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Mi Esposa Es Increíble

Ariel Mack

Se dice que las personas juzgamos a alguien sin conocerlo por lo menos una vez en la vida, se dice que cuando es así solemos cambiar nuestra manera de pensar sobre esa persona cuando nos dan una bofetada con guante blanco en el rostro, pero lo que esta chica me hizo, no fue darme una bofetada con guante en el rostro, sino que me dió una patada.

*

*

*

- Ariel , ¿ Me estás escuchando ? -

- Lo siento Camilo, ¿ Qué decías ? -

- Decía que si estás nervioso por conocer a tu esposa. -

Ariel Mack miró a su mejor amigo sentado frente a él, ambos estaban regresando a su ciudad natal después de pasar muchos meses en el extranjero gracias a las compañías familiares que habían heredado aunque ambos ya tenían negocios por cuenta propia desde hacía un tiempo atrás.

- No lo estoy, es decir , no es que sea un matrimonio real, mi abuela me ha obligado a hacerlo. - dijo el joven mientras se acomodaba en su asiento.

No consideraba su matrimonio como algo relevante, además de que había estudiado toda su vida en escuela para varones al igual que su amigo Camilo.

Camilo sonrió de lado y miró por la ventanilla a su lado admirando la vista que les otorgaban las nubes, las cuales parecían ante sus ojos como trozos de algodón de azúcar blanco.

- Bueno, yo sí quiero conocer a la señora Mack - Susurró el joven con una sonrisa.

Cuatro horas después aterrizaron en el hangar privado de la familia Mack, Ariel permaneció todo el camino revisando los documentos más importantes de la empresa familiar, mientras que Camilo buscaba en su teléfono información sobre la misteriosa señora Mack, más no pudo encontrar nada.

- Hey, ¿ hace cuánto que estás casado ? - Preguntó Camilo al patear la pierna de su amigo.

Ariel no retiró la vista de los documentos que tenía en sus manos y solo hizo el gesto de un número uno con su mano derecha.

- Estas casado hace un año, ¿ siquiera sabes qué edad tiene tu esposa ? -

Antes de que Ariel respondiera, el chófer detuvo el auto y fue el turno de Camilo para salir del auto, al despedirse de su amigo, le pidió que le enviara una fotografía de su esposa para conocerla , a lo que me Ariel no respondió.

- Vamos a la compañía.- Ordenó el joven fríamente a su chófer.

Ariel Mack de ojos marrones, nariz alta y puntiaguda, cejas rectas y espesas , piel blanca y labios delgados y rosados, un atractivo hombre de 26 años de cabellera negra, había aceptado casarse un año atrás a petición de su amada abuela.

No había ex novias tras él, primeros amores , problemas o escándalos, pues siempre se había mantenido alejado de los medios de comunicación, Ariel solía ser frío y distante la mayor parte del tiempo , pues desde la infancia lo habían enviado a estudiar al extranjero donde notaron su inteligencia sobresaliente en distintos ámbitos.

Después de permanecer en la compañía por un par de horas, Ariel frotó con cansancio sus cejas, se levantó de su silla de piel y tomó sus pertenencias para salir de aquel lugar.

- ¿ A dónde lo llevo Sr. Mack ? - Preguntó el chófer.

El hombre miró por la ventanilla y entonces recordó la villa donde sabía que vivía su esposa, decidido a terminar aquel supuesto matrimonio, pidió que le llevara a la villa del este.

No veía caso continuar con un matrimonio en el cuál no se conocían, además de que por su trabajo consideraba que no era un buen esposo al abandonar a su esposa por tanto tiempo, para él, lo mejor sería darle su libertad y que ella eligiera con quién quería compartir su vida.

Clarise Orson

La libertad es el regalo más hermoso que nos ha dado la vida, el poder elegir a dónde ir, con quién ir e incluso a quién amar, una persona limitada o privada de su libertad jamás podrá ser feliz.

*

*

*

- Esta vez has bebido demasiado, ¿ cómo un cuerpo tan pequeño puede absorber tanto alcohol ? -

- Mmmm -

- ¡ Clarise vamos ! , Ayúdame a ayudarte mujer, al menos dime a dónde te llevo.-

- ¿ Donde estamos ? - Preguntó por fin la joven semi inconciente.

- Estamos por el suburbio del Este.-

- Entonces vamos, entra aquí en el suburbio, vamos a mi casa de casada.-

- ¿ Tú qué ? - El joven que conducía el auto frenó de imprevisto haciendo que la joven se inclinara hacia adelante.

Para su buena suerte le había colocado el cinturón de seguridad al subir al auto, Elliot miró a su mejor amiga como si le hubiese salido una cabeza más, ya que lo que había dicho era sumamente sorprendente.

Pero su compañera no estaba en buen estado como para responder sus preguntas, además de que solía ser muy hermética con su vida y su familia.

- Espero que lo que has dicho haya sido por tu borrachera, pero mañana hablaremos de esto Clarise.-

- Bien, solo cállate y conduce tengo mucho sueño.- Replicó la joven tratando de mirar donde estaban para guiar a su amigo.

Diez minutos después el cuerpo de Clarise fue lanzado en exquisito sofá de lujo en la sala de estar, Elliot estaba admirado por tan magnífica villa, más no tenía tiempo ahora de mirar todo ,por lo que dejó las cosas de su borracha amiga apagó las luces y salió del lugar.

Habian bebido desde que salieron de la universidad pues Clarise estaba de cumpleaños, su cumpleaños número 21 había llegado y la joven quiso celebrarlo.

Se habían conocido un año atrás cuando Clarise lo defendió de un grupo de compañeros que solían molestarlo por ser albino, desde entonces se habían vuelto inseparables aunque para Elliot Clarise era una caja de sorpresas que gustaba de disfrazarse demasiado.

Unos minutos después de que Elliot se retirara, un auto de lujo se estacionó frente a la villa, el joven bajó del auto con elegancia y solo sosteniendo su portafolio en la mano derecha mientras que con la izquierda sostenía la llave que le había entregado el chófer.

" Que día tan agotador "

Pensó el joven al colocar la llave en la cerradura, era la primera vez que llegaba a aquella villa en el lugar más exclusivo de la ciudad.

Entró en el lugar siendo recibido por la oscuridad, tanteó sobre la pared a su lado y las luces se encendieron después de un casi inaudible " click " producido por el interruptor.

El lugar era grande, lujosamente decorado en colores negro y blanco logrando un hermoso contraste con detalles en dorado, caminó hacia la sala de estar y notó un bulto en el sofá de piel negra cerca del ventanal.

Sus cejas se unieron al instante, ahora lo había recordado nuevamente, se había casado un año atrás y era la primera vez que veía a su esposa.

La mata de cabellos rosa platinado se desparramaba por un pequeño cojín, unos lentes negros cubrían la parte superior de su rostro solo dejando ver su pequeña nariz y sus labios rosas.

A un lado de la joven, un bastón auxiliar para personas invidentes se encontraba sobre el suelo, al notarlo, los pensamientos de Ariel se descontrolaron en una mezcla de furia y decepción.

- Maldita sea, ¿ es que mi abuela no me ama ? , después de que me ha obligado a casarme, al final lo hace con una mujer invidente. -

Comenzó a decir en un molesto parloteo para la joven en el sillón, quién se removió mientras fruncía sus cejas y levantaba los labios en un puchero.

Con molestia se incorporó en el sillón llevando sus manos a su cabeza, a través de la mica oscura de los lentes miró al joven frente a ella que caminaba de un lado al otro.

" ¿ Dijo que soy invidente ? , ¡ Pero que mierda ! "

Pensó la joven , lo cierto era que el bastón lo había tomado de un hombre a quien había golpeado horas atrás y los lentes los usaba por qué había olvidado quitárselos en su estado de embriaguez, después de que Elliot la lanzara sobre el sofá de la sala.

- Hey, ¿ Quieres callarte ? , mi cabeza va a explotar. -

El joven la miró al instante notando que la chica se había sentado con sus piernas cruzadas sobre el sillón.

- Sólo me quedaré aquí está noche - Hizo una pausa - Nos divorciaremos en dos días si estás de acuerdo, está villa será tuya como compensación.- dijo en tono frío.

La joven levantó la cabeza para mirarlo y quiso reír, también era la primera vez que llegaba aquella villa , pues después de firmar el acta de matrimonio olvidó aquel lugar y su estado civil dedicándose a vivir su vida y estudiar en la universidad.

Se levantó de sofá mientras retiraba los lentes de su rostro y sonrió ampliamente dejando al hombre asombrado por sus bellos ojos grises.

- En realidad no había estado aquí antes de esta noche, no necesito que me des este lugar.-

- ¿ Tú, no eres ciega ? - pregunto incómodo.

La joven soltó una carcajada doblando un poco su cuerpo hacia adelante, lo miró de manera divertida y tras controlarse logró decir ;

- Eso lo haz pensando tú, me haz juzgado sin cruzar una palabra conmigo, que sepas que no tengo tiempo pasado mañana para divorciarnos. -

El joven pensó que se negaría a divorciarse de él por lo que lo invadió la molestia, más justo antes de decir algo, la joven se adelantó.

- Iremos a primera hora mañana, ¡ Vamos a ser libres ! -

¿ Novio ?

Ariel no sabía si reír o sentirse molesto con las palabras de la joven, para empezar no entendía como es que había mencionado que también era la primera vez que estaba en ese lugar.

- ¿ No habías estado aquí antes ? -

- No, y la verdad es que ahora no estoy en buenas condiciones para hablar contigo, así que me iré a una de las habitaciones a dormir.- Dijo la joven tras levantarse del sofá.

Comenzó a caminar hacia las escaleras y se detuvo al subir en el primer escalón para dar una última mirada al hombre parado en la mitad del lugar.

- Sólo una cosa más , un gusto conocerte futuro ex marido.- sonrió.

Tras sus palabras la joven subió las escaleras de prisa y se encerró en la primera habitación que notó, Ariel por su parte estaba completamente confundido.

En el lugar no había ni un solo sirviente pero todo estaba impecable, además de que parecía ser que la pequeña joven de piel blanca y cabellos rosas estaba en estado de ebriedad.

Sacó su teléfono de su bolsillo y llamó a su abuela a pesar de ser cerca de las 10 pm, el teléfono sonó un par de veces antes de que la llamada se enlazara.

- Ariel, ¿ Qué ha ocurrido estás bien ? - La voz de una mujer mayor llegó a su oído y el joven cerró sus ojos para tratar de calmarse.

- Abuela, todo bien es sobre la mujer con la que me casé. -

- ¡ oh ! , así que haz regresado a la ciudad, bien bien , recuerda venir mañana con Clarise a visitarme , ella está en la villa del Este, ya verás que te enamoraras de ella es una joven hermosa , delicada , inteligente.-

- Abuela , abuela por favor para, la he visto hace un momento y le he pedido el divorcio.- Escupió el joven.

El sonido de una taza al romperse llegó a sus oídos seguido del grito molesto de la mujer.

- ¿ Es que eres estúpido ? , ¿ Aún eres mi nieto ? , cómo te atreves a hacer esto en su cumpleaños, eres un malagradecido, todavía que la pobre Clarise ha estado sola desde que se han casado actúas como un troglodita en cuanto la ves por primera vez, no me importa cómo,¡ solucionalo ! - soltó la anciana para después colgar la llamada.

Ariel permaneció en su lugar mirando la pantalla negra de su teléfono por unos minutos aturdido, era la primera vez que su abuela le hablaba de aquella manera.

La verdad era que un año atrás, antes de su viaje de negocios su abuela había llegado a su oficina para que le firmara unos documentos, diciéndole una semana después por teléfono que se había casado.

El joven se indignó con ella por su manera de hacer las cosas, más con el tiempo y el trabajo solo lo dejo así, pensando en después lidiar con la situación, lo único que sabía de su esposa era su nombre, pues aunque había intentado encontrar alguna foto sobre ella , no había encontrado absolutamente nada.

Ahora que la conocía en persona sólo podía asegurar una cosa, su abuela tenía razón al decir que ella era hermosa.

A la mañana siguiente el teléfono de Clarise sonaba con insistencia, Ariel se despertó por el sonido y tomó el teléfono para tomar la llamada, más antes de poder decir algo la voz de un hombre llegó a su oído.

- Clarise, ¿ Por qué no respondías , es tarde tenemos clase, vamos apúrate llego por ti en veinte minutos.- dijo Elliot para después terminar la llamada.

Ariel sostuvo el teléfono en su mano con fuerza, esa pequeña no solo no había estado en aquella villa sino que también tonteaba con otro hombre.

En sus 26 años no se había sentido jamás tan molesto, se levantó del sofá y subió las escaleras a grandes zancadas, más antes de tocar a la puerta de la habitación donde entró Clarise la noche anterior, está salió primero.

- ¡ Auch ! - Dijo la joven al chocar con el duro pecho de Ariel.

- Viene tu novio por ti en veinte minutos.- dijo el hombre y le entregó su teléfono para después volver a la sala.

- ¿ Novio ? -

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