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Amanda, Una Mirada Distinta

Antes de empezar...

ESTA NOVELA PERTENECE A UNA SAGA DE AMOR, VENGANZA Y MAFIA

Amanda

—Escucha Amanda, no quiero que llores. Eres una pequeña valiente y cuando menos lo pienses te convertirás en una mujer —Nino parecía querer despedirse, pero no se lo permitiría.

—No digas tonterías, tú me enseñarás a matar personas y escaparemos juntos, seré tu esposa y tendremos hijos juntos —dijo Amanda llorando mientras no paraba de salir sangre del abdomen de Nino.

—Deseo que tu primer beso lo guardes para alguien que en verdad signifique, no se lo des al primer tonto lindo que te busque —Nino sonreía, aunque su cuerpo empezaba a temblar.

—Tú te llevarás todos mis besos, porque nunca amaré a nadie más que a ti —le recordó Amanda mientras sentía los pasos de alguien acercarse a ellos.

—Lamento haber sido un tonto —Nino no deseaba morir.

Desperté sudando frío, miré mi departamento y recordé que hoy tenía que entregar un trabajo en la facultad. Esperaba llegar a tiempo, ya que mi móvil se había quedado sin batería y llegaba tarde. Estaba lloviznando por lo que no fui en la bicicleta y tampoco conseguí taxi, me acercaba a la parada del bus cuando me di cuenta de que venía a media cuadra. Por lo que corrí con todas mis fuerzas, pero antes de llegar me topé con alguien y caí al suelo. Mi trabajo estaba arruinado, dos semanas enteras mojándose en los charcos de la vereda. Miré al maldito que había hecho que mi vida se volviera desgraciada y al hacerlo mi corazón comenzó a latir con fuerza.

Un hombre, de cabello levemente rizado, que llegaba a los hombros, me miraba desconcertado.

Prólogo

Amanda, hija adoptiva de Tania y el señor Li. Es la heredera de un imperio de la mafia, se ha entrenado por años para llevar una doble vida siendo una abogada exitosa y una mujer del mundo oscuro que sin dudas dará de qué hablar. Sin embargo, el hijo de un líder de otra organización está compitiendo por el mismo puesto. Destinados a ser enemigos, comienza una batalla entre ambos jóvenes prometedores.

Nota de la autora

Bienvenidos a esta novela del 2023. Gracias por acompañarme en este proceso de escritura y aprendizaje constante.

Algunas aclaraciones

Esta novela fue pensada para un concurso, por lo que es posible que comparta algunas características con otras que hayan leído. Mi intención es dar mi perspectiva y tratar de sorprenderlos. No quiere decir que comparto el pensamiento, ni concuerdo con las acciones que realizan los personajes.

Sus opiniones y mensajes son bienvenidos, ya que enriquecen a la historia, sobre todo mientras la estoy escribiendo. Recuerden hacerlo desde el respeto.

Trataré de responder a sus comentarios y dudas siempre que esté a mi alcance.

Por último

Si mi novela les gusta, no se olviden de dejar sus votos y sus me gusta; porque eso me hace saber a cuantas personas he llegado, posibilitando así también a que más personas me lean. Puesto que es inmenso el tiempo que le dedico a crear historias que ustedes son capaces de devorar en días. Desde ya muchas gracias por ser parte de estas aventuras junto a mí.

Volviendo a la novela, Amanda es hija adoptiva de Tania, protagonista de la novela “Venganza, en el infierno” y del señor Lisandro Li, personaje importante de la novela “Ámame” y personaje principal de la novela “Lisandro”. Dicho esto, sepan que siempre aclaro que no es necesario leer la historia anterior, pero ayuda a comprender las decisiones y pensamientos de los personajes. Por lo que les recomiendo que lo hagan si como yo, son de las personas que no les gusta perderse de nada.

**Otras novelas completas **

“Durmiendo con el enemigo” 2020-05-04

“El demonio de mi hermanastro” 2020-09-23

“La malquerida” 2020-10-16

“Ámame” 2022-05-16

“Una niñera para el CEO II” 2022-09-12

“Venganza, en el infierno” 2022-10-08

“El corazón del CEO” 2022-10-22

“Un amor imposible” 2022-11-02

“Titán, tres son multitud” 2022-11-23

“Lisandro, un amor inolvidable” 2023-01-02

“Violeta, la nueva esposa del CEO” 2023-02-13

“Lo hago por ti” 2023-02-22

“Amanda, una mirada distinta” 2023-03-18

“Un día de febrero” 2023-04-10

“Ella es Mía” 2023-04-11

“Me enamoré, del despiadado CEO” 2023-05-03

“Ponle La Firma, Serás Mía” 2023-06-13

“Lo que no quiero que veas” 2023-08-08

***

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Saludos, Osaku

Capítulo uno

Un encuentro desafortunado

Zacarías se topó con Amanda mientras discutía con su padre por teléfono. Él no quería volver a casa y este le estaba dando un sermón. Al darse cuenta de que la pobre chica había tirados sus papeles y que llovía, se sintió extrañamente culpable. Él no era de preocuparse por otros, pero esta vez había sido distinto.

—Lamento mucho lo que te ocurrió —dijo a modo de disculpa mientras trataba de recoger las hojas.

—¿De qué me sirven tus disculpas? Mi día está arruinado —Amanda no se iba a guardar el enojo que tenía sin importar cuan bello le pareciera el muchacho de rizos largos.

—Si vamos al caso, tú te topaste conmigo —él no era un hombre que temía el contraataque.

—Solo no toques nada —Amanda quería ver si podía salvar alguna de sus hojas. Finalmente se rindió—. Maldición.

Zacarías miró con más detalle a la joven en frente, ella tenía el cabello largo y lacio como a él le gustaba. Sobre todo, para cuando llevaba a las muchachas a su departamento y las ponía a cuatro patas. Tal vez esta chica podría ser su cena de esta noche.

—Tienes razón, arruiné tu día. ¿Qué te parece si trato de compensártelo? —preguntó seguro de que ella aceptaría, después de todo las mujeres siempre buscaban excusas para acercarse a él.

—No, gracias. Prefiero no volverte a ver en mi vida —dijo ella terminando de recoger las hojas y yéndose a tomar el bus. Cuando llegó a la parada ya este había arrancado—. ¡Maldición!

Amanda odiaba pensar que tendría que volver cursar la materia si no llegaba a clase para pedir que le dieran una extensión, miró su móvil; ni siquiera podía llamar a alguna de sus compañeras para que hablaran con el docente. Mientras tanto, Zacarías la miraba, no pudo evitar sentirse más atraído por ella. Tenía que llevar a esta chica a la cama a costa de lo que fuera. Por lo que se acercó a ella y pese a que lo miró con un odio profundo, continuó el coqueteo.

—Mi coche está a media cuadra, puedo llevarte a donde necesites. No seas testaruda y deja que te ayude —parecía que él estaba acostumbrado a dar órdenes, ya que no tenía tacto con alguien como ella.

—Te dije que prefería no volver a verte en la vida, no entiendes cuando hablo. Ahora tengo que entregarle este trabajo a mi profesor de Literatura —dijo mostrando las hojas mojadas—. Y estoy segura de que Matías ni me creerá que me pasó esto. Perderé el semestre y tendré que volver a tomar la materia.

Se notaba la frustración en las palabras de la chica.

—¿Matías? —preguntó Zacarías más interesado que de costumbre.

—Mi profesor nos deja llamarlo por su nombre. En realidad, debería decirle doctor Domínguez, pero ese no es el punto, ¿porque no te vas ya? —Amanda ya no quería seguir hablando con este tipo.

—Él es mi amigo – Zacarías no podía suponer la suerte que tenía. Matías y él habían estudiado juntos en estados unidos su doctorado, ni siquiera sabía que había empezado a dar clases en la facultad—. Si quieres puedo hablar con él.

—No es posible, hay más de dos millones de personas en esta ciudad y dices que mi profesor es tu amigo. Claro. Si eres un acosador mejor vete, sé artes marciales y tengo un gas pimienta en mi mano en este momento —Amanda no quería seguir escuchando al sujeto, la hacía ponerse irritable.

—Lo digo en serio, si tu profesor es morocho, alto y tiene unos treinta y pico es mi amigo —dijo y le mostró una fotografía en su móvil.

—No puede ser —Amanda se dio cuenta de que era verdad. Era el doctor Domínguez, estaba en una foto con este tipo.

—¿Ahora me crees? —preguntó él de manera arrogante.

Al final Amanda tuvo que aceptar que este tipo la llevara, al ir caminando con él notó un Jaguar F-Type Coupé parecido al de su padre Lisandro, pero de color azul. Tremenda fue la sorpresa que se llevó cuando subieron en ese coche.

—Tienes gustos similares a los de mi padre. Asusta —dijo ella y giró la cabeza para mirar por la ventana.

Zacarías no dijo nada, pero sonrió, pasaron unas cuantas calles y Amanda notó que no iban en dirección a la facultad. Ella miró al muchacho molesta.

—¿Qué piensas que haces? —preguntó ella enojada.

—Esperaba que prefirieras cambiarte esa camisa antes de ir a la facultad. No se secará a tiempo para tu clase y todos verán el bello brasier de tigresa que llevas bajo lo mojado —dijo y ella se inclinó para observar su ropa, no se había dado cuenta de que estaba empapada—. De todas maneras, no llevo a extrañas a mi casa, por lo que solo te traía aquí.

Ellos se detuvieron en una tienda de ropa deportiva, parecía que él no iba a gastar mucho para impresionar a la chica. En otra circunstancia la habría llevado a una tienda de marca reconocida. Sin embargo, ella no parecía apreciar eso. Aun así, ella bajó y después de comprarse a sí misma un conjunto deportivo volvió al coche.

—Esperaba que me dejaras pagar —aclaró él al subir también.

—No quiero deberte nada —Amanda seguía siendo hostil con él, algo que sorprendió a Zacarías porque ninguno de sus trucos parecía funcionar—. Además, ni siquiera sé tu nombre. No voy a dejar que un hombre que no conozco pague por mí.

—Si es por eso es fácil de resolver, soy Zacarías. Un gusto señorita Amanda —ella lo miró extrañada.

—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó ella preocupada.

—Estaba en tu trabajo, supuse que era tu nombre —él era más observador de lo que ella esperaba—. Ya le comenté a Matías lo que ocurrió y me pidió que lo tomaras con calma. Puedes imprimir el trabajo de nuevo y llevárselo al final del día.

—¿De verdad? —Amanda por primera vez sonrió—. Qué bueno, deseaba volver a casa para estas fiestas.

—Me alegro haber sido de ayuda después de todo. Ahora que ya sabes quién soy aceptaras mi invitación a cenar, sería una buena manera de agradecer todo lo que estoy haciendo por ti —Zacarías no iba a rendirse.

Autora: Osaku

Capítulo dos

Entre amigos

El tipo no dejaba de insistirle a Amanda para cenar juntos, ella sabía que era lo que él quería, pero no le interesaba. Desde Nino no había podido fijarse en nadie. Ninguna persona podía romper esa barrera autoimpuesta durante estos cinco años. Incluso cada noche soñaba con él y las conversaciones que habían tenido juntos. En un principio ella había querido unirse a la academia de los superiores, pero después de ver que sus padres fueron separados por el líder de la organización, se dio cuenta de que si lo hacía solo sería una marioneta de ellos. Por lo que había preferido seguir los pasos de su padre y estudiar abogacía, después de todo toda la familia de Lisandro eran abogados. Ella quería complacerlo, por lo que, aunque no hablaran seguido, pensaba hacerlo de ese modo.

Sin embargo, Zacarías parecía no querer rendirse, incluso la había llevado hasta su casa para que ella imprimiera su trabajo. Al entrar al departamento Amanda notó que la familia de este hombre tenía mucho dinero, no solo el departamento era hermoso y lujoso, ya que estaba lleno de cámaras y seguridad. ¿Quién rayos era?

—Creí que iríamos a una librería a imprimir las hojas. Dijiste que no llevabas desconocidas a tu casa —Amanda no podía confiar en él, era una costumbre que le quedó después de ser adoptada por Tania. Su madre adoptiva y ella habían pasado por demasiadas cosas juntas.

—Ya sé que eres la mejor alumna de un gran amigo, eres una chica orgullosa y perspicaz. Supongo que puedo dejarte pasar por unos minutos a mi estudio —las palabras de Zacarías no tranquilizaban a Amanda.

Una vez que Amanda imprimió las hojas de su trabajo, limpió la carpeta plástica donde debía llevarlo y ordenó todo. Cuando terminó no pudo evitar mirar alrededor las fotografías, en el estudio de su padre estaba lleno de fotos de ellos juntos, donde ella y sus hermanos estaban. Lisandro no hacia diferencia con ella por ser adoptada y eso la hacía feliz.

En el estudio de Zacarías había una fotografía en particular que le llamó la atención. Sin embargo, él entró y le preguntó si había terminado. Ella afirmó y salió sin preguntarle por ello.

—Maty dice que ya terminó con su clase y tenía que ir a almorzar. Por lo que le dije que te llevaría ahí con él. Tal vez rechaces una cena conmigo, pero no un almuerzo con tu profesor —Zacarías estaba acostumbrado a tener lo que necesitaba, aunque fuera por capricho.

—¿No dejarás de insistir con eso? —preguntó Amanda molesta por la actitud de este sujeto.

—Nunca me rindo —dijo él y no le quedó más que aceptar.

Al llegar al bar Matías estaba corrigiendo algunos trabajos. Ellos se acercaron y este saludó a Zacarías con un fuerte abrazo.

—No puedo creer que vinieras. Consideré que no volverías a pisar este país después de todo —dijo Matías bromeando.

—Parece que no me quedó otra opción, sabes que mi padre controla mi vida —Zacarías no quería hablar de eso delante de Amanda.

—Amanda, ¿así que este señor arruinó tu trabajo? —preguntó el doctor Domínguez a la muchachita.

—En parte fue mi culpa también, no miré por donde caminaba —ella parecía avergonzada. No era porque su profesor le gustara, pero ver a un hombre tan atractivo hacía que actuara así.

Eso a Zacarías no le gustó. Con él no había tenido la misma reacción, siendo que cuando ellos salían a fiestas las mujeres solían buscarlos por igual.

—Así que Amanda es tu alumna. Tienes suerte —dijo Zacarías sin saber cómo entrar en la conversación.

—Yo solo quería dejarle esto. Lamento no haber podido hacerlo en clase y entiendo si debe bajarme la nota por entregarlo tarde —Amanda ni siquiera tomó asiento.

—Pensé que almorzarías con nosotros —Zacarías ya no podía hacer nada más que presionarla un poco.

—Nunca le faltaría el respeto a mi profesor así. Le agradezco por todo —Amanda tomó sus cosas y se fue del bar.

—No vas a poder acostarte con esa chica —Matías dijo eso mientras se ponía a mirar el trabajo que ella le había dado.

—¿Quién te dice que no me acosté con ella ya? —preguntó a su amigo molesto.

—Porque eres amable con ella y porque la ves como si quisieras comértela —Matías era muy atento, y su amigo lo sabía.

—¿Por qué crees que no lo haría conmigo? Se nota que tú le gustas y los dos somos atractivos, somos profesores de literatura e incluso soy más joven que tú —le aclaró Zacarías.

—Amanda no es como las chicas a las que estamos acostumbrados. Ella es muy seria y no deja que nadie se acerque. Tiene a la mitad del seminario detrás y, sin embargo, ella se sienta sola y después de que termina la clase se va y no deja que ningún tipo se acerque —Matías parecía haber observado bastante a esa chica.

—¿Será que le gustan las mujeres? —preguntó Zacarías a su amigo y este le aseguró que no—. Parece más bien que no quiere contacto con nadie. No me importa, haré que me note a costa de lo que sea.

—¿Tu padre no te quiere hacer volver para que te cases? —preguntó Matías.

—Eso no tiene que ver con esto, además ya me hice cargo de los negocios familiares. Que tenga una mujer en casa no quiere decir que no pueda tener siete en mi departamento —Zacarías no pensaba en el matrimonio como una institución que debiera respetar.

—Yo que tú me buscaría a otra y dejaría en paz a Amanda. Escuché que su padre es alguien importante —le advirtió Matías a Zacarías.

—Nadie es más importante que mi padre. ¿Cómo es su apellido? No me sonó cuando lo leí en su trabajo —la familia de Zacarías tenía planes para él desde que nació.

—No usa el apellido de su padre, en eso se parecen, pero creo que es lo único —dijo Matías burlándose de su amigo.

¿Qué escondía esa chica al no utilizar el apellido de su padre? ¿Era necesario que Zacarías se alejara? ¿Qué tan peligroso podía ser acostarse con ella?

Autora: Osaku

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