El amor no es algo con lo que se pueda lidiar fácilmente, Tatiana es una joven que vivía bien, su padre era un buen empresario, sin embargo, su padre cometió el error de confiar en alguien que no debía y fue estafado al invertir en un proyecto que lo llevaría a la ruina.
Las deudas lo sobrepasaban de tal forma que tuvo que renunciar a su buena vida, su esposa no soporto tal estilo miserable de vida y terminó por suicidarse, Tom ahora era un hombre endeudado y con una hija la cual necesitaba educación y atención.
Tatiana al cumplir los 17 años comenzó a trabajar para ayudar a su padre, Tom se sentía culpable, su hija vivía de forma deplorable por su culpa, ni siquiera podían costear una universidad por lo que la posibilidad era que Tatiana abandonará sus estudios y trabajará.
Lo que más atormentaba a Tom es que no podía deshacerse de sus deudas, era casi imposible, ya que sin importar cuanto dinero logrará reunir, la deuda seguía creciendo mes a mes.
Por otra parte, Leon Frits, el segundo hijo del mafioso más reconocido de país, al menos por aquellas personas de mala vida, de raíces alemanas y podría considerarse un mestizo.
Leon siempre gozo de una buena vida, su padre jamás le exigió algo exagerado, este había crecido y se había convertido en un hombre atractivo y deseado, sin embargo, su padre murió y alguien debía tomar su lugar, lógicamente debía ser Lothar, el hermano mayor de Leon.
Eso era lo correcto, pero no lo ideal, la regla de la familia era simple, el heredero debía ser alguien con al menos un año de matrimonio y después de al menos tres años este matrimonio ya debía poseer un heredero, esto con el fin de asegurar al siguiente heredero y también una sana unión en la familia.
El tío de León, Otto, deseaba tomar el sitio de su hermano, quería poseer la mafia, pero Leon y Lothar no lo querían, sabían que todo se iría a la ruina si su tío tomaba su lugar, Lothar estaba a cargo de todo al menos por un año y medio hasta que se casara, de lo contrario todo sería pasado a manos de su tío.
La mayor problemática en esto es que Lothar es gay, no tiene pareja, pero no desea casarse con una mujer, pero Leon tuvo una buena idea, él se casaría y cumpliría con las peticiones familiares, sin embargo, Lothar continuaría con el legado familiar.
Leon estaba confiado, su novia lo amaba, claro, esto según él, Natalia era su novia desde hacía casi dos años, al proponerme matrimonio está acepto de forma inmediata, sin embargo, no pasó ni siquiera un mes cuando esta mujer huyó junto a su amante, al parecer Leon había sido usado por Natalia.
Esta había dejado únicamente una nota diciendo que a pesar de todo, ella amaba al hombre con el que huyo, por más que amará a Leon no era suficiente, el dinero y comodidad que le proporciono por un tiempo fue agradable, pero no suficiente.
Leon estaba destrozado, su corazón había sido pisoteado hasta dejarlo hecho añicos, a raíz de esto Leon se volvió frío y distante, pero aun así debía seguir buscando a una esposa al menos para cumplir con las exigencias de su familia, no podía permitir que su tío tomará su lugar.
Volviendo con Tatiana, esta cada vez tenía menos tiempo, debía cumplir con tres trabajos parciales, había hecho tantas cosas que últimamente estaba dando clases de artes marciales, en la escuela y preparatoria Tatiana incluso fue campeona internacional en artes marciales y probó el boxeo, pero no duró más de un año y medio por falta de tiempo.
Su padre estaba cada vez más estresado, incluso llegó a verlo en muchas ocasiones llorar hasta quedarse dormido, esto sucedía cuando ella “dormía”, pero estaba tan preocupado por su futuro y el de su padre que a veces dormir era un reto.
Tatiana era fiel a su creencia de que el dinero no compraba la felicidad, pero en los últimos años el dinero solucionaría muchos de sus problemas, no por ella, sino por su padre, deseaba verlo dormir en paz sin preocupación alguna, pero hasta ahora era casi imposible.
Uno de los mayores miedos de Tatiana era que a causa de la desesperación y el dolor su padre decidiera darle fin a su vida, era la única familia que tenía y se sentía realmente inútil por no poder ayudarlo o al menos alivianar la carga sobre la espalda de este.
Los días eran cada vez más tormentosos, lo que también hacía deprimir a Tom era el hecho de que su hija no tuvo una adolescencia digna, tampoco pudo tener amigos, primero por culpa de su falta de tiempo, Tatiana busco un trabajo a penas cumplió los dieciséis años, en segundo el hecho de no tener dinero, mientras otros comparaban helados o salían, Tom jamás pudo pagar una salida de su hija y por último, Tatiana jamás tuvo buena ropa, al menos no para salir a lugares extravagantes.
La vida a veces no es justa, sin embargo, Tatiana y Tom se acostumbraron a batallar juntos para salir adelante, algo que Tom tomaba muy en cuenta era el simple hecho de que su hija nunca se quejó, ni una sola vez le hizo algún reclamo o queja sobre su forma de vivir.
Tatiana comenzó a buscar mejores opciones de trabajo, sin embargo, no tenía la edad o experiencia suficiente, su forma de vivir no le permitiría estudiar en una universidad y eso le preocupaba mucho, pues, los mejores los mejores trabajos solo podría tenerlos con un buen título o al menos mientras estudiaba.
La vida era difícil e injusta, pero la vida de Tatiana cambiaría muy pronto, mucho antes de lo que ella creería, la cuestión era descubrir como se adaptaría ella a esos cambios, mucho más importante, pronto ella tendría que tomar decisiones muy difíciles en el momento en el Leon llegará a su vida ¿Qué depara el futuro para ellos?
La mañana era relativamente tranquila, a excepción del fuerte olor a café que había en toda la cocina, desde muy temprano Tatiana estaba en la cafetería en la que trabajaba a medio tiempo.
Su jefa era una mujer mayor la cual tenía más de un local, sin embargo, a pesar de tener un montón de empleados estimaba mucho a Tatiana por su esfuerzo y le proporciono un horario un poco más flexible, eso sí, cuando Tatiana debía hacer horas extras los fines de semana no debía quejarse, aunque claro, estás horas extra eran pagadas por lo que no había razón para quejarse.
—Tatiana… hoy puedes irte a las diez, no es necesario que te quedes, mi esposo enfermo y voy a cuidarlo.
—Está bien –Dijo Tatiana con una voz un poco adormilada– espero que su esposo mejore.
—Ojalá, se ve muy cansado, bueno, iré a checar a los demás.
Trabajar en la cafetería era lo más tranquilo en la vida de Tatiana, el ambiente laboral era agradable y se llevaba muy bien con sus compañeros, actualmente Tatiana no estaba estudiando por lo que al salir de la cafetería a medio día se pasaba a dar clases personalizadas a varios niños, en su mayoría hijos de sus vecinos y al finalizar pasaba rápidamente por su casa, posteriormente iba al bar en que trabajaba desde la seis hasta las doce.
Su vida era ajetreada y estresante, pero ya estaba acostumbrada a tal ritmo de vida, por su parte, su padre trabajaba como un asalariado común en una oficina, tenía una paga decente, pero no era suficiente.
Tatiana siguió su agenda, pero como logró salir antes del café durmió un rato antes de ir a dictar clases, horas después al llegar al bar fue recibida por sus compañeros.
Su jornada era relativamente tranquila, ya que los borrachos hacían mucho más alboroto después de las dos de la madrugada, su padre no estaba de acuerdo con el trabajo en el bar, pero Tatiana fue insistente, conseguir el trabajo tampoco fue fácil por el hecho de que ella aún tenía diecisiete años.
Tatiana comenzó a trabajar tranquilamente hasta que casi a las once y media un hombre comenzó a ser fastidioso e insistente.
—¿Podrías darme tu número preciosa?
—No puedo señor –Dijo Tatiana sumamente fastidiada– ¿Desea algo más?
—Por favor, no te hagas la difícil, se ve que necesitas dinero, yo puedo dártelo, solo debes divertirte.
Tatiana se sintió ofendida por tal insinuación, miró al hombre frente a ella con desagrado y procedió a alejarse mientras lo ignoraba. Aquel hombre era insistente por lo que no quiso dejar ir a Tatiana y la sujeto fuertemente de la muñeca, el olor a alcohol que ese hombre emanaba hizo que Tatiana sintiera náuseas y repulsión. Aquel hombre buscaba pegar más a Tatiana y con su otra mano intento acariciar la espalda baja de esta.
—¡Suélteme!
Tatiana forcejeó hasta soltarse, aquel hombre se lavan yo y sujeto la mano de Tatiana con más fuerza, este la miró de forma amenazante, Tatiana sostuvo la mirada y volvió a soltarse, con la charola vacía que llevaba en su otra mano golpeó el rostro de aquel hombre.
Cuando aquel hombre quiso regresarle el golpe a Tatiana esta tomó la charola aluminio con ambas manos y golpeó a aquel desagradable desconocido varias veces hasta dejarlo en el suelo, se subió sobre él y siguió golpeándolo, las personas la miraban y no se atrevían a acercarse.
Cuando Billy, uno de sus compañeros la vio se alarmó y fue a separarla de aquel hombre, casi recibe un golpe al momento de cargar a Tatiana.
—¡Espera! –Gritó mientras forcejeaba en un intento de retener a Tatiana– ¡Basta!
—¡No! –Grito Tatiana totalmente agresiva y enojada– ¡Él empezó!
Varias personas se acercaron al hombre el cual tenía sangre en su rostro y parte de su camisa, Tatiana le había roto la nariz, también tenía una que otra herida, pero no tan resaltante como la de su nariz.
Todos estaban alarmados y un chico grito “Llamen a una ambulancia”, Billy suspiró cansado y se dedicó únicamente a sostener con fuerza a Tatiana, minutos después no solo se llevaron al hombre, sino que también a Tatiana, aún estaban en horas laborales, razón por la cual nadie pudo acompañarla.
Tatiana no estaba ni un poco preocupada, razón por la cual estaba relativamente tranquila, al llegar a la comisaría esta fue recibía por Gerardo un policía de 25 años el cual era su vecino, este no se veía nada sorprendido de verla, es más, la miraba con reproche.
—No me mires así, él se lo busco, estaba jalando mi mano y también estaba molestándome.
—Tatiana, casi le desfiguras el rostro, ambos sabemos como funcionan las cosas contigo, no puedes seguir de esta manera, piensa más en tu padre, con dos golpes y un grito todo estaría bien, pero sus familiares quieres presentar cargos.
—Estás exagerando ¿Qué hará la esposa de ese tipo cuando sepa lo que hacía? Ese tipo me tocó de forma inapropiada.
—Te dije que dejaras ese trabajo, puedo ayudarte a conseguir un trabajo mejor.
—En ese bar me pagan bien por medio horario, en ningún otro lugar cobraré tan bien, además, tú conoces mi situación, simplemente procesa el cargo y yo voy a cargar con las consecuencias de esto.
Gerardo suspiró con fuerza y miró un poco frustrado a Tatiana, no era la primera vez que tenía que lidiar con algo así, Tatiana por lo general era amable y tranquila, pero no le gustaba ser intimidada, era difícil controlarla cuando estaba furiosa y era ciertamente común que terminará yendo a la estación de policía, aunque esta vez si se le pasó la mano.
Casi dos horas después Tatiana salió de la estación, aunque Gerardo se había ofrecido a llevarla, Tatiana confiaba en Gerardo, pero no le gustaba recibir favores o confiar demás, gracias a la mala situación que vivía junto a su padre, Tatiana sabía que incluso las buenas personas podían llegar a ser malas o simplemente a veces no se le podía dar confianza demás a las personas.
En el fondo Tatiana si se arrepentía un poco por no haber aceptado la oferta de Gerardo, ya que las calles estaban vacías y oscuras, Tatiana era muy cuidadosa y rápida para caminar, pero se sentía un poco insegura, razón por la cual tomó un camino un poco más largo, pero con alumbrado y más seguro.
Al parecer fue cuestión del destino tomar esa ruta, pues, Tatiana escucho a lo lejos una discusión y disparos, eran gritos entre hombres, por instinto, Tatiana corrió a un callejón y se escondió, por un momento hubo silencio, Tatiana se asomó y vio a un hombre correr mientras sostenía su abdomen bajo, al parecer le habían disparado.
Aquel hombre no tenía un rumbo fijo, una luz de bondad brillo en el corazón de Tatiana y salió de su escondite pata sujetar la mano de aquel extraño, este reacciono de forma arisca e intento empujar a Tatiana.
—Te ayudaré a esconderte, estás herido y esos tipos te encontrarán.
—No confío en ti ¡Suéltame!
Tatiana no soltó a aquel hombre, el desconocido no podía hacer mucho tampoco, pues, estaba presionando con fuerza su herida, la cual estaba liberando sangre de forma excesiva.
Mientras corrían, el corazón de Tatiana latía rápidamente, la adrenalina y el miedo le daban fuerzas para ir más rápido, Tatiana comenzó a ir por callejones hasta el barrio dónde vivía, por momentos tuvo que ocultarse y no hacer ruido.
Estaban en un callejón hasta que escucharon gritos y voces, Tatiana se escondió detrás de la basura y aquel desconocido la miró.
—Esto es sucio, ¿Dónde estamos? Este lugar es horrible, incluso huele mal y las calles dan pena.
Tatiana miró mal a aquel hombre y le tapo la boca, lo estaba salvando y todavía tenía el coraje para ser un quisquilloso, aquel hombre se enojó, pero no movió la mano de Tatiana, cuando no hubo más voces Tatiana quito la mano de la boca del desconocido.
—Déjame decirte que yo vivo en este horrible barrio de calles lamentables, te salve y lo peor de todo es que te llevaré a mi pocilga, así que lo mejor será que cierres la boca o te lanzaré a los pies de los imbéciles que te están buscando.
—Al parecer tienes una personalidad fuerte, está bien, dejaré de hablar.
Después de caminar de forma cuidadosa durante unos minutos Tatiana llego a su casa, miró el rostro del desconocido y vio el rostro lleno de desagrado que este puso.
—Ya entendí, eres una persona acomodada, pero no mires con asco el lugar donde estarás seguro, ni siquiera sé que tipo de persona eres, agradece que te salve, ya que de por sí, yo jamás ayudaría a un posible delincuente herido.
—Entiendo tu punto, pero este sitio se está cayendo a pedazos, aunque tienes razón, no me quejo.
Tatiana giró sus ojos y subió hasta su habitación, el hombre junto a ella subió con su ayuda y tambaleando un poco, cuando Tatiana lo recostó sobre su cama, pudo notar claramente la herida de este.
—Rápido –Dijo este con voz seria– dame hilo, aguja, una pinza y alcohol, con eso podré soportar hasta mañana.
Tatiana le paso todo rápido y vio como aquel hombre sacaba la bala por sí mismo, con cuidado y mientas mordía su propia camisa, el desconocido limpio su herida con alcohol, cuando el líquido tocó la zona afectada por la bala, aquel hombre movió su cabeza hacia atrás y contuvo un grito de dolor mientras mordía aquella camisa.
Era un hombre de buen físico y apariencia en general, también era bueno con heridas de bala, cosa que preocupo mucho a Tatiana ¿A qué clase de persona había metido en su casa?
Tatiana estaba un poco preocupada, había metido aún hombre herido a su habitación a espaldas de su padre, obviamente no podía decirle nada y aquel hombre no colaboraba mucho tampoco, se quejaba por el dolor y tenía fiebre, otra cosa es que si Tatiana no quería que su padre descubriera algo, debía cuidar a aquel hombre todo el día.
Tatiana se levantó muy temprano y su padre ya estaba tomando una taza de café, su padre tenía ojeras, Tatiana sabía que la noche anterior su padre estuvo haciendo horas extras en la oficina, lo hacía al menos dos veces a la semana para obtener dinero extra.
—Buenos días, papá –Dijo Tatiana con una sonrisa dirigida a su padre– ¿Cómo dormiste?
—Señorita, sé todo lo que hiciste anoche, no te hagas la inocente.
—Gerardo tiene una enorme boca floja –Dijo Tatiana con cierto disgusto– Esta vez no fue mi culpa.
El rostro de Tom mostraba disgusto, era muy extraño verlo enojado, mucho más si se trataba de su amada hija, pero como un padre, Tom odiaba que su amada princesa estuviese expuesta al peligro y los trabajos que está tenía siempre presentaban problemas o situaciones peligrosas.
—Deja de trabajar en ese bar, puedo ayudarte a buscar un mejor empleo, hija, quisiera tener dinero suficiente como para que no tengas que trabajar, me hace sentir miserable el saber que cada noche te expones a la mirada de borrachos pervertidos.
Tatiana sentía ganas de llorar por la frustración, nada de lo que les estaba pasando era culpa de su padre, pero sin importar que, su padre siempre se atribuía la culpa de todo, si fuese por ella, fácilmente hubiese renunciado a trabajar en el bar, pero tenían una deuda que pagar sin contar sus gastos.
—No puedo dejar el bar, ambos sabemos que el mayor ingreso de la casa viene del bar y mis otros empleos –Tatiana tenía un nudo en la garganta, se sentía miserable al hablar de su situación de forma tan desagradable– tienes una deuda papá, debemos pagar intereses y pagar demás para que la deuda no aumente, no puedo renunciar.
Tom desvió su mirada, Tatiana tenía razón, él se endeudó para pagar por la casa que estaban usando y sin contar la comida, claro, con ese dinero también compro ropa para Tatiana y con lo que sobró compro ropa para él. Esa deuda los saco de un apuro, pero ahora era un problema, estaban atados, pero aun así debía buscar una mejor forma para evitar que Tatiana trabajará en el bar, primero debía encontrar un trabajo con una buena paga para ella.
Tom dejó de pensar por un momento y miró a Tatiana, en los ojos de esta pudo ver claramente como ella no cedería fácilmente.
—Dejarás de trabajar en ese bar, apoyo casi todas tus decidió decisiones, pero esta es un rotundo no, sigo siendo tu padre y no permitiré que te expongas a tal peligro.
Tatiana guardó silencio por un largo rato y observó el rostro de su padre, estaba hablando en serio, Tatiana amaba y respetaba a su padre, por esa razón no se permitía a sí misma desobedecerlo.
—Intentaré buscar un nuevo trabajo –La voz de Tatiana era baja y débil, no quería renunciar– sé que tienes razón.
Tom se acercó a Tatiana y la abrazo, Tatiana escondió su rostro en el cuello de su padre, ni siquiera ella misma entendía la razón por la que se sentía tan ansiosa.
—Te entiendo, pero ambos sabemos que es lo mejor.
Tatiana asintió, posteriormente Tom planto un beso en la frente de esta y sonrió.
—Esta noche voy a llegar tarde, por favor, evita los problemas.
—Lo intentaré.
Seguido de darle otro pequeño abrazo a Tatiana, Tom salió de la casa, Tatiana se movilizó rápido y preparo comida para ella, claro, también para el quejumbroso desconocido que estaba habitando su espacio.
Preparo toallas y medicamento para intentar bajar la fiebre de aquel hombre, al entrar en su habitación hizo contacto visual con aquel desconocido.
Este estaba reposando su espalda en varias almohadas, también tenía un teléfono en manos, lo cual decía que ya se había comunicado con alguien, a diferencia de la noche anterior, este tenía un rostro calmado y una actitud más fresca.
—Mi nombre es León Frits, estoy muy agradecido por tu ayuda –Dijo con un tono serio y tranquilo mientras miraba a Tatiana– aunque eres tonta.
Tatiana se sintió ofendida, se acercó a aquel hombre y puso la bandeja con comida y medicamento sobre su mesa de noche, miró a aquel hombre de forma despectiva y se paró justo frente a él.
—Al menos no te deje morir.
—Soy autosuficiente, esto me ha pasado en más de u a ocasión… eres tonta simplemente por meterte en problemas, no debes ayudar a ningún tipo de persona sospechosa, yo no tengo interés en dañarte, pero si fuese otro tipo de persona te hubieses metido en problemas. Tu padre y tú tienen muchos problemas ¿Qué hubieses hecho si te metías en otro?
—¿Cómo sabes sobre eso? No sé qué tipo de persona seas, pero a penas baje tu fiebre, simplemente vete, eres alguien peligroso y ya me estoy arrepintiendo de haberte ayudado.
—Tus paredes son delgadas y honestamente eres muy terca, por cierto, tampoco me has dicho tu nombre.
—Soy Tatiana.
Tatiana volvió a sujetar la bandeja y se la entregó a León, este miró curioso a Tatiana la cual sujeto las píldoras que estaban anteriormente en la bandeja.
—Son para el dolor y la fiebre –Dijo esta con una voz más calmada– te quejaste toda la noche y tu fiebre no colabora para nada.
Leon sonrió por unos segundos y puso la bandeja sobre su regazo, tras eso consumió las píldoras y comenzó a comer, observó con más detalle a Tatiana, era una mujer muy bonita, su personalidad era un poco chocante, pero además de eso era una mujer muy destacable.
Tatiana también observó bien a Leon, este no tenía camisa puesta, pues, no faltaba decir que la prenda que esté llevaba antes estaba totalmente arruinada por la sangre, además de notar la buena apariencia física del hombre, también notó que la herida no se veía bien. Lo mejor era llevar a León a un hospital, pero este no tenía ni el más mínimo interés en ir a uno.
—No debes preocuparte –Dijo Leon mientras miraba a Tatiana– seguramente en unos minutos llegarán por mí.
Tatiana lo miro un poco confundida, sentía curiosidad por Leon, pero lo mejor sería no entrometerse más.
Tatiana salió de la habitación y fue a la cocina para comer, todavía se sentía un poco extraña, tal vez Leon era un hombre peligroso, ella lo ayudó, pero aun así pensaba que tal vez aquel hombre querría mantenerla callada, sus pensamientos fueron interrumpidos por los golpes suaves a su puerta, alguien había llegado.
Ella se dirigió a la puerta y al abrir quedó helada, había dos autos negros estacionados frente a su casa y un grupo de cinco hombres parados frente a ella, uno de ellos tenía un gran parecido con Leon, mientras los otros cuatro simplemente estaban detrás de él, pero todos se veían amenazantes.
—Mi nombre es Lothar, soy el hermano mayor del hombre al cual salvaste ayer.
—Oh –Exclamó Tatiana aún sorprendida– está en mi habitación.
—¿Podemos ir por él?
A diferencia de Leon, Lothar tenía un tono más cordial, se veía mucho más tranquilo, pero a pesar de tener un gran parecido con su hermano, Lothar daba un aire completamente diferente.
—Claro que sí.
Tatiana caminó primero y los guio, al entrar en su habitación Leon estaba desinfectado su herida con alcohol, al parecer se había percatado de su mal estado y también de la mala sutura realizada por el mismo.
—Eres un imbécil –Dijo Lothar mientras miraba a Leon– mira el problema en el que te metiste, solo debías hablar y terminaste peleando.
—También me preocupo por mi salud, no necesitas preguntar.
El tono sarcástico de Leon hizo enfadar a Lothar, pero este suspiro y se contuvo.
—Es obvio que estás herido ¿Para qué preguntar? –Lothar miró a los hombres detrás de él– cárguenlo y pónganlo en el auto.
Aquellos hombres obedecieron y aunque Leon se quejaba por el dolor, estos simplemente intentaban ser más cuidadosos. Lothar puso su mediada en Tatiana, la cual estaba parada en una esquina sin decir nada.
—Gracias por tu ayuda.
—No es nada.
Lothar se acercó a Tatiana y le dio una pequeña maleta que traía en manos.
—Este dinero te servirá como pago por tu ayuda, no te atrevas a rechazarlo.
Tatiana se quedó en blanco y Lothar salió de la habitación, cuando Tatiana recayó en la realidad, intento perseguir a Lothar, pero al salir estos ya estaban subiendo a los autos, ni siquiera voltearon a verla y simplemente subieron y se fueron, ¿Qué acababa de pasar?.
Lo que más preocupaba a Tatiana era el dinero en sus manos, ella lo necesitaba, pero no estaba segura de poder usarlo, además de que el dinero era de dudosa procedencia y tal vez aquellos hombres algún día lo querrían de nuevo.
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