Al enterarse de una guerra pasada, Leyai esperó a que sus hermanos, los soldados y su humana regresaran a casa a salvo. Después del nacimiento de los gemelos, hijos de Kinto y Cronh, junto con la visita de los humanos y la recuperación de Shin para poder levantarse, el oscuro reunió a todos los maestros y soldados en la sala de juntas, con el pretexto de que todos vieran a la ojiazul y saludaran a los recién llegados. Tras haber platicado un poco sobre el estado de salud de Shin, el ojos rojos tomó desprevenido a su gemelo Tayue haciéndole preguntas que incomodaron al primogénito, todo con tal de saber más sobre esa batalla que sucedió en su ausencia.
Leyai: Hace meses, en el mundo humano, cuando Shin fue a la cárcel y fui a visitarla, a petición de Kinto, ¡claro!...
El ojos marrones frunció el ceño.
Leyai: Me encontré a un sujeto, dentro de la celda de enfrente en donde estaba Shin. No lo hubiera notado si no fuera porque ese tipo me vio y me confundió contigo.
El oscuro se detuvo al otro lado de donde estaba antes.
Leyai: Supe de inmediato que no era un humano, me acerqué y entré a su celda para charlar. Le hice una pregunta, pero antes de responderme él me hizo otra. Él dijo: “¿Dónde estabas cuando inició la guerra?”.
Los humanos se alarmaron con esa pregunta y se miraron con preocupación, los soldados bajaron la cabeza para no entrometerse en ese asunto, Tayue se puso un poco más nervioso y el oscuro lo notó.
Leyai: Le conté un poco sobre mí para responderle, él me contó un poco de su mundo, luego Shin despertó y tuve que dejar la conversación a la mitad, no pude preguntarle algo importante que creo tú sabes, Tayue.
El mayor sabía por dónde iba su gemelo y lo dejó continuar.
Leyai: No le pregunté su nombre, pero me mencionó a tres de sus hermanos: Birent, el primogénito; Herkes, el maestro portal; y Rein, el maestro tiempo…
El oscuro usó su poder de teletransportación para ponerse a un lado de su gemelo y se le acercó con una sonrisa falsa.
Leyai: Quiero que me digas, en colaboración con todos, ¿de qué maldita guerra estaba hablando ese tipo?
Los humanos estaban muy confundidos, vieron con algo de miedo el interés intenso de Leyai, los soldados levantaron las miradas con tristeza al recordar ese tiempo oscuro que sufrieron en el castillo y en las tierras de Birent y los demás, los demás maestros estaban alertas ante cualquier pelea que se pudiera dar entre los gemelos mayores. Tayue suspiró rendido, no quería decirle nada a su hermano, pero él ya se había enterado de la guerra y no tenía sentido seguir guardando el secreto, sacó de sus ropas diecinueve piedras de juramento y se las entregó a cada uno.
Tayue: De acuerdo, te lo diré…
El ojos rojos se apartó de él para que pudiera hablar.
Tayue: A cambio quiero que me digas la descripción de la persona que te mencionó sobre la guerra.
Leyai: Fue un tipo de piel clara, ojos plateados, cabello negro azulado y largo, tenía alas azules, como de murciélago.
El gemelo azul sonrió de la ironía y volteó su silla hacia su hermano oscuro.
Tayue: De todos ellos, tenías que cruzarte con Tehn, tu contraparte…
Nante: ¿C-contraparte?
Tayue: Tehn es un gemelo al igual que Leyai, maneja el poder de la luz; su gemelo, Zenitsu, tiene un poder común entre su especie.
Los humanos se sorprendieron al saber qué había alguien así.
Tayue: La guerra empezó hace muchos años, poco después de tu destierro. Esto nos dejó demasiadas bajas, nuestra especie se redujo a la mitad en poco tiempo. Por tu falta de convivencia por tus poderes, aquí había ayudantes del más bajo rango, niños para ser preciso. También había altos mandos como Grandes Maestros, Maestros y nosotros, los soldados de ese momento.
Leyai no sabía eso, siempre se mantuvo en cautiverio por el brote de sus poderes oscuros.
Tayue: Esa guerra hizo que los mayores dieran la vida por proteger el castillo, las bajas de los niños fueron por venganza de la especie de Birent y los demás.
-Por eso el ayudante más joven se ve como de la edad de Nante… - pensó el joven Mako.
Tayue: Los últimos maestros que quedaron de pie fueron: el padre de Kinto, nuestro padre y el padre de Natku. Todos los que has visto en el castillo somos sobrevivientes a esa guerra, pactamos un tratado de paz entre ambos mundos, pasamos un tiempo en el mundo de ellos para reforzar la relación pactada y regresamos al castillo.
Leyai: ¿Quién inició la guerra?
Tayue: Ellos, nos atacaron sin previo aviso, ni siquiera sabíamos que ellos existían.
Leyai: ¿Cuál fue el motivo de la guerra?
Tayue: Tierras, territorio. Ellos no tienen la selva que nosotros sí, sabes que es una de las fuentes de vida más grandes para cualquier mundo.
Leyai: ¿Cuánto duró?
Tayue: Amm… no lo sé… ochenta años tiempo del mundo humano…
-¡¿Tanto?! – pensaron con alarma los humanos.
Leyai: ¿Quién fue el primero que se rindió?
Tayue: Ellos, sus bajas fueron más grandes que las nuestras.
Leyai: ¿Por qué no me dijeron nada?
El primogénito de ojos azules se levantó de su silla y la arrimó a la mesa.
Tayue: Nuestro padre así lo quiso, pactamos con él no hablar nuevamente de la guerra. Antes de que trascendiera, fui a verlo y me devolvió las piedras de todos para poder irse sin carga de ningún tipo.
Leyai: ¿Cómo inició esa guerra?
El gemelo azul ya no quería decir más y se alejó de Leyai para darle la espalda.
Leyai: Tayue, ¿cómo inició esa guerra?
El oscuro podía sentir la tristeza de todos los maestros y soldados, lo que lo llenaban de energía.
Tayue: La primera señal de guerra fue cuando Trindetn, el padre de Herkes… apareció en el área de las cascadas y asesinó al padre de Kai.
Los humanos se sorprendieron, el maestro agua y Nawako bajaron la cabeza para ver sus piedras de pacto.
Tayue: Trindetn fue con el padre de Kinto para dar la amenaza y le devolvió un brazalete, con esto supimos que el Gran maestro de Nawako había sido forzado a trascender.
Leyai: ¿Por qué no me buscaron? Se pudieron evitar tantas bajas si yo me hubiera involucrado…
El mayor volteó a verlo con poca resolución en su mirada.
Tayue: El padre de Kinto nos prohibió hacerlo…
Leyai: ¡¿Por qué?!
El ojos marrones se cruzó de brazos y se recargó en el asiento.
Kinto: Porque eres peligroso en momentos de agonía…
El ojos rojos vio a su hermano café con extrañez.
Kinto: Tu poder oscuro se alimenta de sentimientos negativos, la guerra era como darte tus dulces favoritos a toda hora y en cualquier momento.
Leyai: ¿Por qué llegó a esa conclusión?
Kinto: Porque yo se lo sugerí.
El maestro tierra se recargó en la mesa y vio fijamente al oscuro.
Kinto: Al pelear contigo en los entrenamientos me di cuenta de que tu poder crece cuando los sentimientos de tus contrincantes son negativos, por eso siempre me mantenía neutral y jamás te di la satisfacción de hacerme enojar, la guerra hubiera sido una fuente extrema de energía para ti.
El oscuro recordó cuando se transformó en medio del bosque al tener tanta negatividad en su cuerpo.
Tayue: Nuestro padre siempre te consideró peligroso, nadie sabía la magnitud de tus poderes y no quería arriesgar a nadie… Leyai, hubieras acabado con todo y con todos, incluyéndonos a nosotros.
El gemelo no podía creer que todos lo hubieran considerado de esa manera sin conocerlo a fondo.
Leyai: Les hubiera sido de mucha ayuda si me hubieran dado la oportunidad…
Shun: Hubo dos que confiaban mucho en ti, pero por mayoría de votos decidimos que no te buscaríamos para eso.
El gemelo menor miró al cazador con curiosidad.
Shun: El padre de Kazou y el padre de Theron.
El primogénito se acercó a su silla principal y se recargó en ella.
Leyai: ¿Por qué no hay nada escrito sobre la guerra?
Tayue: Porque fue parte del pacto para nuestro padre, él sabía que tú eras curioso y no quiso dejar historia de eso en papel para que te informara…
Leyai: ¡¿No lo redactó solo por mí?! Pero la guerra ya había pasado, qué más da si la hubiera escrito en un libro…
Tayue: Para que te des una idea de lo cruel que fue la guerra, te contaré un poco.
Tayue tragó saliva para armarse de valor.
Tayue: La guerra sucedió entre ambos mundos, quisimos terminarla antes para seguir con nuestras vidas. El padre de Herkes fue un maldito loco obsesionado con el poder y el territorio, su hijo es todo lo contrario a él, es uno de los maestros más amables de su linaje, por eso él nunca estuvo de acuerdo con las decisiones de su padre y fue obligado, así como sus hermanos, a participar en la guerra.
El ojos azules apretó un poco el respaldo de su silla.
Tayue: Herkes se escapaba de su mundo cada que podía y venía acá pidiendo perdón, rogando por que ambos mundos llegaran a un acuerdo de paz, que el territorio era lo de menos y que, si nos aliábamos, podríamos apoyarnos con cualquier cosa que necesitáramos. Un día su padre se enteró de lo que hacía a escondidas y lo mandó encerrar al calabozo tachándolo de traidor. En ese tiempo nosotros llevábamos ventaja en la guerra, y ese maldito hizo dos cosas horribles.
Leyai: ¿Qué cosas?
Tayue: Una de ellas fue asesinar a todos los menores de nuestro castillo, aprovechándose de su poder fantasmal y forzando a su hijo a abrir portales hacia acá. La otra cosa que hizo fue que, engañando a su hijo para abrir un portal al mundo humano… asesinó a la antecesora de Shin…
Los humanos y el oscuro se quedaron helados por eso.
Tayue: La guerra estaba interviniendo con el cortejo del linaje anterior a nosotros, por eso queríamos terminarla lo más pronto posible. Cuando nos enteramos de esto, los diez del linaje se enfurecieron tanto que fueron incontrolables con sus poderes, el ilusionista de ellos supo cómo abrir un portal hacia el mundo de Herkes e hicieron una matanza que ni siquiera los de alto rango pudieron detener. Cuando esto sucedió, solo teníamos la mitad de los grandes maestros, con el descontrol de esos diez, el padre de Hayate y el de Issei trascendieron en el mundo de Birent antes de acabar la guerra.
Issei, Tamayo, Hayate y Kai se entristecieron al recordar a los hombres.
Tayue: La guerra terminó cuando sometimos al padre de Herkes, era un idiota demasiado poderoso por su escurridizo poder, Iory estaba muy molesto con él y lo obligó a hincarse pidiendo clemencia. El padre de Kinto lo perdonó y le borró la memoria usando gran parte de su poder, todos pactaron no tener nada escrito para evitar que él y tú, Leyai, recordaran ese momento tan cruel y quisieran tomar venganza. Los diez que se quedaron sin humana estaban sumamente agotados, Tehn quiso ayudarlos a recuperarse, pero ellos se negaron, se deprimieron rápidamente y a los pocos días todos trascendieron al mismo tiempo.
El oscuro sintió mucha pena por todos.
Tayue: Cuando el padre de Herkes dejó de ser un peligro, el hombre fue el que tuvo la iniciativa de hacer un pacto de paz, el padre de Kinto, nuestro padre y el padre de Natku acordaron firmarlo con sangre, de igual manera lo hicieron Trindetn, el padre de Iory y el padre de Rentzu, únicos jerarcas que quedaron de pie, ningún maestro sobrevivió y nosotros, tus hermanos, fuimos convertidos en maestros y los altos ayudantes en nuestros soldados. El padre de Kinto también estaba muy cansado, él trascendió en el mundo de Birent cuando nos quedamos un tiempo ahí. Al ser asesinada la antecesora de Shin, la vida nos dio karma y por eso Shin nació tarde como pago por los años que se le arrebataron a su antecesora.
Leyai: ¿Qué pasó con Herkes?
Tayue: Cuando Herkes supo que su padre había asesinado a la humana elegida de ese momento, se enfadó muchísimo y sacó un poder extraordinario. Dos veces estuvo a punto de matar a su padre, y sabes que el matar a tu progenitor es una falta grave a la naturaleza y se castiga con la soledad eterna de cualquiera de los mundos. Herkes jamás se lo perdonó a su padre, siempre tuvo ese recuerdo en la cabeza y cuando acabó la guerra, nos pidió que lo matáramos al igual que a Trindetn.
Leyai: ¿Por qué?
Tayue: Porque por una parte se sentía responsable, él no supo en su momento la idea que tenía su padre cuando fue al mundo humano, creyó que estaba cambiando y que el hombre iba a ver posibles cortejantes para el linaje que ya estaba listo para procrear, pero ese hombre regresó rápido y no trajo a nadie, Herkes le exigió durante semanas, tras las rejas, que le dijera el motivo de su salida al mundo humano. El pobre maestro portal se enteró de eso cuando el ilusionista fue a verlo y se lo dijo, Herkes lloró durante horas hasta que se quedó sin una lágrima, el ilusionista supo que él no tenía nada que ver y lo dejó libre pidiéndole que no interfiriera en la pelea de él y sus hermanos, porque iban a vengar la muerte de su humana. Los maestros de nivel bajo al padre de Herkes se hicieron cargo de esos diez, pero Herkes estaba muy enfadado y le dio una paliza a su padre por maldito infeliz, dos veces lo atacó con todo lo que tenía sin importarle las consecuencias que eso traería para él.
Leyai: ¿Qué trato tienen con los ahora maestros de ese mundo?
Tayue: Birent y yo somos buenos amigos, todos hicimos las pases con ellos y lloramos a nuestros muertos por igual, el padre de Iory y Rentzu trascendieron tiempo después. Birent, Herkes, Tehn y Iory no se cansaron de pedirnos perdón por la matanza de nuestros menores, por nuestros maestros y por la humana elegida de ese momento. Leyai, si algún día los volvemos a ver, por favor, no te enojes con ellos. Birent y sus hermanos fueron usados por el padre de Herkes, ninguno quería pelear, pero ellos, y el linaje que estaba arriba de ellos, fueron amenazados con ser restringidos al mundo humano para el cortejo. Trindetn tenía bajo su total control a todos los abridores de portales y ellos buscan a sus humanas, ellas no aparecen en su mundo.
Leyai: No te preocupes, de todas maneras, me agrada Tehn. Agradezco la sinceridad de todos, no volveré a preguntar sobre esto.
El oscuro se dio la vuelta y atravesó el muro.
Tayue: Leyai, si algún día los volvemos a ver, por favor, no te enojes con ellos. Birent y sus hermanos fueron usados por el padre de Herkes, ninguno quería pelear, pero ellos, y el linaje que estaba arriba de ellos, fueron amenazados con ser restringidos al mundo humano para el cortejo. El padre de Herkes tenía bajo su total control a todos los abridores de portales y ellos buscan a sus humanas, ellas no aparecen en su mundo.
Leyai: No te preocupes, de todas maneras, me agrada Tehn. Agradezco la sinceridad de todos, no volveré a preguntar sobre esto.
El oscuro se dio la vuelta y atravesó el muro. La sala estuvo en silencio, los humanos no se atrevían a hablar por todo lo dicho por el primogénito, Tayue sabía que su gemelo estaba triste, lo sentía en el fondo de su corazón y por eso no lo detuvo. Ese momento en la sala de juntas fue nostálgico, de revivencia de sentimientos y muchas dudas por parte de los mortales. Más tarde, los humanos se instalaron en una gran habitación que Tayue había mandado hacer, hizo cambios en el acomodo de las habitaciones del castillo y todos trataron de olvidar ese momento incómodo en la sala de juntas. Shin estaba en el balcón viendo a sus amigos, que se iban de excursión con algunos ayudantes de Tamayo, la morena prefirió descansar y pensar en la reacción que tuvo Leyai cuando se fue.
Kinto: ¿Sigues pensando en el oscuro?
Ella asintió sin apartar la mirada al horizonte.
Kinto: Nunca pensé que él se cruzara con el chico luz, por eso se tardó tanto cuando lo mandé a buscarte.
Shindra: No sé qué tipo de conversación hayan tenido como para que Leyai le cayera bien ese chico, pero siento que es porque es un gemelo igual que él y es el único que lo entiende.
Kinto: No hemos sabido de ellos desde hace tiempo, nosotros no podemos ir allá, sólo ellos vienen hacia acá.
El soldado de tierra aterrizó en el balcón.
Kinto: ¿Dónde está?
Cronh: En su guarida, dentro de la cueva en la tierra muerta.
Shindra: ¿Tierra muerta? ¿Eso existe?
Kinto: Sí, está algo lejos, pero existe.
-¡Ah, caray! Me falta por conocer más este mundo… - pensó la chica.
Shindra: ¡Espera! ¿Leyai está en ese lugar muerto?
El maestro tierra asintió con un ligero rubor.
Shindra: ¡Oohh! No soy la única preocupada por él…
El ojos marrones se ruborizó completamente y miró hacia el horizonte para no ver la cara de burla de la chica.
Shindra: ¿Puedo ir a verlo?
Kinto y Cronh: ¡¿Qué?!
Los chicos se sorprendieron por la iniciativa de la humana.
Shindra: ¿Qué? Es buena idea, además todos queremos saber qué ha sido de él, siempre está vagando por el castillo haciendo sus bromas o siendo de apoyo para todos… les hace falta, lo sé.
Ambos usuarios de tierra se avergonzaron muchísimo porque la chica tenía razón, les hacía falta lo entrometido del ojos rojos para vivir en armonía.
Kinto: D-de acuerdo… Cronh, llévala hacia allá.
Cronh: Sí, maestro.
El soldado cargó a la chica en sus brazos y se fue volando hacia el paradero del oscuro. Más tarde, Cronh la dejó frente a la cueva y le dio un beso en la mejilla.
Cronh: Sé que el maestro Leyai no te hará nada malo, pero ten cuidado donde pisas y por donde vas, el interior es un laberinto.
Shindra: De acuerdo, lo tomaré en cuenta.
El ojos cafés se alejó volando para que su presencia no molestara al gemelo rojo. Shin caminó y se adentró a la cueva, estaba llena de estalinistas y estalagmitas por todas partes, como una gruta del mundo humano. La ojos azules caminó despacio, su cuerpo estaba bien, pero no quiso esforzarse de más para recuperarse más pronto, - ¿dónde estará Leyai? No me gustó verlo así de cabizbajo… - pensó ella, siguió su camino y se impacientó al ver un camino lleno de baches y hoyos profundos, - ¡ay! ¡Qué fastidio! – se enojó, usó algo de poder de tierra y pudo emparejar el suelo, - ¡cielos, sí me salió! – sonrió para sí. Continuó avanzando a paso lento, no veía por ninguna parte alguna abertura, habitación o lo que fuera, sólo un camino largo que necesitaba urgentemente unas lámparas en lugar de un fuego opaco y sin calor, - ¡no saldré de aquí hasta encontrarlo! – se decidió.
Tras otros minutos caminando no encontró final del camino, eso se le hizo sospechoso y regresó unos metros hacia atrás, - de seguro sabe que estoy aquí y solo está tratando de esconderse… - tocó la piedra y siguió avanzando hacia atrás. En un punto exacto sintió algo hueca la roca, puso su oído en el muro y escuchó un ligero ruido como de viento, - creo que es aquí… - se separó de ahí y con poder de tierra abrió el pasadizo que la llevó a otro camino, entró y continuó caminando. Tras otros minutos vagando, encontró una puerta vieja y algo desgastada por los años, la abrió y se metió en una oscuridad profunda, no dejó tocar el muro mientras confiaba en su andar para no caerse o lastimarse, - qué oscuridad… no puedo ver mi mano siquiera… en estos momentos quisiera tener al foco de Tehn para iluminar el camino… - pensó sarcásticamente, luego vio un domo donde la luz del cielo entraba en esa oscuridad, se acercó hasta estar debajo y notó un ligero movimiento en la penumbra de adelante.
Shindra: ¿Leyai?
No se escuchó ningún ruido, pero la castaña podía ver un contorno levemente más claro que esa densa sombra, con cuidado y confiada en su vista, Shin se acercó, estiró el brazo para saber donde estaba el ojos rojos y al fin pudo tocarlo, él estaba sentado abrazando sus rodillas, ella no dijo ni una palabra y solamente de inclino hasta estar a su altura para darle un abrazo que sabía que necesitaba. El gemelo alzó sus brazos y le correspondió casi de inmediato a la humana, el aroma a lavanda perfumó la zona al saber que había encontrado al perdido, ella le dio un beso en su cabeza para decirle que todo estaba bien. Tras casi veinte minutos de estar así, la castaña sintió que Leyai hizo un movimiento rápido y la sentó sobre su regazo con sus piernas juntas estiradas hacia un lado, ella se acomodó en el pecho del oscuro y sintió el latir de su corazón.
Leyai: Gracias por venir hasta acá.
Shindra: Gracias por poner tus trampas para que nadie te pudiera encontrar.
El ojos rojos se rio levemente.
Leyai: ¿Sabías que aquí es donde quería traerte cuando intenté atraparte?
Shindra: Ah… ¿no está muy oscuro? No te hubiera visto desnudo con esta penumbra…
Leyai: La habitación está más al fondo… me dio tanta vergüenza haber traído a Cronh como mi primera visita a esta cueva… no contaba con los giros de la vida.
La chica se rio al pensar en la cara que puso el ojos rojos cuando trajo al soldado café.
Shindra: No siempre se obtiene lo que se quiere, pero llega de otra manera y es mejor.
El oscuro abrazó más a la chica y sonrió al tenerla a solas con él.
Leyai: Así como ahora, estoy contento de que vinieras a buscarme.
Shindra: Cronh me trajo, es que Kinto te extraña y lo mandó a buscarte para saber dónde andabas, yo solo pedí que me trajera para hacerte una visita.
Leyai: ¿Quién lo diría? Kinto me quiere… a su fría manera…
Ambos se rieron por la extraña forma que tiene el maestro tierra de demostrar fraternidad.
Shindra: ¿Te parece si regresamos al castillo? Se siente tan solo cuando no estás…
Leyai: ¿Eso piensa Kinto?
Shindra: Sí, se ruborizó cuando le dije que no era la única que estaba preocupada por ti.
Leyai: ¡Ay! Estuviera genial para una foto… como la que sacaste de mí y los cuatro soldados en el mundo humano.
La chica se burló al recordar las caras largas que pusieron los cuatro al ver esa super foto en la exposición de la escuela.
Shindra: Por cierto, Fumiko tiene un regalo para ti, dijo que los pastelillos estuvieron muy ricos y quiere compensártelo con un detalle.
El oscuro sonrió de manera burlona.
Leyai: ¡Qué bueno que le gustaron! ¿Sabes si a Amei y Tafy piensan lo mismo?
Shindra: Amei dijo que quería más porque la hacían sentir feliz por el sabor, Tafy dijo que se las comió en una crisis de nervios antes de decirle ‘si’ a la propuesta amorosa de Mako.
Leyai: ¡Ah! ¿Ya salen juntos?
Shindra: Sí, ya son… novios… cortejantes en el idioma de este mundo…
Ambos sonrieron felices y el aroma a chocolate del oscuro empezó a emerger.
Leyai: Creo que les haré más a ellas, les puse diferentes sabores a su gusto, creo que por eso Amei quiere más.
Shindra: Entonces, ¿volvemos juntos?
Leyai: Mmmm… pero apareceremos en mi habitación, ¿de acuerdo?
Shindra: Está bien.
El ojos rojos se levantó cargando en brazos a la chica y ambos se hundieron en la sombra. A los pocos minutos aparecieron en la habitación del gemelo, dentro del castillo. Leyai puso a la chica en su cama y ella notó que él había llorado antes de que llegara a su escondite, por lo que tocó sus mejillas de manera preocupada.
Leyai: No te preocupes, a veces los expertos en algunas cosas deben desahogarse, como los psicólogos que van con otros psicólogos para sacar el estrés que les generan cada paciente que van a visitarlos.
Shindra: Entonces date una lavada de cara para que nadie más se entere.
El ojos rojos asintió y se metió al baño, tomó esa agua negra y mojó su cara, cuando terminó se secó con una toalla y salió.
Leyai: ¿Mejor?
Shindra: ¡Muchísimo! Ahora sí podrás salir como si nada… ¡promételo!
Leyai: De acuerdo, como si nada hubiera pasado.
El cabellos azabache se sentó a un lado de la humana, tomó su mejilla y la giró para besarla en los labios, ella le correspondió enseguida, hasta que, después de un minuto, la puerta del oscuro fue abierta de par en par por su gemelo, quien los sorprendió en medio beso inocente.
Tayue: ¡¿Ah?!
Los dos cortaron el beso, miraron con extrañez al mayor y la chica se levantó.
Shindra: Amm… H-hola, Tayue…
Tayue: ¡Leyai, idiota! ¡Creí que estabas perdido! ¡Llevo horas buscándote!
Leyai: ¿En serio? He estado aquí todo el tiempo…
Tayue: ¡No es cierto! ¡Aquí fue el primer lugar en donde te busqué!
Leyai: Ah… entonces fue cuando me metí al baño…
Tayue: ¡Tampoco estabas ahí!
El ojos rojos se rio y también se levantó.
Leyai: Tranquilo, fui a dar un paseo, eso es todo…
El primogénito se lanzó a darle un abrazo a su gemelo, la morena sonrió y caminó discretamente para irse de ahí cerrando la puerta al salir.
Tayue: ¡Eres un tonto! ¡Creí que te habías ido para no volver!
El gemelo azul lloró mientras seguía abrazándolo.
Tayue: ¡Lo siento! ¡Perdón por no haberte dicho nada!
El oscuro sonrió y le devolvió el abrazo a su hermano.
Leyai: No te preocupes, tenías una buena razón. También me excedí al preguntarte algo tan crudo, mi curiosidad siempre me gana y ocasiona problemas.
Tayue: Espero que mi tristeza pueda levantarte el ánimo…
El segundo gemelo se rio por eso. En otra escena, en el mundo humano, una chica corría por las calles de su ciudad, era de noche y nadie caminaba por ahí. Dio vuelta hacia una calle transitada de autos y por poco es arroyada, algunos cláxones sonaron para que ella reaccionara por dónde iba, pero la joven ignoró eso y siguió corriendo por la avenida. Tras minutos de correr, la mujer de cabello negro y largo no sabía donde estaba, se había alejado de los sitios conocidos sin darse cuenta, los edificios parecían abandonados y uno que otro perro callejero deambulaba por ahí, - ¡demonios! ¿Ahora hacia dónde corro? – se preguntó asustada, - no le debo dinero a nadie, ¡¿por qué me están siguiendo?! – rezongó.
Volteó a todos lados y no vio a nadie, tratando de guardar la calma y tomar aire, caminó hacia la civilización, estaba alerta en todo momento, tomó un pedazo de tabla que estaba recargada en una cerca alta y se armó con ella, - sea quien sea voy a darle un buen golpe… - pensó valiente, continuó caminando lentamente girando todo el tiempo, sus manos temblaban y sus piernas ya no podían correr más, - ¡quiero ir a casa! ¡No debí salir hoy! – se enojó con algunas lágrimas en los ojos, volteó de nuevo al escuchar un ruido y vio cómo un gato sacaba algo de un bote de basura y se iba corriendo, - ¡estúpido gato! – bajó un poco la tabla mientras retrocedía, pero alguien tomó esa arma por detrás y se la quitó, asustándola aún más.
Volteó a todos lados y no vio a nadie, tratando de guardar la calma y tomar aire, caminó hacia la civilización, estaba alerta en todo momento, tomó un pedazo de tabla que estaba recargada en una cerca alta y se armó con ella, - sea quien sea voy a darle un buen golpe… - pensó valiente, continuó caminando lentamente girando todo el tiempo, sus manos temblaban y sus piernas ya no podían correr más, - ¡quiero ir a casa! ¡No debí salir hoy! – se enojó con algunas lágrimas en los ojos, volteó de nuevo al escuchar un ruido y vio cómo un gato sacaba algo de un bote de basura y se iba corriendo, - ¡estúpido gato! – bajó un poco la tabla mientras retrocedía, pero alguien tomó esa arma por detrás y se la quitó, asustándola aún más.
Horas atrás…
Una joven delgada, de ojos amarillos mostaza, cabello negro y largo salía de su casa con su celular en la mano, estaba entretenida mandando mensajes en lo que caminaba en su gran jardín, sonrió y guardó su aparato, abrió la reja y caminó hacia su destino. Ella se puso sus audífonos para escuchar música y que su caminata fuera más placentera, le gustaba andar en la calle sin tener un rumbo fijo, pero hoy tenía una cita en un concierto callejero, por lo que estuvo paseando durante una hora disfrutando de su soledad. Después se detuvo en una cafetería, pidió para llevar un café con canela y salió del establecimiento, se sentó en el parque de enfrente y disfrutó su bebida. – Hoy el clima es mejor que ayer… - pensó ella, luego alguien se sentó en el otro extremo de la banca para leer el periódico, - habiendo tantas bancas tuvo que sentarse aquí… - se molestó un poco, pero siguió con su bebida.
…: Lin…
La chica se extrañó y se quitó sus audífonos.
Lin: ¿Perdón?
El joven siguió leyendo el periódico y notó que ella lo miraba.
…: ¿Sí? ¿Puedo ayudarte?
Lin: N-no… no, disculpa…
La chica se levantó para seguir caminando, mientras los ojos verdes del lector del periódico la veían alejarse. – Eso fue muy raro… - se dijo la chica, - creí que me hablaba… - se puso de nuevo los audífonos y subió el volumen. Tras un rato de andar casi perdida llegó hasta un lago donde había patos, ella recordó cuando iba de niña a alimentarlos, pero creció y eso ya se le hacía un juego de niños, - los patos sólo se acercan a los niños… ¿por qué será? – pensó al ver cómo un niño reía al ver un pato tan cerca de él, suspiró y notó que al otro lado había un chico de cabello rosa y ojos cafés sonriéndole a los patos, estos se acercaron a él y el chico pudo acariciarlos, - ¡wow! Esos animales me mordieron una vez por tratar de acariciarlos… - arqueó una ceja al recordarlo, el chico levantó la mirada hacia la chica y le sonrió, eso la incomodó completamente y se alejó de prisa.
-Debe ser un tipo muy confiado… me dio algo de escalofríos cuando me sonrió… - pensó mientras el rosado la veía irse caminando. Lin llegó hasta el sitio donde iba a presentarse el concierto callejero, todo estaba siendo instalado para el grupo y algunas personas ya estaban sentadas para apartar lugares, - ¡genial! Llegué a tiempo para tomar un lugar… - se emocionó, fue hasta una jardinera para ver a los músicos por un costado y se sentó.
Chico 1: ¡Ven, aquí hay dos lugares!
…: ¡Genial!
Esos dos jóvenes se sentaron a un lado de la ojos amarillos, el que se puso junto a ella era un chico de cabello azul claro y corto, con ojos grises, sacó algo de su mochila y sin querer tiró un papel de un folleto que decía “LINGÜÍSTICA”, pero el chico había tachado las últimas ocho letras, quedando la palabra “LIN”, eso extrañó mucho a la chica y el joven tomó rápidamente su folleto.
…: ¡Perdón! No hay que dejar basura aquí…
-¡¿Qué carajos…?! – se asustó la chica y mejor se cambió de lugar para quedar al frente del espectáculo, - ¡Eso fue mucho más raro que el sujeto con el periódico! – se paniqueó. Tras media hora esperando, los músicos empezaron a llegar y a sentarse con sus respectivos instrumentos, - ¡genial! Esto me va a distraer de los demás… - sonrió feliz.
Cantante: ¡Buenas tardes, público!
Todos: ¡Buenas tardes!
Cantante: ¡Hoy nuestro bajista no pudo venir, pero mandó un gran reemplazo! ¡Con ustedes, Zenitsu!
Un chico de ojos plata y cabello negri-azul y corto saludó a todos con seriedad, se puso la guitarra y asintió como respuesta de estar listo - ¡es muy lindo! – se emocionó Lin, - tiene unos ojos muy llamativos… - se ruborizó al ver ese semblante frío en él.
Cantante: ¡Está canción fue compuesta tan solo ayer, espero que la disfruten!
El publico aplaudió y los sujetos empezaron a tocar. La ojos amarillos escuchaba la melodía ignorando la letra, sólo le importaba la música en la calle.
…: Lin…
La chica se alarmó, volteó y todos estaban animados con la canción, - esta vez no tengo los audífonos y escuché a alguien llamarme… - pensó extrañada, sacudió su cabeza y volvió a prestar atención al concierto, puso atención a la letra y luego se asustó al saber que hablaba de ella, de su cabello negro y sus ojos amarillos, - ¡¿qué rayos…?! – se levantó mientras el bajista la miraba con una ligera sonrisa, ella lo captó y mejor se fue de ahí. Más tarde se metió a un restaurante y pidió algo para comer, - ¿por qué ese chico me veía? – pensó con duda, - o tal vez veía a la que estaba detrás de mí… igualmente parada… - se convenció, en minutos un sándwich llegó a su mesa junto con un vaso de agua de Jamaica.
Lin: Gracias…
…: De nada… Lin…
La chica se asustó, miró al mesero y el chico de ojos azules y cabello rojo le sonrió para después retirarse a atender otra mesa, - ignoraré ese estúpido comentario porque tengo hambre… ¡luego me largo de aquí! -. Así lo hizo, comió su emparedado, dejó unos billetes en la mesa sin importarle si era de más y salió corriendo del restaurante para no volver a cruzarse con ese mesero que sabía su nombre. La chica sacó su celular para ver la hora y notó que era temprano, - seis y media… creo que tengo tiempo para un trago… - asintió, tras media hora caminando encontró un antro y se metió mostrando su identificación como persona adulta, había demasiado ruido en la parte de abajo y subió a la terraza, se sentó en una mesa y pidió su bebida favorita, una margarita.
A los pocos minutos el mesero se la llevó y se fue, - todo se ve bonito desde aquí arriba… - sonrió para darle un sorbo a su bebida. Después de un rato un chico de cabello gris y ojos púrpura se sentó en la mesa de enfrente, Lin lo vio y lo ignoró por completo, - es guapo, pero no es mi tipo… - pensó para seguir bebiendo. Una hora más tarde la chica ya se había tomado tres margaritas y notó que el tipo no había pedido otra bebida mas que la primera que solicitó, - ¿viene a un antro y no bebe? – pensó al ver que el joven no había probado su margarita desde hacía rato, - cada vez hay más gente extraña en estos días… - pensó.
Lin: ¡Oye, tú!
El ojos púrpura la vio y se señaló.
Lin: ¡Sí, tú! ¿Por qué no has bebido? Llevas un rato con tu margarita sin probar…
…: Lo siento, es que no bebo…
-¡¿Y qué diablos hace con una copa?! – pensó sin mostrar emoción, se extrañó que tres bebidas la hubieran puesto mareada y pidió la cuenta. Al pagar se levantó y sintió que se le movió el piso, - ¿sólo por tres margaritas? – se volvió a sentar, - soy buena bebedora… tres margaritas no son nada… - pensó, luego vio que el chico de enfrente se levantaba con su bebida y se sentó en la mesa de ella.
…: Oye, ¿estás bien?
Lin: S-sí… sólo necesito un momento…
La chica podía hablar bien, pero se sentía un poco ebria, cerró los ojos y al abrirlos ya estaba caminando en la calle, de la mano del sujeto que había visto en el antro, - ¡¿Ah?! – se alarmó, ya no sintió el alcohol en su cuerpo e inmediatamente se zafó de él.
Lin: Pero… ¿qué…?
…: ¿Qué pasa? ¿Ya no quieres que te lleve a tu casa?
La cabellos negros no entendía como de un pestañeo ya estaba de la mano de un desconocido.
Lin: N-no… ya me siento bien y puedo irme por mí misma…
Caminó rumbo a su casa, vio las calles y notó que estaba en un barrio casi abandonado, - ¿A dónde planeaba llevarme este idiota? – pensó molesta, - ¡mi casa es hacia el otro lado! – avanzó unos metros y vio a alguien recargado en unas escaleras, lo miró bien y notó que era el mismo chico del periódico, guardó la calma y siguió recto, - ¡no puede ser! – empezó a asustarse, luego vio en la otra acera al mesero del restaurante, viéndola fijamente, - ¡al diablo! Mejor corro antes de que me pase algo… - aceleró hasta correr, al avanzar notó que los tres la seguían desde atrás, - ¡¿qué rayos quieren?! ¡Jamás los había visto! – siguió corriendo hasta que chocó con alguien, quien detuvo su caída, ella lo vio y notó que era el chico rosado, ella se soltó de él y continuó corriendo - ¡¿qué está pasando?! – se preguntó muy asustada.
Ella dio vuelta hacia una calle transitada de autos y por poco es arroyada, algunos cláxones sonaron para que reaccionara por dónde iba, pero la joven ignoró eso y siguió corriendo por la avenida. Tras minutos de correr, la mujer de cabello negro y largo no sabía dónde estaba, se había alejado de los sitios conocidos sin darse cuenta, los edificios parecían abandonados y uno que otro perro callejero deambulaba por ahí, - ¡demonios! ¿Ahora hacia dónde corro? – se preguntó asustada, - no le debo dinero a nadie, ¡¿por qué me están siguiendo?! – rezongó.
Volteó a todos lados y no vio a nadie, tratando de guardar la calma y tomar aire, caminó hacia la civilización, estaba alerta en todo momento, tomó un pedazo de tabla que estaba recargada en una cerca alta y se armó con ella, - sea quien sea voy a darle un buen golpe… - pensó valiente, continuó caminando lentamente girando todo el tiempo, sus manos temblaban y sus piernas ya no podían correr más, - ¡quiero ir a casa! ¡No debí salir hoy! – se enojó con algunas lágrimas en los ojos, volteó de nuevo al escuchar un ruido y vio cómo un gato sacaba algo de un bote de basura y se iba corriendo, - ¡estúpido gato! – bajó un poco la tabla mientras retrocedía, pero alguien tomó esa arma por detrás y se la quitó, asustándola aún más, - es… el bajista… - lo reconoció, a él se le unieron los otros cuatro que la perseguían y todos se le acercaron.
Lin se asustó muchísimo y siguió corriendo, dio la vuelta hacia un callejón, pero se detuvo a la mitad cuando el ojos púrpura y el ojos verdes le cerraron el paso, se regresó y los otros tres ya estaban bloqueando la salida.
Lin: ¡¿Qué quieren?! ¡No le debo dinero a nadie! ¡Déjenme en paz!
…: No estamos aquí por dinero.
…: Venimos por ti.
…: No corras o será peor.
Lin: ¡Aléjense de mí!
Un chico de cabello verde y ojos miel brincó la cerca alta para aterrizar a espaldas de la chica, la abrazó para detenerla, brotó sus colmillos y la mordió, ella sintió como un líquido entraba por su cuerpo y dejó de forcejear, un par de lágrimas salieron de sus ojos y se dejó caer de rodillas, el joven la liberó y retrocedió, Lin volteó a verlo para descubrir unas alas de murciélago de color café en la espalda de quien la había dado la dentada.
Lin: Pero, ¿qué…?
A la chica le empezó a doler la cabeza, el mareo de haber bebido alcohol regresó a ella, - ¿por qué…? ¿Por qué me siento ebria de nuevo…? – pensó para después desmayarse.
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