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Tú Amor Me Curó

Amarga soledad

Isabella sthorn era una joven de 19 años, media 1.60, era de tez blanca, sus ojos eran azules como el cielo, sus labios rosados carnosos, podrían hacer que cualquiera se enamorara de ella. Sus cabellos eran como el oro puro y le llegaba hasta la espalda baja. Era tan hermosa que todos los chicos en su ciudad suspiraban por ella al verla pasar.

Pero los que muchos no sabían era de su inmensa soledad y tristeza que la acompañaba siempre.

Ella ya no le encontraba el sentido a la vida, solo pensaba en mil maneras en la cual podría morirse sin hacerle daño a su familia, ella creía que cuando dejara de existir todos a su alrededor serían más felices.

Era una chica solitaria, pues tenía pocos amigos, vivió la traición de personas a las que amaba con todo su corazón, y no confiaba en todos. Era reservada, pues, sus problemas solo los arreglaba ella, y nadie la comprendía porque lo tenía todo.

Su niñez fue dura, un padre alcohólico que golpeaba a su madre cada vez que podía delante de ella. Una abuela que intento envenenarla, y un tío que se mataba con su padre cada vez que podía y la maltrataba a ella, y muchas cosas más que vivió hasta que llegó a ser la joven que hoy es: una joven estudiante de medicina con una familia un poco complicada pero rehabilitada, y en busca de un empleo. Pero no veía lo que tenía a su alrededor por andar sumergida en el pasado.

Todos estos sucesos hicieron que ella cayera en una depresión silenciosa, su sonrisa iluminaba todo el lugar, pues sus dientes blancos y alineados eran perfectos pero sus ojos denotaban una tristeza profunda que solo pocas personas o casi nadie notaba lo que escondía en esa sonrisa.

Su familia era de un pueblo pequeño llamado Sevilla, eran conocidos en su comunidad pero ella no quería solo eso ella soñaba con entrar en la mejor universidad, graduarse de medicina y luego hacer una especialización en cardiología, trabajar hasta poder tener su propia clínica y ayudar a su familia a tener una mejor vida, pero ella sabía que eso no se podía si iba a estar toda su vida metida en ese pueblo. Por eso es que se preparó estudio muchísimo en la secundaria para tener las mejores calificaciones y que le dieran una beca en la universidad de Inglaterra. Sabría que si se esforzaba lo lograría, y así fue lo logro y ahora le tocaba trabajar para pagar el viaje hasta allá, alojarse en el hotel y poder trasladarse en la ciudad, pues, sabía que una vez estando allá tendría que buscar como vivir cómodamente. Tendría que buscar un trabajo que le permitiese estudiar. Pero tenía un gran problema y era eso de lo que no hablaba con nadie, pues eso no la dejaba dormir, no comía como debía y se desconcentraba a cada rato una vez había terminado la secundaria esa depresión silenciosa la fue sumergiendo más y más.

Pero todo eso fue cambiando cuando lo conoció a Él.

Él

Jeffrey Adams, un joven multimillonario dueño de las compañías multinacionales: Adams cosmétics C.A. Alto, guapo, ojos verdes, cabellos negros como la noche, tez clara, su rostro parece tallado por los mismos ángeles.

Era un joven brillante en lo que hacía, pero era un hombre amargado, todos en la empresa le tenían miedo pues tenía una fama de que destruía a todos aquellos que se atravesaban en su camino, el era un hombre egoísta que creía que todos debían estar bajo sus pies, que todos tenían que servirle y ayudarlo a el. No sé esforzaba en ayudar a NADIE, pues su corazón frío y egocéntrico creía que todos eran malos y que no merecían ayuda de nada, pues para él, el mundo solo te utilizaba cuando les convenía que los ayudarás y luego te botaban, por eso decía que: "ayudar a alguien era una causa pérdida las personas solo cambian cuando realmente quieren hacerlo y pues nadie se da cuenta de sus errores, así que nadie cambia, absolutamente NADIE". Eran los pensamientos que el tenía constantemente, por eso solo mantenía su distancia de las personas. Prefería que le tuvieran miedo a que le tuvieran cariño o compasión.

Sus hermanos eran sus mejores amigos pues Jhonson Adams y Katherin Adams compartieron con él sus mejores y peores momentos eran la trilogía de hermanos perfectos, ella una joven de ojos verdes, cabellera rojiza, altura 1.80, era sencillamente hermosa su sonrisa radiante hacía a todos los hombres suspirar a su paso

Él un hombre corpulento, cabellera negra, ojos verdes, tez blanca y altura 1.90 era el hombre ideal de todas las chicas.

Sus hermanos son los únicos que conocen al verdadero Jeffrey Adams y son aquellos que lo apoyan y de los únicos que recibe consejos.

Tuvo una infancia con una familia feliz, pero los desamores y las traiciones de familiares cercanos crearon en él a ese hombre que creía que nadie merecía su ayuda ni su compasión, por eso se encerró tras ese muro que solo mostraba lo que el creía conveniente mostrar al mundo.

Él vive en Inglaterra, es socio de una de las universidades más prestigiosas de ese país, él fue el principal en la idea de crear becas para personas de bajos recursos de pueblos en otros países. Estudia allí en el área de arquitectura es el mejor en su clase, lo que ellos no saben es que es socio de esa universidad, pues prefiere pasar desapercibido, aunque al igual que en la empresa infunde temor en sus compañeros por eso casi nadie se le acerca, solo las mujeres interesadas para salir con él y tratar de engancharlo, pero él solo se acuesta con ellas una noche y luego si te veo no te conozco, pues sabe que ninguna de esas chicas lo aman solo se le acercan por su dinero, tiene un amigo que se llama Horward es el único con el que comparte su presencia, y aunque no lo soporta mucho por las cosas que le dicen le tiene un cariño especial, pues ha mostrado ser fiel a él.

Pero todo cambia cuando la conoce a ella, la chica que hará que su mundo cambie totalmente

Amor a primera vista (1)

Isabella

¡Llegó el gran día! Me grita mi madre desde la cocina mientras arreglo las maletas. No voy a negar que me emociona un poco la idea de empezar una nueva vida como quien dice, lejos de este pueblo y caminando rumbo a mis sueños, espero poder hacerlos realidad y quitarme de encima esa tristeza que me quiere consumir, pero debo luchar por eso que anhelo y olvidarme de eso que quiere acabar con la poca alegría que me queda. Arreglo las maletas, las cierro y bajo, ella está en la cocina preparándome el desayuno y un lunch para mí, viaje.

Mi madre una mujer de cabello largo hasta la cintura de color castaño claro, mide 1.50, de ojos marrones claros, es una mujer cariñosa a veces suele ser un poco severa conmigo, pero es más el cariño que me da que lo severa que es conmigo, y la entiendo no es fácil lo que vivimos en esa época donde mi padre tomaba y la golpeaba debido a que mi abuela y su esposo le hablaban mal de mi madre a tal punto de que le hicieron creer que mi hermana Samantha no era hija de él, pero gracias al cielo salió igualita que él.

Ella nos da su amor a su manera, pues no tuvo una infancia con su madre porque la abandonó cuando solo tenía 9 años, y se crió solamente con su padre (mi abuelo), él fue un hombre un poco estricto y no le gustaba que ellas (mi madre y sus hermanas) salieran, pues decía que era peligroso. Era un hombre responsable y se la pasaba trabajando para darle lo mejor a sus hijas, lo que estaba a su alcance darles. Ella me dice que fue el mejor padre que pudo haber tenido, y ella es lo que es ahora gracias a ese hombre: una hermosa administradora de empresas.

-Isabella -me llama mi madre sacándome de mis pensamientos.

- sí, dime, mamá -le respondo, ya que no sé que me acaba de decir

- ¿no me escuchaste verdad? -me pregunta ella.

-no perdón, mamá estaba pensando en el viaje -le digo

-¿Qué pensabas del viaje? ¿Algo te preocupa? -me pregunta ella

- No, no es que preocupe algo, solo pensaba en lo que vivimos, y hacia donde va mi camino ahora -le digo

-Cariño, así es la vida, cambia de repente, yo no pensé que tu padre cambiaría de la forma que lo hizo y míralo ahora. -me dice ella- la vida es así mi amor. Cuando de verdad nos importa algo cambiamos por ello. Tu vida va a dar un giro de 360°, pero te adaptarás siempre has Sido así desde pequeña te adaptabas a los cambios rápidamente -me dice mientras me agarra la cara con sus manos.

- Si madre tienes razón, espero poder adaptarme, pero es que estando tan lejos yo sola, sin ti, no se me da como miedo estar tan lejos de ti. -le digo por qué realmente nunca me había alejado tanto de mi madre, que ahora que lo pienso me da miedo porque ya no tendré a mi apoyo y a esa mujer que me consuela a mi lado.

- mi hermosa niña siempre me tendrás a tu lado, mi bebé, podemos hablar por videollamada y sabes que siempre que me necesites allí estaré para ti, así estés al otro lado del mundo o donde el diablo dejo la chola. - Me dice mientras echa una risita.

Yo me río con ella, pues hacemos esto, ella me motiva con sus palabras y terminamos riéndonos con uno de sus chistes o dichos extraños que ella me dice.

- tienes razón madre. -le digo mientras la abrazo. - gracias por tus palabras, pero dime ¿qué me estabas diciendo cuando no te escuché? - le pregunto.

- ¡Aaahhh verdad!, que tu padre te va a llevar al aeropuerto, ya viene en camino para acá, así que arréglate rápido que consiguió el pasaje para ahorita las 9 y ya son las 7:30, así que apúrate para que llegues a tiempo. - me dice mientras pica el tomate rápidamente

Por un momento se me había olvidado que tenía que viajar, eso solo lo ocasiona mi madre el que yo me vaya viajando del tiempo mientras hablo con ella.

Subo corriendo por las escaleras, me meto en la ducha y después de un rato salgo, me visto, me peino y me echo brillo en los labios. No soy muy amante del maquillaje, así que solo me pinto un poco los labios para esconder mi tristeza.

-Isabellaaaaaa. - grita mi madre mientras tomo mis maletas y bajo corriendo las escaleras

-Dime madre, ya estoy lista - le digo en lo que llegó al final de las escaleras.

Nos abrazamos, lloramos y mí padre me lleva al aeropuerto, allí se despidió de mi, dijo que nos volveríamos a ver en lo que ellos logren viajar, a dónde yo estoy, y yo le dije que cuando pudieran me llamarán, que los extrañaré mucho, lloró, me deseo lo mejor y se fue

-Pasajeros del avión 312 con destino a Inglaterra por favor abordar el avión. - dice la voz de una mujer por un parlante.

Entrego mis maletas y subo al avión, me siento al lado de una señora muy linda físicamente, pero ya algo mayor, el avión despega y mientras más pasan las horas más segura me siento de lo que estoy haciendo a la vez que me entra el pánico de estar en una ciudad yo sola.

Estoy tan metida en mis pensamientos que no me doy cuenta de que alguien me está hablando. Cuando volteo a ver quién es veo a la Señora que está sentada a mi lado

- Hola señorita, me llamo Martha - me dice la señora a mi lado.

- Hola señora, mucho gusto, mi nombre es Isabella. - nos dimos la mano

la señora me miraba de manera extraña, me estaba poniendo incómoda cuando de repente me dice algo que me dejó extrañada:

-El viaje que ahora haces, era necesario para el nuevo capítulo en tu vida. - me dice ella.

-Claro, es algo nuevo para mí, podría decirse que es un nuevo capítulo en mi historia. -le digo impresionada por sus palabras, pues ella no me conoce

-No me has entendido- me dice poniéndome nerviosa- Este viaje te hará encontrarte con tu destino y tu destino sanará ese triste corazón. - me dice ella mientras señala con su dedo índice el centro de mi pecho.

-Señora, me está asustando, no diga cosas raras, yo solo voy a estudiar y a cumplir mis sueños, esas cosas de encontrarte con tu destino solo pasa en las novelas. - le digo, pues así es.

-La vida da sorpresas mi niña. - se levanta como si fuera hacia al baño.

Agradezco al cielo que se haya levantado, pues sus palabras no ayudaban a mi nerviosismo.

Después de 1 día y 12 horas llega el avión al aeropuerto, me bajo tomo mis maletas, llamo a un taxi y me dirijo hacia el apartamento que alquile a través de internet allá en mi pueblo.

Llegó y el apartamento no se parece en nada al de la foto, pues las paredes están un poco deterioradas, y el piso rechina al caminar. Debí imaginarlo cuando lo vi tan barato, pero será mientras consigo un trabajo y empiezo la universidad. Tendré que comprar un candado por si acaso, pues no está ubicado en el mejor lugar de la ciudad, cuando venía podía ver las paredes llenas de graffiti, y a personas en situación de calle que peleaban por la comida, el taxista me dijo que no anduviera por esa zona tan de noche, pues era peligroso, y ahora veo porque lo decía. Dejo mis maletas en el piso, la señora que alquila me dijo que en el edificio no vivían muchas personas, pero que las que estaban eran ruidosas así que no me alarmara si escuchaba cosas raras.

Acomodo la ropa y mis cosas en dónde van, pues no me gusta el desorden, arreglo la cama con las sábanas que me metí en la maleta y me acuesto a descansar del viaje, luego de haberme duchado. Estoy acostada cuando escucho unos gritos en el piso de arriba y como salen corriendo. Me asustó, pero recuerdo lo que me dice la señora de no alarmarme que era normal en ese edificio.

Intento conciliar el sueño cuando alguien golpea mi puerta...

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