesora.

Todos en la clase se sorprenden y William le ve asombrado.

— ¿Si estabas poniendo atención? —Le preguntó asombrado.

— ¡William! —Le llama la atención Sugey.

Todos se rieron incluyendo la profesora, que en vez de regañarle acabo riendo ante tan espontáneo momento.

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...

Unas clases más y fue la hora de salida, Sugey fue a las oficinas de los administradores para ir a conocer a la niña que iba a ser tutora de inglés y conocer a sus familiares.

En cuanto llega, ve a una niña de cabello medio largo lacio, ojos cafés y de linda sonrisa, le cálculo uno ocho o diez años.

—Hi. —Le saludo Sugey.

—Hi. —Respondió la niña no muy segura.

—Tranquila, aquí puedes responder con seguridad sin que tus mocosos compañeros estén aquí para burlarse de ti.

—Sugey. —Le llama la atención Daniel.

— ¿Qué? Las cosas como son.

La niña se ríe y asiente a lo dicho por Sugey.

—What is your name? —Le preguntó Sugey.

—Ah...

Sugey sonríe y le traduce.

— ¿Cuál es tu nombre? —Le preguntó Sugey.

—Bertha ¿y usted?

—Sugey, un gusto Bertha ¿Te puedo decir Bertita?

—Sí.

—Ah, ya llegaron sus familiares. —Aviso Daniel abriendo la puerta.

Una pareja de adultos entran, pero cuando Sugey se da la vuelta, los adultos y ella se sorprenden de verse.

—Sr. y Sra. Scott, que sorpresa encontrarlos. —Saludo sonriente Sugey.

—Ow, linda Sugey ¿Cómo estás? —Le preguntó la Sra. Scott.

—Muy bien, gracias a Dios ¿y ustedes?

—De maravilla ahora que nos damos cuenta de que ya conociste a Bertha. —Respondió el Sr. Scott.

—Sí, no sabía que tenían una hija.

—No, es mi sobrina, por ciertos detalles, ella y su hermano mayor están viviendo con nosotros ahora. —Respondió la Sra. Scott.— Su hermano es policía, así que lo trasfirieron a esta región.

—Oh, que cool.

Daniel se sentía muy fuera de lugar, así que solo soltó un ligero aplauso y una sonrisa.

—Bueno, es obvio que se conocen así que... El papeleo para que ella sea su tutora de inglés, no será necesario ¿verdad? —Preguntó Daniel.

—Exacto joven, no lo será. —Sonrió la Sra. Scott.

— ¿Cómo conoces a mis tíos? —Le preguntó Bertha.

—Yo soy novia de su hijo, de tu primo. —Respondió Sugey.

— ¡Eres como mi tía!

—Jeje, más o menos así, si.

— ¿Vendrás a mi casa hoy?

Sugey observó a sus suegros, pero ellos con una sonrisa tuvieron que negarse.

—Mañana si. —Dijo el Sr. Scott.— Hoy viniste de improviso a la escuela y aún faltan cosas que comprarte, así que mañana.

Bertha hizo un ligero puchero del cual Sugey borro al hacerle una caricia en su mejilla y le sacó una sonrisa.

—Mañana sin falta te ayudaré en tu inglés ¿va? —Le dijo Sugey.

— ¡Va! —Respondió feliz Bertha.

Los Scott se retiran y Sugey también, donde ve a su novio en la salida hablando con sus padres y prima.

Sugey no se quizo acercar más a ellos, ya que sabe que sus padres regularmente están ocupados y casi no conviven, pese a que ambos hacen el esfuerzo por no descuidar su hogar.

Cuando se fueron, Sugey se acercó a William y lo abraza por detrás.

—Vi que te quedaste atrás ¿todo bien? —Le preguntó William.

—Sí, sólo no quería interrumpir. —Respondió Sugey.

—Gracias, pero nunca interrumpes.

—No seas modesto, sabes que cuando aparezco tus padres me adoran y se olvidan de sus compromisos por hablar conmigo.

—Bueno, es que te quieren mucho... La verdad les sorprende que salieras conmigo, ya sabes, mi historial.

—Lo sé, pero todos merecen una segunda oportunidad y esa fui yo contigo.

—Ah, te amo por eso.

William se dio la vuelta y beso la punta de los labios de Sugey, seguido de que subieron al auto y él fue a dejarla a la puerta de su casa.

—Ah, recuerda que hoy vamos a la fiesta de cumpleaños de Melody. —Le dijo William.

—Oh, cierto, lo había olvidado, que mala amiga soy. —Respondió Sugey.

—Jaja, pasó por ti a las 8 pm para que tengas una hora de escoger su regalo.

— ¿Cómo sabes que no tengo su regalo listo?

—Amor. —William le abraza.— No te conociera, linda.

—Uhm, bueno. Te espero a las ocho.

—Va, cuídate, nos vemos al rato.

William le da un beso en la frente y apenas ve que ella entra a su casa, él sube a su auto y se va.

Sugey suspira al tener un buen novio que le respete y ame como lo hace él, aunque aún tiene un poco de temor en decirle caballero en totalidad, pero bueno, pensó Sugey.

Sugey saludo a su madre y fue a cambiarse para ayudarle con la cocina y que ambas comieran, ya que su padre regresaría tarde del trabajo.

— ¿Su vuelo se atraso? —Preguntó Sugey mientras terminaba un bocado.

—Sí, una tormenta de nueve azotó Alaska de repente, así que no va a poder llegar a tiempo hoy. —Respondió su madre.

—Oh que pena, esperemos verlo mañana.

—Sí, oye hija ¿Qué no hoy es el cumpleaños de Melody?

—Sí, lo había olvidado de no haber sido por William que me lo recordó. Pasará por mí a las 8.

—Bien, entonces prepárate de una vez.

—Mamá, son más 4 de la tarde.

—En lo que haces tu tarea, te bañas, te piensas que poner, maquillaje...

—Sí, si ya entendí, bye pues.

La mamá de Sugey se ríe mientras recoge la mesa y Sugey fue a darse un baño, para después salir, vestir su bata de baño y ponerse a hacer su tarea, claro, su cortina la cerró para que no le vieran desnuda.

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...

—Alfa 8 ¿todo bien?

—Aquí, Alfa 8, todo bien, señor.

—Chico, no haz dormido en 24 horas, deja que alguien te haga relevo.

—Negativo señor, puedo hacerlo esta noche.

—Terminando esta misión, ve a casa y descansa, no te sobre esfuerces, serás joven, pero no abuses.

—Sí señor.

El joven corta llamada con su superior, en verdad estaba muerto del cansancio y sueño, pero ese hombre que tanto buscan no se les iba a escapar esta vez.

Mientras observa desde su rifle aquella ventana donde espera que aparezca el objetivo, nota que una luz se enciende en la casa de a lado, pero le ignora, dado que la más mínima distracción puede hacer perder a su objetivo.

Pero dado que nada sucede en la ventana que vigila, de vez en vez se detiene a observar aquella ventana donde si ve movimiento, pero repentinamente, ve a una joven que solo está envuelta en toalla, más aquella joven cierra su cortina.

—Rayos...

—Alfa 8 ¿todo bien?

—Sí señor.

— ¿Hay algún problema?

—Negativo, señor.

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...

La hora de ir a la fiesta de cumpleaños de Melody se estaba acercando, Sugey abrió de nuevo su ventana una vez que se había cambiado.

Un vestido negro, corto con aberturas a la altura de su cintura, junto con una playera de cuadros atada a su cintura y una chaqueta tipo impermeable corto de la misma altura del vestido, más unas medias oscuras y botines del mismo color.

Mientras se arreglaba, su tan apreciable vecino había llegado a su casa, ella rodó los ojos.

Su vecino era un tipo muy vulgar de pocos modales, de algún modo sabía que Sugey estaba en su habitación y hacía muchos ruidos sucios hacía su persona.

—Mamita, sé que estás ahí y algún día te voy a fo---

Un quebrar de vidrios se escuchó en la casa de a lado y eso asustó un poco a Sugey, pero al no escuchar nada por un rato, le hizo pensar que era probable que su vecino estuviera ebrio, rompiera algo y acabará tumbado en el suelo.

—Hombres sin decoró, creando desastre. —Suspiro Sugey.

Sugey se dio un par de vueltas delante de su espejo completo y observó que estuviera lista para ir a la fiesta, cuando se sintió lista, apagó la luz de su habitación, se fue a despedir de su madre y luego salir de su casa para esperar a William, quien no tardó en llegar por ella.

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...

El joven francotirador que vigilaba sin cansancio la ventana apagada, se había distraido con la otra ventana donde al principio vio una joven en toalla que cerró su cortina, al poco rato volvió a abrir su cortina, pese a que se dio cuenta del movimiento, no prestó atención, pues la ventana que estaba vigilando se encendieron las luces y se preparó para comenzar el fin de su misión.

—Alfa 8 al capitán. —Habló el joven.

—Aquí el capitán, Alfa 8 ¿Qué sucede?

—Objetivo en la mira, llegó. ¿Prosigo con la anterior orden?

—Afirmativo soldado.

Aquel joven observó que el objetivo a eliminar, se pegó mucho a la pared, lo que podría complicar su tiro, pero solo tuvo que esperar muy poco para ver que el objetivo se movió y entonces disparó.

El objetivo cae y el joven al fin descansa un momento, pero se apresura en ver a la joven de la otra ventana, donde no supo si era una alucinación de su pesado cansancio, pero le vio como si fuera un bello ángel sacado de sus sueños.

Él sacudió la cabeza y parpadeo un par de veces para volver a observar aquella ventana, pero no había nadie ni había luz.

"(Demonios, muero de sueño.)" —Pensó el joven.

—Aquí Alfa 8, objetivo eliminado. —Informó el joven.

—Buen trabajo, Alfa 8. Ya vete a descansar chico. —Respondió el capitán.

—Afirmativo señor…

Capítulo 2 : No Era Ilusión

—Bueno, ¿ya tienes una idea para el regalo de Melody? —Le preguntó William.

—Ya, gracias por esperarme. —Le dijo Sugey al darle un beso en la mejilla.

—No es nada linda, anda, que ya se nos hace tarde.

William condujo hacía la fiesta de Melody, donde apenas entrando ya se escucha fuertemente la música.

—Algo me dice que solo querrás darle el regalo, saludarla y vámonos ¿no? —Suspiro William.

—Algo así, mañana me levantaré temprano para estudiar extra. —Respondió Sugey.

—Su, con lo de tu carrera…

—William, ya lo hemos hablado.

—Lo sé, pero… ¿no eres mejor con los niños? Podrías cambiar a maestra.

—Podría ser una opción sí, pero me encanta ese trabajo y me gustaría poder destacar en ello.

—De acuerdo, en fin, parte de mi insistencia era por parte de mi madre así que…

—Ah, mira, mira.

William le saca la lengua y Sugey se acerca y muerde su lengua, William suelta un leve quejido ante aquella acción, pero adentró su lengua hacía la boca de ella. Poco a poco el calor subió y William paso a Sugey hacía su lado de piloto, para disfrutar más de su novia.

—Epa, ¿A dónde vas? —Le detuvo Sugey sus manos.

—Ah, vamos ¿Cuándo me dejarás? —Le preguntó William.

—Uhm, solo espera un poco más, desesperado.

— ¿Esto es una especie de terapia?

—Quizás.

—Mala.

—Desesperado.

Sugey abrió la puerta y bajo del auto, seguido que William detrás de ella y entraron a la fiesta. Sugey se había alejado de las fiestas por ciertos disturbios en ellas, así que regresar a una fiesta fuera de cumpleaños o de lo que fuera, no le traía gratos recuerdos y William lo sabía muy bien, por eso respetaba el momento en que ella dijera que se fueran, pues aunque ella sabe que no siempre será así, intenta soportar lo más que puede.

— ¡Hola! Bienvenidos. —Saludo Melody.

—Feliz cumpleaños Melody. —Le abrazo Sugey.— Toma tu regalo, espero te guste es de ambos.

—Muchas gracias, espero que se sientan cómodos aquí, mi casa es su casa.

Durante el abrazo, Melody le guiño el ojo a William, cosa que él se mostró recio ante aquel gesto y le lanzó a Melody una mueca de desagrado puro.

Cuando Sugey la suelta, William le toma de la mano y rápidamente le roba un beso para que Melody viera con atención.

—W-Wow ¿Estás bien? —Le preguntó Sugey por el beso tan salvaje que le dio.

—Sí, sólo una tonta que me coqueteo a distancia. —Respondió William.— Qué se dé cuenta que no soy el mismo perro de antes.

Sugey se sorprendió, pero abrazo a William y llevando sus manos a su cuello, deposito besos en su cuello y él le abraza mientras no dejaba de mirar a Melody con desafío.

Pero ella sabe que ya captó su atención, pero pese a la resistencia de él sabe que necesitará un poco más de esfuerzo.

Está vez quien pidió irse más temprano fue William, no quería caer en un juego que él conoce bien, así que sin mucha objeción de Sugey, ambos se fueron de la fiesta y fueron a casa de Sugey.

— ¿Pasarás aquí la noche? —Preguntó Sugey.

—Sí a ti no te molesta y tu mamá. —Respondió William.

—Ella ya se durmió y no te preocupes, puedes quedarte, prepararé el otro colchón.

—Gracias.

Sugey y William subieron a la habitación de ella, William ya había pasado noches en su casa por lo que tiene cambios de ropa en casa de Sugey, mientras ella preparaba el colchón para él.

Una vez que todo listo está, William se sienta en el colchón en lo que deja a Sugey que se aliste y espera a que ella regresa para dormir de una vez.

— ¿Lista? —Le preguntó William.

—Sí, vamos a dormir. —Respondió Sugey.

—Buenas noches.

Sugey le da un beso en su mejilla y ella sube a su cama mientras que William duerme en el colchón a lado de ella.

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...

A la mañana siguiente, Sugey se levantó temprano y abrió la cortina de su ventana y se estira mirando la gran vista que tiene desde su ventana.

— ¿Siempre te levantas tan temprano? —Le preguntó William abrazándola de la cintura.

—Casi siempre, tú deberías de seguir durmiendo. —Respondió Sugey.— Buenos días.

—Hmm, buenos días... Linda vista.

—Gracias, ve a dormir, yo voy a preparar el desayuno para mi madre.

—Ya se me espanto el sueño ¿Qué vas a hacer de desayunar?

—Algo con tocino y huevo y quizás algo de pan.

—Uh, interesante.

—Bueno, ya que se te espanto el sueño ¿Quieres ayudarme en la cocina?

—Claro.

La pareja bajó y prepararon el desayuno, que claro, el olor de la comida y pan levantaron a su madre quien se preparó para ir a trabajar, pronto bajó y al encontrarse con William le saludo amablemente y desayunaron juntos.

Al terminar de desayunar, William vistió lo mismo que traía el día de ayer y espero a Sugey a que terminará de vestirse para ir a la escuela.

—Ah, hoy iré a tu casa. —Le dijo Sugey.

—Por mi prima ¿no? —Preguntó William.

—Sip, ¿Cómo es ella? Quiero darme una idea de que tipo de niña es.

—Es muy tranquila, dulce y muy amable, una característica muy propia de mi mamá la verdad.

— ¿Tiene hermanos?

—Sí, es policía.

—Wow, que cool.

William notó bastante bien la emoción de Sugey ante lo que dijo de su primo, comenzó a reprenderse por decirle eso.

—Bueno, siguiendo en tema de Bertita. —Prosiguió Sugey.— ¿Tiene otros problemas aparte del inglés?

—Matemáticas eh historia, no le gusta, le aburre mucho. —Respondió William.

—Entonces…

— ¡Sugey! —Exclamó una mujer vecina de ella.

—Sra. Wooden, ¿Todo bien? —Preguntó Sugey.

—Ayer asesinaron a tu vecino ¿no escuchaste nada?

Sugey se sorprendió bastante y William también, abrazo a su novia y se adelantó.

— ¿El asesino estaba cerca? —Preguntó William.

—Según las autoridades de ayer, fue un disparo a larga distancia. —Respondió la Sra. Wooden.

—Un francotirador. —Dijo Sugey.

—Sí, pero no sé sabe más ¿Tú no escuchaste nada?

—Me molestaba como siempre, pero repentinamente escuche que vidrios se rompieron y ya no escuche más, supuse que al estar ebrio rompió algo y se quedó dormido en el suelo. De ahí, yo me fui de mi casa y William paso por mi.

—Dios mío, si era un francotirador puede que te haya visto. —Dijo William preocupado.

—Tranquilo, si el objetivo era mi vecino ¿por qué tendría que verme a mí? Solo soy una civil. —Le calma Sugey.

—Sí, bueno, me alegro que no te haya pasado nada a ti, nos vemos Sugey. Salúdame a tu madre. —Se despidió la Sra. Wooden.

William fue por su auto y lo detuvo a lado de Sugey, para después abrir la puerta de su auto y dejar que suba para después él darse la vuelta y empezar a conducir.

—Vaya, así que el ruido de vidrios rotos fue por el disparo y no por haber roto algo. —Medito Sugey.

—Hm, deberías de no abrir más tu ventana Sugey, por seguridad. —Respondió William.

—Debes estar tranquilo Willy, no creo que nada pase, además si fue un trabajo es seguro que no estará en el mismo lugar dos veces.

—Solo un tiempo ¿si?

Sugey vio la premura de William, así que ella llevando su mano a la mano de él, se acercó y le deposito un beso en su cuello.

—La tendré cerrada por unas dos semanas ¿Te parece bien? —Le preguntó Sugey.

—Sí, gracias. —Sonrió William.

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...

Un joven cansado y con horas atrasadas de sueño estaba llegando a su casa, donde ve salir a su pequeña hermana y sus tíos.

— ¡Hermano! —Le saluda la pequeña niña.

—Bertita. —Le saludo el joven al recibir el abrazo de ella.— ¿Ya vas a la escuela?

— ¡Sí!

—Que yo recuerde, no te sentías feliz por ir al infierno…

—Adam. —Su tío le da un gentil zape.

—Bueno pues, la escuela. —Se río Adam.

—Lo sé, pero saliendo, vendrá mi mentora de inglés y ¿Qué crees? —Le dijo Bertha emocionada.

— ¿Qué me creo?

— ¡Es la novia de Willy! ¡Mi mentora sería mi prima!

—Vaya, que pequeño es el mundo.

—Sugey es una chica maravillosa. —Le dijo su tía.— Es una joven ejemplar, igual que tú.

—No es para tanto, solo hago trabajo de oficina normal.

Era claro para el joven ocultar su verdadero trabajo, su familia que son sus tíos, no eran muy admiradores del trabajo militar, menos del ser un francotirador.

—Bueno, los dejó, voy a darme un baño y dormir el resto del día. —Dijo Adam con un bostezo.

—Jeje, buena hibernación, Adam. —Se río Bertha.

—Ja, y créeme que te la cumpliré.

—Por si te da hambre, hay comida en el refrigerador, pero sino quieres eso, puedes pedir lo que quieras. —Le dice su tío.

—Si gracias, que les vaya bien.

Tíos y hermana se despiden de él y lo dejan solo en la casa, él sube hasta el tercer piso y rápidamente tira sus cosas para tumbarse en su cama y soltar un profundo suspiro.

—Al fin en casa…

Adam no se durmió, sino que preparó sus cosas de trabajo en el semi-cuarto piso, era como un simple cuarto que servía como estudio, pero aparte de ser de estudio, era para ocultar todas sus armas y herramientas de su trabajo. Tras guardar todo en orden y por decir, a salvo, él se preparó para darse un relajante baño y después comer algo.

Tras terminar de calentar la comida, se sentó a comer en la barra de la cocina y comenzó a recordar lo que había pasado en la noche anterior.

Había logrado completar la misión con un tiro limpio y sin casi nada de ruido, solamente el obvio sonido de los vidrios siendo rotos, se preguntarán ¿Cómo sabe del ruido? Pues sencillo, anteriormente se habían infiltrado a la casa del difunto objetivo para saber los planes que se tenían, había micrófonos por todos lados, si, todos, incluyendo el baño.

Pero para calmar el asco de Adam en recordar todo lo que oía en la casa de ese sujeto, fue la sutil, pero agradable ilusión que tuvo al ver a esa linda joven en la ventana, es claro que no volverá al mismo lugar por segunda vez, no después del tiro y que ahora las autoridades estarían buscando al responsable del tiro.

Cabe aclarar que no todas las acciones de orden militar son anunciadas a los policias, pues temen que en haya algún oficial corrupto entre ellos, así que para no poner en riesgo a sus soldados y arriesgar la misión, es preferible que no sepan nada, no hasta que es después de lo acontecido.

"(Sea quien sea esa chica, por un minúsculo segundo logro distraerme de mi objetivo, pero lo bueno es que no duró mucho tiempo.)" —Pensó Adam.

—Ah… muero de sueño. —Suspiro Adam.

Ya sin más redondeos, dejó los trastes en el lavaplatos y subió al 3er piso de nuevo y sin más que hacer, rápidamente cayó dormido como oso en hibernación.

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...

— ¿Qué? ¿Todo este material es el que vamos a ocupar para los pre finales? —Se sorprendió William.

— ¿Ah? Agradece que es poco, los finales son peores. —Le dijo Melody.

—Yo me quejaré cuando tenga mi calificación. —Dijo Sugey.

—Tú nunca te quejas de nada. —Melody le hizo un puchero.

—Si me quejó, pero mentalmente.

—Nunca te haz quejado de mí ¿verdad? —Le preguntó William.

—No me haz dado motivos para ello.

—Oigan, fuera de cura. —Melody les capta su atención.— Si William te engañará ¿lo perdonarías?

— ¡Hey! —William reaccionó rápidamente.— ¡Yo…!

—Calma Willy, lo perdonaría. —Respondió Sugey.— Pero todo dependería con quien sería el engaño.

—En primera, jamás te engañaría, no después de todo lo que me costó intentar al menos pedirte una cita. —Le dijo William.

—Por eso sé, que si me engañarás, todo tu esfuerzo se iría a la basura.

William abrazó a Sugey y le dio un beso en la mejilla, él de verdad no piensa perder a quien le brindo de un segunda oportunidad como también decidió confiar en él pese a su historial de mujeres en su espalda.

Quizás se pregunten, ¿Qué hace Melody con ellos? Bueno, Melody es la mejor amiga de Sugey, pero también es su media hermana por parte de su madre de su primer matrimonio, Sugey es hija de su padre, él quedó viudo después de que su madre falleciera, cumpliendo su deber.

Si, la madre biológica de Sugey, era soldado de la marina, he de ahí el gusto por lo militar a Sugey.

Pero claro, Melody quiere a William, no le importa destruir lo que a él le a costado reconstruir por su reputación, pero lo que Melody no sabe, es que si rompe aquella relación, William no sería el mismo y menos Sugey.

Las clases comenzaron con la misma regularidad de siempre, algún regaño por ahí, una broma por allá, juegos por acá, profesores amargados otros no y demás.

Al final en el descanso, Sugey estuvo revisando algunas fotografías en su teléfono, en su mayoría, son recuerdos de su madre cuando vestía su traje de la marina.

— ¿La extrañas mucho, verdad? —Le preguntó Melody.

—No tienes idea de cuanto, yo la admiraba demasiado. —Respondió Melody.— Ella si era una heroína total para mí.

— ¿Por eso te gusta tanto la carrera de militar? ¿En qué te gustaría especializarte?

—Quizás en algo no muy arriesgado, como una agente de oficina o campo, la verdad todo depende en donde se me asigne.

—Lo tienes en la sangre ¿no?

— ¿Qué?

—Ser guerrera, según dicen que los mexicanos son hijos de dioses o algo así.

—Sí, somos guerreros desde la antigüedad, así que sí.

El timbre del final del descanso sonó y depsués de largas horas de escuela, al final termina, por lo que William, Bertha y Sugey van juntos en el auto de William, muchos podrían jurar que ellos tres lucen como toda una familia.

Cuando llegan a la casa de los Scott, Bertha lo primero que hace es dejar su mochila en el sillón y prender la televisión.

—Bertita, ve a lavarte las manos y cambiarte, para que comamos y al final hagamos la tarea. —Le dijo Sugey.

— ¿Podemos ver la tele mientras comemos? —Preguntó Bertha.

—Claro, sino te distraes mucho, claro.

— ¡Ya vengo!

Bertha subió las escaleras rápidamente, pero antes de ir al cuarto de baño, subió al tercer piso para ver a su hermano, pero su grito de sorpresa alteró a William y Sugey.

William corrió a las escaleras y subió velozmente, para solo reírse y suspirar.

— ¡Tarado! —Le regaño William.

Una risa masculina diferente a la de William se escuchó, captando la atención de Sugey.

—Perdón, pero una metiche venía a verme. —Se escuchó la segunda voz masculina bajando las escaleras.

—Nos asustamos. —Le regaña William.

— ¿Nos? ¿Quién más está?

Al fin apareció William junto a Adam, su primo, quien al ver la fuerte luz de la cocina, se cubrió levemente los ojos y cuando se acostumbró, miró al frente, llevandose una grata sorpresa.

—Ella es Sugey Davis Ortiz, mi novia y tutora de Bertha. —Le presentó William.

—Un gusto. —Le extendió Sugey su mano.

—El gusto es mío, me llamó Adam Scott.

—Bueno, imagino que pongo otro plato ¿no? —Le preguntó Sugey.

—Sí ¿tienes hambre oso de hibernación? —Le preguntó William.

—Ah, ja, ja, tú también. —Río Adam con sarcasmo.

William le saca la lengua y Adam le revuelve el cabello. William mide 1.79m y Adam 1.95m bastante alto.

—Pero sí, ¿te ayudó en algo? —Le preguntó Adam.

— ¿Puedes pasarme los vasos que están más arriba? —Le preguntó Sugey.

—Claro.

Entre los tres pusieron la mesa, Sugey se encargó de cocinar y a su lado William, poco después bajó Bertha y le acompaño a su hermano en la espera de la comida, pero había una sola cosa que se repetía sin parar en su mente.

"(No era una ilusión…)" —Pensaba Adam.

El haber visto ese "ángel" que por su cansancio confundió con una ilusión, pero al ver a Sugey, la joven de la ventana que donde tenía de vecino a su objetivo, no era obra de su cansada mente, sino que era totalmente real.

Capítulo 3: Gota De La Duda

William le dio sueño y se fue a descansar, mientras que Bertha y Sugey seguían con sus respectivas tareas antes de ponerse a trabajar con el inglés, que claro, Adam se había quedado con ellas, ya que le interesaba ver en que podría ayudar a su hermana, aunque su hermana le sirve de escusa para pasar tiempo con Sugey.

—Entonces ¿eres policia? —Le preguntó Sugey.

—Sí, agente especial. —Respondió Adam.

—Con especial ¿te mandan al campo?

—A veces sí, a veces no, depende del caso.

—Genial… ehh ¿no te incomoda si te hago algunas preguntas?

—Para nada, mientras no me pidas cosas confidenciales.

—Oh, jaja, para nada. Es solo que me llama la atención adentrarme al mundo de la policia, solo eso.

— ¿Algún familiar fue policia?

—Mi madre, ella fue militar de la marina de México.

—Woah, la marina. Seguro es fuerte y un gran modelo.

—Gracias, pero lo era, ella falleció cumpliendo su deber al intentar resguardar a unos niños de un tiroteo espontaneo.

—Oh, lo siento. Pero es seguro que era muy valiente, ya que muchos al enterarse de la perdida de su ser querido o evaden el tema y todo lo relacionado, o simplemente con la frente en alto intentan superarlo y entrar a ese mundo.

—Pues, soy del grupo que se van directo al mismo punto.

—Si es así, tendré a una excelente policia, agente o militar delante de mí pronto.

La risa de Sugey fue como se la llegó a imaginar Adam en su sueño, ¿amor a primera vista? Quizás o su mente cansada aún sigue pensando en una ilusión bella de un ángel.

—Ya termine mi tarea de español. —Le aviso Bertha.

—Bien, hora de ayudarte con la de inglés ¿lista? —Le preguntó Sugey.

—No.

—Tomaré eso como si.

Sugey se ocupo con Bertha en ayudarle a traducir la tarea, pero también le ayudaba a entender y comprenderlo. Adam por su lado, solo estuvo contemplando a su hermana estudiar y también ver como Sugey era bastante paciente con ella cuando Bertha no lograba comprender bien una palabra o pronunciación.

William por su parte, despertó de mala gana a causa de que su teléfono comenzó a vibrar insistentemente, era una llamada entrante.

—Melody…

William contesto la llamada de muy mala gana.

— ¿Ahora que jodidos quieres? —Le preguntó William agresivamente.

—Ay calma, ni que fuera a pedirte que me cojas ya. —Respondió Melody.— Qué no es mala idea, sabes.

William le colgó y se volvió a acostar para intentar recobrar su preciado sueño, pero nuevamente su teléfono sonó y contesto, pero no habló.

—Ya pues, perdón, era broma. —Le dijo Melody.

—No digas mentiras, no fue una mentira eso. —Respondió William.

— ¿Acaso me negarás que no te harta el hecho de que mi hermanastra no deje que hagas lo que quieres con ella?

— ¿Qué?

—Todos saben que Sugey no es del tipo que se acuesta a la primera con su pareja después de un año, todos saben que es recta, decente y pura, todos saben que ella es virgen.

—Si piensas hacer una tontería contra ella, yo voy a abrir la boca sobre está conversación y créeme, te puedo hundir hasta lo más profundo del océano y tendrás que cambiarte de universidad por todo el infierno que vas a vivir.

Melody se quedó callada un largo rato, se la estaba pesando muy bien en que responder, su plan para hacer su juego no le estaba resultando como quería.

William ama a Sugey y era un amor sincero, puro y honesto.

—Solo te haré una pregunta William. —Le dijo Melody.— ¿No te haz cansado de sentirte atado solo a una chica? Me refiero a que si no extrañas esos días de…

—No, no los extraño. —Le interrumpió William y después soltó un suspiro.— Lo mejor será bloquearte.

—No, ¿Por qué?

— ¿Y todavía preguntas? Déjame en paz, Melody. Estoy de verdad muy feliz con Su y no quiero que pequeñas zorras como tú, me quiten lo que tanto me costó obtener.

William le colgó y rápidamente bloqueo a Melody de sus contactos y todo medio de comunicación con ella, no la quería ni ver, pero por desgracía suya, es la "mejor amiga" de Sugey por lo que tendrá que soportar su asquerosa presencia por un tiempo más.

Cansado consiguió volver a dormir, más por el lado de Sugey, se encontraba haciendo juegos en inglés para Bertha, aunque claro, Adam participó en ellos, jugaron hasta que Bertha le comenzó a dar sueño.

Bertha le tomó de la mano a Sugey para ir a su habitación y le contará un cuento, ya estaría bastante grande la niña lo que le dio algo de pena pedírselo a Sugey, pero a ella no le importó y le contó el cuento hasta que vio que Bertha se quedó dormida.

Una vez que ella se durmió, Sugey le arropó y salió de la habitación de la niña y cerró con cuidado de no hacer ruido.

—Veo que de verdad te gustan los niños.

Sugey dio un leve brinquillo ante la voz de Adam a lado de la puerta de Bertha.

—Perdón. —Sonrió Adam.

—No te preocupes, no te esperaba ahí. —Sonrió Sugey.

—Regularmente yo le cuento los cuentos, pero dado mi trabajo me a impedido poder hacerlo y no siente mucha libertad de pedírselo a nuestros tíos, menos a William.

—Es una niña adorable, es linda y amable.

—Gracias.

— ¿Por?

—Ser tan paciente con ella, no muchos son tan pacientes. —Adam miró a las escaleras que llevan al tercer piso.— Muchos profesores perdían la paciencia con ella, adultos no soportaban a una niña ¿y se decían profesores? Bertha por un tiempo no quizo saber nada de la escuela, por lo que yo me encargue de enseñarle en casa, pese a mi trabajo y estudio. Por eso te agradezco mucho que seas tan paciente con ella.

Adam le miró y le sonrió tranquilamente.

—Solo devuelvo lo que una vez se me dio también. —Respondió Sugey.— Ver a Bertha es como verme a mí misma, también no entendía a la primera las cosas y se me tenían que estar repitiendo varias y varias veces. Por eso la entiendo, así que para captar su atención más rápido, es mediante divertirse y así ella aprende ¿no crees?

—Apenas alguien que haya pasado por lo mismo que ella para saber tratarla, me parece bien. —Adam contestó.

Sugey le miró con una mirada comprensiva, pero pronto vio algo en él que le llamó la atención, especialmente, por el olor.

— ¿Estás bien? —Le preguntó Sugey.

— ¿Perdón? —Respondió Adam.

—Tu abdomen, me llamó la atención la mancha y el olor a sangre.

Adam miró a donde le dijo Sugey y solo soltó un suspiro.

—No te habías dado cuenta ¿verdad? —Le preguntó Sugey.

—Es una vieja herida de campo, pero veo que no a cerrado bien. —Respondió él con una sonrisa apenada.— Iré por el botiquín.

—Si quieres, yo te atiendo.

—Ah… bueno, ocuparé que alguien me ayude a vendarme, así que sí, está bien.

Adam fue por el botiquín y Sugey fue a la sala, ya que ahí daba más luz, una vez que Adam bajo con las cosas, comenzó a sentir el ligero pellizco de dolor por la herida, estaba tan distraido de saber que Sugey era su supuesta ilusión del cansancio, que había ignorado todo alrededor de él.

Él con poco esfuerzo y ocultando la mueca de dolor que le causo el simple hecho de alzarse la camiseta, dejó que Sugey le revisará.

—Uhm, mentiste en algo. —Le dijo Sugey.

— ¿Eh? —Expresó Adam.

—No es tan vieja la herida, Adam. Cuanto mucho solo tiene dos semanas que te hiciste esto, ehhh, ¿herida de apuñalamiento?

—Vaya, que ojo. Acertaste en el tipo de arma.

—Deberías de tener más cuidado.

—Lo tengo, pero este trabajo se corren riesgos desde balas, cuchillos y hasta bombas y granadas.

—Me sonó a ataques terroristas.

—También, ¡Ow!

—Lo siento.

Sugey trabajo con cuidado el atender la herida de Adam, él por su parte cerró sus ojos y se concentró en el trato que se le estaba dando, las manos de ella eran muy cálidas y suaves, la delicadeza con la que trataba su herida le gustaba.

Regularmente cuando los soldados están heridos, ellos mismos se atienden las heridas o los médicos militares no tienen tanta delicadeza como lo estaba haciendo ella.

— ¿Qué están haciendo? —Preguntó William al ver la posición un poco mal vista desde atrás.

—Oh ¿descansaste? —Se asomó Sugey al oír a William.

—Sí…

—No sabía que tu novia supiera de tratos medicinales. —Le dijo Adam.

—No es para tanto, simplemente mi madre me enseñó bien algunas cosas. —Sugey hizo un puchero.

—Jaja, Ow…

William se acercó y vio la herida que estaba siendo atendida por Sugey.

—Ahm, yo no soporto mucho la sangre. —Dijo William mirando a otro lado.

—No serías un buen policia o soldado, Willy. —Sonrió Adam.

—Ni me interesa.

—No entiende porque algunas personas no la soportan, es solo sangre, ni que está te fuera hacer algo. —Dijo Sugey.

—Todo depende. —Suspiro Adam.— Algunos un trauma o simplemente no la soportan y ya, al menos agradece que tu noviecito no se desmaya al verla.

Sugey se río ante el comentario un poco obvio para William que lo tomó como un intento de ligue hacía Sugey.

—Oye Su. —Le llamó William.

—Espera, ya casi acabo. —Le respondió Sugey.

—No es nada que ocupes ver, pero ¿Dónde te gustaría que fuera nuestro cuarto aniversario de nuestra relación?

Adam se sorprendió un poco de la cantidad de años que ya tienen saliendo, aunque William lo dijo solo para que Adam se diera cuenta de que su relación, no es de semanas.

—Ah, aún faltan cuatro meses para ello, Willy. —Le dijo Sugey volteándole a ver.

—Lo dijo para ver donde hacer alguna reserva. —Respondió William.

—Sabes que no soy muy dada a cosas tan grandes.

—Una vez al menos, corazón.

—Uhm… ¿un restaurante?

— ¿Griego, italiano, francés?

—Del que quieras, siempre tienes buenas elecciones.

—Ya rugiste.

—Ay no, no debía hablar tan a la mexicana contigo.

—Ni modo, corazón.

Sugey le sacó la lengua y William se río divertido, por otro lado Adam solo observaba la manera en que aquellos dos se llevaban, por lo que sonrió.

—Me alegra ver que al fin encontraste a alguien con quien permanecer firme y concreto, William. —Le dijo Adam.

—No fue fácil, Sugey tenía sus dudas que bien aseguradas estaban a causa de mi historial, pero me dio una oportunidad.

Sugey le sonrió y pronto terminó de vendar a Adam.

—Listo, espero que no se te vuelva a abrir, sino, ya será necesario que vayas a ver a un médico. —Le dijo Sugey.

—A la orden, capitán. —Le saludo Adam con la mano en la frente.

Sugey se ríe y después va con William quien comenzó a hacer su tarea y ella también junto a él. Adam suspiro y pronto su teléfono comenzó a sonar.

—Si ocupan algo, estaré en mi habitación. —Les aviso Adam.

—Si gracias. —Respondió William sin voltear a verle.

—Gracias por el vendaje, Sugey, te debó una.

—No es nada y no me debes nada. —Respondió ella.

Adam le sonrió y en cuanto sube las escaleras, contesto el teléfono.

—Señor. —Respondió Adam.

—Imaginó que por la demora, estabas con tu familia ¿cierto?

—Si señor.

—Bien, la policia ya comenzó a indagar sobre el asesinato del objetivo.

—Tuve cuidado de no dejar ni un rastro de que estuve ahí, señor.

— ¿Estás seguro de ello?

—Si señor, por muy cansado que estaba, tuve el mismo cuidado de siempre.

—Pues parece ser que alguno de los estaban contigo, dejó una ligera prueba de que un francotirador militar dejó una insignia ¿tienes la tuya?

— ¿Qué cara…? Espere un momento señor, buscaré mi insignia.

Adam buscó entre sus cosas su insignia y la encontró, pero hubo un detalle.

—Maldito hija de perra. —Adam gruñó por lo bajo.

— ¿Adam? ¿Qué ocurre?

—Fue Sergio, señor, tengo una insignia, pero es la de él, yo no soy un Ranger soy un Elite y tengo en mis cosas una insignia de Ranger.

—Ese maldito, realmente te quiere sabotear chico.

—Me las va a pagar ese imbecil y… Agh, carajo.

—Conozco ese quejido ¿la herida de hace dos semanas te está dando problemas?

—No es nada señor, la novia de mi primo atendió la herida y estoy mucho mejor.

— ¿Nombre de la joven? ¿Sabe que eres militar?

—Sugey Davis Ortiz y no señor, ella solo piensa que soy un agente especial, ya sabe el cuento.

—Entendido, pero ¿Davis Ortiz? ¿Hija de la teniente Amanda Ortiz?

— ¿Señor?

—La teniente Ortiz fue elogiada he increiblemente honrada por ser una de las francotiradoras de elite más precisas del ejército mexicano, me sorprende que conozcas ya a su hija.

—Tal vez le agrade saber que ella también quiere entrar al mismo labor que su madre dejó.

—Pues si es así, tendríamos dos generaciones de los Ortiz en el ejército. Dale una insignia a esa chica por si un día la encontramos y que ella se una al ejército.

—Lo haré cuando esté como soldado militar señor, ya que podría descubrirme a mí mismo si lo hago ahora.

—Adelante, ahora. Sergio.

—Ese infeliz me las va pagar.

En la sala, Sugey se encontraba haciendo su tarea mientras que William había ido a su cuarto por un material de estudio, aunque le llegaron mensajes de sus antiguas amantes, pero les ignoro, ya no es el mismo y no piensa perder lo que tiene ahora.

...¿No te haz cansado de sentirte atado solo a una chica?...

William sacudió su cabeza, no podía permitirse la menos dejar crecer aquella pregunta.

"(No, no lo extraño, estoy muy bien así y es la verdad.)" —Pensó William.

¿Era así?

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